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Escuela de Psicología
Programa de Magíster en Psicología
Clínica Mención Psicoanálisis
Santiago, 2009
1
Agradecimientos
2
Índice
Prólogo...................................................................................6
Introducción..........................................................................7
Capítulo I
La Sociedad Psicoanalítica de Berlín Bajo el nazismo......20
Capítulo II
La política del Psicoanálisis bajo el nazismo......................27
Capítulo III
La expulsión de Reich...........................................................36
Capítulo IV
La situación de la Sociedad Psicoanalítica de Viena..........41
Capítulo V
Consecuencias de la política del psicoanálisis.....................45
Capitulo VI
El papel de la Iglesia Católica durante el Tercer Reich.....52
Capítulo VII
Latinoamérica........................................................................69
Capítulo VIII
El caso de Amilcar Lobo........................................................71
Capítulo IX
La tradición maldita...............................................................81
3
Capítulo X
La situación Argentina...........................................................83
Capítulo XI
La Asociación Psicoanalítica Chilena..................................89
Capítulo XII
Gabriel Castillo Cerna, Psicoanalista..................................91
Capitulo XIII
Análisis de los datos................................................................95
Capítulo XIV
Discusión..................................................................................97
Conclusiones............................................................................114
Anexos I
Transcripciones de las Entrevistas........................................116
Anexo II
Bibliografía Complementaria sobre historia del
Movimiento Psicoanalítico en Chile..................................... 155
Bibliografía..............................................................................156
4
Advertencia al lector
El siguiente trabajo sigue una lógica interna en búsqueda del sentido con
que en el ámbito social, se construyen los símbolos y significados de la
convivencia, de las acciones e instituciones creadas por las personas. Para
Ruiz (1996) “Los métodos cualitativos parten del supuesto que el mundo
social es un mundo construido con significados y símbolos”.
Pido al lector, que pueda juzgar la presente obra en función de si se hallan
o no estos sentidos a través de los métodos empleados.
Esta advertencia es necesaria a mi parecer, dado que las conclusiones en
esa dirección, deben irse extrayendo –al menos así lo hice yo- desde los
primeros antecedentes históricos y no como indica el formato clásico de
investigación, que se reserva para las conclusiones esta tarea.
Así mismo, aunque me encuentro consciente de la ausencia de un método
formal de análisis de contenido o de otro instrumento técnico en el ámbito
cualitativo que permita desmenuzar las entrevistas que encontraran en los
anexos, me parece que el rescate del sentido, de los significados y símbolos
que me propongo desentrañar, puedan ser evidentes al lector y de este
modo, el propósito del presente trabajo se encuentre plenamente logrado.
5
“Terminó la dictadura;
Ahora viene una censura mucho más feroz...”
Raúl Zurita
Comunicación personal. Chile, 1990.
Salvar al psicoanálisis
¿Salvar al Psicoanálisis?
Prólogo
Este estudio intenta indagar en las decisiones políticas adoptadas por la IPA entre
los años 1933 y 1939 en Alemania, específicamente en la Sociedad Psicoanalítica de
Berlín, haciendo un breve repaso por lo sucedido en la sociedad psicoanalítica de Viena.
¿Existe una continuidad entre estas posturas? ¿Las decisiones políticas adoptadas en
Latinoamérica pueden ser consideradas como parte de la Institución Psicoanalítica en su
versión de lo instituyente? Suponer tal continuidad implicaría encontrar rasgos comunes
durante todos los años en que se decidieron cuestiones importantes en la relación entre la
IPA y el régimen nazi. Más aún, implicaría suponer una cierta manera más o menos
implícita –y por tanto no discutida ni menos elaborada (psicoanalíticamente hablando) que
posiciona al psicoanálisis en una postura de alianzas, de exclusiones que pudieran revertir
la tan difundida idea de que el psicoanálisis es una ciencia neutra “como el álgebra” como
pretendía contradictoriamente Freud. (Contradictoriamente con Moisés y el Monoteísmo,
con Tótem y Tabú, con el porvenir de una ilusión, con la expulsión de Wilheim Reich; por
ejemplo).
6
Introducción
Filiación
Me parece justificado incluir in extenso una cita de Tugendhat que resume lo que
intento advertir: “Husserl habla de un estar dirigido al objeto, pero esta forma de hablar es
claramente una metáfora, que no rinde nada cuando se la examina con mayor precisión.
Tampoco ayuda aquí la tradición filosófica anterior a la modernidad. Existía el término
latino repraesentatio, traducido al alemán por el término Vorstellung. La conciencia, el ser
conciencia, debe representar objetos ¿pero qué significa esto? La concepción ingenua era
que en la conciencia existían representantes o sustitutos de los objetos; se imaginaba a la
conciencia, en una especie de analogía con el cerebro, como un recipiente en el que existían
pequeñas imágenes captadas como representantes de los objetos por un sujeto que se piensa
por analogía con la pared de una cámara oscura. Aunque concepciones de este tipo
persisten en la filosofía popular de nuestro siglo, en la tradición propiamente filosófica,
por lo menos desde Kant, se ha considerado que el ser consciente, se relaciona con su
conciencia no con sustitutos, sino directamente con los objetos mencionados. Pero ¿cómo
hay que entender esta relación? A pesar de la crítica a la teoría del sustituto, se mantuvo el
discurso del representante, pero perdió todo su sentido comprensible. Un discurso
predilecto que emergió en particular en el idealismo alemán, era el de la relación sujeto-
1
Buci-glucksmann, 1986
2
Zizeck (compilador), 2003, Pg. 115-156
7
objeto. Pero en todo caso, esta forma de hablar es totalmente vacía, pues la pregunta sigue
en pié ¿en qué consiste esa relación?” (Tugendhat, 1993).
He querido hacer este estudio para preguntarme de un modo más serio dos o tres de
estas cosas: ¿Son tan independientes los psicoanalistas como creen del poder? ¿Lo son
frente al Estado por ejemplo?
Por otra parte, nada se hablaba de la historia del psicoanálisis, salvo entendida como
fracturas con los disidentes, es decir, la separación de quienes no estaban haciendo
psicoanálisis, sino, cediendo al poder, distorsionando las enseñanzas de Freud. Es decir, la
historia era introducida como una variable distorsionadora o bien como anécdota. Los
psicoanalistas no parecían hablar de sus determinantes histórico-institucionales, ni de sus
sometimientos a las instituciones de las que se encontraban inmersos.
8
Hago mías las opiniones de Robert Castel cuando señala: “Los círculos
psicoanalíticos han dado siempre muestras de una extraordinaria ceguera en relación a la
historia y de una sorprendente capacidad para resistir al cambio. No existe una verdadera
historia del psicoanálisis en tanto movimiento social, sino una hagiografía psicoanalítica,
retratos de los antepasados, anécdotas edificantes, reconstrucciones técnicamente
escrupulosas del encadenamiento de los descubrimientos y una contabilidad obsesiva de los
errores y desviaciones respecto de la pureza teórica...la historia es o bien, la epifanía de la
verdad psicoanalítica o bien un conjunto de contingencias enojosas que ponen trabas a su
autodesarrollo”. (Castel, 1980, Pg. 21)
Pero no sólo esto, sino, más aún, de constituir una disciplina revolucionaria: “¿En
qué consiste el consenso básico que subsiste bajo las oposiciones superficiales? El
psicoanálisis es revolucionario por definición, tal como se lee en la presentación de la obra
de Chasseguet-Smirgel, La Sexualité Fémininé. “Lo que es revolucionario en el
psicoanálisis es el método, el rechazo de todo prejuicio, de toda idea preconcebida, de todo
conformismo, gracias al examen de todas las cosas a la luz del inconsciente”. (Castel, 1980,
Pg. 24)
Creo imprescindible dar una mirada a una lectura diferente de algunos hechos
históricos vinculados al quehacer institucional del psicoanálisis, a fin de cuestionar ambos
supuestos: ¿Será tan libre de las demandas que la sociedad le impone? Y ¿hasta qué punto
podrá mantenerse a firme la creencia de constituir un movimiento revolucionario en cuanto
a su desempeño desde una perspectiva social? Entendido esto como contrario a un
movimiento burocratizado altamente reproductor de dispositivos de poder que encarna en
su constitución, pero que él mismo desconoce.
Con demasiada frecuencia, el problema habría sido planteado de una forma tal que
escabulle el asunto: las influencias extra-analíticas son tratadas en términos de cómo
complica el funcionamiento puro de su accionar psicoanalítico, ya sea en la formación de
sus miembros o en su desempeño clínico, es decir, en tanto lo social o político desvirtúa la
correcta aplicación de los fundamentos originarios de lo psicoanalítico. Es decir “¿Qué hay
que hacer para que la institución sea más funcional en relación con las finalidades explícitas
que persigue?” (Castel, 1980, Pg. 23) En circunstancias que lo importante es indagar, no si
cumple con sus objetivos explícitos sino, por ese resto que daría cuenta de lo implícito en
relación a su desempeño social.
3
Castel, 1980.
9
Plantearse el tema político, como los problemas de contaminación del psicoanálisis
(sus técnicas, su teoría, su praxis), constituye un falso problema. Lo que tal vez no se quiere
ver “es examinar el modo en que el mismo psicoanálisis reitera las estructuras dominantes
de poder”. (Castel, 1980, Pg. 27) No habría que buscar esto social en su dimensión más
política, en las “desviaciones” de la teoría o prácticas correctas, sino “en medio de lo que se
presenta como la teoría y la práctica freudianas propiamente dichas”. (Castel, 1980, Pg. 33)
Por otra parte, parece haber una tendencia creciente, a revisar las contingencias del
pasado en un clima de “pluralismo psicoanalítico”. Lothane agrega: “es importante, según
creo, continuar la preservación y el estudio de esta historia, por el interés que despierta en sí
misma, así como para permitir la elaboración de los traumas personales e institucionales”.
Así también considera que “como miembros de otras instituciones, los psicoanalistas son
seres políticos, pero tienden a evitarlo, o reprimirlo, lo que es recogido por los disidentes
del psicoanálisis o bien por miembros de otras disciplinas: cientistas políticos, críticos
literarios y periodistas. En esta dirección evolucionó una versión autorizada de la política
del psicoanálisis, ortodoxa, tremendamente hagiográfica 4 y una versión no autorizada
revisionista, muchas veces meramente criteriológica 5, por ejemplo, crítica en el sentido
positivo y al mismo tiempo erística”.6 (Lothane, 2003, Pg. 85)
Freud mismo señala “Tras el rodeo que a lo largo de mi vida di a través de las
ciencias naturales, medicina y la psicoterapia, mi interés regresó a aquellos problemas
culturales, que una vez cautivaron al joven a penas nacido a la actividad del pensamiento”
(Freud, 1925). Así mismo agrega “La lucha por la vida de la especia humana tiene como
contenido esencial, la lucha entre eros y muerte, pulsión de vida y pulsión de destrucción,
tal como se consuma en la especie humana. (Freud, 1930). Ambos planteamientos, el
interés por el ámbito social y los planteamientos tanáticos y libidinales en permanente
conflicto, nos parecen autorización suficiente como para considerar psicoanalítico el ámbito
de la política institucional.
Por su parte la Licenciada Doris Hajer señala: “Confrontada con la dura realidad del
psicoanálisis durante el nazismo en los países germano-parlantes, no puede evitarse la
pregunta de ¿Qué, de la institucionalización del psicoanálisis, “hace síntoma” en esta
4
Estudio de la vida de los santos.
10
lucha por anteponer la “conservación de la institución psicoanalítica” a cualquier
consideración, tanto psicoanalítica en sí, como humanitaria o aún ideológica o de lealtad si
se quiere, filial?”. (Hajer, 2006, párrafo 3)
Para esta misma autora, resulta difícil discriminar cuán pertinente al psicoanálisis
resultaría un esfuerzo de esta naturaleza, pero agrega “para mi lo es y discusiones cada vez
más frecuentes en los países del norte (europeos así como norteamericanos), parecen
considerarlo del mismo modo”. (Hajer, 2006, párrafo 8)
Pero, por qué habría de ser tan difícil la elucidación de los determinantes que
condicionaron el accionar de las sociedades psicoanalíticas durante estos períodos de
excepción y convulsión política. Para Alexander y Margarette Mitscherlich en su libro El
duelo imposible nos recuerdan que “los mecanismos de defensa sociopsicológicos se
desarrollan también en las instituciones psicoanalíticas y les impide así despejar las brumas
de su propia historia. La contribución del psicoanálisis a una psicología social del pasado
7
En hebreo arrasamiento, devastación. No es sinónimo de holocausto que alude a la relación sacrificial y
remite a Dios.
8
Ricón, 1986, Pg. 885.
9
Repetto, 1996. Pg. 149.
11
reciente, y a su elaboración, parece hoy tan indeseable como lo fue la teoría de la libido a
principios de siglo.” (Reppeto, 1986, Pg. 89-90) 10
En Alemania, a medida que Hitler se hace del poder durante la década del 30, la
DGP (Asociación Psicoanalítica Alemana) incluido su prestigioso Instituto Formativo de
Berlín, acepta paulatina, pero progresivamente, “la arianización del psicoanálisis como
institución y como teoría, yendo a parar a una psicología de las profundidades, que Jung
(Karl Gustav) y un sobrino del Mariscal Göering desarrollaban integrándola al pensamiento
nacionalsocialista” (Repetto, 1986, Pg. 92).
Este proceso de transformación tal vez requiere ser descrito y mejor comprendido.
Hoy en día se estudia la obra de Jung en total ignorancia de sus actuaciones institucionales
y de los alcances teóricos que puede acarrear esto en su doble implicación política-
psicoanálisis. ¿Cómo es posible que una teoría psicoanalítica en sus raíces, se escinda de tal
modo y luego encuentre un camino común con el nazismo? ¿Es posible leer hoy a Jung sin
siquiera hacerse esta pregunta?
10
Del artículo “psicoanálisis y nacionalsocialismo” que forma parte de un conjunto de textos
publicados por analistas alemanes y austriacos bajo el título común: “Les années brunnes” (Los años oscuros).
El Psicoanálisis bajo el tercer Reich.
12
obligaban a desplegar políticas de alianzas con el régimen de turno ¿Las sociedades
psicoanalíticas mantuvieron su tan difundida independencia o no lo hicieron así?
Tal vez estudiando caso a caso, podamos hallar algunas similitudes que
“ayuden a la comprensión del pasado insuficientemente elaborado por el mundo
psicoanalítico” (Steiner, 2003, Pg. 32).
13
¿Por qué el acento en demostrar político al psicoanálisis?
Por otra parte, entre la aparente contradicción social- individual, existe un continuo
ineludible. Freud decía: “En la vida anímica del individuo el otro cuenta con total
regularidad” y rompe de una vez y para siempre con la dualidad sujeto-objeto,
estableciendo la identidad de la psicología individual y la psicología de las masas (Freud,
1921)” (Valdéz, 1999, Pg. 783)
Pero, por otra parte, en el “Porvenir de Una ilusión” de 1927, Freud describe al
método psicoanalítico diciendo: “En realidad el psicoanálisis es un método de
investigación, un instrumento, como lo es por ejemplo, el cálculo infinitesimal” (Freud,
1981). En el artículo “Consejos al médico” de 1912. Freud se refiere a la necesidad de
mantener la neutralidad, debido a la necesidad de permitir que se desarrolle la transferencia
lo más libremente posible; vale decir, la necesidad de mantener al paciente como ante una
pantalla en blanco donde proyecte con la menor interferencia posible, su propio mundo
interno. ¿En qué punto esta neutralidad se entendió como neutralidad social? O ¿más aún
como apoliticidad? Freud hablaba de neutralidad técnica, de un no “develamiento de
posturas” tal como lo señala Doris Hajer 12, refiriéndose a la conveniencia de que sus
propios pacientes no conocieran de sus posturas. Es decir a la “neutralidad técnica”.
11
Freud, 1927.
12
Hajer, 2006.
14
movimiento psicoanalítico ante los ojos de ciertos grupos sociales y de poder, donde se
encontraría el reconocimiento de la joven disciplina. Tal fue el caso Reich, expulsado con
el beneplácito de Freud”. (Hajer, 2006, párrafo 13)
Por otra parte, cabe preguntarse si la neutralidad, puede sostenerse aún cuando la
política contingente vaya en directa confrontación con los Derechos Humanos. ¿Puede
pensarse un psicoanálisis que en lo público guarde silencio frente a las violaciones
sistemáticas de los Derechos Humanos? ¿Esto no afecta la técnica? ¿Puede pensarse una
técnica a secas, separada de su entorno social y de la ética de los psicoanalistas en el campo
social? Nótese que no hablamos de militancias.
Propósito
Quisiera poder plantear a lo menos un propósito central explícito: las sociedades
psicoanalíticas (como grupo, núcleo corporativo o institución, si se quiere) han desplegado
una política sostenida en el tiempo en relación al Estado.
13
Hernández, 1997. Pg. 43.
15
Si esto resultara así, cabría preguntarse ¿cuales serían los mecanismos de control, a
través de los cuales el poder de la institución es ejercida sobre sus integrantes a fin de
lograr estos objetivos grupales no explícitos?
También habría que preguntarse por las instancias, roles e ideologías no explícitas
que vehiculicen este accionar.
16
Consideraciones sobre la metodología del estudio
El presente trabajo intenta recuperar parte de ese pasado -entendiendo que desde su
comienzo esta tarea es imposible, en el sentido estricto del término-. El período revisado
abarca la segunda mitad de la Europa de entre guerras (1933 hasta 1939) y luego una
breve consideración de algunas resoluciones tomadas por la International Psychoanalitical
Association (en adelante IPA), frente a las consecuencias que en las sociedades
psicoanalíticas de Viena y especialmente de Berlín, trajo la convivencia forzada con el
nazismo.
Una segunda fuente, son las entrevistas realizadas a psicoanalistas Chilenos en que
metodológicamente, se centró en torno al caso de psicoanalista desaparecido Daniel
Castillo.14
14
Durante todo el tiempo de preparación de las entrevistas, los datos recogidos apuntan a este nombre. Como
se verá, posteriormente se logró aclarar que este no corresponde al nombre de pila del psicoanalista
desaparecido. Esta nueva confusión, me parece un dato de valor psicoanalítico.
17
Algunos apuntes sobre los datos y los materiales empleados en
esta investigación:
Siguiendo el párrafo anterior, Freud (en los artículos recién citados para la
memoria), lo mismo que el lapsus linguae, adquieren el mismo estatus que el síntoma como
signo enigmático de conflictos reprimidos.16 Goff: señala al respecto: “Ningún documento
es inocente. Todo documento es un monumento que es preciso saber desarmar y
desmantelar. El historiador no sólo debe saber discernir la falsedad de un documento o
evaluar su credibilidad, también debe saber desmitificarlo [...] El documento es el resultado
de todo un montaje, tanto consciente como inconsciente, de la historia correspondiente a
una época específica y de la sociedad que lo ha producido. El documento es el resultado de
fuerzas ejercidas por las sociedades históricas precedentes, a sabiendas o inadvertidamente,
para producir y transmitir cierta imagen dada de sí misma (Le Goff y Nora, 1974)”.
(Steiner, 2003, Pg. 12-13)
15
Freud, 1981.
16
Ver Psicopatología de la vida cotidiana: actos fallidos
18
Lo mismo creo, resultará prudente tener en mente a la hora de revisar la parte de
entrevistas. Lo dicho o no dicho por los psicoanalistas entrevistados, debe pensarse
también desde estas coordenadas recién expuestas.
19
Capítulo I
“La verdad, tan simple como aterrorizante, es que las personas que, en
condiciones normales, hubieran podido soñar con crímenes sin jamás
nutrir la intención de cometerlos, adoptaron en condiciones de tolerancia
completa de la ley y la sociedad, un comportamiento escandalosamente
criminal”
Hanna Arendt. Los orígenes del totalitarismo17
Una fuente importante del presente trabajo lo constituyen las “circulares de Fenichel
1933-1945”, en extractos o citas de otros autores. El texto completo no fue posible de
encontrar aunque sí algunas partes de ellos que son citados, señalando su fuente en cada
caso. En todo caso sus autoras son Johannes Reichmayr y Elke Mühlleitner en la editorial
Stroemfeld/Franckfurt, donde se puede encontrar la recopilación completa de estos
documentos. Estas circulares eran enviadas en su gran mayoría por Otto Fenichele a sus
colegas del “Seminario de niños”. Desde 1932, un grupo de psicoanalistas de esta sociedad
se reunía informalmente para discutir cuestiones psicoanalítico-marxistas. Estos
conformaron lo que se dio en llamar “el círculo más estrecho”. Salvo Edith Jacobson quien
se encontraba detenida debido a sus actividades opositoras al régimen austriaco
(austrofascismo en aquella época) todos ellos debieron partir al exilio a partir de 1933. Ver
también Gifford (1985).18
17
Viñar, 2005, Pg.29-63.
18
Gifford, 1985, Pg. 265.
19
A partir de esa fecha Fenichel deja de enviarle circulares a Reic Castel (1980) P. 23h debido a la fuerte
presión interna ejercida por Jones, Anna y Sigmund Freud y a la amenaza latente de expulsión.
20
Hajer.. 2006.
20
No obstante, también pertenecían a un “círculo más amplio” psicoanalistas de
otros lugares, a los que se les enviaban algunas circulares o partes de ellas y eran invitados
a determinados asuntos del círculo más estrecho, pero luego con el tiempo, “pasaron a ser
iguales que el resto recibiendo correspondencia explícita. Estos fueron: Alice Balint,
Therese Benedek, Berta Bornstein, Erich Fromm, Angel Garma, Martín Grotjahn, Abram
Kardiner, Sandor Rado, Rene Spitz, Heinrich Winnik y otros...Estas circulares tenían en sus
dos primeros años de su existencia un carácter claramente político” (Hajer, 2006, párrafo
16)
El punto de partida –el año 1933- no es casual, pues coincide con el ascenso al
poder del partido Nacional Socialista, legitimado por las elecciones que terminaron en
Alemania con la República de Weimar y el nombramiento de Hitler como Cansiller del
Reich por el presidente Hindemburg.
El ascenso al poder del partido nazi incluía sus políticas racistas. Su cosmovisión
altamente centralista en lo político y exigente de una obediencia alineada autoritariamente
con la figura de su “Fürer” (“Jefe”, en su traducción directa del alemán). Estos rasgos
caracterizaron la política alemana durante los siguientes once años.
Por otra parte, las ideas racistas y eugenistas no resultaban exclusivas de los
nazis y en estricto rigor, tampoco constituían una novedad en Europa ni en otros lugares del
mundo como se podrá observar: “Durante los diez primeros años del tercer Reich, los
eugenistas en todos los Estados Unidos acogieron los planes de Hitler con placer y alegría,
como la realización lógica de sus propias décadas de investigación y esfuerzo. De hecho, se
volvieron envidiosos cuando Hitler comenzó a esterilizar a centenas de miles y,
sistemáticamente a eliminar a los no arios de la sociedad alemana. Diez años después que
el estado de Virginia promulgara su ley de esterilización en 1924, Joseph Dejarnette,
superintendente del Western State Hospital de Virginia, reclamó en el Richmond Times-
Dispatch: “los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego”. (Black, 2003, Pg.
447)21
Uno de los proyectos más ambiciosos del eugenista Davenport se llamó “el
proyecto Jamaica”, el cual consistía en una recolección de datos antropométricos y
familiares de miles de personas, buscando comparar razas blancas, no blancas y mestizos.
21
Traducción libre del portugués.
21
Hasta aquí nada parece tener de extraño, pero el proyecto Jamaica tuvo una característica
particular: “Por primera vez, la información personal y los rasgos genéticos fueron
grabados en las máquinas Hollerith, de procesamiento de datos de la IBM”. La
Internacional Business Machines sería el compañero perfecto de la eugenesia. Su relación
continuaría por al menos un par de décadas, prestando todo su apoyo al programa eugenista
de Davenport y por su intermedio al de exterminio nazi en la propia Alemania al otro lado
del mar.22
Cabe señalar como las mezquindades vinculadas a las defensas propias de la clase
media, encuentran en esta mixtura tan particular, no una decidida expresión en la ideología
nacional socialista, sino más bien en una cooptación a partir del logro del consenso en sus
medidas concretas. Esto como veremos, parece haber ido sumiendo al pueblo alemán,
paulatinamente en una conspiración del silencio. En un reciente estudio, Alf Lüdtke
demuestra basándose en las cartas enviadas por los soldados alemanes desde el frente de
22
Black, 2003, P. 463; Roudinesco, 2005, Pg. 33
23
Traducción libre del portugués.
22
batalla a sus familias que “en realidad la mayoría de la gente ‘aceptaba de buena gana’ a
Hitler y que compartía en gran medida sus objetivos: a saber, el reestablecimiento de la
grandeza del Reich y la ‘limpieza’ de los supuestos ‘extraños’ que había en la política y en
la sociedad”. (Gallately, 2002, Pg. 16)
Mientras el canciller Hitler siguiera empleando ese tono, “las asociaciones médicas
nacionales y locales, no tendrían ningún inconveniente en obligar a los judíos a renunciar a
sus puestos. Algunos ayuntamientos y administraciones regionales, actuando desde la
ilegalidad y anticipándose a la legislación antijudía todavía por venir, expulsaron del
escalafón a los médicos hebreos que trabajaban en el sector público” (nótese que esto
ocurre sin coerción evidente o violenta de parte del Estado, como sí ocurrirá más adelante
cuando la situación llegue a un punto de no retorno y la concentración del poder en la
dictadura haga imposible cualquier forma de oposición). “La pacificación” de las
asociaciones médicas se llevó a cabo mediante la disolución de las ya existentes y su
sustitución por otras dominadas por los nazis. “Aunque es posible que los médicos se
sintieran más controlados de lo que hubieran querido en la nueva Alemania, las nuevas
medidas no contaron prácticamente con ninguna oposición”. (Gallately. 2002, Pg. 49)
La situación no sería tan distinta en otros países como Gran Bretaña o los Estados
Unidos, donde las agrupaciones médicas pusieron severas restricciones al ingreso de
médicos provenientes de Europa Central y persiguieron el ejercicio de psicoanalistas no
médicos (legos, según se los llamaba en esa época). La siguiente cita resulta patéticamente
ingenua, pero igualmente reveladora: Cuando Lord Dowson, Presidente de la Royal
College of Physicians (Colegio Real Médico), visitó al ministro del interior en noviembre
de 1934, admitió que en Gran Bretaña quizás hubiera lugar para algunos médicos
refugiados especialmente distinguidos “pero”, como él mismo agregó, “la cantidad de los
23
que podrían ser asimilados con utilidad o considerados capaces de enseñarnos algo podía
contarse con los dedos de una mano”.( Steiner, 2003, Pg. 23)
Por otra parte, el año 1933, distaba poco de la gran crisis del 29 y la situación
económica general de las naciones hacia las cuales los analistas exiliados pudiesen emigrar
no era la más favorable.24 Según la doctora J. Stross (la pediatra que acompañó a Freud a
Londres), “no fueron por cierto más de cien los refugiados Judíos con formación médica a
quienes la British Medical Association aceptó entre 1933 y 1939” (Steiner, 2003, Pg. 23)
Poco más tarde, haciendo gala de lo que luego fundaría las bases de la utilización de
la prensa en la formación y cambio de actitudes sociales en función de la política, Hitler
agita el temor social canalizándolo contra un enemigo a la vez, luego, ya formado el
consenso actúa y luego, como era habitual (aunque poco sabido hoy día) efectuaba un
plebiscito para conocer la opinión de los ciudadanos sobre lo que acababa de hacer.
Gallatelly escribe: “Inmediatamente después del nombramiento de Hitler, los periódicos
nazis hicieron creer que los comunistas sedientos de sangre, fomentaban la revolución en
las calles. Ya el 4 de febrero de 1933, con el pretexto de poner coto a esas actividades, se
promulgó un decreto presidencial “para la protección del pueblo alemán”. (Gallatelly, 2002,
Pg. 33) Aunque resulta poca cosa si se la comparada con los métodos utilizados
posteriormente, la medida incluía una restricción de la libertad de expresión, permitía
ciertas formas de censura, prohibía algunas publicaciones y declaraba ilegales las reuniones
y manifestaciones cuando la policía considerara que constituían una “amenaza directa para
la seguridad pública”.
24
Steiner, 2003, Pg. 48.
25
Protestante o Calvinista que sufrieron la persecución católica en la Europa del siglo XIV.
24
comunistas. Junto a estas noticias aparecían informaciones en el sentido de que “las
autoridades policiales locales se encargaban de reprimir a los rojos y de hacer una
depuración de todo aquel miembro del cuerpo [de policía] acusado de marxista o de
simpatizar con el marxismo” (Gallately, 2002, Pg. 33)
Con el pretexto de poner fin al “sangriento terror rojo”, las acciones de la policía
fueron dirigidas contra el KPD, realizando millares de detenciones. Se produjeron redadas
de comunistas por todo el país, a veces basadas en listas confeccionadas por la policía de
Weimar con anterioridad al nombramiento de Hitler. Durante el mes de marzo, los medios
masivos de comunicación informaron de un éxito policial tras otro, “sin que en ningún
momento se intentara ocultar el hecho de que los detenidos eran enviados sin juicio a
campos de concentración. Los informes publicados en la prensa no nazi hacían hincapié en
que la mayoría de los prisioneros de los campos como el que se inauguró en Dachau,
(comunistas y otros líderes marxistas), eran retenidos transitoriamente en este tipo de
campos, porque las cárceles normales estaban llenas a rebosar”. (Gallately, 2002, Pg. 35)
25
necesarios para proteger la seguridad pública y la propiedad privada frente a los
comunistas. Las SA en su calidad de policía auxiliar, se encargaron de la salvaguardia de la
ley y produjeron víctimas inocentes que fueron condenadas a prisión preventiva y
encerradas en cámaras de tortura privadas. El novelista Georg Glasser, militante comunista,
recuerda que, tras el nombramiento de Hitler como canciller, no tardaron “en encontrarse
cadáveres en los bosques circundantes, sin que nadie se atreviera a decir que sabía nada de
ellos. Desaparecían personas misteriosamente y sus mejores amigos no tenían el valor de
preguntar dónde estaban. Eran rarísimas las veces que…se dejaba oír un grito, un doloroso
murmullo; se les prestaba menos atención que a los simples accidentes de tráfico”.
