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1.

ANTECEDENTES

El contrato de “joint venture” se origina en el derecho anglosajón, como uno de los llamados
contratos de colaboración empre- sarial. Se atribuye a los comerciantes mari- nos del Reino Unido el
uso de la denominación social, son los llamados “merchant ventures” o “gentlemen adventures”.
También se recuerda que la jurisprudencia norteamericana de principio del siglo XIX inició el uso de la
expresión “joint adventure” que cambió después por la de “joint venture”.

Se señala también que a partir de la II Guerra Mundial se expandió su utilización. TORRES


VÁSQUEZ, citando a LE PERA, dice que en “las décadas del cincuenta y del setenta, las empresas
internacionales se asociaban con grupos locales para obtener asesora- miento político y know how
comercial. La motivación para la mediana empresa era explorar el mercado extranjero limitando el
riesgo financiero; el recibir participación accionaria a cambio de tecnología era un procedimiento
habitual”

Entre las denominaciones que se han venido utilizando en nuestro idioma, tenemos las de “Unión
Temporal de Empresas”, en España; “Unión Transitoria de Empresas”, en Argentina; “Consorcios sin
personalidad”, en Brasil. En nuestro país ha recibido los siguientes nombres: asociación, consorcio,
contrato de riesgo compartido y joint venture. Estos últimos en el Texto Único Ordenado de la Ley
General de Minería (D. S. Nº 014-92-EM, del 02 de junio de 1992) y el D. Leg. 674, pero únicamente
lo mencionan pero no lo regulan.

Es criterio generalmente compartido por los estudiosos en la materia que este es uno de los
contratos más útiles e importantes de la colaboración empresarial, porque son ellas preferentemente
quienes la usan para unir esfuerzos económicos-financieros, en la realización de megaproyectos, dada
la necesidad de invertir grandes capitales y fortalecer esfuerzos, que de manera individual e
independiente no podrían lograrlo. Las empresas que se sirven de esta relación contractual no
pierden identidad institucional, en ninguno de sus aspectos, porque no se trata de una fusión
empresa- rial. Esa relación que no crea ninguna empresa distinta de las que la integran, es temporal, es
decir, hasta cumplir con la finalidad que las ha llevado a unirse; y durante el tiempo de su duración,
comparten no sólo esfuerzos, sino también riesgos, por lo tan- to, utilidades y pérdidas.

Es consecuencia de las grandes transformaciones económicas que ha traído la época de


globalización. Tanto la producción como la comercialización adquieren niveles de gran extensión que
dominan los merca- dos, sobre poblándolos de bienes y servicios, de acuerdo a las exigencias de la gran
masa de consumidores que requieren de ellos para la satisfacción de sus necesidades. Debe tenerse en
cuenta que las obras proyectadas deben ser de gran envergadura, que hagan sumamente difícil ser
cubiertas por una sola empresa pese a su dimensión económica. Por eso la unión temporal o transitoria
permite fortalecer la inversión de capitales, de información y tecnología, de administración y control,
división del trabajo conforme a la especialización de cada una.

2. CONCEPTO DE “JOINT VENTURE”

Dos o más empresas ya constituidas que desarrollan operaciones independientes y diferentes deciden
integrarse para llevar a cabo una operación de negocio distinta y generalmente complementaria de las
que desempeñan cada una de ellas, dando lugar así a una nueva capacidad de producción, un nuevo
producto con nueva tecnología.

La idea es la de una actividad empresa- rial, negocio o proyecto, con participación de dos o más
empresas constituidas, cuya gestión está controlada por el poder común de los participantes o
accionistas, independiente de que cada una de tales empresas continúe en sus propios negocios. Así
entonces, podrán colaborar o participar en el control conjunto de la empresa o sociedad temporal que
han conformado.

La Comisión de la CEE (Comunidad Eco- nómica Europea) formula la siguiente definición: “El joint
venture es una empresa sujeta al control conjunto de dos o más empresas que son económicamente
independientes la una de la otra”. El vocablo “empresa”, sin embargo no debe entenderse en su
significación institucional desde el punto de vista jurídico- económico. Es más bien una relación
contractual; propiamente una asociación.

También se afirma que puede ser el resultado del ingreso, por una empresa en otra empresa,
mediante adquisición de acciones de la primera para llevar a cabo actividades económicas comunes.
La empresa no tiene porqué ser necesariamente nueva. Esto está demostrando que la variedad de la
relación es múltiple y escapa a un solo tipo.

En general el riesgo compartido es el nuevo proyecto o nueva sociedad en una pro- porción que
suele ser generalmente al 50% para c/u, aunque pueden presentarse en pro- porciones económicas
diferentes, sobre todo si las empresas constituyentes del “joint venture” son de distintos países, de tal
manera que la foránea, generalmente la inversionista o financista, además de poseer la información y
la tecnología, llega a imponer condiciones económicas.

