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MATERIAL DE ENSEÑANZA
MOQUEGUA, PERU
2023
Tema N° 05
La actividad empresarial, bajo el ropaje de la personalidad jurídica, también puede ser ejercida
de manera asociada, tal es el caso de las sociedades comerciales.
1. Aspectos generales
Para explicar las generalidades de las sociedades comerciales, Montoya (2004, pp. 138 y 139)
menciona que:
El art. l de las Reglas Básicas de la Ley General de Sociedades dispone que quienes
“constituyen la Sociedad convienen en aportar bienes o servicios para el ejercicio en
común de actividades económicas”, dando base a la concepción legal de la sociedad
como un convenio o pacto, a diferencia del artículo l del Título Preliminar de la Ley
anterior, que definía a la sociedad como un contrato en virtud del cual quienes la
constituyen convienen en aportar bienes o servicios para el ejercicio en común de una
actividad económica, en cualquiera de las formas reguladas en la ley.
La sociedad se constituye para un fin lícito y en beneficio común de los socios. Las utilidades
netas, si las hubiese, se distribuyen entre todos los socios. La fórmula de la Ley General de
Sociedades es semejante a la de la derogada Ley N° 16123 (Ley de Sociedades Mercantiles de
1966) y a la del CC. de 1936 (art. 16879), que no es de extrañar si se tiene en cuenta que la Ley
General de Sociedades regula tanto las sociedades comerciales como las civiles. Al referirse a
estas últimas el art. 297° de la Ley anterior especificaba que ellas se constituían para la
realización de un fin común “preponderantemente económico que no constituya especulación
mercantil”, acentuando, así una nota caracterizadora contrario sensu respecto a las sociedades
mercantiles. El art. 295° de la LGS define a la sociedad civil como aquella que se constituye para
un fin común de carácter económico que se realiza mediante el ejercicio personal de una
profesión, oficio, pericia, práctica u otro tipo de actividades personales por alguno, algunos o
todos los socios.
DEFINICIÓN DE SOCIEDAD
Intentaremos, por ello, esbozar algunos planteamientos que se han dado en la moderna doctrina
societaria para aproximarnos a uno que se acerque a la naturaleza de esta institución en la actual
ley.
Para algunos autores como Garrigues, “la sociedad es el instrumento jurídico de conjunción de
medios económicos que exceden la del hombre aislado”. Según Uría, la sociedad es una
“asociación voluntaria de personas que crean un fondo común para colaborar en la explotación
de una empresa, con ánimo de obtener un beneficio individual, participando en el reparto de las
ganancias que se obtengan”. En opinión de Messineo, se trata de un acuerdo colectivo (negocio
jurídico unilateral) caracterizado por estar formado por varias personas que poseyendo un mismo
interés actúan como una sola parte, a diferencia de la dualidad de partes que integra todo
contrato.
De las definiciones transcritas, salta a la vista que en ninguna de ellas se habla concretamente de
“contrato”, pero podemos afirmar que en todas ellas se haya implícita la figura de un contrato. La
Ley tampoco habla de contrato, es más, se ha omitido ex-profesamente de todo el texto de la Ley
la cita o mención a este término. Pero sí habla de pacto social.
Sin embargo, es evidente que en la formación de voluntades que se requieran para configurar la
sociedad se dan las condiciones que tienden a caracterizar al contrato. Sobre esta aproximación
del concepto de sociedad con el contrato vamos a ocuparnos cuando analicemos la naturaleza
jurídica de la primera.
Por lo pronto definiremos a la sociedad como la manifestación jurídica del esfuerzo organizado
de una pluralidad de personas para realizar determinadas actividades económicas. Para cumplir
con esos propósitos el derecho le atribuye a esta sociedad una serie de elementos que hacen de
esta institución la formulación jurídica más propicia para realizar estas actividades.”
Entendemos a estas personas jurídicas colectivas como aquellos sujetos de comercio capaces
de realizar actividades empresariales con fines de lucro, lo que las diferencia de las personas
jurídicas reguladas por el Código Civil (asociaciones, fundaciones y comités).
Castro (2011, pp. 49-54) nos describe las reglas que logran aplicarse a todas las sociedades
reguladas por la Ley General de Sociedades.
“En cuanto a la designación, denominación o nombre social, Narváez García refiere que
«su función esencial consiste en identificar a la persona jurídica como empresario
social...» (Narvaez García, 1990: p 28).
los socios, o de la combinación abreviada que compendia los apellidos de ellos. Basta que
se mencione el apellido de un solo socio, pues las expresiones ‘y compañía’,’ hermanos’,’
e hijos’ u otras análogas indican la existencia de los demás socios...» (Narvaez García,
1990: p 29).