(Gallately, 2002 Pg. 34)
26
Capítulo II
2.- ¿Qué es lo que queda del psicoanálisis después de esto, qué es lo salvado?
3.- Finalmente nos proponemos interrogar otra cuestión sobre las consecuencias de todo
esto ¿Es posible pensar que el psicoanálisis posterior en Latinoamérica (formado a partir de
estos mismos personajes involucrados) podría haber heredado algunas de las cuestiones no
tramitadas de aquella época?
26
Alineamiento, ordenamiento..
27
Visión de mundo o cosmovisión en su traducción literal del alemán.
28
“Mi Lucha”, en su traducción directa del alemán.
27
logro del (völkisch- historical becoming) bienestar histórico del pueblo, por ejemplo: El
logro de los ideales nazis de sangre y suelo, mística purificación de la raza y alma aria de
la contaminación de la degenerada sangre, genes y espíritu judíos, en su marcha hacia la
dominación mundial. Esta ideología había ya sido planteada durante la República de
Weimar por el jefe ideológico nazi Alfred Rosenberg, sentenciado a muerte en los juicios
de Nuremberg, la sexta edición de cuyos “Myth of the twentieth Century” (Mitos del Siglo
Veinte) fue publicada en 1933. Ambos, Mein Kampf y Myth dan expresión a una mitología
racial irracional y a una visión de mundo basada en los viejos relatos y cultos germánicos,
en los tardíos actos de ocultismo austriacos y alemanes de racismo y en una larga tradición
europea de religiosidad secular y antisemitismo. Esta se extiende entre las masas y entre los
intelectuales, profesores y estudiantes como fuego en estado salvaje. Uno de sus primeros
conversos a esta nueva weltaschauung fue nada menos que el gran filósofo del siglo pasado
nacido el mismo año que Hitler, en 1889, Martin Heidegger. En 1933 como miembro
acreditado del partido nazi, el nuevo rector designado de la Universidad de Freiburg, M.
Heiddeger proclama los principios del alineamiendo (gleichschaltung), ordena cantar la
canción de Horst Wessel 29, el himno nazi, y vocear el Seig Heil, el saludo nazi y aparecer
en camisa parda tal como las miembros del partido nazi para recibir las instrucciones de
la rectoría. La evaluación que hiciera Benedetto Croce de este discurso fue: “Estúpido y
servil…sus especulaciones filosóficas … vacías, aunque exitistas…él deshonra la
filosofía”(traducción libre del ingles) (Lothane, 2003, Pg.88)
Esa misma primavera, los libros de Freud son quemados en piras públicas
motejados de ser “libros judíos que encarnan un espíritu anti-alemán”, mientras se lanzaban
gritos contra la exageración de los impulsos instintivos destructores del alma y de la
dignidad del alma humana”30 Este es el contexto en que los miembros directivos de las
sociedades psicoanalíticas de Berlín, Viena y Londres, pensaban “salvar al psicoanálisis”.
Bernd Nitzscke se pregunta en su trabajo “Psicoanálisis and Nacional Socialism” “¿Qué
pasó al psicoanálisis bajo Hitler? ¿Fue salvado o destruido?”.
29
Horst Wessel fue un miembro del partido Nacional Socialista, autor de la letra del himno Die Fahne Hoch
(la bandera en alto), también conocido como Horst Wessel Lied (Canción de Horst Wessel) de dicho partido.
30
Lothane, 2003, Pg.88; Steiner, 2003, Pg. 25.
28
Stainer señala: “En este punto es preciso que subraye la existencia de una inquietud
generalizada por el psicoanálisis como institución y la preocupación que su futuro pudiera
peligrar si todos sus miembros, ya tan cargados y angustiados, por la posibilidad de tener
que partir, emprendían una huida repentina. Una circular redactada por Anna Freud el 29 de
marzo de 1933, da indicios sobre los puntos de vista de algunos de los que permanecían en
Berlín. En efecto, aunque muchos ya se habían Marchado, otros como Simmel y Eitingon,
continuaban tranquilamente con su trabajo. “Partir es una solución excesivamente fácil y
uno deja demasiadas cosas en la estacada. Si es expulsado, entonces no queda otra
solución”. (Steiner, 2003, Pg.33)
Ecos de estos puntos de vista también se encuentran en una carta de Jones dirigida
a Brill (Presidente de la Asociación Psicoanalítica de Nueva York), escrita el 25 de
septiembre de 1933: “En estos días Eitingon visita Palestina. Vuelve a Berlín a principios
de noviembre para poner en orden sus cosas y regresar de manera permanente a ese lugar.
Su relativo aislamiento allí será una pérdida considerable para nosotros, aunque en realidad
había mucha oposición a él en el grupo de Berlín”. (Steiner, 2003, Pg.34)
Pero cuales eran estas circunstancias de rechazo a Eitingon a las que se refiere
Jones. “En abril de 1933 en Viena Félix Boehm (un psicoanalista alemán de la Sociedad
Psicoanalítica Alemana, no Judío), se reunió con Freud para discutir el asunto de la nueva
directiva para la DPG. Freud concuerda con que Boehm (junto con Carl Müller-
Braunschweig) deberían hacerse cargo de la presidencia en reemplazo de Max Eitingon,
quien prontamente emigraría a Palestina. En todo caso Boehm debía reunir dos
condiciones: primero, debía expulsar a Wilhelm Reich, a quien Freud veía como un
atacante “bolchevique” desde la DPG; segundo, debía prevenir, durante el período de
dominación del nacional-socialismo a los “oponentes internos tales como Schultz-Hencke”,
29
quien criticaba la teoría de la libido de Freud “tomando ventajas del Instituto para poner a
sus teoría en juego”.31 (Nitzschke, 2003, Pg. 99)
Los “ajustes” a los que debió someterse el psicoanálisis, rara vez parecen haber sido
menores o cosméticos. Por ejemplo, en el caso de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín, las
presiones que obligan a la renuncia de su director, de origen judío, dejan al resto de la
institución en una condición de precario ajuste con la realidad. Max Eitingon no sólo era
Director del Instituto Psicoanalítico de Berlín, sino que había sido Presidente de la
Asociación Psicoanalítica Internacional. Con motivo del décimo aniversario del Instituto, el
propio Freud escribe un prólogo del folleto que se imprimió con este motivo: “En las
páginas siguientes se encontrará una reseña de la organización y la obra del Instituto
Psicoanalítico de Berlín, al cual le ha correspondido en el movimiento psicoanalítico tres
funciones de importancia: primera, la de poner nuestra terapia al alcance de aquellas
grandes masas de seres humanos que sufren bajo sus neurosis en igual medida que los ricos,
pero que nos están en la situación de poder solventar su tratamiento; la segunda, la de crear
un centro en el cual pudiera impartirse la enseñanza teórica del psicoanálisis y transmitir la
experiencia de los psicoanalistas más viejos a los alumnos afanosos de aprenderla;
finalmente, la de perfeccionar nuestro conocimiento de las enfermedades neuróticas y de
nuestra técnica terapéutica merced de su aplicación y su aplicación bajo nuevas
condiciones.
La creación de tal Instituto era imprescindible, pero habría sido infructuoso esperar para
ello el auxilio del Estado o de la Universidad. Tal vacío fue colmado por la energía y la
abnegación de uno solo entre todos los analistas. El doctor Max Eitingon, actual presidente
de la Asociación Psicoanalítica Internacional, creó este Instituto, hace ahora diez años, de
su propio peculio, lo mantuvo desde entonces y lo dirigió con su esfuerzo personal. La
rendición de cuentas de este primer decenio que ha cumplido el Instituto de Berlín
constituye un homenaje a su creador y director, representa un intento de expresarle pública
gratitud. Todo aquel que se sienta en algún sentido partícipe en el psicoanálisis no vacilará
en adherirse a este agradecimiento” (Freud, 1981, Pg. 3219).Pocos años más tarde, Max
Eitingon renuncia “voluntariamente” dirá Ernest Jones. Cabe preguntarse si tal renuncia
puede considerarse voluntaria y cuales fueron las repercusiones que la renuncia de un
personaje de esta envergadura produjo al interior del Instituto y de la misma IPA
(Asociación Psicoanalítica Internacional).
Veamos que ocurrió sin embargo cuando Bohem regresa a Berlín: “Boehm regresó
para implementar la estrategia discutida con Freud. El 6 de mayo de 1933, en el
cumpleaños de Freud, Boehm y Müller-Braunschweig se presentaron a si mismos ante la
reunión plenaria como candidatos a la presidencia de la sociedad en reemplazo de Eitingon,
y fueron rotundamente derrotados. La mayoría de los miembros de la DPG, incluido
Harald Schultz-Hencke, votaron en contra de los dos candidatos y confirmaron una vez más
a Max Eitingon (en su cargo) justo unos días antes de la quema de los libros de Freud en las
calles. Ese sería uno de los últimos actos de abierta resistencia de parte de la DPG. Medio
31
Resumen de una carta escrita por Freud al propio Eitingon fechada el 21 de marzo de 1933.
30
año más tarde, el 18 de noviembre de 1933, Boehm y Müller-Braunschweig tuvieron éxito
en su segundo intento tomando el control de la DPG.” (Nitzschke, 2003, Pg. 99)32
Me parece evidente, en todo caso, que las intenciones que movían a Freud más
conscientemente eran las de “salvar al psicoanálisis”. No obstante quizás resulte
clarificador, observar algunas de las consecuencias inmediatas de tales medidas.
32
traducción libre del inglés
33
Nitzschke. 2003.P. 100.
31
llegado a ser bastante grande. La gente teme que las extravagancias nacionalistas de
Alemania, puedan extenderse a nuestro pequeño país. Se me ha aconsejado incluso que
huya de inmediato a suiza o a Francia. Esto no tiene sentido; no creo que exista peligro
alguno aquí. Si me matan, bueno. Es una suerte como cualquier otra. Pero probablemente
esto no es más que una bravata de poca monta”. (Jones, 1985, Pg. 529).Citando este mismo
párrafo, Marie Langer agrega: “Nosotros, los jóvenes politizados, pensábamos distinto”.
(Langer y otros, 1987, Pg. 67)
Max Eitingon por su parte, tenía opiniones muy diferentes sobre las cuestiones
relacionadas con Boehm y Müller-Braunschweig. En sus cartas se refiere a estos temas
candentes y a sus trágicas consecuencias. El 21 de abril del 33 escribe una carta a Freud en
que acusa a Boehm de intentar manipular la situación en Berlín durante su ausencia:
“Tenerlo como representante de nuestra institución Alemana es, desde luego una
desventura”. (Steiner, 2003, Pg. 58)
Tenemos que recordar que estas opiniones se ventilaban durante los primeros
meses en que Boehm y Müller-Braunschweig tenían que vérselas de manera oficial con la
batería de restricciones impuestas por los nazis a las profesiones médicas, que impedían
efectivamente su ejercicio a los judíos. Steiner agrega: “los dos analistas alemanes
afirmaban explorar lo que podía hacerse para salvar y preservar el Instituto Psicoanalítico
de Berlín y el psicoanálisis alemán en general” (Steiner, 2003, Pg. 59)
34
Steiner, 2003, Pg. 59.
32
de izquierda Klara Happel, se permitiera a todos los que no eran “tan masoquistas” para
permanecer y habían decidido en cambio abandonar la nueva organización alemana, la
afiliación directa a la IPA, al menos hasta el próximo Congreso Psicoanalítico
Internacional, en el cual podría tomarse una decisión apropiada sobre el destino de estos
analistas, en caso de que no hubiesen solicitado su incorporación a otras sociedades
psicoanalíticas. Jones, desde luego, se opuso a esta idea cuando se enteró de su existencia,
“ya que los estatutos de la IPA, no lo preveían” y él temía que, de aplicarse la propuesta,
“generara una situación muy caótica” 35
Ahora bien, veamos qué consecuencias trajo el apoyo recibido por Boehm y Müller-
Braunschweig de parte de Jones, Anna y Sigmund Freud. “Boehm y Müller Braunschweig
informaron no sólo a Jones sino a la IPA de las medidas que estaban desarrollando
orientadas a que la DPG cumpliera con las exigencias emanada de la nueva situación
política en Alemania. Es de notar que ya el año 1934, los miembros de la Sociedad
Psicoanalítica Alemana (DPG) fueran empujados a participar en masa en el Congreso de
Psicoterapia celebrado en Nauheim el cual se desarrolló entre el 10 y el 13 de mayo,
durante el cual se discutieron detalles del establecimiento del grupo profesional de
terapeutas” (Nitzschke, 2003 Pg. 100)
Pero qué era lo que se estaba presionando para que los psicoanalistas alemanes
integraran, ¿se referiría a una mancomunión de sociedades?, ¿se buscaría crear una
35
Ver carta de Jones a Eitingon fechada el 15 de diciembre de 1933).
36
Traducción libre del inglés
37
“Ciencia del alma” en su traducción literal del Alemán.
33
confederación, o tal vez obtener una mera declaración en que se apoyara explícitamente al
régimen? Si estos fueran los casos, no parece profundamente contradictorio con al menos
el ejercicio clínico o la enseñanza privada del psicoanálisis, pero como se verá, lo que se
buscaba era profundamente más grave. Kurt Gauger frente al congreso de Nauheim (1934)
expresó su definición de “psicoterapia alemana: “El sentido e intención de mi presentación
es política, desde el momento mismo en que estoy parado frente a ustedes en uniforme de
soldado político, de hombre de las S.A. Los psicoterapeutas han sido llamados no sólo a
obedecer al nuevo régimen, sino a identificarse con él basados en una profunda convicción
interior”. (Nitzschke, 2003, Pg.101)
Por su parte, por aquella época, Müller-Braunsweig, redacta una declaración cuyo
propósito (siempre dentro de las maniobras para “salvar al psicoanálisis”) era explicar las
verdaderas intenciones del psicoanálisis a fin de calmar los crecientes recelos de los nazis
“...El psicoanálisis se esfuerza por hacer de debiluchos ineptos, seres humanos eficaces,...a
los fantasiosos alejados de la vida real los transforma en seres humanos que desean tener la
realidad antes sus ojos, a los seres entregados a sus pulsiones, los convierte en seres
capaces de controlarlas, hace de hombres incapaces de amar y egoístas, seres plenos de
amor y de aptitud para brindarse en sacrificio, a los seres desinteresados en la vida de todos,
los convierte en siervos del universo. Por todo ello, realiza una formidable tarea educativa y
sirve a los actuales lineamientos de una concepción de la vida heroica realista y
constructiva” (Hajer, 2006, párrafo 21). Estas líneas aparecieron el 22 de octubre de 1933
en Reichswart un boletín de propaganda dedicado a la ideología del nacionalsocialismo
“Una contribución al tópico del psicoanálisis y la Weltanschauung”. (Nitzschke, 2003,
Pg.101)
Y cuál fue el resultado de esto: “Pero el sistema nazi no se conformará con esta
declaración de principios, poco después dirá que no puede realizarse docencia sin un
permiso especial; que tampoco podrían trabajar judíos extranjeros en la Policlínica (para
ese entonces la Policlínica Psicoanalítica de Berlín, cuyo Director Eitingon –también
judío- se preparaba para emigrar, recibía aún muchos candidatos extranjeros en formación),
por lo cual Boehm se vio “obligado” a hacer renunciar a algunos de los psicoanalistas que
allí atendían , y solicitar el permiso de enseñanza correspondiente”.(Hajer, 2006, párrafo
22)
Jones, tenía su política, con la cual concordaba plenamente con Freud. En palabras
de Steiner: “Sus esfuerzos políticos se concentraban sobre todo en defender y preservar la
institución a cualquier precio y garantizar la supervivencia de todas y cada una de las
sociedades psicoanalíticas que atravesaban dificultades. El psicoanálisis experimentaba un
rápido, pero frágil crecimiento, e impedir las escisiones, la fragmentación o la completa
desaparición, era algo que había preocupado a Jones a lo largo de todo su desempeño como
presidente de la IPA, aún antes de la crisis provocada por el advenimiento de los nazis” 38
38
Steiner, 2003, PG. 42; Dubcovsky, 1984, PG. 159
34
Pero ¿qué se puede entender por “a cualquier precio”?, ¿qué será lo que resta de
psicoanálisis frente a estas declaraciones? ¿Psicoanálisis tendría de título, por el
reconocimiento de alguna autoridad en algún documento?
39
traducción libre del inglés.
35
Capítulo III
La expulsión de Reich
Antes de continuar quisiera hacer una precisión metodológica. La discusión sobre la
expulsión de Reich, parece haber caído en los mismos extremos señalados anteriormente, es
decir, en la negación y santificación de los dirigentes de la IPA y de Freud mismo o bien en
una discusión partidista, que demoniza a quienes participaron en aquella época
confundiéndola con los nazis.
Los comentarios que haremos más adelante sobre Reich, están menos centradas en
su figura o en la bizantina discusión de si se encontraba o no enajenado mentalmente. Lo
que nos interesa son sus planteamientos políticos, así como la política que la sociedad
psicoanalítica desplegó hacia él, pero también hacia Rado, y al mismo Fenichel, aún
después de su emigración. Como vemos, la línea que cruza estas referencias tiene que ver
nuevamente con la pregunta de sí será tan efectivo que el psicoanálisis mantuvo en su
relación con otras instituciones esta supuesta neutralidad que reclama para su propia
ciencia. De allí cabe preguntarse, si los miembros de la sociedad psicoanalítica, habiendo
sido reconocidos como miembros de la sociedad (vienesa o berlinesa) , son luego
marginados mediante el empleo de subterfugios, debido a razones políticas ¿no responde a
medidas políticas desplegadas estratégicamente con fines y objetivos organizacionales en
un momento histórico particular? ¿No es eso el ejercicio más claro de la política?
Schultz- Hencke criticaba los conceptos que consideraba vagos y mal definidos de
la Teoría Freudiana, así como de la especulación sobre la cual se fundaba la teoría, en
36
particular la teoría pansexualista de la libido. No obstante, después de la guerra éste tipo de
afirmaciones le fueron una y otra vez echados en cara para demonizarlo.
Las ironías de la vida hicieron que este artículo del que no había quedado rastro,
fuese hallado en una publicación periódica llamada “Psicología Política y Economía
Sexual, editada desde el exilio por Wilhelm Reich”. (Nitzschke, 2003 Pg. 103)
El mismo Reich quien terminara sus días perseguido por la DEA Norteamericana.
Boehm convence a los funcionarios nazis la oposición existente entre los postulados
de Reich (quien estaba entre los listados de personas buscadas por la GESTAPO) y la
visión del psicoanálisis representada por Freud y por la DPG. “Era sabido que Reich
frecuentemente aparecía como comunista y como psicoanalista y presentaba sus puntos de
vista como si fuesen conclusiones del psicoanálisis. Las circunstancias de que esta visión
prejuiciosa (que los planteamientos de Reich fuesen compartidos por Freud y la DPG.)
[fuese difundida] me obligaban a combatirla”. (Nitzschke, 2003, Pg. 103)
37
Sus esfuerzos fueron exitosos. El partido nazi pidió que estas aclaraciones fuesen
puestas por escrito “a fin de evitar que las actividades del psicoanálisis fuesen prohibidas en
el Estado Nacional Socialista”. (Nitzschke, 2003, Pg. 103)
Sus problemas parecen haber comenzado durante su segundo análisis con Paul
Federn. En una época en que poco o nada se sabía sobre contratransferecncia. Según los
documentos revisados parece ser que Federn desarrolló una fuerte contratransferencia hacia
Reich “ignorando todas las modernas reglas sobre confidencialidad, en relación a
abstenerse de hacer comentarios a otros sobre los pacientes. En lugar de esto, Federn pasó
años intentando convencer a Freud para que lo expulsaran. Federn no sabía que la
contratransferencia podía tener que ver con los fenómenos allí envueltos. Consideraba a
Reich loco y trataba de esforzarse para que lo expulsaran. Es importante señalar que Freud
no prestó atención a esto hasta que años más tarde (1930) se levantaron otras voces, en
contra de Reich, en especial la de Anna Freud” (Reich, 2003, Pg. 110)
Freud estaba muy preocupado que las actividades de Reich pudieran llevar a que el
psicoanálisis fuese confundido en las mentes de las personas con el comunismo.
En dicho artículo, sin embargo Reich atacaba el instinto de muerte, una teoría que
Freud había desarrollado por aquellos años. Como comunista que era Reich, sostenía que
no podía existir tal instinto de muerte, ya que los problemas de las personas eran en última
instancia producidos por la sociedad. Freud pensó entonces que la refutación de su teoría
del instinto de muerte, venía orquestada desde el comunismo.
Anna Freud analizaba a la esposa de Reich. Ella también inició una campaña
incesante en la que intentaba convencer a Jones de la necesidad de expulsar a Reich.
También empleando información confidencial obtenida de este análisis, traspasó esta tanto
a Freud como a Jones. Esta situación se acentuó cuando Reich, luego de abandonar
38
Alemania el año 1933, llegó a Viena arengando a las masas revolucionariamente contra el
nazismo. Anna pensaba que “no debían mezclarse política y psicoanálisis” (Reich, 2003,
Pg. 110). Sin embargo sostenía esto mientras desplegaba una política del psicoanálisis en su
búsqueda de expulsión de Reich. Es muy probable que existieran otras razones del carácter
de Reich que facilitaran esto, sin embargo junto a ello, parece evidente que Anna despliega
una política en representación del psicoanálisis en relación a otras instituciones, es decir en
el despliegue mismo de la actividad política.
Finalmente Jones se reúne con Reich. “Pareció agradarle y dudó sobre qué
definición adoptar”. En un principio defendió el derecho de las personas a tener opiniones
políticas, lentamente comenzó a aproximarse a las opiniones de Anna. ¿Podríamos pensar
que también tendría algún papel en esto el apellido de ella y su propia posición al interior
de la IPA?
Al ver estos titubeos, Anna “le revela asuntos privados del psicoanálisis que llevaba
con la esposa de Reich” (Reich, 2003, Pg. 111). Jones asume, después de esto, una decidida
campaña en que escribe al gobernador Danés (donde Reich transcurría su exilio) para
“advertirlos” sobre él. Freud también escribió a la Asociación Psicoanalítica Alemana para
que expulsaran a Reich, privándolo de su membresía. El miedo de ambos (Freud y Jones)
era que el psicoanálisis fuese confundido con el comunismo. Después de esto y en contra
de su posición tan británicamente tolerante, comenzó a sostener en público “que el
psicoanálisis no debía mezclarse activamente con política”. (Reich, 2003, Pg. 111)
Parece ser que tal como lo sostiene Fallen & Nitzschke, Freud, Jones y como el
mismo Winston Churchill pensaban en aquella época (1934), consideraban al comunismo
como la principal y mayor amenaza que se cernía sobre ellos. ¿No es esto acaso una
opinión política, que luego se traduce en una política de la IPA? ¿Acaso esto no se traduce
luego en su relación para con las demás instituciones (en este caso con los nazis) y hacia
sus propios miembros?
40
Fallend, 1988.
39
Anna Freud era parte del comité ejecutivo de la IPA y Jones era su presidente, no
actuaban por tanto como miembros en actitud de expresar opiniones personales, sino, por el
contrario, lo hacían en el ejercicio pleno de sus cargos.
Sus respuestas a Reich fueron elusivas. Jones formalmente respondió diciendo que
no tendrían ningún inconveniente en aceptarlo nuevamente en la IPA en tanto fuese
miembro de una organización local “mientras Jones había tomado contacto con todas las
asociaciones miembros de la IPA haciéndolas concordar en que no aceptarían su
incorporación. Así Reich que venía de ser expulsado de Dinamarca, emigró a Suecia, donde
formó parte de una asociación psicoanalítica local, la cual se desarrolló con su ayuda. Esta
asociación no fue admitida en la IPA, luego que rechazaran la imposición de tener que
expulsar a Reich de sus filas. Cuando posteriormente Reich emigra a Noruega, la IPA
rechazó la incorporación de la Sociedad Noruega de Psicoanálisis con Reich dentro de
ellos. De este modo Reich nunca más recuperó su afiliación psicoanalítica formal, lo que
según sus biógrafos parecía ser un asunto muy significativo para él”. (Reich, 2003, Pg. 109)
El “ala izquierda del psicoanálisis se sintió amenazada. También ellos temían ser
expulsados. Este grupo liderado por Fenichel, sin embargo, decidió mantener un bajo perfil
y aceptar ser tratados como “el hijo pródigo que regresa al hogar” (Reich, 2003, Pg. 113)
41
Reich, 2003, Pg. 113; Jones, 1985, Pg. 536.
40
El argumento tan facilista de justificar los hechos basados en la locura de Reich,
hecha sombras sobre el modo en que la sociedad psicoanalítica trata sus conflictos
internos, tramita sus crisis, actúa políticamente. En resumen, parece ser que la
confidencialidad es rota cuando afecta los intereses de la sociedad psicoanalítica puesta
ahora por encima de otros valores. Por otra parte, intenta tergiversar hechos apoyándose en
cuestiones administrativas; establece presiones para que sus miembros actúen de acuerdo a
lineamientos políticos vinculados a las visiones políticas de sus directivos, lo cual no parece
ser el resultado de acciones colegiadas.
Capítulo IV
Esta misma actitud es recuperada por el relato de René Laforgue, quien recuerda la
siguiente conversación que sostuvo con Freud: “Deseo relatarles una conversación que
sostuve con Freud al comienzo de 1937. Fui a Viena en parte para alertar a mis amigos del
inminente peligro de la Anschluss (anexión de Austria por Alemania) y para convencerlo
de dejar Austria a tiempo. Después de presentar a Freud mis puntos de vista, respondió
haciendo un gesto de desdén: “No es de los nazis de quienes tengo miedo. Más bien
ayúdeme con mi mayor enemigo”. Ante mi pregunta “¿Cuál gran enemigo?” Freud
Respondió: “Religión, la religión católica es lo que odio”. Esta fue la respuesta de un
hombre de más de ochenta años quien debía su seguridad a los católicos austriacos...Estas
palabras fueron pronunciadas por él en la víspera de ser conducido fuera de Viena y en un
momento tan trágico para su destino y el de Europa, el cual él parecía incapaz de asir
(comprender)”.42 (Lothane, 2003, Pg. 87)
42
traducción libre del inglés.
41
esto he decidido omitir citas y fundamentos que serán expuestos con mayor detalle más
adelante.
Pero volviendo a Austria; no obstante los eufemismos empleados por los nazis, que
han difundido propagandísticamente la idea de que la anexión de Austria por Alemania fue
producto de un plebiscito informado “unos días antes del plebiscito entraron las tropas
Alemanas en Austria. Ese fue el inicio del exilio”. (Langer y otros, 1987, Pg. 81)
Marie Langer recrea así el período previo a la “anexión” en Viena: Tal vez no sea
demasiado difícil retrotraernos, aquí, en Viena, a esos años 30 anteriores a la gran
catástrofe. ¿Pero cómo revivir el clima? La Wiener Vereinigung (Asociación Vienesa)
trabajaba de lleno, con pleno entusiasmo, aunque con sus miembros muy afligidos por la
enfermedad de Freud. Para ellos no existía un mundo sin Freud. Y juzgaban lo que pasaba
en el mundo en función del análisis. Confiaban en que bastaba con que fueran
suficientemente cautelosos para sobrevivir con él. Esperaban a pesar de todas las señales, la
misma estabilidad en la cual había transcurrido la mayor parte de sus vidas, hasta la guerra
y la revolución”. (Langer y otros, 1987, Pg. 65-66)
43
Traducción libre del inglés.
42
de abstinencia política, acompañada de autocensura [...] Después de 1934 la visibilidad
pública del psicoanálisis así como sus posibilidades de compartir sus desarrollos en
educación y cultura, decrecieron. La “cultura del psicoanálisis”, la cual había sido
influyente en el medio Vienes fue limitada fuera de los confines de la sociedad
psicoanalítica. Con tales eventos políticos afectando al psicoanálisis, particularmente a su
teoría y crítica de la cultura, no sólo perdió la influencia que había tenido, sino que también
se debilitó significativamente hacia el interior de la misma sociedad psicoanalítica”.
(Reichmayr, 2003, Pg. 120.)
Otto Fenichel, quien había sido forzado a emigrar desde Berlín hacia Oslo en 1933, escribió
en una de sus circulares: “En Viena, donde todos tienen un miedo justificado, lo siguiente
sucedió recientemente: un candidato fue apresado por razones políticas y luego de algunas
semanas fue nuevamente puesto en libertad. El caso produjo una fuerte tempestad y
acalorados debates al interior de la directiva sobre cómo se debía reaccionar en tal caso.
