Está en la página 1de 51

MODULO 3

-Seguro de responsabilidad civil obligatorio. Análisis jurisprudencia


actualizada.

I.- Introducción:

Nos dice el art 109 de la Ley 17.418, que en el seguro de


Responsabilidad Civil: “ El asegurador se obliga a mantener indemne al
asegurado por cuanto deba a un tercero en razón de la responsabilidad
prevista en el contrato, a consecuencia de un hecho acaecido en el plazo
convenido”.

Riesgo1 es una eventualidad prevista en el contrato, la noción de


eventualidad es entendida como excluyente de la certidumbre y de la
imposibilidad, comprendido el caso fortuito, sin excluir, en cambio, en
absoluto, la voluntad de las partes, siempre que el acontecimiento no
dependa inevitable y exclusivamente de ella. La incertidumbre no debe ser
absoluta, sino económica, para lo cual basta la incertidumbre del momento
en que se producirá; es decir, sea en cuanto a la realización del hecho
mismo, sea en cuanto a la época o momento en que ocurrirá

Desde el punto de vista económico, "hay riesgo respecto de un sujeto


siempre que la situación económica no sea para él previsible, o por lo menos
no lo sea con un mínimo de certidumbre"

La existencia de una necesidad sólo aparece como posible


cuando el patrimonio de alguien (seguro de intereses) o la persona de
alguien (seguro de personas) será afectado por la producción del siniestro.
El asegurador hace frente a esa necesidad -o evento o daño, según sea la
explicación que se acepte- por medio del contrato y en la medida que éste
fije. La asunción del riesgo significa así que asume la posibilidad de la
necesidad eventual resultante de un determinado estado del riesgo. El
estado del riesgo aparece en relación al riesgo de la misma manera que la
existencia concreta de la situación representada de la producción de una
necesidad lo está con la posibilidad abstracta

La posibilidad del siniestro -o daño o necesidad, como se


denomine- se debe apreciar con relación al mayor número posible de
riesgos análogos conforme a la experiencia, y no exclusivamente

1
Halperom Isaac, Seguros Ediciones De Palma, 2001.
1
relacionada con el solo riesgo particular. Cuanto más abundante y precisa es
la experiencia del asegurador, tanto más ajustadamente se fija la medida de
su responsabilidad eventual. En la comunidad de riesgos, en la reunión de
estados de riesgos homogéneos, la ley de los grandes números puede
actuar con efectos compensadores, cuando existe una cierta igualdad
empírica respecto de las consecuencias de cierto hecho

El riesgo que asume el asegurador, es distinto del soportado por el


asegurado: es artificial, creado por el contrato. El del asegurado es
indeterminado e inmediato; el del asegurador es mediato y limitado al
contrato.

El interés asegurable versa sobre todo el patrimonio del asegurado.

Jurisprudencia

La defensa de culpa grave del asegurado es oponible por la aseguradora


citada en garantía frente al tercero damnificado que demanda los daños
causados en un accidente de tránsito (C. Nac. Civ., en pleno, 11/5/1982,
"Mustafá, Alicia N., v. Núñez, José M." , JA 1982-III-477). En el mismo
sentido, C. Nac. Civ. sala I, 17/10/1989, "Tapia, María I., v. Sengel, Alberto, y
otros", JA 1991-I-377 y LL 1982-C-323; en este mismo fallo la cámara
sostuvo que solamente los casos de culpa muy indudable y gravísima del
asegurado dan lugar a la exención de responsabilidad de quien tomó a su
cargo los riesgos de probables eventos dañosos: tales serían los actos u
omisiones en que no hubiera incurrido el asegurado de no haber contratado
el seguro, mediando así un aprovechamiento deliberado del seguro al
cometer el acto ilícito. Dicha culpa grave se asemeja más al dolo que a la
culpa, consistiendo en la asunción consciente e innecesaria de un riesgo
probable

Al prescribir el art. 118 de la ley 17418 que ". . . la sentencia que se dicte
hará cosa juzgada respecto del asegurado y será ejecutable contra él en la
medida del seguro", quiere significar que el tercero está subordinado, le son
oponibles, lo afectan o se encuentra enmarcado por determinadas
estipulaciones contractuales, aun cuando haya sido ajeno a la celebración
del pacto. El tercero debe aceptar todos los términos del contrato de seguro,
aun aquellos que eliminen o restrinjan la garantía de indemnidad (Sup. Corte
Bs. As., 5/11/1985, "Marello, Carlos R., v. Bellante, Ignacio F., s./ Daños y
perjuicios" Ver Texto, Diario Jurispr. Provincial de Bs. As., del 2/5/1986; y
Sup. Corte Bs. As., 6/9/1988, "Decesero, Agustín, v. Parent, Rubén G., y
2
otro" , LL 9/11/1988; C. Nac. Com., sala B, 20/9/89, "Espósito Tucillo,
Antonio, v. Pirroncello, Vito F. S." , ED 28/5/1990, fallo 42.371, con nota de
Enrique J. Quintana. Este fallo agregaba que, aunque el asegurado
nominado en la póliza de un seguro de la responsabilidad civil sea una
persona jurídica, el conductor del vehículo al momento del acaecimiento del
siniestro será el autor del daño y, como tal, asegurado según la cobertura
extendida por la póliza. Por ende, estará alcanzado por las limitaciones del
contrato en el caso de mediar culpa grave de su parte, restricción que puede
serle opuesta a la víctima).

Constituye culpa grave la conducta del asegurado que lindó con el dolo, ya
que nada es más cercano al dolo que ponerse al volante de un automóvil en
evidente estado de ebriedad (C. Nac. Com. en pleno, 8/7/1968, "Carrasco,
Santiago, v. El Comercio Compañía de Seguros S.A.", LL 132-12).

La culpa grave como causal de caducidad del contrato de seguro debe


interpretarse restrictivamente y ser admitida sólo en caso de que se
demuestre que el asegurado provocó el hecho en tal situación, asimilada al
dolo, es decir que haya actuado de modo en que no lo habría hecho si no
estuviera amparado por el seguro. Debe identificarse más con la voluntad
consciente que con el simple descuido y constituir una falta grosera e
inusitada que no hubiera cometido ni el más imprudente o negligente de los
habitantes. La alegación de la culpa grave por parte de la aseguradora pone
a su cargo la prueba de las circunstancias de las cuales surge aquélla. La
condena por homicidio culposo dictada contra el conductor del vehículo en
sede penal no es suficiente, por sí sola, para hacer funcionar la cláusula que
exime al asegurador, pues los jueces civiles pueden valorar en sus
pronunciamientos el grado de culpabilidad (C. Civ. y Com. San Isidro, sala I,
26/10/1989, "Acosta, Abel I., v. Otero, Luis A.", DJ 1990-194. En el sentido
de considerar que la actuación gravemente culposa se vio facilitada por la
existencia de un seguro que cubriese las consecuencias, C. Com., sala A,
12/12/1966, "Kumaber, Abraham, v. Arcadia Compañía de Seguros S.A.", JA
1967-I-97; en el mismo sentido, sala C, 31/5/1968, "Rosas, Jorge, v. El
Comercio Compañía de Seguros S.A.", LL 32-14 y JA 1968-VI-95. En el
sentido de que debe identificarse más con la voluntad consciente que con el
simple descuido y debe probarse en forma tan concluyente que no deje la
menor duda de que el asegurado deseó y ocasionó voluntariamente el
hecho, C. Civ. y Com.Córdoba, sala IV, 10/7/1964, "Letie, Francisco, v. El
Comercio de Córdoba Compañía de Seguros S.A.", CJ XIX-105).

3
La culpa grave consiste en la omisión de la diligencia elemental de las
personas menos previsoras, o cuando resulta evidente que la idemnidad
otorgada por el seguro es la que provoca la negligencia del asegurado (C.
Apel. Rosario, sala III, 19/3/1965, "Rita, Enzo, v. San Cristobal Soc. Mutual
de Seguros", LL 119-335). En sentido análogo, Sup. Corte Bs. As.,
16/6/1964, "Pantano, Agustín, v. La Estrella Compañía de Seguros S.A.",
DJBA 73-161; y C. Nac. Com., sala B, 15/11/1961, "Nader, Jorge, v. Unión
Mercantil Compañía de Seguros S.A.", LL 106-497 y "Bertini v. El Mundo
Compañía de Seguros S.A.", LL 111-481.

Para que el asegurador quede relevado del pago del seguro, la violación de
las leyes y reglamentos de tránsito debe, si no ser estrictamente dolosa,
significar un incumplimiento inusitado e inexplicable que exceda los límites
de la simple culpa, una despreocupación en la que no habría obrado de no
existir el seguro (C. Nac. Com., sala C, 20/3/1963, "Kopelman, Guillermo, v.
El Mundo Compañía de Seguros S.A.", JA 1963-V-438).

La culpa grave a que alude el art. 70 , LS., puede ser descrita como aquella
imprudencia o negligencia extrema, desorbitada respecto del
comportamiento medio habitual del grupo social en el cual tiene lugar y que
culmina siendo la causa del siniestro como consecuencia de una
intensificación desmesurada de la probabilidad siniestral. En materia de
seguros la existencia y configuración de la culpa grave es de interpretación
restrictiva. El art. 114 de la ley 17418 sólo puede ser modificado en favor del
asegurado; en consecuencia, existe la posibilidad cierta de cubrir el
supuesto de culpa grave (C. Nac. Civ., sala F, 6/5/1996, "Ojeda, Pedro C., v.
Telecom S.R.L." , LL, fallo 38.808-S).

La culpa grave, como excluyente de las obligaciones del asegurador,


consiste en la negligencia grosera, aquella en la que apenas sea creíble que
su autor no hubiera deseado, al obrar, causar el daño que ha producido.
Como causal de exoneración de responsabilidad de la aseguradora que es,
la culpa grave debe ser apreciada con carácter restrictivo y severo, para
evitar abusos y no tornar ilusoria la garantía debida tanto al asegurado como
a la víctima del accidente. Dado que la aseguradora sólo libera su
responsabilidad en caso de dolo o cuando, no demostrado éste, la conducta
del causante del daño linde estrechamente con él, a tal punto que quepa
sospecharlo, la sola existencia de una falla de frenos no se presenta como
causa suficiente para liberar a aquélla de responsabilidad (Trib. Sup.

4
Córdoba, sala Civ. y Com., 29/2/1996, "Scabuzzo, Ricardo D., v. Pérez,
Alejandro", LL Cba. 1996-1235).

En materia de seguros, la culpa grave puede ser definida como aquel obrar
cuyo resultado dañoso es previsible para el asegurado y deriva de una
conducta u omisión tan apartada de las pautas normales del comportamiento
que provocaría la repulsa del individuo medio. En consecuencia, el grado de
culpa antes referido consiste en la decisión deliberada y consciente del
agente de comportarse de manera singularmente riesgosa, exponiéndose a
sí mismo y a terceros a las consecuencias de ese obrar. La cláusula que
libera al asegurador de responsabilidad por el siniestro provocado por el
conductor que no se halle en relación de dependencia laboral es ilegítima y
abusiva, pues la culpa grave es una hipótesis de delimitación causal
subjetiva y, por tanto, referida sólo al asegurado, y de invocarse una
cláusula de esa especie, su ilicitud está determinada por el art. 158 , LS.,
pues empeora las condiciones de contratación del asegurado (C. Nac. Civ.,
sala L, 23/9/1996, "Giuliani, Marion, y otro v. Khafif, Isaac, y otros" , LL, fallo
97.334).

Conforme el art. 158 , LS., según lo previsto en el art. 114 , las cláusulas
atinentes al seguro de la responsabilidad civil sólo pueden ser modificadas a
favor del asegurado (C. Nac. Civ., sala I, 27/8/1996, "Cuquejo, Walter H. L.,
y otro v. Sevillano, Marcelo E." , LL J. Agrup.,).

Sólo el dolo o la culpa grave del asegurado excluyen la cobertura, quedando


amparados los actos que aun con dolo o culpa grave puedan ejecutar
aquellas personas por las que el asegurado responde civilmente, pues ello
se cuenta entre los riesgos de los que el asegurado busca cubrirse al
contratar el seguro. Ni aun a través de una cláusula de la póliza aceptada al
contratar el seguro, la condición subjetiva que tipifica la cláusula de
exclusión puede hacerse extensiva a conductas provenientes de otros
sujetos, a los efectos liberatorios de la responsabilidad del asegurador, pues
sólo la culpa grave del tomador produce la exclusión de cobertura (C. Civ. y
Com. 1ª Bahía Blanca, sala II, 7/8/1997, "Castel de Gullini, Raquel, v.
Fernández, Fernando A., y otro", LL Bs. As., 1998-369).

Las cláusulas de exención de responsabilidad de la aseguradora en caso de


culpa grave del asegurado, en cuanto implican una limitación subjetiva a la
obligación de responder contraída por aquélla en beneficio del asegurado,
es en definitiva el objeto propio del contrato, debe interpretarse

5
restrictivamente, imponiéndosele a la aseguradora la carga de la prueba de
las circunstancias que permitan tener por configurada la existencia de culpa
grave y que la misma, para tener relevancia, fue determinante del siniestro.
Sólo la conducta culposa, que por su magnitud e imprudencia y/o
negligencia supere las pautas objetivas de actuación que habitualmente
adopta el común de los individuos del medio social en que opera el seguro,
queda fuera del amparo de la cobertura asegurativa, requiriéndose asimismo
que el accionar intensamente imprudente del asegurado haya acentuado
excesivamente la probabilidad del siniestro (C. Civ. y Com. Quilmes,
26/11/1996, "Peralta, Alejandro, v. Iguazú Compañía de Seguros S.A." , LL
Bs. As., 1998-108).

