Está en la página 1de 8

MINUTA NOMBRE DE FANTASÍA S.A.

Investigación: Análisis de Doctrina y jurisprudencia con el objeto de


responder las siguientes pregunta, en relación a la designación de nombres
de fantasía de una S.A.

(i) Factibilidad que una sociedad tenga varios nombres de


fantasía; y,

(ii) Los nombres de fantasía de una sociedad, deben o no tener


relación con la razón social.

Ricardo Sandoval López. Derecho Comercial, Tomo I, Volumen 2. Editorial


Jurídica (2010), p. 114.

Nombre social. A diferencia de lo que ocurría bajo la vigencia del Código de


Comercio, que exigía que la sociedad anónima tomara el nombre del objeto social,
la L.S.A., en su artículo 8º, concede amplia libertad para que ella pueda adoptar el
nombre de una persona física, tomar la denominación de su objeto o tener un
nombre de fantasía. La única exigencia consiste ahora en que el nombre social
termine con las palabras “sociedad anónima” o con la abreviatura “S.A.” En caso
que el nombre de una sociedad anónima sea idéntico o semejante al de otra ya
constituida, esta última puede demandar su modificación en juicio sumario (art. 8º
L.S.A.). De esta suerte la ley protege el nombre social, que es un atributo de la
personalidad jurídica que am-para a la sociedad y que sirve para identificarla frente
a las demás de su especie y distinguirla de sus propios socios.

Página 1 de 8
Juan Esteban Puga Vial. La Sociedad Anónima y otras sociedades por acciones en
el Derecho chileno y comparado, Tomo I. Editorial Jurídica de Chile (2011), p. 105
y 106.

El nombre de la sociedad.

Las sociedades anónimas no tienen razón social y eso dice conexión con la
circunstancia de que son anónimas y de que los accionistas no responden nunca
de las obligaciones sociales. Las sociedades anónimas tienen un nombre. La ley, a
diferencia de lo que ocurría en el régimen anterior a 8 , 1 no limita en ningún sentido
el nombre que se le puede poner a una sociedad anónima,2pero obliga a que dicho
nombre incluya las palabras "sociedad anónima" o la abreviatura "S.A." (art. 8º LSA).
Aquí ni tan siquiera es importante el lugar donde dichas palabras van en el nombre,
a diferencia de lo que ocurre con las sociedades de responsabilidad limitada, que
exigen que la expresión Limitada vaya al final (art. 3º Ley Nº 3. 8).

Así, por lo tanto, el nombre no debe hacer necesariamente referencia al nombre o


razón social de los socios; tampoco al objeto de la sociedad; tampoco a su lugar
geográfico, etc., pero con la limitación de que no puede tener un nombre idéntico o
semejante al de otra sociedad ya existente. No es necesario que el nombre de la
sociedad ya existente esté registrado como marca comercial, pues la ley no lo exige,
pero tampoco anula el contrato esta igualdad o semejanza, pues la sanción legal
es, merced de una demanda en juicio sumario, que se vea obligada a cambiar su
nombre (art. 8º LSA).

1
En efecto, el art. º del Reglamento de Sociedades Anónimas, Decreto .705 de 6, establecía que "no se
admitirá como nombre de una sociedad anónima el de una persona natural o jurídica cuando al mismo
tiempo no se indique el objeto de la sociedad", y además el nombre debía ser "en español".

2
Al igual que en el Código Civil italiano de 2 que establece que la sociedad debe tener una "denominación
social formada de cualquier modo" (art. 2326 CC). Ver BRUNETTI, Tratado del Derecho de las Sociedades, t.
II, p. 76.

Página 2 de 8
Sin embargo todo lo anterior, existen sociedades donde sí existen restricciones al
nombre. Así, los bancos deben indicar en su razón social que son bancos y lo mismo
los intermediarios de valores (agentes de valores o corredores de bolsa) y las bolsas
de comercio; las empresas aseguradoras o reaseguradoras; las administradoras de
fondos de pensiones y las administradoras de fondos de inversión. Normalmente
las mismas sociedades que requieren de autorización para su existencia deben
incluir en su nombre una referencia a su objeto específico.

Raúl Tavolaria Oliveros. Doctrinas esenciales. Derecho Comercial, Editorial Jurídica


(2010):

Si las cuestiones jurídico-mercantiles se estudiasen con la detención que por su


importancia merecen, seguramente no se hubiera dado lugar a la confusión que
actualmente se nota entre los dos conceptos que se expresan como título del
presente trabajo.