Arias Schreiber expresa que “el contra- to de riesgo compartido es un instrumento contractual que
responde a la necesidad de movilizar capitales en búsqueda de alta rentabilidad y correlativa reducción
de riesgo, en el que las partes se juntan con un criterio de coparticipación que asume las más diferentes
formas y matices. No existe, pues, una definición exacta y final de este contrato, sino que hay varios
conceptos del mismo según sean las modalidades que aparezcan en su concertación. Pero, sin duda
alguna, coincidimos con quienes señalan que se trata de un instrumento destinado a establecer o
fortalecer vínculos entre empresas que buscan un propósito común destinado a poner en marcha un
negocio o modernizar uno que ya existe. En este contrato pueden las partes actuar de modo individual
o crear una empresa que tenga personería jurídica y patrimonio propio”

Es en el desarrollo de la intensa actividad empresarial, que este contrato se extiende hacia otras
latitudes, tratando de capturar nuevos mercados. Mediante esta relación contractual las grandes empresas
industria- les y comerciales se vinculan con las empresas nativas, en la consecución de obras de gran
aliento; estructurales como la construcción de una gran represa; productora de bienes para introducir una
mercancía de gran aceptación en otros países; o la prestación de servicios cargados de información y
tecnología. Dada la variedad del giro empresa- rial, esta relación contractual no puede ser configurada
dentro de un diseño o estructura única, porque las necesidades fácticas van imponiendo adecuación a
cada caso concreto y a cada área de actividad económica.

Farina, tratadista argentino, nos dice al respecto que la expresión “joint venture” tiene un significado
ambiguo y un alcance tan vasto que no es fácil establecer una clara diferenciación o señalar una
relación de género a especie entre concentración empresarial, grupos económicos o empresas conjuntas
y joint venture. “Aunque hemos sostenido en un principio que el joint venture era una fi- gura
caracterizada por la licitud de su objeto (de modo que, faltando tal requisito, éste no podría existir),
posteriormente advertimos que en el derecho antimonopólico delos Estados Unidos de América –
país donde esta expresión tiene su origen, la denominación joint venture también es utilizada para
referirse a específicas cuestiones violatorias de tal derecho”

El mismo Farina, citando a Cabanellas, transcribe: “No es posible encontrar elementos jurídicos
definitorios comunes que abarquen a los distintos tipos de joint venture, entendida esta expresión en
su sentido amplio. Las sociedades anónimas, los joint venture en sentido estricto, asimilables a los
partner-ships, y los joint venture hallan su ori- gen en un contrato. Esta característica común en nada
distingue a los joint ventures de otro tipo negociables”

3. N ATURALEZA JURÍDICA DEL “JOINT VENTURE”

Dada la variedad de matices que se presentan en el contrato en sus diversas aplicaciones


económicas, las empresas se unen para llevar a cabo proyectos en amplios campos de sus actividades
peculiares. Por eso, la naturaleza jurídica del “joint venture” es sumamente compleja. Arias Schreiber
sostiene que la doctrina “coincide en señalar que este contrato no es sólo sui generis sino inclusive sui
iuris, lo que significa que está su- jeto a un régimen legal propio”

Debe tenerse en cuenta que las empresas originarias, de conformidad con las necesidades del
proyecto y su gran envergadura, están incapacitadas económicamente, para asumir por sí solas las
responsabilidades de las obras a realizar; por otro lado, ca- recen de la tecnología adecuada para cumplir
con éxito los objetivos propuestos. Es- tas circunstancias, las obliga a unirse temporalmente, para
intercambiar no solo capi- tales, sino también experiencias y tecnologías, de manera que cuando
concluyan los trabajos, habrán de repartirse las utilidades, si las hay, o compartir las pérdidas. Es por
eso de riesgo compartido.

Tomando como esquema lo que acabamos de describir, se admite una variedad de modalidades,
según el proyecto específico, que las conduce a unirse empresarialmente, sin que por ello, llegue a
constituirse una nueva unidad empresarial distinta de las que la conforman. Lo fundamental es la
voluntad contractual de ambas y la precisión o límites de esa vinculación temporal. Debe entenderse,
en principio, que ese riesgo compartido es de 50% y 50%, aunque se admiten otras porciones o
porcentajes.

4. CARACTERÍSTICAS JURÍDICAS

a) Es un contrato consensual. Porque se requiere únicamente la declaración de voluntad de los


contratantes. Aunque se sus- criba un documento privado, la forma escrita no es condición sine qua
non de validez.
b) Es un contrato atípico. Por carecer de regulación legal. No obstante, puede atribuírsele una
tipicidad social
c) Es un contrato oneroso. Porque cada una de las partes contratantes asumen obligaciones
económicas que determinarán posteriormente la distribución de beneficios y pérdidas.

d) Es un contrato con prestaciones recíprocas. Porque los aportes o contribuciones de cada


contratante resulta exigible en cuanto el otro contratante cumpla con la que le res- pecta. Operan las
reglas del “toma y daca”.

e) Es un contrato de colaboración. Porque ambas partes contratantes destinan esfuerzos a un


resultado común. Las contribuciones van a crear una comunidad de intereses; y ellas pueden aportarse
en cualquier forma de bienes: dinero, tecnología, industrias, mercados, derechos, etc.

f) Es un contrato principal. Tiene autonomía propia y no depende de ningún otro contrato que le
preceda. Como todo principal puede tener accesorios.

g) Es un contrato ad hoc. Porque está des- tinado a un proyecto especial, previamente determinado
en todos sus alcances y campos de aplicación.

h) Es un contrato de participación. Porque se busca la utilidad común. Las utilidades se reparten


entre las empresas contratantes. Ocasionalmente asumen también las pérdidas; de allí el nombre de “riesgo
compartido”.

i) Es un contrato de representación recíproca. Porque cada parte integrante, que no


necesariamente serán dos, tiene facultades de representar y obligar a las demás partes, en sus relaciones
respecto de terceros.

j) Es un contrato de control conjunto. Por- que las partes contratantes deberán supervisar o vigilar,
la forma como va desarrollándose las actividades empresariales conforme a la naturaleza del
proyecto; aunque puede admitirse casos de delegación en el ejercicio de este control.

k) Es un contrato fiduciario. Porque las partes deberán actuar con estricto respeto de la lealtad, en
lo que se conoce como “relación fiduciaria”: la mutua confianza.
l) Es un contrato de tracto sucesivo. Por- que no se concibe en esta clase de contratos, la ejecución
inmediata o instantánea; por el contrario, debe ser continuado o periódico, todo conforme a la
naturaleza de explotación del negocio.