La cláusula de exención de responsabilidad de la aseguradora en caso de


culpa grave debe ser interpretada restrictivamente, en cuanto implica una
limitación a la obligación de responder contraída en beneficio del asegurado,
que es en definitiva el objeto propio del contrato. En el seguro de daños a
cosas, la compañía aseguradora que se obliga a resarcir el daño causado
por la destrucción total o parcial del automotor, se libera por la culpa grave
personal del asegurado, y no por la del cónyuge no tomador (Sup. Corte
Mendoza, sala I, 17/4/2000, "León de Juri, María, y otro v. La Buenos Aires
Compañía de Seguros S.A.", LL Gran Cuyo 2000-584).

Para calificar de "maliciosa" la conducta del asegurado, no es menester que


cada uno de los actos de la misma sean ajustados a tal calificación, sino que
también puede tomarse en cuenta, a tal efecto, todo el comportamiento (JA
1989-II-546 ).

Debe precisarse con la mayor claridad qué debe entenderse por culpa
grave. Así se evitará el peligro de que mediante su alegación pueda llegarse
al absurdo de consagrar, como regla general, la irresponsabilidad de las
compañías aseguradoras. Mediante el uso de una hermenéutica restrictiva
para la determinación del concepto de culpa grave se logrará una solución
congruente y armónica que evite conflictos siempre latentes. En los
accidentes de tránsito no basta la culpa o negligencia de una mayor entidad
o rayana en la desaprensión hacia la seguridad de los terceros, sino que
debe demostrarse de manera concluyente que el victimario deseó y
ocasionó voluntariamente el hecho (C. Nac. Esp. Civ. y Com., sala V,
27/5/1988, "Isla, María E., y otro v. Pérez, Manuel", JA 1989-III-594 Ver
Texto, con nota de Rubén S. Stiglitz).

6
La culpa grave no consiste en cualquier negligencia o descuido, puesto que
si así lo fuere, la institución del seguro se vería limitada a las hipótesis de
fuerza mayor o caso fortuito, lo cual es contrario a su función de garantía. Si
se exigiera el cumplimiento de recaudos de seguridad completa al tomador
del seguro, haría a dicho seguro innecesario o económicamente
inconveniente (C. Civ., sala E, 11/6/1990, "Olmos, Paula E., v. Starapoli,
Antonio R.", JA 1992, IV-Síntesis Ver Texto).

Un descuido del asegurado, una mera negligencia, no constituyen culpa


grave liberatoria del asegurador conforme el art. 70 de la ley 17418, el que
requiere una negligencia grosera, una conducta culposa que aquél no habría
observado si no estuviese asegurado. Por tanto, imputar culpa grave a toda
negligencia o mero descuido del asegurado equivale a limitar la garantía del
seguro a los supuestos de caso fortuito o fuerza mayor, lo que es contrario a
la función del seguro y a las normas de la ley 17418 . Dicha culpa grave del
asegurado debe apreciarse con criterio restrictivo y con relación a las
circunstancias y particularidades de cada situación, configurándose sólo
cuando media una manifiesta y grave despreocupación en la que no hubiera
incurrido de no existir el seguro, identificándose más con la voluntad
consciente que con el simple descuido (C. Nac. Com., sala B, 22/12/1983,
"Gómez, Mónica, v. Cumbre Cooperativa de Seguros Ltda." , LL 1984-C-236,
con nota de Rubén S. Stiglitz y Roberto O. Berizonce).

En un pronunciamiento se declaró que constituye culpa grave el dejar oculto


dentro de un automóvil estacionado en la zona céntrica de la Capital Federal
un portafolio conteniendo alhajas de alto valor, acción constitutiva de una
negligencia gravísima que posibilitó el robo cuya perpetración se hubiera
evitado de haber actuado con la más elemental prudencia, sobre todo ante
la peligrosidad de una delincuencia cada vez más especializada en el robo
de automotores y de las cosas de algún valor colocadas en el interior de los
mismos, no siendo descabellado presumir que el ladrón vio cuando se
colocaba el portafolios debajo del asiento. El Dr. Casares destacó que el
asegurado había manifestado que habitualmente guardaba las alhajas en su
caja fuerte del Banco de la Nación y que se hacía acompañar cuando
eventualmente las retiraba, lo que demostraba que tenía exacta noción de
que debía poner de su parte la diligencia adecuada para la seguridad de las
joyas (C. Nac. Com., sala A, 25/471968, "Iaffe, Enrique, v. La Agrícola
Compañía de Seguros S.A.", LL 133-600).

7
Régimen Legal:

La ley 17.418 de 1967, incorporada al Código de Comercio en reemplazo de


sus anteriores disposiciones, regula en la actualidad el contrato del seguro.
Lo hace con criterio publisistico, estableciendo gran cantidad de
disposiciones que no pueden ser modificadas por las partes (o que solo
pueden ser modificadas en beneficio del tomador) y reglamentarista,
contemplando en detalle todos los aspectos del contrato.

Las disposiciones legales de mayor significación que rigen en la actualidad


en materia de seguros son las siguientes:

Toda falsa de declaración conocidas por el asegurado, aun hechas de buena


fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus
condiciones, si el asegurador hubiera sido cerciorado del verdadero estado
de riesgo, hace nulo el seguro.

Póliza:

Es el instrumento del contrato de seguro y debe contener los siguientes


datos:

a.-Los nombres y domicilios de las partes.

b.-El interés o la persona asegurada.

c.-Los riesgos asumidos.

d.-El momento desde el cual estos se asumen y el plazo.

e.-La prima.

f.-La suma asegurada.

g.-Las condiciones generales del contrato.

De acuerdo con esta enumeración las pólizas constan de dos partes. En la


primera se insertan las cláusulas particulares del contrato. En la segunda
figuran las condiciones generales del seguro del que se trate. Estas
condiciones son uniformes para todos los contratos, se incluyen al dorso de
la póliza y deben ser aprobadas por la Superintendencia de Seguros de la
nación.

8
Es el precio del seguro y debe pagarse en el domicilio del asegurador o en el
lugar convenido entre las partes. Se adeuda desde la celebración del
contrato pero no es exigible sino contra la entrega de la póliza.

Prima:

Toda agravación del riesgo asumido que a juicios de peritos hubiera


impedido el seguro o modificado sus condiciones, es causa especial de
rescisión del contrato de seguro. El asegurado tiene que denunciar al
asegurador la agravación del riesgo. Si esta se debe a un hecho del
asegurado, la cobertura queda suspendida y el asegurador tiene que
notificar, en el termino de 7 días, su decisión de rescindir. Si la agravación
resulta de un hecho ajeno al asegurado, la decisión de rescindir debe
notificarse dentro de los 30 días.

Agravación del riesgo:

En los seguros de daños patrimoniales, el crédito a favor del asegurado


debe pagarse dentro de los 15 días, una vez fijado el importe de la
indemnización o aceptada, por parte del asegurado, la indemnización
ofrecida. En los seguros de personas el pago se hace dentro de los 15 días
de notificado el siniestro. Cuando el asegurador haya estimado el daño
reconocido el derecho del asegurado, se puede reclamar un pago a cuenta
si el procedimiento para establecer la prestación no se haya terminado un
mes después de la notificación del siniestro. El pago a cuenta no puede ser
inferior a la mitad de la prestación reconocida por el asegurado.

Citación en Garantía

El articulo 118 de la Ley 17.418 dicta: “El crédito del damnificado


tiene privilegio sobre la suma asegurada y sus accesorios, con preferencia
sobre el asegurado y cualquier acreedor de éste, aun en caso de quiebra o
de concurso civil. El damnificado puede citar en garantía al asegurador hasta
que se reciba la causa a prueba. En tal caso debe interponer la demanda
ante el juez del lugar del hecho o del domicilio del asegurador. La sentencia
que se dicte hará cosa juzgada respecto del asegurador y será ejecutable
contra él en la medida del seguro. En este juicio o la ejecución de la
sentencia el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas después del
siniestro. También el asegurado puede citar en garantía al asegurador en el
mismo plazo y con idénticos efectos.”
9
Por ende tanto el damnificado como el asegurador pueden citar en garantía
hasta que se abra la causa a prueba, a fin de que la sentencia que se dicte
haga cosa jugada respecto del asegurador y sea ejecutable contra el en la
medida del seguro.

Es decir que el actor- damnificado, podrá ejecutar la sentencia


directamente contra el asegurador, en la medida de la cobertura del
seguro.

El crédito del damnificado tiene privilegio sobre la suma asegurada y sus


accesorios, con preferencia sobre el asegurado y cualquier acreedor de
este, aun en el caso de quiebra o de concurso.

Si es el damnificado quien efectua la citación tendrá la opción de


interponer demanda, ante el juez del lugar del hecho o el juez del domicilio
del asegurador.

II.- La carga de DENUNCIAR el siniestro: Consecuencias de su


incumplimiento para el asegurado y para el damnificado:

El articulo 115 de la LS reza: “El asegurado debe denunciar el


hecho del que nace su eventual responsabilidad en el término de tres días
de producido, si es conocido por él o debía conocerlo; o desde la
reclamación del tercero, si antes no lo conocía. Dará noticia inmediata al
asegurador cuando el tercero haga valer judicialmente su derecho.”

El citado articulo nada dice en caso de incumplimiento de dicha carga por


el asegurado. Cierto que el articulo 47 establece que el asegurado pierde el
derecho a ser indemnizado, pero la duda es si este dispositivo es aplicable
al contrato de responsabilidad civil.

Antes que nada, corresponde diferenciar dos situaciones:

a).- Efectos de la omisión de la carga de denunciar respecto del


damnificado.

Al respecto la doctrina y la jurisprudencia contestes en cuanto a que falta de


denuncia (o denuncia tardia) al asgurador le seria inoponible al damnificado.

Es que la NO DENUNCIA o denuncia tardía seria, un hecho posterior al


siniestro, y el art. 118 prescribe que en el juicio o en la ejecución de la
sentencia, el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas después del
siniestro. Para evitar cualquier duda sería deseable que la ley 17.418
10
aclarara que por siniestro entiende el hecho que debe reparar ( accidente de
transito) y no el reclamo administrativo o judicial del damnificado.
Lamentablemente, la ley no formula esta aclaración.

b).- Efectos de la Omisión de la carga de denunciar respecto del


asegurado

Si bien como se señalo el segurador no puede eximirse del pago frente al


tercero damnificado, la pregunta seria: en caso de omisión de denuncia,
¿Podra repetir las sumas abonadas contra su asegurado?

Siguiendo los lineamientos de un ilustrativo trabajo de Mariano Pablo


Scarioni2 , podríamos decir que existen dos posturas al respecto:

1).- Una que llamaremos rigida, considera que el asegurador puede repetir
frente al asegurado los incumplidor las sumas que abonara oportunamente
al tercero reclamante, meramente invocando la falta de cumplimiento por
ese ultimo del mencionado art. 115 L.S. Esta postura entiende que
directamente aploicable el ya mencionado art. 47 de la ley 17.418.-

Probado el incumplimiento de la carga de denunciar y salvo la demostración


de caso fortuito por parte del asegurado, queda libre la acción de recuperao
por parte del asegurador.3

2).- Otra postura, que denominaremos “flexible” entiende aplicable no el art.1


47 L.S. sino, la segunda parte del articulo 36, que dispone que “si la carga u
obligación debe ejecutarse después del siniestro , el asegurador se libera
por el incumplimiento si el mismo influyo en la extensión de la obligación
asumida”

Por ende el asegurador no le basta con acreditar el incumplimiento de la


carga de denunciar, sino que debe demostrar que dicho incumplimiento
incidió en el pago de la indemnización. Si pago lo mismo que hubiea pagado
en caso de haberse denunciado el siniestro, no hay acción de recupero.
Dicho de otra manera, hay acción de recupero si el incumplimiento de la
carga resulto perjudicial para el asegurador.4

2
Scarioni: Algunas consideraciones acerca de la denuncia del siniestro en el seguro de
responsabilidad civil SUPLEMENTO de SEGUROS Y REASEGUROS. El Dial.com
3
Antonio Gibault S.A. c/ Amparo Cia de Seguros. 137-597.
4
Cnia de Seguros Union de Comerciantes S.A. c/ Talleres Opticos de Negri S.A.” 5/03/1998
11
II.- Seguro de Responsabilidad Civil Optativo al Seguro de
Responsabilidad Civil Obligatorio.

La Ley 17.418 regula al seguro de responsabilidad civil como una cobertura


optativa para el asegurado, que puede contratarlo o no. En definitiva,
repetimos, el interese asegurable es su patrimonio.

En cambio, en materia de accidentes de transito se estableció un sistema de


seguro de responsabilidad civil obligatorio, con la evidente intención de
proteger a la victima del accidentm quien muchas veces se encuentra con un
demandado condenado pero insolvente o con bienes de difícil ubicación.
Desde ya nos adelantamos a decir que una cosa fue la “intención” del
legislador y otra el resultado conseguido.

Que dice la ley:

ARTICULO 68. — SEGURO OBLIGATORIO. Todo automotor, acoplado o


semiacoplado debe estar cubierto por seguro, de acuerdo a las condiciones
que fije la autoridad en materia aseguradora, que cubra eventuales daños
causados a terceros, transportados o no.

