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Este documento discute la historia y naturaleza de los derechos humanos. Señala que aunque los derechos humanos son considerados una construcción moderna occidental, muchos de sus conceptos fundamentales se pueden rastrear a culturas y épocas anteriores. También explica que aunque los derechos humanos deben ser positivizados en leyes, su existencia no depende de su reconocimiento legal. Finalmente, destaca la importancia de definir qué es una persona para determinar el alcance de los derechos humanos.
Este documento discute la historia y naturaleza de los derechos humanos. Señala que aunque los derechos humanos son considerados una construcción moderna occidental, muchos de sus conceptos fundamentales se pueden rastrear a culturas y épocas anteriores. También explica que aunque los derechos humanos deben ser positivizados en leyes, su existencia no depende de su reconocimiento legal. Finalmente, destaca la importancia de definir qué es una persona para determinar el alcance de los derechos humanos.
Este documento discute la historia y naturaleza de los derechos humanos. Señala que aunque los derechos humanos son considerados una construcción moderna occidental, muchos de sus conceptos fundamentales se pueden rastrear a culturas y épocas anteriores. También explica que aunque los derechos humanos deben ser positivizados en leyes, su existencia no depende de su reconocimiento legal. Finalmente, destaca la importancia de definir qué es una persona para determinar el alcance de los derechos humanos.
DERECHOS económicos, sociales y culturales, Cátedra Gerardo Molina Pablo Elías González Monguí Coordinador
Suele afirmarse que los derechos humanos son una construcción
propia de la cultura occidental y moderna. Desde cierta perspectiva es una afirmación cierta. El concepto de derechos humanos, como tal, es moderno, adquiere su partida de nacimiento en 1789, en aquel trascendental documento que nos lleva inmediatamente a la Revolución francesa, a la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Pero el concepto de derechos humanos no nació por generación espontánea, sino que es producto de una realidad dinámica cuyos antecedentes, orígenes –si uno hiciese un ejercicio de arqueología filosófica– pueden rastrearse quizás hasta los albores de la Historia de la humanidad. El concepto que nace en 1789 es el que divide la historia de los derechos humanos en dos grandes momentos; hasta el siglo XVIII nos encontraremos con procesos embrionarios de naturaleza jurídica y filosófica y con procesos de reconocimiento nacional e internacional. En la moderna noción de derechos humanos hallamos conceptos particulares que fueron desarrollados en diversas reflexiones de naturaleza jurídica, filosófica, e inclusive religiosa. ¿Dónde encuentran sus primeros desarrollos los conceptos de democracia o de dignidad? Sería común oír afirmar que podemos remontarnos a la Grecia clásica del siglo V a. C.; pero nos preguntamos: ¿democracia en Grecia? La ciudad del Estado griego era esclavista y excluyente, las mujeres no tenían estatuto jurídico de persona, los esclavos o los extranjeros tampoco, pero encontramos allí el germen, la idea primaria del concepto de autodeterminación, democracia y dignidad. Así sucesivamente podríamos seguir haciendo ese rastreo de conceptos embrionarios. Lo importante es señalar que el concepto de derechos humanos, como ya se dijo, no es exclusivamente moderno, ni propio de la llamada cultura occidental, porque muchos de esos elementos básicos fueron desarrollados inclusive con textos culturales ajenos al espíritu de la cultura cristiana occidental. Otro ejemplo. Si analizamos el Código de Hammurabi encontraremos allí en forma muy embrionaria el concepto de primacía de la ley sobre la voluntad del soberano. Hoy sabemos que la característica del Estado social de derecho es la prevalencia del principio de juridicidad; un Estado de derecho se caracteriza, entre otros elementos, porque las autoridades no pueden obrar de forma discrecional y como les plazca, sino únicamente hacer aquello que las normas les permita hacer de manera expresa. ¿El imperio babilónico era un Estado de Derecho? No, por supuesto que no era un Estado de Derecho, y desde luego la dimensión histórica de los Derechos 40 Carlos Augusto Lozano humanos no nos legitima para valorar sociedades antiguas desde la perspectiva moderna, pero lo cierto es que tampoco podemos hacer el ejercicio contrario si tenemos en cuenta que, finalmente, el concepto de derechos humanos es como la construcción de las etapas cronológicas de la Tierra. Si miramos lo que es un corte transversal de esas etapas cronológicas encontraríamos distintas fases de suelos acumulados que finalmente constituyen la corteza. Lo mismo ocurre con el concepto de derechos humanos: paulatinamente hemos ido acumulando desarrollos jurídicos y filosóficos propios de diversos contextos sociales y culturales. Es una historia inconclusa: la historia de los derechos humanos es dinámica, está íntimamente relacionada con los avances tecnológicos. Hasta hace unos años hubiese sido exótico o excéntrico hablar del derecho de hábeas data, porque hasta entonces no existían desarrollos informáticos que hiciesen del manejo de la información una amenaza contra la dignidad de la persona. Hoy sabemos que esos manejos informáticos han contribuido notoriamente al progreso técnico y científico de la humanidad, pero que también constituyen, cada vez más, una amenaza contra la intimidad y la privacidad de la persona. A esos retos van respondiendo paulatinamente los derechos humanos, identificando aquella garantía idónea, necesaria y