5. ELEMENTOS PERSONALES

Pueden ser contratantes dos o más empresas nacionales o extranjeras, públicas o privadas,
personas jurídicas o personas naturales, produciéndose una amplia gama de combinaciones entre ellas,
siempre que se encuentren habitual y definitivamente dedicadas a actividades económicas lucrativas.

También puede ser contratante la “sociedad civil” que se encuentra regulada por la Ley General
de Sociedades (arts. 295 y siguientes de la Ley Nº 26887).

De la misma manera pueden formar parte del “joint venture”, las sociedades irregulares, que
están contempladas en los arts.
423 y siguientes de la Ley General de Sociedades, porque tienen personería jurídica y son, por lo tanto,
sujetos de Derecho.

En igual forma deben ser consideradas las cooperativas, debidamente constituidas conforme a
su normatividad propia, con sus organizaciones internas vigentes y en completo funcionamiento.

En cambio, no pueden integrar un “joint venture”, las asociaciones, fundaciones y comités, porque estas
entidades no tienen fines lucrativos. Finalmente el “joint venture” no puede formar parte de
otro “joint venture”, porque no es sujeto de Derecho

6. CLASES DE “JOINT VENTURE”

Definitivamente existe gran ambigüedad en ésta clase de contratos, dando lugar así, a que la
doctrina no sea uniforme. Esto se debe, sin duda, al criterio libre de los norteamericanos, quienes son
los verdaderos impulsores de esta modalidad contractual, de admitir todas las variantes posibles y re-
chazar la creación de una estructura única o idéntica en todos los casos; ellos, prefieren que sea la
casuística la que determine las clases de “joint venture”, es decir, las necesidades prácticas de su
aplicación. Sin embargo, se admite dos grandes modalidades, aunque las denominaciones sean
múltiples:

a) El “joint venture contractual”

Denominado también “joint venture agreement”, “contractual joint venture”, y en general “non
incorporated joint venture”, es aquel que corresponde al acuerdo entre dos o más empresas para
constituir una relación de colaboración, a fin de desarrollar actividades empresariales con objetivos
económicos comunes. No tiene personalidad jurídica porque no llega a convertirse en nueva sociedad;
por eso, no tiene capital social pro- pio, sino simplemente un fondo integrado, manejado por cada una,
en relación al volumen o porción de sus aportes.

b) El “joint venture societario”

Cuyas denominaciones son “joint venture corporation” o “incorporated joint venture”,


es el que corresponde al acuerdo entre las empresas coparticipantes, para crear una nueva sociedad
distinta de sus componentes. Empresa ad hoc que, a veces, llega a convertirse en subsidiaria de sus crea-
doras. Esta nueva empresa es una sociedad anónima; los socios, las empresas contratantes; el capital
social, los aportes; adquiere personalidad jurídica independiente, con propios representantes y
funcionarios.

Al margen de las anteriores, se reconoce la existencia de los “joint venture internacionales”,


cuando sus integrantes son de distintos países, o cuando siendo del mismo país operan, sin embargo, en
mercados extranjeros. Esta modalidad permite la inversión extranjera, generalmente de capitales,
aunque puedan prestar otros servicios, lo cual ha dado lugar a dos subclases:

a.1) “Joint venture de capitales”. Cuando la inversora es una empresa que representa a otras del
mismo país o de varios países desarrollados; mientras que la receptora, a su vez, representa a uno o
varios países en vías de desarrollo. Comparten los riesgos financieros, por esa reunión de capitales en
una empresa común.
b) “Joint venture contractual”. Cuando se trata de acuerdos convencionales, que sin constituir
empresa independiente, desarrollan acciones conjuntas consistentes en bienes o servicios,
compartiendo los riesgos en los resultados del negocio común.

Se habla también de otras modalidades, como son:

• Los “joint venture con socio dominan- te”, esto es, una empresa líder, conductora, mientras las
otras tienen un papel pasivo.

• Los “joint venture de administración y operación compartida”, donde ambos contratantes


comparten roles igualitarios en todas las funciones que desarrollan; y

• Los “joint venture independientes”, que lo desarrolla una gerencia general que actúa con
independencia de las empresas que la forman. Como se podrá apreciar, esta clasificación se basa
en los roles que desempeñan las partes dentro de la organización.

7. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS CONTRATANTES

a) Derechos

1. Los beneficios que obtienen las empresas contratantes consisten en comisiones por
comercialización, regalías, sumas fijadas y honorarios por la transferencia participación en toda
ganancia según los porcentajes convenidos.

2. Las retribuciones por el derecho de pro- piedad industrial se hace teniendo en cuenta regalías
porcentuales calculadas sobre precios brutos o netos, o también sobre la base de cada unidad
producida o vendida.

3. Los honorarios por asistencia técnica de administración es otro margen de beneficios que llegan a
disfrutar.

4. Comisiones adicionales fundadas en porcentajes por la comercialización internacional de los


productos.
5. El porcentaje de utilidades al final del ejercicio económico empresarial se llevará a cabo, siempre
que hayan resultados positivos, pues el riesgo es permanente y puede no generarlas.

b) Obligaciones

1. La principal de ellas consiste en la contribución de tecnología, know how, experiencia gerencial,


recursos invertidos, capacidad en la gestión, redes de comercialización y distribución.