Finalmente se adoptó el compromiso y- esta es mi opinión- no se puede culpar mucho a la
directiva en esta situación: los candidatos deben comprometerse mientras se encuentren en
sus análisis de formación, a no involucrarse en ninguna actividad ilegal”. 44
Me parece importante hacer notar como la palabra “ilegal”, reemplaza a otras como
ética, moral, legitimidad, etc. Es decir, parece ocurrir un desplazamiento reduccionista de la
autonomía en aras de la adaptación política a las circunstancias.
Marie Langer, era por ese entonces candidata en formación del Instituto
Psicoanalítico de Viena y debió atravesar por serios problemas debido a su participación
activa en política de oposición al régimen. Fenichel reportó en sus circulares el temor que
reinaba entre los psicoanalistas luego que Edith Jacobson, su amiga y colega, fue detenida
por la GESTAPO, cuando un paciente suyo fue detenido a la salida de su consultorio
acusado de pertenecer a un movimiento de resistencia”. (Reichmayr, 2003, Pg. 121)
Los psicoanalistas optaron por adaptarse. En una carta escrita a Lou Andreas-
Salomé, Freud menciona la apertura de un nuevo departamento donde podrán funcionar
como sociedad, dado que actualmente carecen de una sede y dice: “Trataremos de mantener
el lugar muy simple, pero de disfrutarlo tanto como podamos” 45 (Reichmayr, 2003, Pg.
121)
Disfrutarlo “tanto como podamos” esa era la motivación de Anna Freud. Tal vez
sirva de resumen a parte de las motivaciones que subyacían a la política de la coexistencia
con el nazismo. Pero nuevamente ¿Qué consecuencias trajo esto para el psicoanálisis?
Poco tiempo después, luego de la anexión de Austria a Alemania, las autoridades nazis
instalaron a un químico como Director de la Sociedad Psicoanalítica y poco después la
desmantelaron quedándose con el piso y todos los bienes de la Sociedad.
44
Reichmayr, 2003, Pg. 120; Dubcovsky, 1984, Pg. 159; Gifford, 1985, Pg. 267; Langer, 1989, Pg. 68.
45
traducción libre del inglés.
43
Hubo nuevamente unos intentos desde Berlín, para transformar lo que quedaba de la
Sociedad Vienesa en una subsidiaria de ella, pero los nazis lo rechazaron. Finalmente los
Nazis cerraron la puerta y luego arrojaron la llave.
“Bajo tales circunstancias Freud reunió a los psicoanalistas que quedaban y les dijo:
“Cuando Jerusalén y el templo fueron destruidos, los judíos rogaron al emperador que les
permitiera abrir su escuela del talmud en el extranjero. Eso es lo que haremos nosotros
también”. (Reichmayr, 2003,Pg, 121)
Poco tiempo después, el cuatro de junio de 1938 Freud debe partir al exilio junto a
algunos de sus familiares. Tres de sus cuatro hermanas que no pudieron o no quisieron
partir, murieron en campos de concentración. (Reichmayr, 2003, Pg. 121)
Para Doris Hajer: “algo fundamental del psicoanálisis se perdió durante esos años y
creo que no sólo en los países nacionalsocialistas sino en el psicoanálisis en general y en el
mundo entero... cuando se leen las Actas de la Asociación Psicológica, luego Psicoanalítica
de los miércoles de Viena; hay elementos de aquellas discusiones entre hombres al decir de
Anna Freud “peculiares, soñadores y sensitivos” que no existe más”. (Hajer, 2006, párrafo
6)
Después de la liberación de Austria se hizo cada vez más patente la herida abierta de
desconfianza entre los analistas exiliados y los analistas arios que permanecieron en Berlín
o en Viena. A los analistas judíos exiliados a partir de 1935 no se les invita a regresar.
Ninguna organización psicoanalítica o no, se manifiesta en tal sentido. “En el conjunto de
la vida pública, los partidos políticos se esforzaban por hacer olvidar lo que había pasado.
Lo que Mitscherlich ha caracterizado para Alemania Federal como una autodefensa
maníaca para la producción de un tiempo sin acontecimientos a través del milagro
económico” (Reichmayr, 2003, Pg. 93)
44
Capítulo V
45
De este modo, la DPG retiró su solicitud de retiro de la IPA y permaneció al interior
de dicha organización como la rama Alemana “libre de judíos y conformada por fieles
seguidores de la obra de Hitler “Mein Kampf”hasta su disolución en 1938.
Ese Göerin al que Jones se refiere como “una persona sumamente amable y
dúctil”, describe los principios básicos de cooperación de las distintas escuelas de
psicoterapia en el Instituto Alemán... como sigue: “Aquellos que hoy viven en el Estado
Nacional Socialista deben tener claro que se les requiere trabajar bajo condiciones
totalmente diferentes a aquellas que imperaban bajo el estado liberal tal como fue antes de
1933” (Nitzschke, 2003, Pg. 105)
Poco después Boehm se las arregló para viajar nuevamente a Viena. Freud le
planteó que expusiera la situación ante un número mayor. En la reunión –que se desarrolló
46
Traducción libre del inglés.
46
al día siguiente- asistieron Anna y Martín Freud (por entonces a cargo de la Verlag 47
Federn y Jeane Jampl-de Groot. Boehm habló durante tres horas hasta que “la paciencia de
Freud se agotó. Interrumpió la reunión con estas palabras: “¡Basta! Los judíos han sufrido a
causa de sus convicciones durante siglos. Ahora ha llegado el momento de que los colegas
cristianos sufran también por las suyas propias. No concedo ninguna importancia al hecho
de que mi nombre se mencione en Alemania, siempre y cuando mi obra sea presentada allí
en una forma correcta”. Después de decir esto se retiró del recinto”. (Jones, 1985, Pg. 535)
El desarrollo del ahora llamado Grupo A de trabajo del Instituto Göring (ya no se
llamará más Sociedad Psicoanalítica-) es tal que en 1938 podemos dar cuenta del siguiente
intercambio: “Al Ministro de Estado, Berlín: “La Asociación General Médica de
Psicoterapia” le agradece su gran interés en nuestro Instituto Alemán de Investigación
Psicológica y Psicoterapéutica y le asegura nuestro total compromiso en el sentido del
nacional socialismo.
Nos alegramos de encontrar tanta comprensión en tan altas esferas. La base de ello
la da nuestro Estado Nacional Socialista y nuestro Führer48. A él debemos que la Ciencia,
así como nuestro trabajo pueda desarrollarse sin interferencias. Hoy de mañana el siguiente
telegrama ha sido enviado: “En nombre del Instituto...” le doy a UD. mi Führer juramento
de fidelidad inquebrantable. Al mismo tiempo le anuncio que a través del Reichsärztefürer
(líder médico del Reich en su traducción directa del alemán) fue instaurado un “Instituto
de...” cuyo deber es su trabajo por la salud del alma y cuerpo de nuestro pueblo en el
espíritu del nacional socialismo”.(Hajer, 2006, párrafo 26)
47
Editorial en alemán.
48
Jefe en su traducción directa del alemán.
47
ario...contiene gérmenes creativos de un futuro aún muy prometedor...la raza judía tiene
según mi experiencia un inconsciente, que poco se puede comparar con el ario...el
inconsciente ario tiene un mucho mayor potencial que el judío...a mi modo de ver ha sido
un error de la psicología médica al utilizar categorías judías, que ni siquiera son atribuibles
a todos los judíos, a eslavos o a germanos cristianos. A través de ello ha condenado al
preciado secreto del alma germana, su alma creadora e intuitiva al lodo, de un modo infantil
y banal, mientras mi previsora voz fue durante decenios sospechosa de antisemitismo. Esta
sospecha provino de Freud. El no conocía el alma germana...¿Dónde estaba su fuerza (la
del alma germana) y empuje cuando aún no había nacional socialismo? Estaba escondida
en esa alma germana, en su profunda base que es todo menos el estercolero de los deseos
infantiles no realizados y los resentimientos familiares irresueltos...” Jung se extiende
sugiriendo eliminar las conceptualizaciones de Freud y Adler con sus “características
netamente destructivas”.(Hajer, 2006, párrafo 31)
48
Durante el año 1936 en el congreso de la IPA celebrado en Marienbad (actual
Chekia), en su discurso Jones dijo: “Tuve ocasión de estar en contacto con los líderes de la
DPG...Este año han ocurrido dos asuntos por cuya causa siento una profunda pena. En
enero la situación era tal para todos los miembros judíos que fue necesario que renunciaran
a su membresía a la sociedad...hace un mes atrás fue ordenado que la DPG fuese integrada
como la sección A del “Instituto Alemán de Psicología y Psicoterapia”. Con esto mantuvo,
junto a otras corrientes de psicoterapia, su independencia en vistas del trabajo científico y
técnico y esperamos que este siga siendo el caso”49 (Nitzschke, 2003, Pg. 106)
Pero luego de la derrota de los nazis hacia fines de la Segunda Guerra mundial, este
escenario cambió bruscamente; ya no se leen declaraciones tales como “muy agradable y
dúctil” sino anatemas por doquier de las barbaridades cometidas contra el psicoanálisis:
“Los psicoanalistas alemanes representaban ahora una historia de represión y persecución y
acaso sujetos capaces de asociarse para alcanzar metas oportunistas” (Nitzschke, 2003, Pg.
106)
Ni una palabra de los cobros que hizo a los exiliados en el extranjero; ni una palabra
de la expulsión de los judíos para que la DPG pudiera asimilarse con el Instituto Görin y su
búsqueda de la fusión con la Weltanschauung.
49
traducción libre de inglés. Cursivas en el original.
49
“Durante este congreso, los debates se centran en el examen y la apreciación de las
ideas psicoanalíticas de Schultz-Hencke y de Müller-Braunschweig, abstracción hecha de
su contribución al régimen nazi. Los psicoanalistas alemanes obtienen el reconocimiento
de la IPA en 1949, guardando silencio sobre lo que ocurrió en su país durante la guerra,
donde la lista de los miembros de la DGP en Berlín en 1945, mostraba que la mayoría de
ellos había recibido su formación psicoanalítica en las condiciones pervertidas del
nacionalsocialismo, en el Instituto Göering” (Steiner, 2003, Pg. 151) Es decir, sin análisis
didáctico, sin psicoanalistas de otra raza no-aria, sin el nombre de Freud en los textos y
relativizando en su formación la importancia de las cuestiones sexuales como
determinantes del comportamiento.
En aquel mismo congreso Boehm adoptó una actitud muy diferente, criticando a
Shultz-Hencke y su neo-análisis presentándolo como el modelo de psicoanalista que
traicionó al movimiento psicoanalítico bajo Hitler.
Jones parece ponerle lápida a ese debate cuando termina diciendo: “La tentación es
la de cometer un gran mal entendido adicionando factores socio-políticos a aquello que es
nuestra principal preocupación, y releer nuestros hallazgos en términos de la sociología,
pero es una tentación que, y uno se siente orgulloso de observar, es, salvo muy raras
excepciones, estoicamente resistida”. (Nitzschke, 2003, Pg. 107)
Me hace recordar los eufemismos con que Hitler designaba a sus “enemigos
políticos” quienes en realidad eran sus víctimas a quienes hacía desaparecer: El 7 de
diciembre de 1941, el Mariscal de Campo Wilhem Keitel, jefe del supremo comando
alemán, impartió la primera de una serie de directivas destinadas a ejecutar una de las
órdenes de Hitler respecto a los territorios ocupados en el sector occidental. Se estimó que
la orden –el Decreto denominado sugestivamente “Nacht und Nebel” (Noche y niebla:
50
NN)50- fue una forma de impedir el accionar del movimiento de resistencia Francés. Hitler,
estaba convencido que a través de las condenas a muerte, se facilitaba la creación de
mártires y ordenó el traslado a Alemania al “amparo de la noche”, de “todos aquellos
sospechosos de poner en peligro la seguridad de Alemania” (Kusnetzoff, 1986, Pg. 96)
50
Aunque esta es una teoría plausible sobre el origen de la sigla NN, para designar a quien habiendo fallecido
se ignora su identidad o adscripción, desconoce el contexto histórico de su determinación. No obstante lo
anterior, también existe otra que proviene del derecho romano. El derecho romano se construía a partir de la
referencia a los criterios jurídicos con que se hubiesen resuelto conflictos previos ante situaciones concretas.
De allí, que al pensar en la búsqueda de un criterio para resolver una disputa actual, debían referirse al
conflicto de personas concretas y de los argumentos empleados en aquella oportunidad. Numerio Negrino era
un nombre común en la Roma antigua, por lo tanto muchos dictámenes o criterios jurídicos comenzaban con
la frase “Numerio Negrino” y tal vez de allí derivara también la designación NN, al referirse a “alguien” cuya
identidad y filiación resultaran superfluas o desconocidas. No existe tal sigla en el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española. No dispongo de cita.
51
Capítulo VI
La frase atribuida a Freud recordada por René Laforgue51 en que señala que odia a
la Iglesia Católica, quienes serían su enemigo más que los nazis, puede ser tomada como
fruto de un exabrupto, tal vez un comentario hecho al pasar sacado de contexto en un
momento de bastante tensión, por lo demás, para toda la familia Freud, así como para
muchos otros judíos en toda Europa.
No obstante, cabría preguntarse si este rápido despacho del asunto pudiera estar
ocultando algo más. Al menos valdría la pena reseñar el complejo papel jugado por la
Iglesia Católica durante este período, su accionar político, sus tratados, su posición frente a
la persecución judía.
Por otra parte La actitud de Freud ante la religión ha sido encarada tanto por él
(“Moisés y el Monoteísmo”, “El porvenir de una Ilusión” y “El Yo y el ello” al referirse a
la formación del súperyo, etc.) y ha servido de punto de comparación de diversos autores
con la obra de Freud: Por ejemplo Harry Guntrip en su texto Fairbairn y su relación con la
Obra de Sigmund Freud; Erich From: la Misión de Sigmund Freud, entre otros.
51
Pg. 39 de este trabajo.
52
Valdez, 1999, Pg. 789.
52
el Freud científico no es el mismo que el Freud político al respecto. Sabemos que quemó
las cartas que pensó, se podrían conocer de su pensamiento. Tal vez deseaba que la Iglesia
desempeñara tal papel de Freno, pero en privado parecía expresar otro pensamiento.
Quizás entendiendo que Freud se refería al terreno de las ideas, más allá de los
hechos concretos, tal vez percibía la confrontación religiosa que se agitaba tras el conflicto
bélico: ateismo comunista o cristo. El Vaticano parece haber tomado sus opciones y quizás
repasando algunas de sus actuaciones documentadas, tengamos mayor claridad sobre este
asunto.
Ahora bien, sus cartas, a sabiendas de que podrían ser interceptadas, leídas,
conservaban, intentaban apelar a las contradicciones internas que no obstante, como
veremos, también se expresaron a través de actos valientes, pero no masivos de parte de los
católicos.
Por otra parte, el año 1933, veintiséis millones de alemanes eran católicos, lo que
representaba un formidable contingente organizado independiente del partido nazi. Por
aquellos años, la jerarquía eclesiástica seguía criticando sin tapujos al nacionalsocialismo.
Hitler temía de esta fuerza, lo que la convirtió en objeto de su persecución, continuando en
el camino de sus ataques después que lo hubieran sido comunistas y socialistas. Según
algunos historiadores, fue precisamente el deseo de evitar una confrontación directa con los
obispos, unida a la ambición de poder de Pio XII, lo que se habría conjugado en la
cristalización del concordato firmado con el Reich. (Cornwell, 2001, Pg. 155)
He decidido incluir un capítulo es que se haga un repaso de algunos hitos del papel
desempeñado por el Vaticano durante el período comprendido entre 1933 y 1945.
Considero esto razonable a la luz de dos aspectos relevantes: a.- lejos de intentar
aproximarme a la dimensión espiritual de la organización católica, me parece de la mayor
relevancia observar sus disposiciones políticas, alineadas, estableciendo alianzas, haciendo
discursos, recabando informes políticos de sus múltiples representantes en Europa, Oriente
y Estados Unidos. Así mismo sus relaciones eminentemente políticas en su relación con el
cuerpo diplomático y otros representantes políticos y militares que demandan
sistemáticamente una postura favorable o condenatoria en el contexto de la máxima
confrontación de la era moderna. Como se ha mencionado en la Introducción de este
trabajo, compartimos la tesis de Clausewitz “el criterio de la verdad de la política está en la
guerra” 53, de este modo, analizar; aunque sea brevemente el accionar de la Iglesia Católica
podría ayudarnos a precisar mejor el contexto en que se desarrollaron los hechos históricos,
pero también establecer una comparación con el comportamiento del movimiento
psicoanalítico y del perfilamiento de la política trazada por Freud al interior de la
organización por él desarrollada.
53
Rozitchner,. 2003, Pg. 195
53
La Iglesia Católica durante el tercer Reich
Freud parece haber sostenido una posición hostil tanto hacia la religión como hacia
la filosofía 54. Según Harry Guntrip, Freud consideraba a la religión “en el peor de los casos,
como simple superstición y en el mejor de los casos, fantasía infantil”. Según este autor,
Freud consideraba a la “Ciencia con “C” mayúscula como la Verdad con “V” mayúscula”.
Freud, fiel a la tradición racionalista parece haber compartido la “sobrevaloración
emocional” de la ciencia que se dio a fines del siglo XIX 55
Tal vez valga la pena revisar más exhaustivamente el operar político de la Iglesia
Católica durante estos años, a fin de comprender mejor la actitud de Freud. En el texto
antes mencionado de Guntrip, así como en el libro de Fromm, se aborda esta elección
racionalista y antirreligiosa como expresión de las características de personalidad de Freud
(autoritarismo, férrea creencia en sí mismo y desconfianza de las opiniones ajenas, rasgos
esquizoides58). Estos planteamientos suponen un importante reduccionismo psicologisista.
Si bien los rasgos de personalidad de Freud pueden explicar algunos aspectos de su
biografía y de su propia obra, cabe preguntarse si tal vez el accionar de las instituciones
religiosas de su época y en particular de la Iglesia Católica, no fueran, de alguna manera,
causantes de hacerlo expresar tales opiniones, más aún, cuando se estudia el proceder de
Freud y a la sociedad psicoanalítica como un cuerpo político.
54
Fromm, 1992, Pg 17
55
Guntrip, 1965, Pg. 224.
56
. Fromm, 1992, Pg 19
57
Fromm; 1992, Pg.17-18
58
En psiquiatría, corresponde a un trastorno o bien a un rasgo de la personalidad, caracterizado
fundamentalmente por un déficit marcado en los afectos y las relaciones sociales, todo ello se manifestaría en
un número muy reducido de amigos, si los hay; y en una marcada dificultad para la intimidad.
54
Política del Vaticano ante el Tercer Reich
El período que nos proponemos revisar de las relaciones políticas entre el Vaticano
y el Tercer Reich se centra en la actitud desplegada por la Iglesia Católica hacia la
persecución y luego el exterminio de los judíos a manos de los nazis. Este período
comienza con la firma del “concordato” es decir, el tratado entre el Vaticano y el Tercer
Reich, representado por un político pro-nazi, pero católico al mismo tiempo: Von Papen.
Este documento había sido inspirado por el Cardenal Pacelli, posteriormente Pio XII. En él
se establecían compromisos mutuos de respeto y no intervención. El Reich se comprometía
a facilitar el desarrollo de las actividades eclesiásticas de los católicos en Alemania 60,
reservándose el derecho de algunos nombramientos. A su vez, los católicos se
comprometían a no interferir en los asuntos del Estado y a desbaratar todas sus actividades
políticas. Mientras el Vaticano interpretó el concordato como un reconocimiento oficial de
una esfera que “en teoría quedaba fuera de las aspiraciones totalitarias del Estado Nazi”; los
nazis lo entendieron como “el reconocimiento sin reservas del régimen actual” (Burleigh,
2007, Pg. 216) (nacional- socialista).
Pacelli había vivido una extensa temporada en Alemania (entre 1917 y 1929) 61 y
guardaba un muy buen recuerdo de su estadía. Siendo italiano, aprendió el alemán y
desarrolló vínculos afectivos con el pueblo Alemán que refrendaría innumerables veces a lo
largo de su vida62. A su vez, había quedado profundamente impactado por el despliegue del
movimiento socialista y comunista en la Alemania de 1919, del cual mantendría siempre la
peor de las opiniones.63. “tiranía revolucionaria judeorusa”, en palabras de Pacelli. La
constante mención de Pacelli de que todos aquellos “usurpadores” eran judíos es
consistente con la creciente y extendida creencia entre los alemanes de que los judíos eran
59
Friedländer, 2007, Pg. 51, 170, 184, 185, 187, 189
60
Johnson, 2002, Pg. 244.
61
Friedländer, 2007, Pg. 27.
62
Friedländer, 2007, Pg. 29, 30, 31,
63
Friedländer. 2007, Pg. 42.
55
los instigadores de la revolución bolchevique, con la intención de destruir la civilización
cristiana64.
Poco tiempo después, luego de la muerte de Pio XI, quien se había manifestado
públicamente en contra del nazismo y de su política racista, Pacelli es nombrado Papa,
asumiendo bajo el nombre de Pio XII. Como veremos, esto trajo un vuelco en las
relaciones entre el Vaticano y el Tercer Reich.
Para el análisis de este tema, resultaría invaluable tener acceso a los archivos
vaticanos, los cuales no han sido publicados y se mantienen bajo estricto secreto65. Una
Excepción especial la constituye John Cornwell, quien buscando refutar las acusaciones
contra el Vaticano y la persona de Pacelli, siendo un católico convencido, tuvo acceso a
este material. Al leerlo comentó “me encontraba en un estado que sólo puedo calificar de
shock moral”. Al final de la revisión de los archivos vaticanos a los que tuvo acceso acabó
escribiendo el texto que citamos en este trabajo: “El Papa de Hitler”.
No obstante lo anterior, existen archivos tanto de la policía secreta del Reich, así
como cartas de los distintos embajadores alemanes de la época destinados en el Vaticano,
como de embajadores de otros países, en la que hacen referencia a reuniones sostenidas
con funcionarios del Vaticano o directamente con el Papa, desde los cuales puede leerse la
postura política del Vaticano en relación a los hechos históricos principales aquí tratados.
El análisis de estos textos parece demostrar que aunque existieron voces valientes
de sacerdotes y de laicos católicos contra las atrocidades nazis, la mayoría de los católicos
se mostró dispuesta a dejar hacer en los asuntos políticos con tal de disfrutar de autonomía
en las cuestiones religiosas. Esto trajo como consecuencia que “la campaña nazi contra la
iglesia y el clero...por lo general se realizara con mayor cautela” (Johnson, 2002, Pg. 236)
que contra la izquierda política. A su vez y de modo más importante, esto parece haber
contribuido a disminuir la resistencia interna al desarrollo de la política racista al interior de
Alemania.
56
político en Alemania, fueron varias, pero no masivas. Según Friedländer, “en su mayoría y
en sus diversos niveles de jerarquía, el clero alemán compartía los “ardientes” sentimientos
del obispo de los ejércitos (quien llamaba al Fürer su primer y más valeroso soldado del
Reich alemán). [...] Fieles en su gran mayoría al nacional socialismo, los católicos alemanes
se apartarían probablemente de roma si Pio XII condenase abiertamente la agresión
alemana” (Friedländer, 2007, Pg. 54) (a Polonia).
Citaré sólo algunos de los ejemplos que me parecen más destacados de sacerdotes
que valerosamente se enfrentaron al régimen totalitario en consecuencia con sus creencias
religiosas:
El sacerdote jesuita Josef Spieker desde el año 1934 predicó insistentemente que
“Alemania tiene sólo un Fürer: ¡Cristo!” (Johnson, 2002, Pg. 235), declarando reiteradas
veces y a todos quienes lo quisieran oír, que la visión del mundo nazi era “atea y
anticristiana”. Su poder de convocatoria era enorme, trabajaba en dos ciudades, logrando
incrementar los fieles a números de 23 mil en la ciudad de Colonia, para 1933, allí donde la
participación en las actividades religiosas, venía en decadencia.
66
Johnson, 2002, Pg. 236
67
Johnson, 2002, Pg. 237.
57
encabezado procesiones con los hombres de sus grupos a través de peligrosos barrios
obreros de Colonia” (Johnson, 2002, Pg. 245)
Cuando los jueces regresaron a la sala después de dos horas de deliberación: “Se
dirigieron a los asistentes con un sonoro “Heil Hitler”, entones se leyó el veredicto en que
se lo absolvía por falta de pruebas. El pueblo salió a celebrar, no obstante la GESTAPO, lo
encarceló más tarde diciendo que era para proteger al sacerdote de la efervescencia popular.
Fue enviado al campo de concentración de Börgermoor (noroeste de Alemania) el primero
de mayo de 1935. Al llegar observó que la mayoría de los 2000 prisioneros eran
comunistas. Allí, “Lo que más lamentaba, no era el maltrato de las SS, sino la creciente
sensación de que había sido abandonado por sus superiores eclesiásticos...”68 (Johnson,
2002, Pg. 248)
Fue sometido a juicio nuevamente a fines de 1935 y para su suerte, esta vez fue
condenado a quince meses de cárcel. En tales circunstancias la cárcel le salvó la vida. La
GESTAPO le informó que sus superiores eclesiásticos habían firmado un acuerdo para que
se le respetase su integridad física si abandonaba el país, pero en esa época “ya no confiaba
ni en la GESTAPO, ni en la Iglesia” (Johnson, 2002, Pg. 251). Se le permitieron dos meses
para abandonar Alemania. Informó que partiría por tren, pero luego de telefonear desde la
estación ferroviaria, escapó en automóvil hacia Holanda. La GESTAPO lo estuvo
esperando en la última estación ferroviaria antes de cruzar la frontera holandesa.
Le reprendieron varias veces por carta desde el Vaticano, por las lecturas anti-nazis
que había recomendado. Una vez en Chile se aseguraron de enviarlo a un pueblo ubicado a
mil kilómetros de distancia de la capital. Sólo pudo regresar a Alemania el año 1950.
Ya el año 1929, el obispo Johannes Gföllner de Linz, previno a sus fieles contra los
“falsos profetas del nazismo”: “Cerrad vuestros oídos y no os unáis a sus asociaciones,
cerrad vuestras puertas y no dejéis que sus periódicos entren en vuestros hogares, cerrad
vuestras manos y no apoyéis a sus candidatos en las elecciones” (Burleigh, 2007, Pg. 210)
68
Johnson, 2002, Pg. 248.
58
católicos en 1930 contra el radicalismo nazi, “la locura racista” y sus planes para crear una
iglesia nacional. El arzobispo de Maguncia fue más explícito y declaró simplemente que el
nazismo y el catolicismo eran sencillamente incompatibles. 69
Los obispos Bávaros prohibieron a las formaciones nazis, asistir con uniformes e
insignias a las actividades vinculadas a los sacramentos “condenando al mismo tiempo el
racismo nazi y su desprecio eugenésico por los no natos” (Burleigh, 2007, Pg.212)
Ante esta reacción por parte de la Iglesia, los nazis enviaron a Göering al Vaticano.
Pio XI quien hasta justo antes de morir comparó a Hitler con Juliano el apóstata, prohibió a
su cardenal Pacelli (más tarde Pio XII), concederle alguna entrevista, por lo que Göering
tuvo que “desahogar sus agravios contra la Iglesia Católica con el subsecretario de Pacelli”.
(Burleigh, 2007, Pg.213)
59
entregada al Papa y había rezado con él “para que Dios protegiese a la Iglesia” (Burleigh,
2007, Pg. 221)
Parece haber suficiente evidencia de que, mientras Pacelli ejercía como secretario de
Estado Vaticano con Pio XI como Papa, habría realizado acciones contra teólogos,
especialistas en derecho canónico y otros Católicos en general que hubiesen dado apoyo
público a las prácticas eugenistas. Así también habría redactado no menos de “setenta notas
y memorandos de protesta por violaciones nazis del concordato”. (Burleigh, 2007, Pg. 223)
No obstante, su postura ante el Tercer Reich una vez asumido como Papa, se
caracterizó por diversas manifestaciones de afecto hacia el pueblo alemán, así como del
deseo de mantener una postura de no intervención en asuntos políticos externos: “No es
misión de la Iglesia intervenir en los asuntos y contingencias puramente terrenales, para
elegir entre los diferentes sistemas y métodos que puedan ser empleados con el fin de
resolver los problemas del presente” (Friedländer, 2007, Pg.32) .Cabe preguntarse, si tal
“no intervención” no es acaso una postura y por tanto una expresión política; toda vez que,
como veremos, se trata de invasiones a países vecinos, deportaciones masivas y genocidio..
Considero oportuno citar textualmente el reporte que el embajador del Tercer Reich hizo de
su primera entrevista con el recientemente electo Papa Pio XII: “En el transcurso de la
audiencia, y después de haber reiterado yo las felicitaciones (del Führer), el Papa destacó
que yo era el primer embajador a quien recibía. Me encargó expresase personalmente al
Führer y canciller del Reich su profunda gratitud, a la que añadía sus votos más sinceros
para el pueblo alemán, al que había aprendido a admirar y amar cada vez más en el
transcurso de una larga experiencia durante sus actividades en Munich y Berlín. El papa me
expresó a continuación su ferviente deseo de paz entre el Estado y la Iglesia; a menudo me
lo había expresado cuando era secretario de Estado, pero en su calidad de Papa, quería
entonces confirmármelo” (Friedländer, 2007, Pg. 32)
El 17 del mismo mes de marzo de 1939, Bergen escribe: “El Papa me ha dado a
entender que el Führer era el primer jefe de estado a quien había informado de su elección
al papado...”
