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I.- Introducción:
1
Halperom Isaac, Seguros Ediciones De Palma, 2001.
1
relacionada con el solo riesgo particular. Cuanto más abundante y precisa es
la experiencia del asegurador, tanto más ajustadamente se fija la medida de
su responsabilidad eventual. En la comunidad de riesgos, en la reunión de
estados de riesgos homogéneos, la ley de los grandes números puede
actuar con efectos compensadores, cuando existe una cierta igualdad
empírica respecto de las consecuencias de cierto hecho
Jurisprudencia
Al prescribir el art. 118 de la ley 17418 que ". . . la sentencia que se dicte
hará cosa juzgada respecto del asegurado y será ejecutable contra él en la
medida del seguro", quiere significar que el tercero está subordinado, le son
oponibles, lo afectan o se encuentra enmarcado por determinadas
estipulaciones contractuales, aun cuando haya sido ajeno a la celebración
del pacto. El tercero debe aceptar todos los términos del contrato de seguro,
aun aquellos que eliminen o restrinjan la garantía de indemnidad (Sup. Corte
Bs. As., 5/11/1985, "Marello, Carlos R., v. Bellante, Ignacio F., s./ Daños y
perjuicios" Ver Texto, Diario Jurispr. Provincial de Bs. As., del 2/5/1986; y
Sup. Corte Bs. As., 6/9/1988, "Decesero, Agustín, v. Parent, Rubén G., y
2
otro" , LL 9/11/1988; C. Nac. Com., sala B, 20/9/89, "Espósito Tucillo,
Antonio, v. Pirroncello, Vito F. S." , ED 28/5/1990, fallo 42.371, con nota de
Enrique J. Quintana. Este fallo agregaba que, aunque el asegurado
nominado en la póliza de un seguro de la responsabilidad civil sea una
persona jurídica, el conductor del vehículo al momento del acaecimiento del
siniestro será el autor del daño y, como tal, asegurado según la cobertura
extendida por la póliza. Por ende, estará alcanzado por las limitaciones del
contrato en el caso de mediar culpa grave de su parte, restricción que puede
serle opuesta a la víctima).
Constituye culpa grave la conducta del asegurado que lindó con el dolo, ya
que nada es más cercano al dolo que ponerse al volante de un automóvil en
evidente estado de ebriedad (C. Nac. Com. en pleno, 8/7/1968, "Carrasco,
Santiago, v. El Comercio Compañía de Seguros S.A.", LL 132-12).
3
La culpa grave consiste en la omisión de la diligencia elemental de las
personas menos previsoras, o cuando resulta evidente que la idemnidad
otorgada por el seguro es la que provoca la negligencia del asegurado (C.
Apel. Rosario, sala III, 19/3/1965, "Rita, Enzo, v. San Cristobal Soc. Mutual
de Seguros", LL 119-335). En sentido análogo, Sup. Corte Bs. As.,
16/6/1964, "Pantano, Agustín, v. La Estrella Compañía de Seguros S.A.",
DJBA 73-161; y C. Nac. Com., sala B, 15/11/1961, "Nader, Jorge, v. Unión
Mercantil Compañía de Seguros S.A.", LL 106-497 y "Bertini v. El Mundo
Compañía de Seguros S.A.", LL 111-481.
Para que el asegurador quede relevado del pago del seguro, la violación de
las leyes y reglamentos de tránsito debe, si no ser estrictamente dolosa,
significar un incumplimiento inusitado e inexplicable que exceda los límites
de la simple culpa, una despreocupación en la que no habría obrado de no
existir el seguro (C. Nac. Com., sala C, 20/3/1963, "Kopelman, Guillermo, v.
El Mundo Compañía de Seguros S.A.", JA 1963-V-438).
