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Facultad de Psicología
Tesis de Licenciatura
2017
Índice
Introducción ………………………………....………………………………...Pág. 2
Marco teórico…………………………………………………………………..Pág. 4
Tipo de trabajo…………………………………………………………………Pág. 7
Metodología……………………………………………………………………Pág. 8
Desarrollo………………………………………………………………………Pág. 9
Consideraciones finales…………………………………………………….Pág. 21
Referencias bibliográficas…………………………………………………..Pág. 23
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Introducción
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puede caerse en una lógica del “vale todo”, que termina perjudicando, en el caso de
la facultad al alumnado, que no comprende la lógica de ciertas operatorias, y en la
práctica profesional a quién se vea sometido a dichas intervenciones. Las ideas que
se desarrollan a lo largo de éste trabajo se orientan por una lectura del pensamiento
psicoanalítico influidas fuertemente por autores del post-estructuralista francés. El
contexto histórico capitalista ayuda a pensar a la psicología como una profesión
liberal, de consultorios privados, y es al mismo tiempo solidario de una
epistemología positivista, que se inmiscuye silenciosa en un pensamiento que se
proclama como psicoanalítico, pero que termina sustancializando aquello que el
psicoanálisis intentó desterritorializar: las ideas de persona, individuo, sí mismo, yo,
sujeto, etcetera. Pensar lo clínico reducido a la única posibilidad de un consultorio
particular, donde se tratan dolencias personales, es consecuencia directa de la falta
de precisión en el estudio de la problemática de la subjetividad, y es por ello que de
eso se trata el presente trabajo. Prácticas individualistas ya interpeladas en Lo
Grupal, requieren de ciertas actualizaciones tanto respecto de los efectos teóricos
por sostener las representaciones de sujeto y subjetividad como ante los efectos y
posibilidades-imposibilidades clínicas que esto implica.
En este trabajo se busca problematizar el uso de estas nociones, cuyo
empleo da cuenta de distintas formas de pensar los estares colectivos. La presente
tesis partirá de los desarrollos acerca de esta temática que trabajan Marcelo Percia
en Sujeto fabulado I notas (2014) y La problemática de la subjetividad de Juan
Carlos De Brasi (2007) para, desde estas conceptualizaciones, explorar el uso de
las ideas de subjetividad, sujeto, producción de subjetividad y subjetivación, en la
publicación Lo Grupal, particularmente en los trabajos de Eduardo Pavlovsky y de
Juan Carlos de Brasi que forman parte de la misma.
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Marco teórico
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Breve reseña de estudios en el tema
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abordadas en las conceptualizaciones tradicionales del estudio de los grupos. A
partir de este movimiento, se pasa de: pensar al lugar del coordinador
institucionalizado, la cuestión grupal reducida al grupo terapéutico, la interpretación
entendida como traducción de lo reprimido y la práctica en un ámbito privado; a
estudiar la producción de subjetividad y sus condicionamientos histórico-sociales.
(De Brasi 1986)
Según plantea De Brasi, en la publicación se escribió desde una “ética de la
enunciación”. Con ello se refiere a que se pensaba y actuaba libremente en las
direcciones que se desearan, tomando derivas impensadas provocadas por la
actividad tanto clínica como de de escritura. Simultáneamente, estas derivas
buscaban justificarse también desde un punto de vista político, retomando un debate
con lo clínico que había estado silenciado en la Argentina hasta el momento de la
transición democrática. (De Brasi, 2007)
A partir de estas escrituras heterogéneas puede ubicarse un giro en el
estudio de los grupos en sus componentes, para pasar al estudio de lo grupal como
acontecimiento (que no es sin los grupos). En este pasaje a un nuevo horizonte
epistémico los conceptos dejan de extraerse de los grupos para ponerse en ellos,
pensando al abordaje teórico como inseparable de una intervención específica, en
contraposición a la aplicación de conceptos, que supone un esquema
predeterminado. (De Brasi, 2007) Se realiza una crítica al aplicacionismo tradicional
y comienzan a dejarse de lado las “técnicas de grupos”, para trabajar con
intervenciones de una única vez. Se ubica en las técnicas el problema de su
incapacidad para alojar aquello que no has sido tipificado previamente, es decir ,
que no sirven para trabajar con lo imprevisto. Funcionan como recetas
disciplinadoras, que no ven aquello que no están preparadas para ver. Las técnicas
se aplican, conociendo de antemano lo que se quiere provocar; de estar bien
aplicadas, siempre se llega al mismo resultado que ellas mismas prevén. Según
Marcelo Percia: ‘’Las técnicas disciplinan potencias. Las potencias viven en las
técnicas como el viento encerrado en una botella.’’ (Percia, 2015 p.28) Si el estudio
de los grupos se ocupa de las posibilidades, lo grupal piensa lo posible, (Percia,
2015) en tanto el grupo deja de ser un conjunto cerrado y comienza a pensarse el
problema de la producción de subjetividad.
