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T "rjas
usred ml$na
de _cartón. ná"t.,
esta dichosa carta, por favor. euere-
mos ese contlato- de modo que ponga Uo.riá
d9sp9didl. rrrra brpve....á¡"áZ-."¡1"
ü. g.."t -
rfa decirle -Solté
uru¡ cosa... Bueno,
preguntarle algo. Conozco a r¡n"!";..üa"ál-q"i"ro
hombre qle- Ileva
l casr vetnte años casado. Una mujer encantad-ora,
que quizá a usted le parecierj un poco.nticu.aa. aun-
Unos hijos-estupendos-. Una casa *irlUüia" _..
r¡n, J¡a pr¡ede imaginar, más o menos,
como yo,
guramente, ni él ni su mujer se hacfun muclias Se_
ilu-
37
t-
I
I
I
li,.
f con secretarias' -apoderadas y ayu-
-il;-l"ur.
ctras aventr¡ras
de inocente color de rosa. Imagina aquellas manos
acariciando la piel de otro hombre, y le parecen fal-
[,t! ;;d. áiráencia; -porque é1
![, "';;É;
láürJi" pi"" q,'. "qt"u"" breves y tumultuosas re-
-estaba
sas y asesinas. Tiene que levantarse, la mira por de-
seguro' lo trás. Tiene la espalda cuadrada y n^acriza,los cabellos
laciones importaban; áá' at eso de ser algo más
!L
'l,.lr'
espesos y rojos. Vista por detrás es joven y fresca,
,.'
,
ilü;;;;;e" d" orto mo'do' Debía condenadarnente f¡esca. Realmente, no la traga. No;
orofundo.
"itii'""to", no la traga. Vuelve a sentarse, urr poco aliviado, y
i "^ vacía' las vacaciones
la ciudad estaba
i,'l ¡¡.ás enamorado que nunca.
i,
i, H"ffiffi
;H;;;;; J
i"¿t"j.T::T:l*=-i?,#l'á""1"*::
Át.,"i"oo aqul' quizá pudieran conso- Va a haber un congreso en Frankfurt. El decide ir,
aunque no tiene muchas gár''r2s, pero comprende que
it larle r¡n Poco-
1i.,,
'-E1*oo'*áLpt"ndfa por qyé- le dolían todos los ha de salir de casa o se asfixiará, no por el propio
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habia contado con esta dolor sino por la condescendencia con que ella le
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,I ht;;";;";;:qt" "i"áot" la encontraba especial- mi¡a. No puede remediarlo, pero se comporta como
I
lil posibilidad, y o*",-*árráo
,ii,;r "
ilJ l' 38
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il't .
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rn marido celosg del siglo pasado' Ell,a le prepara la me¡rte huela a «Eau de Joie,, la colonia que él le re-
*","T;;;;;"iápi.. E-I sáe de lahabitación andan- c"19. L? pu9rr3 del lado _del iasaSero-esá-átascada,
-¡"Iráo
ü "" de pie, con-los brazos.colgan- y ella de- la em-puñadura ."Á" ,ro" oiA".
¿;;-;;;d"". él Íi¡¿
.E s¡a rlsa uo le cuadra. Ríe
ñ. ; ;.-d*á-indolente y] con dolorosaenp-rerisión' las que han
demasiado fuerte, y
hijo, el estudiante, la Bira soo.ierrJo. - --- --' é1, su
;;;j;;;;;das las-ñabitaciones
del principio'
;;ilju..;"r las ca"as de huéspedes
v todos los apartameDtos que harido ocupando' cada En Frankfurt, Julil¡s comete un error. Ella tendrá
unos- treinta y cinco años, poco más o menos, y
il;;;;áe.q',e.t i "it'¡or v más boJ'it9-' "ao'
'
crecía la distancia ap-oderada de una -d"-L es
;i";;; que cada Eruda¡rza
ydeportiva,"-,Fr"s.
aft",
;;;'.1ú";;;" si tuvierau que acabar-en Y' lúeu- *^tt:f
.9o
allgo que ér
9"""-p.i".r"i".
;"p¿;;:-üe y n -
bre v ffo palacio, ella en Ia ventana I él en -Ia puer- 9F todos, pero marxteniéndose frla y distánte.
sin que la voz humana -Er se Ie acerca en el vestÍbulo del hotel y IL habla
á,-"'til¿d.t "s de üstancia, asuntos técaicos.'Ella, sonriendo le atája , l" di." de
pudiera franquear taDto esPaclo'
por hoy de trabajo. fl torpe e
en coche l::^b"¡3
mportuno, pero ahora ya no puede".-"ilrt.í
Durante dos horas, é1 estuvo deambulandocasa de las dejarla mañhar
y la inüta a cenar. EUá refus;. rt in"ist"
lJ r" á.áa, v luego regresó esquina a su bonita /p"r t
#i"iL]i"ñ ¿f;Zh" h á v se escondió le ¡uglica, y esto le hac" seat¡.se-.ri-JüIo'¿.rr"ot
toda la cena, a pesar de que ella,
áili*1,-¿É."¿" del seto de los Feichinger que están ÁiJnJ .".to,
prosura rnantener una_ conversación
á" S. siente como un niño tonto que' jugando "olr trivial que le
permita recobrar el aplomo. pero esto, lejás áe
"U:..
al escondite, se lra escándido tan bien que- nadie Io wiar la tensión, la aumelta. E,t o" ."o"igd. tf"ia"., ali_
.."..ott" y se asusta porqrre las voces que le llaman y el recuerdo de sus súplicas t "U"¡arráot.-y .oro
;;;;-;;á vez más lejo^s: "¡Juliusl ¿Julirrs' dónde neu¡índole por dentrof Julius""quiere"
;ñ?" lf""t" q.. losqrri.ra' gritos cesan y todos piensan ác""t".i..
Pero eso nt¡nca' Antes eua, Iroy mism'o. "orr
;.;;; ="r¿r¿ .ir"t¿o EIF no
l;;;rtutd" Lambre dátrás del seto' Siente lágrimas - se resiste, y esto es lo más terrible de la
calientes en las mejillas' ¡i.tu1fOn. Ella le pide que se vaya. No se ha puesto
--Bf átt" llega en-un 'escarabajo» üejo' lleva pan- hrstérica ni ha hecho aspavientos cuando ¿l sé le ha
pelo largo' es
talo o"qr"."-y tiene elotolkswagen' un pordiosero' *lr"+ encima besuqueándola a lo béstia; f" U"
azul celeste' De mlraclo con aburrirniento y luego él falla y ella"Oi"le ayu_
.ilE"g.á.i"¿d "oIr ,ro
la vecina de en- da con la mano, haciendó tinünear a"" p"fs"."" a"
üi;;? ¿;;" si a Frau 'lrmbruit'
iiÉii.l'ui.ii*" "."i¿" a buscarla su lyjg -para lle- 91".?. buena gana, la- asesinarfa, y ella ü.o*p."*
;;-;ü; r" á.¿"¿. Es casi conmovedor' El chico acom- d: y te da pañuelitos de celulosa. Entonces él slente
no importarle su as- .l ,.1.:"9 de pedirle que lo acueste y que se quede ha_
,"ñ. ; su mamá y a ella parecg puede vestir uno así a los cléndole, compnñí¿ hasf,¿ que se duerma.