2. El aporte de capitales que se hace al inicio de las operaciones para desarrollar las actividades
proyectadas en las áreas designadas.

8. IMPORTANCIA DE SU CONSTITUCIÓN Y FUNCIONAMIENTO

La importancia que vertiginosamente viene adquiriendo el contrato de “joint venture”, debe


apreciarse a través del des- empeño que realizan las empresas de eleva- do volumen económico en los
negocios que emprenden conjuntamente, para las cuales mente. Esta relación contractual permite a las
transnacionales desarrollarse con mayor intensidad. Sus efectos decaen cuando se trata de empresas
medianas o pequeñas. Evidentemente la utilización del contrato corresponde a las empresas de
considerable capacidad económica, que no obstante su situación, la trascendencia de las obras re-
quiere de la colaboración de otras empresas de magnitud similar. La inversión que exigen los proyectos
así como la naturaleza de la contratación obliga a la reunión de capi- tales, tecnología y experiencia en
esa clase de operaciones.

La explicación para entender su rápida expansión en el campo de los negocios, radica


fundamentalmente en la compenetración de los mercados regionales, continentales o de bloques
integrados por varios países. Apunta como reto, cubrir el mercado global o mundial con los bienes y
servicios que producen. Se orienta a satisfacer el Mercado Común Europeo, el Mercosur, y cuanto
mercado supranacional exista. Es el proceso de globalización que ha vinculado al mundo de los
negocios con el mundo de la investigación. Es el medio que emplean las empresas de los países
industrializados para ingresar en los mercados nacionales a través de sus vinculaciones con empresas
originarias, durante el tiempo que dure la gestión común, para que luego de logrado el objetivo,
repartirse las utilidades. Y aun- que se denomine también de “riesgo compartido”, lo evidente es que
casi nunca dejan de obtener utilidades superlativas.

Esta clase de cooperación interempresarial, ha logrado, sin duda, un recorte en el tiempo de


elaboración del producto, que es ya un margen de economía de costos; un mejoramiento en la calidad
de los bienes producidos; ampliación de los mercados internacionales; mayor diversificación en los
productos ofrecidos; repotenciación económica de las empresas vinculadas. En otros aspectos, cuando
una de las empresas vinculadas es nacional, esta tiene más completa información del mercado interno,
con una red de distribución eficiente, reduciendo el riesgo para la entidad inversora así como la
protección de sus intereses.

Los distintos sistemas legislativos a que pueden estar sometidas las empresas vinculadas, justifica
la adopción de diseños contractuales especiales para superar los inconvenientes y obtener los objetivos
propuestos por ellas en el acuerdo que origina el des- empeño conjunto. Esta circunstancia también
explica la existencia de fórmulas disímiles. Se menciona la estructura de un contrato de sociedad
de inversiones; sociedad comercial irregular; se alude también a una financiación secreta y a un
contrato de tecnología. En realidad, no se debería hablar de un solo tipo de “joint venture” sino de una
variedad aún no concluida.
Pese a que la fórmula tiene un uso ilimitado, se orienta preferentemente a las áreas de la minería,
hidrocarburos, pesque- ría, navegación, carreteras, etc., donde deberá invertirse evidentemente
considerables capitales. No debe olvidarse que las empresas vinculadas son las industriales y
comerciales de capitales sociales elevados. Solo así podría, v. g., intervenir en la explotación minera;
en la de hidrocarburos, que conjuntamente con la anterior requiere de grandes inversiones para superar
los pasos previos a la explotación; las represas para la agro- industria, con sus respectivos canales,
túneles y puentes necesarias para la irrigación de enormes extensiones de eriazos existentes en las costas
peruanas; una hidroeléctrica, don- de se requiere la diversidad de trabajos, incluyendo la fabricación de
turbinas, tendido de cables, instalaciones, montaje de electromecánicos, etc.

La ampliación de los mercados económicos en áreas continentales, con los acuerdos multinacionales,
que han dado lugar a un requerimiento inesperadamente veloz de bienes y servicios, exigen también una
producción igualmente acelerada, que no pueden realizar empresas de capitales pequeños. Esas amplias
áreas económicas pueden ser fácilmente copadas por los productos foráneos, en virtud de sus menores
precios. A mayor producción, los precios de costos disminuyen.
Nuestro país, que se encuentra en desarrollo, necesita disponer de la tecnología de punta más
avanzada, por lo tanto, se hace imprescindible obtener la transferencia de dicha tecnología, la misma
que acompaña- da con la inversión extranjera, hará posible la explotación ordenada y útil de los
recursos patrimoniales o económicos, no inicia- dos todavía, por la falta de los medios idóneos, para
óptimos resultados.

Las uniones de capitales pueden con- seguir que se recorte el tiempo de desarrollo del producto o
productos, mejorando su calidad y utilidad, según los casos. El progreso conjunto alentará, sin duda,
otras líneas de productos.

Los socios nativos pueden crear una red de distribución más amplia y eficiente, fortalecida con una
publicidad efectiva, no sien- do ajeno la adopción de marcos locales impactantes para los usuarios,
que determinará su consumo masivo. También les corresponderá ofrecer eficaces servicios y suministros.
El “joint venture”, como alianza empresarial, puede detener también el ingreso di- recto y personal del
inversor extranjero, por- que tendrá un socio local que velará por sus intereses en un medio desconocido
o ignorado por él.