La culpa grave a que alude el art. 70 , LS., puede ser descrita como aquella
imprudencia o negligencia extrema, desorbitada respecto del
comportamiento medio habitual del grupo social en el cual tiene lugar y que
culmina siendo la causa del siniestro como consecuencia de una
intensificación desmesurada de la probabilidad siniestral. En materia de
seguros la existencia y configuración de la culpa grave es de interpretación
restrictiva. El art. 114 de la ley 17418 sólo puede ser modificado en favor del
asegurado; en consecuencia, existe la posibilidad cierta de cubrir el
supuesto de culpa grave (C. Nac. Civ., sala F, 6/5/1996, "Ojeda, Pedro C., v.
Telecom S.R.L." , LL, fallo 38.808-S).
4
Córdoba, sala Civ. y Com., 29/2/1996, "Scabuzzo, Ricardo D., v. Pérez,
Alejandro", LL Cba. 1996-1235).
En materia de seguros, la culpa grave puede ser definida como aquel obrar
cuyo resultado dañoso es previsible para el asegurado y deriva de una
conducta u omisión tan apartada de las pautas normales del comportamiento
que provocaría la repulsa del individuo medio. En consecuencia, el grado de
culpa antes referido consiste en la decisión deliberada y consciente del
agente de comportarse de manera singularmente riesgosa, exponiéndose a
sí mismo y a terceros a las consecuencias de ese obrar. La cláusula que
libera al asegurador de responsabilidad por el siniestro provocado por el
conductor que no se halle en relación de dependencia laboral es ilegítima y
abusiva, pues la culpa grave es una hipótesis de delimitación causal
subjetiva y, por tanto, referida sólo al asegurado, y de invocarse una
cláusula de esa especie, su ilicitud está determinada por el art. 158 , LS.,
pues empeora las condiciones de contratación del asegurado (C. Nac. Civ.,
sala L, 23/9/1996, "Giuliani, Marion, y otro v. Khafif, Isaac, y otros" , LL, fallo
97.334).
Conforme el art. 158 , LS., según lo previsto en el art. 114 , las cláusulas
atinentes al seguro de la responsabilidad civil sólo pueden ser modificadas a
favor del asegurado (C. Nac. Civ., sala I, 27/8/1996, "Cuquejo, Walter H. L.,
y otro v. Sevillano, Marcelo E." , LL J. Agrup.,).
5
restrictivamente, imponiéndosele a la aseguradora la carga de la prueba de
las circunstancias que permitan tener por configurada la existencia de culpa
grave y que la misma, para tener relevancia, fue determinante del siniestro.
Sólo la conducta culposa, que por su magnitud e imprudencia y/o
negligencia supere las pautas objetivas de actuación que habitualmente
adopta el común de los individuos del medio social en que opera el seguro,
queda fuera del amparo de la cobertura asegurativa, requiriéndose asimismo
que el accionar intensamente imprudente del asegurado haya acentuado
excesivamente la probabilidad del siniestro (C. Civ. y Com. Quilmes,
26/11/1996, "Peralta, Alejandro, v. Iguazú Compañía de Seguros S.A." , LL
Bs. As., 1998-108).
Debe precisarse con la mayor claridad qué debe entenderse por culpa
grave. Así se evitará el peligro de que mediante su alegación pueda llegarse
al absurdo de consagrar, como regla general, la irresponsabilidad de las
compañías aseguradoras. Mediante el uso de una hermenéutica restrictiva
para la determinación del concepto de culpa grave se logrará una solución
congruente y armónica que evite conflictos siempre latentes. En los
accidentes de tránsito no basta la culpa o negligencia de una mayor entidad
o rayana en la desaprensión hacia la seguridad de los terceros, sino que
debe demostrarse de manera concluyente que el victimario deseó y
ocasionó voluntariamente el hecho (C. Nac. Esp. Civ. y Com., sala V,
27/5/1988, "Isla, María E., y otro v. Pérez, Manuel", JA 1989-III-594 Ver
Texto, con nota de Rubén S. Stiglitz).
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La culpa grave no consiste en cualquier negligencia o descuido, puesto que
si así lo fuere, la institución del seguro se vería limitada a las hipótesis de
fuerza mayor o caso fortuito, lo cual es contrario a su función de garantía. Si
se exigiera el cumplimiento de recaudos de seguridad completa al tomador
del seguro, haría a dicho seguro innecesario o económicamente
inconveniente (C. Civ., sala E, 11/6/1990, "Olmos, Paula E., v. Starapoli,
Antonio R.", JA 1992, IV-Síntesis Ver Texto).
