Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Derecho
de Sociedades
2°Cuatrimestre
2022
UNIDAD 1
INTRODUCCION AL DERECHO DE SOCIEDADES
PRESENTACIÓN Y TERMINOLOGIA
El término sociedad remite a un instituto complejo, que funde elementos sociológicos, económicos, políticos y
jurídicos. Visto el efecto mancomunado de estos factores bajo la estructura societaria, el hombre no ha resistido
la conveniencia de su utilización para llevar adelante sus explotaciones. Ello dio lugar a un gradual proceso de
transformación del primitivo comerciante-individuo, en un más moderno comerciante-sociedad, organizador
casi exclusivo de la gran empresa.
CONCEPTO
En sentido estricto, una sociedad es “Un contrato por el cual dos o más personas deciden poner alguna cosa en
común para repartirse los beneficios, las ganancias o las pérdidas que de ello se sigan. Excepcionalmente, la
creación de una sociedad puede realizarla una sola persona”.
Se trata de un contrato peculiar, que da origen a un nuevo sujeto de derecho que no se confunde con cada uno
de los socios, y que es titular del patrimonio constituido con los bienes aportados por estos.
EVOLUCION HISTORICA
a) Origen Antiguo
Las agrupaciones de naturaleza mercantil siempre han requerido de la voluntad común de sus integrantes
orientada a crear un vínculo de cierta permanencia, en procura de un logro común. Existen varios antecedentes,
de los cuales posiblemente los más antiguos sean de origen babilónico: Código de Hammurabi (Aprox 1900 A.C),
el cual autorizaba a los comerciantes a asociarse entre sí, participando de los beneficios de sus negocios y
limitando sus pérdidas al aporte efectuado.
Con la expansión de Roma el derecho se acrecienta y perfecciona. Comienza allí a popularizarse la utilización de
las societas, contratos consensuales y de buena fe cuya suerte estaba atada a la muerte o incapacidad de alguno
de los socios. Mediante estos, dos o más personas (socii) se obligaban recíprocamente a poner en común bienes
o actividades de trabajo para alcanzar un fin lícito de utilidad común. Aun así, no se conformaba un patrimonio
separado, y los socios seguían siendo dueños de lo aportado, respondiendo por las obligaciones sociales.
Siglos más tarde (S. XV), estos emprendimientos serían sucedidos por las primeras Compañías, antecedentes
directos de las actuales sociedades anónimas. En sus primeras variantes se relacionaban más con la realización
de empresas excepcionales ligadas a un interés público que a la idea de aglutinar capitales.
b) En la Actualidad Argentina
Con la unificación del Código Civil y Comercial por ley 26.994 se modificó la denominación original de la Ley de
Sociedades Comerciales 19.550 por la de "Ley General de Sociedades" (LGS). La modificación genera una
regulación única que comprende a todas las sociedades y hace desaparecer la clásica distinción normativa entre
sociedades civiles y comerciales.
Además, el Código Civil y Comercial ha establecido en su art. 150 el orden jerárquico normativo para toda
persona privada que se constituya en la República —las que se constituyen en el extranjero se rigen por la LGS—,
y que es el siguiente: 1) Por las normas imperativas de la ley especial —para nuestro caso, la LGS— o, en su
defecto, del Código Civil y Comercial; 2) Por las normas del acto constitutivo con sus modificaciones y de los
reglamentos, prevaleciendo las primeras en caso de divergencia; 3) Por las normas supletorias de leyes
especiales, o en su defecto, por las del Código Civil y Comercial.
Con la aceptación de las sociedades unipersonales desde fines del siglo XX, se incorporó una nueva especie del
género sociedad, lo que no ha alterado la naturaleza contractual de aquella que se constituye entre dos o más
personas. El fenómeno de la unipersonalidad atiende la actual acentuación de la distinción entre la sociedad
como persona jurídica y la sociedad enlazada al acto constitutivo que le da nacimiento, y que puede en
ocasiones o no revestir naturaleza contractual. Ampliemos en la naturaleza jurídica del acto según su origen:
De ello no se deriva un contrato con prestaciones recíprocas (donde las partes contratantes procuran obtener el
mayor provecho en detrimento de la contraria; p.ej. compraventa) porque las ventajas de los asociados no están
orientadas del uno al otro, sino que todas ellas son atribuidas a la sociedad, de la cual ulteriormente será
extraída lo que puede ser llamada contraprestación del socio. Esta última se constituye por el goce de utilidades.
EMPRESA Y SOCIEDAD
Pese a las notorias diferencias existentes entre los términos empresa y sociedad, ambos suelen ser mal utilizados
como sinónimos. Esto sucede mayormente a partir de la confusión que produce el carácter organizativo que
comparten: la organización de los factores de la producción en el caso de la empresa y la organización
inmanente del sujeto de derecho organizador, en el de la sociedad.
Desde una perspectiva puramente económica y patrimonial, con prescindencia de sus aspectos jurídicos, la
empresa pueda ser definida como la organización de diversos elementos, materiales (materia prima/máquinas),
inmateriales (nombre comercial/patentes de invención) y personales (administradores/gerentes/empleados),
orientados a la producción y comercialización de bienes y servicios, generalmente con propósito de lucro.
En tanto mera organización, la empresa es sólo una inmaterialidad. Consiste en actividad económicamente
organizada, que no se confunde con los factores sobre los que tal actividad se apoya. A diferencia del empresario
—sujeto de derecho— la empresa se reduce a un objeto de derecho carente de personalidad.
¿QUÉ ES LA TIPICIDAD?
El tipo es una estructura no modificable, dispuesta por la ley, a la que deben forzosamente sujetarse las partes
para la constitución/funcionamiento/modificación/extinción de sociedades comerciales regulares. Su previsión
responde al temor de que la admisión de un sistema opuesto acarrearía problemas en la seguridad jurídica, de
modo que, tipificándolas, su conocimiento resulta más fácil y preciso para quienes se asocian y para los terceros
que contratan con aquéllas, respecto a la estructura, organización, imputabilidad y responsabilidades.
Los tipos previstos por la ley general de sociedades corresponden a la sociedad colectiva (arts. 125 a 133), en
comandita simple (arts. 134 a 140), de capital e industria (arts. 141 a 145), de responsabilidad limitada (arts. 146
a 162), anónimas (arts. 163 a 397), SAPEM (arts. 308 a 314) y en comandita por acciones (art. 315 a 324).