#;;il;Qó0,o" "t le Aquélla fue la primerjnoche que ái sofó con el
et r"'abtaza v a ella se sube
ffi;".,,i.#;aiñ.[ descubierto un Par -de piernas pez. Estaba entre los ro-sale¡,_ era .- p., grande,
i"'}Já" á"¡áá. aIPaula no tolera el sol' y segura- como un¿r carpa, tenía Ia piel t-agullada, sangraEa y
gris,
üil;tá;izas-
40 4t
de un modo distinto, o eso le parece a é1, huele aI
iadeaba rm poco. Julius se agachó y lo lerrantó-' Tuvo omo. r a casa está en silencio, JúIius se mira los
áue hacer un gran esfuerzo' Pesaba más cle Io que r¡-ies, p_ara ver si ha dejado pisadas en la alfombra
:;;"ñ:A;tt; ojos redondos v ciegos' elpez.vacía clara de terciopelo; ahora pgdrla acostarse y pspe_
l,ieir;-ü t*o'"áucadavez Julius qúe, con todo cuidado'
éra más-pesado v 'nás
rarla, podrla sentarse en sri butaca de la quá ahóra
t;;;"b"-áá iardrn. los Küpper y los niños. Stic- sus hi-jo¡ se levanta¡r sin necesidad de que ie lo pida
."""Já. rc" rLichinger,
ttli-ü-"ri."u"¡r cuando le ven acercarse con el periódicó en la mano,
iesde aett¿" dJü cerca, cucrhichean- poq{" contemplar las rosas, pódrta abrir el correo,
iá" ".r¡á.¿"t" con el dedo' El hablaba en v-oz baja podrla...
Iirí*, o""quilizarle, mientras trataba desespe- Se va.
;í;JJ""*" d. ori'eutarsesey extendla
recordar en qué ürección
una carretera in-
Es una p-ensión barata del suburbio, porque en r¡n
..hotel caro
."t"U" el mar- Ante é1 del centro siempre podrla encontrar a al-
;;;;;úb i; su p"".do lado pasaban rugiendo-los.camio'
que casi no podía llevarlo'
gún conocido. Además, faula pódrfa ver el coche.
nes. EI Dez ena t o
y-a cada Paso te-
ii-".t"itt"t" los pies por eldebarro del Su habitación tiene en la pared un papel rabiosa-
;;;;;;";; b ieptacion tirar-el pez detrás vez mente floreedo que le ma1ea. No hay ttliüsor. ¿eué
,Jrñ atbtrsto. Tenla Ia impresión esta busca aquf? ¿ Piensa ir todos los dlai a traba¡ai'des_
-dg.eue
cumplirse'
ff;;dr" ]"ilar, que esta misión debía
correctarnente' y de 3eul? Paula le llamaria al despacho. El rio tiene
",r.]
*a una vsz, tenla que actuar nada que decirle. Le gustarla podér dejar de amarla
s"gúá aoda¡rdo, obedieute' de repente o o¡narla mucho rnás d6 ló que la ama.
Se besaban
caserón viejo y urr poco destartalado' sufrien-
no se sentla más sincero que con corbata y tarjeta
ffi;a#enü-''; Ér *"Ét. ioti'" lo" observaba' de crédito, nr¡nca se le pasó por la cabeza la idea de
-hasta el riltimo abrazo' que se traicionaba a sl mismo.
-"
do
ffi;, t""t"u. de imaginarse.a Paula a-t-Y p""- A partir de ahora, ya rio tenía que esconderse. No
perdía de vista al otro. Lo siguió hasta la oficina de
:r,a:*:;1"'¿*m*ri:13"T"r j"*.""1 anu¡cios de un periódico local ¡ desde luego, fue el
primero en contestar al anuncio: Se alquila habita-
ción en vivienda espaciosa; precio 380, todo incl.
.
tl;
t, más esmero,.o*t" saludables y trabajaba pras con su madre; para paula, sus historias eran
ll "o"""
;;;á";háco. su carácter mejoró' Ahora tenía me-
más refinaáas y más sofisticadas: él era u:e estudian_
él' Julius
lli :
nos tiempo para sr¡ "p"tt:t" domo decía
tit,
l,i ' 50
IJ,
H.t I
1,1 ,t
]r ', ,l
con sé qué más. dQué me importa a rnl su mari-
+- áe flellas Artes muy bien dotado' Pero fliPado' sus do?-No
Ahora anda por ohl con una amigrrita.
y todas
ü-rJi"I á""iones y amigas a montones'en el fondo' oye decir Julius-, entonces todo
i#.áli"i'¿"-J.¡uiá .-tb"loto.do -que' -Bueno¿O-se
arreglado. es que ella todavfa le quiere?
'":".ff t'b;;uáo. "lEsto ni siquiera er-a todo
-del con Yo dila que no. Dice que es como una
;i;;;ñ"; á habra inventado estas cualidadesy ac- -No. Pero lo decfa con dulzura.
criatura. Un jilipollas sl
ilnü áL".i"sidadcoi que empezó a creer en ellas debe de ser, desde luego.
;aü; d. ;;.tdo ellasl por más que' al mismo Por qué lo dices ?
ffi;": "Jr"-t"áuielr q"" iti¿" su existencia estaba -¿ da la i.mpresióu de estar hambrienta. Como
simirlación' El, simplemente' era
l.Jñilitil;;b-* ta ¿i-e"' -Ella
si no se hubiera acostado con un tlo en veinte años
iliJi¿it¿"-n""1"" se dejó cr¡cer ef pelo an- por lo menos, mira tr1 por qué.
;;-q;;"di" v an-tes oue nadii se tue a Argelia' a Y ahora... ahora tq quiere a ü.
Domina-ba la
cambiar caÍúsas oe nyion por hachís.' -Ajá. No lo sé. Pero es tan reconden¿d¡rns¡f,s
É;;;n*"" a que Jel mo.rnento ¿on tanto desparpajo que -auizá.
suya, tan mandona...
ro portavoz de lu Facultad
se expl¡so ""o;; habfa lle- si lo es.
v entonces observó too ""ot'ibto adónde le -Vaya
qué sabes tú?
ffi;"'.;;-áu t"-"Loo: se había couvertido en -¿Y por lo que trl dices. Y por la forma en que
el sabelotodo- -Oh,
te trata.
";;;;;;no, tue perdiendo toda su fuerza de -:-¿ Te tras dado cuenta? Ella es la que decide
:;áá-";.-; áe que había de- . Cuanrdo, por fin, Stefan se va y Julius se queda
|r, iJtT¿iá il.It"? c"''t"t-**ot"" p"to Julius' atajando solo delante del espejo, con su pantalón tejano, su
iado plantada " "tt tti-t""á' camiseta mugrienta y aquellas greñas repugrrantes,
ii]"nr:ñ;;su nombre
a.r-
"t'",
L pide rápidamente-que
un asunto
no
par- sufre un inexplicable acceso de llanto. Le sacuden las
ild"i"í. y le dice oue es convulsiones y se deja caer al suelo, incapaz de re-
il
;ti
'.'*ii*""ri ¡"u'i. ;";;; ; aquel indiriduo de
intentado primir los sollozos. IJora por toda su existencia y
"'i"ré-
haber bebido juntos y tf-"ttá ha.
por todas las imágenes que tiene de sí rnismo y cuan-
;r ,
"ito'pre
Finalrnente'- le puso
;;-;"; a Julius a su compañla' do,, por-fin, se sosiega, se siente más ligero, jbven y
I
ilr
:,1
;
:i;;;""d: :a it'.¿o"titt""' A Julius le gustaba' I
viejo a la vez.
liilir ury.9arn¡11 V Ju-
Eutre Stefan y él llenan de dibujos haciendo Stefau consiguió un trabajo muy bien remunerado
r'l lius le escrib" ,ro. """tJ-at prken-tación' ..lr::ii$ en el departamento de Publicidad y se entregó a él
I
ii ;;;:1"*;i;"t"; +. "**"lfT;l?,1
í".ot" iro"gio..ción, aunque srn o-mlrrr ti,l':'
J" con entusiasmo. Julius observaba su metamorfosis
Esto es im- con inagotable asombro. Muy pronto, Stefan empezó
i
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i,#="á;il?iá" ""o""t'cionalismos'
Dortante. Tampoco t"V-qt'" ser excesivamenl¡
dúc- a tratar de iuducirle a buscar empleo, y a decirle que
no se quedara todo el día encerrado en el piso, como
i|l
ii.
fi:iT;; v f-áu", tti" tt artista v tiene su sensibi- un aüta de casa atnargada.
rii tidad.
