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Universidad Autónoma de Chiapas

Facultad de Derecho
Campus III

ALUMNO:
FRANCO VELASCO VALERIA

10° SEMESTRE GRUPO “B”

MATRÍCULA: H161059

E-MAIL: H161059@UNACH.MX

TRABAJO:
CONTROL DE LECTURA "EL TIEMPO DE LOS
DERECHOS", DE NORBERTO BOBBIO.

MATERIA:
SISTEMA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS
HUMANOS

CATEDRATICO:
LIC. DE LOS SANTOS MIGUEL ANGEL

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 07 de Septiembre del 202


LA IGUALDAS Y DIGNIDAD DE LOS HOMBRES:

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre comienza con estas


palabras “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
La Declaración de derechos del hombre y del ciudadano de 1789 comienza así:
“los hombres nacen y pertenecen libres e iguales en derechos”. En un primer
momento, la afirmación de los derechos naturales era pura y simplemente una
teoría filosófica, que no tenía otro valor que el de una exigencia ideal. En un
segundo momento, la afirmación de la existencia de derechos naturales originarios
limitadores del poder soberano viene acogida en las declaraciones de derechos
que proceden a las constituciones de los Estados liberales modernos por lo que se
convierten en pretensiones jurídicas reconocidas. Desde la Declaración Universal
(tercer momento), la protección de los derechos naturales tienden a tener en si
misma eficacia jurídica y valor universal. Y el individuo tiende a convertirse de
sujeto de una comunidad estatal en sujeto también de la comunidad internacional,
potencialmente universal. No es tan obvia como parecer la declaración universal.
Que los seres humanos nacen libres e iguales quiere decir en realidad que deben
ser tratados como si fuesen libres e iguales, no nacen libres e iguales en sentido
exacto. El significado tradicional de libertad era la facultad de hacer o no hacer
determinadas cosas no impedidas por normas vinculantes; era la libertad
entendida como no- impedimento, o libertad negativa. La primera prolongación del
concepto de libertad se produce con el paso de la teoría de la libertad como no-
impedimento a la teoría de la libertad como autonomía: “la obediencia a la ley que
está prescrita por nosotros” (Rousseau). El segundo cambio en el concepto de
libertad, se produce cuando se pasó de una concepción negativa a una
concepción positiva de libertad, como consecuencia la imagen del hombre libre se
presenta como la del hombre que no debe todo al estado por que considera
siempre la organización estatal como instrumental y no como final; participa
directa o indirectamente en la vida del Estado, o bien en la formación de la
llamada voluntad general; tiene suficiente poder económico para satisfacer
algunas exigencias fundamentales de la vida material y espiritual, sin las cuales la
primera libertad esta vacía, y la segunda es estéril. También el concepto de
igualdad es extremadamente amplio y puede ser llenado de diversos contenidos.
El principio de igualdad dice que deben ser tratados de igual modo todos aquellos
que pertenezcan a la misma categoría. Respecto a la pregunta,” igualdad en que”
la Declaración Universal responde que los seres humanos son iguales en dignidad
y derechos. Como se ve, el principio de libertad y el de igualdad se conectan
estrechamente el uno con el otro, al momento de la libertad positiva, o libertad
como poder, corresponde el momento de igualdad social, llamada de otro modo
igualdad de las ocasiones o de las oportunidades. En relación a la segunda
pregunta, “igualdad entre quienes”, la Declaración responde que respecto a los
derechos fundamentales todos los seres humanos son iguales, esto es, responde
afirmado la igualdad entre todos, y no solo entre los pertenecientes a esta o
aquella categoría. La igualdad entre todos los seres humanos respecto a los
derechos fundamentales es el resultado de un proceso de gradual eliminaciones y,
por consiguiente, de unificaciones de aquello que se venía reconociendo como
idéntico: una naturaleza común del hombre por encima de todo diferencia de sexo,
raza, religión, etc.