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Régimen Legal:
Póliza:
e.-La prima.
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Es el precio del seguro y debe pagarse en el domicilio del asegurador o en el
lugar convenido entre las partes. Se adeuda desde la celebración del
contrato pero no es exigible sino contra la entrega de la póliza.
Prima:
Citación en Garantía
1).- Una que llamaremos rigida, considera que el asegurador puede repetir
frente al asegurado los incumplidor las sumas que abonara oportunamente
al tercero reclamante, meramente invocando la falta de cumplimiento por
ese ultimo del mencionado art. 115 L.S. Esta postura entiende que
directamente aploicable el ya mencionado art. 47 de la ley 17.418.-
2
Scarioni: Algunas consideraciones acerca de la denuncia del siniestro en el seguro de
responsabilidad civil SUPLEMENTO de SEGUROS Y REASEGUROS. El Dial.com
3
Antonio Gibault S.A. c/ Amparo Cia de Seguros. 137-597.
4
Cnia de Seguros Union de Comerciantes S.A. c/ Talleres Opticos de Negri S.A.” 5/03/1998
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II.- Seguro de Responsabilidad Civil Optativo al Seguro de
Responsabilidad Civil Obligatorio.
Este seguro obligatorio será anual y podrá contratarse con cualquier entidad
autorizada para operar en el ramo, la que debe otorgar al asegurado el
comprobante que indica el inciso c) del artículo 40. Previamente se exigirá el
cumplimiento de la revisión técnica obligatoria o que el vehículo esté en
condiciones reglamentarias de seguridad si aquélla no se ha realizado en el
año previo.
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La reglamentación regulará, una vez en funcionamiento el área pertinente
del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, el sistema de prima
variable, que aumentará o disminuirá, según haya el asegurado denunciado
o no el accidente, en el año previo de vigencia del seguro.
CLAUSULA 3:
13
Los pagos que efectúen la aseguradora o el asegurado por estos conceptos,
serán considerados como realizados por un tercero con subrogación en los
derechos del acreedor y no importarán asunción de responsabilidad alguna
frente al damnificado.
14
Esto deviene por la deficiente previsión legislativa, pues se pretendió
consagra un seguro obligatorio de responsabilidad civil pero, en los
hechos, no se lo implemento.
En Definitiva y por mayoría legal se fijo como doctrina legal: “En los
contratos de responsabilidad civil de vehículos automotories destinados al
transporte publico de pasajeros , la franquicia como limite de cobertura –
fijada en forma obligatoria por la autoridad de contrl de la actividad
aseguradora conforme resolución N° 25.429/97, no es oponible al
daminificado (sea transportado o no).
Caso 3).- Fallo de Corte – Las franquicias son oponibles a las victimas.
16
"DÍAZ, ALICIA SUSANA C/ MORENO, CARLOS D. Y OTS. S/ DS. Y PS.”,
Cámara en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora , Sala I, 4 de
octubre de 2007
17
Caso 8).- Seguro de Responsabilidad Civil: SCBA franquicia oponible a
la victima.
18
"Giuliani, Mario y otro v. Khafif, Isaac y otros". C. Nac. Civ., sala L,
23/09/1996”
19
sentencia recurrida. Se trata de un accidente de transito donde el conductor,
que no era el tomador del seguro de responsabilidad civil, se encontraba en
estado de ebriedad, manejando a alta velocidad y con pérdida del dominio
sobre el automotor. El Máximo Tribunal Provincial consideró que la culpa
grave del conductor no implicaba la culpa grave del asegurado.