'^*-ü"'¿o contempla a Stefan con su pantalón tej a-
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i'iLl
lri ,.,"JH;;-";;;;t t; carPeta déba3o del bra-
!¡, ,
1¡r 55
l'¿,. 54
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Se despidieron coa cierta reserya y frialdad. En rea-
Ahora se velan poco, a Pesar de que todos los dlas'
ir"Flacablementé a las siete en punto, Julius le pre I91d, habran-guedadg e¡r salir do-e" jr*io", p.ro
pai"b" el desayuno, para observar la transformación " ta ¡efá aet áápar-
Stetan no_ podía, estaba citado con
á" §t"f"t y, si era nécesario, di4girlo por la vía más tamento de Distribución. Julius lo com:prende
larn- enta en absoluto. C"rr
-r" v n-o lo
ñáro hubiera podido ahorrarse la molestia, iá ti"o.
por iá "-*á" po,
"q""I-L"-bI"
"."ri"i".
;;;;". cán la seguridád de un sonámbulo, casi de nada en comrin. El ha ganido.
i. ntch. a la mañana, Stefan se convirtió en un pura fórmula, deberÍa lanzar un grito de to
t ir"fáaot en el apogeo dé su actividad, un hornbre vantar el _puño, dar un salto..., piro se queda"i.t".i",
mudo
;;;b" Io que quiére sin lugar a dudas. Natural- y con los brazos colgando.
áente, ahora lambién tenía menos üempo para Pau- Escribe unas ünea a Stefan para despedirse. «IIa
h. v. áe vez en cuando, soltaba frases como: «No se
-
sido un placer, te deseo muchá a.ito, -iluctas g.a_
oú"á" maleastar mucho tiemPo ni muchos pensa- :lT: "j"Í.T":»
teatral,
Luego, quema e! nanel y, á .,o g"to
ientos co-o 1." mujereso las cuales, desde luego, no cleja las gsniz¿5 en un platillo que pone s-obre
*uru.f"o aquel derroche de energla, ya que su utili- el escritorio de Srefar. ¿ua pLacera 'ó"U!-á. ot""
dad era nula. loco.
El nuevo hombre resultaba c'ada vez más repe- ^- Va aI peluquero.
Observa
Se hace cortar el pelo y afeitar.
su transformación con ¿."áo"náá. No
l"nie.
--- v"ooche a Julius le costaba trabajo dominarse'
I.á autes de que Stefan le dijera que se sabg s-i alegrarse de volver a ver al ,riii"-¡"lirr". f¡"
p"lddg.deg.. Ahora, de_pronto, todo lJ p**. *ry
mudaba a un apartamento granie, gaTo y i)oP terra- serio. AI salir del establLci¡nieuto,
;;; Ü"oi"h¿t elegantá de la ciudad, Julius vol-
;á;";ñ".;n el pezlrba hacia el mar' El pez le un Perro. "" "áád.1o-o
rrÁaba de un modo-insoportable' Cada paso er¿¡ una , Compra ropa nueva, un poco más sobria y menos
iortura: Dero, con el afán de poder devolverlo pron- etegante que ántes. Cuando el vendedor le recomien-
iá-á y salvarle la vida, Julius seguía ca- da algo {más jove¡x» le contesta secamente que se
""'.,i"**to
rnir"ttao por la a?ena en dirección al agua' Cuando reserve sus gr¡stos para sí mismo.
ü"¡á f" rri."¿a para despedirse del pez, vio- que tenía No puede llegar en, bicicleta... Va andando y,
pero eI puesto que le parece ridículo bajar por la calle con
i#;-"t"" ;;;ta^s. el pei había desáparecido' 1. ¡¡¿lefita g¡ l¿ rnano, la deja dótr¿J ¿e *
o""" Julius sintió una viva desesperación y
ilJezJ a sacudir los brazos con angustia y con pá-
".rUti"tia. Paula lo recibe con alegrfa y con calma.""io. Los ni-
oi"á. librarse del peso' No lo conseguía' Enton- ños, también. A los pocos minútos, todo está como
""."
.""-iá"áá"tgo que hábla leido en el colegio sobre antes. Paula- habla por teléfono con r¡na amiga y los
;"-ñ" t"tú.l.d.o la bañera y, elIentamente' entró niños escuchan ¡rnisica a todo volumen. Jiüus se
agua e instantá- sienta err su butaca y se pregr¡nta qué puede hacer
;a=;;, sumergió los brazos enel peso que le ago- ahora. Se ve a sf mismo alü sentado, cori las piernas
ilÁát"-t"" smáó más ligeros,
mr¡y contento' cruzadas, como si esperase algo. Se siente d'e ptes:
Úi"b. d"".p.reció él y salió nadando
tado.
Por la noche, en La cama, cogidos de la mano, Ju-
5ó
va
lius, con carrtela, Pregunta por el or*o' cómo les
*a los dos.
-]Ñ" qué decirte Paula que antes
se hubiera
-responde
"¿ a;rimado a é1-. Verás, yo pensaba que
era diferente.-.
Cómo. diferente?
-i hombre de otro Planeta, sin. casa ni
-Ñ;;;; á.ito, sin problemas de impuestos' una
familü-
totalmente Ubre'.. Pero ahora tiene un em-
"ilr
""."oá
;il;iü.b"";á c"., sl, precisamente' v se afana
como el que más...
----¿Como yo? Julius haciendo un gran
-PJegunta DINERO
*^:Ñ;;
esfuerzo.
como trl, no. Trl, por lo- menos, no.te lo to-
*"= t ,L p."n". ior ae.ió, é9yé pasó con ü1 traba-
l"? k" áá despacho no páában de llamar' ¿Tan
Lo.rnorado
- estaEas que ni siquiera" '?
;rincipio, nó te diré--ataja Julius-' Pero
-Alreáultó üna pesada que no hacía más que ha-
loeEo
fffi;-h"bt"t,-perá sin naáa dentro' una piel muv
bonita v nada más.
-Jóven, ¿verdad?
Buy jovea. Como t(r.
-No sé si alegrarme'
Julius la tbrazay, por encima del hombro de Paula'
l#;";;i;;iáe" de la silla como un pellejo
*-:¿;;
arrugado.
ella' contra su
qué piensas?
oecho. -Pregunta
--I]¡, pensaba en lo que me pondré *1ñ?f'
rroos p.o"adientos ta¡l estupendamente
-Tienes
normales,'cariño--.
.i
58
l
Carrnen Miiller, treiuta y cinco años, casada hace
cator@ con lAlerner Müler, dos hijos adolescentes,
!111,y,Rd":r, casa _propia_, coche] televis".,-üa"",
congehdor, sin vacacio'res desde hace cinco años, y
c9n uq montón de deudas. Carmen Miiller, fregona
desde hace catorce años, pensaba.lr" *i""-
!11:^,fTCf? el a.gua.que inundaba el-"ná",
baño, po.q,."
aqueua noche se habfa roto el desagiie de Ia laiadóra
I [dp,p*"U: por encima de ella-para pirrt"""" ao
ranfe oel espejo:
Yo soy la empleada de hogar de tnis hijos.
En Ia
-cocina, se salla el café, y Rainer, de trece años,
se¡rtado a la mesa, desayunádo y leyendo, parec¡a
no darse cuenta. Sin levantar l" mii"aá, di5oi .'[üma,
¿por qué no te vistes de rrna vez?,
q"" medusa- Gorda y como u?7. saco de patatas.
l?t h;io2
ltis se
-avergiienzott de nL yo no sé áó*o
t¿ts ar¡egtan las otfa.s mujeres, pero yo
'g;apoí me aTegto de""
set fea si asl pueden ser mds mis h¿iií. wer_
ner tatnwco * un Adonis, pero hemos tenido dos hi_
ios guapúsitnos. ¿Te parece poco?