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Tipo de trabajo
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2. Identificar e indagar de los problemas que, en el marco de esta publicación,
fueron planteados en torno a estas ideas, estableciendo relaciones con otros
autores pertenecientes al mismo “universo”.
3. Analizar el impacto de los usos de estas representaciones de sujeto y
subjetividad sobre los desarrollos posteriores de Juan Carlos De Brasi y
Marcelo Percia, problematizando continuidades y disidencias.
Metodología
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Desarrollo
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Usos de la noción de sujeto en Lo Grupal
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búsqueda de un psicoanálisis distinto al de la institución oficial, que luego se disolvió
para evitar caer en la misma iatrogenia institucional. (Pavlovsky, 1987)
Puede leerse que el habla en las enunciaciones colectivas no se está
trabajando como propiedad de un sujeto consciente que las enuncia (así sea un
grupo) sino como un habla que no pertenece a nadie; que se sostiene en un soporte
colectivo para decirse, que luego desaparece en tanto enunciador. Esta idea entra
en consonancia con el planteo de De Brasi, donde lo subjetivo no es una entidad (ya
sea yoica individual, o de un nosotros), sino como proveniente de lo histórico social
(De Brasi, 2007). En Sujeto fabulado I notas se señala el vínculo entre el término
sujeto y su uso en La Ilustración, para contrariamente, proponerlo como fábula que
nombra un habla desanudada de toda identidad que pretenda poseerla. (Percia,
2014) Dice el autor: “La idea de subjetividad atenaza (tenaz) con los brazos de la
propiedad y del ser: manda tener una vida y ser dueño de sí.” (Percia, 2014 p.193)
Siguiendo una línea de pensamiento similar, Jean-Luc Nancy, en uno de sus
seminarios publicados bajo el título ¿Un sujeto? menciona un “sentimiento
lingüístico” que señala como “sujeto” al designio del ser propio del agente de una
representación o volición. (Nancy, 1992) Sin embargo estos accidentes no son
soportados por el sujeto en tanto sustancia, sino que el sujeto está expuesto a ellos
como súbdito. A esto lo llama: “sujeción”, en contraposición con la idea de la
propiedad de los accidentes. (Nancy, 1992) Es a partir de allí que procede a
problematizar la noción de “sujeto” como suposición, es decir “(...) entendido como
el soporte o como la suposición de una apropiación para sí mismo, de sí mismo para
sí mismo.” (Nancy, 1992 p.21) El autor agrega: “(...) ese sujeto de la sujeción es un
sujeto que no está debajo en el sentido de un soporte o de un fundamento, sino que
es un sujeto que está rebajado que es arrojado abajo.” Sujeto, como soporte
necesario de aquello que no le pertenece, pero de la cual se apropia para sí mismo.
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tienen forma o sustancia propias” (Pavlovsky, 1990 p.14) Aquí el habla no proviene
del interior de los personajes (o personas) sino que puede leerse el concepto que
Marcelo Percia nombrará como figura que ocupa el lugar de sujeto. El concepto
“figuras” sirve para nombrar “afecciones, pasiones, enunciaciones históricas,
fantasmas que apaciguan angustias y desdichas, que hacen modos de vivir en las
sensibilidades que hablan” (Percia, 2014 p.9) Sujeto aquí pensado como
disponibilidad a ser ocupada por figuras. “No habla alguien que está antes del decir
ni hablan personas que se vinculan entre sí, sino figuras que habitan vidas
hablantes creando la ilusión de existencias que sienten culpa, asumen desafíos,
acarrean una moral, se comportan con heroísmo, experimentan ambición, sufren
abandonos, se representan teniendo o no teniendo dinero.” (Percia, 2014 p.7) La
propiedad de los sentimientos se plantea como una ilusión.