21
No obsta a esta conclusión el hecho que las condiciones generales se
encuentren aprobadas por la Superintendencia de Seguros de la Nación, en
tal sentido se ha sostenido que la aprobación administrativa sólo significa
que el órgano administrativo no tiene nada que oponer a dichas condiciones
generales, pero esta función de vigilancia preventiva no supone una
delegación de facultades que permita, sin más, elevar al plano legislativo las
condiciones redactadas por una empresa, ni que les de eficacia para
derogar las disposiciones legales imperativas que contradigan (S.C.
Mendoza, Sala I, 24/5/88, con voto de la Dra. Kemelmajer de Carlucci, L.L.
1988-E-18).-
Por otro lado, no puede desconocerse el fin social fundamental que tiene el
contrato de seguro, como lo es el permitir a terceros damnificados obtener el
merecido resarcimiento de los perjuicios sufridos, en concordancia con una
tendencia cada vez más firme en el moderno derecho de daños consistente
en proteger a la víctima procurando que el daño injustamente causado sea
debidamente reparado.-
En este sentido, la cláusula de que se trata solo tendría efecto entre las
partes, no siendo en consecuencia oponible a la víctima del daño; existiendo
en su caso un eventual derecho de reintegro o repetición por parte de la
aseguradora frente al asegurado.-
22
Por lo expuesto, considero que la defensa intentada no puede validamente
ser opuesta a los aquí accionantes; debiendo desestimarse en consecuencia
la queja impetrada, y confirmarse el rechazo de la excepción de falta de
legitimación interpuesta por la aseguradora citada en garantía.
A.- La cuestión mencionada plantea una problemática que aún hoy no está
resuelta definitivamente, al menos desde la normativa, aunque existen
distintas soluciones plasmadas en la jurisprudencia. Nos referimos a la
situación que surge luego de la producción de un accidente de tránsito
cuando la víctima perjudicada, realiza el reclamo de resarcimiento por el
daño sufrido, efectuándolo generalmente contra toda persona susceptible de
ser demandada, llámese asegurado, conductor autorizado, tomador,
asegurador o quién resultare responsable por el hecho dañoso. Entonces,
¿cuál es la discusión? La respuesta suele darse en las contestaciones de
demanda por parte de las aseguradoras cuando en el caso específico el
conductor autorizado del vehículo no es el propio asegurado, es decir, en
principio, un tercero ajeno a la contratación. Las aseguradoras suelen
rechazar el reclamo en su contra en los casos en que haya habido culpa
grave del conductor, asimilando para esta exclusión al conductor autorizado
como si fuera el propio asegurado. (recordemos que el art. 114 de la ley
17.418 [LS] menciona solo a éste último).
B.-DOCTRINA
El Dr. Babot afirma que: “Por un lado, no resulta equitativo que mientras el
Conductor No Asegurado ("Conductor" a secas en la terminología de la
póliza) tiene los mismos derechos que el Asegurado, no tenga
correlativamente las mismas obligaciones y cargas (no conducir ebrio, por
ejemplo); máxime cuando ni siquiera es el obligado al pago de la prima y se
beneficia con este sólo por subirse a un vehículo ajeno”.10 Por otro lado,
explica que la alteración del contenido del contrato hace más gravosa que lo
8
Real Academia española http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?
TIPO_BUS=3&LEMA=indemne
9
JA 2006-II-718 “La culpa grave del asegurado conductor autorizado”, Schiavo, Carlos A.
10
LLNOA febrero 2008 “Seguro Automotor. La exclusión de cobertura por ebriedad del conductor no asegurado”.
Babot, Fernando
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normal la ruptura del sinalagma contractual en los casos del seguro. Debido
a que el dinero para el pago de los siniestros sale de un Fondo de Primas
constituido por los pagos (generalmente mensuales) que hacen los
asegurados de un mismo riesgo como contraprestación a la cobertura. La
cuantía de dichas primas surge de un minucioso estudio estadístico cuya
función es predecir cuántos siniestros afectarán a ese grupo de pólizas y la
intensidad de los mismos. Obviamente, estando excluidos de cobertura los
casos de Ebriedad del Conductor No Asegurado, la posibilidad de
realización de tal riesgo no contratado no fue contemplada al momento de
calcular el monto de la prima, de lo que se deduce que si el asegurador es
condenado a responder por un caso de "no seguro", existe la posibilidad de
que el Fondo de Primas resulte insuficiente. Si a esto le agregamos que los
destinatarios finales por siniestros del dinero del Fondo de Primas son
víctimas de accidentes de tránsito, vemos que los perjudicados no son sólo
el asegurador y los asegurados no siniestrados aún. Es decir que con la no
admisión de la Exclusión de Cobertura por Ebriedad del Conductor No
Asegurado invocamos la Función Social del Seguro para terminar
impidiendo su ejercicio.