Frente a la ausencia de requisitos esenciales tipificantes, o la inclusión de elementos incompatibles con el tipo, la
sociedad no producirá los efectos propios de su tipo y quedará regida por lo dispuesto en los arts. 21 a 26 de la
LGS para aquellas no constituida con sujeción a uno de los tipos legales, o que omitiera algún requisito esencial,
o que incumpliera con las formalidades exigidas por la LGS.
MARCO GENERICO
La presencia, o ausencia, de personalidad en las diversas formas asociativas no es suficiente para distinguirlas
acabadamente, como tampoco lo son las diferencias entre sus elementos constitutivos, ya que no todas aquellas
comparten una naturaleza contractual. Para una mejor comprensión de las especies de sociedad dispuestas en la
LGS, habremos de compararlas con otras especies o figuras, todas ellas enumeradas en el art. 148 del CCyC, a las
cuales dedicaremos un análisis debajo. Cuando el CCyC, también en su art. 148 refiere a "las sociedades", lo hace
respecto de aquellas específicamente regidas por la LGS, a las que desarrollaremos en extenso mas adelante.
El acto constitutivo de la asociación civil debe ser otorgado por instrumento público y ser inscripto en el Registro,
una vez que le haya sido otorgada la autorización estatal para funcionar. Hasta tanto se inscriba se le aplican las
normas de la simple asociación.
Debe celebrarse a través de un instrumento público, que requiere autorización del Estado para funcionar y que
tiene una finalidad de bien común, sin propósito de lucro.
4TA FORMA ASOCIATIVA ALTERNATIVA: LAS IGLESIAS, CONFESIONES, COMUNIDADES O ENTIDADES RELIGIOSAS
a) Concepto y Constitución
El Art. 148 del CCyC reconoce carácter de personas jurídicas a las iglesias, confesiones, comunidades o entidades
religiosas. El Código se refiere de este modo exclusivamente a personas jurídicas de carácter privado, excluyendo
a la Iglesia Católica, por cuanto ésta resulta ser una persona de carácter público.
Además, i) las organizaciones religiosas que ejerzan sus actividades dentro de la jurisdicción del Estado Nacional
y que no integren la Iglesia Católica Apostólica Romana, deben tramitar su reconocimiento e inscripción ante el
Registro Nacional de Cultos y ii) junto con las diversas materias relacionadas con cuestiones de creencia, deben
registrar su acta fundacional y las normas estatutarias por las que se rigen, de las que surja su finalidad
específicamente religiosa, forma de gobierno y modo de designación de autoridades.
Entre otras prestaciones mutuales, pueden enumerarse aquellas tendientes a satisfacer necesidades de sus
asociados en cuestiones médicas y farmacéuticas; el otorgamiento de subsidios y préstamos; etc.
Se constituirá mediante escritura pública y deberá ser inscrita en el Registro de Sociedades Cooperativas. Con la
inscripción adquiere personalidad jurídica.
Para que la división jurídica del edificio sea operativa, el titular de dominio o los condóminos deben redactar, por
escritura pública, el reglamento de propiedad horizontal, que debe inscribirse en el registro inmobiliario.
LA SOCIEDAD UNIPERSONAL
ORIGEN Y RECEPCIÓN
Pese a varios intentos previos por parte de distintos legisladores a través de numerosos proyectos, recién en
2014 con la sanción de la Ley 26.994 (El nuevo CCyC), la Ley General de Sociedades incorporó un nuevo tipo
social, la S.A.U. o sociedad anónima unipersonal, introduciendo así por vez primera, con excepción de las
sociedades del Estado, la unipersonalidad en el derecho de la República. Esta unipersonalidad podrá ser
originaria (Constituirse con un único socio) o sobrevenida (que con el paso del tiempo solo quede un socio).
REQUISITOS
El art. 1 LGS dispone que la sociedad anónima unipersonal sólo puede constituirse como sociedad anónima.
Tratándose la SAU de una especie de sociedad anónima, la ley le impone los mismos requisitos de constitución
que para ésta, lo que incluye un capital mínimo.
Al referirse al contenido del contrato constitutivo, la LSG agrega al presupuesto común de que el capital sea
expresado en moneda argentina, que en el caso de las sociedades unipersonales éste sea "integrado totalmente
en el acto constitutivo". La ley se aparta así del criterio general seguido para las anónimas pluripersonales, no
siendo posible diferir la integración siquiera en casos de posterior aumento.
En cuanto a su denominación social, ésta puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible y
debe contener la expresión 'sociedad anónima unipersonal', su abreviatura o la sigla S.A.U.
Nada impide que el contrato constitutivo prevea la incorporación de otros socios, de modo que la S.A.U pase
luego de ello a ser plural (S.A). Aun así, la norma del art. 164, que obliga a la utilización de la sigla S.A.U junto a la
denominación social, resulta un impedimento para que la incorporación se efectúe sin modificación del contrato
social, lo que se hubiera evitado si para ambas especies de anónimas —unipersonal y plural— la Ley impusiera
consignar junto a su denominación únicamente la sigla S.A.
De esta forma el legislador las ha puesto al mismo nivel, en materia de control por el Registro Público, que a las
sociedades que hacen oferta pública de sus acciones, sin reparar en la dimensión o actividad que en definitiva
tenga la sociedad. La razón de esto, que gran parte de la doctrina considera extremo y desacertado, es que el
legislador ha considerado que la utilización de la unipersonalidad puede facilitar la comisión de fraudes.
LA PERSONALIDAD JURIDICA
En tal marco, la sociedad comercial es el medio por el cual se hace posible la actuación colectiva en una área
económica, normalmente organizada de manera durable y orientada a un fin común, a la cual la ley reputa como
sujeto de derecho (Alcance limitado). Esta noción se integra a la de la capacidad con que toda persona cuenta
por el sólo hecho de serlo, si bien con las consecuencias particulares que el ordenamiento le confiere en razón
de la categoría de persona de que se trate.
La sede social, en cambio, es un lugar físico determinado, ubicado dentro de la jurisdicción fijada por el domicilio
social y que hace al efectivo funcionamiento del ente, de allí que su elección se encuentra sujeta a la decisión de
los órganos de administración.