En opinión de Villegas la razón social «... es el nombre social que se forma incorporando el
nombre de uno o más socios y exhibe la existencia de una responsabilidad subsidiaria, solidaria e
ilimitada. Por ello es propio de las sociedades personales o mixtas donde se da esa
responsabilidad subsidiaria» (Villegas, 1988: p 60). Y, para el citado tratadista, la denominación
social «... implica la utilización de un nombre de fantasía, que puede incluir el nombre de alguna
persona física, socia o no socia. No exhibe la existencia de responsabilidad subsidiaria y es
propia de las sociedades de capital donde los socios no contraen tal responsabilidad» Villegas,
1988: p 60).
- Que la sociedad tiene una denominación o una razón social, según corresponda a su forma
societaria. En el primer caso puede utilizar, además, un nombre abreviado (art. 9, primer párrafo,
de la L.G.S.).
- Que no se puede adoptar una denominación completa o abreviada o una razón social igual o
semejante a la de otra sociedad preexistente, salvo cuando se demuestre legitimidad para ello
(art. 9, segundo párrafo, de la L.G.S.).
- Que esta prohibición no tiene en cuenta la forma social (art. 9, tercer párrafo, de la L.G.S.).
- Que no se puede adoptar una denominación completa o abreviada o una razón social que
contenga nombres de organismos o instituciones públicas o signos distintivos protegidos por
derechos de propiedad industrial o elementos protegidos por derechos de autor, salvo que se
demuestre estar legitimado para ello (art. 9, cuarto párrafo, de la L.G.S.).
- Que la razón social puede conservar el nombre del socio separado o fallecido, si el socio
separado o los sucesores del socio fallecido consienten en ello. En este último caso, la razón
social debe indicar esta circunstancia. Los que no perteneciendo a la sociedad consienten la
Acerca de la denominación o razón social de las sociedades comerciales debe tenerse presente lo
normado en los artículos 50, 266, 279, 284 y 296 de la Ley General de Sociedades, numerales
que citamos a continuación:
La sociedad colectiva realiza sus actividades bajo una razón social que se integra con el nombre
de todos los socios o de algunos o alguno de ellos, agregándose la expresión «Sociedad
Colectiva» o las siglas «S.C.». La persona que, sin ser socio, permite que su nombre aparezca en
la razón social, responde como si lo fuera (art. 266 de la L.G.S.).
La sociedad en comandita realiza sus actividades bajo una razón social que se integra con el
nombre de todos los socios colectivos, o de algunos o alguno de ellos, agregándose, según
corresponda, las expresiones «Sociedad en Comandita» o «Sociedad en Comandita por
Acciones», o sus respectivas siglas «S. en C.» o «S. en C. por A.». El socio comanditario que
consienta que su nombre figure en la razón social responde frente a terceros por las obligaciones
sociales como si fuera colectivo (art. 279 de la L.G.S.).
Además, en relación con el tema de la denominación o razón social, es de resaltar que cualquiera
que participe en la constitución de una sociedad, o la sociedad cuando modifique su pacto social
o estatuto para cambiar su denominación, completa o abreviada, o su razón social, tiene derecho
a protegerlos con reserva de preferencia registral por un plazo de treinta días, vencido el
cual ésta caduca de pleno derecho (es decir, en forma automática). No se puede adoptar la
razón social o una denominación, completa o abreviada, igual o semejante a aquella que esté
gozando del derecho de reserva de preferencia registral (art. 10 de la L.G.S.).
OBJETO SOCIAL
“... El objeto social sería entonces la actividad que la sociedad realiza en el mercado. El
cambio del objeto social exige un procedimiento agravado para su aprobación y es causal
que permite a los socios ejercer su derecho de separación.
De ahí que la ley exija que la sociedad describa detalladamente en qué consiste su objeto,
hecho que adicionalmente permitirá saber cuándo determinados actos exceden el objeto de la
sociedad.
En este sentido, el objeto social sirve para determinar la esfera de facultades de los órganos
sociales. Así, los administradores sólo podrán actuar dentro del ámbito de sus poderes, los cuales
a su turno necesariamente se enmarcarán dentro del objeto social...» (Gutiérrez Camacho, 2004:
53).
«... El objeto social está conformado por las actividades (...) que la sociedad deberá realizar para
el logro del fin común que propugnan y anhelan los socios (-).
(...) El objeto social es la actividad económica a través de la cual la sociedad busca desarrollarse
durante su existencia y (...) son los fundadores quienes determinan libremente cuál habrá de
ser el objeto social teniendo como única limitación el que sus actividades o aquellos negocios u
operaciones lícitos cuya descripción detallada constituye su objeto social, no sean contrarios a la
ley ni a la moral» (Lind Petrovic, 2004: p 170).