Desde otro punto de vista, la Dra. Libson analiza la necesidad de una Ley de
Seguros Obligatorios que regule la responsabilidad civil en los accidentes de
tránsito y manifiesta que no debe perderse de vista es que el seguro
obligatorio de responsabilidad civil no se agota en la relación jurídica que
vincula al asegurado con el asegurador. La razón de ser de ese contrato es
la efectiva reparación del daño, por lo cual toda comprensión de este
contrato, sin tener en cuenta esa fundamental razón de ser del mismo,
conduce a soluciones no aceptables ante la estimativa jurídica. “Y si
admitiéramos la tesis sostenida por la concepción histórica, tendríamos
dificultades en explicar esa obligatoriedad. En efecto, desde que el
aseguramiento es obligatorio, el seguro no se 'elige' para proteger la
indemnidad del patrimonio del asegurado, sino se contrata para satisfacer
una obligación legal cuya finalidad es garantizar a las potenciales víctimas
de los daños una adecuada alternativa reparatoria. Se puede invocar como
crítica a tal inoponibilidad que ello significaría que muchas aseguradoras
dejarían de operar en el rubro de accidentes de tránsito. Sin embargo a lo
largo de los años vemos, por ejemplo, cómo en el caso de los accidentes de
trabajo la ley 9688 (Adla, 1889-1919, 949) imponía expresamente a las
compañías de seguro la exclusión de toda cláusula de caducidad respecto
de la víctima. Sin embargo las aseguradoras no dejaron de operar en el
25
rubro de accidentes de trabajo. Por otra parte, y como bien dice el doctor
Highton, "... desde una óptica finalista, y mediando reglas de juego
previamente conocidas, parece más sano colocar el riesgo de la insolvencia
del conductor o propietario a cargo de quien ingresa a la relación
voluntariamente y a título lucrativo y no a cargo de quien es sorprendido por
el siniestro en su persona o bienes por el solo hecho de circular en la vía
pública...”11
11
LL 2005 B, 1423, “¿La culpa grave del asegurado debe seguir siendo oponible al tercero damnificado?. Libson,
Lorena
12
Fontán Balestra, Carlos, "Tratado de Derecho Penal. Parte General", Ed. Abeledo Perrot, t. II, Buenos Aires, p.
292
26
seguidas en otros aspectos. El art. 512 Cód. Civ. en su nota indica que la
división que aquellos efectuaban entre culpa leve, levísima y grave, carece
de efectividad, pues al tiempo de juzgar el juez debe decidir si existió o no
un obrar negligente (culpa) sin importar su grado. Cabe referir a "culpa
inconsciente" o a "culpa consciente" (también llamada culpa con previsión).
La primera se exterioriza cuando quien obrando con negligencia o
imprudencia no se representa el resultado antijurídico de su acción. La
segunda, cuando el autor se la representa pero confía en que no ha de
producirse.
14
Ley 17.418 SECCION III: Provocación del siniestro Art. 70. El asegurador queda liberado sí el tomador o el
beneficiario provoca el siniestro dolosamente o por culpa grave. Quedan excluidos los actos realizados para
precaver el siniestro o atenuar sus consecuencias, o por un deber de humanidad generalmente aceptado.