La LGS circunscribe el domicilio a la jurisdicción del Registro Público donde se practicó la inscripción (Ej. Ciudad
de San Juan), dando la posibilidad a las partes de que únicamente tal dato integre el contrato. De esta forma, se
evita que los cambios de sede (lugar físico donde funciona la administración societaria) importen modificaciones
estatutarias. Ahora bien, a los efectos de considerar la pertinencia de las notificaciones que se cursen a la
sociedad comercial cuando se tratara de personas de existencia ideal regulares, en salvaguarda de terceros y del
tráfico en general, la determinación de la sede social en el contrato hace a las veces de domicilio legal inscripto,
que habilita a presumir que es allí donde efectivamente la sociedad se encuentra y donde debe ser emplazada,
siendo válidas todas las notificaciones que se le cursen, incluso si en tal sede no se desarrollara actividad alguna.
II. Denominación social: Es el nombre que identifica a los entes donde la responsabilidad de los socios es
limitada. Puede ser de fantasía (denominación objetiva), o bien incluir el nombre de una o más personas,
socias o no (denominación subjetiva). Incluso, las sociedades en que la responsabilidad de sus miembros
sea ilimitada, o las de carácter mixto (En comanditas por acciones), también pueden optar por utilizar
una denominación siempre que la integren con las palabras que identifican al tipo o con su abreviatura.
Sin perjuicio de que el plazo usualmente se mide en años, la LGS sólo exige su determinación, por lo que aquel
pudiera resultar de consignar el vencimiento de un término preciso o la producción de hechos o actos concretos
("mientras dure la concesión administrativa de la onda radial XX"). La determinación tampoco importa la
imposición de un tope mínimo o máximo de duración del ente, sin perjuicio de la razonabilidad que el plazo
mismo debe guardar respecto del fin originariamente tenido en cuenta por los contratantes. El plazo se computa
desde el registro del ente, ya que antes de ello éste no esta habilitado para realizar otras operaciones que las
tendientes a obtener su inscripción definitiva y aquellas predispuestas para su etapa en formación.
Además, la diferenciación entre la persona-sociedad y sus miembros, por tanto, no es absoluta, sino que habrá
de ceder en determinadas circunstancias para dar lugar a la inoponibilidad/desestimación de la persona jurídica,
lo cual tiene por finalidad apartar, total o parcialmente, a la sociedad de sus efectos ante su utilización desviada.
III. Violación de la ley, el orden público y la buena fe. Frustración de derechos de terceros:
Violación de la ley: Aplica a la violación de cualquier parte del ordenamiento normativo, por lo que la
desestimación abarca un sinnúmero de casos. Su aplicación excede el ámbito societario-comercial.
Violación del orden público: Bajo el termino orden público, la doctrina engloba al conjunto de
principios en los cuales se cimienta la digna subsistencia de la organización social establecida.
Violación de la buena fe: La buena fe es un principio de carácter general, positivado en el CCyC
respecto de la celebración, interpretación y ejecución de los contratos, que la persona jurídica
societaria no puede violentar.
Frustración de derechos de terceros: Con esto, entendemos que la LGS refiere a toda frustración de
derechos derivada de cualquier fuente, forma de obrar propia del negocio fraudulento y que
encubre un interés exclusivamente particular.
I. Todo socio, controlante o no, sin perjuicio de la responsabilidad que respecto del ente en más les cabe.
II. En cuanto al controlante, habida cuenta del carácter bifronte del término control, que combina aspectos
económicos y jurídicos, es difícil obtener una definición omnicomprensiva. Sin perjuicio de ello, se
entiende que éste puede ser de hecho o de derecho, de tipo interno o externo. Veamoslos:
El control de hecho externo: Supone la sujeción de la sociedad al poder económico de un sujeto
que no cuenta con una participación que le otorgue los votos para formar la voluntad social.
El control de derecho: Es aquel que permite a determinados sujetos, a partir del porcentaje del
capital social que detenten, direccionar la voluntad social a través del ejercicio de sus votos.
El control interno: Supone un poder efectivo en la conducción de la actividad societaria, que
permite a quienes lo ejercen ostentar el control de la misma. Suele ser acompañado de votos.
UNIDAD 2
ELEMENTOS GENERALES Y ESPECIFICOS DE LA SOCIEDAD
a) Nominado
Se encuentra regulado de manera específica en la ley 19.550.
c) Abierto
La pluralidad de arriba, se complementa con el carácter abierto del contrato. En las sociedades, al menos para la
mayoría de sus tipos, la ley no impone la inmovilidad del elenco originario de personas que intervinieron en su
celebración, sino que por el contrario prevé diversas formas de incorporación de nuevos socios sustitutos.
d) Es un contrato de organización
Todo contrato de sociedad determina la existencia, además de un sujeto de derecho, de una estructura
organizativa, colectiva y de ejecución continuada, que ordene el tiempo y forma en que habrá de llevar a cabo su
actividad a fin de lograr la consecución de sus objetivos.
g) Es oneroso y no aleatorio
El carácter oneroso del contrato de sociedad surge del art. 1º LGS, en cuanto impone a las partes la realización
de aportes como condición esencial. Tal obligación genera, como contrapartida, entre otras, el derecho del socio
al beneficio. Aun así, la futura aunque incierta obtención de beneficios, o la posibilidad de soportar las pérdidas,
no hacen al contrato aleatorio, ya que son parte del funcionamiento del nuevo sujeto y no de su constitución.
h) De ejecución continuada
El contrato se suscribe para la realización de una o más actividades, las que habrán de repetirse en un tiempo
usualmente prolongado, hasta la consecución del objetivo social, o bien su disolución.
En cuanto a los específicos, en cambio, son abordados en detalle por la propia LGS. Se conocen como elementos
específicos del contrato de sociedad la formación de un fondo común, el capital social, los aportes de cada socio,
la affectio societatis y la participación en la ganancias y en las pérdidas (art. 1º LGS).
ELEMENTOS GENERALES DE LA SOCIEDAD
II. Capacidad de Ejercicio: Cuando la capacidad se refiere a la aptitud de las personas para ejercer por sí
mismas derechos y contraer obligaciones, se denomina capacidad de ejercicio. Puede suceder que,
debido a especiales circunstancias, una persona se vea impedida o privada del ejercicio de sus derechos,
por lo que para ello deberá necesariamente requerir el auxilio de un representante legal.