We¡ner ari.¡r no se habfa levantado. Desde hacla die-
cisiete años, trabajaba de encargado
"" "o"-i¿U.i."y
(re juguetes, vigilaudo las cintas transportadoras,
61
flfi
I,i i
!i'r
mi. otra fatnilia. Mi mañdo es alto y detgado y ti*te
li.l
Carmen comprendla que cada vez estuviera menos
-"U""¿" y i" co"tará más levantarse de la cama' muy buena.f acla,
res andan d.etrás -tary-
guapo es quL to[as laí muje-
A;;;-i"á"1 hs ma¡anas, le preparó tres panecillos' é1, pero yo no tengo que preocu_
I
t .á el desa¡runo y dos para el trabajo'.mientras
p?y", porque él-de sólo me quiere_a ml,-su muier, pre-
""o s¡¡s i¡jos,-tan guapos, tan limpios, siem' ctosa cottzo utt cromo, .cory su figura d.e niña, y su
Iáái"t" " cintura de avispa, a pesar de loi áos hiios. Lots'niños
pre a la tftüma, como recién salidos de Ia tienda' con
aouella riopa tan cara y tan elegante, y también hoy son turbutentos y un poco e*traragantes, el chico
;t;ñt"*-fr-t" mágicá:- 'Papi,» yenCarmen la clase todo el t ene et pelo largo y quiere ser músico, talento aftls.
ller¡a esos mocasines" ' sabta que t¡co tienen los dos y son diferet* d.e los demás ni_
-r¡ra"
su débil.si ¡o hace ni una semana que compramos
ñ.os, y es que también nosotros somos diferentes. ya
no servirla de nada, porque Werner ya sé que no me tomcts a tnal todas estas fantasías. Hoy
"io.rUo"".t
haüla sacado el billetero' haré redondo de teftiera asado. WernLi ilil n""n
--W."o.. era incapaz de negarles nada a los niños; no poder tnás, traga y traga hasta que et ptato esttt
t áo"Oo miry blando, dcmasiado segrln Car- y entonces tengo que yolyet a set virle, porque
"_1"-Y y al cabo
i*r,"ü p*á
":r
-*; le quérla. Lo rlnico que no- le -Sustaba at
-Ítnde la lavadoraésta no es una casa de pobres.: El
d"*;i f"p"tud-o. carmen Miillei sonaba forzado'
"U" tubo se tdlrentó y tengo qu'e- Áta,biar
lo. El fontanero sale tttuy cato, Welttei tendrla. que
a ----soiJv hs
-' ouiero no Puedo'
criatr¡ras más ¡ni¡nadas que conozco ser operario. Hoy se fonan. Mi We¡ner es un soña_
la e,zbe'za' do!. I:as preocupaciones, para. tnl. y es que yo sé
-]IYmoviendo
--diio
lro*ttos podrfais cuidar un poco más gordo vues- cllaiar. Ia semana pasada, Karin escribió uio ,"_
tro s;;;;=jó'r"'i"-' Papá, trt átás muv dacción sobre Sísifo. Subir a uru¿ ?nontaña con u?l
tiáes ¿Por qué no te las tiñes? pechusco a cuestas, qué risa, me gustarla verle llepar
;e;";, cauas'
esta casa una se?uzafla,, y el pedrusco le parecería un
AsI t"u"otá*o y salieron corriendo' gurlafto. Segurcmente, lo que más le molestaba era
--éÁá- ¿i:" á w"to"t, mientras metla los pane'
f" áit".", «A veces, rne gustarla que tuvie- t_ener que hacer lo mistno todos los dlas. pero é1, por
"iffJJá
;;r- snano en la rLafiz, IIay o el pelo grasiento" '
» lo tttenos, no llevaba d.eudas a cuestÁ. éloÁ qu"
---Sl---diio Werrer-. momentos en los que
:"or:d" ?'¿osotros lleguetnos a la cbna de la montaña,
ten¿trettzos tTuestra propia casa, mientras qüe Sísifo
drrdo de qrre sean hijos míos'
**t.-;i"
tiró dél 6¡¿2q' aNi los años ''i la her- no tenla nada. A mi Werner tengo que etnpu¡arte in
dl"a sl y otro también para que átgá adetaite'; oaso a
p*¿"Ir disimular'' I-o empujó hacia la
-o"-rilá
puerta.
paso- Peto é1 no sabe nada de ti,á ti te tengo'escon_
dido, porque tni diario a nadie ie itnporti'- --
y
Es el meior monento del dta, c-uando ellos se van é tat Apenas üIer¡rer salió de casa, Carmen vio que habla
;; ;; ;;.;;' I i"t* contiso Me
biei cargaáo,
preparo,un-caf
io el aguachirle olvidado la cartera. Salió corriendo a Ia pri".t". f"_
corno a mi me gusta, "
lü t"^i w-".r por eso del corazón, y me siento a davla distinguió las luces piloto del .o"h"'1qr" t"*_
ío *."n La casa, que espete' ahora quieto estat con Poco estaba pagado), agrtó la cartera in¡ltilüente, se
62
quedó pensativa rrn momento y sacó la bicicleta- No jó,sin decir nada, con Ias dos pistolas en
la *
pudo alcanzarle y fue hasta la fábrica, que estaba en sqli¡ ¿ la calle, las guardó - mano. Al
él otro errtreno de la pequeña ciudad. ""-Jú;1"":-
P.daleando lentamente, regresó a casa.
delante del Banco U"ió" é;;;"L p".J Al
pasar. por
Carmen cruzaba las naves con la cartera debajo del ¡r'anos trémulas, sostenla los extráctos i"iño. c""
brazo. Las cintas trausportaban pistolas de iuguete, í .l-ái...t",
tanques, robots y soldados de plástico. 'Werner no es- d: la sucurs3l, él_ ¡o*ren y guapo Herr Fuchs, moüa
taba. Ca¡.'men entró en el despacho de personal, sa- tristemenre la cabeza. qp rro" po",-iá poao
"_I{¡ bent." á. pá.l-r.o"urr
mos concederles más cré_dito.
ludó sonriendo a Frau Busch, la vieja secretaria, y
preguntó por $r marido. Sólo querla darle la cartera. los plazos de ta casa - d.i-;"h"ji"-IjJjáJ
sa. _hacerles fiente.,lo ca¡uen' Í"-*i""üá*ño.o"". pi.r_
Vio que Frau Busch la miraba en silencio, con cara
de extrañeza y luego dgsf¿¡ «¿Su marido ? ¿No «Ayrldeno_s-, po-r favor., «-¿y qué prr"áo
U""ur-yo,
sabe...?, Carmen movió negativamente la cabaa, y ñora?»
"Et
mos ponernos
volverá a tra6ajg *üt ;;";;; "._
ioar"-
Frau Busch dijo con voz ahogada, como el que aca- al üa. pero, mientras, lde qué-vááos
ba de tragarse una bola que no va a poder digerir: üvir?» .Comprenda que, para pagar los veiate a
de la deuda, ii"o. ql." ganar por lo menos mil
"Su marido ya no trabaja aquí. Hace dos meses... Tarco:
Un bajón de las ve¡etas... Hubo que despeür a más cuaienta rnit. §s veo cómo ian i podei
de cincuenta. ¿No lo sabla?" Carmen ya no la oía- te.-» Q¿¡6s, le m.iró en silencio
v ¿-J "t 1""-
""ltsüco lo
Sin decir palabra, dio media vuelta y volvió a salir "'á" erguida posible. ""til
a las navá. Tuvo r¡n sobresalto cuando alguien le
puso urra rrx¡úo en el hombro. Herr Frdhlich, el sub. 9: y:f:f" que tod2 h.a sid.o e?a ea/,.(,. Catorce años
ae traDalo, para nada- y,.