Estas operaciones crean y mejoran los procesos de producción, ampliando las instalaciones que
existan a una mayor eficiencia, aplicando tecnología que dejaría enseñanzas, creando cuadros con
experiencia para otros proyectos. Y llegaría a fortalecer las finanzas, al generar mayores ganancias
con productos adicionales, reduciendo los gastos operativos y administrativos.

9. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL “JOINT VENTURE”

a) ventajas

1. aumento del proceso productivo y generación de divisas, empleo y riquezas en general.


2. incorporación a las empresas y al país de nuevas tecnologías, patentes y marcas, con la consecuente
mejora en el proceso de producción.
3. mejora la capacidad de administración y gerencia como influencia de los conocimientos del socio
internacional.
4. acceso al capital internacional.
5. ingreso al mercado internacional a través del socio extranjero.
6. aumento de las exportaciones que genera mayor captación fiscal, vigoriza la balanza de pagos, y en
el lado laboral mejores retribuciones.

b) desventajas

1. compartir los beneficios económicos con el socio extranjero, que significa el pago en divisas, las
regalías y utilidades del negocio.
2. dependencia de partes, piezas y bienes del capital extranjero.
3. control y manejo de las exportaciones por parte de las empresas extranjeras.
4. posibilidad de alta concentración de la producción en los mercados de exportación.
Estas vienes a ser las ventas y desventajas para el país receptor, y no las que corresponderían a las
partes contratantes según la opinión de arias schreirber.

10. CONTENUDO DEL CONTRATO DE “JOINT VENTURE”

a) preparación en la fase previa

El tiempo de negociación para suscribir el contrato es más o menos dilatado por- que se requiere
examinar previamente los mercados donde van a intervenir. Este examen se realizará a través de
asesores que conozcan objetivamente la realidad y logren un entendimiento entre las partes; por eso, el
contrato tendrá que ir constituyéndose venciendo etapas. Estas tratativas previas permitirán además
que las partes tomen conocimiento del nivel empresarial que tiene cada una de ellas y la información
pertinente de sus antecedentes.

El análisis deberá efectuarse sobre las condiciones políticas, económicas, sociológicas y jurídicas
del país donde se va a desarrollar. La falta de conocimientos y de pre- visión de tales condiciones
puede conducir al fracaso. Este es un factor de suma importancia, porque constituye la realidad fáctica,
donde los negocios van a desarrollarse.

El examen deberá recaer sobre el mercado donde van a colocarse los productos. También sobre
la financiación de la empresa proyectada y los medios de crédito del país donde van a intervenir, con
indicación de su procedencia pública o privada. Esto obliga a conocer la vigente economía del país
receptor: la cotización de su moneda; los índices inflacionarios; estado de las bolsas de valores, etc. La
política salarial es otro as- pecto importante por la influencia de huelgas y paros; empero,
fundamentalmente la estabilidad económica y política.

En caso que la empresa conjunta sea propugnada por varios socios, las negociaciones
preliminares se complican por la diversidad de pareceres. Para estos casos se requiere de ordinario, la
constitución de un comité organizador o comité de gestión, que aglutine tales criterios dispares.

b) Las cláusulas fundamentales del contrato

Al final de las negociaciones preliminares, los acuerdos, deberán consignarse en un contrato escrito,
de conformidad con la legislación vigente donde deben desarrollarse las actividades empresariales,
puntualizándose cada uno de los aspectos en las necesarias cláusulas, con precisión en detalle de su contenido.

Consecuentemente el contrato deberá contener:

• La identificación de las partes, esto es, descripción y características de las personas naturales o las
empresas que lo celebran, con sus generales de ley. Si son personas jurídicas, indicar su razón
social, domicilio, y sus representantes legales;

• El objeto social, es decir, las actividades empresariales, descrito en detalle, tanto en lo principal
como en sus accesorios;

• La denominación, que servirá para identificar a la nueva entidad. La denominación es necesaria


para sus relaciones con terceros;

• La duración del “joint venture”, con la indicación de la fecha de inicio y el fin de las actividades.
Esta duración estará determinada por el objeto;

• El domicilio social, que debe estar ubicado en el país donde se instale, indicándose las sucursales que
sean necesarias. Este domicilio servirá para todos los efectos en sus relaciones frente a terceros.

• El capital social, que aporta cada participan- te, expresando el monto suscrito, y la forma de pago. Este es
el fondo común, que servirá para satisfacer las necesidades de caja, los gastos corrientes de gestión, etc.;
• El número de acciones que represente el capital social, su valor nominal, su clase y serie, cuando sean
necesarias, porque el fondo común puede no requerir acciones.

• La estructura orgánica, es decir, la constitución y funciones de los órganos comunes de


gobierno, para la administración de la empresa, designándose a los funcionarios que tendrán la
representación. El organismo de primer nivel estará integrado por delegados de cada integrante y la
presidencia será rotativa; debe precisarse el o los órganos de control, tanto para la gestión de la
empresa conjunta como las individuales de cada integrante.

• La designación de la empresa líder, con el encargo de operar como mandataria de las otras. Es
denominada también: operadora, sponsor, prime contactor, cabeza de grupo, leading company,
y coordina la actividad de las demás; busca las garantías financieras; mantiene las relaciones con
terceros; asegura el desenvolvimiento de los servicios, etc.