Como regla, la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume (aun estando internada en un
establecimiento asistencial), y las limitaciones a la misma son de carácter excepcional y se imponen siempre en
beneficio de aquélla. En el ámbito de las sociedades, este principio general en torno a la capacidad requerida
sobrepasa la de los suscriptores originarios, y se traslada a la de los socios sobrevinientes, para el caso de que la
incapacidad afectara el vínculo y la funcionalidad del ente. Veamos los distintos presupuestos de incapacidad:
I. La persona menor de edad: Menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho años. Ejerce sus
derechos a través de sus representantes legales, sin perjuicio de que cuando cuenta con edad y grado de
madurez suficiente, puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico.
Veamos, dentro del campo de la minoría de edad, algunos supuestos particulares de capacidad:
Menores de edad con título profesional habilitante: El menor que obtuviese título habilitante,
podrá ejercer su profesión por cuenta propia sin necesidad de autorización previa. También puede
administrar y disponer libremente de los bienes obtenidos con el producto de su trabajo, aunque
la imposición de ejercer su actividad por cuenta propia le impide constituir sociedad con 3ros.
Emancipación por matrimonio: La celebración del matrimonio antes de los 18 años, emancipa a la
persona menor de edad, la que goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas
en el Código. El emancipado no puede, ni con autorización judicial: i) aprobar cuentas de tutores ni
darles finiquito; ii) hacer donación de bienes recibidos a título gratuito (si puede pedir autorización
para disponer de éstos cuando el acto sea de necesidad o clara ventaja); iii) afianzar obligaciones.
II. Personas con capacidad restringida o incapacidad declarada judicialmente: El juez puede restringir la
capacidad para determinados actos de una persona mayor de 13 años que sufre adicción o alteración
mental permanente o prolongada, de gravedad, siempre que del ejercicio de su plena capacidad pueda
resultar un daño a su persona o a sus bienes. También pueden ser inhabilitados los pródigos. En estos
casos, designará el apoyo necesario especificando sus funciones según las circunstancias del caso.
Cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y
expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte
ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y designar un curador. La sentencia debe fijar la extensión
y alcance de la restricción, designar una o más personas de apoyo o curadores e inscribirse el Registro de
Estado Civil y Capacidad de las Personas, con constancia en el acta de nacimiento.
En concordancia con todo esto, cuando la capacidad del sujeto esté restringida para contratar o disponer
de sus bienes, le resultará vedado celebrar por sí contratos de sociedad, por lo que para constituirlas
deberá requerir y obtener la asistencia de quienes lo apoyen o de su curador. No se trata de supuestos
de representación del inhabilitado sino de complementación de su voluntad, ya que éste obra por sí,
pero la validez de su actuación se subordina a la expresión de la voluntad de su asistente.
III. Los fallidos: La ley 24.522 de Concursos y Quiebras, no establece un régimen de incapacidad sino uno de
desapoderamiento, que consagra una carencia de legitimación sobre los bienes del sujeto afectado y
que perdura hasta la rehabilitación. La inhabilitación cesa, salvo supuestos excepcionales, de pleno
derecho, transcurrido un año de la fecha de la sentencia de quiebra, pesando hasta entonces sobre el
fallido la prohibición de ejercer el comercio por sí o por interpósita persona, lo que lo inhibe de ser
fundador de sociedades, asociaciones, mutuales y fundaciones, y de integrar sociedades.
IV. Los condenados penalmente: La imposición de pena de reclusión o prisión por más de 3 años conlleva
para el reo su inhabilitación absoluta por el tiempo de condena, con privación de la administración de
sus bienes y del derecho a disponer de éstos por actos entre vivos. Pese a ello, al recuperar el sujeto la
libertad, y aunque tal beneficio fuera solo provisional, éste recupera también su plena capacidad de
hecho. De este modo, sólo durante el período de detención es que el sujeto no podrá constituir por sí
sociedades, debiendo requerir a tal efecto autorización judicial y asistencia de su curador. Finalmente, si
la pena impuesta fuera menor de 3 años y el sujeto igualmente se encontrara detenido, la incapacidad
no operará, aunque el reo deberá otorgar poder a un mandatario para que actúe en su representación.
V. Funcionarios, auxiliares de justicia y abogados: El Código Civil y Comercial dispone la inhabilidad para
contratar en interés propio de: i) funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o
enajenación tienen o han tenido a cargo; ii) jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, árbitros y
mediadores y sus auxiliares, respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han
intervenido; iii) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que
intervienen o han intervenido.
Respecto de las sociedades, siendo que la ley prevé expresamente la posibilidad de que los magistrados
"sean accionistas", siempre y cuando no tomen parte de la gerencia administrativa, no existiría traba
para que constituyan sociedades, al no asimilarse la calidad de “socio” a la de “comerciante”. Aun así,
calificada doctrina sostiene lo contrario, señalando que la prohibición puede inferirse con claridad
respecto de los jueces alcanzados por el Reglamento para la Justicia Nacional, que les impone no ejercer
el comercio ni actividad lucrativa alguna sin autorización de la autoridad competente.
VI. La sociedad entre cónyuges: Antes de la sanción de la ley 26.994 los esposos solo podían constituir
conjuntamente sociedades, o integrar entre sí sociedades ya existentes, cuando éstas fueran por
acciones o de responsabilidad limitada. Cuando uno de los cónyuges adquiría por cualquier título la
calidad de socio en una sociedad de otro tipo en las que participara su esposo, ésta debía transformarse
dentro de los 6 meses, o, en su defecto, cualquiera de ellos ceder su parte a otro que no sea su cónyuge.
Con la sanción de la ley 26.994, el nuevo art. 27 LGS ha venido a modificar tal situación, en concordancia
con el también nuevo régimen de sociedad conyugal, autorizando a los cónyuges a integrar entre sí, ya
sea de manera originaria o derivada, sociedades de cualquier tipo "y las reguladas en la Sección IV". Por
otra parte el art. 1002 del Código Civil y Comercial inc. 4 consagra la inhabilidad especial de los cónyuges
para contratar en interés propio, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
I. Límite en las participaciones: Ninguna sociedad, sin importar su tipo (excepto aquellas cuyo objeto sea
exclusivamente financiero o de inversión), puede tomar o mantener participación en otra u otras
sociedades por un monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su capital y de las reservas legales.