A medida que la guerra avanzaba y los horrores nazis eran más y más conocidos,
Pacelli parece haber ido modificando su discurso, haciendo cada vez menos distinción entre
el Tercer Reich y el pueblo alemán, tratándolos como un todo indisoluble.
60
Durante este “nuevo período” que se inaugura entre el Tercer Reich y el Vaticano, entre
Bergen y Pacelli, El Osservatore Romano recibe instrucciones precisas de abstenerse de
atacar al gobierno alemán. Por su parte, “los ataques contra el Papa y el Vaticano, no
tardarán en desaparecer de los periódicos alemanes”. (Friedländer, 2007, Pg. 36)
Un mes después de la entrada de las tropas alemanas en Praga, Pio XII recibió a una
delegación de 160 peregrinos alemanes. En su alocución dijo: “Hemos amado siempre a
Alemania, donde Nos hemos tenido el privilegio de pasar varios años de nuestra vida, y hoy
la amamos aún más. Nos alegramos de la grandeza, el esplendor y el bienestar de Alemania
y sería una falsedad, que no pretendemos una Alemania floreciente, grande y fuerte. Pero
por esta misma razón, Nos deseamos también que los derechos de Dios y de la Iglesia sean
siempre reconocidos...” (Friedländer, 2007, Pg. 38)
El seis de septiembre del mismo año ´39, Alemania nazi invade Polonia, dando con
esto inicio a la Segunda Guerra Mundial. Ante los desesperados intentos por parte de
Francia e Inglaterra para que el Vaticano acuse de agresión a Alemania, el Vaticano
respondió que “el Papa no quiere poner en peligro la situación de los católicos en
Alemania, las posibilidades de su acción a favor de la paz y su relación con Italia” 72. Una
nota de Bergen, agrega un elemento inquietante: dice que durante “las cruciales semanas de
agosto, el Papa había dado a entender, a través de un intermediario, que si Alemania
70
Friedländer, 2007, Pg. 37.
71
Friedländer, 2007, Pg 40.
72
Friedländer, 2007, Pg. 53.
61
atacaba Polonia el Vaticano no se pronunciaría en contra del Reich” (Friedländer, 2007, Pg.
54).
62
Si bien estas citas puedan resultar altamente polémicas, no debe atribuírsele valor
histórico a una cita individual o a unas pocas por separado; adquieren relevancia y mayor
peso cuando se las coteja con otras fuentes, alocuciones públicas y notas de otros autores.
Así por ejemplo, el 18 de octubre de 1939 con ocasión de la visita del Ministro de Lituania
ante la Santa Sede el Papa dijo que si bien no le correspondía a la Iglesia distraerse con las
disputas territoriales entre los Estados si no dedicarse a la salvación de las almas, pero “el
propio deber de esta carga no nos permite cerrar los ojos, cuando precisamente para la
salvación de las almas aparecen nuevos e inconmensurables peligros; cuando sobre la faz
de Europa, cristiana en todos sus rasgos fundamentales, se extiende cada día más
amenazadora y cercana, la sombra siniestra del pensamiento y la obra de los enemigos de
Dios. En tales circunstancias, más que en ningún otro período de su historia, la
preservación de la cultura e incluso la defensa del patrimonio cristiano adquieren una
importancia capital para el futuro destino de Europa y la prosperidad de cada uno de sus
pueblos grandes o pequeños”. (Friedländer, 2007, Pg. 65) En este párrafo se refiere
nuevamente a la Unión Soviética. Los “Enemigos de Dios” no son para el Vaticano las SS,
ni los hornos, sino la bandera roja comunista.
En la práctica, esto significó que el Vaticano obviara las cuestiones vinculadas a las
leyes raciales, la proscripción de los derechos civiles de los judíos y el avasallamiento
militar que Alemania desencadenó hacia sus países vecinos.
Más tarde Alemania invade los Estados neutrales de Suecia y Noruega. El Vaticano
se abstuvo de toda reacción. Lo que no parece fácil de entender es ¿Por qué si el Papa es
capaz de solidarizarse con el dolor y sufrimiento del pueblo de Bélgica, Holanda y
Luxemburgo, no podía hacer lo mismo por Suecia y Noruega y por los judíos en particular?
El Observatore Romano, parece aportar una pista: En Noruega sólo hay 2000 católicos,
mientras que la mayoría de la población belga lo era, así como una alta proporción de
holandeses y luxemburgueses; lo mismo ocurría con Polonia. Friedländer concluye que tal
vez el Papa sólo condenó la violencia y la agresión cuando las víctimas eran católicas,
evidenciando tal vez, una visión muy restrictiva de su cargo.
73
Friedländer, 200, Pg. 69.
63
Tal vez Freud haya captado mejor el contexto que otros, dándose temprana cuenta
del destino que le esperaba como judío. La Iglesia Católica había tomado una posición
política y en ella, no se encontraban la defensa de los judíos ni la denuncia de las
atrocidades nazis.
El diez de Junio, un poco antes que Italia anunciara su ingreso en la Segunda Guerra
Mundial, Woermann fue visitado por el nuncio Orsenigo quien le manifestó “de modo muy
cordial, su alegría por las victorias alemanas. Parecía desear verdaderamente la entrada de
Italia en la guerra y declaró bromeando que esperaba que los alemanes entraran a París por
Versalles.
El Coronel Gerstein, era miembro activo de las SS. Acababa de asistir a una
operación de exterminio con gases de más de 5.000 judíos (1.450 habían muerto ya durante
el traslado). No cabe describir aquí los detalles presenciales de su informe. Lo notable es
que trató de reunirse con Monseñor Orsenigo, pero la entrevista le fue sistemáticamente
denegada. Redactó luego un espeluznante informe de los hechos haciéndolo llegar por vía
de Monseñor Preysing al Papa. 74
Sin duda resultarían invaluables los archivos del Vaticano para contrastar estas
informaciones, pero desgraciadamente estos continúan bajo secreto.
Las gestiones del representante americano ante la Santa Sede Tittman, por el
contrario, se hallan bien documentadas y son accesibles. En numerosas ocasiones, desde
mediados de 1942, cuando ya no tenía dudas de los informes recibidos transmitió
74
Friedländer, 2007, Pg. 131
64
constantemente sus informaciones al Papa, a través de los conductos diplomáticos
correspondientes.
A ratos parecía perder la paciencia tal como puede desprenderse del siguiente
párrafo: “En mis recientes informes al departamento, he llamado la atención sobre el hecho
de que la ausencia de toda protesta pública por parte de la Santa Sede contra las atrocidades
nazis pone en peligro su prestigio moral y mina la fe en la Iglesia y en la misma persona
del Santo Padre. En diversas ocasiones, he recordado oficiosamente este peligro al
Vaticano; algunos de mis colegas han hecho lo mismo, pero sin éxito. La respuesta sigue
siendo que invariablemente el Papa, en sus discursos, ha condenado ya los atentados contra
la moral en tiempos de guerra y que mostrarse más específico no conseguiría otra cosa que
empeorar la situación”. (Friedländer, 2007, Pg. 123)
En privado (por ejemplo ante el encargado de Negocios de los Estados Unidos ante
la Santa Sede) el Vaticano manifestaba sus temores y dudas que ante la eventualidad de un
triunfo de los aliados, los alemanes le reprocharan que unas palabras del Papa hubiesen
contribuido a la derrota de Alemania, tal como había sucedido en la Primera Guerra
Mundial. Otra razón, argumentada era la “sensibilidad” del Santo Padre, pues “si se tiene
en cuenta que Pio XII ha pasado largos años de formación en Alemania, no puede parecer
inconcebible que se muestre particularmente sensible a esta clase de argumentos”.
(Friedländer, 2007, Pg. 128)
75
Ciudad ubicada al sur este de Polonia.
76
Palabra latina que puede traducirse como “y todos los demás”, que se ha castellanizado como etcétera.
65
Luego del apresamiento y ejecución de Mussolinni en Italia, recién el 13 de octubre
de 1943, se unió como co-beligerante a los aliados. Las consecuencias no se hicieron
esperar. Italia fue invadida por los nazis y pronto se organizó la deportación de los judíos
que vivian allí, comunidades asentadas desde hacía más de dos mil años.
En un primer término los nazis extorsionaron a los judíos pidiéndoles un rescate en oro.
El comandante Herber Kappler ordenó a los judíos a entregarle 50 kilos de oro, o de otra
forma serían deportados. Esta enorme cantidad, puso en marcha una recolección que al
final de la jornada había podido reunir sólo una exigua cantidad. No obstante la amenaza de
la deportación se había conocido por Roma. Así fue como otros romanos, cristianos y no
cristianos comenzaron a aportar sus joyas incrementando rápidamente la cantidad... “y no
para venderlo o prestarlo, sino gratuitamente” (Cornwell, 2001, Pg. 335)
Tal como cabría esperar, la deportación se puso en marcha de todas maneras, a pesar
de que los judíos hubiesen entregado el oro a tiempo y en su totalidad. Los camiones
cargados de familias aterradas, siguió el circuito que pasaba cerca del Vaticano para que
“los soldados SS trasladados a Roma para la redada, pudieran echar una mirada a la famosa
basílica” (Cornwell, 2001, Pg. 336)
El Vaticano fue informado de lo que estaba sucediendo, por diversas fuentes que no
es pertinente detallar. La escena se había producido innumerables veces en toda Europa
durante los últimos años: Camiones, soldados, población civil, hacinamiento y convoyes en
dirección a un campo de exterminio. La diferencia es que esta escena se producía en Roma,
al lado mismo del Vaticano y testigos oculares, empleando el teléfono, avisaban al Papa.
La respuesta del Vaticano fue: “La Santa Sede no desea verse puesta en una
situación en la que se haga preciso pronunciar una palabra de desaprobación” (Cornwell,
2001, Pg 338)
66
la supuesta molestia del Vaticano y del peligro que existiría que el Papa se pronunciara
contra estas deportaciones, etc.
Al cruzar Padua, el Vaticano supo del sufrimiento del convoy de deportados, de sus
padecimientos por el frío, la falta de agua y las deplorables condiciones generales en las
que viajaban hacia Auschwitz.
Es tiempo de poner un punto a parte. Este trabajo no trata sobre la Iglesia Católica.
Un material necesario de revisar, tal vez imprescindible, para quien quisiese tener mayor
información sobre el tema, lo constituyen el libro de Carlo Falconi “El silencio de Pio
XII”77 donde aporta abundante material condenatorio sobre las atrocidades de los ustachis
en Croacia. Estos antecedentes bien documentados aportan información en detalle de lo
sucedido así como del altísimo grado de información que el Vaticano tuvo sobre la materia,
acompañado de su silencio. El texto de Walter Laqueur “The terrible secret”78 sobre el alto
grado de conocimiento del Vaticano sobre la solución final y la prudente distancia y
silencio que mantuvo al respecto, sembrando permanentemente una sombra de duda sobre
los informes recibidos.
Una vez que los deportados judíos de Roma ya se encontraban camino a Austria, a
la solución final, Titmann, el representante norteamericano se reunió con él y luego
telegrafió a Washington de los contenidos de dicha entrevista. En ella relata que Pacelli
prosiguió diciendo que “los alemanes habían respetado la ciudad del Vaticano y las
propiedades de la Santa Sede en Roma, y que el general al mando de las fuerzas de
ocupación alemanas parecía bien dispuesto hacia el Vaticano”. (Cornwell, 2001, Pg. 343)
Capítulo a parte constituye la manera en que la Iglesia Católica se vio más tarde
involucrada en brindar ayuda concreta a facilitar la fuga de criminales nazis, eludiendo la
justicia. Alois Hudal, mencionado más arriba, se hizo tristemente famoso por facilitar las
casas religiosas de Roma a estos criminales.
Un texto crucial, de reciente publicación lo constituye “The real Odessa. How Perón
brought the nazi criminals to Argentina”. Allí describe con detalle las vinculaciones entre
77
Falconi, 1970.
78
Laqueur, 1980.
67
diferentes redes de protección tendidas entre España (de Franco), la Iglesia Católica y el
gobierno de Juan Domingo Perón para facilitar la huída de criminales nazis.
¿Por qué la Iglesia Católica a través del Cardenal Tisserant y de las oficiosas diligencias del
Cardenal Antonio Caggiano (Obispo de Rosario en Argentina) habría de ayudar a los
criminales nazis, toda vez que serían sometidos a un juicio justo?
Estas redes de protección así como el papel desempeñado por la Iglesia Católica en
estos hechos ya han sido descritas y denunciada por Simón Wiesenthal79
En la Casa Rosada, tras un pedido público del autor, Néstor Kirchner presidió una
ceremonia especial en la que derogó una orden secreta que prohibía el otorgamiento de
visas a judíos que intentaban escapar de Europa durante el régimen nazi.
¿Cuantas ceremonias más tendremos que presenciar después que los daños han sido
hechos? ¿Qué conciencias tranquilizan las ceremonias?
79
Simón Wiesental es judío Astríaco sobreviviente de los campos de concentración, quien se dedicó a
Rastrear ex nazis prófugos para llevarlos a juicio.
68
Capítulo VII
Latinoamérica
Sin embargo, en Latinoamérica, han existido hechos que han vuelto a hacer coincidir
situaciones de violencia política con sociedades psicoanalíticas constituidas y en pleno
ejercicio. A raíz de esta nueva coexistencia, se han presentado casos como el del Dr.
Amilcar Lobo en Río de Janeiro, el cual expongo brevemente a manera de ejemplo que
permita ilustrar la relación entre la organización psicoanalítica, la dictadura militar y los
miembros denunciantes. En resumen, el Dr. Lobo es acusado en un diario de oposición, de
colaborar en torturas. La sociedad psicoanalítica en la cual se forma, considera estas
acusaciones como una maquinación de la sociedad psicoanalítica “rival” ambas de Río de
Janeiro y asume la investigación y persecución de la denunciante Helena Besserman
Vianna, contando para ello con la colaboración de la dictadura en turno.
Cito un párrafo del prólogo del libro de la Dra. Besserman, escrito por Horacio
Etchegoyen80. “El libro nos muestra claramente, también, como se entrecruza la política de
las sociedades psicoanalíticas de Río de Janeiro, con la política de la dictadura y lo difícil
que es reconocer los errores, única posibilidad, sin embargo, de repararlos. También ilustra
la forma en que opera la repetición, recordándonos los orígenes del psicoanálisis en Río de
Janeiro, cuando en Abril de 1948 llega Mark Burke, miembro adherente de la Sociedad
Psicoanalítica Británica, y poco después Werner Kemper, que se forma en la Alemania
nazi. Eran el aceite y el agua, aunque los dos venían recomendados por Ernest Jones, el
presidente de la IPA.
Cuando Félix Boehm se hace cargo de la Sociedad Psicoanalítica Alemana, en 1933 por
renuncia de Max Eitingon, Otto Fenichel y Ernest Simmel a los cargos directivos Werner
Kemper accede a la categoría de miembro asociado. El había trabajado en la sociedad
general médica de psicoterapia a cargo de Mathias Heinrich Göering, sobrino del siniestro
80
Psicoanalista Argentino. Ex presidente de la Internacional Psychoanalytical Association
69
mariscal. En este caso, los problemas políticos externos penetran, como dice Derrida, en el
interior de la institución psicoanalítica” (Besserman, 1998, Pg. 10) Hasta aquí la cita
textual. Pero acaso no es siempre así. Es decir, ¿puede pensarse una sociedad de cualquier
naturaleza, que no se encuentre empapada cotidianamente de la realidad histórica, política y
económica del tiempo que le tocó vivir? ¿No nos llama la atención que este prólogo sea
escrito por quién también dirigió una importante sociedad psicoanalítica durante el período
de la dictadura militar argentina y que en este mismo prólogo pida disculpas por lo que él
llama los “errores del pasado”?
Cabe preguntarse si estos “errores” podrían reencontrarse en el tiempo toda vez que las
sociedades psicoanalíticas coexisten con regimenes dictatoriales.
81
Hajer, D. Comunicación personal.
70
Capítulo VIII
Por lo tanto en ningún caso esta breve reseña puede considerarse un estudio que refleja
la realidad histórica de aquella época, sino una arista, que permita iluminar uno o dos
aspectos que nos facilite la discusión posterior. La justificación, me parece, está dada por el
foco en el accionar de los actores psicoanalíticos institucionalizados: La relación hacia sus
miembros, su política hacia la IPA y su política para con el Estado y su política imperante.
¿Existirán similitudes con lo revisado hasta ahora en la Alemania nazi? Si esto fuese al
menos en parte así ¿Qué sería lo que se repite?
El escenario cambia desde uno hacia el otro lado del Atlántico. Este pedazo de la
historia que ahora intentamos rescatar transcurre en Brasil y comienza el 31 de marzo de
1964 “el Presidente de la República João Goulart es depuesto por las fuerzas armadas y
toma el poder el General Castello Branco, jefe del estado mayor de la infantería. La
Oligarquía militar-industrial impone su régimen concentrador de riquezas y reductor de
salarios, y se estructura en el ámbito político-económico a través de una serie de medidas
autoritarias y represivas que serán mantenidas por los sucesivos gobiernos militares hasta
1985”. (Besserman, 1998, Pg.41)
Los protagonistas son las dos sociedades vinculadas a la IPA (La Sociedad
Psicoanalítica de Río de Janeiro y la Sociedad Brasileña de Psicoanálisis de Río de
Janeiro), en su “cohabitación con el modelo político dominante”. (Besserman, 1998,Pg. 45)
Otro oficial del ejército miembro del equipo de torturadores es el teniente médico
Amilcar Lobo Moreira. Este oficial orienta a los torturadores sobre la resistencia física de
los detenidos. Y como psicoanalista, es responsable del “acompañamiento” de la salud
mental del torturado y de la mejor manera de arrancarles confesiones.
71
Amparados bajo el alero del ejército y por la impunidad que el régimen les brinda,
por el momento, estos dos bandidos se especializan en la tortura de presos políticos. El
fascismo siempre generó monstruos de este tipo que seguramente serán promovidos, si es
que ya no lo fueron, en recompensa por sus servicios prestados al ejército y a la Patria”.
(Langer, 1987, Pg. 151)
El recorte de diario tenía una nota manuscrita al pie de página que decía: “Amilcar
Lobo es candidato de la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro” 82
Las consecuencias de esta denuncia son relatadas por Santiago Dubcovsky: “La
denuncia efectuada en 1973 por Armando Bauleo y Marie Langer en el segundo tomo de
“Cuestionamos”, pese a que planteaba importantísimos dilemas, distinciones morales y
cuestiones morales referidas a la articulación entre política y psicoanálisis, pareció caer en
el vacío más absoluto.
A partir de 1981, ocho años después, gracias a los resquicios democráticos que se
entreabren en Brasil, se dan a conocer ciertos hechos que adquieren nueva actualidad ahora
que se establece una apertura democrática en nuestro país.
A fines de 1980 Inés Etienne Romeu, ex presa política que sufrió tortura y cárcel y
luego amnistiada, reconoce en Petrópolis la casa de la calle Artur Barbosa 120; lugar donde
fue torturada durante 96 días. Sus investigaciones le permitieron reconocer a sus
torturadores, personal de la policía del ejército. Uno de ellos, a quien recuerda como el
médico que la trataba, regulando su recuperación de las torturas recibidas es el doctor
Amilcar Lobo Moreira da Silva.
También reconoce al doctor Lobo, como la persona que los atendió, un grupo de ex
presos políticos víctimas de tortura, representados por el abogado Modesto da Silva,
diputado por el PMDB.
La señora Romeu inicia juicio contra todos quienes la torturaron en esa casa.
El doctor Amilcar Lobo confiesa que atendió a presos políticos torturados. Declara
al diario “Folha de Sao Paublo” que fue enviado a un aparato clandestino de represión para
tratar los efectos de un “accidente” a Inés Etienne Romeu; que aplicó shocks eléctricos a
82
Traducción libre del portugués.
72
Abigail Paranhos, para “curarla de una parálisis histérica”, que dio catorce puntos en la
cabeza a Cid Queiros Benjamín sin anestesia, porque el joven no quería ser anestesiado,
acorde con lo que le dijeron sus superiores del 1er Batallón de la Policía del Ejército”.
(Dubcosky, 1984, Pg. 153)
Llama la atención que, por una parte, conciente de la censura existente el ’73 envía
correspondencia por mano, pero al mismo tiempo considera irresponsables y poco creíbles
denuncias de tortura bajo las dictaduras de América Latina. Besserman agrega” “se erige
en defensor del psicoanálisis en Brasil y de Brasil mismo investido con la misión de salvar
a ambos de la calumnia y de la difamación”. (Besserman, 1998, Pg.51)
83
Confederación Psicoanalítica de América Latina
73
El 6 de noviembre de 1973, el Presidente de la SBPRJ, Walderedo I. de Oliveira, le
responde al Presidente de la IPA: “Recibí su carta con fecha 11 de octubre y le agradezco
su interés por nuestra Sociedad y nuestras actividades psicoanalíticas. Sin embargo creo,
que existe un mal entendido, dado que en nuestros estudiantes no tenemos a nadie a quien
atribuir las actividades que a UD. le preocupan. Nuestros estudiantes son seleccionados con
el mayor de los cuidados. No obstante, le agradecería que me enviara, de ser posible, la
información complementaria, necesaria seguramente para determinar nuestra conducta
futura en este lamentable caso”. (Besserman, 1998, Pg.451)
Frente a la pregunta eufemista del presidente de la IPA, sobre las “actividades extra-
psicoanalíticas” de uno de sus estudiantes, el presidente de la SBPRJ le responde
agradeciéndole su interés por “nuestras actividades psicoanalíticas”.
1.- Que se trata de una denuncia mentirosa, emitida en ocasión del Cuarto Congreso
Brasileño de Psicoanálisis bajo la forma de un rumor (aparecido en una intervención sobre
la necesidad de impedirles a los psicólogos ejercer el psicoanálisis sin formación
adecuada). En esa época se lanzaron distintos ataques contra el psicoanálisis (en Mayo de
ese año), que se inscriben en una campaña amplia y bien orquestada. El “caso Amilcar” fue
evocado en una mesa redonda sobre la psicoterapia, y la denuncia se presentó como un
ejemplo del carácter supuestamente “reaccionario” del psicoanálisis.
2.- Que el Dr. Amilcar Lobo se halla en análisis desde hace seis años. Los dos
primeros con el Dr. Walderedo Ismael de Oliveira, presidente y docente de la SBPRJ.
Luego comenzó un análisis didáctico con el Dr. Antonio Dutra Juior; al cabo de dos años,
el Dr. Dutra interrumpió sus actividades en Brasil, durante otros dos años por un nuevo
período de análisis en Londres. Así pues, el Dr. Amilcar Lobo, siguió su formación con el
Dr. Leao Cabernite, analista didáctico y presidente de la SPRJ. El Dr. Amilcar comenzó
este análisis hace aproximadamente dos años.
3.- Que hace aproximadamente unos tres años el Dr. Amilcar fue llamado
normalmente por el ejército para cumplir con su servicio militar obligatorio; que fue
designado para hacer una pasantía por una unidad del ejército donde sólo se ocupa del
tratamiento de los soldados y procede a los test de selección de los reclutas que tienen la
intención de servir en las fuerzas. Su pasantía termina en Enero próximo.
4.- Que la afirmación anónima del diario clandestino es totalmente falsa y carece de
todo fundamento. El que el Dr. Lobo haya servido en una unidad utilizada como prisión
para civiles ha contribuido probablemente a alimentar las fabulaciones tendenciosas que
originaron este rumor.
74
5.-Que no es la primera vez que el psicoanálisis tropieza con rumores calumniosos
que apuntan a la PSRJ, sus miembros y sus psicoanalistas en formación y que intentan
destruir una institución que crece y se desarrolla. [tal es así, por ejemplo] el
encarcelamiento absurdo de nuestro docente Prof. Werner Kemper84 en 1956 citado por
Ernest Jones en su biografía de Freud.
Por otra parte, tal como lo señala Besserman, en la obra mencionada de Jones, que
concluye con el fallecimiento de Freud en 1939, no existe ninguna referencia a la presencia
de Kemper en Brazil, ni de los hechos que provocaron su detención en 1956. El libro en
cuestión fue publicado en 1957 y su autor murió de hecho un año después.
84
Es el Mismo Kemper que permaneció en el Instituto Göring una vez expulsados los Judíos, pero quien
también ayudó a escapar a varios de ellos.
85
La dirección no coincide con la señalada por Santiago Dubcovsky citado anteriormente.
75
durante el viaje que me propongo hacer con el profesor Widlöger en el mes de julio
próximo, en ocasión del congreso que organiza la COPAL” (Besserman, 1998, Pg.54)
Sorprende la precipitación con que zanja la situación“el Dr. Lobo Moreira da Silva
ha sido calumniado...”. Sin mayores antecedentes, ante una denuncia tan grave de torturas.
Amilcar Lobo, por su parte, por ese entonces teniente y médico del ejército
sirviendo en el 1er batallón de policía militar, le envía una carta al director del Instituto de
la SPRJ, donde solicita “indicaciones sobre la identidad de las personas vinculadas al
movimiento psicoanalítico que propagan falsos rumores sobre él” (Besserman, 1998, P.56)
bajo la dirección de Antonio Dutra Junior, primer analista de Amilcar Lobo. Rápidamente
le respondieron:
9.- A pesar de las proporciones que había tomado el caso, la SPRJ no juzgó
necesario adoptar otras disposiciones más que el envío de una circular a sus miembros y a
sus psicoanalistas en formación en el Instituto, alertándolos contra este rumor, difundido
con la intención política de desintegrar, desacreditar y por consiguiente destruir.
76
caso de que la SBPRJ no tuviera aún esta grabación, se le hará una copia de la misma, si es
necesario, a través de nuestra institución o de la misma ABP.
11.- Alertados por esta requisitoria de la Dra. Helena Besserman Vianna y por la
provocación deliberada consistente en hacer una pregunta no científica y menos aún
constructiva, ante decenas de testigos, decidimos examinar el probable vínculo entre este
comportamiento y las “denuncias” de Langer ante la IPA y otras sociedades y en
Cuestionamos.
12.-La nota manuscrita al pié de la página de Voz Operaria estaba hecha en letra de
imprenta. Resulta ser que la Dra. Helena Besserman Vianna había llenado su ficha de
inscripción al IV congreso Brasileño de Psicoanálisis con el mismo tipo de escritura.
Gracias a esta ficha, nos fue fácil probar que la autora de la denuncia anónima no era otra
que la Dra. Helena Besserman Vianna.
13.- Para mayor seguridad, y aunque el parecido sorprendente de la escritura no
dejaba ninguna duda, decidimos someter las pruebas a un grafólogo muy renombrado.
Elegimos al Sr. Mauro Ricart, considerado con toda razón como una de las mayores
autoridades en esta área. El Sr. Ricart es perito grafólogo en los tribunales.
14.- Una fotocopia de las conclusiones del Sr. Ricart se adjuntan a esta
correspondencia.
Queremos expresar nuestro pesar a la SBPRJ por la molestia que le causamos en
vísperas del congreso latinoamericano. Pero es justamente la inminencia de tan importante
coloquio lo que nos decidió a esclarecer los hechos de manera inmediata, a fin de que dicho
evento no pueda ser perturbado con todo esto. Hay otras medidas en curso. En cuanto a
nosotros, cumplimos con nuestra parte, es decir, la que le corresponde a la SPRJ como
miembro de la ABP.
Estamos convencidos de que el psicoanálisis se ve amenazado por individuos sin
escrúpulos que se introdujeron entre nosotros, es decir, que están en la posición más
peligrosa.
La Dra. Helena Besserman Vianna hizo de forma anónima las acusaciones más
graves, pisoteando así la deontología86 médica, el espíritu psicoanalítico, la simple decencia
y hasta la salud mental. En ningún momento se acercó a nosotros para inquirir sobre la
veracidad de sus acusaciones; evidentemente esto hubiera podido perjudicar su objetivo:
dañar a la institución psicoanalítica.
Comprobamos que la actitud de la Dra. Helena Besserman Vianna está en completa
contradicción con el espíritu científico y societario que anima a la SBPRJ”. (Besserman,
1998, Pg. 57-59)
En primer lugar, parece haber operado una suerte de inversión donde la acusadora
pasa a ser tratada como una delincuente. Es evidente la rapidez y liviandad con que se
producen estos alineamientos políticos aparentemente al servicio de restablecer el orden de
las alianzas y no de establecer la verdad. Es decir, pareciera que recuperar la credibilidad y
la buena imagen societaria es más importante que denunciar a una colega en momentos en
que tal cosa podía implicar la detención y hasta la desaparición de personas. Recordemos
que estos hechos se producen en medio de la dictadura en el Brasil.
86
Rama de la ética cuyo objeto de estudio son los fundamentos del deber y las normas morales.
77
Por último no quisiera dejar de hacer notar como, una vez más, “la defensa del
psicoanálisis a cualquier precio” es rápidamente levantada como un baluarte en contra de
los intrusos que “se introdujeron entre nosotros “, por lo tanto, intentando cooperar en el
esclarecimiento de los hechos, adoptan una actitud policial.
¿Pero con quién se alía la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro? y ¿en contra
de quien? Y ¿para qué fines?
Hasta aquí, podría parecer un relato poco afortunado de un evento local, pero poco
representativo de las realidades Latinoamericanas; sin embargo será importante revisar la
evolución de estos acontecimientos así como la participación de la IPA y de sus
representantes en su desarrollo posterior.
Amilcar Lobo, primero solicita una suspensión de su formación (en junio de 1974),
la que es aceptada y luego de un año, el 13 de agosto de 1975 solicita su reincorporación, la
cual nuevamente es aceptada. Sobre tortura de presos políticos y el posible compromiso de
uno de sus miembros en estas prácticas, no se habló más.
