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La educación en Inglaterra a fines del siglo XVIII era tremendamente clasista, con una gran
diferencia entre los que podían permitirse acudir a los centros privados o contratar tutores
particulares y los menos favorecidos. La creciente industrialización que enfatizaba esta
diferencia de clase, no hacía más que profundizar el problema. La clase alta tradicional y la
nueva clase media accedían a una enseñanza de calidad, pero los hijos de las clases bajas no
podían si quiera recibir una educación primaria en condiciones.
Para amortizar tales carencias, la formula de PEDAGOGOS Joseph Lancaster y Andrew Bell
propusieron nuevas alternativas. Fue Andrew Bell el primero que aplico un sistema educativo
similar que luego popularizo Lancaster.
Andrew Bell fue un Pedagogo escocés, que se dedicó a la enseñanza y al llegar como ministro
de una iglesia formó un orfanato en Madrás (India) que debido a la falta de maestros formuló
un sistema pedagógico basado en la enseñanza recíproca entre los estudiantes (entre pares),
lo cual proporcionaba que al no cubrir la demanda de planta docente de una instrucción más
personalizada se utilizaba a otros alumnos que enseñaran durante el proceso fungiendo como
monitores.
Solo estos monitores precisan comunicarse con un único maestro, y que queda así conformada
una estructura piramidal que permite tener muchos alumnos en la base, los monitores
sosteniendo la franja intermedia y el maestro único en la cúspide, controlando la totalidad del
proceso de enseñanza y aprendizaje. Lo que se enseñaba en la propuesta de Lancaster era
contenidos tales como el orden, lectura, escritura, gramática, dibujo, costura y canto.
A pesar de que los textos lancasterianos prescribían hasta diez el número de alumnos
bajo la tutela de un monitor, esto no era un impedimento para contar con clases
numerosas, pues quinientos alumnos podían llegar a estar supeditados a un solo
docente.
suponía una enseñanza de tipo recursiva en la que los estudiantes más avanzados,
denominados monitores, impartían sus conocimientos a los que aún no los tenían.
La decaída del sistema lancasteriano se debió a sus aclamadas criticas hacia su sistema
por su método memorista y su rígida disciplina. Se considera que los niños deben
preguntar y no repetir para obedecer a la razón y no a la autoridad.