BLOQUE I. LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
DE 1948: ALCANCE Y CONTENIDOS
1. LA REFLEXION FILOSÓFICA SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos son un asunto que los filósofos deben conocer, ya sea por amplitud de puntos de vista y de conocimiento, por profundizar en la persona y todo lo que la configura, o por adquirir una visión universal de las culturas y las diferencias entre humanos de cada cultura. El objetivo de la reflexión filosófica acerca de los derechos humanos no es otro que el de poner en mejores condiciones al filósofo para entender al hombre como ser personal, en su otra dimensión. Yo esto lo veo como el truco de magia de la chistera y el conejo: aparentemente la persona es física, como una chistera simple, porque es lo que alcanzamos a ver, pero tiene un trasfondo en sí, una realidad más allá de lo visible, un lindo conejo que se oculta al primer vistazo del ojo humano. Además del avance personal humano, este estudio filosófico también es académico, pues podemos aprender lo que otros pensadores han opinado sobre el tema. Dichos pensadores, a lo largo de la historia, han realizado aproximaciones a la realidad de los derechos humanos. Podemos ver aproximaciones del tipo antropológico, postrevolucionario y utópico, o del tipo formalista. A su vez, los pensadores que trataban la realidad de estos derechos criticaban o rechazaban algunos aspectos que se producían en ámbitos culturales, políticos y jurídico- formalistas. Utilizaremos al profesor Francesco D’Agostino para trazar una perspectiva de enfoque antropológico y que responda a cada apartado e interrogante planteados.
2. SENTIDO DE UNA FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS A PARTIR
DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS DE 1948. Para tratar este punto nos remitimos al profesor D’Agostino, quien ve los derechos humanos como tarea primordial de la filosofía del derecho, a partir, sobre todo, de la Declaración Universal de 1948. Principalmente insiste en el carácter jurídico que estos derechos poseen, el cual le relaciona directamente con esta rama filosófica. El paradigma del derecho es uno de los temas más relevantes de la filosofía del italiano. Describe este término como eje epistemológico del cual dependen tanto el modo con el que las culturas ven el mundo como el modo en el que una cultura construye y practica un saber en su interior. Por derecho entiende una estructura antropológica que permiten construir la sociedad y, por tanto, al hombre. En el escenario occidental apareció por mera experiencia práctica, razón por la cual ahora existe una ciencia del derecho. A partir de este paradigma el hombre se conoce a sí mismo y reconoce los derechos del prójimo. Hoy en día adquiere un valor universal y meta-cultural: nos permite comprender la realidad y tiene un sentido relacional con el resto de humanos. Esta relacionalidad tiene una estructura jurídica que se dirige a la estructuración del hombre como ser social. Por último se plantea si en un futuro podrá existir un paradigma que supere al actual y cambie radicalmente las culturas como las conocemos y transmite la necesidad de un nuevo lenguaje de los derechos para universalizarlos siguiendo el modelo de Occidente. 3. LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO CONSENSO SOBRE LA FILOSOFÍA DE LOS MISMOS La DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) de 1948 es un indicio de que las personas saben ponerse de acuerdo y reconocer valores comunes, pero no puede quedarse en un consenso definitivo e inalterable, sino que puede evolucionar de acuerdo a las necesidades humanas a través de los años. Si se mantiene el fundamento filosófico y antropológico se podrá defender su contenido sin someterlo a presión de grupos ideológicos, políticos, económicos o culturales, los cuales se fundan sólo en la ciencia. 4. CONCEPTO, DENOMINACIONES, CONFIGURACIÓN JURÍDICA Y CARACTERES DE LOS DERECHOS HUMANOS. Existen diversas definiciones de los derechos humanos, pero la más precisa es la del profesor Fernández-Galiano: son inherentes al ser humano, y eso mismo hace que deban ser recogidos por los ordenamientos jurídicos o, al contrario, son motivos para la crítica ética, jurídica y política de dichos ordenamientos. A su vez, existen denominaciones con las que se refieren a los derechos humanos: derechos naturales, derechos fundamentales o libertades públicas. Hay también cuatro notas o caracteres que se predican acerca de los derechos humanos que nadie discute: son imprescriptibles, son inalienables, irrenunciables y universales. Donde si hay debate es en si tienen un carácter absoluto, iusnaturalisats y positivistas son los principales miembros de la discusión. 5.