director, con cara de circunstancias, la rttiraba en si- mientras, ha engordado y
lencio. Por fln, eatendió el brazo hacia la ci-nta trans-
tta envejecido, y no es et ít"ico, jirá i ¿tlií"íi"a""
portadora y le puso en la mano dos pistolas de ju-
t:: fu, porque lo
;l;-itoio,
^tengo ""nioho delanie,
aes parecen tirar de .or_
go"te q..e ¡nreclan de verdad. ..Para los niños», le él hac.ia qbai o y t
üjo. .Ya rro son tan pequeños", respondió Carmea,
ausente. «De todos modos, lléveselas. Lo siento mu-
'#ffrih?i"!:*tr:í*{ru#";;:;,"#".i:
"i¿"
casa, entonces... entonces todo iría bi"n,'"i\on
cho, pero ¿qué podemos hacer nosotros? Estamos trilmfado- pero que estarlamos cad.a dÍa .s
.sp""i.lirados en el juguete bélico y ahora los pedi- !?|rfayt.os
mds vieios, eso no lo oensatnos. Cuanta
dos... El movimiento paci.fista nos ha perjuücado. mái vieio,
Tenemos que cambiar de orieatación. Mire... --seña- §^f._lk t.endrías que ier, ¿no? Sería lo natural. Eso
te.dice el Banco- Si depositas cinci tnircos
Ió unos hombrecitos de plásüco-. Esos son los po' :,::_?!: a.tos cuarentq añ?s eres rico
licías. su lado, por las cintas pasaban figuras aes sentarte en el iardtn de tu casa, y fetiz y iui_
T^!T.r:
-A
furibundas-. Ahl están los manifestantes. El juego
se llamará 'La batalla de la Central Nuclear" y, si no
r{{';:h::,xzan'w:;!-.:;iiT:it::;* ,áá"a¿L" ¿Z u
funciona, ya podemos despedirnos. . . o Carrnen se ale- lo con repugnancia- ¿y cótno quiere que to
"iyi "
64
lo haya Alll se qued.a planta.do, ! ayel hacfa. frto, y é1, en
peluque¡lo? Me alegto de que Wenter no me calzot'tcillos. Las cortittas no *tán echadas y. puedo
íñíá, i* ú *:":: :! !tr :::,#"#tr" ":::;; verlo tod.o claratttente. Ella se d,esnud.a truiy Z"spa-
simulu t Ponet
";;;;;,;,;; Duend
á' *uY tnat humo, cio, girando e inclinand.o el cuerpo, y t*rrpoco ioy
iii "tg" "e Poné para tanto. Para mi gusto, está. muy flaca- Hasta que
a Wer:ner que se 3ueda como tita al mundo y a teces la Fiau
Aquel dla trató varias veces de decir y' menos' des- Schix'tner se toca el pecho, que tat"4roco es üan cosa.
lo sabla, pero no ".too dt decidirse Tengo tnás yo. Después, apaga la tuz y Hérr Schir-
'."ráá.'rá ¿t".tr"i¿o que tuvieron weraer v -§ainer mer puelve a entrar. Cerdo. Ai d.la., cuándo la vea en
ffi;nll ü p"o,*"-""uttia elección de trabajo' Wer¡ner
pasarle a uno es darse el supertnercado, se lo diré. ¿eué tiene ella que no
dijo: «Lo q.,. tengan las dettás? Attoche, tne da un poco á" v.r_
-po"de
cuenta de que." .r.n ottt""db porque no tiene,-traba'
Asl güenza confesarlo, pero yo también sall at iardln
io. Por eso, qs imPortante t"rrit '*a profe-sión'el.que no cuando en casa de los Schir.ner ya estaba tod.ó a os_
¿É:dé";'d; puáde pisotearte' Porque curas y Íl- habla yuelto a entrar, y me quedé en ca_
has
tiene trabajo no es uadie'' "No entiendo-cómo misón delante de la lentana, peio etr lá cama sólo
Háiiiñli.t;9a" q' a"' -años en esa lá!Irji.::- estaba tni Wertter y la luna iluminaba su cara red.on-
'Já¿o 3iempre lo mismo' No; eso no va cor¡rnlgo'
carmen estalló da- Mi pobre Wertter. yo le miraba con los pies he_
F#"*áJ, *-p-t r;;utt r,á tt"b"5tt"'» tenéis bue- lados y pensé qué pasaáa si ahora me iba cáile aba_
;;;t;1 qrre .¡éi*", como vosorrós siempre jo, lejos, lejos, tnientras tod.os duertnen, incluso
na ropa poneros y un buen peluglero que os
"se rió: cerdo d.e Herr Schi¡tner, y nadie se daba'cuenta.
el
;;-J iJ"r, r..u "¿auf {cT' mamá?
prrnks de los que no
J PYeferirfas tener en casa a dos
ai5o carmen en voz baja v A la mañana sigrriente, Carmen ¡lijo a Werner que
::^ü;;?" "-oti,amiró "t', tenla muy mala cara y que más valla que se quedára
;;d" i" f;-tÉ la con asombro en !a ca:na. Le puso la mano en la frente y dijo que
en-la g.entana' y tenla décimas. We¡:ner la miró largamente y rlspon-
He estado toda la noche settta'da dió: «Quizá tengas razón.'
'rlZl's.n¡Áet ha puelto a las andadas' werner no
;;';;;;;-d"-r*li' p""ne cotno un bendito' Yo me
cuafl- Carmen [e p¡9paró r¡na sopa. Lloraba y las lágrrmas
u"to eh la ventana' a oscuras' calan en la olla. Llamaron a la puerta y, antes áe que
puedo dot'rnit' y más de una
á'.'l" rálr" "a"ular,É'1'¿i^" pudiera impedirlo, se le coló én la cása una muJer
"7;;;;;ho"
;Z;.';i;¡;;H;* 'á satir de casa en.catzon-
Dor etTtre los rosales d'e nues- muy p-inta da que dijo ser asesora de estética. Déjó
;ífi;;r';;"; áio"n"ai que estd delante de la un maletín metálico encima de la mesa de la cociria,
fio iardln, Porque tt- iáia*i"'to tte da un vuelco el lo abrió y, rápida como el viento, sacó infinidad de
casa es nuestro, y " *la tarros. Miró fijarnente a Carmen y dijo: oNo tiene
y se pato.
corazón. Pasa iunto ol "ito ile boi entó está.delantela luz buen aspecto. Déjeme hacer a ml. Se sántirá nrteva.,
7" t- iitiÁ' a' "u'áá"n¡torio a D
.
de Mandó sentarse a Carmen y, mientras la maquillaba,
encend.ida- t-a ptimeráiez, estuÜe " eriPurtto -llama¡ hablaba con un desparpajo insoportable. icr.rto
a la potic'la, Porque Á que Hert Schirtner'
"otto
I
,l,i
pensadg en lo que hacla. Todo se desa¡rollaba como
vacío' fUriO e]-!'otso' en un sueño. «Yo no tengo nada que ver. Yo no los
det cristal. El Banco estaba dos pistolas p1:cran
sacó un pañuelo y "t "oiál-t-"t -i""'¿ he llamado. Piense que soy mrry joven. Por favor,
observarla coo inoceoJá
Eir" Yt"' "1t*3' no", balbuceaba Herr Fuchs. ¿La crela capaz de ma-
Ii ;:;a;";s",'.ó :+- "lBfi;;T T"r:""' á.5;" ':J tarle a sa¡rgre frla? Pero., ¿qué podla hacer con él?
El debía de creerla a ella y a su riücula pistola de
'ces' No3f.'&tri:ii'##'ilililiTa
juguete,.pero eüa no .le crela a é1. Ni una palabra.
;"Hi" se pTonun:-r:-r
::: {,i LIegó el autobrls y Carmen le obligó a subir, claván-
billetes por la "o-ttiillt' dole la pistola en las costillas. El conductor rechazó
con indignación el billete de quinientos marcos. que
*1qffi;s'iffi i1;xJ*.*;ry'r; ella sacó del bolso, y Carnen preguntó a Herr Fuchs
si llevaba sr¡elto. IJevaba, y pagó dos billetes.
rffi
-'*+rf
un
#-*'+:,x3,i;i.:H; Fuchs hacia la calle. Iban muy juntos, como una pa-
reja de edamorados, camino de la casa .¿No podría
apoyar la pistola en otro sitio? Ya debo de tener un
Y hasta sonrela I
agujero. Le advierto que, cuanto más lejos lleve este
asunto, más tiernpo tendrá que pasar entre rejas.»