En Lo grupal, políticas de lo neutro, Marcelo Percia trabaja la idea de
acontecimiento como emergencia de “lo neutro”. El concepto de “lo neutro”, es
pensado como por fuera de la representación, como alojo de una intensidad no
pensada, por fuera de toda captura. Se trata de lo desconocido en tanto
inalcanzable, presentificado como vibración, ocasional, coyuntural e inútil. (Percia,
2015) Dice el autor: “Deleuze (1969) cita de la obra de Joe Bousquet dos
fragmentos para pensar lo neutro como acontecimiento de una herida que espera:
‘Mi herida existía antes que yo; he nacido para encarnarla (…) Todo estaba en su
sitio en los acontecimientos de mi vida, antes de que yo los hiciera míos; y vivirlos,
es sentirse tentado de igualarme con ellos, como si les viniera sólo de mí lo que
tienen de mejor y de perfecto’.
Deleuze sugiere que, a veces, se logra habitar esa potencia que vive en
nosotros: como si la hiciéramos nuestra dándonos al esplendor neutro de un
acontecimiento ‘impersonal y preindividual, más allá de lo general y de lo particular,
de lo colectivo y lo privado’ que espera.” (Percia, 2015 p.25) Lo neutro se piensa
como política de lo posible por sobre las posibilidades, pulso sin representación,
acontecimiento blanco. (Percia, 2015)
Puede establecerse una analogía entre el trabajo que Pavlovsky realiza
relación al teatro de Beckett con la crítica a la concepción de inconsciente como
representación, para proponer un inconsciente que se produce. Deleuze-Guattari,
llevan adelante en El Anti-Edipo, una crítica a ciertas corrientes del psicoanálisis que
piensan en inconsciente como un teatro, donde el sujeto es su propio personaje
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principal, (Edipo, Hamlet...) luchando dentro de su novela familiar. (Deleuze-
Guattari, 1972) En una entrevista, Deleuze critica la interpretación del inconsciente
atrapado en escenas de teatro. Él propone al inconsciente como fábrica, que nunca
deja de producir, en el cual nada se representa. (Deleuze, 1988) También se critica
la idea de inconsciente como la parte oculta de un iceberg (imagen que Freud utiliza
en El Yo y el Ello) para pasar pensarlo como un acontecimiento. La idea de
“acontecimiento” no tiene que ver con la de un “hecho”. El inconsciente como
acontecimiento, hace referencia a lo inesperado, a una chispa que desborda un
habla (no personal) por un instante. Pavlovsky dice del teatro de Beckett, que no
representa ni reelabora una escena ya transcurrida (reprimida) sino que se presta
un cuerpo a un decir que no le pertenece. Sobre esta crítica Percia escribe:
“Todavía se podría llamar inconsciente a esa ausencia de autor si no fuera que
algunos confunden ese vacío de dominio o esa vacancia productiva con un almacén
personal de reliquias familiares o con una inteligencia autoral profunda.” (Percia,
2014 p.103)
Pavlovsky plantea que los nombres propios de los personajes no designan
sujetos sino acontecimientos, singularidades que existen a partir de agenciamientos
no categorizables (Pavlovsky 1990).
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cotidiana hasta las pequeñas lógicas, a veces extremadamente sofisticadas, en lo
que hacen nido” (De Brasi, 2007 p.109) Según él lo subjetivo no debe pensarse
como interioridad personal encarnada en los términos “yo”, “sí mismo” o “individuo”.
Percia agregaría a la serie sujeto, para pensarlos como fábulas que asignan
identidades a voces que exceden a quien habla; toman un cuerpo (o varios) para
enunciar algo que no les pertenece.
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proximidades y distancias entre dos, tres, veinte, miles, sin la idea de unidad?”
(Percia, 2014 p.8) De la misma manera, Nancy desplaza la idea de sujeto
propietario de atributos por la de sujeto como súbito “expuesto a que le suceda algo”
(Nancy, 1992 p.22).