Son en gran número, según a diario puede observarse, las Compañías mercantiles
que usan como razón social las de "Sucesores de M.", "Hijos de P.", "Herederos
de F.", Sociedad anónima A.", "Hijo y hermano de L", "C. hermanos", Viuda e hijos
de H.", "Hermano y sobrino de N.", y "Sociedad anónima F. H.", sustituyendo, como
es regular, las iniciales en los ejemplos empleadas por apellidos corrientes y
conocidos.

Estas razones sociales no son tales, sino nombres o razones comerciales. Para
comprender la verdadera diferencia entre los dos conceptos y hacerse Cargo en
forma indubitable de la confusión; es preciso concretar lo que son la razón social y
la razón comercial con respecto al estado jurídico presente.

La razón social es el nombre o denominación con que ha de conocerse una


sociedad, y con arreglo al Código de Comercio vigente, ha de ser distinta, según se
refiera a una sociedad colectiva, a. una comanditaria o a una anónima, y
esta razón social tiene una importancia grandísima desde el momento que de ella
se desprende la responsabilidad de la sociedad y de sus socios, según sea la clase
de aquella y de éstos. Este solo enunciado dará idea al menos experto de las

Página 3 de 8
perturbaciones y de las graves consecuencias, de las que trataremos más adelante,
que puede producir la confusión sobre materia tan importante.

La razón social, pues, en toda clase de compañías, la forma el nombre bajo el cual
la misma ha de girar y que ha de constituir su firma social. (…)

En las compañías anónimas la razón social consistirá en la denominación que al


constituirse adopte la compañía que debe ser adecuada al objeto u objetos de la
especulación que hubiere elegido y los que como empresa destine sus fondos,
excluyendo, por lo tanto, el empleo de nombres de personas. que pertenezcan o no
a la compañía.

Grandísima es, pues, la importancia que tiene el que dicha razón social esté bien
expresada; y, sin embargo, cada aumenta el número de compañías que se valen de
denominaciones iguales o análogas a los ejemplos citados en un principio, nombres
que en la mayoría de los casos, no son tales razones sociales, sino razones
comerciales, en otros son razones sociales mal expresadas, y en algunos nombres
que tienen algo de supuesto o imaginario.

Para que pueda comprenderse perfectamente la diferencia que existe entre la razón
social y la razón comercial, estudiaremos esta última, puesto que con lo expuesto,
puede formarse verdadero concepto de lo que significa y debe ser la primera.

(…)

Hasta fecha relativamente reciente, la propiedad industrial se limitada a las patentes


de invención e introducción y a las marcas de fábrica, pero en la ley de 16 de mayo
de 1902, se hizo extensiva a los dibujos, modelos y al nombre comercial, siendo el
mismo objeto de Registro, con el fin de que no pueda ser utilizado más que por los
que habiendo cumplido los requisitos correspondientes, tienen derecho para ello y
pudiendo perseguirse como verdaderos defraudadores a los que usan un nombre
comercial registrado en favor de otra persona. Por su importancia, transcribimos a
continuación las consideraciones que en el preámbulo de la citada ley se hacen
explicativas del motivo porque se incluye el nombre comercial como materia de
Página 4 de 8
propiedad industrial. "Es común creencia, se dice, y no por generalmente extendida,
menos errónea, la de que nombre comercial y razón social, son dos expresiones
equivalentes que en el fondo designan una misma cosa, sin entender que la razón
social es una variedad del nombre propiamente dicho, es el nombre de las personas
que en conjunto explotan un establecimiento mismo. Y surge de estas
consideraciones una fundamental diferencia, cual es la de que la razón social no
puede constituirse arbitrariamente, debe someterse a las prescripciones del Código
de Comercio, puede variar, sufrir modificaciones, y hace, en suma, relación al orden
interior, mientras que el nombre comercial puede escogerse con entera libertad y
conservarse indefinidamente, pues por ser la denominación del establecimiento, es
la conocida del público, para el que, por lo general, la razón social es lo de menos",
y el legislador define el nombre comercial, diciendo: Se entiende por nombre
comercial, el nombre, razón social o denominación, bajo las cuales se da a conocer
al público un establecimiento agrícola, fabril o mercantil, considerándose como
nombre de un establecimiento agrícola, fabril o mercantil, los apellidos con o sin el
nombre de pila entero o abreviado, de los agricultores, los industriales o los
comerciantes que lo posean. Las razones o firmas sociales, las denominaciones
sociales de las compañías mercantiles en todas sus formas; las denominaciones de
fantasía o especiales y las denominaciones de las fincas destinadas a una
explotación agrícola, industrial o comercial, no pudiendo sin consentimiento expreso
del propietario de un nombre comercial, ya registrado, acreditado por documento
fehaciente, emplearse las palabras antiguo almacén, antigua fabrica, etc., antiguo
gerente, antiguo jefe de taller, empleado de..., ex director de... etc.; sucesor o
sucesores de... sucursal de o re presentante de... u otros similares.