78
de escribir, Besserman lo denomina: “el estilo abstracto, enigmático e inexorable”
(Besserman, 1998, Pg.61)
En resumen, Helena Besserman es citada a una reunión, sin conocer el detalle de sus
acusaciones, sin derecho a replicar, por tanto ni a defenderse, pero además con un clima
que pudiera ser reseñado con los siguientes detalles “...el Consejo me esperaba en la
biblioteca. Toqué la puerta y fui recibida por el secretario del Consejo, Luis Werneck,
quien tras los habituales saludos, me informó que, por decisión del Consejo, yo debía
sentarme a la mesa sin mi bolso y sin mi portafolio, que debía dejar en la entrada de la
biblioteca, sobre un fichero. Antes de sentarme, hice observar que de todas maneras me
sería muy difícil estarme sin cigarrillos y sin anteojos. Acompañada por el mismo miembro
del Consejo, volví al fichero y abrí mi bolso y, siempre observada, saqué mis cigarrillos, un
encendedor, anteojos y un bolígrafo, luego volví a la mesa donde el consejo se encontraba
reunido. Uno de los miembros del Consejo (Mario Pacheco de A. Prado), sentado frente a
mi, daba vueltas sin cesar deliberadamente (al menos eso me pareció) una carpeta cuya
tapa verde-amarilla (verde-amarello)87 llevaba las famosas iniciales (por lo menos para mí)
DOPS (Departamento de Ordem Política e Social)88 ”(Besserman, 1998, Pg.67)
En agosto de 1975 Besserman parte a Londres donde expone esta situación ante el
Consejo Ejecutivo de la Asociación Internacional de Psicoanálisis. Fue recibida –entre
otros- por el presidente Serge Lebovici y Daniel Widlöger. Allí ante ellos “les mostré el
conjunto de la correspondencia intercambiada con el Consejo de la SBPRJ, les leí las
acusaciones,...les mostré la Revista Cuestionamos... Serge Lebovici se mostró asombrado.
87
Los colores de la bandera del Brasil.
88
Servicio de inteligencia y de represión. Brazo estatal de la represión política en Brasil durante el período en
que permaneció bajo dictadura.
89
La ausencia de comillas en algunas de estas citas se debe a que fueron resumidas por mi , aunque
conservando la mayor fidelidad posible; son más extensas en el original. Las comillas corresponden a la
literalidad del texto.
79
No entendía qué hacía el diario clandestino Voz Operária entre mis documentos. Daniel
Widlöcher le explicó que se trataba de un diario clandestino similar a los difundidos por la
Resistencia francesa bajo la ocupación. Esta aclaración pareció conmoverlo ¿Acaso su
padre, Solo Lebovici, Judío Rumano, no había sido detenido por la GESTAPO y deportado
a Auschwitz de donde nunca había regresado?
80
Capítulo IX
La tradición maldita
Es posible trazar una línea histórica que une las figuras de Werner Kemper,
fundador de la Asociación Psicoanalítica de Río de Janeiro y docente de Leao Cabernite,
quien a su vez fue analista didacta de Amilcar Lobo y quien supo y ocultó sus actividades
criminales argumentando la “defensa del psicoanálisis”. En su defensa, ante la acusación de
connivencia con la dictadura militar, Cabernite invita a la Sociedad Psicoanalítica de Río de
Janeiro a “no hacer concesiones que deformarían las ideas de Freud” (Besserman, 1998, Pg.
125).Con esto busca apoyar el principio de “apoliticidad”, de imparcialidad ante la
contingencia, puesto que tal cosa contaminaría al psicoanálisis y, se desprende de lo
anterior, su actitud hierática, lo preservaría con buena salud y científicamente productivo.
Cercado ante las evidencias y las resoluciones, Cabernite hace una declaración en la
que termina diciendo: “Para terminar, insisto en que la SPRJ no está en su ámbito de
influencia, y que el Consejo Regional de Medicina de Río intenta dañarla alcanzando a
algunos de sus miembros, transformados en chivos expiatorios. Pero es mi deseo que la
Institución Psicoanalítica siga siendo fiel al espíritu de Freud, quien ante las amenazas del
nazismo, dio instrucciones a Max Eitingon, Presidente de la Sociedad Psicoanalítica
Alemana, para que no hiciera concesiones que pudieran deformar la ciencia que él había
creado”. (Besserman, 1998, Pg.128)
Lo que no logra integrar Cabernite es que Eitingon fue expulsado por judío,
perseguido por los nazis, y que entre los psicoanalistas arios que mantuvieron una pacífica
convivencia con los nazis estaba su propio maestro Werner Kemper, de quien “algo” habrá
recibido.
81
Besserman concluye: “Lo que muestran los hechos es que Kemper permaneció en
Alemania comprometiéndose a hacer las “concesiones” exigidas por el régimen nazi, para
“salvar al psicoanálisis”. En su defensa, Cabernite, identificándose talvez con su maestro,
invita también a que la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro se comprometa en la
misma causa, en connivencia con la tortura de presos políticos.” (Besserman, 1998, Pg.128)
Luego de conocer la publicación del libro en que Helena Besserman narra esta
historia, Serge Lebovici, reacciona amenazando a Besserman con demandarla judicialmente
ante lo que considera difamaciones y, declarando total amnesia de sus dichos y cartas
anteriores, exige retractaciones públicas de la autora.
82
Capítulo X
La Situación Argentina
83
Marie Langer no sólo participó de la fundación de la APA, sino que llegó a ser su
presidenta, determinando en varios aspectos, parte del destino de esa institución.
“Buenos Aires por la época en la que comienza esta historia (fines de los treinta) a
fines de los años treinta era una ciudad muy sofisticada culturalmente; tanto como para
albergar en su seno una idea tan revolucionaria y novedosa como era el psicoanálisis por
entonces y como para que este lograra difusión sorprendente
El psicoanálisis florece en Buenos Aires en cierta franja del espacio social; contaba
la ciudad por esa época con una extensa clase media de ideas liberales, ávida de cambios;
integrada mayormente por inmigrantes europeos e hijos de inmigrantes, con poco arraigo
en la nueva tierra y enfrentada política e ideológicamente con los valores conservadores y
ultracatólicos de las clases tradicionales de la sociedad argentina, clases enquistadas en
todas las zonas de poder académico y universitario”. .” (Resnicoff)
90
Se conoce como Cordobazo a un importante movimiento de protesta ocurrido en Argentina el 29 de mayo
de 1969, en la por entonces industrializada ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre.
91
Langer, 1987, Pg. 16.
84
“El interés y la curiosidad despertados (por el psicoanálisis) eran tales que hasta
había programas de T.V. sobre psicoanálisis; recuerdo especialmente uno: “Claudia
(nombre de la revista femenina auspiciante) mira la vida;” programa que consistía en la
puesta en escena (por excelentes actores) de personajes conflictuados o de situaciones
familiares difíciles; luego, un psicoanalista ensayaba una comprensión de los allí
representado. Esto sucedía hacia fines de los cincuenta
Hubo en especial una actividad de difusión que tuvo mucha trascendencia, en 1956
Arnaldo Rascovsky y Angel Garma comenzaron a dictar un curso "de Difusión del
Psicoanálisis en la Universidad", que se repitió durante varios años; el auditorio en el que
se dictaba estaba siempre lleno, era la primera vez que el psicoanálisis entraba en la
Universidad. Muchos de los estudiantes asistentes, al concluir sus estudios médicos
solicitaron formación psicoanalítica”. (Resnicoff)
El clima cultural en Buenos Aires era mucho más receptivo, existían grupos de
mentalidad abierta a las novedades; la tradición religiosa pesaba menos que en España.
Garma y Cárcamo (cuando se incorporó a su regreso) fueron bien recibidos en esos grupos,
no así en los ambientes médicos. En Buenos Aires se había oído hablar de Freud. Algunas
personas lo estudiaron, entre ellas Arnaldo Rascovsky y Enrique Pichon Riviere, Cárcamo
regresa y se integra al grupo. Más adelante se agrega Marie Langer, médica austriaca
formada en Viena. Estos constituyen el grupo fundador de la APA, fundación que tiene
lugar en 1942. Fue un grupo imbuido de cierta mística, muy convencido del valor y de la
verdad de las ideas psicoanalíticas. 92
92
Resnicoff.
85
en peligro de ser invadido por los recién llegados, ensayaron distintas maniobras
defensivas. La Asociación Psicoanalítica presentaba un flanco especialmente débil: Estaba
formando no médicos; y esto desde el punto de vista legal era ejercicio ilegal de la
medicina; por ahí comenzó a ser atacada. Un episodio, notorio en su momento, en cierto
sentido "pintoresco", ilustra las reacciones del establishment médico hacia el psicoanálisis;
a Horacio Etchegoyen no se le permitió acceder a la cátedra de psiquiatría de la
Universidad de Mendoza, por ser psicoanalista, se le cuestionó un trabajo clínico que
presentara y en el que como en todo trabajo psicoanalítico se hablaba de las fantasías
sexuales inconscientes del paciente; el trabajo fue objetado por "obsceno e inmoral y
anticientífico". Esto sucedía en 1963 aproximadamente.
Recordemos que Freud ya había discutido este asunto muchos años antes cuando
algunos de los psicoanalistas legos habían sido cuestionados por la misma razón muchos
años antes, inclinándose por una formación menos vinculada a la tradición médica93
93
ver su artículo “Análisis Profano”.
86
Nuevamente y por las mismas razones políticas: Aceptación, reconocimiento
institucional, el psicoanálisis institucionalizado cede con el argumento de “salvar al
psicoanálisis”.
¿Qué consecuencias trajo esto? Resnicoff agrega: “La imposición de la veda no dejó
a los no-médicos fuera de carrera, simplemente estableció clases sociales, en la práctica
profesional, los no médicos y los que no pertenecían a APA, cobraban honorarios
sensiblemente menores; estableció una cierta lucha de sexos ya que la gran mayoría de los
aspirantes a psicoanalistas no-médicos eran mujeres.
87
Bajo las dictaduras militares la cosa fue mucho más difícil y complicada. La APA
intentaba ser políticamente prescindente; pero es muy difícil mantenerse prescindente frente
a groseras violaciones de los derechos humanos. Intervenir, era muy peligroso, se había
implantado el terror, reinaba el miedo. Algún colega desapareció, algún otro fue torturado y
obligado a abandonar el país, alguno detenido en virtud de estado de sitio y mantenido en
prisión sin juicio ni condena por largos períodos, hijos adolescentes de colegas (15 o 16
años) desaparecieron. La APA decidió mantener perfil bajo”. (Resnicoff)
“El profesor Hugo Vezzeti94 se pregunta ¿No es llamativo para una indagación y un
juicio sobre la dimensión ética y política del psicoanálisis, que las sociedades médicas, a
partir de principios tradicionales de la moral hipocrática, haya sido capaz de resolverlo
mucho mejor?
94
Historiador del psicoanálisis y la psicología. Profesor de la UBA. Miembro del consejo de dirección de la
revista Punto de Vista.
95
http://www.pagina12. com.ar/1999/suple/psico/99-10/99-10-07/psico01.htm
96
Publifolha, 2002, Pg. 119.
88
Capítulo XI
No obstante quisiera comentar algunos aspectos de dos artículos sobre esta historia
que me parecen contrastantes. Por una parte, lo consignado por Omar Arrué en el texto
recién mencionado. En este artículo, al referirse a las cuestiones sociopolíticas, señala que
la asociación no se vio afectada por los acontecimientos del entorno, sino que continuó con
su trabajo -se entiende- con relativa normalidad: Formando candidatos, recibiendo a
autoridades de otras sociedades psicoanalíticas y en sus propias palabras: “Varias veces
recibió visitas internacionales incluyendo la de presidentes y de autoridades de la
Asociación Psicoanalítica Internacional, las cuales nunca plantearon de una manera formal
problemas, abordajes o declaraciones en relación al quiebre democrático de nuestro país, ni
en relación a las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el gobierno militar”.
(Arrué,1991)
¿Qué puede se de este párrafo ¿que si los invitados extranjeros dotados de tan alta
investidura, no tocaban el tema, los miembros locales no debían cometer el desaguisado de
mencionarlo? ¿O que debía entenderse que si aquellos invitados no lo planteaban era por
que al psicoanálisis no le era propio hablar de estos asuntos?
Por otra parte, parece reforzar la idea de que la tendencia de los representantes de la
IPA actuaban de un modo político en su representación institucional, que evitaba
groseramente hacer referencia a cuestiones que contravinieran las disposiciones del
régimen de turno, aunque esta práctica resultara una contradicción ética mayor.
97
En Chile no existió otra agrupación de psicoanalistas hasta que recién después del año 2000 los miembros
del Instituto Chileno de Psicoterapia Psicoanalítica, comenzaron un proceso de transformación que culminó
con la creación de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis.
89
No quisiera dejar pasar que llame gobierno a una dictadura ni que se refiera al golpe
llamándolo “quiebre democrático”. Lo más probable es que en el ámbito de su consulta no
dejara pasar estas concesiones lingüísticas a sus propios pacientes. El ejercicio habitual del
psicoanálisis demanda una constante “atención flotante” precisamente a aquellas
construcciones lingüísticas que dan cuenta del deslizamiento de lo reprimido.98
En este mismo artículo, señala que los psiquiatras o psicólogos tenían participación
gremial o política en sus propias instituciones (Colegio médico, Colegio de psicólogos),
pero no así al interior de la APCH. ¿Debe desprenderse de esto que hablar de la situación
política imperante constituía un acto político y una claudicación automática en el ejercicio
del psicoanálisis?
98
Ver Freud Obras completas: “La represión”. Y Coloma Integración en Psicoterapia 1992, Cecidep,
Santiago de Chile Capítulo 5 “EPISTEMOLOGÍA PSICOANALÍTICA: UNA APROXIMACIÓN”.
99
Comunicación personal.
90
Capítulo XII
Gabriel Castillo
100
La información escrita sobre Gabriel Castillo es escasa. Las notas y comentarios de este capítulo se
refieren esencialmente al libro “Porque Fuimos Médicos del Pueblo” escrito por la Comisión de Solidaridad
con Médicos Objeto de Represión, creada al interior del Colegio Médico de Chile; y a la página de Internet
“Memoria Viva”, referida a la conservación y actualización de la información referente a Detenidos
Desaparecidos en Chile. Unos pocos datos complementarios fueron obtenido a través de entrevistas o
conversaciones de personas mencionadas en este trabajo.
91
las 11:30 hrs., dejando en el lugar su automóvil, según atestiguó Luis Bastías, un joven que
trabajaba en la casa del médico.
Castillo había sufrido una detención previamente durante el año 1975, pero fue
puesto en libertad. Poco antes de su desaparición había intervenido públicamente en una
misa que se realizó en la Parroquia Universitaria, en memoria del ex canciller Orlando
Letelier, asesinado en Washington.
Habría dicho a los asistentes que perdieran el miedo a expresarse en contra de los
atropellos a los derechos humanos que se perpetraba cotidianamente en Chile. Es posible
que entre los asistentes se encontraran agentes de seguridad del régimen.
El único reconocimiento oficial que existe sería la consignada en una carta que la
Sra. Daniela Cerna Riquelme, madre de Gabriel, enviara en diciembre de 1982 al presidente
del Colegio Médico, en ella señala que la Policía de Investigaciones "reconoció la
detención del doctor Castillo", no especificando si se refiere a la primera o a la relacionada
con su desaparición. (Maldonado, Moya, Romero & Vega, 1999, Pg. 383)
101
Este elemento podría ser relevante a la hora de explicarse las razones de su desaparición.
102
http://www.memoriaviva.com/desaparecidos/D-C/cas-cer.htm
92
"simpatizante comunista". Quienes lo conocieron coinciden en que “la militancia y la
defensa de intereses partidarios estaba lejos de caracterizar la personalidad de Castillo”103.
Gabriel Castillo Nació en la Zona de Los Ángeles; y era hijo de campesinos. Desde
temprano habría debido huir junto a su madre, fruto de las amenazas y peligros los que
habrían provenido de su propio padre. Al llegar a Santiago, su madre se emplea en casas
particulares y –según relata Jorge Bianchi, quien fuera su compañero de curso y amigo-
“ninguna de estas casas fue un hogar para Gabriel. Se sintió marginado, discriminado y
maltratado”. (Maldonado, Moya, Romero & Vega, 1999, Pg.385)
103
Comunicación personal.
104
http://www.memoriaviva.com/desaparecidos/D-C/cas-cer.htm
105
Comunicación personal de Claudio Duran.
93
Asociación Psicoanalítica Chilena. No es posible –hasta ahora- precisar si habría terminado
esta formación o no. El libro de la Comisión de Solidaridad, dice al respecto: “era
partidario de la escuela psicoanalítica, perteneciendo al Instituto de Psicoanálisis”.
(Maldonado, Moya, Romero & Vega, 1999, Pg. 387), sin embargo algunos entrevistados no
logran precisar esta información.
Existe registro de una entrevista realizada por la periodista Lucía Gevert para el
diario “El Mercurio” hecha el 21 de noviembre de 1971, en ella Castillo se refiere a dos
lineamientos fundamentales, en función de los cuales se plantea trabajar activamente:
“cómo disminuir la violencia y de cuanto él valoraba la comunicación y palabra como
medios de relación entre los seres humanos”. (Maldonado, Moya, Romero & Vega, 1999,
387)
Aunque existen otras personas que podrían enriquecer los pocos datos biográficos
aquí entregados, entendemos que escapan a los fines de este trabajo.
Su hija es actualmente profesora y madre de dos hijos:“.. que sin saberlo, llevan tu
mirada penetrante, sincera...”106
106
Extracto del poema “Detenido Desaparecido” que le escribiera su hija Claudia Castillo.
94
Aunque no aparezca en las nóminas de los miembros históricos de la APCH,
Gabriel Castillo se lo encuentra en la memoria de los que lo conocieron y figura hasta
ahora en la letra “C” de la “Lista completa de casos” de Detenidos Desaparecidos de Chile.
Capítulo XIII
Resultó que la mayoría de las entrevistadas fueron mujeres. Cinco de ellas eran
médicos psiquiatras y se especializaban en psiquiatría infantil. De estas últimas, tres se
habían desempeñado en el mismo lugar de trabajo desde un par de años antes del golpe de
estado y dos de ellas resultaron haber sido maestras de la tercera. Todas ellas –a excepción
de la última- se reconocían teniendo una ideología política de izquierda.
Quizás el dato más relevante es que de los 32 sujetos que se intentó contactar, sólo
pude entrevistarme realmente con 6 (5 en persona y una telefónicamente). La gran mayoría
prefirió no referirse al tema.
Casi todos los entrevistados querían que su nombre no apareciera. Prefirieron evitar
hablar e inscribirse personalmente tomando alguna posición en torno a los temas
consultados.
En todas las entrevistas, me parece destacable la vaguedad para precisar las fechas
de hitos históricos tan notables. Por contraparte, recordaban las fechas de inicio y término
de sus formaciones con precisión, los ingresos y despidos de lugares de trabajo, etc. Sin
embargo no podían precisar las fechas de la muerte de Gabriel Castillo, por ejemplo en
referencia al golpe de estado. Una de ellas no podía recordar siquiera el nombre a pesar de
sentirse realizando un “acto de profunda rebeldía”. Por ejemplo en la entrevista dos, se
señala que Castillo “hacía clases en alguna universidad en psicología, parece”, lo que
resulta particularmente curioso, toda vez que en esos años (década de los setenta) sólo
había dos escuelas de psicología en Chile y ambas se encontraban en la capital Santiago.
95
detención de Juan Pablo Jiménez, ningún entrevistado reconoce que la Asociación
Psicoanalítica realizara esfuerzo alguno por esclarecer, informar ni menos defender a uno
de sus miembros. Luego de estos acontecimientos, la Asociación parecía retornar a sus
actividades académicas inmutablemente, como si nada hubiese ocurrido.
En tres de las entrevistas (las más extensas) cuando se refieren a sus dinámicas en la
relación con los poderes internos, parecen transmitir un tipo de vínculo fuertemente
autoritario e infantilizante hacia sus miembros, por ejemplo: No podían acceder a las
reuniones científicas de la Asociación siendo candidatos (aunque todos ya contaran con un
título en medicina o psicología, que les haría capaces de comprender las discusiones allí
planteadas).
96
Se bserva que las entrevistadas tomaban conciencia de una serie de autocensuras
ante las cuales parecían haber claudicado por anticipado, durante el transcurso de las
entrevistas. “no sé qué habría pasado si lo presentaba [el trabajo con torturados]”, “no, yo
nunca plantee lo que estaba haciendo [en la atención de detenidos políticos en sus consultas
privadas]”.
Capitulo XIV
Discusión
El número claramente insuficiente de entrevistas, reduce en gran medida la
generalización que podamos hacer de las conclusiones aquí extraídas, en todo caso, si lo
pensamos desde un punto de vista de la metodología cualitativa utilizado aquí Según Ruíz
“los métodos cualitativos parten del supuesto básico de que el mundo social es un mundo
construido con significados y símbolos, lo que implica la búsqueda de esta construcción y
de sus significados” Es decir, se cuestiona la validez y legitimidad del modelo lógico
positivista, su supuesta neutralidad y la objetividad de sus observaciones. La técnica
positivista sucumbiría ante la ilusión de la objetividad reflejando más un anhelo de control
e independencia epistemológica “más que su práctica real”. (Ruíz, 2003, Pg. 31)
En tal sentido, estas pocas entrevistas pueden permitir captar el sentido de sus
corpus sociales de referencia en tanto trasmiten un sentido o vivencia común, es decir, en
tanto representantes de un discurso institucional. Por otra parte, este discurso puede
entenderse refrendado por un gran manto de excusas, omisiones y silencios manifestados en
todas aquellas personas que prefirieron no hablar. ¿Qué características podría tener una
organización cuyos miembros prefieren el silencio a la palabra, que por definición es
social?
97
a.- Dado que la mayoría de los entrevistados no me conoce ni tiene como verificar
mis automáticamente mis “filiaciones”, podría sentir reticencias a tratar un tema “delicado”
con un desconocido.
b.- Alguno podría preferir no hablar de este tipo de temas con un integrante de la
Sociedad Psicoanalítica “rival”. 107
c.- Dada la existencia de una política implícita, aparecer revelando opiniones o
ventilando hechos que podrían revelar contradicciones en su discurso, podría poner en
aprietos políticos a quienes participaran de un tema como este.
d.- Es posible que varios analistas se sientan inseguros y amenazados, es decir, “sin
discurso” al ser empujados a un ámbito que no es de sus intereses cotidianos del ámbito
privado clínico donde sientan mayor experticia. Lo que podría revelar “la clásica y
discutible división individuo-sociedad, por la que lo psíquico y lo social, deberían separarse
radicalmente desde sus mismas génesis, para luego tratar de pensar sus posibles cruces,
articulaciones, homologaciones, complementariedades, etc.” (Perrés, 2000, Pg.23)
Castel propone que esto sería el “meollo del problema”, y no un accidente, es decir
que el psicoanálisis produce apoliticismo así como el panadero produce pan. No podría
interpretarse como que algo falló, sino como el producto consecuente del corte y exclusión
de lo político-social y agrega “que por la mediación del didacta este tipo de apoliticismo se
reproduce a la vez como producto y como productor de las condiciones de su propia
reproducción en el aprendizaje del oficio de analista” (Castel, 1980, Pg. 51)
En su libro testimonial, Paul Steinberg narra setenta años después, sus experiencias
cuando siendo adolescente tuvo que sufrir la reclusión en campos de concentración nazis.
Me interesa rescatar más que nada, sus encuentros –o desencuentros- con la sociedad civil a
su regreso. Dice: “Mi retorno del campo no se distinguió en nada del de otros que han
sabido describirlo. Los que me esperaban se taparon los oídos. Los que pudieron, me
esquivaron...el precipicio era infranqueable. Saqué las conclusiones pertinentes y me callé”
(Steinberg, 1999). De esto, me parece que se desprende un fenómeno habitual ante este
tipo de crueldades humanas, que luego son repetidas en lo que algunos autores llaman la
retraumatización, es decir, el aislamiento, el ostracismo, en que cae la víctima luego que
encarna aquel aspecto de lo humano que busca seguir siendo negado o renegado. Como si
al mantener a raya las víctimas, la maldad misma se mantuviese contenida y la esperanza
gozase entonces de buena salud.
107
Existió hace unos cuatro o cinco años, una circular en que se prohibía a los docentes de la Asociación
Psicoanalítica Chilena, efectuar docencia en la Sociedad Chilena de Psicoanálisis (que no pertenece a la IPA,
sino a la International Federation of Psychoanalytic Societies).
98
“Metáfora de dos mundos incomunicados y no miscibles, de una radical
heterogeneidad que alimenta la sordera entre el mundo de los afectados y de los supuestos
indemnes y lleva a Michel de Certeau a exclamar con simplicidad elocuente. “de la tortura:
de eso, no se quiere saber, ni se puede creer”.Este nudo confirma la vigencia de la
afirmación de Ferenczi de que lo más traumático no es el trauma mismo, sino la desmentida
del hecho traumático. Sordera activa, por una parte peligrosa porque encierra al sufriente en
un ghetto, también imprescindible porque nadie puede vivir sólo en la melancolía, sofocado
por lo más abyecto de una acción humana.” (Viñar, 2005, Pg. 29-63) 108
Para Marx, “el individuo es un ser social” y Freud sentencia: “La psicopatología
individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social”. No obstante en
múltiples abordajes disciplinares, lo que se encuentre de lo social es un punto reducido a las
palabras “realidad” o “mundo exterior”. Falta en ellos –agrega León Rozichner- “una teoría
de la subjetividad que contenga en sus presupuestos mínimos la densidad histórica del
mundo que la organiza como tal, no como algo aleatorio o agregado, sino donde esté
implicada en su misma trama y estructura, determinando también la trama del individuo”.
Para este autor es Freud quien avanza en este camino de abarcar lo que él denomina “la
determinación histórica de la subjetividad”, a través de su articulación y organización del
concepto freudiano de “aparato psíquico”, donde “la sociedad se ha interiorizado hasta tal
punto en el sujeto, que éste aparezca congruentemente integrado dentro de la re-producción
del sistema que lo produjo”. (Rozitchner, 2003, Pg. 13)
En este mismo sentido continúa José Perrés: “sería hoy difícil sostener una postura
semejante (la de individuo aislado de lo social) , ya que pensamos que el sujeto se
constituye simultánea e inevitablemente, y aún antes de su nacimiento, en alguna de esas
dimensiones, en función de los deseos parentales, como sujeto biológico, psíquico,
institucional y social –en el sentido de pertenecer simultáneamente a las redes de
estructuración y sujetación de los órdenes biológicos, psicológico, institucional y social-
Son solamente las “miradas disciplinarias”, las que suelen hacer recortes simplificadores en
esa compleja y muy problemática “unidad” constitutiva, nada lineal por cierto y carente de
toda solución de continuidad entre las dimensiones heterogéneas en juego”. (Perrés, 2000,
Pg. 23)
108
Ver también Díaz, 2005, 20-21.; Becker Castillo, 1993, 54 -55.
109
Valdez, 1999.
99
fundamentos de la vida, del desarrollo y del progreso vistos como acumulación y
crecimiento estables y correlativos” (Valdez, 1999)
Pero, ¿por qué tendría que preocuparnos del carácter particular que jugaría lo
político social al interior del dispositivo analítico? Tal vez, porque lo que se produce (o
reproduce) del psicoanálisis “depende en gran medida del marco experimental de su
producción” (Castel, 1980, Pg. 44)
100
En su respuesta a Einstein sobre el porqué de la guerra en septiembre de 1932,
Freud señala: “En la situación original domina el mayor poderío, la fuerza bruta o
intelectualmente fundamentada. Sabemos que este régimen se modificó gradualmente, en el
curso de la evolución, que algún camino condujo de la fuerza al derecho; pero ¿cuál fue
este camino?
Yo creo que sólo pudo ser uno: El que pasa por el reconocimiento de que la fuerza
mayor de un individuo puede ser compensada por la asociación de varios más débiles.
La violencia es vencida por la unión; el poderío de los unidos representa ahora el
derecho, en oposición a la fuerza del individuo aislado. Vemos, pues que el derecho no es
sino el poderío de una comunidad”. (Zukerfeld, 1986, Pg. 54)
Sin embargo este proceso había sido iniciado ya antes por el propio Freud. En
efecto, un día de 1912 el fundador del psicoanálisis cerró una ceremonia en la que creaba el
“comité secreto”, inspirado por Ernest Jones, el biógrafo oficial, y por Sándor Ferenczi, el
nuevo delfín, cuya tarea sería textualmente “purgar todas las excrecencias teóricas y
coordinar nuestros propios fines inconscientes con las demandas e intereses del movimiento
(Jones, 1979)” (Waisbrot, 2002, Pg. 165) .Vale decir, una dirección en las sombras, con
independencia de cuales fueran las directivas electas de turno. Esto es la encarnación de un
sistema antidemocrático, alejado de cualquier afán científico justificable. A mi modo de
ver, un elemento constituyente y determinante de allí en lo sucesivo, del quehacer
psicoanalítico.
En esta ceremonia, es sabido que el propio Freud, entregó a cada uno de los
integrantes un anillo que él mismo había mandado grabar: Una antigua talla griega,
engastada en un anillo de oro. Lejos de cumplir con los dictados de Zaratustra: “Vosotros
no os habéis buscado aún; entonces me encontrasteis. Así hacen todos los creyentes: por
eso es la fe tan poca cosa.