‐LOS PROCESOS DE GENERALIZACIÓN, DE INTERNACIONALIZACIÓN Y DE ESPECIFICACIÓN Para la visión positivista de los derechos humanos el proceso histórico de su positivación viene acompañado por otros tres: generalización, internacionalización y especificación20. Desde una perspectiva iusnaturalista son procesos que favorecen la eficacia de su reconocimiento, no propiamente su existencia. El proceso de generalización es el intento de compaginar la idea de igualdad formal con la de la universalidad, y con ello extender la satisfacción de los derechos a todos los sujetos. hay quien ha dividido este proceso en dos: el de generalización y el de expansión. El primero haría referencia a la extensión de los derechos a todos los individuos y se caracterizaría por la aparición de los derechos de participación. El segundo, por su parte, implicaría la aparición de nuevas exigencias éticas, fruto de distintas situaciones históricas, y se caracterizaría por la aparición de los derechos económicos, sociales y culturales. El proceso de internacionalización implica el reconocimiento creciente de los derechos humanos a través de Declaraciones o Convenciones Internacionales que hacen que las fronteras no sean un obstáculo para la aplicación de los mismos, principio de la protección internacional de los derechos humanos. Desde una perspectiva positivista se inclina a una discusión entre las fuentes del derecho, y desde un punto de vista iusnaturalista se destaca más el aspecto antropológico, es decir, que la universalidad de los derechos humanos sea cada vez mejor reconocida y recogida. Por su parte, el proceso de especificación supone, de nuevo también en lo básico, el reconocimiento de derechos a sujetos y a colectivos concretos que se encuentran en situaciones especiales, implicando por tanto una idea de igualdad material. 6.- LAS GENERACIONES DE DERECHOS HUMANOS: CIVILES Y POLÍTICOS; SOCIALES, ECONÓMICOS Y CULTURALES Y DE “TERCERA GENERACIÓN”. La perspectiva histórica y lo que se puede denominar como agenda de desarrollo de los derechos humanos ha traído consigo que la doctrina haya podido clasificar los derechos humanos en función de la positivización histórica de los mismos. PRIMERA GENERACIÓN DERECHOS CIVILES, con la función de proteger la libertad más íntima e individual del ciudadano frente al poder del Estado. DERECHOS POLÍTICOS, con la función de hacer posible la participación de los ciudadanos en los órganos de gobierno. SEGUNDA GENERACIÓN. LOS DERECHOS SOCIALES Y ECONÓMICOS, se tratan de los derechos humanos pertenecientes al ámbito laboral, entre los que se incluye: el derecho al trabajo, con sus diferentes. LOS DERECHOS CULTURALES, tienen un carácter más espiritual, si bien la toma de conciencia de derechos sociales abrió pronto el paso a la toma de conciencia de los derechos culturales. Los más representativos son el derecho a la educación y el derecho al acceso a la cultura. TERCERA GENERACIÓN Corresponde a los derechos que van surgiendo como consecuencia de las perniciosas consecuencias que con frecuencia se derivan del desarrollo técnico-económico. Aquí se incluyen: el DERECHO AL DESARROLLO, el DERECHO AL MEDIO AMBIENTE, el DERECHO A LA PAZ, e incluso recientemente, el derecho de la identidad del genoma humano o los derechos del no nacido, ante la amenaza de la ingeniería genética.
TEMA 2. PRECEDENTES HISTÓRICOS DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE
LOS DERECHOS HUMANOS: ASPECTOS FILOSÓFICOS, POLÍTICOS Y JURÍDICOS PRIMERA PARTE La primera expresión de los derechos humanos tal y como los conocemos hoy se remontan al pensamiento iusnaturalista de Tomás de Aquino y en la Segunda Escolástica de modo más explícito. Me parece maravilloso como la defensa por los derechos del hombre se iniciase entonces y siga en activo hoy en día, me llena de esperanza y de orgullo el ver que la especie reconozca la persona y la proteja. Por iusnaturalismo se entiende la comprensión del derecho en dos modos: el derecho natural y el derecho positivo. Uno no se entiende sin el otro, es como la luz y la oscuridad, sin tomar el sentido metafórico de los conceptos, pues la luz es necesaria y buena, pero necesita una serie de límites naturales para que exista sanamente. En la Antigüedad clásica no se reconocía aún el hombre como persona, por lo que todo estudio antropológico de entonces carecerá de un pilar fundamental como lo es la persona. Con el paso crucial del mito al logos se inicia la realidad del derecho natural, ya que el objetivo de pensamiento se centra en más en lo terrenal que en lo místico. Del mismo modo se plantean nuevas formas de interpretar y elaborar leyes, fundadas en la razón y en el hombre para sustituir las leyes divinas. Las figuras de Platón, Sócrates y los sofistas fueron claves para desarrollar este campo, pero nos centraremos en el representante del derecho natural por excelencia, Aristóteles. Aristóteles materializó desde la filosofía todos aquellos sentidos de justicia y derecho que habitaban en el cosmos y justificó la existencia del derecho natural junto con la del ser-en-sí. Junto con sus obras de metafísica y ética se convirtió en uno de los grandes tesoros de la Humanidad recibiendo el apodo de “padre del derecho natural”. A mi Aristóteles me parece brillante, no me cabe en la cabeza cómo un griego de hace más de dos mil años, casi sin haberse desarrollado ninguna teoría del derecho, realice una compilación tan excelente acerca del derecho, del hombre y de la realidad. Más adelante, con Tomás de Aquino, la teoría del derecho natural estaba prácticamente terminada, cosa que permitió acceder al siguiente nivel: los derechos humanos. El trabajo intelectual del santo integró la tradición teológica con la filosófica, mejorándolas en su integración. Destacamos en primer lugar su visión sobre las leyes. Definió tres tipos de leyes: la ley eterna, relacionada con Dios, la ley natural, relacionada