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TREMONT SANTAROSA GHILBRET KARIN 21.390.

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TEMA 15: EL CONTRATO DE SEGURO

El contrato de seguro es aquél en virtud del cual una empresa de seguros, a cambio de
una prima, asume las consecuencias de riesgos ajenos, que no se produzcan por
acontecimientos que dependan enteramente de la voluntad del beneficiario,
comprometiéndose a indemnizar, dentro de los límites pactados el daño producido al
tomador, al asegurado o al beneficiario, o a pagar un capital, una renta u otras
prestaciones convenidas, todo subordinado a la ocurrencia de un evento denominado
siniestro, cubierto por una póliza, tal como se encuentra establecido en el artículo 5.
Asimismo se pueden observar las disposiciones del contrato de seguro, y estas se
aplicarán a los convenios mediante los cuales una persona se obliga a prestar un servido
o a pagar una cantidad de dinero en caso de que ocurra un acontecimiento futuro e
incierto y que no dependa exclusivamente de la voluntad del beneficiario a cambio de
una contraprestación, siempre que no exista una ley especial que los regule.
Por otro lado se conoce como póliza, a un contrato donde se justifica o se comprueba lo
establecido en el contrato para que se adquiera, estas pólizas a su vez tiene una
clasificación: 1) Con relación al ámbito de aplicación: Son aquellas en las que el
objeto se determina con precisión, sin que pueda ser reemplazado y también Son
aquellas que cubren una pluralidad de objetos, sustituibles, mientras dure el contrato. 2)
En relación con el sujeto a favor del cual se extienden: pudiendo ser estas
Nominativas (personas determinada); A la orden: se conocen como aquellas de persona
determinable y muchos tratadistas sostienen que estos documentos no se convierten en
títulos crediticios; Al portador: son aquellas respecto a la persona indeterminada e
Individuales y Colectivas, (según el número singular o plural de los asegurados);
Automáticas: están sin fecha de la asunción del riesgo y de revalorización (reajustables
para prevenir la inflación); 3) En cuanto a la manera de redactarlas: Con cláusulas
impresas, contienen el condicionado general utilizado para toda clase de riesgos. Deben
ser aprobadas por la autoridad, Con cláusulas manuscrita: contienen el condicionado
particular conforme a la naturaleza específica de cada riesgo. En caso de que surjan
discrepancias entre ambas formas.

Por consiguiente es necesario cumplir con una serie de elementos, el primero de ellos se
tiene como el interés asegurable que no es más que un requisito de las aseguradoras por
el cual los asegurados guardan una relación lícita (económica) con el objeto asegurado.
Seguidamente nos conseguiremos con el interés económico que una persona posea

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sobre un bien que se encuentra expuesto a cualquier tipo de riesgo, es lo que resulta
asegurable, pues así su preservación significará un beneficio y su pérdida o deterioro
implicará un daño patrimonial. Y es que el interés asegurable protegerá el valor de lo
asegurado hasta una suma máxima de pérdida, siempre por debajo del valor total del
bien. Sin interés asegurable, el contrato de seguro se anularía, para el profesor Montoya
el interés es: “la relación por cuya virtud alguien sufre un daño patrimonial por
efecto del evento previsto, que no recae en lo que es objeto del seguro, sino en el
interés que en él tenga el asegurado”. Se entiende entonces que dicho interés en un
requisito que debe concurrir en quien desee la cobertura de algún riesgo, reflejado en su
deseo verdadero de que el siniestro no se produzca, ya que a consecuencia de él se
originaría un perjuicio para su patrimonio. El principio del interés asegurable se
entenderá fácilmente si se tiene en cuenta lo que se está asegurando, esto quiere decir, el
objeto del contrato no es la cosa amenazada por un peligro incierto, sino el interés del
asegurado en que el daño no se produzca. Este interés no es solo un simple requisito que
imponen los aseguradores, sino una necesidad para velar por la naturaleza de la
institución aseguradora, en efecto si tomamos en cuenta estas premisas, tendríamos que
la existencia de contratos sin interés asegurable, produciría necesariamente un aumento
en la siniestralidad y esto motivaría una elevación de las primas y el verdadero
asegurado tendría que pagar un precio superior al que realmente correspondería a su
riesgo, perjudicándose así no sólo él, sino también la economía del país, que tendría que
soportar una carga económica superior a la debida. Por lo tanto se visualiza que lo
anteriormente explicado son elementos indispensable para el contrato del seguro el
riesgo saludable, la prima (natural, pura, comercial), y la obligación de indemnizar,
asimismo deberán ir acompañados de la existencias de los sujetos intervinientes los
cuales son el asegurador, tomador y beneficiario. Estos contratos tendrán ciertas
características que se proceden a desglosar según su naturaleza:

1. Es un acto de comercio: Efectivamente el contrato de seguro constituye un contrato


mercantil, regulado en el Código de Comercio y en otros aspectos supletoriamente
por la legislación civil.
2. Es un contrato solemne: ya que su perfeccionamiento se produce a partir del
momento en que el asegurador suscribe la póliza, la firma del asegurador sirve para
solemnizar el acuerdo previo de voluntades entre las partes contratantes, respecto a
los elementos del seguro.