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deje de estar incrustada, en sus gestos, en los restos de un lenguaje herido
íntimamente o en las resistencias que esgrime cuando se alucina como individuo
único e irrepetible.” (De Brasi 1988 p.120) Según el autor el sujeto es producido en
determinadas circunstancias establecidas, y no bajo la idea de un “mito originario”
simbolizando redes familiares que actúa como explicación. Además, En relación con
la idea de objetividad, el autor la piensa como un constructo determinado por la
subjetividad. Es en Lo Grupal 8 en el texto “Sobre el sentido en la psicosis” donde
se critica la investigación de aquello que se proclame como objetivo y sin tener en
cuenta como su causa a las “subjetividades reinantes” en la producción de sujetos
(que construyen “lo objetivo”).
En el libro La problemática de la subjetividad, De Brasi retoma estas ideas
refiriéndose específicamente al prólogo de Lo Grupal 3, sosteniendo que allí se
justifica el pasaje del estudio tradicional que venía haciéndose de los grupos y sus
componentes hacia la producción de subjetividad y lo grupal. Se amplía allí: “En el
plano de lo grupal todos los asuntos previos están predefinidos y acontecen
prácticamente a partir de la producción de subjetividad -no sólo del sujeto o el
psiquismo-, los modos de subjetivación, las integraciones grupales, las dimensiones
institucionales, los diagramas de poder, los actos lingüísticos, las distancias
comunitarias, los desafíos instrumentales, etc.” (De Brasi, 2007 p.125) El autor
trabaja tanto en este libro como en la publicación Lo Grupal, la idea de producción
de subjetividad de esta misma manera. Por otra parte, en Sujeto fabulado I notas,
Marcelo Percia reconoce como antecedente necesario a la idea de la fábula de
sujeto, a la de producción de subjetividad, haciendo estallar lo personal, incluyendo
lo social-histórico, pero en este ensayo prefiere pensar en una “producción de no
subjetividad”. Así lo expresa: “Donde se solía decir condiciones históricas y sociales
de producción de subjetividad, este libro prefiere preguntar cómo sería la vida si en
la historia social se abrieran paso condiciones de producción de no subjetividad:
estallidos hablantes no fijados a una identidad, sensibilidades de pasaje no
enmarañadas en redes de atribuciones y propiedades.” (Percia, 2014 p.177)
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tradicionalistas, como hacia aquellas que se proponen como participacionistas
invirtiendo la pirámide, pero manteniéndola al fin. Ambas posturas piensan las
relaciones de poder como intersubjetivas, “confundiendo las situaciones de poder
con los individuos en los cuales se encarnan” (De Brasi, 1986 p.41) es así que en
estas consideraciones la subjetividad es tomada como personal. Aquí el autor
trabaja la idea de poder a partir de las conceptualizaciones de Nietszche y Foucault.
Desde esta perspectiva el poder no se piensa como instituciones garantes de
sujeción de ciudadanos a un Estado, ni un sistema de dominación ejercido por un
elemento sobre otro atravesando el cuerpo social. El poder es pensado como una
multiplicidad de relaciones de fuerza que se ejercen, en un juego de luchas que las
transforma, donde éstas encuentran apoyos unas en otras formando sistemas, o
corrimientos y contradicciones, que pueden o no cristalizarse en formas
institucionales. (Foucault, 1976) El poder no se encuentra en un foco, una zona
determinada o punto central o soberano desde el cual se irradia en forma
descendente (tampoco funciona de modo inverso, como toma de poder que produce
una “pirámide invertida”), sino que se introducen, por la desigualdad de fuerzas,
“estados de poder” locales e inestables: “[el poder] se está produciendo a cada
instante, en todos los puntos, o más bien en toda relación de un punto con otro. El
poder está en todas partes; no es que lo englobe todo, sino que viene de todas
partes.” (Foucault 1976 p.55)
En Historia de las sexualidad I La voluntad de saber, Foucault propone una
serie de proposiciones para pensar las relaciones de poder. Una de ellas sostiene
que el poder no es algo que pueda ser adquirido, compartido o delegado, sino que