101
Ahora os mando que me perdáis y que os encontréis a vosotros mismos” (Nietzche,
1891, Pg. 56)110 El mandato de Zaratustra era para destruir el discurso único, del mismo
modo como en algunas tribus el alfarero más viejo entrega en una ceremonia su mejor
vasija al alfarero más joven, no para que la erija en elemento de adoración, sino para que la
haga mil pedazos y con esa arcilla construya las propias.
Según Roudinesco, en el mismo momento en que Freud crea este comité, con el
propósito de reforzar la validez de sus descubrimientos, crea al mismo tiempo condiciones
que van en contra de esos mismos fines. “La Asociación Internacional de Psicoanálisis
jamás se podrá disolver y desde que nace, el psicoanálisis deja de existir como movimiento
de vanguardia”. (Waisbrot, 2002, Pg. 171)
Pensemos en el estilo de una docencia centrada en la aprensión del texto literal. Una
docencia que excluye el disenso y que se centra en la obediencia a la letra en vez de a la
exploración de su sentido.
Por ejemplo, durante el nazismo, en la medida en que las leyes raciales avanzaban
en su carrera de destrucción y aislamiento, las cartas de Anna Freud comienzan a repetir
una palabra: “Sorgenkinder” es decir: “niños con necesidad de cuidado y causantes de
preocupaciones” Al respecto Steiner comenta: “su empleo de la expresión, parece tener una
significación particular y es preciso no ignorarlo...porque su empleo suscita la impresión de
una familia extensa compuesta por criaturas, niños, hermanos y hermanas mayores y padres
cuyo deber es ponerlos bajo su ala. Las personas a quienes se refería en esos términos, no
eran sino psicoanalistas adultos quienes al encontrarse en circunstancias muy precarias, se
veían obligados a volver, por así decirlo, a una situación de dependencia de Anna, Jones y
de los norteamericanos”. (Steiner, 2003, Pg. 29)
110
Id ant. Pg. 175.
102
En las entrevistas puede observarse la descripción de actitudes igualmente
infantilizantes. La entrevistada cinco es tal vez quien se refiere a este aspecto con mayor
claridad.
La razón puede transformarse en una línea de fuerza, dura, cerrada sobre sí misma,
cuando se desliga de la reflexión volviéndose una imagen monocorde, aislada de la
realidad y suplantándola, previsible y perfecta, que trata de imponer, bajo el dominio del
ideal narcisista y por esa vía, al servicio de la destrucción y de la pulsión de muerte.
Dunayevich agrega: “Se produjo una profunda división de la mente, que fue
denominado clibaje por J. Bleger, en donde tanto en la mente como el registro de la
realidad quedan constituidos dos sectores, que de ahí en más convivirán permanentemente.
Desde Kant se nos enseña que sólo podemos percibir aquello que sabemos, percibir
aquello que nuestras propias distinciones cognitivas nos posibilitan. En Freud esto adquiere
forma dinámica; es decir, plantea que la percepción así como las demás variables de la vida
anímica, están sujetas a una determinación que es desconocida por el sujeto. Pero la
mayoría de los autores parecen coincidir en el uso de mecanismos defensivos que apuntan a
desmentir la realidad o bien a renegarla. A estos mecanismos Freud se refirió como formas
defensivas más radicales, poner un parche de fantasía allí donde se encontraba la realidad o
103
bien, “tratar como no acontecida la representación”es decir, algo que el propio sujeto no
puede sostener del conocimiento de sí mismo, pero que en lugar de modificar un aspecto
del psiquismo, se comporta infligiendo un menoscabo a la realidad y empobreciendo
severamente su propio aparato mental. En tal sentido ¿qué es lo que la sociedad
psicoanalítica no podría saber de sí que le imposibilita la percepción de los hechos de
autoritarismo y violencia omnipresentes a su alrededor?
Tal vez después de la dictadura en Chile, entre los analistas que mantuvieron el
silencio y quienes se comprometieron en actividades que la combatían subsistan profundas
desconfianzas que se expresan en este caso en la gran mayoría de silencios y excusas a
participar ventilado públicamente su opinión y tal vez al uso que pudiera hacerse de esto.
Pero ¿de dónde proviene ese temor? “Las estructuras sociales en las que el poder se
asienta sobre la muerte o desaparición de los opositores reales o supuestos, generan una
fuerza enajenante que amenaza efectivamente de muerte a todos los que la constituyen.
Establece un sistema de relaciones y comunicaciones caracterizadas por el dilema
“enajenación o muerte”, que se acerca al sistema de la problemática psicótica perseguido-
perseguidor que define la paranoia. Con una gran diferencia: no se trata de un delirio, para
el perseguidor ni para el perseguido, se ha constituido como realidad social, aunque sea
parecida a representaciones fantasmáticas a las que no es ajeno ningún sujeto.
Esto puede ser fácil de entender porque así formulado queda como ajeno, viene
desde afuera. Lo más doloroso es reconocer que la fuerza del sistema de poder genocida-
enajenante reside tanto en la efectividad del poder mortífero, como en su capacidad de
104
reproducirse en todas las relaciones sociales. No solamente los opositores o los que
detentan el poder corren peligro de muerte; en la misma organización familiar, así como en
todas las otras organizaciones sociales, circula un poder de muerte que cada uno corre
como peligro propio y como amenaza sobre los demás” (Galli, 1986, Pg. 35)
“El sistema de “terror” funciona de esta manera, haciendo que los sujetos y los
grupos excluyan percepciones y enajenen pensamientos que no coinciden con ese brutal
mandato de sometimiento o muerte. El terror y los hechos que los sostienen dejan de ser
hablados y pensables. Los que hablan de ello rompen el pacto social. Además el horror es
inaguantable y pone en funcionamiento mecanismos de rechazo de su reconocimiento.
Horror y terror se alían para que por razones de supervivencias y para evitar angustias
intolerables, el grupo familiar y los sujetos enajenen pensamientos cuestionadores del orden
dado” (Galli, 1986, Pg. 36)
“Todo esto ha estado presente en nuestro país hasta hace poco tiempo, sus efectos
todavía existen y tiene persistencia en las personas y en sus organizaciones. Desconfianza y
escepticismos sobre las posibilidades de cambios mediante el compromiso y la
desenajenación, constituyen un obvio problema político. Aunque es también un problema
específico para psicoanalistas y trabajadores de la salud mental en sus prácticas cotidianas
como terapeutas. También lo es en nuestras prácticas y dinámicas institucionales en los que
predominantemente se dieron efectos similares a los descritos.” (Galli, 1986, Pg. 37)
Pero los efectos del autoritarismo sobre el psicoanálisis no sólo se expresan a través
de la deformación y el desánimo de los integrantes que permanecieron; también quienes
emigraron, el grupo de psicoanalistas alemanes que se salvaron, como Fenichel, Annie
Reich, Edith Jacobson, Nunberg y muchos otros, en su mayoría con ideas políticas de
izquierda, ocultaron durante el resto de sus vidas su ideología por temor al macartismo.
Marie Langer también recuerda en sus memorias, que “durante casi treinta años
acalló su pensamiento político, dado su temor y su condición de inmigrante y se convirtió
en una prestigiosa analista ortodoxa”. (Dubcovsky, 1984, Pg. 161)
105
elaboraciones parciales de lo traumático. Apareciendo como actual puede tomar
multiplicidad de características”. (Galli, 1986, Pg. 36)
En su libro “Memorias”, se le pregunta a Marie Langer “¿Por qué piensa que fuera
de la asociación psicoanalítica se piensa con más libertad? Ella responde: “Intento aclararlo
en la charla que di el ´74 en el ciclo de conferencias organizado por Arnaldo Suárez y
publicado posteriormente. Ahí hablo del malestar y de la culpa social reprimida, de la cual
sufrimos muchos analistas, y del clima tenso reinante en las sociedades psicoanalíticas
¿Permites que me cite a mí misma? Describo cómo nuestras asociaciones se estructuran a
través de grupos en forma de pirámides y liderados por cada analista didáctico nuestro. La
cohesión de estos grupos está dada por el uso y, a menudo, el abuso de la transferencia y
por la contratransferencia que se establece en la situación forzosamente regresiva de los
análisis didácticos interminables. Las consignas de cada grupo provienen de los conflictos
del líder, pronto compartidos por todos, entre su vocación mesiánica y su idea de salud
mental. Tanto él como sus adeptos, deben ser modelos de felicidad, ya que esto no se logra,
se proyecta la culpa. El grupo opositor es acusado de todos los fracasos. Entiendo recién
ahora, que estas características, nos hacen especialmente sensibles ante el sentimiento de
culpa social reprimido y vuelven a nuestras sociedades, integradas por gentes largamente
analizadas, que debieran ser un modelo de amor y colaboración, en modelo de discordia”.
(Langer, 1984, Pg.83)
Sin embargo agrega: “Me parece útil, para completar este razonamiento, mencionar
que el psiquismo con sus leyes de funcionamiento, no surge como una expresión innatista
de la maduración del cuerpo anátomo-fisiológico ubicado en un medio físico-geográfico,
sino como una sociogénesis. Esta sociogénesis incluye obviamente a la familia, la escuela y
la sociedad (los llamados por Althusser aparatos ideológicos del estado). Esta sociedad
tiene instituciones políticas, laborales y culturales. La Obra de Freud, desde sus trabajos
sobre la histeria, hasta sus escritos sociales, muestra como el psiquismo se estructura sobre
la base de experiencias cuyo registro tiene la marca de la influencia de los padres,
educadores y sociedad en general”. (Ricón, 1986, Pg. 118)
106
el estado y en ese sentido la política implícita de la organización psicoanalítica: “Te
mantendrás en primer lugar en buenos términos con el estado, porque nuestra frágil
disciplina puede desaparecer y ser arrasada con demasiada facilidad”.
Sobre todo la entrevista dos, pero también en menor grado la tres, insisten en hablar
de una institución “pequeña”, de emplear varias veces la palabra “pocos”.
107
Christopher Browning, historiador norteamericano contemporáneo, entrevistó
extensamente a 125 sobrevivientes del batallón 101, hombres de la policía de reserva del
Reich. Estos hombres debían cometer el asesinato sistemático de miles de judíos. Luego de
reflexionar sobre sus entrevistas y de repasar exhaustivamente posibles factores causales
como la psicopatía, sumisión, temor a la autoridad, etc., llega a una conclusión:
Cometieron los crímenes, porque no querían mostrarse como diferentes a los demás de su
mismo grupo “la incapacidad de decir no, por miedo a quedarse solos” (Viñar, 2005, Pg.
57) Algunos debían embriagarse para llevar a cabo su tarea, otros tranquilizarse dejando
huir a algunas de sus víctimas, pero lo esencial era no aparecer frente a sus compañeros
como disidente.
Los hallazgos de este autor son similares a los de Stanley Milgram sobre sumisión a
la autoridad. Este autor encontró que sólo un 20%, es decir, uno de cada cinco individuos
de las muestras exploradas, es capaz de resistir a la persuasión sugestiva de la mayoría en
situaciones de tensión extrema. 111
111
Viñar, 2005, Pg.57.
112
Mikota, 2005, Pg. 546.
108
silencio político, la asociación psicoanalíticas lo guarda obedientemente y conmina a otros
a hacerlo (recordemos la carta que habría escrito Omar Arrué a la IPA), para “salvar al
psicoanálisis”.
Veamos lo que nos aporta José Perrés: Freud “no cesó nunca de pensar la institución
psicoanalítica, de revelar sus temores frente al futuro que le esperaba después de su muerte
y también, lo que puede parecer más extraño, de teorizar sobre ella, pero lo hizo casi
siempre por vías de desplazamiento conceptuales, pudiendo leerse entre líneas sus
reflexiones y teorizaciones al respecto en muchos de sus trabajos de “psicoanálisis
109
aplicado”, especialmente aquellos que integran la línea conocida como “antropológico-
social”.
José Perrés, analiza el concepto de institución diciendo: “Freud usa una de las
acepciones más tradicionales con que se ha conceptualizado el término “institución” (e
“instituir”), precisamente a partir de su sentido etimológico. Recordemos, siguiendo a
Corominas, que “instituir” proviene del latín instituere que a su vez proviene de statuere:
Colocar, levantar. Todas esas acepciones son cultismos que se originan en el verbo estar,
del latín stare “estar firme”. “estar inmóvil”. (Perrés, 2000, Pg. 27)
Perrés propones una definición que en sus palabras “probablemente Freud hubiera
validado” sería la siguiente”...institución es la consolidación permanente, uniforme y
sistemática de conductas, usos e ideas, mediante instrumentos que aseguran el control y
cumplimiento de una función social” Sin embargo, lejos de estas ideas que recuerdan a
Durkheim o a Spencer , Perrés plantea: “En lo que a nosotros concierne, ya hemos
mencionado en la introducción a este libro que nos adheríamos en términos generales a
110
muchas de las conceptualizaciones propuestas por Castoriadis, Kaës, Lourau y Beremblitt
sobre la institución y, a fortiori, la institución psicoanalítica”. (Perrés, 2000, Pg. 28)
Se podría cuestionar el hecho que en períodos de paz tal dependencia del Estado,
parecería no observarse, sin embargo me parece posible oponer otra hipótesis: Durante
épocas democráticas en lo político, los intereses del estado coinciden con los de las
Sociedades Psicoanalíticas, por lo que su relación de dependencia se mantiene se hace
menos evidente, cosa que se revelaría en toda su crudeza durante períodos dictatoriales,
bajo los cuales las Sociedades Psicoanalíticas parecen reproducir las actitudes
antidemocráticas del estado de turno.
111
Elizabeth Roudinescu afirma: “Freud desconocía –al igual que sus herederos- la
esencia misma de la universidad. Surgida del gran modelo europeo medieval, la universidad
tal como fue prolongada por casi la totalidad de las sociedades democráticas modernas,
descansa en una única exigencia, esto es, que todo Estado deba reconocer de modo
incondicional su libertad, es decir, el derecho de todos los que dependen de ella, tanto
profesores como estudiantes, a decir públicamente todo lo que exige una investigación, un
saber o un pensamiento de la verdad. Ahora bien, este principio de incondicionalidad se
contradice de un modo flagrante no con la disciplina freudiana en tanto saber enseñable de
acuerdo con criterios ‘objetivos’, sino con la concepción de la laicidad reivindicada por las
asociaciones psicoanalíticas. Estas últimas se consideraron siempre, en efecto,
‘propietarias’ del saber freudiano, como si fueran las únicas habilitadas para decir su
verdad, hasta el punto que califican como ‘charlatan’ o ‘intelectual autoproclamado’ a todo
escritor, investigador o universitario que pretende definirse como freudiano o que trabaje
sobre el corpus freudiano sin pertenecer a una capilla poseedora de un distintivo”.
(Roudinesco, 2005, Pg. 116)
Y más adelante agrega esta misma autora: “Como se ve, las cosas no son simples.
Porque si el Psicoanálisis nunca pudo ser reconocido como una disciplina cabal, como lo
fue la psicología, la sociología o la antropología, fue precisamente porque no está
enteramente laicizado, ya que sigue siendo en parte propiedad de las asociaciones
psicoanalíticas, en virtud de que la formación en Psicoanálisis conserva siempre un carácter
‘iniciático (...). No siendo ya los bastiones o anexos de dichas sociedades, los
departamentos de psicología clínica son sin duda más ‘laicos’ que las parroquias
psicoanalíticas preocupadas por que el Estado las proteja”. (Roudinesco, 2005, Pg. 118)
112
societarios nacionales e internacionales, modo de “reclutamiento” de sus miembros y
“consumidores”, formas de reproducción institucional, etc. Pero también el análisis de las
redes inter y trans-subjetivas presentes en esas grupalidades psicoanalíticas (todo lo que
remitiría a una perspectiva más “psicoanalítica”). Por otro lado, una amplia constelación en
la que deben ser pensadas, entre otras cosas, desde las cambiantes representaciones
histórico-sociales en torno al Psicoanálisis ( o a los fenómenos “psí” en general) y a la
“enfermedad mental”, hasta las regulaciones sobre el ejercicio del psicoanálisis como
última profesión liberal en el capitalismo tardío, pasando por el análisis del aparato de
control económico-político y de poder que en él subyace, en sus vinculaciones con el
Estado y el poder político, etc. Sin dejar de tener en cuenta los vínculos entre el “saber
psicoanalítico” con los “saberes constituídos”, científicos, universitarios, populares, etc. En
una palabra un conjunto tan marcadamente heterogéneo que sólo fuertes renegaciones
pueden imaginar siquiera abarcable desde un sólo tipo de lectura”. (Perrés, 2000, Pg. 30)
¿Existe una salida, hay una solución posible a estos conflictos que subyacen a las
sociedades psicoanalíticas y probablemente a otras organizaciones sociales de nuestro país?
Al respecto Kusnetzoff indica: “Debemos recuperar los cadáveres. Si no podemos
recuperarlos, recuperar las huellas dejadas por ellos y sus asesinos. Si no podemos
recuperarlos, recuperar las huellas mnémicas en la mente de los que sobrevivimos. Y si no
podemos recuperarlas, reconstruir el pasado para intentar llenar de futuro lo desaparecido”.
(Kusnetzoff, 1986, Pg. 113)
113
Conclusiones
Me parece posible obtener algunas conclusiones importantes a partir de las
entrevistas, pero además de los antecedentes históricos reseñados al comienzo de este
trabajo:
En primer término, creo que de las entrevistas puede extraerse las siguientes
conclusiones sobre las normas implícitas reflejadas en el accionar de sus miembros, en sus
olvidos, y confusiones, tanto así como en sus confusiones en el relato, todo lo cual adquiere
gran valor interpretativo desde la óptica del psicoanálisis.
b.- Se omitió información política de gran impacto emocional en los pacientes tal
como lo refieren las entrevistas de este estudio, incluidos los análisis didácticos, los
que daban cuenta del temor y las angustias que experimentaban los candidatos,
derivado de la situación política y del accionar de sus aparatos de represión.
114
Las tendencias a que las disputas o diferencias al interior del movimiento
psicoanalítico sean zanjadas políticamente y no científicamente: Rara vez se establecen
criterios de contrastación, referentes externos o internos o cualquier medio de crear una
instancia de arbitraje. Me refiero a la búsqueda de un criterio que no sea tramitado
narcisísticamente como un ataque de la fracción disidente y que no termine, como parece
ser la norma en las Sociedades Psicoanalíticas, en escisión.
Por otra parte, las cuestiones que atañen a las Sociedades Psicoanalíticas cuando las
afecta en su relación con el estado, suelen ser zanjadas en favor del Estado. En tal sentido
puede plantearse que la tan mencionada independencia del movimiento psicoanalítico es
más un delirio colectivo y que esta organización no hace sino reproducir y en ese sentido
representar los intereses del estado en su relación principalmente hacia sus propios
miembros y hacia las demás organizaciones con las que se relaciona.
115
Anexos
Sujeto 1
Entrevista 1
Esta entrevista se realizó en un contexto informal. Me encontraba de vacaciones en
el sur de Chile junto a mi familia. Una coincidencia me puso en la situación de conversar
con una miembro de la Asociación Psicoanalítica, quien conoció personalmente y
compartió con Daniel Castillo. Cuando me preguntó a qué me dedicaba, le respondí que era
Psicoanalista de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis y que me encontraba preparando mi
tesis de magíster, centrado en el tema de la relación entre las sociedades psicoanalíticas y el
Estado, tomando como punto de partida el caso de Daniel Castillo. Ante eso respondió:
Hay gente joven que no sabe de esta historia y si no se escribe, se puede perder.
Además, recordar esto, puede ayudar a que no se vuelva a repetir.
Sí, si yo sé, pero no quiero hablar, además no quiero volver a aparecer con esas
cosas.
Se lo aseguro. Si prefiere, le puedo enviar los borradores para que UD. los revise.
116
Sujeto 2:
Llamo a su consulta y me responde:
Aló
Sí, yo no lo conocí mucho. Pero estoy dedicado a otras cosas. No quisiera participar
por ahora. Gracias.
Sujeto 3:
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
Sujeto 4
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
117
Sujeto 5:
Responde personalmente el teléfono.
Aló
Sujeto 6
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
No hay respuesta.
Sujeto 7
Responde personalmente:
118
Sociedades Psicoanalíticas y su relación con el Estado. Estoy buscando recoger
información sobre el caso de Daniel Castillo...
Sujeto 8
No insisto posteriormente.
Sujeto 9
Conozco a esta persona, por lo que empleo un tono más coloquial
Hola soy Joseph te llamo porque estoy haciendo la tesis de magíster en torno a
las Sociedades Psicoanalíticas y su relación con el Estado. Estoy buscando recoger
información sobre el caso de Daniel Castillo.
No hay respuesta. Una semana después llamo nuevamente solicitando algún horario
para concretar la entrevista.
119
No recibo respuesta.
No vuelvo a insistir...
Sujeto 10
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
Sujeto 11
Entrevista 2
Estuve recordando y no se, no tengo nada escrito, no recuerdo bien las fechas
exactas. No sé si el 72, el 73. Si...pensando en el ´73 con el límite del 11...Puede ser que ese
haya sido el año más convulsionado. Yo sí conocía a Daniel Castillo, porque me tocó el
tiempo en que me estaba formando. El estaba antes que yo y me acuerdo de haber estado en
reuniones, de haber participado. El después se fue alejando, pero yo también me alejé del
Instituto de la Asociación Psicoanalítica. El ´72 yo terminé cursos y el 73 ya no asistí más.
Me dediqué a trabajar solamente en el hospital, entonces no estuve cerca. Después retomé
mi formación, la que me faltaba. Me faltaba supervisión. Y me recibí el ´74 puede haber
sido.
Me acuerdo que era una persona muy brillante, muy inteligente. Hacía clases en
otras universidades; no sé si en psicología, en fin; pero recuerdo sus opiniones en
reuniones...y de la postura que él también tenía más de izquierda. Después yo supe que
estaba mal y que hacía cosas inadecuadas y bueno, en un tiempo así, hablar así en la calle
era peligroso. Hablaba también en la iglesia y bueno, estaba en un estado muy especial y
después desapareció.
120
El hospital en que yo trabajaba...el servicio de psiquiatría de niños el Calvo
Mackena. Y el último mes me había tocado estar como jefa, era una cuestión muy rara.
Guillermo Altamirano 113que después se tuvo que exiliar.
Sí, lo que pasa es que había pocos candidatos y los cursos no se abrían todos los
años, ahora son año por medio. En ese tiempo era más irregular. Era bastante pequeña.
Me acuerdo de Eliana Corona, y del marido que tenía entonces, porque me decía
“tienes que volver a la consulta privada” Yo había cerrado mi consulta y tenía jornada
completa en el hospital y ella me acogió en su consulta, porque no tenía otro sueldo. Pero a
mi no me echaron. Cerraron el servicio y me dejaron a cargo de un servicio que dependía
de neurología. Pedí un permiso –no sé si le interesa para su trabajo- pero pedí un trabajo sin
goce de sueldo, porque mis hijos estaban viviendo afuera y no me lo dieron, me dijeron
“váyase mejor, renuncie” y renuncié. Yo quería quedarme, pero no...o sea, fue una renuncia
un poco forzada.
Y la Asociación Psicoanalítica
113
Hermnano de Carlos Altamirano Orrego quien para Septiembre de 1973 ocupaba el cargo de Secretario
General del Partido Socialista, desde el 11 de febrero de 1971, tras la elección efectuada en el Congreso del
Partido Socialista en La Serena.
En 1973 fue reelecto Senador por la misma agrupación provincial para el período de 1973 a 1981. Sin
embargo, no pudo cumplir su labor como parlamentario, debido al golpe militar y la consecuente disolución
del Congreso Nacional, en 1973 (D.L. 27 de 21-09-1973).
Con el golpe militar se transformó en uno de los personeros más buscados por las fuerzas represivas. En 1973,
logró escabullírseles, traspasando la frontera cordillerana escondido en un automóvil. Luego se exilió en
París, Francia. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
121
La pregunta es ...
Lo más importante para este trabajo es la experiencia suya de haber vivido ese
tiempo.
Lo que más yo recuerdo de ese tiempo era no hablar nada con nadie, en general: En
el supermercado y en ninguna parte y acá, en la Asociación misma, los trabajos que yo
pude haber hecho, tampoco nunca los mencioné, porque yo trabajé en el FASIC. 114
Claro...claro. Después cuando llegó Juan pablo, hablamos, pero nunca presenté
nada, nada, porque yo creo que había un susto realmente, muy fuerte. Entonces sí tenía
redes con otras personas, pero no porque nadie lo prohibiera. La gente podía de repente
saber lo que tú pensabas, pero...ahora con la gente que yo estuve en el curso...bueno, es que
era antes, antes del ´73, sí se hablaba y todos sabían lo que tú pensabas, pero después era
mejor que no. Yo no tuve curso, después no más supervisiones.
Y en el período previo cuando se hablaban estas cosas y cada uno sabía lo que
pensaban cada quien ¿eso era algo que se toleraba dentro de la Institución?
Sí, claro.
114
Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas. Institución ecuménica dedicada a la promoción y
defensa de los derechos humanos.
122
La Institución funcionaba con los cánones democráticos imperantes en el estado
de ese entonces. Es curioso el cambio: Después del ´73 se podían hacer cosas, pero de
pero “de la puerta para afuera”.
Hacíamos unas reuniones en el hospital, que se suponía que no tenían que hacerse,
pero se hacían. Ahí estábamos primero todas las que éramos psicoanalistas de niños,
después una a una se fueron retirando. Del Instituto, de la Asociación. De ahí llegaron a
presentar el trabajo que hacían en el FASIC y me preguntaron si yo podía irme como
supervisora. Era un tiempo difícil, pero ahí se podían presentar cosas [en el hospital], Venía
gente de afuera [del país]. Pero eso no lo hicimos en la Asociación...
Esta era nuestra identidad. Éramos Analistas, pero también teníamos una postura
política, eso nos interesaba. Pero en la asociación, eso quedaba afuera. Tú estás bien,
porque eres buena analista. Era como en el hospital. UD. es buena psiquiatra, no nos
interesa saber nada más. No nos diga nada más. Tiene que decir eso. “UD. no es tal cosa”.
No querían saber nada más.
123
¿Qué año habrá sido?
No recuerdo. Pero más allá de eso, creo que no hicimos nada. Así como decir,
estamos en tal posición.
Yo lo diría así. Todo lo que era para formación profesional, estaba bien. Posiciones
políticas no, no estaban bien. No era aceptado.
Claro. Que por qué no se habían podido poner las cosas. Y había una gente muy
apasionada que decía que así esto no se podía aceptar. Pero era un ejemplo. Se escribió de
esta forma, está la historia y está ahí. Yo siento que yo también me restringía. Sobrevivir en
los momentos en que siempre tienes miedo, que te va a pasar algo, que te van a buscar a la
consulta, que preguntan cosas entonces uno está...el primer año es así, después va pasando.
En todo ese contexto sucedió lo de Daniel. Yo creo que él no estaba tan bien. Y ahí
hay otro problema de las asociaciones psicoanalíticas: el cuidado que tienes con tus
miembros, si se psicotizan, o les pasa algo. Y de eso y de ética, sí se ha hablado en la
Asociación, y hay personas que están preocupadas. ¿Qué pasa con tus colegas?
Y en él hubo, pasó una cosa así. Yo ahí si recuerdo que en una reunión no estaba tan
bien muy acelerado o hablando un poco raro y después pasó esto otro y luego vino ya
decididamente la separación...la desaparición.
O qué hacías cuando predicaba...no predicaba, cuando estaba hablando cosas que
había que hacer y después se pudo a hablar en contra, pero no tengo los detalles.
Pero me parece que fue antes del golpe.
Eliana Corona me dice que fue después, que había toque de queda cuando
sucedió esto.
115
Casaula y otros, 1991
124
¡Ah!, tienes razón, tienes razón.
Nada, nada.
No. Emm...recuerdo la gente que fue exonerada del el hospital, pero no recuerdo
que eso haya pasado en la Asociación, pero tampoco que se hayan preocupado. Si entre
nosotros, en el grupo que teníamos había gente muy preocupada, pero no como asociación.
Que asilaba a la gente en las embajadas. Yo te puedo dar nombres de personas de ese
tiempo, todavía me acuerdo de la Doctora Carmen Noemi. Ella fue bien activa en ayudar a
la gente. Isolda Armijo no participaba tanto en política, pero fue una persona que puede
haber sido más contemporánea de Daniel Castillo y más amiga.
Pero así como Institución misma no, era además un grupo bastante pequeño de
personas. Guillermo pertenecía a la Asociación y se fue después, renunció.
Tuvo que salir, primero estuvo en Alemania Oriental y después en Venezuela. El
sabía que tenía que salir. Gonzalo Morandé que estaba en el ministerio se fue a España y se
quedó en España. Pero Gonzalo no estaba en la Asociación Psicoanalítica. Guillermo sí.
En las reuniones regulares, qué pasaba con los asuntos públicos y notorios, como
estados de sito, dos días de paro ¿al interior, había algún tipo de eco al interior?
A nuestra Asociación, así pequeña, le faltaba, por decir así, personalidad, prefería
pasar así que no hacía problemas. Había mucha gente que prefería pasar por apolítico, que
no da problema. En el hospital era peligroso y todo, pero igual se podía decir, “yo estoy en
esta postura” y estar más ubicada, aunque sí había real peligro de que te detuvieran. Yo hice
clases venían los militares entraban a la sala de clases a buscar en ese momento y a la gente
125
y se la llevaban ahí. Cuando uno ha vivido eso uno quedaba pensando, me van a llevar
también a mí. Tampoco se habló ninguna cosa. Yo después en el hospital me quedé, hablé.