El tema debe ser analizado bajo distintos aspectos: a) histórico: sus conclusiones sirven para
delimitar el cuadro dentro del cual queda circunscripta la actividad de la sociedad; b) dogmático
jurídico-legal: analiza los presupuestos determinantes de esa actividad, la posibilidad de actuar
dentro de ese marco y la licitud de los actos que se realicen, los cuales quedan fuera de su
validez, en principio, cuando son notoriamente extraños al objeto para que fuera constituido el
ente social; c) legislación comparada: las limitaciones quedan sujetas a las normas legales en
punto al objeto societario en relación a los vínculos entre sociedad y terceros. En el segundo
aspecto (dogmático jurídico-legal), la doctrina toma en cuenta el aspecto material y el abstracto
en esta materia. En lo
material, unos entienden que el objeto social atañe a la actividad específica que estatutariamente
asignan los socios al ente societario en el contrato constitutivo, lo cual remite a la valoración que
le imputa el hombre de negocios (noción subjetiva); al paso que otros indican como cartabón de
apreciación u criterio objetivo, razón por la cual será necesario, para ejecutar aquella
determinación, tomar en cuenta el concepto técnico profesional en el momento de la
apreciación» (Argeri, 1982: p. 298)
«La capacidad de las personas jurídicas está circunscripta al (y por el) cumplimiento de su
objeto. Por ello el contenido del mismo no es indiferente para la Ley de Sociedades, que requiere
(...) un objeto preciso y determinado.
Sin perjuicio de su precisión y determinación, el objeto debe ser lícito (...) y posible, tanto de
hecho como de derecho. Posible de hecho, pues las actividades a realizar deben ser fácticamente
ejecutables, y de derecho, pues se descarta el objeto prohibido en razón del tipo (...), de
monopolios oficiales en ciertas actividades, etc.
Ferrero Diez Canseco sostiene que la importancia del objeto social se sustenta en los
siguientes argumentos:
4. Fija los límites a las facultades de los representantes ya que no pueden actuar más allá
o en contra del mismo;
5. Tiene una función delimitadora que es útil para definir la esfera de actividades en la
que se invertirá el patrimonio social” (Ferrero Diez Canseco; citado por Beaumont
Callirgos, 1998: p 74).
De acuerdo a lo normado en el artículo 11 (parte inicial del primer párrafo) de la Ley General de
Sociedades (numeral que versa sobre el objeto social), la soledad circunscribe sus actividades a
aquellos negocios u operaciones lícitos cuya descripción detallada constituye su objeto social.
En la parte final del primer párrafo del artículo 11 de la Ley General de Sociedades se precisa
que se entienden incluidos en el objeto social los actos relacionados con el mismo que
coadyuven a la realización de sus fines, aunque no estén expresamente indicados en el pacto
social o en el estatuto.
La Ley (art. 11, in fine, de la L.G.S.) prohíbe terminantemente que una sociedad tenga por objeto
la realización de actividades, negocios u operaciones que por mandato de la propia ley están
asignados a otras entidades o personas con carácter privilegiado o de exclusividad.”
Consecuentemente logra identificarse que toda sociedad comercial debe regirse bajo
parámetros referidos al objeto social, la denominación, el capital, los socios, los aportes,
entre otros. Todos ellos encaminan la organización de la persona jurídica.
La actividad empresarial bajo el manto de la personalidad jurídica puede lograr ser ejercida a
través de diferentes tipos societarios conforme a lo regulado por la Ley General de Sociedades.
“Acerca de las clases de sociedades, León Batardón señala que son las siguientes:
1. Las sociedades colectivas. Es una sociedad de dos o más personas que ejercen el
comercio bajo una razón social, y son responsables frente a terceros con todos sus bienes,
personal y solidariamente.
Las primeras tienen por base la mutua confianza de los socios. Las segundas tienen como fin
fundamental agrupar capitales, sin tener en cuenta las cualidades personales de sus miembros.
Las sociedades colectivas y comanditarias simples son sociedades de personas. La anónima es
una sociedad de capitales. La comanditaria por acciones tiene carácter mixto.
B. Sociedad colectiva (Sección Primera del Libro III de la L.G.S., arts. 265 al 277).
C. Sociedad en comandita (Sección Segunda del Libro III de la L.G.S., arts. 278 al 282).
Dicha sociedad se sub-clasifica en: la Sociedad en comandita simple (Título II de la
Sección Segunda del Libro III de la L.G.S., art. 281).
C.2 Sociedad en comandita por acciones (Título III de la Sección Segunda del Libro III
de la L.G.S., art. 282).
E. Sociedades civiles (Sección Cuarta del Libro III de la L.G.S., arts. 295 al 303).
En el último párrafo del artículo 2 de la Ley General de Sociedades se precisa que la comunidad
de bienes, en cualquiera de sus formas, se regula por las disposiciones pertinentes del Código
Civil. Así tenemos que dicha comunidad de bienes será regulada, verbigracia, por los arts. 969 al
998 del Código Civil (tratándose de la copropiedad o condominio), y por los arts. 301 al 326 (en
el caso de la sociedad de gananciales).”
Logra apreciarse que la actividad empresarial colectiva puede ejercerse bajo diferentes formas,
las cuales se diferencian en razón al tipo de responsabilidad, la naturaleza del aporte otorgado, la
naturaleza de la administración ejercida, entre otros.