• La información periódica de los resultados económicos, porque la actividad llevada a cabo debe
ser registrada en los libros contables y los estados económicos de- ben ser conocidos por los
participantes. Es por ello que se necesita de una rendición periódica de cuentas para su
aprobación, en la medida que van desarrollándose o cerrándose etapas, para las liquidaciones
parciales, antes de la final; y

• Las demás que se consideran indispensables para el caso particular.

11. VARIANTES POR LA JERARQUÍA DE LOS SOCIOS

De conformidad con la amplia variedad como el “joint venture” se presenta en la práctica negocial,
es importante señalar algunos rasgos que lo diferencian según la jerarquía del socio elegido, porque
puede suceder que sea con un gobierno o empresas públicas pero también con particulares, personas
naturales o jurídicas.
Cuando el contrato se realiza con un gobierno o con empresas públicas, será necesaria la adaptación a
la situación política y al programa económico que propugna dicho Gobierno. Esto puede imponer
criterios en la toma de decisiones, opuestos a la visión de una empresa privada. Tales dificultades deben
superarse mediante negociaciones al más alto nivel. En ocasiones la empresa deberá ser asesorada por
su propio gobierno. Así entonces la “equity” se hará patente.

La situación es otra cuando las empresas son privadas. Se debe preferir que la elección del futuro
socio recaiga en uno de los mejores, que se encuentre en línea horizontal, porque a éstos corresponde
siempre aportar la mejor tecnología y la mayor experiencia práctica. No debe permitirse el protagonismo
absoluto del socio porque dificultará el desarrollo de la empresa proyectada.

En caso de operaciones a largo plazo, son muchos los factores que rompen el equilibrio y la
estabilidad, no obstante la proporcionalidad de los aportes por las partes, en medidas iguales. Al
romperse el equilibrio se puede llegar a una situación de bloqueo o parálisis. En problemas de economía,
los factores susceptibles de cambios suelen ser imprevisibles, por cuya razón cabe incluir en el contrato
reglas de recuperación o retorno a las que determinaron su celebración.

Si la situación se hace insostenible en la pugna o litigio, solo caben dos soluciones: la absorción o
compra de las acciones por una de ellas; o la liquidación de la sociedad.
Como “contrato regulado por la autonomía de la voluntad privada, los contratan- tes pueden estipular
un contrato abierto indicando los requisitos que se deben cumplir para la admisión de nuevos
miembros”

12. ESTRUCTURA DE RESPONSABILI- DADES

Esta es, objetivamente, una propuesta o recomendación a seguir, antes que condición “sine qua
non” para la marcha eficiente del proyecto. Conformada la empresa con- junta debe elegirse un comité
ejecutivo, dependiendo de los órganos de administración de la empresa, para la toma de decisiones. Debe
haber un director general, vinculado con los administradores, que será el responsable del
funcionamiento de la empresa, y para lo cual se le conferirá expresas facultades mediante el otorgamiento
de poderes.

Generalmente, el director debe ser una persona vinculada al equipo directriz, a la nacionalidad
del país donde radica la empresa y donde se lleva a cabo la mayor parte de las operaciones. Este director
general de- signará a los responsables de las áreas funda- mentales, eligiendo a los mejores
especialistas para conseguir óptimos resultados.
La responsabilidad de cada uno de los miembros integrantes, frente a terceros, por los actos que
deben ejecutar y por las obligaciones contraídas por la entidad será mancomunada y no solidaria,
cuando el contrato no llega a constituirse en empresa distinta de sus integrantes. No se puede deducir
la solidaridad por el solo hecho de que los coventures estén integrados en una relación contractual.
Además, conforme a nuestro CC vigente, la solidaridad no se presume, por lo que para estos casos sólo
será viable si se pacta ex- presamente (art. 1183 del CC).

No obstante, cuando se trata de la ejecución de obras públicas, conforme al art. 37 de la Ley Nº


26850, las partes del consorcio responden solidariamente, ante la entidad estatal por su participación
individual o en conjunto en dichas obras. En la legislación argentina, no hay responsabilidad solidaria
en la “Unión Transitoria de Empresas” (Ley Nº 19550). El art. 2615 del CC italiano impone también la
responsabilidad solidaria. La legislación española igualmente.

13. COMPENSACIONES Y COMPRO- MISOS

Las principales compensaciones a que tienen derecho las empresas participantes son: los
honorarios de dirección; los royalties u honorarios por asesoría técnica; la tecnología; los beneficios; el
conjunto de compras o ventas a la empresa conjunta; las acciones liberadas, como capital por
aportación de tecnología, etc.

“Los beneficios y contribuciones tienen una dimensión temporal, pues varios de ellos se perciben
durante toda la existencia del joint venture. En cambio ciertos aportes se hacen una sola vez y
generalmente al principio, como sucede con el capital que se aporta, mientras que otros se proyectan
en el tiempo” (10).

Como todo contrato de duración, que se prolonga en el tiempo, tiene riesgos e in- certidumbres.
Estos están influenciados por una serie de factores, extraños o externos a la relación contractual
misma; y pueden sufrir variaciones por la jerarquía del socio que se elija, por los acuerdos
contractuales, por el grado de participación en el fondo común, etc.
Las retribuciones se perciben por conceptos de distinta naturaleza: así, v. g., regalías sobre precios
brutos o netos; sobre bases fijas por unidad producida o vendida; en otros casos, honorarios
concretamente; en otras comisiones, sobre todo en las ventas internacionales. Hay variedad de
combinaciones.