Por ejemplo, con un Psicólogo vimos una terapia de doce sesiones de Mann, que
podía aplicarse a personas que salían de la cárcel, porque eran 12 sesiones y podía aplicarse
espaciada de tal manera que no se alcanzara a ubicar a la persona. Después algunas de esas
personas tomaron análisis conmigo. Fue interesante esa experiencia. Pero, por ejemplo, eso
jamás se me hubiera ocurrido presentarlo en la Asociación Psicoanalítica.
¿Por que?
Según me dijo mi compañero eran de la CNI, pero vinieron, preguntaron por mi. Yo
no estaba, pero no volvieron. Era para darnos el aviso que “estamos mirando”... no
hicieron nada más. Claro. Las personas eran o clandestinas o que habían estado presas.
El ’74. 116 Ahí yo sentí que recuperaba algo. Después empezamos el grupo de niños
y más tarde el FASIC el ´75, ahí fue más difícil. Pero esto era bien una actividad paralela y
no en la Asociación.
Sujeto 12:
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
116
El Golpe de estado en Chile ocurre el 11 de septiembre de 1973.
126
Sociedades Psicoanalíticas y su relación con el Estado. Estoy buscando recoger
información sobre el caso de Daniel Castillo. Agrego mi número de teléfono.
Sujeto 13:
Sujeto 14
Entrevista 3
Bueno, yo no lo conocí personalmente, pero supe de oídas...se comentaba por ahí.
Supe más por su señora. El ya tenía una alteración mental desde antes. Me parece que un
cuadro limítrofe bajo. Se declaraba de izquierda abiertamente, pero tal vez con todo lo que
estaba pasando, se descontroló e insultó a una patrulla militar. Ahí lo mataron
127
No estaba pintada, nosotros íbamos los fines de semana a pintar. Cada uno llevaba
lo que tenía y así tuvimos el primer pabellón para hospitalización de Psiquiatría Infantil.
Yo en esa época era candidata, en mi grupo estaban XXX, XXX, con ellos hicimos
fuerza para que nos permitieran asistir a las reuniones científicas: En esa época se buscaba
que no hubiera ningún contacto con los didactas...lo que era absurdo. Nos tenían muy
infantilizados.
¿Pero no se hablaba?
No públicamente no se hablaba nada de esto. Creo que tenían más que nada la idea
de un Psicoanálisis tipo Meltzer, es decir, totalmente aséptico, no contaminado con nada,
que nada se metiera en el Psicoanálisis. Cosa que hoy día nadie aceptaría.
Bueno, en aquella época sucedían cosas, como dicen los abogados “públicas y
notorias”, paros nacionales, estados de sitio ¿se hablaban estas cosas al interior de la
asociación?
Se hablaban entre conocidos, entre amigos más que nada. Yo creo que la directiva,
“los didactas” tenían una ideología de derecha. Y uno entendía que era mejor no hablar de
eso.
¿UD. vio alguna vez textos que se refirieran a la situación política del país o a
casos como este?
Sí, los del colega Juan Pablo Jiménez cuando llegó de Alemania, estuvo como
cuatro años allá. El tiene artículos sobre este tema. También Omar Arrué.
128
¿Alguna vez se dijo explícitamente que participar de la contingencia, significaría
un riesgo en la continuidad de la formación?
No nunca...Son los fantasmas con los que uno carga. Yo sentía miedo.
Era como que nadie quería saber lo que hacían los demás.
Hay una cosa que me sucedió que fue terrible. Yo trabajaba en mi consulta y atendí
a varias personas perseguidas.
Porque tenía miedo. Los que estaban ahí (en la directiva) tenían la idea de que el
Psicoanálisis tenía que mantenerse puro, no tener nada que ver con nada más. Se mantenía
así totalmente apartado de todo lo demás. Vivían en eso y para eso. O sea...como una
estructura defensiva. Se construían esto para mantenerse aislados.
Bueno, me pasó una cosa terrible Yo atendí a una persona que estaba bien
relacionada con el caso degollados y le pregunté a mis compañeras de consulta si lo podía
atender ahí con el riesgo que eso significaba y, afortunadamente me dijeron que sí, pero
que si llegaba alguien a preguntar yo me hacía cargo…como tenía que ser, por supuesto.
Ese día trabajé hasta tarde –yo me quedaba más tarde que las demás- ¡y ningún
paciente me habló de la calle! Y terminé después y afuera no había nada. Ningún paciente
me habló de afuera, ninguno. Y Yo salí y estaba todo desierto, no había nadie en la calle.
Mi familia, en mi casa estaban súper preocupados porque no sabían qué me había pasado, si
me había pasado algo. Y era que ese día había una tremenda protesta, un paro nacional, no
me acuerdo y como ningún paciente me habló de la calle, entonces yo tampoco sabía nada.
Me angustié, me angustié por lo aislado que uno está en este trabajo, lo aislado que
uno puede estar.
129
Pero volviendo a lo de la Asociación. Nunca se habló públicamente de lo que pasó
con Guillermo y él hizo mucho, mucho. Varios de los que llegamos a formarnos como
psicoanalistas lo hicimos porque habíamos trabajado con él...Nunca se le ha hecho ningún
reconocimiento. Ahora como es él, creo que tal vez no le importe recibirlos.
Y de lo de Daniel Castillo
Me quedé pensando en esto que decía sobre sentir temor. Es curioso sentir temor
de no recibir respaldo de parte de la propia Institución a la que se pertenecía.
Es que nadie se atrevía, uno hablaba con los que tenían cierta afinidad política, más
de izquierda o no tan de izquierda, pero no eran del régimen.
Sin embargo, paralelamente esto no era tan así en otras instituciones que vivían
la misma realidad, por ejemplo el colegio médico o hasta dentro de los hospitales donde
la represión era mucho más evidente y los peligros tal vez, más concretos y allí sus
integrantes UD. misma por lo que intuyo de lo que me dice, tenía opiniones más claras y
abiertas que en la propia Asociación
Uno sentía que era peligroso, porque estaba en juego ser analista. Uno no sentía que
era analista por lo que había aprendido o por lo que había adquirido, pagado...y muy bien
pagado, sino que esto dependía de los...las.
De los didactas.
De los didactas y podías perderlo. Tenía mucho temor que me dijeran. UD. ya no
puede continuar. Nosotros teníamos compañeros que no volvían más, que desaparecían...no
en ese sentido, que dejaban de asistir a los seminarios, porque los suspendían y nosotros no
sabíamos. Y cuando faltaban a dos o tres seminarios ¡yo los llamaba porque pensaba que
estaban enfermos!
Me acuerdo de uno y me decía. “No sé si quiero continuar...tengo dudas” y no, era
que lo habían suspendido y nadie nos decía nada.
Yo nunca fui didacta. Docente sí. Pero nunca fui didacta y recién ahora entiendo por
qué. Representaban ese poder.
130
Sujeto 15
Responde una contestadora y dejo el siguiente recado:
Sujeto 16
Entrevista 4
Esta conversación fue telefónica. Me respondió diciendo que tenía poco horario y
no fue posible coordinar una entrevista. Me conocía, así es que accedió a darme alguna
información telefónicamente.
Aló
Aló: hola, soy Joseph, como te contaba estoy haciendo una tesis de magíster en
torno a las Sociedades Psicoanalíticas y su relación con el Estado. Estoy buscando
información sobre el caso de Daniel Castillo.
Sí, sólo conservaré los datos de la entrevista, pero sin el nombre del o la
entrevistada.
Yo entré mucho después. Hice mi formación en los noventa. Pero quien sí sabe es
Jaime Coloma. Incluso tiene un libro que se llama “Cuarenta años de Psicoanálisis en
Chile”.
También pudieras hablar con Eliana Corona o con Mónica Bruzone, tal vez ellos
tengan más información.
Yo sí supe de la muerte de Daniel. Muchos años después, se hizo una ceremonia
donde se recordó en la Asociación lo que había pasado.
131
Bueno, se sabía de Daniel, por lo que se decía así en conversaciones de pasillo, pero
nadie que fuera representante de la directiva se refirió –que yo sepa- al tema. A lo mejor
existe, pero yo no lo conozco. Como que no era bien visto hablar de cuestiones políticas.
Yo misma, preferiría no aparecer. Es un poco molesto, no quisiera tener problemas.
¿Problemas?
Sujeto 32
Entrevista 5
Hubo un Psicoanalista desaparecido ¿Escuchó de esto en la Asociación?
Sí.
117
Profesor de filosofía de la Universidad de York, Canadá. Fué secretario de la Facultad de Educación de la
Universidad Técnica del Estado y Profesor de Filosofía de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de
Chile hasta el 11 de septiembre de 1973. Ha recibido varios premios: Profesor del año en su universidad,
profesor canadiense del año y premio del Gobernador de la Provincia de Ontario. Es profesor Emérito de la
Universidad Andrés Bello desde 1995.
132
El me contó esto en Canadá y yo le dije que eso acá no se hablaba. Eso es lo que le
podría decir, que no se hablaba. Eh, se discutió mucho éticamente y yo me acuerdo de
haber conversado: Que había un psicoanalista que salió a la calle y que estaba un poco
perturbado...pero bueno mucho tiempo, me dio la impresión que se escudaron detrás de lo
que era una psicosis, estaba sicótico, ahora a los sicóticos no hay que matarlos tampoco, ni
desaparecerlos tampoco. Desde ese punto de vista tampoco era una disculpa. Pero se dice
mucho “No, es que él estaba mal”. Como justificándolo. Y me da la impresión que es una
manera también de la Institución de defenderse, porque yo creo que la Asociación
Psicoanalítica se protegió y quiso “pasar piola durante la dictadura”, quiso bajar el perfil y
acallar a todo aquel que pudiera poner una nota de disidencia o abiertamente anti-dictadura,
para poder sobrevivir; o sea sobrevivir...que terrible iba a decir: Traicionar en el silencio,
no sé como decirlo.
Yo estuve en el acto aquel. Donde se conmemoró y se habló: “Bueno esta
institución tiene un desaparecido” porque no sé si encontraron su cuerpo ¿o sí? Yo tengo la
sensación de que está desaparecido y no se si sigue estando. El acto que se hizo fue en un
momento en que la Asociación Psicoanalítica, tenía un directorio que estaba muy proclive a
poner sobre la mesa todos los conflictos y las cosas de Derechos Humanos. Fue un
momento político también importante para la institución.
Puede haber sido el ´98 o ´99. No me acuerdo de las fechas. Pero nosotros éramos
candidatos e hicimos un trabajo sobre la persecución durante la formación. No se publicó.
Ehm: “La persecución durante la formación”. Juan Pablo Jiménez, Juan Francisco Jordán,
no sé quien más ¿la Mónica Bruzzone y la Eleonora Casaula? No sé, hicieron un artículo
cuando ellos eran candidatos que se llamaba “La persecución durante la formación”. Una
crítica que el Mismo Juan Pablo una vez dijo que les habían hecho desde afuera era por qué
en este artículo aparecía la persecución como una cosa entre alumnos-profesores
institucional y no apareció nunca la represión política en la que estaba metido toda la
Institución y todos ellos. Entonces nosotros hicimos un artículo recordando este y
hablábamos de las diferencias que habían para nosotros como candidatos, que era la
posibilidad de hablar de todo esto que no se había hablado, incluido la desaparición
de...como era su apellido, no me acuerdo el nombre... ¿en qué me quedé?
133
En los ´70 yo no sabía ni que existía. Cuando yo entré, era un directorio de izquierda,
políticamente hablando.
No, mi experiencia no fue tan así. En nuestra época la cosa estaba mucho más
abierta, incluso nosotros tuvimos la valentía -iba a decir- tuvimos a un profesor Ramón
Florenzano, que es un psicoanalista muy de derecha y él tuvo actitudes muy autoritarias con
nosotros como alumnos. Éramos doctores, yo soy médico: Mi curso éramos la mitad
médicos, la mitad psicólogos, todos con cuento, con historia, con años. Entonces él hizo un
estilo de curso muy autoritario. Estudiábamos a Freud. Estudiábamos tal o cual capítulo y
después venía una interrogación, así como yo me acuerdo del colegio y del liceo, en que
una interrogación era una cosa seria. “¡Diga UD. ¿Qué era no sé qué?!” Y había que
acordarse muy bien y me daba tanto susto, yo ahí tuve mucho susto, porque había que
acordarse, porque iba en orden: página uno, página dos. A mí me fue bien, porque yo
calculé qué página me tocaba y me leí ahí mismo la página que me tocó y fui muy bien
evaluada. Por supuesto que no aprendí nada de Freud, pero bueno.
Nosotros cuando terminamos ese curso nos juntamos y dijimos, esto no puede
seguir siendo de esta manera, porque además, porque la autoridad puede que sea buena: con
más autoridad, menos autoridad, etc. Pero este modo de aprender a Freud de este modo.
Entonces hicimos una carta y yo que era la presidenta de los candidatos. Pedimos una
reunión con el Directorio del Instituto y le explicamos este reclamo. Y él no volvió a hacer
clases. No creo que haya vuelto a hacer clases. Yo creo que eso fue parte de los tiempos,
porque antes eso no habría ocurrido.
Claro los didactas eran bastante sagrados. Ahora creo que no tanto.
¡En realidad! Sí...no tengo idea. Yo no sé, no tengo respuesta ¡Qué lástima! Ahora,
antes de estar en la Asociación Psicoanalítica yo estaba en el hospital y en el Colegio
Médico y ahí participábamos bastante.
134
Es como que la Asociación imponía una especie de solemnidad en que no se podía
hablar de muchas cosas. Ahora se habla de mucho más, incluso se ha invitado a
neurofisiólogos. No sé si yo soy muy positiva, pero creo que hay más libertad.
Y los habían echado. Sí yo supe de eso ¡Ah Mierda! Sí yo escuché de eso, pero a mi
no me tocó. Sí hubo como unos fantasmas; o sea otros desaparecidos. Tiene razón. Sí,
habían algunos que los echaban, pero en secreto. Pero hay eso, de que “no, esto es
privado”. Creo que todavía queda esto que ser un poquito exaltado, vehemente, o decir esto
no me gusta, no es bien mirado. Para ser psicoanalista hay que ser un poco más medido. No
tener políticas, ni opiniones de nada demasiado intensas. No se puede ser muy “actuador”
para ser un buen psicoanalista. Digo eso entre comillas así como frase...
Se sentía en la tensión ambiental, no sólo en esa reunión, sino en todas las demás.
Este grupo que estaba haciendo política. Pero creo que era algo que sí se decía “no...esto no
es bueno que ocurra” No lo leí, pero sí lo sentí en el ambiente.
Ahora, lo leí. No, lo que no leí. Por ejemplo Omar Arrué, al cual le tengo una cierta
afinidad e incluso creo que no es demasiado conservador, pero su prólogo del libro de los
cuarenta años es abominable. En el año ´99 que fue el congreso mundial aquí. Él escribió
una carta, porque la IPA le escribió una carta y él le respondió una carta diciendo que no
había espacio para no sé qué de los Derechos Humanos.
Lo que yo me acuerdo es que yo estuve en esa sesión de un plenario en que había
muy poca gente, porque era muy tarde y lo destruyeron a Omar Arrué. Y él trataba de
defenderse, me acuerdo que estaba Marcelo Viñar y le decían “¿pero por qué, cómo?”
¿Que no habría espacio al interior del congreso para el asunto de los Derechos
Humano?
135
interpersonales, sociales, no sé qué, habíamos decidido que era mejor así; Toda una cosa
llena de eufemismos donde nada se decía directamente y eso fue muy criticado.
Creo que no es una persona mal intencionada, creo que no pertenece a los sectores
más conservadores de toda la Institución, pero creo que él estaba interpretando a todos los
sectores. No quiero justificarlo. Pero me acuerdo que al final de la reunión, él estaba
destruido, porque realmente lo atacaron de manera certera, lógica y real y él miraba
alrededor y no había ningún chileno. Era de esos auditorios de las siete de la tarde, en julio,
porque en Julio fue el congreso. Al final yo me acerqué y le pregunté cómo estaba y me
hizo un gesto de no muy bien. Porque escribió una carta bien a la chilena en que decimos
“que en realidad no nos gusta tanto que esto ocurra, porque bla, bla” Y al final uno se
pregunta: “Qué cresta dijo la carta” Nada, simplemente para quedar bien. “No, no se
preocupe”. Hay una cierta cosa de decir lo correcto o No, “esto es privado”.
¿Qué se salva?... ¿Y por qué la gente acá no quiere hablar? ¿Por qué yo podría no
haber querido hablar, por ejemplo? ¿Somos muy paranoides? Esto puede ser porque
estamos en Chile y aquí todavía no podemos hablar y esto no se puede abrir. Yo tengo la
opinión de un amigo, que no es psicoanalista y dice que el estuvo en la clandestinidad y el
habla de su clandestinidad y nadie toma su tema. Y él dice no si yo hice un curso sí, militar.
Porque yo pertenecía al Partido Comunista y todo el mundo le dice ¡Ah!, y le cambian de
tema. Entonces él es de la opinión que los grandes servicios de información, digamos la
CIA, que existen aquí ahora, conocen todo esto. Saben nuestros nombres. Entonces es una
estupidez que entre nosotros digamos, no si yo me he dedicado todo el tiempo a no sé qué.
Entonces él dice, no si yo estuve clandestino, estuve dedicado a la política completamente,
fui funcionario del Partido. Postula él que se encuentra con el silencio: “No hablemos de
esto mejor” ¿nos pone en riesgo?
Pero bajo esa frase se puede, claro se puede echar a todos, a los judíos en su
momento, los homosexuales, a las mujeres, a los psicólogos.
Pero es que acá a lo mejor es un hecho, porque los seleccionan desde antes.
136
esto es secreto. Ahora parece que no tanto. Me entrevistaron dos y después tuve una tercera
entrevista que era la Eva Reichenstan; menos mal, porque si no, no sé. Y a ella le molestaba
y me preguntaba cosas de mi familia y ella tenía un gesto de molestia, se le notaba que le
molestaba. Ella ya no estaba...estaba de más edad y se le notaba un poquito deteriorada,
porque se le olvidaba y me preguntaba las mismas cosas y me volvía a preguntar lo mismo.
Me entrevistó tres veces y varias horas. Fue muy... y yo salí evidentemente con la sensación
que ella me rechazaba. Me rechazaba...políticamente.
Qué edad habrá tenido ella. Porque si son setenta u ochenta años y se formó en
Alemania, entonces se formó en el Instituto de Boehm, donde debían eliminar el nombre
de Freud de los textos, sin alusiones a la sexualidad humana, empleando sinónimos para
referirse al complejo de edipo, reemplazando la idea Freudiana del inconciente por las
ideas más culturalistas de Jung y conformado sólo por estudiantes comprobadamente
arios.
137
Entrevista 6
Entr: estoy anotando. Me interesa, porque lo que hay acá es un hoyo, no hay un personaje,
sino un hoyo: un hoyo de vaguedad, de confusión.
CD.: Usted podría tratar de entrevistar a Claudia Castillo. No sé cómo ubicarla. La conocí
de niña chica. En la casa de Gabriel, cuando trabajábamos en el estudio del
“Mercurio”...Sé que ella sufrió muchísimo con la desaparición de Gabriel. Sufrió
muchísimo, muchísimo. La señora de él, Mabel Condemarín, murió hace unos tres o cuatro
años. Habría sido posible tal vez, entrevistarla a ella. No sé si el marido de ella está vivo, se
llama Alliende, no me acuerdo del primer nombre...Felipe, Felipe Alliende, no sé si puede
contactarlo, explicarle de qué se trata esto. Bueno, el tema para él fue muy difícil. El ya
estaba casado con Mabel y Mabel se preocupó de buscar a Castillo. Eso debe haber sido
muy difícil para Felipe, pero tengo entendido que se comprometió con ella. Isolda Armijo
era compañera de él. Era muy amiga de Castillo, lo quería muchísimo. Y ella sabía mucho
de Castillo.
Entr: -UD. puede contar cómo fue su experiencia con él, cómo lo veía como persona, como
psicoanalista.
CD: -Yo lo que le puedo contar, no creo que le pueda dar más detalles. Estuve en
Psicoanálisis con él como cinco años desde el año ´62 y el año ´67.
118
. “Porque Fuimos Médicos Del Pueblo”, Ediciones Chile América CESOC, 1993
138
CD: Paciente de él. Yo tuve una experiencia importantísima (en el Psicoanálisis con él)
para mi vida, muy, muy profunda que me permitió enrielarme en la vida realmente. Así es
que yo por Castillo guardo, por supuesto una gratitud y un recuerdo absoluto. Fue alguien
que jugó un papel muy significativo en mi vida. No le puedo contar, por supuesto del
análisis; además no viene al caso para lo que UD. Quiere. Era un tipo muy inteligente como
analista, pero eso puede ser también mi impresión, entiende. Pero como después...a ver,
cuando yo volví de Inglaterra en 1971, y con Carlos Ruiz, colega de la Universidad de
Chile, filósofo, decidimos iniciar una investigación sobre algún tema en que filósofos, que
tenían una orientación de cientistas sociales que nos preguntábamos ¿cómo podemos
contribuir nosotros al proceso de Allende? Entonces con Carlos nos propusimos varios
temas y uno de ellos fue el de los medios de masa, que Carlos ni yo habíamos hecho nunca
habíamos estudiado medios de masas. Sin embargo el punto para nosotros era cómo
podemos contribuir; tendrá que haber alguna manera. Entonces yo le dije ¡mira!...Tanto
Carlos como yo, estábamos muy metidos en Psicoanálisis. A parte del Psicoanálisis
personal, yo seguía estudiando Psicoanálisis teórico, hacía clases de Psicoanálisis. Carlos
en Francia tomó contacto con el Psicoanálisis Lacaniano... y cuando lo invité yo ya estaba
muy metido en el Psicoanálisis: Marxismo-Psicoanálisis, esa era la dupla teórica. Ninguno
de los dos pensábamos que el Marxismo o el Psicoanálisis eran en modo alguno la única
manera teórica de estudiar la realidad, pero era un modo y una manera que nos atraía
mucho, un modo interpretativo. Entonces yo le dije: “Mira, yo voy a ir a hablar con Gabriel
Castillo” con quien, después que terminé mi análisis, había tenido contactos esporádicos de
carácter amistoso; no de paciente analista, sino amistoso: iba a comer con él...nada, no era
una amistad muy profunda ni mucho menos, pero lo había visto unas cuatro o cinco veces.
A almorzar por aquí por providencia. Su consulta estaba por aquí por providencia en la
calle que sigue por acá... no me acuerdo. La cosa es que le dije a Carlos: “Mira yo conozco
a este analista, qué te parece si le pregunto si quiere integrar este estudio”.
CD: Carlos Ruiz y yo. Ocasionalmente participaba otra persona, pero en realidad no de una
manera significativa. Entonces lo fui a ver. Él ya tenía su consulta por acá por providencia-
Antonio Varas, en un edificio de departamentos, en una calle cerca y yo le expliqué le dije
“Mira yo estoy trabajando en esto”...y el dijo “claro, yo estoy dispuesto para esto, estoy
dispuesto a participar con ustedes”. Nosotros siempre tomamos contacto con la gente del
CENOP: Centro de estudios de la opinión pública, era un centro que Allende había creado,
que dependía de él, y en el cual se hacían estudios de la opinión pública en general y cuyo
director era el “conejo” Jimeno, Claudio Jimeno; no sé si ha oído hablar de él, era un
sociólogo muy inteligente. Y ahí trabajaba en estudios de la media Jorge Klein –que tu
tienes que haber escuchado de él- psiquiatra estaba en formación, quería formarse como
psicoanalista, Jorge Klein. Junto con Jimeno y otra gente estaban en la moneda el día del
golpe. Los agarraron y los mataron creo que al día siguiente. Entonces éramos muy amigos.
Él se quería formar como psicoanalista. Quizás ya había logrado entrar al Instituto, pero
estaba trabajando en la Clínica Psiquiátrica y había sido designada por el partido en que
militaba como una de las personas del CENOP. Él integraba un equipo de psicólogos,
psiquiatras, sociólogos, etc. que estudiaban los medios de masa. Entonces yo fui a hablar
con él y le dije “Oye Jorge, tenemos un psiquiatra, Carlos Ruiz y yo, conformamos un
equipo y queremos hacer una contribución al proceso de Allende y pensamos que lo mejor
139
que podemos hacer son estudios de la media y en particular del “Mercurio”. Y Jorge dijo
“excelente” entonces los datos se los pasábamos a ellos nosotros, a través de Jorge.
Ahí quedamos nosotros con “El Mercurio” Empezamos en abril del ´72 y ahí empezamos a
juntarnos tres a cuatro veces por semana en las tardes, después de las seis -porque todos
trabajábamos- nos empezamos a juntar con Gabriel y con Carlos. Ahí se fue desarrollando
entonces el método con el cual todavía yo trabajo. El método lo desarrollamos Carlos y yo:
hacer recuento de repeticiones, metáforas y yuxtaposiciones. Gabriel fue muy importante
en la parte psicodinámica de todo esto. Ahí me di cuenta yo que era un tipo muy
inteligente, extraordinariamente inteligente, como se dice en inglés muy “Thorough”, la
palabra thorough quiere decir: Muy preciso y “down to earth”, con los pies en la tierra en
cuanto a la interpretación.
Entr.: -Muchas personas que he entrevistado, me dicen que inmediatamente después del
golpe el estaba muy alterado psíquicamente y que él hacía opiniones muy impulsivas.
Algunos se lamentan de no haber hecho algo con eso, pero que en el fondo él estaba
alterado y que eso produjo su deceso finalmente.
CD.: - Nosotros no nos vimos en Chile después del golpe. Yo ya perdí el contacto con él.
En todo caso para terminar la historia. Gabriel contribuyó no en el método, tampoco él era
marxista, pero sí comprometido con el proceso de la Unidad Popular. Tampoco entendía
bien la interpretación teórica marxista, pero claro, en cuanto al Psicoanálisis, su
contribución fue fundamental. ¿Qué más te puedo decir?
CD.: -Sí
CD.: ¿Antes del golpe? Ehmm, Yo no, no te podría decir, no tengo ninguna evidencia de
que el estuviera... ¿Loco dice UD? Mira cuando yo volví a Chile a fines del ´83... Yo fui a
ver a Isolda Armijo, estuve hablando mucho rato y entre otras cosas le pregunté por
castillo. Yo supe de la desaparición de Castillo, porque Carlos Ruiz me escribió una carta el
´76 cuando desapareció, diciendo que había desaparecido Gabriel Castillo.
CD.: -Julio del ´76, la época de los comunistas. Pero él no era comunista. Carlos me envió
una carta que decía “Desapareció Gabriel Castillo”. Pero un psiquiatra, no recuerdo quién
sería, le dijo a Carlos que Castillo estaba mal -de la cabeza- así es que no sería una cosa
política, me dijo Carlos –le podría preguntar a Carlos. Pero yo recuerdo claramente que
Carlos me dijo en una carta: “Desapareció Gabriel Castillo. Hablé con un psiquiatra y me
dijo que estaba mal”. Después de eso yo no supe más de Castillo, ni directa ni
indirectamente, hasta que hablé con Isolda Armijo a Fines del ´83 y ella me dijo lo
siguiente –lo recuerdo claramente, por eso que sería bueno que hablara con ella- me dice:
“Gabriel empezó a asistir a las reuniones de una parroquia, en las cuales empezó a hacer
140
denuncias de cosas que estaban pasando. Esto habría sido la razón por la cual habría sido
detenido” (luego repite con énfasis en el condicional). “Esta sería la razón por la que habría
sido detenido” Y ella me agregó, es posible que estuviera mal, punto (luego repite) es
posible que estuviera mal” Yo no le quise preguntar qué quería decir ni mucho menos, yo
estaba recién llegado a Chile, muy confundido después de diez años de exilio, sin saber
bien en qué terreno se pisaba acá. Habiendo sido advertido de que tuviera mucho cuidado –
yo había sido militante comunista entre el 70 y el 73- Entonces particularmente me
comunican personas relacionadas con política que había que tener cuidado y que lo más
probable era que me fueran a mantener vigilado. Entonces yo llegué acá muy asustado,
mirando para atrás por si acaso. Y esto me tomó un mes más o menos empezar a sentir más
confianza y poder entonces darme cuenta que no era tanto que no podían tener a nadie
detrás mío. Yo era una persona equis, cualquiera, de manera que de repente alguien me dijo
una persona del PS., un amigo del PS. Me dijo: “Mira, yo no creo que a ti te tengan ninguna
vigilancia especial ni nada”, pero que tenía que tener cuidado. De hecho, como no tenía yo
las claves internas en época de represión, recuerdo que muchas veces en los metros, con
un amigo, colega, conversábamos y yo abiertamente empezaba a hablar contra Pinochet y
me daba cuenta que mi amigo se ponía pálido y entonces me decía: “Oye Claudio, sabes
que hablemos esto después que bajemos del metro”. Entonces yo le preguntaba qué pasó y
él me decía “es que estabas hablando como si estuviéramos en la época de antes del golpe.”
No tenía esa, esa, cómo llamarla, esa digamos, esa experiencia interna que te daba haber
vivido bajo represión. Yo venía de Canadá que como en cualquier parte del mundo uno
llega, dices las cosas, lo que te parece a ti.