La LGS introduce así una incapacidad basada en el objeto del sujeto, buscando preservar la autonomía e
independencia de las actuaciones de las sociedades participadas, y que éstas desarrollen sus objetos de
manera directa con sus propios recursos. Quedan excluidas de las limitaciones del art. 31 LGS las
sociedades del Estado y las entidades reguladas por la ley 21.526 de Entidades Financieras, ya que, a
diferencia de aquellas que simplemente tienen objeto exclusivamente financiero y de inversión,
requieren además la autorización del Banco Central de la República Argentina para funcionar.
II. Nulidad en las participaciones: El art. 32 LGS dispone la nulidad en la constitución de sociedades, o el
aumento de su capital, cuando mediaran participaciones recíprocas (aún por persona interpuesta), por
cuanto tales maniobras suelen encubrir aguamientos de capital. La infracción a esta prohibición hace
responsables en forma ilimitada y solidaria a fundadores, administradores, directores y síndicos.
La ley distingue según se trate de la constitución de sociedades o del aumento de su capital. Si bien en
ambos casos se trata de una nulidad absoluta, que involucra la totalidad del contrato social por cuanto
atiende el interés de terceros evitando la actuación de una persona sin patrimonio, cabe considerar:
Frente al supuesto de constitución: Será el acto constitutivo el que resulta nulo, debiendo aplicarse a
la sociedad el régimen de sociedades nulas, operando su disolución sin posibilidad de regularización.
Frente al supuesto de aumento del capital: En este caso, el art. 32 LGS, dispone que, dentro del plazo
de 3 meses, debe procederse a la reducción del capital indebidamente integrado, quedando la
sociedad, caso contrario, disuelta de pleno derecho.
Sociedades Vinculadas: La sociedad es vinculada cuando una participa en más del 10% del capital de
otra. Cuando tal participación supere el 25%, la sociedad que así participe debe comunicárselo a la
otra a fin de que su próxima asamblea ordinaria tome conocimiento del hecho. A diferencia de los
supuestos de control, la sola vinculación no importa la sujeción de la voluntad social de un ente
respecto del otro.
I. En la Ley General de Sociedades: Respecto de los herederos, para el caso de las sociedades colectivas y
en comanditas simples, es lícito pactar que, producido el fallecimiento del socio, la sociedad continue
con éstos y a quienes dicho pacto obliga sin necesidad de suscribir un nuevo contrato. Ello no obsta a
que el heredero pueda condicionar su incorporación a la transformación de su parte en comanditaria.
En las sociedades de responsabilidad limitada, el contrato también puede prever la incorporación de los
herederos del socio, pacto que resulta obligatorio tanto para éstos como para los socios sobrevinientes.
El ingreso se hace efectivo cuando los sucesores acrediten su calidad de tales, y en el ínterin, su
representación recae en el administrador de la sucesión.
II. En el Código Civil y Comercial: El código permite al causante imponer a sus herederos, mediante la
creación de sociedades comerciales, la indivisión forzosa de ciertos establecimientos, en cuyo caso los
menores de edad, incapaces o con cap. restringida sólo podrán ser socios con responsabilidad limitada.
3ER ELEMENTO GENERAL DE LA SOCIEDAD: LA CAUSA Y FINALIDAD COMUN PERSEGUIDA POR LOS SOCIOS
a) Noción y Alcances
La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad, y
que también se integra con los motivos exteriorizados cuando éstos sean lícitos y hayan sido incorporados al
acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.
En los contratos de sociedad regulados en la LGS, la causa es un rasgo esencial, que la distingue de los demás
contratos y que se orienta a la obtención de un beneficio económico fruto de la producción e intercambio de
bienes y servicios. La causa constituye así la función objetiva que el negocio-sociedad tiene y que el derecho
estatuye y reconoce.
b) Objeto y capacidad
El objeto no mide ni limita la capacidad del ente. En concordancia, el art. 58 LGS establece un régimen de
oponibilidad de los actos de los representantes y no de su validez. Esta diferencia no es menor, ya que un acto
inoponible, pero válido, puede ser asumido voluntariamente por aquel a cuyo respecto fuese inoponible,
mientras que el acto nulo por incapacidad del agente no es factible de ratificación.
La LGS no ha adoptado en este tema el régimen anglosajón del ultra vires, en el cual la capacidad de la
corporación sí está limitada al objeto, exigiéndose una extremadamente precisa coincidencia entre el obrar de
los administradores representantes y la detallada mención de actividades que también se requiere para la
enunciación del objeto. Al contrario, consagra expresamente la oponibilidad a la sociedad de actos ajenos al
objeto social con tal de que no fueren notoriamente extraños".
c) Requisitos del objeto social
El objeto social debe ser posible, preciso y determinado, además de lícito. Veamoslo:
I. Posible: El cumplimiento del objeto debe ser, desde el inicio, física y jurídicamente posible, ya que lo
contrario (imposibilidad preexistente) produce la nulidad social. La imposibilidad sobreviniente o su
cumplimiento, en cambio, son causales de disolución.
II. Preciso y determinado: El objeto debe ser expresado de manera clara y sin ambigüedades, de forma tal
que permita conocer sus límites. La precisión requerida por la ley apunta a delimitar debidamente las
actividades sociales, impidiendo que su expansión desnaturalice el objeto para el cual se constituye el
ente. En cuanto a la determinación, ésta refiere a la de las categorías de actividades económicas que el
ente se propone desarrollar para el logro de su fin, como ser industrial, inmobiliaria, agropecuaria, etc.
III. Licitud del objeto y de la actividad: Veamos, por separado, algunas cuestiones de la licitud del objeto:
Objeto ilícito: El objeto de la sociedad debe ser lícito, o ésta resultará nula de nulidad absoluta. Los
terceros de buena fe pueden, no obstante, alegar contra los socios la existencia del ente sin que
éstos puedan oponerles su nulidad. Los socios, en cambio, no pueden invocar la existencia de la
sociedad para demandar a terceros ni para reclamar la restitución de los aportes, la división de
ganancias o la contribución a las pérdidas.