con la participación humana de la ley eterna, y la ley humana, la que se relaciona con la forma natural en la que debe obrar el hombre para sí y para la comunidad. En segundo lugar, resaltamos su visión del derecho. Para enunciarla haremos referencia a la exposición de las tendencias humanas. Según el filósofo cristiano el hombre tiende a la subsistencia y la procreación, de donde parten los derechos primarios como la vida, el bienestar o la propiedad privada. En segundo lugar, tiende a la vida en sociedad y al conocimiento de la verdad sobre Dios, de donde nacen los derechos secundarios, centrados sobre todo en la sociedad civil y en el bien común. Una de mis debilidades sin dudas es Tomás de Aquino, una de las mentes más brillantes de toda la historia capaz de evangelizar con la razón. En cuanto a derechos humanos y su historia se trata, los españoles también han tenido algo que aportar, y no especialmente poco. A continuación, analizaremos las contribuciones de Bartolomé de Las Casas y Francisco de Vitoria. El segundo de ellos peleó por separar España del futuro de América dejándoles gestionarse a sí mismos y por frenar la guerra con los indios, excepto para evitar muertes indignas de los españoles. Propone una España sin colonias que respete la libertad de los extranjeros siempre y cuando no perjudiquen a los españoles. Además, realiza una descripción de lo que es legítimo y lo que no acerca de lo que se realiza en el extranjero, sobre todo en las Indias, y redacta una serie de derechos individuales y sociales. Por otra parte, como papel de sucesor, Bartolomé de Las Casas toma el testigo de Francisco. Denunciaba la posesión de colonias españolas y velaba por los derechos de los hombres, tanto de la nación como de los del extranjero, haciendo una especie de declaración universal de los derechos donde se recogen libertades y necesidades naturales de la persona. El origen del poder civil, como tema a tratar en último lugar de esta primera parte, se remonta a la obra Defensor Fidei de Francisco Suárez: en ella se cuestiona la legitimidad de la autoridad política de entonces, se plantea si ella viene de Dios directamente y habla sobra la libertad cristiana para justificar la colaboración con la autoridad legítima. Conocer acerca de personas que han vivido en las mismas tierras en las que yo vivo me enorgullece como miembro de la nación y me hace comprender que España es y ha sido importante en la Historia de la Humanidad y, además, en la protección de los derechos humanos. SEGUNDA PARTE Thomas Hobbes fue de los primeros en adoptar el iusnaturalismo en la modernidad, con sus obras demuestra su visión sobre el derecho natural. Entiende que el hombre es naturalmente asocial, no quiere decir que no se agrupe en grupos de vínculos naturales como la familia, sino que sostiene que no es capaz de vivir en un grupo donde se necesite la palabra dada y el compromiso. En el estado natural están todos contra todos, pues todos tienen derecho sobre todo y cada uno trata de hacerse dueño de lo que quiere, con las leyes eso se delimita. Para pasar de un estado natural a un estado social se requiere un pacto basado en la esperanza por la paz. En este punto la ley natural cambia de sentido, deja de ser una ley en sí para ser un supuesto racional del derecho positivo, único sentido de ley, y consiste en una serie de reglas convenientes reducidas a la moral que afectan únicamente a la conciencia. Me parece una visión del iusnaturalismo un tanto egoísta, se centra mucho en el individuo en lugar del colectivo. Al mismo tiempo, una serie de autores trataban el Derecho Natural de un modo más estricto y global, formando así la Escuela Moderna del Derecho Natural. Entre ellos destacamos a Samuel Von Pufendorf, primer catedrático en derecho natural, Christian Thomasius, uno de los pioneros en la Ilustración alemana, y Christian Wolf, quien consideraba una primacía del derecho subjetivo natural, sobre todo, y al famoso empirista británico John Locke. La concepción de ley natural tiene su base en las obras políticas de John Locke, en concreto, en dos tratados. En el primero critica la teoría de Filmer, quien mantiene posturas absolutistas y paternalistas, y en el segundo señala que el origen del poder político y su modo de reconocer a las personas procede de la ley natural identificada con la razón y común para todos los hombres. Acerca de su iusnaturalismo podemos distinguir una serie de características. Afirma que la ley natural está tanto en el estado de naturaleza como en el contrato social, criticando la visión de Hobbes acerca del estado de naturaleza y el carácter precario del humano que lo mueve a vivir en sociedad, de hecho, pensaba que el estado de naturaleza, guiado por la razón, era la expresión de la libertad absoluta. En segundo lugar, su iusnaturalismo trata las funciones y los limites de la ley. Él pensaba que la ley es fundamental y se justifica a si misma, pues sirve de instrumento para garantizar la libertad de los ciudadanos, pero debe tener límites para garantizar las libertades de los derechos subjetivos que tienen por naturaleza. Con lo aprendido en las sesiones, veo a Hobbes y a Locke como el ratón y el gato, pues uno piensa que algo es horrendo y destructor y el otro piensa acerca de lo mismo que es libertad y perfección puras.