«Cierre la boca y piense en su propia salud», rlijo
ffi*.ll;.i"**Hx*,l,nriü",'".qE"11
disDarate, señora' ói':Jt""
-
*"tc!ra5" Por favor''
Carmen secamente. Abrió la puerta, metió de un ern-
pujón a Herr Fuchs en el cuarto de baño, lo ató con
habla-reconocido' esparadrapo plástico a la ducha. y cerró por fuera.
.Táda la c'lpa es "tíi]"Ñ"ái"-át
$i;i#.á;'.k j'-í g;;;ollfff i,;)liT?""; Huele bien, a colonia cara. He tenido que arrirzarrte,
ff)ll,'1ll%H,Xl?i:iá il;;i!¿
de ra po
licla. Carmen
"'r:l:
i'ioá"t1 H"tta ahora no había
por la pistola. Desde que rne casé, no tne había arri-
"tnp"'á 7l
70
t' I
;i
72 73
'ta lo deiara otra
que, por propia iniciatiua, yo me do3. Hasta los niños saben que de,n Banco ya no
aá i"¡ át"l' gtis ile rata. Y no eta sóIo Hert t. hay quien saque nada.' Carmen siguió fregando ca-
"""=
iiii que melniraba de otto modo, sino todos' I
I
charros. «¿No tenéis nada que hacer esta tarde»?,
7-á-a* "t
áin"ban mis órdenes, tod'os querlan obede' pregr¡ntó a Karin y Rainer. <No. ¿Por qué?» Carmen
cernne, porqr¿e, en general, tod'o el mundo está ilis' y Werner se miraron y Carmen fúe en busca del bol-
I
i.ttá i o6.d""., á la gente que tiene buena facha' io, sacó un billete de quihientos marcos y lo dio a
íi;-;;" sólo por la pistola- Claio que no' En t-ealidaá, los niños diciendo: "I-a ¡riitad para cada ¡¡no. Com-
-tiioo.o praos lo que queráis. Pero tiene qr¡e ser ahora mis-
ná carrnen Müller la que atracó el Banco'
iiá'r" qu" me he cepillado el pelo y -me he desma- rno. Papá y yo tene?ños eue hablar.r Rainer y Karin
quitladi, ahota tengo miedo- Ias filetes ya están' titubearon, miraron a sus padres con gesto de recelo
Ahl llegan los niños- y se frreron. Apenas hubieron salido los niños, Wer-
ner dijo: «¿Y si los billetes estáa numerados?»
Estaban comiendo. «Es que tengo ganas' ¿No -podría-
mos forzar la cerradura?o, decfa Rainer' «'El celra- Carqen sacó a llerr Fuchs la toa[ita de la boca, agi-
iero. hav que llamar al cerrajero- Yo tengo que arre- tó Ia pistola y le preguntó si los billetes estabon nu-
ii*rr"." .Ya saldrá la llave -dijo Carmen corr son- merados. «Por favor, suélte¡ne.o Daba lástima.
íüErz"a"-. si tanto te urge, puedes ir a casa de .Cuando. nos diga si los billetes estári numerados.»
i""-S"niá*-, «No podemos llamar a la puerta de los El moüó negativamente la czbeza. Carmen pidió
§"fri*.t y decir: 'Buenas, venirnos a hacer pipl' perdón, volvió a ponerle la bola de toalla en la boca
Ñ;;tt" níadre, en u.n acceso ydehaenajeTlción mental' y cerró la puerta. «Me da lá<tirna», dijo Werner.
ir" el baño por fuera perdido -la
llave'"" .A 'nf también. Pero no podemos deJarle marcharr,
"v..
"Lá4" mis accesoJ de enajenación mental como tri dijo Carmen echándose a llorar. Wer¡er la abraz6.
aia"","o capaz de otras muchas cosas"'», crijo Car- El también tenía lágrirnas en los ojos. oSi me hubie-
""y
*"rr ".oi".á.ote. Karin y Rainer la miraron en si- ras dicho que estabas sin rrabajo... », sollozó ella.
i".".i", át gesto de preocupación' Co'men quitó El
la .No podla. Me daba vergüenza.' .Pero conmigo no
r.."á.'n"¡t * puso la-radio. Daban noticias' locu- tenías de qué avergoDzarte.» «Me daba vergüenza
iá" áL"i., ...1 atracado por una m,ujer vestidaconcon por los niños...' Carmen se colgó de su brazo. «Wer.
ái"".tt"i"- Metro cincuenta y ocho de estatura, el ner, tengo que marchanme. Desaparecer. Pasar a la
ollá recogido en lo alto de la e.abeza, gafas oscuras y clandestinidad, como se dice ahora. Tú no has hecho
;Ñc" de-piel de tigre. Consiguió Tcapg, después nada. Yo, sl.» «Yo voy contigo», .lijo Werner con fir-
;;-;Ú; tr"ilrt^ mil-marcos, llevándose de rehén al meza. Carmen se opuso. Aquello a él no le afectaba.
áirector de la sucursal. Fuentes poüciales" '» Carmen Pero cuando él insistió y dijo: *Yo a ti no te dejo
;iw;;"; miraban angustiadós' Rainer cambió de solao, se emocionó.
É*i"".", buscando música. Karin dijo despectiva- Carmen no sabla qué ropa llevarse a *la clandes-
*"ot", .Todo el mundo tiene abrigos de piel de ti- Fnidad». Dudaba, delante del armario. ¿Ropa de ve-
ponérmelo'»
*". V" no wuelvo a -mil Y Rainer comentó: rano? ¿Ropa de invierno? ¿Botas de lluüa? ¿Botas
il t"¿" por treinta lnarcos. Los hay desgracia- de excursión ? «Werner, ¿nos üevamos los trajes de
74 75
T
baño?r ¡Camen, qr¡e no nos vaulos de vacaciones!»
< cuando Werne¡ le puso veinüocho mil marcos en [a
«Eso ntrnca se sabe.» I
cuDera y re dijo, con voz temblorosa, que querla ha-
cer un ing::eso eD. cuenta.
Carmea escribió a los niños una carta en la que les pebajo de la manta, Carnen preguntó a Iferr
decfu que \ñIer.'ner, por motivos de salud, tenla que y cuando ei ,oE"io-"ü"t¡r"-
Fuchs ,si tenfa famüla,
enrpezar con r¡rgencia una cura, que eua le acompa- p:1* l" cabeza, ella.dijo que menos mal, por{ue, de
ñaba, que regresarfan pronto, que el dinero que les tooos_modos, ya tenla remordimientos, péro io po.
dejaba era para comida y que n€ faltaran a clase. er atraco, puesto qrre
el Banco habfa recuperado tódo
eI menos dOS rnil 6¿¡.999 y es que lqs niñgg
CUnerO
Cargaron eD el coche las maletas y a Herr Frichs, al 6¡"¡ 'e.rfan que comer, ¿no?, lo io"
que hablan atado como un fardo con la cuerda de m:lt?ba era é1, que te daba *..&á "= "ú.-ü
;";;: ñh""to._
tender la ropa, y se fueron. A pocos cientos de me- sola -nacer estas cosas y
_Werner, mucho menos, ""
qr¡e
tros, Carmen reparó err que había olvidado la tena- s¡¿ un_bendito, ya podrfa ."o,p."U""i". w;", ,o
cilla eléctrica y, ar¡nque estuviera en la clandestini- greso. 'r-emblaba como una hoja de áIorño y estuvo
dad, ella no estaba üspuesta a andar como u¡a des- a puato de provocar un accidáte.
greñada. \ñIerner, a regañadientes, dio la iuelta y
.:] Ca¡men entró en [a casa. Cuando salió llevaba la te Cuando sallan de la ciudad, ernpezarron a discutir.
i,' nacilla y uaa abultada carpeta. «Bien Ahora Caqen querfa ir al Sur y Wel¡ei preferla ir al Nor_
"t,,
l1i vamos al Banco y Pagamos las deudas. -dijo-.
