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Diseño de la colección:
Mary Rada
Alba Carosio
Iraida Vargas Arenas
PRESENTACIÓN
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Alba Carosio
Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de
Venezuela
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1 Flora Tristán podría haber sido influenciada por Madame Stael, quien había
utilizado el concepto de “paria” para denunciar la situación de las mujeres
escritoras.
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2 Hacia 1870, París contaba con ciento veinte mil obreras aproximadamente; la
mitad de ellas trabajaba en la costura y unas seis mil en la fabricación de flores
artificiales.
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vez con la ridícula noción de que ser amada, ser querida y madre
es sinónimo de esclava o de completa subordinación. Deberá ha-
cer desaparecer la absurda noción del dualismo del sexo, o que el
hombre y la mujer representan dos mundos antagónicos. (La tra-
gedia de la emancipación de la mujer, 1910).
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……
El Estado de los Trabajadores se encargará de la obligación de ase-
gurar la subsistencia a todas las madres, estén o no legítimamente
casadas, en tanto que amamanten a su hijo; instalará por doquier
casas de maternidad, organizará en todas las ciudades y en todos
los pueblos guarderías e instituciones semejantes para que la mu-
jer pueda ser útil trabajando para el Estado mientras, al mismo
tiempo, cumple sus funciones de madre.
……
Sobre las ruinas de la vieja vida familiar, veremos pronto resurgir
una nueva forma de familia que supondrá relaciones completa-
mente diferentes entre el hombre y la mujer, basadas en una unión
de afectos y camaradería, en una unión de dos personas iguales en
la Sociedad Comunista, las dos libres, las dos independientes, las
dos obreras. ¡No más “sevidumbre” doméstica para la mujer! ¡No
más desigualdad en el seno mismo de la familia! ¡No más temor
por parte de la mujer de quedarse sin sostén y ayuda si el marido la
abandona! (Alejandra Kollontai, 1921).
5 Aunque el libro está siendo celebrado en una antología de los diez libros
más importantes que la casa Doubleday ha publicado en sus 100 años de
existencia, los poderes de esta editorial se rehúsan también a imprimirlo.
Una joven editora de Doubleday le dio a entender a mi agente que el trabajo
teórico feminista más reciente, y «en el clima actual», de alguna manera había
convertido a mi libro en obsoleto. Estoy fuera de moda en la nueva industria
de las casitas académicas del feminismo. Decía Kate Milett en US Magazine,
en su especial de verano, 1988.
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Diferencia e igualdad
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7 En ese sentido va la reflexión del jurista italiano Luigi Ferrajoli (1999), quien
sostiene que “la prohibición del aborto equivale a una obligación: la de
convertirse en madre, soportar un embarazo, parir, criar un hijo” (1999: 85).
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Patriarcado y dominación
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El patriarcado en la globalización
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lleva a que las personas con más talento y capacitación de los paí-
ses pobres sean absorbidos por los países ricos, al mismo tiempo
las mujeres de los países del Sur deben abandonar a las personas
que dependen de ellas (hijos, padres...) para ocuparse de personas
dependientes de los países del Norte. Se da entonces, una trans-
ferencia emocional, ya que estas mujeres acaban proyectando su
amor hacia las nuevas personas que dependen de ellas, que es otra
forma de imperialismo: antes se saqueaban los recursos materia-
les ahora se importan los emocionales (Arlie Russell Hochschild,
2008). En los países desarrollados hay un “déficit de cuidado”,
incluyendo no solamente el aspecto material sino también el inte-
rés y el vínculo emocional, se producen menos cuidados pero se
necesitan más. Entonces las familias y las sociedades recurren
al traspaso de estos trabajos hacia las clases sociales más pobres,
y en especial, a las inmigrantes11. El poscolonialismo actual se
dirime en nuevos términos: la materia prima extraída a los países
pobres ya no es el oro o la plata, sino el amor, el afecto o el cuidado
que las mujeres del mundo pobre venden en el mercado laboral
del Norte en detrimento de sus propios hogares.
El “cuidado” (con especial atención al de los ancianos en el
seno de la familia) es un trabajo, una labor, que el capitalismo
tardío desprecia, a la vez que crece su necesidad en un mundo
que envejece, con familias de tamaño reducido, y convertidas en
núcleos de individuos dedicados al trabajo. Hay una crisis mun-
dial de cuidados que subyace a la crisis económica y financiera.
Los cuidados de las familias tradicionales han desaparecido.
Cuando las amas de casa de clase media criaban niños de forma
impaga, su trabajo estaba dignificado por el aura de su clase, pero
cuando el trabajo impago de cuidar a un hijo devino el empleo
pago de los empleados que cuidan niños o ancianos, su bajo valor
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Anexo:
I Internacional (1864)
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II Internacional (1889)
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IV Internacional (1938)
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Bibliografía
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30 El autor plantea que se trata de una ética que parte de la vida cotidiana, de una
ética cotidiana, que tiene en cuenta la factibilidad empírica y siempre desde
las víctimas (los pobres), desde y a favor de las inmensas mayorías, a todos los
niveles intersubjetivos posibles (1998: 12-13).
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34 En tal sentido, Hinckelamert nos recuerda que los valores supremos actuales
son la competitividad y la eficiencia. (2006:35). Los cuerpos femeninos, como
cualquier mercancía, entran a competir en el mercado y para hacerlo deben
cumplir con determinados requisitos estéticos.
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Por qué el socialismo debe ser feminista y por qué el feminismo debe
ser socialista
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36 Vladimir Acosta (2007: 23) apunta: “El socialismo del siglo XXI es, pues,
democrático (…) Es más, el socialismo del siglo XXI no es solo democrático
sino que como sistema social es la verdadera democracia que se fundamenta
en protagonismo y permanente participación popular, en auténtico poder
del pueblo” (énfasis del autor). Más adelante afirma: “El socialismo del siglo
XXI no es socialdemócrata (…) existe una identidad entre socialdemocracia y
capitalismo”.
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37 Andrea D’Atri señala: “Y si bien, hoy en día, en los países imperialistas, cada
vez más actividades antes asumidas en el seno del hogar, se han convertido en
servicios brindados por terceros (empresas privadas, servicios públicos, etc.),
en el mundo semicolonial, muchos productos y servicios antes brindados
por el Estado han sido reasumidos por el trabajo doméstico a partir de las
privatizaciones, el desmantelamiento y deterioro de los servicios públicos,
recargando las espaldas de las mujeres”.
38 Recordemos que participar es algo más que estar presente y opinar; implica la
posibilidad real de incidir en la toma de decisiones (Vargas 2007a).
39 Recordemos que la burocracia partidista secuestró los avances feministas del
socialismo real en la antigua URSS.
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Presentación
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La edición consta de
3.000 eje mpl ares