15
CPCCN, art. 386
16
Perucchi, Héctor Arnoldo, "La culpa grave en el contrato de seguro", LL, 1998-E, p.997/1001; CNCiv. y Com.,
Sala 5, in re: "Camperi Menéndez de Caccio, Ramona c. Lazari, Carlos y otro", del 23/8/82; CNCom, Sala E, in re:
"Scoufalos, Manuel c. Amparo", del 27/4/89; idem, in re: "Perez, Norberto c. Omega", del 20/10/93
17
CNCom., en pleno, in re: "Carrasco, Santiago c. El Comercio", del 8/7/68; CNCiv., sala B, in re: "Argañaraz de
Morel, Esperanza c. Bonsignore, Daniel", del 14/4/76
18
CNCom., esta sala in re: "Sorba, Pedro c. Paraná", del 9/9/82; CNCiv., Sala M, in re: "Malagrini, Hector c.
Muntaner, Juan", del 14/6/89
27
arteria transitada, realizando peligrosas maniobras con el vehículo a una
velocidad excesiva) se exterioriza la intensidad de la negligencia de Pablo
Miño, hecho que equivale al abandono del deber de sujetar las acciones a la
normal convivencia social en el quehacer que ha presupuesto la integración
del vínculo jurídico contraído con el asegurador. Asimismo, no es menester
que la prueba producida sea exhaustiva, sino que puede establecerla por
presunciones.
19
CNCIV - SALA F - 18/11/2003, "Galeano Bogado, Vilma Jacinta c/ Abalsamo, José y otros, s/ daños y perjuicios
20
Opinión del Dr. Emmanuel Muñoz, http://www.mercadoasegurador.com.ar/adetail.asp?id=1894
28
caso en el que el conductor, al intentar pasar a otro rodado que lo precedía,
en una curva, la fuerza centrífuga lo desplazó a la mano contraria, perdiendo
el control y yendo a chocar de frente a otro vehículo que venía en sentido
contrario”. Sin embargo, con respecto al tema de la velocidad excesiva, debe
tenerse en cuenta que -como lo tiene dicho reiteradamente la jurisprudencia
- para que sea considerada causa adecuada de un accidente debe haber
sido determinante o contribuido en la producción del mismo generando la
pérdida del dominio por parte del conductor (asegurado), ya que si no se
verifica esto último, el sólo exceso de velocidad por sobre los límites legales
impuestos para la vía de comunicación en cuestión -amén de constituir una
falta administrativa-, no es suficiente para imputar responsabilidad al
conductor en el accidente ocurrido.
Este mismo razonamiento debe trasladarse al ámbito del seguro a los fines
de determinar si la velocidad excesiva del conductor (asegurado) llega a
configurar “culpa grave” y de esa forma excluir la cobertura. “Así por
ejemplo, en el seguro de automotores, han dicho nuestros jueces que no
configura ‘culpa grave’ el haber cruzado el semáforo con luz roja, el conducir
a velocidad superior a la permitida, o a velocidad que resulta imprudente, o
excesiva; tampoco el circular a 60 Km./h., en una avenida, no aminorando
en los cruces, ni tomar por la izquierda en lugar de la derecha, pues son
infracciones corrientes, que no cabe calificar de graves, ni el circular de
contramano resulta por sí solo configurativo de culpa grave que libere al
asegurador”, ni la imputación de alcoholemia si, por su grado, no surge con
evidencia que ella ha sido motivación total o parcial del accidente de tránsito
en nivel de culpa grave.
29
Titular del vehículo: conforme el artículo 1113 del Código Civil el dueño
responde por el daño que fuera causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo
liberándose total o parcialmente de responsabilidad si acredita: a) culpa de
la víctima o b) culpa de un tercero por quien no debe responder. De allí la
importancia de determinar quién reviste la calidad de dueño al tiempo del
siniestro para poder endilgarle la responsabilidad que le cabe por el daño
sufrido por el damnificado.
30
resultando entonces diferentes las personas del tomador y del asegurado”.
21
Por otro lado existe una asimilación que en materia de seguros producen
las pólizas de la cobertura tanto del asegurado como del conductor
autorizado por este (Plenario “Irago”). 22
23
CNCiv Sala E, 31/7/89, “Lorenzo, Antonio E c/ Cuatromano, Liberato”, 1990, III.