suficiente que proteja a la persona contra las amenazas que representan estos avances tecnológicos. Uno de los más recientes avances que amenazan seriamente la dignidad de la persona es todo aquello que tiene que ver con la investigación genética, con la manipulación biogenética, lo que nos lleva a preguntas, todavía sin respuestas, como: ¿quién es persona? o ¿desde cuándo se es persona?, ¿cómo no responder la reflexión iusfilosófica, desde la perspectiva de los derechos humanos, para atender a los retos de la investigación tecnológica? No lo sabemos aún, pero sí, que se debe dar alguna respuesta a esos retos que se nos presentan. Positividad Para asegurar la protección de los derechos humanos, estos deben ser positivizados, esto es, convertidos en normas de derecho positivo. Esta positivización tiene carácter declarativo pero no constitutivo. Durante muchos años el debate sobre la fundamentación de los derechos humanos estuvo polarizado de una forma bastante maniquea: osciló entre el 41 Teoría dogmática de los derechos humanos positivismo jurídico y el iusnaturalismo. De hecho, aún hoy se recogen ecos de ese debate. Algunas corrientes de la escuela española para tratar de superar esa polarización han desarrollado lo que llaman la escuela ética de los derechos humanos, pero lo cierto es que en este momento del desarrollo del ordenamiento jurídico colombiano y del desarrollo del derecho internacional estimo que se trata de una discusión que se encuentra relativamente zanjada. En efecto, si vamos al Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, o del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, o de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, o si acudimos al artículo 1º o al artículo 5º, al 94 de de la Constitución Política, encontraremos que allí se formula una respuesta a la pregunta ¿por qué existen los derechos humanos?, y la respuesta nos lleva a zanjar la discusión sobre la fundamentación de los mismos. Hoy ya sabemos que los derechos humanos tienen una dimensión jurídica, positiva, que puede resultar indispensable para mejorar su reconocimiento y protección, pero que no es indispensable para poder predicar la existencia de esos derechos humanos. Los derechos humanos son bienes jurídicos subjetivos independientemente de que se encuentren reconocidos en el ordenamiento jurídico. Lo que hace el reconocimiento jurídico de los derechos humanos, esto es, lo que logra la transformación del derecho humano en una disposición de derecho positivo es fortalecer, mejorar la protección de ese derecho, y la jurisprudencia constitucional en eso ha sido muy enfática. Desde la proclamación de la Constitución de 1991 sabemos que pueden existir derechos fundamentales cuya protección puede ser reclamada por la vía de la acción de tutela, aunque no se encuentren expresamente reconocidos en un texto positivo. En este punto debemos distinguir el derecho positivo, de la escuela jurídica del positivismo, porque cuando nos referimos a positivización de los derechos humanos o transformación del derecho humano en una norma positiva, nos estamos refiriendo únicamente a la evolución del derecho humano en una norma que tiene vigencia para una sociedad en un determinado momento social e histórico. ¿Tiene importancia aún este debate? Quizás sí. Recordemos que recién proclamada la Constitución de 1991 los primeros debates que se dieron en las Altas Cortes sobre la naturaleza fundamental de los derechos humanos contenían un toque bastante positivista, pero en esas sentencias iniciales de tutela el Consejo de Estado se mostró bastante mezquino al respecto. Esas sentencias primarias señalaron que los derechos fundamentales protegidos por la ley de tutela únicamente eran aquellos que se encontraban expresamente caracterizados como tales entre los artículos 11 y 40 del texto constitucional, esto es, el capí- 42 Carlos Augusto Lozano tulo correspondiente al título de los derechos fundamentales. Después la Corte Constitucional recogió e interpretó el verdadero alcance de la disposición constitucional, señalando que los derechos fundamentales no se caracterizan por su ubicación en un determinado capítulo del texto constitucional, sino por su relación con la dignidad de la persona, y que en consecuencia existía la posibilidad de que hubiese derechos fundamentales no positivizados. Una jurisprudencia de la Corte Constitucional –aquella sentencia del magistrado Cepeda sobre los desplazados3 – identifica un derecho fundamental que no vamos a encontrar reconocido en ningún texto nacional o internacional: el derecho fundamental al retorno, un derecho fundamental que únicamente se puede predicar de las personas víctimas del crimen de lesa humanidad como es el del desplazamiento forzado y que no está reconocido positivamente como tal. Ahora bien: que la noción de derechos humanos, su positividad, historicidad o facultatividad, tienen que estar en relación con la persona, puede parecer aún un debate bizantino. ¿Quién es persona?, ¿desde cuándo se es persona? Las respuestas que demos a esas preguntas tienen una importancia decisiva para responder a otras, como: ¿cuáles son los derechos humanos? ¿por qué tienen derechos las personas? ¿qué son los derechos humanos? ¿es la persona fundamento del concepto de derechos humanos? Podemos identificar su dimensión ontológica que nos va a caracterizar desde una perspectiva iusfilosófica; el sentido de alcance de normas positivas, de derecho positivo, que también va a incidir sobre la valoración de la persona.
Realice Un Análisis Comparativo Acerca Del Procedimiento Que Debe Agotarse en Materia de Accidentes de Tránsito para Accionar Por La Vía Penal y Por La Vía Civil