Igualmente resultará obligatorio el seguro para las motocicletas en las


mismas condiciones que rige para los automotores.

Este seguro obligatorio será anual y podrá contratarse con cualquier entidad
autorizada para operar en el ramo, la que debe otorgar al asegurado el
comprobante que indica el inciso c) del artículo 40. Previamente se exigirá el
cumplimiento de la revisión técnica obligatoria o que el vehículo esté en
condiciones reglamentarias de seguridad si aquélla no se ha realizado en el
año previo.

Las denuncias de siniestro se recibirán en base al acta de choque del


artículo 66 inciso a), debiendo remitir copia al organismo encargado de la
estadística.

Los gastos de sanatorio o velatorio de terceros, serán abonados de


inmediato por el asegurador, sin perjuicio de los derechos que se pueden
hacer valer luego. El acreedor por tales servicios puede subrogarse en el
crédito del tercero o sus derechohabientes.

Carece de validez la renuncia a un reclamo posterior, hecha con motivo de


este pago.

12
La reglamentación regulará, una vez en funcionamiento el área pertinente
del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, el sistema de prima
variable, que aumentará o disminuirá, según haya el asegurado denunciado
o no el accidente, en el año previo de vigencia del seguro.

Y la superintendencia a través de resoluciones: 21.999/92 y 22058,


34.225/2009, aprobó los requisitos de las polizas básica del seguro
automotor y dispuso que a partir del 1° de Septiembre de 2009 quedan sin
efecto las citadas resoluciones 21.999 y 22.058.

Precisamente a partir del 1/09/2009, la clausula 3° de la Resolucion


34.225/2009, establece

CLAUSULA 3:

a) Se cubre la responsabilidad en que se incurra por el vehículo automotor


objeto del seguro, por los daños y con los límites que se indican a
continuación:

1) Muerte o incapacidad total y permanente, por persona: $ 90.000 (PESOS


NOVENTA MIL).

2) Incapacidad parcial y permanente: por la suma que resulte de aplicar el


porcentaje de incapacidad padecida sobre el monto previsto para el caso de
muerte o incapacidad total y permanente.

Dicha incapacidad parcial y permanente se sujetará al Baremo que figura


como CUADRO "A".

3) Un límite por acontecimiento en caso de producirse pluralidad de


reclamos igual al doble del previsto para el caso de muerte o incapacidad
total y permanente.

b) Se cubre la obligación legal autónoma por los siguientes conceptos:

1) Gastos sanatoriales por persona hasta: $ 3.000 (PESOS TRES MIL).

2) Gastos de sepelio por persona hasta: $ 3.000 (PESOS TRES MIL).

13
Los pagos que efectúen la aseguradora o el asegurado por estos conceptos,
serán considerados como realizados por un tercero con subrogación en los
derechos del acreedor y no importarán asunción de responsabilidad alguna
frente al damnificado.

El asegurador tendrá derecho a ejercer la subrogación contra quien resulte


contractual o extracontractualmente responsable.

c) El asegurador toma a su cargo, como único accesorio de la obligación


asumida, el pago de costas judiciales en causa civil incluidos los intereses, y
de los gastos extrajudiciales en que se incurra para resistir la pretensión del
tercero, sin perjuicio de lo dispuesto por el inciso a) del artículo 110 de la Ley
Nº 17.418, dejándose sentado que en ningún caso cualquiera fuera el
resultado del litigio, el monto de dicho accesorio podrá exceder de una suma
igual al 30% de la que se reconozca como capital de condena y hasta un
límite máximo de un 30% de la suma asegurada, quedando el excedente si
lo hubiera a cargo del asegurado.

Como puede verse, en el seguro obligaotiro no se encuentran cubiertos


los daños provocados a los bienes de terceros, solo lesiones o muerte
de personas.

III.- Oponibilidad e Inoponibilidad de las Franquicias a la victima

El punto de la polémica, dado los distintos criterios doctrinarios y


jurisprudenciales, es la oponibilidad o no a la victima del accidente de las
franquicias y excepciones de cobertura existentes en la poliza de seguro
suscripta entre aseguradora y asegurado.

Algunos tribunales entienden que estas franquicias y las excepciones de


cobertura en general, son inoponibles a la victima (es la posición tradicional
en la materia), mientras que otros con dichas franquicias y excepciones de
cobertura no son oponibles a la victima (posición moderna) debiendo
responder la aseguradora frente a esta, sin perjuicio de su eventual acción
de repetición contra el asegurado.

14
Esto deviene por la deficiente previsión legislativa, pues se pretendió
consagra un seguro obligatorio de responsabilidad civil pero, en los
hechos, no se lo implemento.

El problema especialmente es en los accidentes producidos con


“Vehiculos Automotores destinados al Transporte Publico de
Pasajeros” establece en la clausula 4° de su Anexo II, una franquicia de
$40.000.-

Caso 1).- Seguro de Responsabilidad Civil: Las Franquicias son


oponibles a la victima.

“Recurso de Hecho deducido por la Economia Comercial S.A. de


Seguros Generales en la Causa Villareal, Daniel Alberto c/ Fernandez,
Andres Alejandro y otros”, de fecha 29 de Agosto de 2006.5

Caso 2).- Seguro de Responsabilidad Civil: Las franquicias son


inoponibles a las victimas:

La Camara Nac en lo Civil, en Pleno: “Obarrio, Maria Pia c/ Microomnibus


Norte S.A.y otros s/ Daños y Perjucios (Accid de transito les/ muerte)
Sumario”

Y en “Gauna, Agustin c/ La Economia Comercial S.A. de Seguros


Generales y otro s/ Daños y Perjuicios”

En Definitiva y por mayoría legal se fijo como doctrina legal: “En los
contratos de responsabilidad civil de vehículos automotories destinados al
transporte publico de pasajeros , la franquicia como limite de cobertura –
fijada en forma obligatoria por la autoridad de contrl de la actividad
aseguradora conforme resolución N° 25.429/97, no es oponible al
daminificado (sea transportado o no).

Caso 3).- Fallo de Corte – Las franquicias son oponibles a las victimas.

Autos: “Cuello Patricia Dorotea c/ Lucena, Pedro Antonio” del 7 de


Agosto de 2007.”

La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a un recurso de queja


y dejó sin efecto la sentencia de la Sala B de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil que declaraba inoponible a la victima de un accidente
de transito una franquicia a cargo del asegurado por la suma de $40.000. El
5
S.C.B.A. www.csjn.gov.ar
15
Tribunal, haciendo suyo el dictamen de la Procuración, reiteró su postura de
que el seguro obligatorio de responsabilidad civil impuesto por la Ley
Nacional de Transito puede incluir excepciones de cobertura oponibles a la
víctima, pues la citada norma dispone que este seguro se hará “de acuerdo
a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora”.

Caso 4).- Una sala de la Cámara Nacional Civil – La Franquicia es


Inconstitucional

Autos: Fernandez Maria Teresa c/ Transportes America S.A. y otros s/


Daños y Perjuicios (Acc Tran c/ Les. O Muerte) del 13 de Noviembre de
2007.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil declaró la


inconstitucionalidad del art. 4 del Anexo II de la resolución 25.429/97 de la
Superintendencia de Seguros, que establece una franquicia a cargo del
asegurado por la suma de $40.000 en los contratos de seguro de
responsabilidad civil de vehículos automotores destinados al transporte
público de pasajeros. De esta manera, el Tribunal condenó a la aseguradora
a que abone a la actora el total de la deuda en forma solidaria con la
empresa asegurada, manteniendo su posición y apartándose del criterio de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la cuestión.

Caso 5).- La Corte Suprema – Materias de Franquicias y Seguros.

“GARCIA DE SZIKORA, INOCENCIA C/ TRANSPORTE LA PERLITA S.A.


S/ DAÑOS Y PERJUICIOS”, Cámara en lo Civil y Comercial de
Mercedes, Sala I , 30 de agosto de 2007.

La Cámara dejó sin efecto la sentencia de primera instancia que declaraba


inoponible a la victima de un accidente de transito una franquicia a cargo del
asegurado por la suma de $40.000. El Tribunal departamental siguió
expresamente el criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la
cuestión, por compartirla y entender que se trata de una doctrina
consolidada del Máximo Tribunal.

Caso 6).- Lomas de Zamora – Contraria a la Corte.-

16
"DÍAZ, ALICIA SUSANA C/ MORENO, CARLOS D. Y OTS. S/ DS. Y PS.”,
Cámara en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora , Sala I, 4 de
octubre de 2007

La Cámara consideró inoponible a la victima de un accidente de transito,


una franquicia a cargo del asegurado por la suma de $40.000. El Tribunal
departamental, por mayoría, mantuvo su posición y se apartó así del criterio
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la cuestión. El voto
mayoritario consideró que la franquicia permitida por la Resol. nº 25.429 de
la Superintendencia de Seguros de la Nación “contradice toda la actual
evolución del Derecho de Daños, que tiene como epicentro a las víctimas”.

Caso 7).- Contrario a la Camara – Fallo de Corte.

"RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA ECONOMÍA COMERCIAL


S.A. DE SEGUROS GENERALES EN LA CAUSA GAUNA, AGUSTÍN Y SU
ACUMULADO C/ LA ECONOMÍA COMERCIAL S.A. Y OTRO", CSJN, 4 de
marzo de 2008

La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó lo dispuesto por la


Cámara Civil, reiterando su postura relativa a que el seguro obligatorio de
responsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de Transito puede incluir
excepciones de cobertura oponibles a la víctima, pues la citada norma
dispone que este seguro se hará “de acuerdo a las condiciones que fije la
autoridad en materia aseguradora”.

"RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA ECONOMÍA COMERCIAL


S.A. DE SEGUROS GENERALES EN LA CAUSA OBARRIO, MARÍA PÍA
C/ MICROÓMNIBUS NORTE S.A. Y OTROS", CSJN, 4 de marzo de 2008

La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó lo dispuesto por la


Cámara Civil, reiterando su postura relativa a que el seguro obligatorio de
responsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de Transito puede incluir
excepciones de cobertura oponibles a la víctima, pues la citada norma
dispone que este seguro se hará “de acuerdo a las condiciones que fije la
autoridad en materia aseguradora”.

17
Caso 8).- Seguro de Responsabilidad Civil: SCBA franquicia oponible a
la victima.

"ROMEGGIO BELKIS, AMANDA CONTRA ALÍ, CLAUDIO Y OTRO.


DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 23 de abril de 2008

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires revocó lo


dispuesto por la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del
Departamento Judicial Lomas de Zamora y declaró que la condena a la
aseguradora lo es dentro de los límites de la franquicia fijada en las
cláusulas del contrato de seguro. El Máximo Tribunal de la Provincia destacó
que “al tercero damnificado le son oponibles todas las cláusulas, aun
aquéllas que restrinjan o eliminen la garantía de indemnidad”.

IV.- Oponibilidad o Inoponibilidad de las excepciones de Cobertura.-

En igual sentido que las franquicias, la posición tradicional en la


jurisprudencia y en doctrina es que resultan oponibles a la victima las
excepciones de cobertura que figuren en la poliza que vincule al asegurador
con el asegurado.

Nuevamente esta oponibilidad encuentra justificación en un seguro de


responsabilidad civil optativo, pensado para proteger el patrimonio del
asegurado, pero, por la misma razón, parece ir en contra de la finalidad de
un seguro obligatorio, establecido para proteger a al victima.

Por eso luego de que la ley 24.449, estableciera el seguro obligatorio , se


observa una tendencia en el sentido de declarar la inoponibilidad de la
excepción de cobertura, por distintos argumentos.

Veamos algunos casos jurisprudenciales referidos a algunas de las


excepciones de cobertura mas comunes, como la falta de licencia de
conducir y la culpa grave del asegurado o de sus dependientes o
autorizados.

a).- Falta de Licencia de conducir

18
"Giuliani, Mario y otro v. Khafif, Isaac y otros". C. Nac. Civ., sala L,
23/09/1996”

“Rumi, Ángel A. v. Liotto, Ricardo J. y otros”, Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Civil, sala K, diciembre de 2005

b).- Culpa Grave del asegurado o de sus dependientes o autorizados.

Referente al articulo 114 de la Ley 17.418, “El asegurado no tiene derecho a


ser indemnizado cuando provoque dolosamente o por culpa grave el hecho
que nace de su responsabilidad.

Veamos que indica la jurisprudencia en la interpretación de este articulado:

Caso I. Camara de Dolores.

"SAAVEDRA, GONZALO FERNANDO C/ BOEDO, LUIS S/ DAÑOS Y


PERJUICIOS”, Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Dolores, 26
de marzo de 2009.

La Cámara modificó parcialmente la sentencia de primera instancia, en


cuanto rechazaba la citación en garantía efectuada por el demandado. El
Tribunal entendió que en el caso no procedía la defensa de “no seguro”,
basada en supuesta culpa grave del asegurado, pues si bien este conducía
en estado de embriaguez, su grado de alcoholemia “no implica por sí que
fuera la causa del accidente, porque no trae como consecuencia la pérdida
de la capacidad para comprender y conducir”.

Caso II: Si el tomador del seguro no actuo con culpa grave la


aseguradora debe mantenerlo indemne

"LARREA, JUAN ANTONIO Y OTRAS CONTRA QUITEGUI, CARLOS


ENRIQUE. INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 8 de
agosto de 2007.