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3. Es un contrato bilateral: En razón de que genera derechos y obligaciones para cada


uno de los sujetos contratantes, el autor Garrigues señala “el tomador de seguros se
obliga a pagar la prima y el asegurador se obliga a una prestación pecuniaria: si
bien esta prestación está subordinada a un evento incierto, cual es la realización del
siniestro”.
4. Es un contrato oneroso: porque significa para las partes un enriquecimiento y
empobrecimiento correlativos. “Por cuanto al tomador del seguro se le impone la
obligación de pagar la prima y al asegurador la asunción del riesgo de la que
deriva la prestación del pago de la indemnización de la que queda liberado si no se
ha pagado la prima antes del siniestro”.
5. Es un contrato aleatorio: ya que tanto el asegurado como el asegurador ,están
sometidos a una contingencia que puede representar para uno una utilidad y para el
otro una pérdida. Tal contingencia consiste en la posibilidad de que se produzca el
siniestro. El profesor Montoya expresa que: “El carácter aleatorio del contrato no
desaparece por el hecho de que las compañías aseguradoras dispongan de
tablas  estadísticas que les permite determinar el costo de los riesgos, en función de
lo cual fijan el importe de las primas” Es decir que si bien la actividad aseguradora
en si es cada vez menos riesgosa en la medida del perfeccionamiento de
los medios para determinar la frecuencia de los riesgos, el contrato sigue siendo
aleatorio tratándose de cada contrato aislado y respecto del asegurado.
6. Es un contrato de ejecución continuada: Por cuanto los derechos de las partes o los
deberes asignados a ellas se van desarrollando en forma continua, a partir de la
celebración del contrato hasta su finalización por cualquier causa.

Se entiende como la cobertura de un seguro como el compromiso asumido por el


asegurador de pagar una indemnización al asegurado, con el objetivo de reparar las
consecuencias de un siniestro, cabe precisar que la cobertura tiene un límite
denominado capital del asegurado. Ahora bien acá también existen nulidad de contrato
y este será nulo cuando dicho contrato nazca viciado y por el cual no puede producir
más sus efectos normales, y dentro de ellos podemos conseguir las resolución que es un
modo de terminaciones exclusiva de los contratos bilaterales y configura en la doctrina
uno de los capítulos de la teoría general de los contratos bilaterales y finalmente la
rescisión que se conoce como un contrato válidamente celebrado, pero que produciendo
un perjuicio a una de las partes, puede ser declarado ineficaz a petición del perjudicado”

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TEMA 16: EL RIESGO

Se entiende como riesgo a un suceso futuro e incierto que no depende exclusivamente


de la voluntad del tomador, del asegurado o del beneficiario, y cuya materialización da
origen a la obligación de la empresa de seguros. Estos contaran con una serie de
elementos como lo son: 1) El interés asegurable; 2) El riesgo asegurable; 3) La
prima y 4) La obligación del asegurador de indemnizar. Cuando se habla de riesgos
se entiende que existen diferentes clases que a continuación se desglosaran y explicaran
brevemente:

I. Riesgos Morales: Es la conducta del asegurado que tiende a provocar el siniestro.


El riesgo moral puede ser de dos clases: Riesgo moral activo y riesgo moral
pasivo entre estos están a) El riesgo moral activo: Es cuando el siniestro resulta
de la mala fe o del intento fraudulento del asegurado y b) El riesgo moral
pasivo: es cuando el asegurado no provoca el siniestro deliberadamente sino que
lo hace de modo de incompetencia v/o ineptitud y el

II. Los Riesgos Materiales: a) Por su Número: Globales o Especiales; b) Por su


Origen: Intrínsecos o extrínsecos; c) Por su Probabilidad: Constantes
o variables (Progresivos o Regresivos); d) Por su Naturaleza: Normales o
anormales (Tarados o catastróficos y e) Por su Conocimiento: Ciertos y
Putativos.

Asimismo la valoración es fundamental y esta, se tendrá como esa obligación


fundamental a la que queda sometida la entidad aseguradora y consiste en el pago de la
indemnización a la que hubiere lugar como consecuencia de los daños ocasionados por
el siniestro, y en los casos en los que no se puede cuantificar el interés, ambas partes lo
estipulan con anterioridad. También se entiende como el Sobreseguro a ese valor del
interés es mayor que el de la suma asegurada por el contrario del Infraseguro que será el
valor del interés es menor que el de la suma asegurada.