Otra fuente de beneficios adicionales se encuentra en la compra o venta de insumos, partes, piezas,
componentes, materias primas, semielaboradas o productos manufacturados. Queda establecida que la
empresa de “joint venture” resulta genéricamente beneficiosa para las partes integrantes, porque una de
ellas aporta tecnología especializada; y la otra, que carece de ella, aporta mano de obra, mercados e
instalaciones.

14. EL “JOINT VENTURE” Y LAS FIGU- RAS AFINES

a) Las empresas multinacionales o transnacionales

Son aquellas empresas que realizan operaciones bajo un control directo, que desarrollan sus
actividades en diferentes países. Se inician como importadoras exclusivas de insumos y la posterior
exportación de productos fabricados. Después se expanden mediante una cadena propia de alma- cenes
de ventas y talleres de reparaciones, que pronto adquieren autonomía, para a su vez fabricar los mismos
productos, que primero son piezas accesorias y luego los mismos productos similares a sus principales,
no solo en bienes y equipos, sino también en la apertura de nuevos mercados de exportación. Se
independizan de la casa matriz y se convierten en entidades autónomas.

La expansión de una transnacional se realiza, siguiendo los siguientes pasos: 1) creando filiales
con participación mayoritaria de la matriz; 2) adquiriendo otras empresas existentes que se encuentren
en funcionamiento, evitando inconvenientes de autorizaciones y permisos; 3) llevar a cabo actividad
de empresa conjunta o “joint venture” con una empresa nacional; 4) utilizando la concesión de licencia
de fabricación por la alta tecnología de la empresa matriz; y 5) otros acuerdos adicionales como
el manageement para las redes de grandes hoteles y las franquicias necesarias.

b) El trust

Surgen en EE.UU. por la competencia entre empresas análogas. Es un caso de concentración


horizontal o fusión de empresas independientes en una sola. El objetivo es eliminar la competencia y
dominar el mercado, llegando a constituir verdaderos monopolios, en su desarrollo más extremo.

Los trust son típicos de las grandes dimensiones del mercado interior. Eso explica su extensión
en los EE.UU. y la política anti-trust de sus gobiernos. Sin embargo, continúa la fusión de sociedades
con pro- pósitos de monopolio, que conlleva a una fijación inalterable de cuotas de producción o de
precios. La discriminación de precios no ha concluido ni las prácticas de competencia desleal. No
obstante la legislación prohibitiva, en la práctica, existen grandes trust, como la General Motors, la
Standard Oil Company, etc.

c) El holding

Se trata de una concentración de capitales y no de producción. Por eso debe ser aprecia- do como
una organización financiera monopólica. Se presenta cuando una empresa financiera ingresa a
participar en el capi- tal social de varias empresas, que pueden seguir manteniendo su independencia,
aparentemente, porque es controlada totalmente por aquella.

Está muy extendida en los EE.UU. A cambio de las acciones de las empresas miembros que son
captadas por la Compañía Holding, reciben de ésta, como contra- partida, parte de sus acciones. La
Holding
adquiere la condición de accionista mayoritaria en todas ellas, y sus representantes controlan totalmente
el grupo.

Las Compañías Holding en Alemania se llaman Konzern, como sucede con la casa Krupp. Otros
nombres que se les atribuye eufemísticamente es el de los “Grupos Financieros”.
Su composición es la siguiente: a la cabeza figura un Banco, que tiene en su cartera de valores
acciones que le permite controlar una serie de empresas no bancarias, por las facilidades crediticias
que les ofrece. Así, éstas se convierten en filiales de la matriz, y los mismos consejeros bancarios
llegan a ser los consejeros de ellas.

d) La franquicia

Es un contrato mercantil atípico de ori- gen anglosajón. Debe ser considerado como un sistema de
colaboración continuada de orden económico, donde las partes, personas naturales o empresas, son
socios jurídicamente independientes.

Tales partes son: el franquiciador y el franquiciado. Y en virtud del contrato, el prime- ro, que es
titular de una marca, fabricante o confeccionante de bienes o servicios originales, transfiere al segundo
el derecho a explotar la marca en los productos o servicios que él proporciona a sus clientes, conforme
a las mismas técnicas que deberá igualmente fabricar o confeccionar bajo los mismos moldes cuya
rentabilidad se encuentra debidamente probada, según la experiencia obtenida por el franquiciante o
franquiciador.
e) El cartel

Es también una organización monopólica, semejante al trust, pero a mediano plazo. Se


manifiesta de muy diversas maneras y en áreas de distintas actividades económicas, como el control de
precios o re- parto de mercados; una dirección central de ventas; asignación de cuotas de producción;
concentración de utilidades, etc.

En los carteles de precios o reparto de mercados no se requiere de organización especial, porque


basta que las empresas se reúnan periódicamente para fijar los precios y las zonas de cada una o del
conjunto. En el cartel de control de ventas se da como un grupo de empresas que fabrican los mismos
bienes acordándose entre ellas, la fijación de precio único para las ventas, a través de una agencia
común.

En el de asignación de cuotas de producción, la central de ventas precisa los precios y asigna


cuotas de producción a cada una de las empresas integrantes. A veces, la central de ventas se convierte
en una sociedad anónima, con acciones en proporción a la cuota que tenga cada una.
En el de comunidad de intereses, las empresas integrantes reúnen los beneficios obtenidos en un
fondo común y periódicamente se reparten tales utilidades en proporción a la parte que a cada uno le
corresponde, establecida de antemano.

f) El Know How

En el reglamento del Consejo Europeo de 6 de febrero de 1962 se define como con- trato para la
transmisión o cesión de uso de procedimientos de fabricación o de conocimiento para el empleo o para
la aplicación de técnicas empresariales.