24
CNCiv y Com, Sala 4, 27/2/81, “Mustafá, A c/ Núñez, J”, JA 1982- I-110.
25
CNCiv, Sala C, 23/4/96, “Gutkind, R c/ Song Jae Hyuk”, LL 1998-C-972, JA, caso 12.804
26
SCMendoza, Sala I, 1/9/87- JA-1988-IV-376
27
C.N.Esp.Civ. y Com., en pleno, diciembre 14-1984, in re"Irago, Armando Ramón c/Cabrera, Antonio"
31
Elementos del contrato de seguros
El Asegurado: La ley distingue las personas del tomador del seguro, del
asegurado y del beneficiario.
El texto es, en general, uniforme para los distintos tipos de seguros. Las
cláusulas adicionales y especiales y las modificaciones al contenido de la
póliza se denominan endosos y se redactan en hoja separada, que se
adhiere a aquella.
32
Plazo: Si el plazo del contrato no está determinado en el contrato, se
presume que es de un año, salvo que por la naturaleza del riesgo la prima
se calcule por un tiempo distinto.
Las obligaciones del asegurador comienzan a las doce horas del día
establecido y terminan a las doce horas del último día de plazo.
Pagar la prima: El tomador del seguro debe pagar la prima establecida más
los impuestos, tasas, sellados y demás regargos que establecen o autorizan
las reglamentaciones de la actividad aseguradora.
28
Aguirre Felipe, “Cuestiones teórico prácticas de derecho de seguros”, Pág 231
37
El 114 LS. Abarca tanto al asegurado tomador como al asegurado
conductor.
29
C.N.Com, sala B, 20/9/1989, “Espósito Tucccillo, v Pirroncello y otro” ED 137-422
38
que se refiere el art. 114 de la ley 17.418 alcanza también al "conductor
autorizado" al que menciona la póliza.”
Por todo ello, el Máximo Tribunal Provincial resolvió hacer lugar parcialmente
a los recursos extraordinarios interpuestos y, en consecuencia, revocar el
fallo impugnado en cuanto exime a la citada en garantía "Vanguardia
39
Compañía Argentina de Seguros" de su obligación de mantener indemne a
Carlos Enrique Quitegui, y condenar a dicha empresa a pagar al actor la
indemnización fijada por la sentencia recurrida.
30
SCBA, 27/08/07, "Larrea, Juan Antonio y Otras c/ Quitegui, Carlos Enrique. s /indemnización de daños y
perjuicios"
31
SCBA 9/10/2003, "Vega Pérez, Mariano F. y otra c/Coll, Rubén Gustavo y otro s/Indemnización por daños y
perjuicios"
40
velocidad y con pérdida del dominio sobre el automotor) implicaba culpa
grave del asegurado y, por tanto, que la aseguradora no debía responder
por ninguno. Se basaron en la cláusula 21 del contrato de seguro suscripto
por las partes, que establece que: "el Asegurador queda liberado si el
Asegurado o el conductor provoca, por acción ú omisión, el siniestro
dolosamente o con culpa grave..." Por otro lado, la cláusula 2 de dicho
contrato dice que "El Asegurador se obliga a mantener indemne al
Asegurado y/o a la persona que con su autorización conduzca el vehículo
objeto del seguro (en adelante el conductor), por cuanto deban a un tercero
como consecuencia de daños causados por ese vehículo o por la carga que
transporte en condiciones reglamentarias, por hechos acaecidos en el plazo
convenido, en razón de la responsabilidad civil que pueda resultar a cargo
de ellos".
41
Anteriormente la SCBA ya había fallado en el CASO VEGA 32, por mayoría
declaró materialmente ilícita la cláusula contractual por la que se amplía el
"no seguro" referido a la culpa grave del asegurado a la persona del
conductor: “…si bien es cierto que las partes pactaron de acuerdo con la
cláusula 20 de las condiciones generales de la póliza, que 'el asegurador
queda liberado si el asegurado o el conductor, provoca, por acción u omisión
el siniestro dolosamente o con culpa grave' (fs. 233 vta.), no lo es menos,
que lo así acordado no importa una modificación 'a favor del asegurado' de
lo establecido en el art. 114 de la ley 17.418; y siendo ésta la única
modificación posible a tenor de lo normado en el art. 158 de la ley citada, la
mencionada cláusula deviene inaplicable ...”