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires revocó un fallo, en


cuanto eximió a la citada en garantía "Vanguardia Compañía Argentina de
Seguros" de su obligación de mantener indemne al demandado asegurado,
y condenó a dicha empresa a pagar al actor la indemnización fijada por la

19
sentencia recurrida. Se trata de un accidente de transito donde el conductor,
que no era el tomador del seguro de responsabilidad civil, se encontraba en
estado de ebriedad, manejando a alta velocidad y con pérdida del dominio
sobre el automotor. El Máximo Tribunal Provincial consideró que la culpa
grave del conductor no implicaba la culpa grave del asegurado.

Caso III : De culpas graves y seguro de Responsabilidad Civil

"AGUIRRE, MILAGROS MARÍA CONTRA LÍNEA 18 S.R.L. DAÑOS Y


PERJUICIOS" y su acumulado "ROLETTO, RAÚL LUIS CONTRA LÍNEA
18 S.R.L. DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 31 de mayo de 2006.

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires rechazó la


defensa de la citada en garantía, por entender que la cláusula que la exime
de responder “mediando dolo o culpa grave del asegurado o conductor del
vehículo objeto del seguro”, no era oponible al asegurado, Municipalidad de
La Plata, porque solo su dependiente, conductor del vehículo, había actuado
con culpa grave. Para el Máximo Tribunal provincial, la culpa grave del
dependiente no implica la culpa grave del asegurado.

Caso IV: Protección del Asegurado o la Victima:

"ROCOMA, BERTA MARÍA Y RODRÍGUEZ MARÍA JOSÉ CONTRA DÍAZ,


MARIO ALBERTO. DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 24 de mayo de 2006.

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires rechazó la defensa


opuesta por la citada en garantía sobre exclusión de cobertura, basada en
supuesta culpa grave del asegurado. En los distintos votos se pueden
observar las diversas posturas sobre la función del seguro de
responsabilidad civil.

Caso V: Conductor Ebrio

Partes: Artuso Juan y otros c/ Anechine Guillermo Miguel y otros s/


daños y perjuicios Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil Sala K
6-abr-2006

En su presentación de fs. 100/112 la citada en garantía funda dicha


excepción en el hecho que el conductor del vehículo asegurado, Guillermo
20
Miguel Anechine, se encontraba en la oportunidad en estado de ebriedad,
configurando ello un supuesto de exclusión de cobertura (conf. clausula 23
inc. 18 de las Condiciones Generales de la póliza).-

La Magistrada de grado al resolver la cuestión consideró que quien conducía


en tales condiciones el rodado no era el asegurado ni el tomador de la póliza
-en cuyo caso se configuraría la culpa grave que autoriza la exclusión
prevista en el art. 114 de la Ley 17.418-, por tanto, al no resultar oponible
dicha clausula a la víctima, por resultar abusiva y, por ende, inválida,
desestima la excepción opuesta, con costas.Señalando a todo evento que,
aún de resultar valida dicha normativa orientada a la exclusión de cobertura,
ello conspiraría contra normas • de orden público contenidas tanto en la Ley
de Defensa del Consumidor -Ley 24.240 - como en el Código de Tránsito de
la Pcia. de Buenos Aires -art. 92- en tanto dispone el carácter obligatorio del
seguro de responsabilidad civil hacia terceros, a los efectos de mantener la
indemnidad de las víctimas.-

Contra dicha decisión se alza la aseguradora, quien sostiene que la


exclusión planteada es perfectamente aplicable al conductor y no requiere la
conducta del asegurado como la culpa grave. Refiere a un supuesto de "no
seguro", puesto que expresamente quedaron fuera del contrato al momento
de su celebración los eventuales daños que sufrieran terceros en caso que
el conductor lo hiciera en estado de ebriedad (conf. clausula citada). Sin
perjuicio de ello, de entenderse que se trata de culpa grave, interpreta el
término "asegurado" al que refiere el art. 114 de la Ley 17.418 en sentido
amplio, extendiéndolo al "conductor autorizado", quien así debiera cumplir
con cada una de las obligaciones que le cabe a aquel. Y en tercer lugar,
señala que yerra el sentenciante al considerar abusiva la cláusula en
cuestión, toda vez que las exclusiones de cobertura tienen la aprobación de
la superintendencia de Seguros, y obedecen además a cuestiones
elementales de razón y sentido común.-

Al respecto he de señalar en primer lugar que la cláusula por la que se


amplía el "no seguro" como bien señala la primer sentenciante, conforma
una cláusula abusiva, que como tal desnaturaliza el vínculo obligacional, y
cuya aplicación limita o suprime la obligación a cargó de la aseguradora,
resultando así la incompatibilidad de ésta con los principios esenciales de la
regulación legal de la cual se aparta (art.158 Ley Seguros).-

21
No obsta a esta conclusión el hecho que las condiciones generales se
encuentren aprobadas por la Superintendencia de Seguros de la Nación, en
tal sentido se ha sostenido que la aprobación administrativa sólo significa
que el órgano administrativo no tiene nada que oponer a dichas condiciones
generales, pero esta función de vigilancia preventiva no supone una
delegación de facultades que permita, sin más, elevar al plano legislativo las
condiciones redactadas por una empresa, ni que les de eficacia para
derogar las disposiciones legales imperativas que contradigan (S.C.
Mendoza, Sala I, 24/5/88, con voto de la Dra. Kemelmajer de Carlucci, L.L.
1988-E-18).-

En cuanto a las argumentaciones de la quejosa en relación a la extensión


del término "asegurado" al referirse a la culpa grave, al conductor autorizado,
como bien señala la A-quo los supuestos de delimitación causal subjetiva no
son en modo alguno factibles de ser extendidos a otro sujeto que no sea el
asegurado. Así, como señala Stiglitz, la clausula que amplia el "no seguro"
en cuanto a la culpa grave a la persona del conductor, es materialmente
ilícita (art. 1066 , Cód. Civil) por contradecir una norma seminecesaria ( art.
114 Ley Seguros.); y su constante repetición tampoco la transforma en
cláusula de uso, pues tampoco estas pueden prevalecer por sobre las
normas imperativas (v. su obra "Derecho de Seguros", Tomo I, pag.535).-

Por otro lado, no puede desconocerse el fin social fundamental que tiene el
contrato de seguro, como lo es el permitir a terceros damnificados obtener el
merecido resarcimiento de los perjuicios sufridos, en concordancia con una
tendencia cada vez más firme en el moderno derecho de daños consistente
en proteger a la víctima procurando que el daño injustamente causado sea
debidamente reparado.-

En este orden de ideas, no agotándose la finalidad del contrato de seguro en


el interés particular de los contratantes, la protección de los derechos de los
damnificados impone una interpretación sumamente restrictiva de las
defensas oponibles a ellos con base en la ausencia de cobertura.-

En este sentido, la cláusula de que se trata solo tendría efecto entre las
partes, no siendo en consecuencia oponible a la víctima del daño; existiendo
en su caso un eventual derecho de reintegro o repetición por parte de la
aseguradora frente al asegurado.-

22
Por lo expuesto, considero que la defensa intentada no puede validamente
ser opuesta a los aquí accionantes; debiendo desestimarse en consecuencia
la queja impetrada, y confirmarse el rechazo de la excepción de falta de
legitimación interpuesta por la aseguradora citada en garantía.

CULPA GRAVE DEL CONDUCTOR DEL VEHÍCULO Y SU OPONIBILIDAD


AL TERCERO DAMNIFICADO

A.- La cuestión mencionada plantea una problemática que aún hoy no está
resuelta definitivamente, al menos desde la normativa, aunque existen
distintas soluciones plasmadas en la jurisprudencia. Nos referimos a la
situación que surge luego de la producción de un accidente de tránsito
cuando la víctima perjudicada, realiza el reclamo de resarcimiento por el
daño sufrido, efectuándolo generalmente contra toda persona susceptible de
ser demandada, llámese asegurado, conductor autorizado, tomador,
asegurador o quién resultare responsable por el hecho dañoso. Entonces,
¿cuál es la discusión? La respuesta suele darse en las contestaciones de
demanda por parte de las aseguradoras cuando en el caso específico el
conductor autorizado del vehículo no es el propio asegurado, es decir, en
principio, un tercero ajeno a la contratación. Las aseguradoras suelen
rechazar el reclamo en su contra en los casos en que haya habido culpa
grave del conductor, asimilando para esta exclusión al conductor autorizado
como si fuera el propio asegurado. (recordemos que el art. 114 de la ley
17.418 [LS] menciona solo a éste último).

Dice el art. 114 de la ley 17.418, en el capítulo Sección XI seguro de


responsabilidad civil: “Dolo o culpa grave: Art. 114. El asegurado no
tiene derecho a ser indemnizado cuando provoque dolosamente o por culpa
grave el hecho del que nace su responsabilidad”.6

Pero ¿Qué es indemnizar? Según la R.A.E.: “(De indemne e -izar). 1. tr.


Resarcir de un daño o perjuicio”7. Analizando el artículo anteriormente
citado, encontramos un conflicto en cuanto a su redacción, debido a que,
en definitiva, quien debe ser “indemnizado” es la víctima que efectúa el
reclamo y cita en garantía al asegurador ante un siniestro, y no el
asegurado, quien debería mantener “indemne” (1. adj. Libre o exento de
6
Ley 17.418 http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/35000-
39999/39520/norma.htm
7
Real Academia española http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?
TIPO_BUS=3&LEMA=indemnizar
23
daño.) 8 su patrimonio, que no es lo mismo. Otro sentido de interpretación
sería que el asegurado no tiene derecho a ser indemnizado por “sus daños”
(caso de cobertura por daños parciales o totales o por accidentes personales
o cobertura similar) cuando provoque dolosamente o con culpa grave el
hecho de cual nace su responsabilidad, lo cual carece de sentido expresarlo
por ser algo voluntario, y además porque el conflicto se desarrolla en el
capítulo de responsabilidad civil.

B.-DOCTRINA

En relación a la situación en que el conductor no es el tomador del seguro


existen distintas opiniones dentro de la doctrina. El Dr. Schiavo manifiesta
que: “Es que en materia de seguros, y de eso justamente se trata el tema,
las relaciones a considerar son aquellas que se dan entre tomador,
asegurado y asegurador, toda vez que las conductas del tomador y del
asegurado no resultan independientes sino que están legalmente
relacionadas”9. El autor sostiene que el art. 114 Ley de Seguros debe
interpretarse señalando que ninguno de los asegurados tiene derecho a ser
indemnizado cuando cualquiera de ellos provoque dolosamente o por culpa
grave el hecho del que nacen sus responsabilidades. Y considera que, no
se afecta la regla del art. 158 LS, ya que este artículo establece literal y
claramente que "sólo se podrán modificar en favor del asegurado", entre
otras, las disposiciones del art. 114 . De manera que no cabe aceptar que
"interpretar" una disposición de la ley, o sea, la principal acción
hermenéutica propia de la función judicial, pueda ser considerado una
modificación de la norma interpretada.

El Dr. Babot afirma que: “Por un lado, no resulta equitativo que mientras el
Conductor No Asegurado ("Conductor" a secas en la terminología de la
póliza) tiene los mismos derechos que el Asegurado, no tenga
correlativamente las mismas obligaciones y cargas (no conducir ebrio, por
ejemplo); máxime cuando ni siquiera es el obligado al pago de la prima y se
beneficia con este sólo por subirse a un vehículo ajeno”.10 Por otro lado,
explica que la alteración del contenido del contrato hace más gravosa que lo
8
Real Academia española http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?
TIPO_BUS=3&LEMA=indemne
9
JA 2006-II-718 “La culpa grave del asegurado conductor autorizado”, Schiavo, Carlos A.

10
LLNOA febrero 2008 “Seguro Automotor. La exclusión de cobertura por ebriedad del conductor no asegurado”.
Babot, Fernando
24
normal la ruptura del sinalagma contractual en los casos del seguro. Debido
a que el dinero para el pago de los siniestros sale de un Fondo de Primas
constituido por los pagos (generalmente mensuales) que hacen los
asegurados de un mismo riesgo como contraprestación a la cobertura. La
cuantía de dichas primas surge de un minucioso estudio estadístico cuya
función es predecir cuántos siniestros afectarán a ese grupo de pólizas y la
intensidad de los mismos. Obviamente, estando excluidos de cobertura los
casos de Ebriedad del Conductor No Asegurado, la posibilidad de
realización de tal riesgo no contratado no fue contemplada al momento de
calcular el monto de la prima, de lo que se deduce que si el asegurador es
condenado a responder por un caso de "no seguro", existe la posibilidad de
que el Fondo de Primas resulte insuficiente. Si a esto le agregamos que los
destinatarios finales por siniestros del dinero del Fondo de Primas son
víctimas de accidentes de tránsito, vemos que los perjudicados no son sólo
el asegurador y los asegurados no siniestrados aún. Es decir que con la no
admisión de la Exclusión de Cobertura por Ebriedad del Conductor No
Asegurado invocamos la Función Social del Seguro para terminar
impidiendo su ejercicio.