Resulta claramente de lo transcripto, que al promulgarse la citada ley, se trató de


evitar la confusión que ha motivado este trabajo y de lo que hemos expuesto, se
deduce, sin género de dudas, que no solamente no se ha conseguido el objeto
propuesto, sino que por los motivos detallados, la confusión en la actualidad es
muchísimo mayor que en el año 1902. Desprendiéndose también de lo consignado,

Página 5 de 8
de un modo evidente que la razón social puede convertirse en nombre o razón
comercial, pero nunca se permite lo contrario, esto es, que el nombre o razón
comercial, se convierta en razón firma social, que es precisamente lo que sucede y
lo que venimos lamentando.

Normativa aplicable:

1.- Ley 18.046, Ley sobre Sociedades Anónimas:

TITULO II
Del nombre y del objeto

Art. 8° El nombre de la sociedad deberá incluir las palabras "Sociedad Anónima" o


la abreviatura "S.A.".
Si el nombre de una sociedad fuere idéntico o semejante al de otra ya existente,
esta última tendrá derecho a demandar su modificación en juicio sumario.

Art. 9° La sociedad podrá tener por objeto u


objetos cualquiera actividad lucrativa que no sea
contraria a la ley, a la moral, al orden público
o a la seguridad del Estado.

(Como se aprecia la Ley de S.A. no se refiere al nombre de fantasía. Por lo


anterior debemos concurrir al reglamento de Sociedades Anónimas).

2.- Decreto 702, aprueba reglamento sociedades anónimas.

TÍTULO II
Del nombre

Página 6 de 8
Artículo 6. La sociedad tendrá un solo nombre social, el cual deberá constar en
los estatutos e incluir las palabras "Sociedad Anónima" o la abreviatura "S.A.".
Los estatutos podrán contemplar nombres de fantasía y sigla, para efectos de
publicidad, propaganda u operaciones de banco.

Conclusiones:

a) Doctrina se encuentra conteste en que existe un amplio margen de liberalidad


para establecer la razón social de una S.A.; así, por ejemplo, a criterio del Profesor
Puelma “no debe hacer necesariamente referencia al nombre o razón social de los
socios; tampoco al objeto de la sociedad; tampoco a su lugar geográfico, etc., pero
con la limitación de que no puede tener un nombre idéntico o semejante al de otra
sociedad ya existente.”

Podríamos concluir que, al no existiendo mayores formalidades establecidas por


Ley respecto a la designación del nombre de fantasía de una S.A., en menor
medida, podrían exigirse respecto del nombre del nombre de fantasía, que
corresponde a un apelativo que con plena libertad los accionistas escogen,
pudiendo incluso determinarse mediante siglas, tal como se indicará a continuación.

b) Como se expresó, la Ley de Sociedades Anónimas no se refiere al nombre de


fantasía que pueden adoptar las sociedades de esta naturaleza. Es el reglamento
de S.A., que estatuye: “Los estatutos podrán contemplar nombres de fantasía y
sigla, para efectos de publicidad, propaganda u operaciones de banco”.

En definitiva, en respuesta a la pregunta numero 1 planteado en este análisis, sí es


posible que una sociedad tenga varios nombres de fantasía, pues de acuerdo a la
norma previamente citada, permite que en los estatutos se contemple “nombres de
fantasía”, esto es, en sentido plural.

Página 7 de 8
En relación a la pregunta 2 planteada en este análisis, en virtud de la norma citada
previamente, que permite incluso contemplas “siglas”, sumado los criterios de
nuestra doctrina en relación a flexibilizar la razón social de una S.A., podemos
concluir que los nombres de fantasía no deben tener relación con la razón social.

Página 8 de 8

También podría gustarte