PRESENTE Y PORVENIR DE LOS DERECHOS HUMANOS

El problema grave de nuestro tiempo respecto a los derechos humanos no era el


de fundamentarlos, sino el de protegerlos, el problema que se nos presenta, en
efecto, no es filosófico si no jurídico y, en sentido más amplio, político. No se trata
tanto de saber cuáles y cuantos son estos derechos, cuales es su naturaleza y su
fundamento, si son derechos naturales o históricos, absolutos o relativos, sino cual
es el modo más seguro para garantízalos, para impedir que, a pesar de las
declaraciones solemnes, sean comúnmente violados. Hay tres modos de fundar
los valores:

1) Deducirlo de un dato constante, por ejemplo la naturaleza humana, Boobio


dice que sería válido este modo si existiera verdaderamente una naturaleza
humana como dato constante e inmutable, y que esa naturaleza fuera
susceptible de ser conocida por el hombre.
2) Considerarlo como verdad por si misma evidente: pero Bobbio alega que
basta poner un valor bajo la confrontación histórica para darnos cuenta que
no es evidente en todos los tiempos.
3) Descubrir que en determinado periodo histórico un valor es reconocido con
tal (consenso). Bobbio señala que el fundamento histórico del conceso es el
único puede ser probado factualmente, en ese sentido, añade: “la
Declaración Universal de Derechos Humanos puede ser aceptada como la
mayor prueba histórica que nunca haya existido del consensus ómnium
egentium acerca de un determinado sistema de valores”. Concluye Bobbio:
“solo después de la Declaración podemos tener la certidumbre histórica de
que la humanidad, toda la humanidad, comparte algunos valores comunes
y podemos creer finalmente en la universalidad de los valores en el único
sentido en que tal creencia es históricamente legitima”.

La Declaración Universal representa la consciencia histórica que la humanidad


tiene de sus propios valores fundamentales en la segunda mitad del siglo XX. Es
una síntesis del pasado y una inspiración para provenir.

El problema real que se nos presenta es el de las medidas pensadas y pensables


para su efectiva protección. Hay que distinguir dos órdenes de dificultades, una de
naturaleza propiamente más jurídico-política (comunidad internacional) y otra
sustancial, es decir, inherente al contenido de los derechos en cuestión. Las
actividades hasta ahora desarrolladas por los órganos internacionales para la
tutela de los derechos humanos pueden ser consideradas bajo tres aspectos:
promoción, control y garantía. Además de las dificultades jurídico. Políticas, la
tutela de los derechos humanos se enfrenta con dificultades inherentes al propio
contenido de estos derecho: se cree que es una categoría homogénea pero hay
gran diversidad y especialización de derechos humanos, hay situaciones en que
varios derechos humanos son incompatibles y hay dos concepciones distintas de
los derechos humanos, la liberal y la socialista.
OPINION PERSONAL:

Bobbio es un filósofo emprendedor, y este es seguramente uno de los aspectos


más importantes de todo su pensamiento, al permitir no sólo un conocimiento
amplio de las distintas posibilidades de análisis de los problemas desde unos
presupuestos o planteamientos delimitadores, sino también una reflexión abierta e
inacabada.

Cabe destacar la actitud crítica del autor en todo momento preguntándose todos
los fundamentos de los derechos humanos y no dando ninguna ideología ni actitud
como un axioma. En mi opinión, uno de los problemas de nuestro tiempo es
precisamente la falta de razón crítica en nuestras vidas.

En la actualidad la igualdad es un derecho inalienable para el ser humano, en


tanto que forma parte de la persona desde que nace, y es una condición que se le
atribuirá hasta el último día de su vida. Pero La Igualdad no significa que todos los
seres humanos debamos ser iguales, sino todo lo contrario, la Igualdad presupone
que las diferencias son algo intrínseco a las personas, y éstas, por las
características que les distinguen, no deben ser privadas de estos derechos. Por
este motivo, La igualdad es uno de los valores fundamentales que han configurado
los sistemas políticos actuales a partir de una igualdad jurídica y política para
todos los ciudadanos.

Hoy entendemos a los derechos humanos no sólo como la expresión ética más
acabada del derecho, sino como la expresión jurídica de la dignidad humana. Esto
es, los derechos humanos, originalmente concebidos como instrumento para
defender al individuo de las acciones de la autoridad que pudieran afectar o
agredir a su dignidad, hoy día en las sociedades contemporáneas tienen el
carácter de paradigma ético y regla moral. Así, de manera pragmática hoy se
considera que las normas jurídicas son justas cuando respetan, protegen y
promueven los derechos humanos; y las acciones de la autoridad son legítimas
cuando son respetuosas y promotoras de los derechos humanos

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