Desde otro punto de vista, la Dra. Libson analiza la necesidad de una Ley de
Seguros Obligatorios que regule la responsabilidad civil en los accidentes de
tránsito y manifiesta que no debe perderse de vista es que el seguro
obligatorio de responsabilidad civil no se agota en la relación jurídica que
vincula al asegurado con el asegurador. La razón de ser de ese contrato es
la efectiva reparación del daño, por lo cual toda comprensión de este
contrato, sin tener en cuenta esa fundamental razón de ser del mismo,
conduce a soluciones no aceptables ante la estimativa jurídica. “Y si
admitiéramos la tesis sostenida por la concepción histórica, tendríamos
dificultades en explicar esa obligatoriedad. En efecto, desde que el
aseguramiento es obligatorio, el seguro no se 'elige' para proteger la
indemnidad del patrimonio del asegurado, sino se contrata para satisfacer
una obligación legal cuya finalidad es garantizar a las potenciales víctimas
de los daños una adecuada alternativa reparatoria. Se puede invocar como
crítica a tal inoponibilidad que ello significaría que muchas aseguradoras
dejarían de operar en el rubro de accidentes de tránsito. Sin embargo a lo
largo de los años vemos, por ejemplo, cómo en el caso de los accidentes de
trabajo la ley 9688 (Adla, 1889-1919, 949) imponía expresamente a las
compañías de seguro la exclusión de toda cláusula de caducidad respecto
de la víctima. Sin embargo las aseguradoras no dejaron de operar en el

25
rubro de accidentes de trabajo. Por otra parte, y como bien dice el doctor
Highton, "... desde una óptica finalista, y mediando reglas de juego
previamente conocidas, parece más sano colocar el riesgo de la insolvencia
del conductor o propietario a cargo de quien ingresa a la relación
voluntariamente y a título lucrativo y no a cargo de quien es sorprendido por
el siniestro en su persona o bienes por el solo hecho de circular en la vía
pública...”11

C. PRINCIPALES TERMINOS OSCUROS Y DUDOSOS

Siendo los principales términos oscuros y dudosos a resolver:

a) Culpa grave y como se manifiesta.

b) Asimilación del conductor a la figura del asegurado.

D.a) CULPA GRAVE Y COMO SE MANIFIESTA

El mencionado art. 114 LS habla de que el asegurado no tiene


derecho a ser indemnizado si provoca el hecho generador de su
responsabilidad con dolo o culpa grave. Descartando el dolo (intención y
voluntad determinada de querer ejecutar el hecho se da cuando el
asegurado actúa con intención manifiesta de provocar el siniestro art. 1.072
del Código Civil) el cual es más fácil de identificar, más no tan fácil de
probar, nos queda por dilucidar a qué se refiere el art. 114 con la culpa
grave.

LA CULPA GRAVE O CULPA CONSCIENTE.- FALLO MIÑO Y FALLO


GALEANO

Resulta dificultoso circunscribir la noción de culpa grave, por tratarse de un


concepto con límites poco precisos. No obstante, suele distinguirse en
doctrina y en algunas legislaciones según el grado de culpa en "grave",
"leve" y "levísima". Son éstas viejas especies o formas de culpa a las que
modernamente no se les reconoce utilidad12. El mismo Vélez Sársfield
descreyó de las graduaciones de culpas concretadas por legislaciones por él

11
LL 2005 B, 1423, “¿La culpa grave del asegurado debe seguir siendo oponible al tercero damnificado?. Libson,
Lorena

12
Fontán Balestra, Carlos, "Tratado de Derecho Penal. Parte General", Ed. Abeledo Perrot, t. II, Buenos Aires, p.
292
26
seguidas en otros aspectos. El art. 512 Cód. Civ. en su nota indica que la
división que aquellos efectuaban entre culpa leve, levísima y grave, carece
de efectividad, pues al tiempo de juzgar el juez debe decidir si existió o no
un obrar negligente (culpa) sin importar su grado. Cabe referir a "culpa
inconsciente" o a "culpa consciente" (también llamada culpa con previsión).
La primera se exterioriza cuando quien obrando con negligencia o
imprudencia no se representa el resultado antijurídico de su acción. La
segunda, cuando el autor se la representa pero confía en que no ha de
producirse.

En el FALLO MIÑO Nicolás c/El Comercio cía. de seguros SA 13, el concepto


de "culpa grave" introducida como eximente del pago de cobertura en el art.
70 ley 17.418 14 se complementa con en el de "culpa consciente". En la
técnica asegurativa existe culpa grave cuando se omite la diligencia
elemental de las personas menos previsoras (Vivante, "Del contrato de
Seguros", pág. 265 y ss.). Es una conducta groseramente negligente. La
representación del resultado antijurídico radica en la intensificación de la
probabilidad de producción el siniestro. La culpa consciente no se presume:
tal calificación debe surgir de la interpretación que el juez haga de las
circunstancias de tiempo y lugar que rodearon el hecho 15 . Como exclusión
de cobertura debe ser interpretada en forma restrictiva 16. La sola infracción
de tránsito (v.g. exceso de velocidad) no configura culpa grave si no va
acompañada de aquella conducta manifiestamente negligente 17. Tampoco
configura culpa grave el hecho de manejar en estado de ebriedad, salvo que
el grado de alcoholismo sea alto, y el accidente ocurriese en medio de un
tránsito que requiera atención 18.

Sin embargo, al resultar probadas coetáneamente concausas


incidentes en el contexto culposo (conducir con alcohol en la sangre en una
13
CNCOM - SALA B, 27/12/ 2005, “Miño, Nicolas c/El Comercio cía. de seguros SA”

14
Ley 17.418 SECCION III: Provocación del siniestro Art. 70. El asegurador queda liberado sí el tomador o el
beneficiario provoca el siniestro dolosamente o por culpa grave. Quedan excluidos los actos realizados para
precaver el siniestro o atenuar sus consecuencias, o por un deber de humanidad generalmente aceptado.

15
CPCCN, art. 386

16
Perucchi, Héctor Arnoldo, "La culpa grave en el contrato de seguro", LL, 1998-E, p.997/1001; CNCiv. y Com.,
Sala 5, in re: "Camperi Menéndez de Caccio, Ramona c. Lazari, Carlos y otro", del 23/8/82; CNCom, Sala E, in re:
"Scoufalos, Manuel c. Amparo", del 27/4/89; idem, in re: "Perez, Norberto c. Omega", del 20/10/93
17
CNCom., en pleno, in re: "Carrasco, Santiago c. El Comercio", del 8/7/68; CNCiv., sala B, in re: "Argañaraz de
Morel, Esperanza c. Bonsignore, Daniel", del 14/4/76
18
CNCom., esta sala in re: "Sorba, Pedro c. Paraná", del 9/9/82; CNCiv., Sala M, in re: "Malagrini, Hector c.
Muntaner, Juan", del 14/6/89
27
arteria transitada, realizando peligrosas maniobras con el vehículo a una
velocidad excesiva) se exterioriza la intensidad de la negligencia de Pablo
Miño, hecho que equivale al abandono del deber de sujetar las acciones a la
normal convivencia social en el quehacer que ha presupuesto la integración
del vínculo jurídico contraído con el asegurador. Asimismo, no es menester
que la prueba producida sea exhaustiva, sino que puede establecerla por
presunciones.

FALLO GALEANO:19 No basta para excluir la cobertura la imputación de


simples culpas o meras negligencias del asegurado (arts. 512 y 1.109 del
Código Civil), ya que éstas se encuentran amparadas por la cobertura del
seguro. Tiene que tratarse de una conducta extrema, grosera, gravísima y
sumamente acentuada del asegurado, de manera que constituya una
infracción a la “debida diligencia” o a los “deberes objetivos de cuidado”,
lindante con el dolo. “Una manifiesta despreocupación en la que no hubiera
incurrido el asegurado de no existir el seguro”, es decir, que el asegurado
provoca el siniestro en forma conciente a sabiendas de que está
asegurado,20 pretendiendo de esa manera que el asegurador lo indemnice a
él (por ejemplo caso de auto-robo del vehículo) o bien al tercero damnificado
(caso de accidente de tránsito con daños a bienes o integridad física de
terceros). Algunos autores entienden que el concepto de culpa grave de la
ley de seguros se identifica con la noción de “culpa con representación”, es
decir, cuando el asegurado se representa el riesgo (posibilidad de ocurrencia
del resultado dañoso) aunque sin quererlo, pero le es indiferente y actúa
igualmente. En otras palabras, el asegurado lleva adelante la acción (quiere
la acción), pero sin querer causar directamente el resultado (siniestro).
Stiglitz considera que “la noción de culpa grave ocupa, con autonomía
conceptual, la franja central cuyos linderos lo constituyen, de un lado, la
culpa leve, tal como es definida por el art. 512, Código Civil, y, del otro, el
dolo, previsto por el art. 1.072, Código Civil” . Agregando que “la distinción
no depende de la existencia de mayor o menor número de infracciones
cometidas, sino por su intensidad, al ser la culpa grave un concepto relativo
(apreciable) y cualitativo, más que cuantitativo. La diferencia está dada entre
la mayor o menor gravedad de la situación creada”. Por ejemplo, señala
Barbato que los tribunales han sentenciado que “en materia de seguro de
automotores, se ha decidido que configura culpa grave el conducir en estado
de ebriedad, así como también el circular a velocidad tan elevada, como un

19
CNCIV - SALA F - 18/11/2003, "Galeano Bogado, Vilma Jacinta c/ Abalsamo, José y otros, s/ daños y perjuicios
20
Opinión del Dr. Emmanuel Muñoz, http://www.mercadoasegurador.com.ar/adetail.asp?id=1894
28
caso en el que el conductor, al intentar pasar a otro rodado que lo precedía,
en una curva, la fuerza centrífuga lo desplazó a la mano contraria, perdiendo
el control y yendo a chocar de frente a otro vehículo que venía en sentido
contrario”. Sin embargo, con respecto al tema de la velocidad excesiva, debe
tenerse en cuenta que -como lo tiene dicho reiteradamente la jurisprudencia
- para que sea considerada causa adecuada de un accidente debe haber
sido determinante o contribuido en la producción del mismo generando la
pérdida del dominio por parte del conductor (asegurado), ya que si no se
verifica esto último, el sólo exceso de velocidad por sobre los límites legales
impuestos para la vía de comunicación en cuestión -amén de constituir una
falta administrativa-, no es suficiente para imputar responsabilidad al
conductor en el accidente ocurrido.

Este mismo razonamiento debe trasladarse al ámbito del seguro a los fines
de determinar si la velocidad excesiva del conductor (asegurado) llega a
configurar “culpa grave” y de esa forma excluir la cobertura. “Así por
ejemplo, en el seguro de automotores, han dicho nuestros jueces que no
configura ‘culpa grave’ el haber cruzado el semáforo con luz roja, el conducir
a velocidad superior a la permitida, o a velocidad que resulta imprudente, o
excesiva; tampoco el circular a 60 Km./h., en una avenida, no aminorando
en los cruces, ni tomar por la izquierda en lugar de la derecha, pues son
infracciones corrientes, que no cabe calificar de graves, ni el circular de
contramano resulta por sí solo configurativo de culpa grave que libere al
asegurador”, ni la imputación de alcoholemia si, por su grado, no surge con
evidencia que ella ha sido motivación total o parcial del accidente de tránsito
en nivel de culpa grave.

D.b) ASIMILACION DEL CONDUCTOR AUTORIZADO A LA FIGURA DEL


ASEGURADO

Saber a quién (o a quiénes) demandar permite aproximarnos a un


pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión debatida, la cual no tiene
porqué ser favorable a la pretensión incoada. En todas las ramas del
derecho (excluyendo los procesos voluntarios) se debe dirigir la acción
contra aquél que tenga el derecho de contradecir. Como se anticipó en el
punto anterior, varias son las personas contra las cuales el actor puede
incoar la acción para hacerse acreedor de lo que le es debido con motivo del
siniestro.

29
Titular del vehículo: conforme el artículo 1113 del Código Civil el dueño
responde por el daño que fuera causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo
liberándose total o parcialmente de responsabilidad si acredita: a) culpa de
la víctima o b) culpa de un tercero por quien no debe responder. De allí la
importancia de determinar quién reviste la calidad de dueño al tiempo del
siniestro para poder endilgarle la responsabilidad que le cabe por el daño
sufrido por el damnificado.

Conductor: es aquél que tenía la guarda del rodado cuando el siniestro se


produjo. Puede o no ser el titular registral. En el primer caso, se aplica todo
lo mencionado en el punto anterior; en el segundo caso responde por ser el
autor o agente del daño. Las características de la calidad de guardián son
como a) tenencia natural de la cosa, ya sea ejercida por si o por medio de un
tercero, b) poder fáctico de vigilancia, de gobierno, de control o
aprovechamiento económico de la cosa; c) ejercicio autónomo e
independiente del poder. Si quien tiene la cosa bajo su poder la emplea
según instrucciones u órdenes de otros, no reviste la calidad de guardián. Si
el conductor del automotor causante del daño excepcionalmente no es ni su
dueño, ni su guardián ni tampoco es el dependiente de alguno de ellos, su
responsabilidad nace de los dispuesto en el artículo 1109 del Código Civil y
por ende su legitimación pasiva ante el reclamo resarcitorio del damnificado.

Tomador: es aquel que realizó la contratación del seguro, pudiendo ejercer


los derechos del asegurado en caso de poseer interés asegurable y estar en
posesión de la póliza pudiendo incluso cobrar la indemnización en caso de
consentimiento del asegurado, pero también puede llegar a ser un mero
mandatario del asegurado, si éste último posee la póliza y es quién tiene
interés asegurable.