es algo que se encuentra siempre en ejercicio en un juego de relaciones de fuerzas
móviles y no igualitarias. Estas relaciones de poder no se encuentran por fuera de
otros tipos de relaciones, sino que tienen un papel directamente productor de las
mismas. El poder no proviene de una matriz general, oponiendo dominantes y
dominados, sino que las relaciones de fuerza son múltiples, y actúan en los
“aparatos de producción” (familias, grupos, instituciones), sirviendo de soporte a las
líneas de fuerza que producen formas: alineamientos, redistribuciones, arreglos de
serie, homogeneizaciones, etc. siempre sosteniendo todos esos enfrentamientos. Si
bien las relaciones de poder son intencionales, estas no son subjetivas. Todo poder
se ejerce hacia un objetivo, pero éste no es el resultado de una decisión “de un
sujeto individual”. Dice Foucault: “(...) la racionalidad del poder es la de las tácticas
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a menudo muy explícitas en el nivel en que se inscriben —cinismo local del poder—,
que encadenándose unas con otras, solicitándose mutuamente y propagándose,
encontrando en otras partes sus apoyos y su condición, dibujan finalmente
dispositivos de conjunto: ahí, la lógica es aún perfectamente clara, las miras
descifrables, y, sin embargo, sucede que no hay nadie para concebirlas y muy
pocos para formularlas: carácter implícito de las grandes estrategias anónimas, casi
mudas, que coordinan tácticas locuaces cuyos ´inventores´ o responsables
frecuentemente carecen de hipocresía.” (Foucault 1976 p.56) En este sentido,
donde hay poder hay resistencia, ya que su carácter es estrictamente relacional. Sin
puntos de resistencia el poder no puede existir, ya que éstos actúan como “saliente
para una aprehensión”. Éstas sin embargo no funcionan únicamente como hueco
vacío de poder, o están destinadas a una necesaria derrota, sino que ellas se
inscriben como un “irreductible elemento enfrentador” (Foucault 1976) Estos puntos
de resistencia pueden producir grandes rupturas, aunque no necesariamente; se
encuentran diseminados en el espacio y en el tiempo. Escribe Foucault: “Pero más
frecuentemente nos enfrentamos a puntos de resistencia móviles y transitorios, que
introducen en una sociedad líneas divisorias que se desplazan rompiendo unidades
y suscitando reagrupamientos, abriendo surcos en el interior de los propios
individuos, cortándolos en trozos y remodelándolos, trazando en ellos, en su cuerpo
y su alma, regiones irreducibles.” (Foucault 1976 p.56) Aquí el autor utiliza el
término individuo, no para designar una unidad, sino un dispositivo surcado por las
líneas de fuerza que producen una modalidad de subjetivación fragmentaria. Tanto
las “estratificaciones sociales” como las “unidades individuales” se encuentran
conformados por un espeso tejido de relaciones de poder como un enjambre de
puntos de resistencia. Es a partir de la codificación de estos puntos, que una
revolución se hace posible, como también el estado, se sostiene por la “integración
institucional de las relaciones de poder”. (Foucault 1976) Siguiendo a De Brasi en el
artículo en cuestión, las situaciones de poder no deben confundirse con los
individuos que las encarnan. En el campo de las relaciones de fuerza, si no se
estudian los mecanismos de poder, no se supera la lógica del sistema “Soberano-
Ley”. (Foucault 1976)
En el mismo texto, De Brasi piensa a los sujetos como “emplumados” por el
prestigio o el progreso económico (por ejemplo) como “destellos del mercado” que
cargan a una persona haciéndola distinguible de las otras. (De Brasi 1986) Es a
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partir de aquí que la idea de sujeto puede ser desplazada hacia la idea de
“dispositivos de subjetivación” y esto posibilita pensar a las líneas de los dispositivos
como productoras de determinadas formas, entre ellas, la de la subjetividad. Según
Gilles Deleuze, en su escrito “¿Qué es un dispositivo?” en el libro Michel Foucault,
filósofo, un dispositivo puede pensarse como un “ovillo” o una “madeja”, como un
conjunto de fuerzas que produce formas, como una “máquina de hacer ver y hablar”.