La LGS dispone para estos casos que, declarada la nulidad, debe procederse a la liquidación del ente
por quien el Juez designe, para que luego de realizado el activo y cancelado el pasivo, el remanente
patrimonial sea destinado al fomento de la educación común de la jurisdicción respectiva.
Objeto lícito y actividad ilícita: Cuando una sociedad de objeto lícito realice actividades ilícitas,
corresponde disolverla y liquidarla, a pedido de parte o de oficio, aplicándose para ello las normas
dispuestas para los casos de objeto ilícito. Tales actividades pueden ser ignoradas por los socios, por
lo que aquellos que acrediten su buena fe (no se presume) quedarán excluidos de responsabilidades
y tendrán derecho a su cuota del remanente.
No obstante su ubicación en la LGS, este supuesto no importa una causal de nulidad del ente sino un
supuesto autónomo de disolución que sanciona el ejercicio de una actividad ilícita medida sobre
acontecimientos sobrevinientes a la constitución.
Objeto prohibido: Las sociedades que tengan un objeto prohibido en razón del tipo, son nulas de
nulidad absoluta y se les aplican las mismas disposiciones que a las de objeto ilícito, aunque a
diferencia de éstas y de las de objeto lícito con actividad prohibida, la distribución del remanente se
hará en proporción a la participación de cada socio en las ganancias. La introducción de esta
prohibición en razón del tipo no debe llamar a equívocos: Tanto la actividad como el objeto de la
sociedad podrán ser lícitos, y pese a ello estarle vedado su ejercicio en razón del tipo bajo cuya
forma aquella debe realizarse (Ej. Bancos, Entidades Financieras, Aseguradoras, entre otras).
Observadas tales formas y obtenida en consecuencia la inscripción, el ente se considera regular, regularidad que
se relaciona primordialmente con la función de garantía que la registración otorga a los terceros (La publicidad
que supone la inscripción, permite oponer al ente reclamaciones), a la sociedad (Su registración la hace oponible
a los terceros) y a los propios socios y administradores (la regularidad permite delimitar formalmente el alcance
de sus responsabilidades frente a terceros según el tipo social de que se trate).
b) Instrumentación
La celebración del acuerdo societario por escrito permite una mejor interpretación de la voluntad que las partes
desean expresar y, a su vez, facilita el conocimiento y difusión del acto. Vinculado a la “escritura de sociedad”, el
antiguo Código de Comercio utilizaba este término como género, por lo que ésta podía ser privada o pública,
salvo que se tratara de sociedades anónimas o en comanditas por acciones, las que necesariamente debían
celebrarse por escritura pública. Cuando en 1958 se redacta el Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria,
antecedente directo de la LS (actual LGS), se efectúan las primeras correcciones sobre el tema, disponiéndose
que el contrato constitutivo de sociedades por acciones (anónimas y en comanditas por acciones) sólo podía
otorgarse por escritura pública. No es de extrañar, entonces, que al tiempo de sancionarse la ley 19.550 (LS,
actual LGS), se previera que a efectos de su registración y como antecedente indispensable para su publicidad, el
contrato constitutivo o sus reformas, deberá otorgarse por escrito. Sumado a la forma escrita, la ley también
prevé que, según el caso, el instrumento podrá ser público o privado. Veamos cada uno de estos supuestos:
I. Instrumento privado: Salvo para el caso de sociedades anónimas, las partes pueden optar por celebrar el
contrato constitutivo por instrumento privado. En tal caso, deberán ratificar su voluntad ante la
autoridad de contralor, a menos que sus firmas se encuentren certificadas por escribano público o
funcionario competente.
II. Instrumento público: La LGS prevé que las sociedades anónimas deben constituirse únicamente por
instrumento público. Este criterio ya era sostenido primero por el Código de Comercio, y luego por el
Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria de 1958. Existen no obstante supuestos en los que no se aplica la
regla, previendo la LGS o leyes especiales la constitución societaria, evitando esta forma, en los casos de:
Constitución sucesiva de sociedades anónimas, en los que el instrumento originario sea el acta de
asamblea constitutiva.
Constitución de sociedad entre herederos forzosos, en que cabe al juez del sucesorio la aprobación
del contrato.
Constitución de sociedad por los acreedores quirografarios del fallido.
Reformas del contrato, las cuales no necesariamente deben redactarse en instrumento público, ya
que el art. 165 LGS sólo requiere tal forma para la constitución del ente.
III. Constitución por suscripción pública: Las sociedades anónimas pueden constituirse, además de por acto
único, por suscripción pública mediante la intervención de promotores, a los que corresponde redactar
un programa de fundación, por instrumento público o privado, para ser ofertada su suscripción a
terceros, previa aprobación y registración por la autoridad de contralor.
c) Publicidad
La publicidad en materia societaria guarda directa relación con la importancia de la actividad económica
involucrada. Mientras su finalidad inmediata es la de dar certidumbre a las relaciones de responsabilidad, su
finalidad mediata apunta a tutelar el comercio, protegiendo y garantizando el crédito al dar a conocer a los
terceros las condiciones de los sujetos que actúan y las circunstancias que influyen en su solvencia.
En el caso de la publicidad requerida por la LGS, ésta es siempre declarativa y nunca constitutiva, por cuanto no
se relaciona con la existencia del ente sino sólo con su regularidad. La publicidad en materia de sociedades se
efectúa básicamente a través de dos medios: La publicación de edictos en diarios oficiales o privados y la
inscripción de ciertos actos en registros oficiales. En ambos casos, estos medios resultan insustituibles, ya que no
tienen por objeto notificar a terceros determinados un acto concreto, sino que tienen por destinatarios a 3ros
indeterminados para hacer público el acto, poniéndolos en estado de tomar conocimiento y hacerles oponible la
constitución societaria. Veamos, por separado, cada uno de estos dos medios posibles de publicidad societaria:
I. Publicidad edictual: Para los tipos sociales de responsabilidad limitada, en los que los aportes
comprometidos indican el límite de responsabilidad de los socios, la LGS prevé un régimen de publicidad
previo a la registración del instrumento constitutivo, y que impone al Registro Público el control de la
existencia de la publicación de un aviso o edicto, a cargo del solicitante. Aplica a supuestos puntuales
como la constitución, modificación estatutaria y disolución de la sociedad.