Asegurado: es la persona titular de los derechos y obligaciones que derivan


del contrato de seguro siempre que posea la póliza (artículo 24 de la Ley de
Seguros). El asegurado se identifica por ser el titular del interés asegurado y
la persona sobre la cual recae la cobertura de seguro. Y, como expresa
Meilij “aunque por lo general la persona del asegurado coincide con la del
tomador y con la del beneficiario, no siempre es así, ni necesariamente debe
ser así, ya que en muchas situaciones estas calidades están disociadas en
distintas personas. Así, el tomador es la persona que celebra el contrato con
el asegurador. Pero el tomador puede sin ejercer representación alguna
contratar el seguro por cuenta ajena o por cuenta de quien corresponda

30
resultando entonces diferentes las personas del tomador y del asegurado”.
21
Por otro lado existe una asimilación que en materia de seguros producen
las pólizas de la cobertura tanto del asegurado como del conductor
autorizado por este (Plenario “Irago”). 22

Aseguradora: su legitimación pasiva se encuentra prevista en el artículo


118 de la Ley de Seguros, pudiendo ser citada tanto por el asegurado como
por el damnificado hasta que se reciba la causa a prueba. La citación en
garantía a instancia del asegurado no se reduce a una mera llamada a la
causa del asegurador, sino que implica el ejercicio de una acción contra este
último 23. Por su parte, el damnificado puede citar a la compañía
aseguradora, incorporándose al régimen del contrato de seguro que aquélla
celebró con el asegurado y reclamar como tercero beneficiario la ventaja
estipulada a su favor. 24 (conforme). Luego de mucho debate, actualmente
se entiende que la víctima del siniestro tiene contra la compañía
aseguradora una “acción directa no autónoma” por lo que “la acreditación de
la responsabilidad del asegurado es presupuesto de éxito de la pretensión
contra la aseguradora, razón por la cual el desistimiento de la acción contra
el primero, impide el progreso de la que se intenta contra la segunda” 25,
careciendo en principio pues de acción directa contra la aseguradora, la cual
no puede ser traída a un proceso en el que no es parte el asegurado 26,
aunque hoy en día ya hay fallos que autorizan citar a la aseguradora y al
conductor del vehículo sin ser el asegurado (para condenar a la aseguradora
en los términos del art. 118 del decreto-Ley 17.418, no es menester integrar
la litis con quien ha contratado el seguro, pues basta haberlo hecho con
quien conducía el rodado con su autorización. DOCTRINA IRAGO) 27.

Luego de planteado el caso, veremos a continuación que expresa


textualmente la póliza de automotores aprobada por la SSN, en lo referente
a la cobertura de responsabilidad civil en automotores.
21
Meilij, Gustavo Raúl. “Seguro de Responsabilidad Civil”. Editorial Depalma, 1992, página 30.
22
CNCiv Sala E, 31/7/89, “Lorenzo, Antonio E c/ Cuatromano, Liberato”, 1990, III.

23
CNCiv Sala E, 31/7/89, “Lorenzo, Antonio E c/ Cuatromano, Liberato”, 1990, III.

24
CNCiv y Com, Sala 4, 27/2/81, “Mustafá, A c/ Núñez, J”, JA 1982- I-110.

25
CNCiv, Sala C, 23/4/96, “Gutkind, R c/ Song Jae Hyuk”, LL 1998-C-972, JA, caso 12.804

26
SCMendoza, Sala I, 1/9/87- JA-1988-IV-376

27
C.N.Esp.Civ. y Com., en pleno, diciembre 14-1984, in re"Irago, Armando Ramón c/Cabrera, Antonio"
31
Elementos del contrato de seguros

El Asegurador: Unicamente pueden actuar como aseguradores las


sociedades anónimas, las cooperativas y las sociedades de seguros mutuos.
También puede asegurar el Estado.

Las aseguradoras deben ser autorizadas para funcionar por la


Superintendencia de Seguros de la Nación. Esta institución las fiscaliza,
establece las condiciones de las pólizas y monto de las primas, determina
las inversiones y reservas que deben efectuar y controla su administración y
situación económica y financiera.

El Asegurado: La ley distingue las personas del tomador del seguro, del
asegurado y del beneficiario.

El tomador del seguro es la persona que celebra el contrato.

El asegurado es el titular del interés asegurable.

El beneficiario es el que percibirá la indemnización.

El tomador se diferencia del asegurado cuando estipula el seguro por cuenta


de un tercero o por cuenta "de quien corresponda".

Por su parte, el asegurado y beneficiario generalmente coinciden. Se


separan por ejemplo en los seguros de vida, cuando se asegura la propia
vida en beneficio de otra persona.

La póliza: Es el instrumento escrito en el cual constan las condiciones del


contrato. Aunque no es indispensable para que exista el contrato, la práctica
aseguradora la ha impuesto sin excepciones.

Puede emitirse a la orden o al portador, salvo en los seguros de personas,


en que debe ser nominativa.

El texto es, en general, uniforme para los distintos tipos de seguros. Las
cláusulas adicionales y especiales y las modificaciones al contenido de la
póliza se denominan endosos y se redactan en hoja separada, que se
adhiere a aquella.

32
Plazo: Si el plazo del contrato no está determinado en el contrato, se
presume que es de un año, salvo que por la naturaleza del riesgo la prima
se calcule por un tiempo distinto.

Las obligaciones del asegurador comienzan a las doce horas del día
establecido y terminan a las doce horas del último día de plazo.

A pesar del plazo pactado, cualquiera de las partes puede rescindir el


contrato antes de su vencimiento, con reintegro al tomador de la prima
proporcional por el plazo no corrido.

Obligaciones emanadas del contrato

Pagar la prima: El tomador del seguro debe pagar la prima establecida más
los impuestos, tasas, sellados y demás regargos que establecen o autorizan
las reglamentaciones de la actividad aseguradora.

El total de lo que debe pagar el tomador constituye el premio del seguro.

Si la prima no es pagada en término, el asegurador no es responsable por el


sinistro ocurrido antes de su pago.

La prima puede variar en el curso del contrato, aumentando o disminuyendo


cuando aumente o disminuya el riesgo contemplado.

Denunciar el estado de riesgo: El tomador debe describir con precisión el


riesgo contemplado, con relación a la cosa o persona sobre la cual recae el
interés asegurable.

Se llama reticencia a las declaraciones falsas o silenciamiento de


circunstancias conocidas, que a juicio de peritos hubieran impedido el
contrato, o modificado sus condiciones. La reticencia da derecho al
asegurador a anular el contrato.

Denunciar la agravación del riesgo: El tomador debe denunciar todos los


hechos, propios o ajenos, que puedan agravar el riesgo contemplado,
aumentando la posibilidad de siniestro.

Denunciar el siniestro: El tomador debe denunciar el siniestro dentro de los


tres días de ocurrido. Debe denunciar y probar los daños que ha sufrido y
33
permitir que el asegurador verifique la concurrencia del hecho y los
perjuicios ocacionados.

Salvamento: El tomador debe hacer todo lo necesario para evitar o


disminuir los daños.

Obligaciones del asegurador

Reembolsar gastos: Debe reintegrar los gastos realizados en cumplimiento


de la obligación de salvamento, siempre que no hayan sido manifiestamente
desacertados o innecesarios.

Pagar la indemnización: Se determina de acuerdo con el tipo de seguro


contratado, el daño efectivamente sufrido y el monto asegurado.

En los seguros de daños, la indemnización nunca puede superar el daño


efectivamente sufrido, aunque el monto asegurado sea mayor. El seguro es
para reparar un perjuicio, no para obtener fin de lucro.

En los seguros de personas, la prestación se limita a la suma convenida.

El pago de la indemnización debe hacerse dentro de los quince días de


fijado su monto (en los seguros de daños) o de ocurrido el siniestro(en los
seguros de personas).

E. CLÁUSULA APROBADA POR LA S.S.N.

Este organismo, creado en 1937, convalidado en 1938, depende del


Ministerio de Economía. En el considerando de ese decreto figuran las
razones en que se fundó la creación de la Superintendencia, a saber:

Las sociedades de seguros son entidades esencialmente financieras, que


reciben los ahorros del público para administrar las reservas preestablecidas
por los cálculos actuariales.

Esas reservas deben ser invertidas con excepcional prudencia y seguridad.

Es deber del estado examinar la posibilidad de realización de los cálculos y


planes de seguro, la colocación de las reservas, los resultados periódicos de
esas administraciones y la correcta publicidad de todos aquellos datos que
34
demuestren el desenvolvimiento y el estado de dichas sociedades para que
su prestigio resulte indudable y estimule la contratación de nuevos seguros.

Las sociedades de seguros exigen al Estado una fiscalización especializada.

En cuanto a sus objetivos, se le han asignado a la superintendencia los


siguientes fines y atribuciones: Controlar y fiscalizar la organización,
funcionamiento, solvencia y liquidación de las sociedades de seguros, en
todo lo relacionado co su régimen económico, y especialmente sobre los
planes de seguro, tarifas, modelos de contrato, balances, funciones y
conducta de los agentes o intermediarios y publicidad en general.

Dado que la Superintendencia de Seguros de la Nación es la entidad


administrativa que regula la actividad de seguros, dentro de sus funciones
está la de autorizar las cláusulas de las pólizas de seguros. Entre ellas están
las pólizas de automotor, donde las que se encuentran en vigencia
actualmente presentan la siguiente cláusula dentro de sus Condiciones
Generales: "El asegurador queda liberado si el asegurado o el conductor
provoca, por acción u omisión, el siniestro dolosamente o con culpa grave.
No obstante, el asegurador cubre al asegurado por la culpa grave del
conductor cuando éste se halle en relación de dependencia laboral a su
respecto y siempre que el siniestro ocurra con motivo o en ocasión de esa
relación, sin perjuicio de subrogarse en sus derechos contra el conductor".
Esta exclusión es genérica tanto para el capítulo A (Resp. Civil), como para
el capítulo B (Daños al vehículo) como para el capítulo C (Robo-Hurto).
Considerando que nos hallamos en un contrato de adhesión, cuyas
cláusulas generales están autorizadas por la SSN, debemos entender a
priori que dichas cláusulas tienen una presunción de legitimidad por haber
sido aprobadas por la autoridad administrativa que entiende, supuestamente
en la materia (cuestión que se manifiesta confusa en la jurisprudencia).

F. Oponibilidad a la víctima de la falta de legitimación pasiva del


asegurador por exclusión de cobertura debido a la culpa grave del
conductor autorizado.

Una vez analizados los conceptos de “culpa grave”, y de las “diferentes


figuras” que intervienen en el contrato de seguro (Tomador, Asegurado,
Conductor, Beneficiario, Asegurador), encontramos que, habiéndose
probado debidamente la CULPA GRAVE DEL CONDUCTOR, las partes
interesadas, adoptan distintas posturas respecto a la asimilación, o no, de la
figura del CONDUCTOR a la del ASEGURADO, para así encontrarse en una
35
situación de “NO SEGURO” tal cual como lo indica el art. 114 de la LS. en
concordancia con el art. 70 de la misma ley.

A continuación se resumen cuáles son los argumentos esgrimidos


tanto por las víctimas como por las aseguradoras:

Argumentos de las víctimas (tercero damnificado) para no asimilar la figura


del conductor a la del asegurado y así poder citar en garantía a la
aseguradora como situación de cobertura del contrato de seguro.

a) El art. 114 de la LS sólo menciona a la situación de no seguro, si quien


incurre en culpa grave es el asegurado y no incluye al conductor
específicamente.

b) El art. 158 de la LS sólo menciona que se puede modificar en favor del


asegurado el art. 114, entre otros, y no en su contra, por lo que debe primar
la conservación de obligación del asegurador.

c) Puede citarse al conductor y en garantía a la aseguradora sin haberse


citado al asegurador que no cometió acto ilícito alguno, ya que el conductor
es también beneficiario de la póliza de seguros.

Argumentos esgrimidos por las aseguradoras, quiénes asimilan la


figura del conductor a la del asegurado:

a) Si bien el 114 LS sólo menciona al asegurado que comete el siniestro


por culpa grave produciéndose una situación de no-seguro, también es
cierto que el conductor también posee interés asegurable en el contrato de
seguro (ser mantenido indemne), y tiene por lo tanto similares cargas que
las del asegurado, por lo que es un asegurado innominado, al cual se le
extiende también esta exclusión de no seguro en caso de culpa grave.

b) En las cláusulas generales de póliza aprobadas por la SSN,


expresamente se contempla la exclusión de cobertura si, tanto el asegurado
como el conductor, provocan por acción u omisión el siniestro con dolo o
culpa grave, y en otras partes de la póliza se menciona al conductor como
en adelante llamado “el asegurado”.
36
G. JURISPRUDENCIA.

A continuación veremos como resuelve la jurisprudencia los conflictos de


intereses entre partes.

G.A) LIBERACION TOTAL DEL ASEGURADOR: (Asimilación del conductor-


asegurado, y VALIDEZ de la cláusula general de exclusión de cobertura en
póliza).

G.A.1.) En caso de ser el asegurado Persona jurídica:

Siendo el conductor persona física, señala Aguirre , el leading case


ESPOSITO TUCCILLO 28 donde para liberar al asegurador se sostuvo que el
autor del daño (conductor) era también asegurado según la cobertura y
alcanzado por las limitaciones de exclusión en caso de culpa grave, ya que a
la víctima le es oponible el contrato de seguro en todos sus términos.