(Deleuze 1999) Esta madeja está constituida por distintos hilos. Los primeros, son
los de visibilidad y los de enunciación. La visibilidad está constituida por regímenes
de luz, que permiten ver y a la vez no ver, como sucede con la arquitectura. La
enunciación, es aquella que establece los regímenes de discurso, aquello que
puede decirse y lo que no. Ambas líneas constituyen un “archivo audiovisual”. Otro
de los hilos del ovillo de los dispositivos, es el trabajado previamente en relación al
poder, donde se encuentran las líneas de fuerza, que se producen en “toda relación
de un punto con otro” (Deleuze 1999). Están también las líneas de objetivación, que
son aquellas líneas de fuerza que se vuelven sobre sí mismas, y las de
subjetivación, que son las variaciones en este proceso, produciendo rupturas,
fracturas, fisuras, etc. En este sentido, El sujeto no es, de una vez y para siempre,
sino que nace cada vez, en cada dispositivo. Según Deleuze: “Lo uno, el todo, lo
verdadero, el objeto, el sujeto no son universales, sino que son procesos singulares
de unificación, de totalización, de verificación, de objetivación, de subjetivación,
procesos inmanentes a un determinado dispositivo.” (Deleuze, 1999 p.159) Es a
partir de allí que la filosofía de los dispositivos repudia lo universal, los valores
trascendentales y las oposiciones verdad/mentira, sujeto/objeto entendiéndolos
como procesos producidos por un dispositivo determinado. Trabaja con la novedad
en oposición a la “regularidad de enunciación” (entendida como el “recorrido de una
curva entre dos puntos”). (Deleuze 1999) La novedad en tanto que producción de
subjetividad, siempre actual, es “lo que vamos siendo”, “lo otro”, como diferencia, en
oposición al ser, que es pensado como archivo. De Brasi, en el mismo escrito,
aclara que no trabaja con la idea de “hombre” en su “esencia” o “naturaleza” sino
con una definición de “sujeto concreto” al cual concibe como: “el conjunto de sus
relaciones sociales, grupales e institucionales”. (De Brasi 1986) El sujeto no es
pensado como una entidad cerrada atemporal, sino que nuevamente es planteado
como una producción historico politica. En Sujeto fabulado I notas, se toma una cita
de Roberto Esposito (2011), quien señala que la idea de persona comienza a tener
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auge a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. Lo retoma Percia: “Tras citar una serie de
autores (Bergson, Deleuze, Merleau-Ponty, Simondon, Canguilhem, Foucault),
escribe: ‘Para todos ellos, a pesar de las profundas diferencias de formulaciones y
léxicos, lo que llamamos ‘sujeto’ o ‘persona’, no es más que el resultado, siempre
provisorio, de un proceso de individuación o de subjetivización, completamente
irreductible al individuo y sus máscaras’ ”. (Percia, 2014 p.66)
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Consideraciones finales
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también de lo subjetivo anudado a lo personal. La subjetividad deja de ser propiedad
del cuerpo que la soporta, para pasar a pensar al cuerpo como sensibilidad de
pasaje de aquello que no le pertenece. (Percia, 2014) El habla impersonal, como
textura de una trama histórico-política.
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Referencias bibliográficas
-Barthes, R (1978) Lo neutro Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires. 2004.
-Cardaci, G (2013) Lo grupal no son los grupos, ni los dispositivos. Notas sobre la
publicación Lo Grupal en la argentina (1983-1993). Anuario de
Investigaciones/Volumen XX, Buenos Aires 2013.
-De Brasi, J.C. (1987) Elucidaciones sobre el ECRO, un análisis desde la clínica
ampliada en Lo Grupal 4 Ediciones Búsqueda, Buenos Aires. 1987.
-De Brasi, J.C. (2008) La explosión del Sujeto. Acontecer de las masas y
desfondamento subjetivo en Freud EPBCN Ediciones, Barcelona. 2008.
-De Brasi, J.C (1986) Prólogo en Lo Grupal 3 Ediciones Búsqueda, Buenos Aires.
1986.
23
-Deleuze, G. (1999) ¿Qué es un dispositivo? en Michel Foucault, filósofo. Gedisa,
Barcelona. 1999.
-Freud, S. (1921) Psicología de las masas y análisis del yo. Amorrortu editores,
Buenos Aires 2012.
24
-Pavlovsky, E (1993) Estética de la multiplicidad. Concepciones de la producción de
subjetividad en mi teatro en Lo Grupal 10 Ediciones Búsqueda, Buenos Aires. 1993.
-Percia, M (2014) Sujeto fabulado I notas Editorial La Cebra, Buenos Aires. 2014.
-Percia, M (2014) Sujeto fabulado II figuras Editorial La Cebra, Buenos Aires. 2014.
25
en Psicología / XXII Jornadas de Investigación en Psicología / XII Encuentro de
Investigación de Psicología del MERCOSUR. Buenos Aires. 2016.
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