Este edicto, que debe publicarse por un día en el diario de publicaciones legales correspondiente, deberá
contener: i) Nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y DNI de los socios; ii) fecha
de constitución; iii) razón social o denominación societaria; iv) domicilio; v) objeto social; vi) duración;
vii) capital social; viii) Composición de órganos de administración y fiscalización, nombres de miembros y
duración de sus cargos; ix) organización de la representación legal; x) fecha de cierre del ejercicio.
II. Publicidad registral: La inscripción del contrato constitutivo ante el Registro pertinente es, en sí, un
mecanismo de publicidad, y comparte su naturaleza con la publicidad edictual a la que arriba referimos.
La relevancia de los asientos que ante aquél se vuelcan, está vinculada con la eficacia de la publicidad
que prestan a los actos principales de la actividad que desarrolla el sujeto, y fija los límites que en
protección del tráfico y del propio sujeto deben observarse.
El Registro Público es, entonces, una institución esencialmente dirigida a terceros. La registración llena
así funciones insustituibles en la vida jurídica en razón de sus efectos: a) Respecto de los terceros, por la
apariencia creada por esa registración; b) Respecto de los accionistas, para la decisión de conflictos
internos; c) Para el propio Estado, al lograr la identificación y seguimiento en materia legal y tributaria.
d) Principios registrales
I. Registración: El acto constitutivo, el reglamento y sus modificaciones deben presentarse dentro de los
veinte días de su celebración, ante el Registro Público del domicilio social y en el Registro que
corresponda al asiento de cada sucursal. La inscripción se efectúa previa ratificación de los otorgantes,
excepto cuando los instrumentos se hubieran extendido por instrumento público o las firmas hubieran
sido autenticadas por escribano público u otro funcionario competente.
Como requisito de publicidad, el art. 5 LGS además obliga a las sociedades a hacer constar en la
documentación que de éstas emane, la dirección de su sede y los datos que identifiquen su inscripción
en el Registro. El nuevo texto del art. 6º LGS suprimio los requisitos de inscripción vinculados al control
legal y fiscal de la sociedad, lo que llevo a decir que parece haberse eliminado el control de legalidad por
parte del registrador, con lo que nos encontramos frente a un nuevo sistema de registración automática
que convierte al Registro Público en un mero receptor de documentos, donde los efectos de la toma de
razón quedan limitadas sólo a la publicidad.
Aun así, aquí se sostiene que la reforma de los arts. 5 y 6 LGS no obstan que corresponda al Registro
Público controlar los requisitos legales y fiscales del instrumento constitutivo, previo a su registración o
toma de razón. Se trata de un control de legalidad, sin efectos saneatorios, que procura evitar los
problemas de una registración defectuosa. Estas funciones en el ámbito nacional caben a la Inspección
General de Justicia, que ha fijado los requisitos a los que deben sujetarse estas presentaciones.
II. Efectos de la registración: Regularidad y oponibilidad: La sociedad es sujeto de derecho desde el acuerdo
fundacional, siendo la inscripción una condición de regularidad pero no de existencia. Dicho esto, es sólo
desde la registración que el contrato social será, además, oponible a 3ros, rigiendo respecto del ente las
normas propias del tipo adoptado y la consecuente limitación de responsabilidad de sus socios según el
caso. Ello no implica que la registración resulte saneatoria de los vicios constitutivos de la sociedad,
aunque una vez registrado el contrato se genera una presunción de su veracidad y legalidad. Tampoco
produce efectos retroactivos, por lo que administradores, fundadores y socios de las sociedades durante
la etapa fundacional serán solidaria e ilimitadamente responsables por los actos previos a la registración.
Respecto de las modificaciones no inscriptas regularmente, éstas obligan a los socios otorgantes, quienes en
cambio no pueden oponerlas a terceros. El fundamento de la norma radica en la necesidad de dar fijeza y
publicidad a los actos sociales, además de que la liberación del tercero sería contraria a la buena fe. Los
sucesores a título singular o socios que ingresaran con posterioridad no quedan obligados por tales
modificaciones irregulares. Por su parte, los terceros sí pueden alegar en su favor, contra la sociedad y los socios,
la existencia de modificaciones no inscriptas cuando se tratara de sociedades de parte de interés.
ELEMENTOS ESPECIFICOS DE LA SOCIEDAD
El capital social, que es elemento especifico de la sociedad, y no atributo de la personalidad como el patrimonio,
se integra con el valor del conjunto de los aportes realizados por los socios, y es de carácter estable e invariable.
I. De determinación: El capital debe ser expresado en una cifra única, en pesos, con la mención del aporte
de cada socio, de manera que sea posible distinguir los alcances de la participación, activa y pasiva, que a
cada uno corresponda en el ente, y, según el caso, de responsabilidad frente a terceros.
II. De unidad: El capital social debe ser único, sin perjuicio de la existencia de asignaciones patrimoniales a
favor de agencias, sucursales o establecimientos, ya previstas en el capital de la sociedad madre.
III. De integridad e intangibilidad: Sólo la suscripción íntegra del capital hecha en el contrato social habilita
su inscripción. Ello no implica la cristalización de tal cuenta de modo que ésta, como subcuenta del
patrimonio, permanezca siempre invariable, sino que, producto de su intangibilidad, su modificación en
más o en menos debe indefectiblemente sujetarse a las reglas a tal efecto previstas en la LGS.
IV. De adecuación o suficiencia: Mediante este principio se alude a la relación entre el capital y la posibilidad
de cumplimiento del objeto social, extremo que no sería viable si aquel no se adecuara a la ejecución de
éste. En ocasiones la noción de adecuación o suficiencia del capital confunde el objeto del contrato con
la finalidad que con este se persigue, la que, cualquiera fuera, se resume en la obtención de beneficios.
Las partes han comprometido sus aportes a efectos de la obtención de un fin que seguramente será
alcanzado sin perjuicio de la manifiesta insuficiencia del capital y a partir del endeudamiento del ente.
I. De productividad: Esta función, de contenido económico y no jurídico, se relaciona con la aplicación del
fondo común a la producción e intercambio de bienes y servicios. De todos modos, el desarrollo por los
mercados de medios alternativos de financiamiento ha hecho que la función pierda aplicación.