También conseguimos la Declaración la cual es un punto muy importante en virtud de


que el tomador del seguro tiene el deber, antes de la conclusión del contrato, de declarar
al asegurador, de acuerdo con el cuestionario que éste le someta, todas las
circunstancias por él conocidas que puedan influir en la valoración del riesgo, cuando
quedará exonerado de tal deber si el asegurador no le somete cuestionario o cuando, aun
sometiéndoselo, se trate de circunstancias que puedan influir en la valoración del riesgo
y que no estén comprendidas en él. Por lo tanto el asegurador podrá rescindir el contrato
mediante declaración dirigida al tomador del seguro en el plazo de un mes, a contar
desde el conocimiento de la reserva o inexactitud del tomador del seguro, y
corresponderán al asegurador, salvo que concurra dolo o culpa grave por su parte, las
primas relativas al período en curso en el momento que haga esta declaración, y si el
siniestro sobreviene antes de que el asegurador haga la declaración a la que se refiere el
párrafo anterior, la prestación de éste se reducirá proporcionalmente a la diferencia entre
la prima convenida y la que se hubiese aplicado de haberse conocido la verdadera

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entidad del riesgo. Si medió dolo o culpa grave del tomador del seguro quedará el
asegurador liberado del pago de la prestación.

El tomador del seguro o el asegurado deberán, durante el curso del contrato, comunicar
al asegurador, tan pronto como le sea posible, todas las circunstancias que agraven el
riesgo y sean de tal naturaleza que si hubieran sido conocidas por éste en el momento de
la perfección del contrato no lo habría celebrado o lo habría concluido en condiciones
más gravosas. El asegurador puede, en un plazo de dos meses a contar del día en que la
agravación le ha sido declarada, proponer una modificación del contrato. En tal caso, el
tomador dispone de quince días a contar desde la recepción de esta proposición para
aceptarla o rechazarla. En caso de rechazo, o de silencio por parte del tomador, el
asegurador puede, transcurrido dicho plazo, reincidir el contrato previa advertencia al
tomador, dándole para que conteste un nuevo plazo de quince días, transcurridos los
cuales y dentro de los ocho siguientes comunicará al tomador la rescisión definitiva. El
asegurador igualmente podrá rescindir el contrato comunicándolo por escrito al
asegurado dentro de un mes, a partir del día en que tuvo conocimiento de la agravación
del riesgo. En el caso de que el tomador del seguro o el asegurado no haya efectuado su
declaración y sobreviniere un siniestro, el asegurador queda liberado de su prestación si
el tomador o el asegurado ha actuado con mala fe. En otro caso, la prestación del
asegurador se reducirá proporcionalmente a la diferencia entre la prima convenida y la
que se hubiera aplicado de haberse conocido la verdadera entidad del riesgo.

El tomador del seguro o el asegurado podrán, durante el curso del contrato, poner en
conocimiento del asegurador todas las circunstancias que disminuyan el riesgo y sean de
tal naturaleza que si hubieran sido conocidas por éste en el momento de la perfección
del contrato, lo habrían concluido en condiciones más favorables. En tal caso, al
finalizar el período en curso cubierto por la prima, deberá reducirse el importe de la
prima futura en la proporción correspondiente, teniendo derecho el tomador en caso
contrario a la resolución del contrato y a la devolución de la diferencia entre la prima
satisfecha y la que le hubiera correspondido pagar, desde el momento de la puesta en
conocimiento de la disminución del riesgo

Se tiene como el siniestro según la Fuerza de Ley de Empresas de Seguros y


Reaseguros en su artículo 37, al acontecimiento futuro e incierto del cual depende la
obligación de indemnizar por parte de la empresa de seguros. Si el siniestro ha
continuado después de vencido el contrato, la empresa de seguros responde del valor de
la indemnización en los términos del contrato. Pero si se inicia antes de la vigencia del
contrato, y continúa después de que los riesgos hayan principiado a correr por cuenta de
la empresa de seguros, ésta queda relevada de su obligación de indemnizar. El tomador,
el asegurado o el beneficiario debe probar la ocurrencia del siniestro, el cual se presume
cubierto por la póliza, pero la empresa de seguros puede probar que existen
circunstancias que según el contrato de seguro o la ley la exoneran de responsabilidad.

Asimismo la figura de la Ausencia establecida en el articulo 35 tiene que el tomador, el


asegurado o el beneficiario podrán, durante la vigencia del contrato, poner en
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conocimiento de la empresa de seguros todas las circunstancias que disminuyan el


riesgo y sean de tal naturaleza que si hubieran sido conocidas por ésta en el momento
del perfeccionamiento del contrato, lo habría celebrado en condiciones más favorables
para el tomador. La empresa de seguros deberá devolver la prima cobrada en exceso por
el período que falte por transcurrir, en un plazo de quince (15) días hábiles contados a
partir de la notificación, deducida la comisión pagada al intermediario de seguros.