Entras ü1 y te. «Q¡¡s decida Herr Fuéhs-.» Ca¡den le dijá que, si
rt..
haces Ias transferencias. Aqul tienes las facturas. querla ir.d-Sy, que señalara con el puliar ^hacia
li
Luego, vas a la caja e ingresas eI efectivo.» }Iizo un apaJ?
I, sr ar-Alorte, h¿cia arriba. Herr Fuchs prefe-
i:
it. fajo con los billetes. «¿Quieres que yo vuelva a in- rfa eI Su¡. Salieron a la autopista de M¡¡nich. '
¡¡l gresar el dinero donde ttl lo robaste?», protestó dé
l..i bilmente We¡¡rer. «lñIemer, alegra esa cara Carmen_, hace buen
'l'i'
-dijó
tiempo- y nos varnos al Sur. Ánfmate, n"mUÁ-"
i
no pagamos ahora, dentro de dos dlas los niños mujer ha atracado un Banco y en eI ái"oi" a. "¡r,f¡
¿"
"Si
tendren a los alguaciles en casa. ¿Es eso lo que quie- lleva¡nos a un hombre secuestado_ ñ" *" fr"L"t,rir_
rll, guna gracia.» «¡Hay que ver cómo erest», dijo Car-
.tl
res?, .Es que uo puedo. Tengo miedo., Carmen le
recordó que pusiera el seguro en la puerta del coche, men alegreEe¡xte.
i", para qr¡e Herr Fuchs no pudiera bajarse tranqrrila-
:
:.. mente. Ella se sentó detrás, al lado de su rehén y Tenlan que repostar y entonces descubrieron que no
.
echó una rna¡rta por enci¡na de ambos.'Werner entró lo.g:"9"q31 más que veinte marcos, lo cual Cá.-.o
en el Banco con las rodillas temblouas. Jusuücó dlciendo que no habla querido privar al
't.i Eanco cte ¡nás dinero del estrictarnente necJsario.
En
:,i En la puerta habla dos policías. El cajero al que po- f"Iid"g, todo que hablan úú-;;;;;1.;"._
-lo
ro». «¿X tú te has creldo que con esa «recolección»
') cas horas antes Carmen amenazara con la pistola es-
'i taba tan musüo que ni siquiera levantó la mirada como dices tri todo queda-arreglad"a Uo -"tr"""
"=
il, 76
il
il
i:i.i:ri
gasc
un atxaco. Y ahora ni siquiera nos queda Para
iil*, i"toq"i*s,
hemos p"gJdo todas nuestras deudas'
Úeáoe No se puede- tene-r todo'
,ñJ Áa" Herr Fuchs' le pidió per-
tñ;á;L."=§. "áí"io hacia
." del bolsillo' Tenla casi qui-
üñ i;J;J .1bü.t lo
nientos mal¡oos y \¡ana§¡ tarjetas de crédito' "Se
devolveremos todo', prometió Carmen'
94 95
transfiero el dinero de la cuenta nrrmerada. Y se aca- clr.selo. Dice que a Lothar sólo le im2zorta el d.inero,
bó. ¿ Comprendido?" «No entiendo nada», dijo Car- y ha llorad.o un poco, con sus oiarcs Zzules.'A una
men. «Lothar, tri embala el ordenador mientras yo se
Le encoge el corazón, mal que pese. Ella le quiere
hago la maleta.» Gabriele salió de la habitación. Ellos ounque no -le
pelos en los braios.
-tenga. Dice que ion el
tres se miraron consternados. Werner susurró: «Esa cttnero se hará la estética- en la nariz y que yo, si
chica quiere emociones, ya os lo advertf.» Y Lothar quiero, podrla sacarme toda esa grasa-dí lái'rnustos.
comentó: «Ha cambiado mucho., Carmen dijo: A rte9ls estoy francam3nte d.eprilnida porque, en re_
«Werner, la verdad, ¿qué habéis hecho?" ..Nada. Es sumtaas cuentas, nada sirve de nada. yá siempre
mi encanto natural, simplemente.» Sonreía. Carmen yi,"".imasen,.como una foto, )á i"a ¡bto
estaba recelosa. De pronto, echó los brazos al cuello *\? :4?
real stno-algo imaginario, de cómo me gustarlá ser
de Werner y le besó apasionadamente. Werner se y dglgad3, naturalmente: pero atgo
quedó desconcertado. «Es por tu encanto natural», T,!Tl-?o"ita
rn¿¿s, atgo que no sé explicar. Cotno si hubiera
tte{a_
dijo Carmen. do a una cumbre y puái"ro ti j"-" ilf ár).¿.¿or.
:?? coysiqte con dinero, "",pensaba. En-la foto tam_
Al cruzar la frontera, metieron a Lothar en la nevera olen".e¡taba y los niños. Todos bodlamos
.t etr tranquitos -Werner,
de la caravana. Cuando el aduanero fue a registrarla, y ser felices, con todas lás
Gabriele entró con él y le preguntó si quería beber p:Fyf ,? sin mds .obligaciones, porque por deudas
algo. Abrió la nevera en la que Loüar tiritaba, sacó Dtamos uegado arriba pero, Si alguiin n;s'retratara lin hi_
una limonada y le sirvió un vaso al firncionario que ahora, saldrían dos millon"ito", yZ, iá"
la miraba deslumbrado. El hombre tomó la limona- piel y Werner, con su magnífiZó ír"¡i, ,ií ." álr4o a.
tititá
da y se fue sin registrar nada. se yería_que nos habíamoi á¡sfr"zaáo, i
sentonaba- Estarlamos patéticos. eso, paiiii"os. iu. agá a"_
O, to
Ah, no quiero eoleer a olr hablar de belleza ni de que es lo tnisrno, rid.ícilos, est¿p¡dás)
fealdad. Gabriele se etacuentra fea- Dice que tiene el ae rtsa. ¡cómo me gustarla ser otra! iiii)orirse
¿Es que nad.ie
cuello rnuy largo y la nariz muy grande ! que por lo entiende?
,tl
;ti
eso no tiene étito con los hombres. A nú Werner no
debió de importafle, pero no quiero preguntat, por- Abrieron sus cuentas en cuatro bancos diferentes y, a
la puesta del sol,- pararon la ."r""áL .rr -ril'prado
'l
rl
que no quieto olt que estul)o apasionado y turbulen-
to ni que ronroneaba como un gato. Ella nos eru¡idia con vistas a_los_Alpes. Mientras Gabriele, en la
li nuestra "tida colmad.a» aunque cualquiera sabe lo vana, sentada delante del ordenador, transferíacara_
ll que quiere decir con esto. Me ha dicho confidencial- millones, Lothar, Werner y Carmen Labhbá aelos Io
'r
mente que lathar está acompleiado porque no tiene -que
harían con el dinero. lo irr""rii.á.o irr*oU¡_
tello en los btazos. W erner tiene por todas partes, es liarias "yo ai""." .rlero,lJo
Lothar-. C""
una selva. Nuestros dos prlncipes parecen hechos el jor- ¿Y -decía
vosotros?» Carrnen y Werner ,"Jpoid.i..orr
*o
uno para el otro, pero Gabriele dice que Lothar no u¡ísono: .Acabaremos d9 náqar la casa.i .loi"", q.re "l
quiere saber nnda de ella. Pues tienes que obligarle a aburrimiento! --exclamó iotÍ..-. ¿E'" q,rl oá o"
ser feliz, le d.igo. Ella no sabe cómo. Yo pod.rla ile' ocr¡rre nada?' .A ¡1í me gustaria *rálr.i a trabajar""
96
Werner en voz baja-. Eso, más que nada en --dijo Weraer-. Al fin y aI cabo, nosorros
-dijo somos los atracadores más célebrLs-á"-ñá"rri","
el muado.o «Pue§ cómprate la fábrica de jugu.etes
--dijo Lothar secarhente-. Si les pones encima de la Fueron en la caravana h:asrÍ: Ia comisarla eás pró_
mesa medio millón de marcos negros, les faltará xima. «Diles que te han-teniao siernpraJn"ios
tiempo para cedértela.» Werner erlcrpezó a sonrelr y oSos
lentamente. <¿Tú crees que resultará? ' .Pues claro
vendados
--dijo-
estabas. yo
Gabriele_. q;;;; a¿o¿"
que sf. No tienes idea de las veces que han ido a ver- cuidaré de tu dineró. Asi "-.ü"" segura
me al Banco para sacarse de encima esa fábrica, que 9" qq" regresas., Lothar se apeó. En el";t";
retrovisor se
por cierto ¡9 qe ningrrna ganga, pero, si quieres, pue- 1"-f-* 1{s v más_requelo.
e-n Ia co'nisarIa.