G.A.2.) Fuera de las Personas Jurídicas aseguradas:

Se resolvió por aplicación de las doctrinas plenarias IRAGO y MUSTAFA, y


lo dispuesto por art. 70, 109, 114, 118 y 158 LS., que una vez comprobada
la culpa grave del asegurado o conductor y por la validez de la cláusula de
póliza que dice que el asegurador queda liberado si el conductor o
asegurado provoca el siniestro por dolo o culpa grave, la exclusión de
cobertura es oponible al tercero damnificado. Según Morandi no cabe duda
en la asimilación del conductor con el asegurado y también se decidió así en
el plenario IRAGO.

Los fundamentos son:

El conductor autorizado tiene el carácter de asegurado ya que el tomador


generalmente practica el seguro en su beneficio y el de un tercero que
podría ser el conductor.

28
Aguirre Felipe, “Cuestiones teórico prácticas de derecho de seguros”, Pág 231
37
El 114 LS. Abarca tanto al asegurado tomador como al asegurado
conductor.

Sintéticamente el PLENARIO IRAGO sostiene: Un planteo interesante que


involucra al conductor del rodado es si la demanda contra el mismo es
presupuesto suficiente para poder accionar contra la compañía aseguradora
o si es necesario accionar siempre contra el asegurado para lograr legitimar
pasivamente al asegurador. Conforme el plenario “Irago, Armando Ramón c/
Cabrera Antonio”: “Para condenar a la aseguradora en los términos del
artículo 118 del decreto-ley 17.418 no es menester integrar la litis con quien
ha contratado el seguro, pues basta haberlo hecho con quien conducía el
rodado con su autorización”.

G.A.3) Culpa grave del conductor y del asegurado:

En este caso no caben dudas ya que de probarse la culpa grave de ambas


figuras, entraría en término la exclusión de cobertura por el art. 114 LS.

G.B) LIBERACION PARCIAL DEL ASEGURADOR, respecto del conductor


que actuó con culpa grave, pero no respecto del asegurado quién debe
seguir cubierto.

Se refiere a la postura del Dr. Pettigiani en los fallos LARREA y VEGA en


disidencia.29

Asimila al conductor con el asegurado, pero como si hubiera dos asegurados


(asegurado nominado y asegurado innominado conductor) y c/u responsable
por su culpa grave, pudiendo la aseguradora oponer exclusión de cobertura
al conductor pero manteniendo indemne al asegurado (paga cubriendo al
asegurado y repite luego contra el conductor a quién no cubre porque actuó
con culpa grave). Da validez a la cláusula general de póliza y armoniza con
el 114, y 158.

En cambio, el Dr. Pettigiani, en el FALLO LARREA si bien coincidió con la


solución propuesta por la mayoría, lo hizo por sus fundamentos. Para este
ministro “el punto medular consiste en dilucidar si el término "asegurado" al

29
C.N.Com, sala B, 20/9/1989, “Espósito Tucccillo, v Pirroncello y otro” ED 137-422

38
que se refiere el art. 114 de la ley 17.418 alcanza también al "conductor
autorizado" al que menciona la póliza.”

Pettigiani considera que “puede afirmarse que la normativa que regula la


materia tuvo en miras un concepto de "asegurado" en sentido amplio,
orientado más hacia el sujeto que resulta ser el titular de un interés
asegurado al momento del siniestro, que a la persona que celebró el
contrato con el asegurador.” “No puede desconocerse que aquí el tomador
ha contratado con la compañía para mantenerse patrimonialmente indemne
(tiene un interés propio y es asegurado), mas resulta que a la vez aseguró
-con idéntico alcance- el patrimonio de un tercero que eventualmente puede
resultar civilmente responsable (el conductor autorizado), quien no resulta
sólo un "beneficiario" de la póliza.” En este sentido, “...en el caso existen
"dos" asegurados (el tomador y el conductor autorizado), constituyendo la
indemnidad de sus patrimonios personales la causa del contrato. Y siendo
ello así, la suerte que cada uno corra frente a una defensa opuesta por el
asegurador no debe ser necesariamente idéntica.”

Así, el ministro coincide con la doctrina que sostiene “que la acreditación de


la culpa grave del conductor no debe desplazarse automáticamente sobre el
tomador asegurado para eximir al asegurador de su obligación de
mantenerlo indemne patrimonialmente.”

“La solución que propicio aparece también justificada, en mi opinión, desde


un punto de vista dikelógico, pues permite eventualmente que el tomador
asegurado mantenga intacta la cobertura en aquellos casos en que no ha
incurrido en la conducta prevista en el art. 114, y, simultáneamente, que la
compañía quede liberada de su obligación respecto de quien provocó el
siniestro por su culpa grave (el conductor asegurado). De ese modo, se
respetan en su totalidad las disposiciones de la ley 17.418.” Es decir, en el
caso concreto, la culpa grave del conductor autorizado solo libera a la
aseguradora de mantener indemne el patrimonio de aquél, pero no de cubrir
al tomador del seguro.

Por todo ello, el Máximo Tribunal Provincial resolvió hacer lugar parcialmente
a los recursos extraordinarios interpuestos y, en consecuencia, revocar el
fallo impugnado en cuanto exime a la citada en garantía "Vanguardia
39
Compañía Argentina de Seguros" de su obligación de mantener indemne a
Carlos Enrique Quitegui, y condenar a dicha empresa a pagar al actor la
indemnización fijada por la sentencia recurrida.

También ya previamente el Dr. Pettigiani ya había fallado de similar manera


en el CASO VEGA, si bien aprobó el resultado del fallo lo hizo con estos
similares fundamentos.

G.C) NO LIBERACION DEL ASEGURADOR

Son los casos en donde se da por INVALIDA la cláusula general de póliza


de ampliación a la exclusión de cobertura por culpa grave del asegurado,
también al conductor, contrariando el art. 114 y 158 (ya que solo se puede
modificar el 114 a favor del asegurado y no en su contra).

FALLO LARREA. 30 (Opinión mayoritaria de los jueces salvo disidencia del


Dr. Pettigiani, Posterior a fallo VEGA 31).

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires revocó un fallo donde se


había eximido a la citada en garantía "Vanguardia Compañía Argentina de
Seguros" de su obligación de mantener indemne al demandado asegurado,
y condenó a dicha empresa a pagar al actor la indemnización fijada por la
sentencia recurrida. Se trata de un accidente de tránsito donde el conductor,
que no era el tomador del seguro de responsabilidad civil, se encontraba en
estado de ebriedad, manejando a alta velocidad y con pérdida del dominio
sobre el automotor sin ser el tomador del seguro. El Máximo Tribunal
Provincial consideró que “la culpa grave del conductor no implicaba la culpa
grave del asegurado.”

Recordemos que los arts. 70 y 114 de la ley de seguros establecen que el


asegurador se libera si existe dolo o culpa grave del tomador, beneficiario o
asegurado. En primera instancia y Cámara se consideró que la culpa grave
del conductor (quien se encontraba en estado de ebriedad, manejando a alta

30
SCBA, 27/08/07, "Larrea, Juan Antonio y Otras c/ Quitegui, Carlos Enrique. s /indemnización de daños y
perjuicios"
31
SCBA 9/10/2003, "Vega Pérez, Mariano F. y otra c/Coll, Rubén Gustavo y otro s/Indemnización por daños y
perjuicios"

40
velocidad y con pérdida del dominio sobre el automotor) implicaba culpa
grave del asegurado y, por tanto, que la aseguradora no debía responder
por ninguno. Se basaron en la cláusula 21 del contrato de seguro suscripto
por las partes, que establece que: "el Asegurador queda liberado si el
Asegurado o el conductor provoca, por acción ú omisión, el siniestro
dolosamente o con culpa grave..." Por otro lado, la cláusula 2 de dicho
contrato dice que "El Asegurador se obliga a mantener indemne al
Asegurado y/o a la persona que con su autorización conduzca el vehículo
objeto del seguro (en adelante el conductor), por cuanto deban a un tercero
como consecuencia de daños causados por ese vehículo o por la carga que
transporte en condiciones reglamentarias, por hechos acaecidos en el plazo
convenido, en razón de la responsabilidad civil que pueda resultar a cargo
de ellos".

El tribunal supremo entendió que para resolver la contienda era menester


ponderar la validez de dicha extensión a la luz de dispuesto en el art. 158 del
referido marco legal, precepto que, bajo el acápite de "obligatoriedad de las
normas", determina que "sólo se podrán modificar a favor del asegurado",
entre otras normas, el aludido art. 114.

El ministro Soria también recordó que “de mediar oscuridad o duda


razonable, tiende a prevalecer la solución interpretativa más favorable a la
subsistencia y operatividad la obligación de la compañía aseguradora, toda
vez que dado que ésta confecciona unilateralmente los términos
contractuales en función de previsiones y cálculos actuariales, se presume
que dicha tarea es producto de un obrar diligente (art. 1198, Cód. Civil).
Todo lo cual resulta de buena hermenéutica, en tanto conlleva no sólo a una
valoración del caso favorable a la parte más débil del contrato...sino también
a un resultado que armoniza los textos de los arts. 114 y 158 de la Ley de
Seguros.” Adhirieron a estos fundamentos los Dres. Roncoroni, Kogan,
Hitters y de Lázzari. (en disidencia del Dr. Pettigiani).

41
Anteriormente la SCBA ya había fallado en el CASO VEGA 32, por mayoría
declaró materialmente ilícita la cláusula contractual por la que se amplía el
"no seguro" referido a la culpa grave del asegurado a la persona del
conductor: “…si bien es cierto que las partes pactaron de acuerdo con la
cláusula 20 de las condiciones generales de la póliza, que 'el asegurador
queda liberado si el asegurado o el conductor, provoca, por acción u omisión
el siniestro dolosamente o con culpa grave' (fs. 233 vta.), no lo es menos,
que lo así acordado no importa una modificación 'a favor del asegurado' de
lo establecido en el art. 114 de la ley 17.418; y siendo ésta la única
modificación posible a tenor de lo normado en el art. 158 de la ley citada, la
mencionada cláusula deviene inaplicable ...”

“…En definitiva, lo que las partes hayan autoregulado no podrá significar un


orden particular contrapuesto y lesivo al del legislador, (cfr. Rezzónico, cit.,
p. 381), porque en todo caso, la conformación de la voluntad ha de respetar
las regulaciones jurídicas imperativas que modifican ab initio la presunta
autonomía…”

“…El conductor, en el caso, no es el asegurado, por más condición de centro


de interés que revista. La pretendida subsunción del conductor en la figura
del asegurado aparece inclusive contradicha por la propia cláusula del
contrato. En efecto, si ambos son asegurados no se explica la razón por la
cual se los individualiza separadamente…”

“…Coincido, por lo tanto, con los conceptos que certeramente desarrolla


Stiglitz y que me permito transcribir: “La cuestión está específicamente
regulada por el art. 114 de la Ley de Seguros, de cuyo texto, y de la
naturaleza del seguro contra la responsabilidad civil, cabe concluir que nos
hallamos en presencia de un supuesto de delimitación causal subjetiva del
riesgo. Tal limitación, referida sólo a la persona del asegurado, se halla
contenida en una norma relativamente imperativa (art. 158-2) y, por lo tanto,
sólo modificable a favor del asegurado. Por tratarse de un tema referido a
los límites o extensión de la garantía del asegurador, debe ser interpretado

32
SCBA 9/10/2003, "Vega Pérez, Mariano F. y otra c/Coll, Rubén Gustavo y otro s/Indemnización por daños y
perjuicios

42
restrictiva o literalmente, de suerte tal que no es factible hacerlo
analógicamente, ni por extensión, especialmente teniendo en cuenta que el
asegurador es quien redacta las cláusulas generales. Esta directiva impide,
por lo tanto, extender el límite a otro sujeto que no sea el asegurado. La
cláusula contractual precitada, por la que se amplía el “no seguro” referido a
la culpa grave del asegurado a la persona del conductor, es materialmente
ilícita (art. 1066, Código Civil) por contradecir una norma seminecesaria (art.
114, L.S.) y, por tanto, abusiva y nula, en tanto desnaturaliza el vínculo
obligacional (art. 37 inc. a, Ley de Defensa del Consumidor) al suprimir (vía
predisposición) una obligación del asegurador de fuente normativa. A ello no
empece que por condición general predispuesta se haya consagrado la
extensión de la cobertura al conductor autorizado por el asegurado ni que se
haya asimilado a ambos a través de la frase: “... en adelante, la mención del
asegurado comprende en su caso, al conductor”…, y ello en razón de que la
asimilación no está referida a que ambos ostentan la misma condición de
partes sustanciales del contrato, siendo el conductor tercero ajeno al
contrato de seguro.

Otra jurisprudencia vigente:

a.- "SAAVEDRA, GONZALO FERNANDO C/ BOEDO, LUIS S/ DAÑOS Y


PERJUICIOS”, Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Dolores,
26 de marzo de 2009.

La Cámara modificó parcialmente la sentencia de primera instancia, en


cuanto rechazaba la citación en garantía efectuada por el demandado. El
Tribunal entendió que en el caso no procedía la defensa de “no seguro”,
basada en supuesta culpa grave del asegurado, pues si bien este conducía
en estado de embriaguez, su grado de alcoholemia “no implica por sí que
fuera la causa del accidente, porque no trae como consecuencia la pérdida
de la capacidad para comprender y conducir”.

b.- "ROMEGGIO BELKIS, AMANDA CONTRA ALÍ, CLAUDIO Y OTRO.


DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 23 de abril de 2008

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires revocó lo


dispuesto por la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del
Departamento Judicial Lomas de Zamora y declaró que la condena a la
aseguradora lo es dentro de los límites de la franquicia fijada en las
cláusulas del contrato de seguro. El Máximo Tribunal de la Provincia destacó

43
que “al tercero damnificado le son oponibles todas las cláusulas, aun
aquéllas que restrinjan o eliminen la garantía de indemnidad”.

c.- "LARREA, JUAN ANTONIO Y OTRAS CONTRA QUITEGUI, CARLOS


ENRIQUE. INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 8 de
agosto de 2007.

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires revocó un fallo, en


cuanto eximió a la citada en garantía "Vanguardia Compañía Argentina de
Seguros" de su obligación de mantener indemne al demandado asegurado,
y condenó a dicha empresa a pagar al actor la indemnización fijada por la
sentencia recurrida. Se trata de un accidente de transito donde el conductor,
que no era el tomador del seguro de responsabilidad civil, se encontraba en
estado de ebriedad, manejando a alta velocidad y con pérdida del dominio
sobre el automotor. El Máximo Tribunal Provincial consideró que la culpa
grave del conductor no implicaba la culpa grave del asegurado.

d.- "RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA ECONOMÍA


COMERCIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES EN LA CAUSA
VILLARREAL, DANIEL ALBERTO C/ FERNÁNDEZ, ANDRÉS
ALEJANDRO", CSJN, 4 de marzo de 2008

La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó lo dispuesto por la


Cámara Civil, reiterando su postura relativa a que el seguro obligatorio de
responsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de Transito puede incluir
excepciones de cobertura oponibles a la víctima, pues la citada norma
dispone que este seguro se hará “de acuerdo a las condiciones que fije la
autoridad en materia aseguradora”.

e.- “RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA ECONOMÍA


COMERCIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES EN LA CAUSA
VILLARREAL, DANIEL ALBERTO C/ FERNÁNDEZ, ANDRÉS
ALEJANDRO Y OTROS", CSJN, 29 de agosto de 2006.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a un recurso de queja


y dejó sin efecto la sentencia de la Sala M de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil que, entre otras cuestiones, declaraba inoponible a la
victima de un accidente de transito una franquicia a cargo del asegurado por
la suma de $40.000. El Máximo Tribunal, haciendo suyo el dictamen de la
Procuración, entendió que el seguro obligatorio de responsabilidad civil
impuesto por la Ley Nacional de Transito puede incluir excepciones de

44
cobertura oponibles a la víctima, pues la citada norma dispone que este
seguro se hará “de acuerdo a las condiciones que fije la autoridad en
materia aseguradora”.

f.- "LABARONNIE, OSVALDO PEDRO Y OTRA CONTRA MADEO,


LEONARDO Y OTROS. DAÑOS Y PERJUICIOS", SCBA, 04/11/09

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires señalo que si


bien tiene dicho que la obligación de la aseguradora citada en garantía no
puede exceder la suma asegurada, aunque la indemnización que deba
pagar el asegurado la supere, dicho límite no puede incluir las sumas que
deban abonarse como gastos y costas judiciales por el proceso, pues de
otra forma, la prolongación del mismo perjudicaría siempre al asegurado.
Por ello, modificó una sentencia, estableciendo que “la aseguradora será
responsable por el capital de condena hasta la suma asegurada conforme
los límites y condiciones de la póliza de seguros contratada, con más la
incidencia proporcional de la misma en los gastos (intereses) y costas
judiciales devengados.”

g.- “FIORE, SILVIO SABINO C/ TRONCOSO Y OT. S/ DAÑOS Y


PERJUICIOS”, Cámara en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de
San Isidro, Sala Primera, 10/11/10.

El Tribunal confirmó la sentencia que admitió la excepción de falta de


legitimación pasiva opuesta por la aseguradora citada en garantía. El
Tribunal consideró probado que el automotor del demandado, asegurado
para uso particular, se encontraba afectado al servicio de remis y por lo tanto
se configuró un supuesto de falta de cobertura. La prueba fue una carta
documento enviada por el demandado a la aseguradora donde expresa que
“al momento del hecho” el automotor se encontraba afectado al servicio de
remis y que por lo tanto “retira su denuncia, desistiendo de todo reclamo.”

h.- “Flores, Alfredo René c/ Transportes Metropolitanos General Roca y


otros”, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala F, 16/3/2010.

Si bien no es un caso de accidente de tránsito, lo ponemos porque se refiere


al tema de la franquicia en el seguro de responsabilidad civil.

El Tribunal confirmó la sentencia que condenó a Transportes Metropolitanos


General Roca S.A., a resarcir los daños que sufriera el actor e hizo extensiva
45
la condena a la citada en garantía. Respecto de esta ultima, que invocaba
una franquicia de $ 500.000 el Tribunal consideró que “además de que no
puede discutirse que una cláusula contractual que estipula una franquicia tan
excesiva importa una desnaturalización de la cláusula 18.2 del contrato de
concesión celebrado, lo cierto es que a diferencia de lo que ocurre con el
autotransporte público de pasajeros donde existe una disposición que obliga
a contratar con un descubierto de $ 40.000 (art. 4º, anexo II, Resolución
25.429/1997 de la Superintendencia de Seguros de la Nación), no existe
norma positiva que imponga un pacto con esos alcances para la explotación
del servicio ferroviario”, por lo que resolvió que se haga extensiva
íntegramente la condena a la aseguradora.

i.- “D'Amato, José Luis vs. Micoroómnibus Norte S.A.”, Cámara


Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala M, 06/04/2009.

El Tribunal entendió que los fallos dictados por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación que descalificaron los plenarios "Obarrio" y "Gauna", los cuales
habían establecido la inoponibilidad de la franquicia obligatoria prevista en
los contratos de seguro de responsabilidad civil de vehículos destinados al
transporte público de pasajeros, no constituyen óbice para continuar
aplicando la citada doctrina plenaria, pues, con posterioridad a que el
Máximo Tribunal dictara los pronunciamientos mencionados, se sancionó la
ley 26.361 que introdujo modificaciones a la ley de defensa del consumidor,
tornando inaplicable a las relaciones de consumo el concepto de efecto
relativo de los contratos, el cual configuró uno de los fundamentos de las
decisiones de la Corte relativas a la oponibilidad de la franquicia. En ese
mismo archivo encontrarán un comentario del Dr. Sobrino.

j.- “De Marco, Nicolás c/Línea 71 S.A. y otro s/daños y perjuicios”,


Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala M, 04/02/11

A pesar de la postura en contrario de la Corte Suprema de la Nación, la


Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil mantiene la aplicación de su
plenario “Obarrio”, que establece que en los contratos de seguro de
responsabilidad civil de vehículos automotores destinados al transporte
público de pasajeros, la franquicia no es oponible al damnificado. En esta
ocasión, la Sala M destacó que con posterioridad al dictado de los fallos de
la Corte Suprema de Justicia, se produjo la modificación de la Ley de
Defensa del Consumidor, ampliándose el concepto de consumidor “a quien
sin ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en ocasión

46
de ella, utiliza servicios como destinatario final y a quien “de cualquier
manera está expuesto a una relación de consumo” -en el caso: la victima”.

k.- “NIETO, NICOLASA DEL VALLE V. LA CABAÑA SA Y OTROS”,


CSJN, 6 de septiembre de 2011.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación volvió a revocar lo dispuesto por


una Sala de la Cámara Nacional en lo Civil, reiterando su postura relativa a
que el seguro obligatorio de responsabilidad civil impuesto por la Ley
Nacional de Transito puede incluir excepciones de cobertura oponibles a la
víctima, pues la citada norma dispone que este seguro se hará “de acuerdo
a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora”.

l.- “Córdoba Sergio Javier v. Transportes Metropolitanos General San


Martín y otro s/daños y perjuicios ”, Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Civil de la Capital Federal, Sala H, 02/03/11

ll.- "García, Teresa M. c. Unidad Ejecutora Programa Ferroviaria


Provincial", La Ley Online

FALLO NO MENCIONADO EN EL TEXTO DE LA CLASE:

Si bien no es un caso de accidente de tránsito, lo ponemos porque se refiere


al tema de la franquicia en el seguro de responsabilidad civil. Aquí, el
Tribunal confirmó la sentencia que condenó a Ferrocarriles Metropolitanos
General San Martín, a resarcir los daños que sufriera el actor e hizo
extensiva la condena a la citada en garantía. Respecto de esta ultima, el
Tribunal declaró la nulidad absoluta de la cláusula del contrato de seguro por
el cual se pactó una franquicia de U$S 500.000, por considerar que la misma
prácticamente exime de toda responsabilidad al asegurador, desvirtuando la
función típica del seguro. También es interesante la jurisprudencia y doctrina
que invoca para excluir al Estado de responsabilidad en el hecho, al
entender que “la regla imperante en el Derecho argentino es que, en
principio, el Estado no debe responder, ni aun en forma subsidiaria, por los
perjuicios ocasionados por aquellos sujetos genéricamente denominados
"colaboradores externos de la Administración", tales como los contratistas y,
por supuesto, los prestadores de servicios públicos, cualquiera sea el título
habilitante que ostenten…”
47
“Específicamente en relación a la responsabilidad del Estado frente a un
accidente ferroviario, se ha dicho que la concedente del servicio ferroviario
carece de legitimación pasiva para ser demandada por la reparación del
daño causado por el accidente sufrido, dado que aquélla no conservaba
ningún poder de dirección sobre el tramo ferroviario donde se produjo el
infortunio, como así tampoco lo tenía sobre las cosas que produjeron el daño
(en éste caso, lo que parecía ser un “chapón”), sólo el concesionario tiene
un poder independiente de uso de control y de dirección sobre el servicio
concesionado y aun cuando el concedente no haya abdicado de la titularidad
de la formación ferroviaria, es incuestionable que ha delegado la
administración y custodia mediante una concesión de servicio público, lo
cual resulta suficiente para exonerarla de cualquier deber de reparar (Conf.
CNCivil, Sala B, 15/12/2005, "García, Teresa M. c. Unidad Ejecutora
Programa Ferroviaria Provincial", La Ley Online).”

A MODO DE CONCLUSION:

Creemos que la solución pasa por la via legislativa. Es necesario regular un


seguro de responsabilidad civil obligaotrio y establecer los mecanismos y
recursos para financiar al mismo, porque, en la actualidad, el seguro se
financia con la prima que cobran las aseguradoras y los asegurados y la
prima se calcula teniendo en cuenta la existencia de franquicias y de
excepciones de cobertura. Si esa franquicia o excepción no existe, la prima
tendría que subir o se tendría que crear un fondo estatal (financiado con el
producto de las multas de transito, como pasa en otro paises), para pagarle
a la victima en casos donde haya franquicia o excepción de cobertura.

Es interesante reseñar un proyecto de ley presentado en la Camara de


Diputados en el año 2004 en donde se busco regular integralmente el
“Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil por el Uso de automotores”.33

Aquí se propone:

Prestaciones

Articulo 4. - El seguro cubrira las indemnizaciones por las siguientes


sumas:

33
http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dsecretaria/periodo2004/PDF2004/TP2004/02abril2004/tp024/1491-D-
04.pdf
48
a) Automotores de uso particular, de alquiler o de transporte de cosas: hasta
cien veces el salarioo mínimo vital mensual vigente al momento del
evento, por persona muerta o lesionada, con un Ilmite de hasta 300 veces
de dicho salario por acontecimiento;

b) Automotores de transporte colectivo de pasajeros: hasta 300 veces el


salario minimo vital mensual vigente ai momento del evento por persona
muerta o lesionada con un límite de hasta 800 veces dicho salario por
acontecimientos.

Se busca un monto de cobertura que vaya evolucionando conforme al


crecimiento del salario minimo vital y móvil, para evitar los perjuicios
de la inflación.

Fondo de garantía

Articulo 16'. - Créase un Fondo de Garantía que funcionara como entidad


de derecho público no estatal. Estan a cargo de un consejo de
administraci6n presidido por el superintendente de seguros de la Nacion e
integrado por representantes de las asociaciones de aseguradores.

Tendrá por objeto afrontar las indemnizaciones previstas en esta ley en los
siguientes casos:

a) Daños producidos por autor desconocido;

b) Daños producidos por autor que, aunque conocido, no se halle


asegurado;

c) Daños que el asegurador del responsable se encuentre en imposibilidad


económica o jurídica de indemnizar.

Acción directa

Articulo 160. - En los supuestos previstos en el articulo anterior, el


damnificado o sus

derechohabientes dispondrán de accibn directa contra el Fondo de


Garantia, quien tendrá personería jurídica para actuar en juicio como autor o
demandado.

Contabilización. Recursos

49
Articulo 18. - El Fondo mantendra contablemente individualizada su
gestibn y atendera los pagos a que se refiere el articulo 15 con los
siguientes recursos:

a) La sobreprima que anualmente fije la Superintendencia de Seguros de la


Nación sobre las polizas de automotores;

b) El porcentaje de previsión que determinara la Superintendencia de


Seguros que no podrá exceder del 10 por ciento de la sobreprima;

c) La rentabilidad del Fondo;

d) Los recuperos y las multas;

e) Otros recursos que autorice el Poder Ejecutivo.-

La idea del fondo es actuar donde no hay seguros, o sea porque hay
franquicia.

Nos pareció oportuno comentar este proyecto, ya que seria una forma
legislativa a fin de enderezar tanta jurisprudencia discordante.

50
51

También podría gustarte