También la Actualización se encuentra establecida en la Ley de Contratos de Seguro en


su artículo 32, donde el tomador, el asegurado o el beneficiario deberán, durante la
vigencia del contrato, comunicar a la empresa de seguros todas las circunstancias que
agraven el riesgo y sean de tal naturaleza que, si hubieran sido conocidas por ésta en el
momento de la celebración del contrato, no lo habría celebrado o lo habría hecho en
otras condiciones. Tal notificación deberá hacerla dentro de los cinco días hábiles
siguientes a la fecha en que hubiera tenido conocimiento. Las empresas de seguros
deberán indicar en sus pólizas aquellos hechos que por su naturaleza constituyan
agravaciones de riesgos que deban ser notificados. Conocido por la empresa de seguros
que el riesgo se ha agravado, ésta dispone de un plazo de quince (15) días continuos
para proponer la modificación del contrato o para notificar su rescisión. Notificada la
modificación al tomador éste deberá dar cumplimiento a las condiciones exigidas en un
plazo que no exceda de quince (15) días continuos, en caso contrario se entenderá que el
contrato ha quedado sin efecto a partir del vencimiento del plazo.
En el caso de que el tomador o el asegurado no hayan efectuado la declaración y
sobreviniere un siniestro, el deber de indemnización de la empresa de seguros se
reducirá proporcionalmente a la diferencia entre la prima convenida y la que se hubiera
aplicado de haberse conocido la verdadera entidad del riesgo, salvo que el tomador o el
asegurado hayan actuado con dolo o culpa grave, en cuyo caso la empresa de seguros
quedará liberada de responsabilidad, y cuando el contrato se refiera a varias cosas o
intereses, y el riesgo se hubiese agravado respecto de uno o algunos de ellos, el contrato
subsistirá con todos sus efectos respecto de las restantes, en este caso el tomador deberá
pagar, al primer requerimiento, el exceso de prima eventualmente debida. Caso
contrario el contrato quedará sin efecto solamente con respecto al riesgo agravado.

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TEMA 17: LA POLIZA

Se tiene como un contrato entre un asegurado y una compañía de seguros, que establece
los derechos y obligaciones de ambos, en relación al seguro contratado. La póliza, como
documento contractual, cumple una función probatoria de la existencia y contenido del
contrato, asimismo tiene una función normativa, por cuanto al recoger las condiciones
generales y particulares complementa a la ley en la fijación de las normas que regirán la
ejecución del contrato y además, en las pólizas a la orden o al portador es el documento
de legitimación de su titular y deben cumplir con cierto contenido:
1. Nombre y domicilio del asegurador.
2. Nombres y domicilios del solicitante, asegurado y beneficiario.
3. Calidad en que actúa el solicitante del seguro.
4. Identificación de la persona o cosa con respecto a la cual se contrata el seguro.
5. Vigencia del contrato, con identificación de las fechas y horas de iniciación y
vencimiento, o el modelo de determinar unas y otras.
6. El monto asegurado o el modo de precisarlo.
7. La prima o el modo de calcularlas.
8. La naturaleza de los riesgos tomados a cargo del asegurador.
9. La fecha en que se celebra el contrato y la firma de los contratantes.
10. Las demás cláusulas que deben figurar en la póliza de acuerdo con las
disposiciones legales.

Sin embargo es de suma importancia su Interpretación, es que para entender una póliza
de seguros debemos tomar en consideración cuándo y cómo se va renovar del contrato
de seguro, cómo cancelar o no renovar el seguro, cómo se va a hacer efectiva la
suscripción del contrato del seguro, cuánto cuesta del seguro (puede variar en función
de la forma de pago), qué hay que para la aceptación y emisión de las pólizas y por
último las obligaciones después de firmar un contrato de seguro.

Pero también existe la figura de los Anexos o endoso, y estos serán todos esos
documentos que se adjunta al contrato de seguro (Póliza), para consignar alguna
modificación o realizar alguna aclaración en su contenido, pero sin afectar las demás
condiciones del contrato. El anexo debe ser firmado por los contratantes.

Y finalmente para concluir nos conseguimos con la Transmisión y Cesión, que nos
indica que, tenemos en el decreto ley del contrato de seguro en el Artículo 19, que La
póliza puede ser nominativa, a la orden o al portador. La cesión de la póliza no produce
efecto contra la empresa de seguros sin su autorización. La cesión de la póliza a la orden
puede hacerse por simple endoso. La empresa de seguros podrá oponer al cesionario o
endosatario las excepciones que tenga contra el tomador, el asegurado o el beneficiario.

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