32
SCBA 9/10/2003, "Vega Pérez, Mariano F. y otra c/Coll, Rubén Gustavo y otro s/Indemnización por daños y
perjuicios
42
restrictiva o literalmente, de suerte tal que no es factible hacerlo
analógicamente, ni por extensión, especialmente teniendo en cuenta que el
asegurador es quien redacta las cláusulas generales. Esta directiva impide,
por lo tanto, extender el límite a otro sujeto que no sea el asegurado. La
cláusula contractual precitada, por la que se amplía el “no seguro” referido a
la culpa grave del asegurado a la persona del conductor, es materialmente
ilícita (art. 1066, Código Civil) por contradecir una norma seminecesaria (art.
114, L.S.) y, por tanto, abusiva y nula, en tanto desnaturaliza el vínculo
obligacional (art. 37 inc. a, Ley de Defensa del Consumidor) al suprimir (vía
predisposición) una obligación del asegurador de fuente normativa. A ello no
empece que por condición general predispuesta se haya consagrado la
extensión de la cobertura al conductor autorizado por el asegurado ni que se
haya asimilado a ambos a través de la frase: “... en adelante, la mención del
asegurado comprende en su caso, al conductor”…, y ello en razón de que la
asimilación no está referida a que ambos ostentan la misma condición de
partes sustanciales del contrato, siendo el conductor tercero ajeno al
contrato de seguro.
43
que “al tercero damnificado le son oponibles todas las cláusulas, aun
aquéllas que restrinjan o eliminen la garantía de indemnidad”.
44
cobertura oponibles a la víctima, pues la citada norma dispone que este
seguro se hará “de acuerdo a las condiciones que fije la autoridad en
materia aseguradora”.
El Tribunal entendió que los fallos dictados por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación que descalificaron los plenarios "Obarrio" y "Gauna", los cuales
habían establecido la inoponibilidad de la franquicia obligatoria prevista en
los contratos de seguro de responsabilidad civil de vehículos destinados al
transporte público de pasajeros, no constituyen óbice para continuar
aplicando la citada doctrina plenaria, pues, con posterioridad a que el
Máximo Tribunal dictara los pronunciamientos mencionados, se sancionó la
ley 26.361 que introdujo modificaciones a la ley de defensa del consumidor,
tornando inaplicable a las relaciones de consumo el concepto de efecto
relativo de los contratos, el cual configuró uno de los fundamentos de las
decisiones de la Corte relativas a la oponibilidad de la franquicia. En ese
mismo archivo encontrarán un comentario del Dr. Sobrino.
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de ella, utiliza servicios como destinatario final y a quien “de cualquier
manera está expuesto a una relación de consumo” -en el caso: la victima”.
A MODO DE CONCLUSION:
Aquí se propone:
Prestaciones
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http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dsecretaria/periodo2004/PDF2004/TP2004/02abril2004/tp024/1491-D-
04.pdf
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a) Automotores de uso particular, de alquiler o de transporte de cosas: hasta
cien veces el salarioo mínimo vital mensual vigente al momento del
evento, por persona muerta o lesionada, con un Ilmite de hasta 300 veces
de dicho salario por acontecimiento;
Fondo de garantía
Tendrá por objeto afrontar las indemnizaciones previstas en esta ley en los
siguientes casos:
Acción directa
Contabilización. Recursos
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Articulo 18. - El Fondo mantendra contablemente individualizada su
gestibn y atendera los pagos a que se refiere el articulo 15 con los
siguientes recursos:
La idea del fondo es actuar donde no hay seguros, o sea porque hay
franquicia.
Nos pareció oportuno comentar este proyecto, ya que seria una forma
legislativa a fin de enderezar tanta jurisprudencia discordante.
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