Ágto .rra maoJy
habla tomado ."rid; n ".rt.o
des quedarte con ella.o Werner se puso más contento
de lo que habla estado hasta entonces.
"Le
director de-sucursal,, dij" c"rE¡;;.T;"; ia .st.omiró
con- desco¡.fianza. EIla, al notarlo, te
en las costillas. <Estuvim""
¿io ,r" .o¿"ro
Gabriele salió de la caravana. «Bien. Ya está. Somos Ér;d;Jisüabble-.,
ricos.» Se abrazaron. Entonces Gabriele dijo: «Ten- "Ja -hizo Gabriele-. y wá;;;-t;;;; _""_
cianilss.r «No me creo nada", d¡á ó;;;:*
go que comr¡nicaros algo. Yo no hago esto por un
rnill§¡ de marcos. A ml no me importa el dinero. díce que le gustarla ser como yo. «Con
Hay r:na pequeña conüción. Si no, descubro el pas- fie¿irate,
Deueza natural, una belleza interior., bice que una.
tel. Y esta condición eres ü1.» Señaló a Lothar. y:::!:i,i."1, senciila y modesta. zo Áii*á'p"aria
soy
«¿Yo?», dijo Lothar, idiotizado. «Sf; quiero que pro- ¿zectrse. del Iruré de patata- y me miraba
bemos. Serán seis meses. Yo no puedo obligarte a t unante.un momento,. pensé si no se¡la muy seria.
qie en la
quererme. Pero, a probarlo, sí." Loüar la ¡niraba sin Totogralaa que ella se hace de sl tnisma, se parece a
entusiasmo. Entonces Werner dijo: «Carmen tam- q.u. me diera iiñ--tn'átgorío
bién me obligó a ml.» Lothar callaba, callaba, calla- :|-\:,y**
d ta cabecera d.e la cama. Casi"r- tne lo-trago. pero en_
ba. Luego, haciendo de tripas corazón, se acercó a tonces se ha leyantad"
Gabriele y le dio un beso. Werner y Carmen los con- 1."? ha -mirado al'*pj" y ho
dicho, horrorizad.a: n¡Ftlate, tengo una arru*d en
templaban enteroecidos. Lothar susurró a Gabriele la frente!, yo mirabá y'miraba, -si
y ,i" ülá'ir"to¿o
al oldo: «Eres una vil lagarta." Ella sonrió. ye.rta, pero no habta kd;. n;iáü; líá#,\n. .o.
bien, d9 te¡dad, tiene atgo e; ¿;;;i,
Visitaron los cuatro ba'.cos y cada uno salió con una er el. aire.- pero_ que no tne eengaZon iáili"i¡'itoro,o
qr" eitl'y wer_
maleta llena. En la caravana, contemplaron reveren- ner jugaban a los maraqnos.
temente todo aquel dinero, bebieron r¡na botella de
champaña y se pusieron inelancólicos. «Voy a echa- Estaban los tres en el aeropuerto de Zurich, cada
ros de menos», dijo Lothar. «¿Y no podríamos visi- urro con su maleta. Gabriele regresaba u
.iúa"a y
tan:ros?», preguntó Ca¡men. «No sería prudente. Yerner y _Carmen, a su casa. -«tengo miáJo-
"tr ae Ia
Vuestra o"'istad con el rehén más célebre de Alema- iÍ:T"l ga1Ten. 18"h, ,"-h"E;-;;;;, p.*
nia podrla dar lugar a sospechas.» «Pues nada más orema. A +¡o
un matrimonio próspero y
"orri.r*r"do.
como nosotros no lo registrar:ín." Carmen miró a Carmen llevó la bandeja y el periódico al despacho
Werner con asombro. Se despidieron de Gabriele con del director. tWeraer .sábá impresionante, detrás d.e
un abrazo. Cuando iban camino de la puerta de em- su escritorio, hablando por teléfono. Carmen le dio
barque, pasaron junto a un puesto de periódicos. En un beso y le puso el periódico delante.
todas las reüstas hablet fotograflas de Lothar y grue-
sos titulares pregonaban los atracos. «Werner, ¿ ttl ha- Llegaron un poco tarde. Lothar y Gabriele ya esta-
brías imaginado que llegarlamos a ser tan célebres?", ban-al pie del altar. Los invitados, en general-, distin-
preguntó Carmen. guidos. La may-oría, banqueros con sus esposas. Car-
men susurró al oldo a üIer:rer: «Son tan guapos los
Cogidos de la mano y cargados con las maletas, ca- dos...o Y, cuando se intercambiaron los lt".á
minaban por la urbanización en dirección a su casa. un poco. "olU"",
Cuando Carmen fue a abrir la puerta, Werner la le
vantó y cruzó el umbral con ella en brazos. «Así e¡r- Brotó mrlsica de- órgano y los recién casados emp+
tramos a nrrestra vida nuevar, dijo. Se dieron un zaÍoD a ava¡üzar lentamente por el pasillo. No deséu_
beso largo y cuando se separaron üeron que sus hi- brier_on_ a Carmen y Wer:ner hasta qie estuvieron casi
jos estabaa allf. Hablan cambiado mucho. Ahora lle a su lado, y miraron en derredor asustados, como si
vaban ropas viejas y remendadas. Rainer parecla rrn temieran ser detenidos alll mismo. Luego, al ver que
punk. Miraban a sus padres sin pestañear, a Carmen, ñ.o era asl, I-ottrar y Gabriele empezaron a sonreli y,
óon su abrigo de piel y a Werner, con su canrisa de al pasar, oprimieron las manos de Carmen y Werner
seda, Y padres e hijos dijeron al unlsono: «¿De qué con disimulo pero con fircrz.a-
vais?»
De lejos, estaban de maravilla, realmente, la pareja
Meses después, Carmen cruzaba la nave de h
fabrica ideal.Ias dos, muy románticos. pero, cuaido se
de juguetes, junto a las cintas transportadoras en acercaron, vi que Gab¡iele tenía. unas ojeras muy
h" áJe ahora transitaban muñecas, casitas de muñe' marcadas y el pelo no tan brillante como antes, mds
cas,'grandes a¡rimales de trapo y piscinas de--colores. mate, más ama¡illo. Lothar empieza a tener barrigui-
El pérsonal la saludaba respetuosarnente. Ella s¡¿¡§ ta, en eso me he fijado, y un principio de patas de
en él despacho, se sentó a la mesa, ordenó el qorreo,
-
gallo. No parecian rtuy felices. Nadá det oiro *un-
preparó üna bande5a con café y puso-el periódico al do. Me han desilusionado un poco. Dice Wertter que
iadó. Su mirada tropezó con los titulares de la pri- nunca estoy cofltenta. Tonterlas. yo estaba desean_
mera plana que decían: EL MÁ.s cETEBRE REtrÉN DB do admirarlos. W ertter estaba elegantísimo con su
ALEMANTA CONTRAE MATRTMONTO. DebajO, una fotogla' smoking. Los hornbres le saludaban. No conocíattos
fla de Lothar Fuchs con este pie: "Lothar Fuchs que, a nadie, pero todbs nos saludaban como si esttwié-
tras su dolorosa experiencia, fue ascendido a inter- tafttos en. nuestro a¡nbiente. Tendría que estar con_
ventor del Banco Unión General, contrae matrimonio tenta. Pero no sé, anoche no podla dortnir. No sé gtor
con Gabriele Gessmann, ama de casa.' qué. Preoatpaciones ya tao tenemos. Andaba poi to
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