Otra definición: “Negocio Jurídico celebrado entre personas físicas o jurídicas, en virtud del cual una de las
partes (que denomina- remos “transferente”) se compromete a poner en conocimiento efectivo de su
contraparte (que denominaremos “adquiriente” o “receptor”), uno o varios know how, con el objeto de que
sean explotados por tiempo indefinido o limitado, obligándose esta última, por su lado, a satisfacer lo
correspectivamente pactado, determinado normalmente en forma de porcentaje sobre producción o
ventas”
El know how es, así, un contrato de transferencia de tecnología y su correspondiente prestación de
asistencia técnica, entre una empresa extranjera y otra nacional. Concretamente puede consistir en transferencia
de: 1) tecnología pura; 2) otros tipos de propiedad industrial; 3) asistencia técnica; y 4) participación de
actividades de investigación y desarrollo.

15. AGRUPACIÓN DE INTERÉS ECO- NÓMICO EUROPEO

CHULIÁ define esta agrupación como “un contrato entre personas físicas o jurídicas de
distintos Estados miembros, dedica- das a actividades empresariales o de profesiones libres, que se
inscribe en el Registro Mercantil del Estado miembro donde fija su domicilio social” (12).

El objeto de la agrupación es ayudar al desarrollo de las actividades de sus miembros. No es una


sociedad, por lo que no puede aspirar a una utilidad propia. Sin embargo tiene capacidad para obrar,
actuar en nombre propio, ser titular de derechos, actuar ante los Tribunales y suscribir contratos. De-
pende del Estado, si le permite tener o no, personalidad jurídica. Tiene patrimonio social, por eso
responde de sus deudas; subsidiariamente responden sus miembros. Están reguladas por el
Reglamento C.C.E. Nº 2137/85.

16. EL “JOINT VENTURE” Y LA “PARTNERSHIP”

Aceptado por la doctrina y por los hechos que el contrato de “joint venture” no constituye una
fórmula rígida, por la notoria ambigüedad que detenta, se le ha pre- tendido vincular estrechamente
con la figura del “partnership” del derecho norteamericano, ya sea como género o especie. Esta
situación no es privativa de los contratos empresariales, porque igual status presentan los contratos
innominados en su conjunto, incluso los típicos contratos tradicionales tienen fronteras o extremos en
que se cruzan con otros que tienen también tipicidad legal. Sin duda, como sucede en casos similares, a
través de su desarrollo negocial las delimitaciones jurídicas tendrán que fijarse hasta adquirir verdadera
estructura e independencia.

Farina citando a Astolfi, dice que los con- tratos de joint venture “han sido comparados a las
partnership del derecho estadounidense, a las filiales comunes, a las sociedades de hecho, o aun a las
sociedades por acciones; mientras otros autores, con mejor atención, han advertido la naturaleza
meramente contractual, evidenciando el carácter funcional para la constitución de una sociedad afiliada
común ... a la sociedad ocasional interpretada en sentido restrictivo, al contrato de consorcio con
actividad externa, o aun, a la asociación en participación o, por último, a formas asociativas atípicas pero
conocidas por las legislaciones de algunos países europeos” (13).

El mismo Farina transcribe las siguientes opiniones de Cabanellas: “No es posible encontrar
elementos jurídicos definitorios comunes que abarquen a los distintos tipos de joint venture,
entendida esta expresión en su sentido amplio. Las sociedades anónimas, los joint ventures en
sentido estricto, asimilables a las partnerships, y los joint ventures contractuales, que carecen de
carácter asociativo, no pueden ser subsumidas en una única categoría jurídica, salvo la irrelevante
indicación de que todos los joint ventures hallan su origen en un contrato” (14).

Es necesario, por lo tanto, intentar una delimitación conceptual entre ambas figuras. Partnership es
una expresión proveniente del vocablo ingles “to part” que significa partir o compartir. Se llama así a la
sociedad más sim- ple del derecho inglés. Al decir de TORRES VÁSQUEZ, en el partnership existe:
“una gestión común destinada a obtener beneficios y re- partirlos. El objeto puede ser transitorio o
permanente; no tiene personalidad jurídica. Es obligatorio que se provea la distribución de beneficios.
Cada socio (partner) actúa como un Agente de la firma y de los demás socios. Todos los que participen
como partners en un negocio son responsables por las deudas de éste... Se basa en un régimen de con-
fianza entre los socios que no puede ser vio- lado. Las decisiones importantes se toman por mayoría,
excepto la modificación del contra- to o la entrada de nuevos partners que son actos que requieren
unanimidad...”

No obstante que algunos han expresado que el “joint venture” es en realidad una modalidad del
“partnership”, debemos sostener que ambos no pueden estar sujetos a las mismas reglas, por la
multiplicidad que presenta el primero, debido a la evolución evidente en que se encuentra, debido a la
utilidad que le proporciona la casuística. En el “joint venture” apreciaremos la concurrencia de dos o más
empresas (aunque puede también tratarse en algunos casos de persona natural como una de las partes), que
mediante acuerdo establece sus propias reglas de juego conforme al caso concreto que las vinculan. Las
empresas son pre- existentes y conservan sus propias identidades, pese al objetivo común. Es que, como
afirma Farina: “Se trata de una inversión de riesgo y no de una inversión financiera” aludiendo así a lo más
característico de la relación, la in- certidumbre en los costos y en los beneficios.

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