Pero cuando yo hablé con la Isolda y estaba recién llegado –a la semana tiene que haber
sido- y estaba muy tenso, no quería saber mucho, no quería hablar mucho, no quería estar al
tanto de mucho. Además estaba muy confundido emocionalmente. Si tú lees un poema
largo que se llama Santiago en el que hablo justamente de lo que me costó reencontrarme
con Chile y con Santiago y todavía te diría, nunca me he sentido realmente reencontrado.
Después de veinticinco años de haber vuelto, todavía me siento acá extranjero. Entonces yo
no le quise preguntar nada a la Isolda. Estaba asustado, para serte franco.
No quería saber nada, no quería tener cosas en mi cabeza que si me detuvieran y me
torturaban... Eso es lo que te puedo decir. Ocasionalmente he escuchado por aquí y por allá,
he escuchado que Castillo tenía algo psicótico. Me acuerdo cuándo hubo ese homenaje a
Castillo...
CD.: - No, no. Yo estaba en Canadá, pero alguien me dijo, no me acuerdo quien, porque
tengo varios conocidos en la APCH. Esto me acuerdo claramente, debe haber sido el
2003, de esto me acuerdo: Se le hizo un homenaje a Castillo, se vio una película, en ese
homenaje. Una Película sobre tortura, represión. ¿Cuando fue entonces?
CD.: - ¿Ni el año? ¿Hay alguna película que tenga que ver con represión, torturas, cosas
así, que sea clásica? Y a propósito de esa película se habla de Castillo. Y me dijeron que en
141
esa actividad, Ximena Artaza dice que ella lo siente tanto, que ella no se había dado cuenta
que Castillo estaba tan mal, que si ella hubiera sabido lo hubiera ayudado. Ahora lo que la
Isolda Armijo me dijo, cuando me entrevisté con ella el ´83, era que en la Sociedad de
Psicoanálisis no se había querido hacer nada cuando desapareció. No se habría querido
hacer nada; eso también me dijo.
CD.: -Esto que me dijo Isolda, no lo puede usar en la tesis a menos que ella lo ratifique,
porque si en la tesis aparece ella diciendo: “ella dice...” Tiene que entrevistarla a ella.
CD.: -Yo le cuento esto porque probablemente sea la única persona que pueda decirle algo
significativo.
Entr.: - Todos los entrevistados psicoanalistas me piden que su nombre no aparezca. (Hace
un gesto indicando con el índice la mesa que yo interpreto como ¿hoy, acá?). Hoy día, acá
en Chile. ¿UD. está de acuerdo en que su nombre aparezca?
CD.: -No, no, claro UD puede poner mi nombre. En cuanto a que fui paciente de Castillo,
no hay ningún problema para mi, en cuanto a que trabajamos en el estudio del “Mercurio”,
pero hasta ahí no más. Lo único que me preocupa y UD. tendría que ubicarla, es Claudia
Castillo, la hija, porque me han dicho que ella ha sufrido muchísimo y todavía con lo del
papá y puede que ella no quiera que se haga referencia a esto. Le voy a decir esto: Cuando
yo lancé el libro del “Mercurio que UD. conoce, yo la invité a ella especialmente a través
de su mamá. Mabel fue, yo le dije Mabel para mí sería muy importante que Claudia Castillo
asistiera al lanzamiento. Pero no fue y yo le pregunté ¿No vino Claudia? Mabel me dijo:
Mira, para ella es muy duro todavía. Es muy, muy duro, entonces no quiere”. “Pero este es
un homenaje a Castillo, yo voy a hablar de Castillo, de la importancia que tuvo, en fin” “Sí,
pero ella no quiere”.
Yo Joseph, lo instaría a que tenga una entrevista con Isolda Armijo y con Claudia Castillo,
¿por qué?, por lo que ellas puedan decirle que sería seguramente mucho más
significativo que lo poco que yo sé, además de que sus nombres puedan aparecer. Lo
que a mi me asustaba en la época del lanzamiento del libro el ´95, era que Pinochet todavía
roncaba fuerte. Y a mi me asustaba involucrar nombres en el libro. Tanto es así, que a
Castillo yo lo menciono en forma ocasional en el libro y no como yo hubiese querido.
Porque me asusté cuando ocurrió lo de Contreras, lo sacan en helicóptero, en una especie
de auto secuestro del ejército y lo llevan a la base naval de Talcahuano. Y yo dije bueno,
entonces quiere decir que el gobierno no tiene ningún poder, lo tienen los militares. Pueden
sacar a una persona que está juzgada, que se dan el lujo de sacarlo, llevárselo a Talcahuano.
142
O sea, los militares no están entregando...todavía Pinochet manda demasiado en Chile. Y
por lo tanto yo no quise poner nombres que aparecieran comprometidos. Carlos era
imposible no ponerlo, además yo le pregunté a Carlos. Imposible, porque tenemos una
historia de publicaciones conjuntas de mucho tiempo. Con Carlos, no poner las
publicaciones era absurdo. Además Carlos había publicado muchísimo durante el régimen.
Y yo estaba preocupado, (pensaba) me dije: Pongo el nombre de Gabriel desde el principio,
incluso con una dedicatoria que en un momento quise hacer, pero puedo perjudicar a todos,
a la hija; puedo perjudicar a Mabel Condemarín. Entonces pregunté a un amigo muy metido
en política, muy, muy metido en política, a alto nivel del PS. Lo llamé y le dije, esta es la
situación. ¿Qué me recomiendas tú? “No pongas ningún nombre en este momento que
pueda llevar a que a esa persona la identifiquen y que incluso le hagan algo. No pongas,
punto. En este momento no están dadas las condiciones en Chile para que se hable
abiertamente.” El no tenía nada que ver con Psicoanálisis, sino simplemente con política
de alto nivel. Y me dijo: “No, no, no. No se puede comprometer a nadie”. Yo no estoy
seguro si incluso este momento se puede llegar y hablar abiertamente, no estoy seguro,
Joseph. No sé por qué, pero todavía me asiste una cierta inquietud: Después de todo,
tanta gente que hizo tanto daño sigue en pie, como si nada hubieran hecho. La
sociedad chilena no ha hecho una reparación profunda todavía.
143
Entrevista 7
Durante tres semanas llamo a su consulta dejando al menos un total de cuatro recados
En el ínterin, me comunico con Claudio Duran manifestándole mis dificultades para contactar
a la entrevistada. A su vez hablo con una joven psicoanalista quien dice conocerla y le pido
que interceda. A la tercera semana recibo una contestación muy afable de su parte.
E: En la Escuela de Medicina.
IA.: Sí, en la Chile. Y nos tocó juntos una etapa larga, porque las distintas
universidades hacen sus prácticas, a nosotros nos tocó el J.J. Aguirre, no era un hospital
muy grande, pero ahí uno se familiariza con los compañeros.
I.A.: No, ahí estudiábamos, ahí estudiamos cuatro años más o menos, estudiábamos
Clínica, Anatomía Patológica, Cirugía, Medicina Interna, especialidades, otras.
I.A.: Muy sencillo, muy agradable, es que yo le decía a usted por teléfono (se refiere
a las llamadas previas para concertar la entrevista), algo le pasó, yo no puedo aclarar así,
hilando en el tiempo, qué fue, pero era un chiquillo estudiante, muy normal, tranquilo.
E: ¿Era aplicado?
119
Psiquiatra, psicoanalista. Formada en la Asociación Psicoanalítica Chilena (APCH)
144
I.A.: Gabriel era un buen alumno y responsable y muy centrado en sus cosas, por
eso le hablo de la Medicina, del tema nuestro. Ahora toda la otra parte, yo creo, yo, es
como si me hablara UD. de otra persona.
Pero Gabriel no era un hombre político en ese tiempo. Claudio Duran sí y más tarde
escribió un libro sobre el mercurio. Ahí había una postura, pero esa postura yo nunca la vi
en Gabriel, ni por asomo.
E: Eso me dice también Claudio Duran, que Gabriel Castillo no tenía militancia,
que incluso con respecto a su ideología él se sentía con interés en apoyar el proceso de
Allende, pero que no era una persona que tuviese militancia política.
I. A.: Ninguna mística, si se quiere. Yo no le conocí ninguna idea política, pero era
un hombre muy humanitario y entregado a la Medicina, al estudio, a la salud...lo
psicológico lo fue buscando después. De esa etapa nosotros no teníamos definiciones muy
claras mientras estudiábamos Medicina. Se preocupaba por sus pacientes con hepatitis, era
un alumno entusiasta y estaba contento.
E: Al mencionar los casos de hepatitis, ¿se refiere a que tenía alguna sensibilidad
por la salud pública?
I.A.: Por la salud en general, pero me acuerdo que comentábamos algunos casos de
los pacientes. Claro, no, era interesado en su profesión. Pero nunca el tinte político jamás.
I. A.: No, no, no. Ahí en esa etapa...como le digo hay mucha relación con el lugar al
que uno frecuenta todos los días. Yo no sé hacia dónde se dirigió él, pero yo me quedé en la
Clínica Psiquiátrica. Yo me dirigí hacia áreas distintas y me dirigí hacia el área de la
psiquiatría infantil, cuando terminé la carrera. Y él tomó otro...no sé, ahí me lo perdí. Y
después yo me fui al Barros Luco a maternidad -¡Imagínese!- a recién nacidos. Estuve un
año ahí en ese...muy interesante, revisando las güagüitas, los partos. Y seguí con la línea
infantil varios años. Él siguió con adultos.
E: Era pequeña, pero habían reuniones desde el año ´30, así es que en los ´60 ya
funcionaba un grupo regularmente.
145
I.A.: Pero yo diría incipientemente si pensamos cómo está ahora. Además yo
empecé en la línea infantil. En la asociación misma...UD. sabe uno empieza haciéndose un
psicoanálisis, va entrando por un camino muy...no entra como miembro...antes incluso era
más segregado el que entraba a estudiar y el que Ya estaba incorporado. Porque yo
precozmente inicié un psicoanálisis y entonces me fui -¿cómo le explicara?-...Yo creo que
no coincidimos mucho en la etapa de estudios, porque los estudios eran, se formaban
grupos de dos, tres o cuatro candidatos y hacían un primer año. A mi me tocó hacerlo con
pocas personas; no sé a Gabriel en qué grupo le tocó a él. Ahí no nos topamos. Como no
tenía el Instituto en ese momento -¿cómo le explicara?- era un departamento tan chiquitito,
era un departamento más chico que esto. Ahora tiene salas de clase, tiene secretaría.
Entonces muchas clases de ese tipo, las hacían los Psicoanalistas en su propia consulta ¿se
fija? Bueno, el Dr. Núñez, el Dr. Whiting, el Dr. Infante, nos hacía clases en su hora, no
tenía la Organización más establecida que hay ahora.
I.A.: No, no, no, no. Cuando...Yo creo que...Cuando uno empieza a hacer práctica,
práctica, uno toma un Psicoanálisis didáctico –que se llama- Uno toma un paciente, lo sigue
y lo va controlando con un didacta. No, que yo sepa, él no llegó a titularse oficialmente,
pero en el período de práctica, digamos, en el período de formación ¿No? Posiblemente
entonces este fue un paciente que él tenía que supervisar, seguramente.
E: Su Señora.
146
I.A.: Mmm. Sí. Y me acuerdo que le dábamos mucho vuelta y conversábamos
mucho de Psiquiatría Infantil. Y yo como le digo, estaba alucinada con psiquiatría infantil.
Y me parece lo más entretenido que hay. Como así, para fantasear.
I.A. Yo lo veía tranquilo, no al final, al final hubo un par de veces que lo veía
ahí...no lo reconocí. Ya, mucho después del ´73. Yo gradualmente lo vi como que se fue,
fue dejando de ser el que era. Yo creo que se empezó a rallar. Digamos, eso no lo hemos
conversado en detalle con los compañeros porque no ha habido una oportunidad, para
habernos juntado, porque no formábamos un pequeño clan nosotros, por decirlo. No se con
quién le tocó a él hacer el curso. A mi me tocó con dos personas que se fueron a Europa
después. Uno a Europa y el otro se fue de Santiago. Pero a mi n me tocó irle siguiendo la
pista globalmente en su personalidad, pero lo que a mi me pasó y he pensado que no sé si es
idea mía o conversándolo con la Mabel, yo creo que se fue trastornando. Pero fíjese usted,
que ahí hay una cosa que es muy...yo lo he conversado con colegas, que es muy...muy
triste. Uno no se alcanza a dar cuenta o no alcanza a tomar medidas como para, ¡ha! -y
cuando conversábamos de esto- en que entre médicos mismos, no nos damos cuenta de lo
que está pasando y de repente pasan cosas, como que uno no tiene un ojo observante, así
quizás, quizás un poco controlador, si usted quiere.
E: Claudio Duran Me comentó que le preguntó por Gabriel Castillo y que UD. le
habría respondido que él tenía algo mental y que esto podría tener que ver con su
desaparición el ´76.
I.A.: Bueno, ahí ya es muy difícil...Claro, es decir, se le fue “yendo el hilo”. Ahora,
si lo hubiéramos comentado yo le habría dicho, oye, deja de trabajar, o qué se yo qué,
vamos a conversar con el Dr. Parada, es decir, con un colega que mire de afuera, porque no
está involucrado. Eh...claro, yo hasta aquí cuando he pensado en esto y hemos conversado,
la idea es que nadie le puso el cascabel al gato. A Gabriel algo le pasa y enfrentémoslo,
hagámonos cargo, se puede decir. Bueno, no andaba subiéndose arriba de los techos ni
haciendo cosas raras; pero el discurso se le fue. No le puedo decir el cuado o el cómo. Yo
lo vi en dos oportunidades en esa época y ahí no me cupo duda y después cuando
desapareció, entonces pensé: bueno, aquí pasó algo. Y yo dudé mucho pensando: Se fue, se
desapareció, lo desaparecieron, no se, pero desde el punto de vista que yo conozco, no debe
haber sido ningún peligro para nada, salvo para él mismo.
I.A.: Aaah!, aaah! verdad, pero. Eso oí decir, pero fíjese usted era una denuncia
pública.
147
I.A.: Yo nunca fui, pero yo me conjeturé: bueno si lo toman y lo observan, cómo le
explicara, no era coherente. Bueno, al final, las dos veces que lo vi, me di cuenta que no
ataba ni desataba, en la cosa práctica. Y entonces oí ese tipo de cosas. Pero dije, ¡quién lo
podía tomar en serio! Cómo decirle, porque yo lo conocí a él en una trayectoria. Claro
porque fíjese usted, qué curioso –ahora que usted me lo dice- porque él no era un activista,
un tipo que anduviera por algún propósito x.
E: Pero el dicho dice que los locos y los niños dicen la verdad.
I.A. Ah!, Ah!, pero hay verdades, en ese caso, que no se puede ir a una
congregación religiosa y decir: Yo confieso o declaro, eso es exponerse a que lo pesquen en
la salida y listo, supongo, yo no sé lo que decía, pero era un desafío.
I.A.: No, no, no. En esa etapa no, no en el plano, como le digo hablamos mucho de
los niños, pero ahí había cosas, en que una cosa seguía a la otra y había coherencia. Claro.
Era... y lo vi un poco antes por mera casualidad y yo dije: Qué pasó; yo no entendí nada.
I.A.: Sí, sí, sí. Pero ya no...Ya no andaba. De eso estoy segura, a menos que hubiera
estado drogado, ahí no sé.
I.A.: No. Los niños ya crecieron. Teníamos bastantes cosas en torno a niños. No, no,
pero a mi, cuando lo vi por última vez. Me acuerdo me regaló una hoja que él escribía
como poema. Era absolutamente esquizofrénico. Mire, la tuve varios años guardada.
I.A.: Bipolar. No, no podría decirle, pero la, él. Claro, Lo afectivo puede haber
depresión psicótica, manía psicótica en un bipolar. Pero pá mi, como que era más rallado.
I.A.: En esos años yo creo que ya no. A él tendría que haberlo tratado su analista.
Con Whaiting creo, que se analizó con Whaiting. Tenía un buen analista.
148
E: Probablemente ya fallecido.
I.A.: Sí, fallecido. Pero creo que ese fue su analista. No estoy segura. Whaiting era
uno de los profesores. Pero en todo caso el tuvo su período de formación analítica; no sé
con quién en este minuto. No sé si con uno sólo...
I.A.: No supe con quien hizo el curso, porque los cursitos en ese tiempo eran chicos.
El Instituto en estos años se ha hecho grande. En esos tiempos era un instituto bebé. Era
todo más informal. No era así organizado en términos...no por eso yo creo que haya sido
laxo. Había una organización que todos sabíamos y todos participábamos para que eso
anduviera bien. Íbamos a las clases a la casa de los profesores. Hacíamos toda la rutina que
se podía en esas circunstancias.
I.A.: La APCH. Mire, la APCH uno está activamente todo el tiempo, porque está en
la onda analítica. Pero en esos años yo crié hijos, tuve niños; entonces no estaba como
quien dice en la primera fila de las reuniones o esto. Ahora en la APCH –y de esto estoy
segura- nunca hubo una onda política, digamos que...algunos eran partidarios o no, pero
nunca, hasta donde yo –no estuve todas las reuniones ni todo el tiempo- pero no había una
marca, eso sí. Una tendencia política: esta ¡es! Había gente de los dos lados.
I.A.: Ahora están más polarizados que antes. Antes no. Pero con simpatías para, por
eso no discutíamos. No había más que una APCH. No se dividió. Después se dividió.
¿Cómo se dividió?, no sé bien.
I.A: Dividido no, pero ahora tienen sus posiciones más militantes, más...
E.: La APCH en ese período que usted parece describir como apolítico. ¿Cómo veía
la participación política de sus miembros?
E: Hasta el ´76.
I.A. hasta el ´76. No, no, no, no. Era una vieja guardia de los fundadores que
estaban preocupados. La política ahí no corría.
149
I.A: No sé, es que yo no he sabido. No estaba en la chuchoca del día a día. Fue mi
década de crianza de niños, pero no, pero fíjese que lo que yo creo es que era tan re poca
gente la de ese entonces. No, no, mire, sabe lo que había, era un fervor psicoanalítico. Es
que mire el Psicoanálisis era tan combativo, tan desconocido, tan desconocido, más bien.
Yo creo que si había algo así partidista, en esos tiempos, era “psicoanalisismo”, si se
quiere. Piense usted que eran años en que instalarse un grupo de psicoanalista era muy raro.
Era no sé, qué grupo más raro...cualquier extremo. Es que ahora el Psicoanálisis usted los
mira en chile ahora y todo el mundo, la gente lo habla como... ¿quién no habla de
Psicoanálisis? En esos años ya era un partido, raro, chico, pocos.
I.A.: Todo el mundo no. Lo que yo digo es que dentro del grupo mismo, podían
haber tendencias...pero, bueno –eso es lo que yo sentí-
E: Lo que intento plantearle es... hay una cita de una intervención que habría hecho
Winnicott en una reunión de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Estaban bombardeando
Londres y se encontraban discutiendo un caso clínico –quizás de Melanie Klein- y en
medio de la reunión Winnicott levanta la mano y dice: Quiero recordar que está
bombardeando. Entonces cuando usted me habla de esto, no me calza, porque lo que
estamos hablando es de una situación en que se caían los edificios a los lados, habían
bombardeado el edificio presidencial.
I.A.: No, no, ese tema no. No, ese tema nooo! El golpe de estado fue corto dentro de
todo. No hubo mucha expectativa, no sé.
E: No se reunían.
I.A.: Yo no me acuerdo. Que en medio de eso tuviéramos que ver un caso o algo
psicoanalítico y llegáramos o yo no participé, ahí no me acuerdo.
150
E: Porque también había gente que estaba desaparecida o vivían los duelos por sus
familiares o bien que habían sido torturados y se sabía de los casos porque los atendían
algunos de ustedes en los servicios asistenciales o en las consultas privadas.
I.A.: No creo que los psicoanalistas como psicoanalistas tuviesen , como dijéramos.
I.A: No, en ese tiempo todavía no. Esto era antes de la tortura.
E: ¿El ´76?
I.A.: En el comienzo, dice usted. No, en ese comienzo. Yo creo que no...A ver...Yo
no asociaría nada con la Asociación Psicoanalítica. Eeeh… Es decir que como asociación
tuviese algún tipo de definición, porque era muy poca gente los que estaban en la
asociación, es decir, el presidente el vicepresidente y todas esas cosas. Todos teníamos por
razones x, cualquier contacto con distintos lados incluso, pero no – ¿cómo le explicara?-
como asociación no teníamos ningún norte o sur. Ningún norte o sur. Tú eres de estos y tú
eres de los otros.
I.A.: Es que en ese período, los que ya estaban metidos en esa chuchoca. Estaban
matriculados con algo. Matriculados. Y si a cualquiera de esos le pasaba algo a un hijo,
podía consultar con cualquiera.
I.A.: Bueno, pero Claudio, se veía con gente, frecuentaba gente que no lo iba a
denunciar.
E: Lo que le quiero preguntar es: Usted tenía un amigo que se había ido al exilio.
I.A.: ¡Muchos! ¡Viera usted la de amigos que se han ido, por cualquier lado!
E: Pero por ejemplo ese tema, “hay gente que se está yendo al exilio” Era algo que
se trataba psicoanalíticamente.
I.A.: Ah! Dentro del grupo. No, yo creo que no habían reuniones como tema. Ah!
No...
E: ¿Y por qué no habrá discutido?
151
I.A.: Ah! Pero es que usted no tiene idea, pero si eso era un claustro eran ocho o
diez gatos. ¡Ahora hay setenta!
I.A.: Ah! Ah!, Aaaah! Ah, mire, que curioso lo que usted dice .Que curioso...Ah,
pero mire...Es que en ese tiempo, la mayoría de nosotros, teníamos amigos por todos lados:
por la derecha, por la izquierda, por los que se fueron, por los torturados, por los que se
quedaban. Estábamos todos revueltos. ¡Usted no tiene idea!
I.A.: En la Institución todavía, bueno, nunca eso de sentarnos en una mesa para
clarificar el tema. Ahora yo pensaría que entre la misma gente había de todo también: Es
decir, los hijos, los parientes. Dentro del grupo que serían veinte. No sé, no sé. Ahora yo no
creo que Gabriel haya sido un militante...Yo tengo amigos que han sido GAP 120 y todo lo
demás, pero tenían su línea de conducta, de actitudes. Pero Gabriel no tenía un perfil. Yo he
tenido amigos participantes con la chaqueta puesta y –otra cosa- y están ahora aquí, han
vuelto para acá, para allá...pero Gabriel no. Yo creo que Gabriel no tenía esa vocación.
I.A.: Bueno es que la APCH. Oiga es que usted le está dando, la APCH, si la
APCH era como...mire, usted está agrandando la APCH era una cosa chiquitita.
E: Esto que le hablo yo era el año ´79-80. Entonces no eran tan pocos ahí.
E: Pero escúcheme Isolda. ¡Si fueran cuatro! Supongamos que se reúnen en esta
sala. ¡Si hubieran sido tres! Si hay vocación, interés o espacio, se puede hacer.
I.A.: Sí, eso se hizo más entre amigos, pero no como APCH.
E: Y los didactas, ¿tendrían algo que ver con que eso fuera así?
120
GAP: dispositivo de seguridad del Presidente Salvador Allende (Grupo de Amigos Personales;
también, Grupo de Amigos del Presidente).
152
I.A: No, fíjese, porque los didactas eran viejos en ese entonces. Ahora hay mucho
didacta joven, pero en ese tiempo eran gente que en su juventud no tuvieron nada de cosas
de esta. Entonces no es que fueran...bueno, yo no los conozco como amistad a José Antonio
Infante, a la Érika Guzmán, a la Ximena Artaza, digamos, en su historia; no los conozco.
Pero no eran gente con una formación o con una inquietud política. Yo creo que la gente
vieja del Instituto, eran fanáticos por el Psicoanálisis más bien ¡Que también es un
fanatismo!
E: Freud dijo varias veces –por ejemplo, refiriéndose a Reich- que él lo que quería
era que si el Psicoanálisis iba a ser prohibido -por los nazis- por último que lo fuera por el
Psicoanálisis y no por esta mezcla de Psicoanálisis y Marxismo que proponía Reich.
También en Austria hubo una decisión en que se prohibía a los psicoanalistas, que tuviesen
algún tipo de participación política. Entonces, hubo desde toda la historia y algunos de los
psicoanalistas que vinieron acá, se formaron en Alemania bajo estos preceptos. El
Psicoanálisis, decía Freud, tenía que ser como el cálculo infinitesimal, es decir, totalmente
laica y objetiva: laico, lo decía en relación a los médicos; pero objetiva, lo decía en relación
a la política.
I.A: Yo creo, el aire que yo respiraba en esos tiempos, era que habría un ideal así.
Sí, bueno, yo no soy una prototipo: Yo crié a mis hijos en ese tiempo. A mi me cerraron mi
hospital. Entonces me tuve que ir a otro hospital y tuve que dejar niños. Entonces todos los
que nos formábamos ahí en niños, estábamos todos imbuidos, pero curiosamente con una
sensibilidad social –en general hemos seguido así- pero en general nadie se ha definido,
mucho, salvo una o dos personas con más pasta, digámoslo más derechista. Yo creo que
habría más en el inconsciente eso que usted está diciendo ¿no? Como esa definición frente
al nazismo. Ahora…éramos tan re pocos, que eso también cuenta. ¿Cuántos seríamos
entonces el ´78 como dice usted? No, si el crecimiento ha sido después. Yo creo que el
grupo, como grupo yo no lo hablé con nadie. Con Gabriel ¡jamás habríamos hablado una
cosa así! Con Gabriel no habríamos hablado de algo tan complicado. Hablábamos de lo
más cotidiano. De lo tan cotidiano, yo no creería que pudiera estar en un compromiso
peligroso para la Sociedad. Peligroso según lo lado que se mire. Y después ¡los peligrosos
se fueron no más! Mis amigos peligrosos se fueron y ahora algunos están volviendo de una
manera o de otra. Ahora usted ve que se respira otro aire. No sé si se respira otro aire...
Es que la concepción del Instituto antiguo era que el Psicoanálisis había que hacerlo
cinco veces por semana, había que estudiar todo el día, ehm, había que hacerse un
Psicoanálisis que sacase todo lo que uno tuviera de perturbante, si no, no era psicoanalista.
Había unos parámetros asustantes – o no sé cómo llamarlos- y que yo creo que nos
confundían a todos, no sabíamos cómo era el cuento y entonces, hubo una idea, de que aquí
vamos a hacer un polo psicoanalítico. Ahora, lo psicoterapéutico, yo he vivido bastantes
años así es que me doy cuenta, toca de otra manera las cosas y tiene que ofrecer lo que
pueda servir en esa circunstancias. Ahora, las circunstancias de Chile, cada vez se han
puesto distintas y no dan la posibilidad de hacer el Psicoanálisis como el de Viena, que allá
a dos cuadras estaba su psicoanalista y usted se va fumando un puro. Entonces todo es todo
tan distinto que ehmm, que ahora hay muchas discusiones como que tocan tantos puntos
que son tan contradictorios y tan difíciles de armonizar, en el sentido de hacer a un
psicoanalista. Ahora, lo que se pretende, es que sean más o menos normales. Digo normales
153
–mire usted- si uno se parara en una esquina e hiciera un conteo, la mitad de la gente
debería hacerse una psicoterapia o un psicoanálisis. Yo diría que a la larga y a la corta,
habría que mejorar las cosas que complican la mente, o complican la vida. Cualquiera que
tiene un problema, no lo pasa bien. En el fondo todos deberíamos tener psicoterapia. Ahora.
Yo creo, estoy convencida, que realmente, la psicoterapia y la salud mental, hay que
cuidarla mucho ¡Ahí está mi encaje con mi historia! Yo creo que lo preventivo es básico:
Todo lo que se hace en la infancia, todo lo que se hace en salud mental. No hay para qué
pensar: Psicoanálisis o nada. Lo que yo creo es que el Psicoanálisis ha ofrecido teorías muy
locas al comienzo, pero teorías muy atinadas al ser humano. Ahora, si usted puede trabajar
con esas teorías y ayudar y fortalecer la salud mental. Pero, como le digo, porque yo creo
que todos lo necesitan. Ahora si te analizaste diez años con Reich o con Otto Kernberg, no
importa, pero de que hay la realidad de la necesidad de la psicoterapia o preocupación por
lo psicológico, ahora yo veo que hay diez veces más de lo que yo pensaba cuando salí de
estudiar de la Escuela de Medicina. . Estoy convencida de que la Psicología, el científico
puro que descubre cosas que descubre cosas que le traspasa al otro y luego se transforma en
algo que se puede ayudar en el colegio, en las asociaciones, consorcios. Pero, mire, quién
no está ocupando cosas de psicoterapia, los que trabajan en los bancos, sacando plata, toda
esa gente está en esos recursos y todos con Psicología entremedio. Entonces si usted mira la
cosa de Psicología está en todas partes. Ahora, por supuesto que no es el Psicoanálisis que
nos enseñó Freud.
154
Anexo II
Bibliografía complementaria para interesados en revisar la historia del
movimiento psicoanalítico en Chile.
Jiménez, J. (sin fecha). Asociación Latinoamericana de Historia del Psicoanálisis. [En línea].
<http://www.alhp.org/foro32.html> [2008, noviembre, 23].
Whiting, C. (1980). Notas para la historia del Psicoanálisis en Chile. Revista Chilena de
Psicoanálisis, Vol 2/1, 19 - 26.
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Bibliografía
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<http://biografías.bcn.cl/pags/biografias/detalle_par.php?id=510> [2008, marzo, 28].
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biografía de una sociedad científica. Santiago de Chile: Ananké.
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