II. De garantía: Esta función otorga a los terceros el derecho a exigir de los socios la completa integración
de sus aportes, como última ratio para la atención de las obligaciones del ente. Esta función hace del
capital una garantía específica para los acreedores del ente, la cual funciona como cifra de retención de
la que no puede disponerse, cosa que no sucede con el patrimonio (garantía común sujeta a la ley del
primer embargante). Así, les es permitido a los acreedores que no tienen acceso directo al patrimonio de
los socios con limitación de responsabilidad, controlar que en oportunidad de la liquidación del ente ese
patrimonio no quede reducido por debajo de la cifra que representa las aportaciones.
Los aportes pueden consistir en obligaciones de dar o de hacer, salvo para los tipos de sociedad en los que la ley
exige que consistan en obligaciones de dar. En las sociedades de interés, en razón de la responsabilidad solidaria
e ilimitada de sus socios, pueden efectuarse aportes de todo tipo de bienes, incluso en uso y goce, lo que no
sucede en las de responsabilidad limitada, en que éstos sólo pueden ser determinados y susceptibles de
ejecución forzosa. En todos los casos se presume que los bienes son aportados en propiedad, salvo que,
tratándose de sociedades de parte de interés, constara expresamente que la aportación se limita al uso y goce.
I. Valuación en caso de sociedad por parte de interés/en comandita simple/de responsabilidad limitada:
La primera de las formas de valuación de aportes prevista en la LGS, propia de las sociedades por parte
de interés, es aquella que dispongan los socios al suscribir el contrato. De no fijarse contractualmente la
forma de valuación, ésta se hará según precios de plaza o por peritos que designe el juez de inscripción.
En cambio, para el caso de las sociedades de responsabilidad limitada y en comandita simples, dada la
limitación de responsabilidad del socio la ley es más estricta, e impone a las partes indicar en el contrato
los antecedentes justificativos de la valuación. El socio afectado por una valuación indebidamente
realizada, puede impugnarla de manera fundada dentro del 5to día hábil de notificado. El juez de la
inscripción deberá resolver el planteo, con audiencia de los peritos intervinientes. El procedimiento de
impugnación de la valuación es de instancia única, por lo que la resolución que adopte será inapelable.
II. Valuación en el caso de sociedades por acciones: A diferencia del grupo de sociedades anteriores, en el
caso de las sociedades por acciones la valuación del aporte debe siempre ser aprobada por la autoridad
de contralor. Ésta se hará: i) por el valor de plaza, en caso de bienes con valor corriente, ii) por informe
de reparticiones estatales o bancos oficiales, iii) o por valuación pericial, cuando a juicio de la autoridad
de contralor la valuación no pueda ser reemplazada por informes. Los aportes que se hubieran
efectuado por un valor inferior al de la valuación que en definitiva surja, son admitidos sin más, pero
aquellos cuya diferencia fuera superior requerirán su integración. El procedimiento de valuación del
aporte es apelable, y debe hacerse de manera fundada dentro del 5to día de notificada la resolución.
f) Prestaciones accesorias
Los socios pueden contribuir al patrimonio del ente realizando prestaciones accesorias que no integran su
capital, sin importar el tipo de sociedad de que se trate. Éstas consisten en obligaciones de dar, hacer o no hacer,
de naturaleza social y estatutaria, que no implican desembolsos de sumas de dinero, y mediante las cuales se
procura dar solución al problema que plantea la necesidad de recibir la prestación de servicios personales sin
necesidad de emitir participaciones a favor de quienes las dan, ni tener que recurrir a contratos extrasocietarios.
Tales prestaciones:
I. Tienen que resultar del contrato, y precisar su contenido, duración, modalidad, retribución y sanciones
en caso de incumplimiento, o se considerarán obligaciones de terceros.
II. Solo pueden modificarse de acuerdo con lo convenido, o, en su defecto, con la conformidad de los
obligados y de la mayoría requerida para la reforma del contrato.
III. Cuando sean conexas a cuotas de sociedades de responsabilidad limitada, su transmisión requiere la
conformidad de la mayoría necesaria para la modificación del contrato, salvo pacto en contrario; y si
fueran conexas a acciones, éstas deberán ser nominativas y se requerirá la conformidad del directorio.
g) Mora: Sanciones
La integración en tiempo y forma del aporte se relaciona con el normal funcionamiento del ente y con la manera
e intensidad con que los derechos sociales habrán de ser ejercidos por los suscriptores. El socio que incumple
incurre en mora desde el vencimiento del plazo fijado, o, en su defecto, desde la inscripción de la sociedad,
quedando ésta habilitada para exigir el cumplimiento del aporte o bien excluir al moroso, reclamándole además
daños y perjuicios causados. Para la exclusión del socio, sólo se requiere de una decisión asamblearia en tal
sentido, lo que constituye un supuesto autónomo, y que requiere la previa tramitación de la acción de exclusión.
Si se tratara de sociedades por acciones, la sociedad podrá optar por el cumplimiento del contrato de
suscripción, lo que no impide la suspensión del ejercicio de todos los derechos inherentes a las acciones
involucradas. La suspensión opera exclusivamente respecto de las acciones en mora, por lo que el accionista
continúa en ejercicio de los derechos que le otorgan aquellas efectivamente integradas. El estatuto también
puede disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las acciones en mora sean vendidos en
remate público, o, si se tratara de acciones cotizables, por medio de un agente de Bolsa. En tal caso, serán a
cargo del moroso los gastos del remate y los intereses moratorios, sin perjuicio de la responsabilidad por daños.
Esto último no debe llamar a error, la 'affectio societatis' no es la voluntad o la intención de asociarse, sino la
voluntad de cada socio de adecuar su conducta y sus intereses personales, egoístas y no coincidentes a las
necesidades de la sociedad para que pueda ella cumplir su objeto, y así, y a través de ella, que se mantenga
durante la vida de la sociedad una situación de igualdad y equivalencia entre los socios, de modo que cada uno
de ellos y en conjunto observen una conducta que tienda a que prevalezca el interés común, que es el modo de
realización de los intereses personales.
____________________________________________________________________________________________
UNIDAD 3
NULIDADES, COMPOSICIÓN Y ACTUACIONES DE LA SOCIEDAD