Está en la página 1de 8

N"¿ o3oé

( I <gG- /e s')
€s.^Rr€s, T.
('. S'l-o il'üh;"--"
H * r ft) cr o r'rú s { t;"to'' tt cl'l J
MEDITACION SEXTA
la exi.stencia de las cosas ntateriales'

ft d-J ,
De
l\\VV"'" l?1" y d'r-ti i¡ti¿n"il¿" teal entre eI altnu y el cuerpo
materiales'
Sólo me queda por examinar si hay cosas
en cuanlo se las con-
v uu ,¿"it"" o*i. rttUitlas, al menos,
;dt;""".J# "Jñ;;1'"p"t" *^tti"ática' puesto que de
Pues no es
;;it;*;-l^r-áon.ibo cluía v distintamente' que soy
¿"¿"t"- q". Dios pueda- proiucir todas las, cosas
,.^oaz áe concebir .on-diilnti¿n; y que
nunca he iuzgado
i."f** rt"p.tl¡i. ttá..t una cosa' a n9 ser que ésta repug-
*-' Además' la
nase por completo ,
^f*rláá ;^;;;;;i¿tt. dittlntt
cle iÁaginar q". t uv án mí, y que yo uso' según
veo Dor exDeriencia, .l;i;"';;;ñ .n la'consideración
de su exis-
á1"1"i"."#*;;;iJ,-;;;apaz de tónu"nt"tmt lo. s;a
tencia: pues cuando considero atentamente ,Que, ,ta
;;;;;Jr¿;, l,uio q". no es sino cierta aplicación de Ia ta-
^al
*ft?l ."g"lrscitiva cuerpo que le está lntimamente pre-
sente4?, y qrr., Por.tanto' eiiste'
adverti
Y para rnunut'iot t"o ton mayor claridad'
v la
.e pri*.ro'ir-df;;;t."iu-q;t-t'"v áttti la, imaeinaciónimagi
Éot ejemplo: cuando
oura intelección o .onJ"p1ián'
"""o""iil"t*"tto, ;; l"'entiendo. télo to*o figura com-
tres
ñ"t;; üiri;ú;.;, q"t, además'.consideto esas

líneas como presentes


'ino
t"mf' en virtud-de la fuetza interior
piopio*ente, llamo <imaginar>' Si
de mi esplrítl'. y a
en un"rü,
figura
quiero pensar ot itl3gono, entiendo que es una
ll''#r ffi; ;;; l;.il"";;; cómo entiendo que un ffián-
puedo ima-
-"rá-.t ,tr,^ tig,rro d;^;;;;" de tres; pero no con los tres
ÉLtt'i"' -rr'ffii;; il;; q"iliógono como hago
a;1, contemplarlos como pre-
ili-;ti¡;s;i;, ni, por decirlo
--- que aqarezcan <(repugnar>' <{repug-
" Ad*.timos que, siemprecomo tiimpücar contrádicción>' etc'
nancia>>,etc., deben .nténd.rué
(N. del T)
N'IETAFÍSICAS 6i
¡VIEDITACIONES
62 h{EDITACToNEs,/oescanrEs

ieto de la pura rnatemática (11), como son los


colores' los
sentes con 1os ojos de mi espíritu..Y si bien, si-quiendo el *-d*,'i"t';"Uot"t, e1 <lolor v otras semejantes' nejor si bien de
bábito c¡-re iengó de usar siempre de mi imaginacitiir' cttalr- t"á¿" rqenos disiinto' Y como percibo uucho esas
áá-ft.n't" en lás c,¡sas corpóreas, e-s cielto c¡*e 'tl corrcebit- ".
;,,.;;-;;t los sentidos, los cuales, junto con la mem':ria'
un '.1.,iliógorlo me ,.pr"r"nto couitlsamente cir:Ltrt iigr-1rtr ¡ru."..it haberias traiáo a mi imaginación,
cretl que'} para
.t rin ",ttl..go evi.lente qr're clichal. figula no es un c¡-riliti- r:xaminarlas con mayor comodiclad, bien estnrá
qtre examine
gono, ptlesto clue en na,la .tifiere de la que lnr: repfesentr- ár""i. Liempo quó ,"" scntir' y que vex si me es posil:le
iío ,í p"r'rror" u,-t <- en c.al<luier tltl'it iigtllrt "l ttgt*u pt,l.bt ciert¿ de la existencin cle liis cosas
"t., 'ririigono,
de *.rcl.to, hclos, y de nadi sirve plra descubrir 1as propie- ""r!""i en n.ri espíritu
,iiii"t" de los clern'ís polí- ;;;;;tL " partir .le las ideas que, tecibo
áo.Gu po. J^t q"" e1 clLriliógon,-'
'.lc nleáiante .r^ -nn.t" de pensar que ilamo <sentir))
sonos. T\4irs si se trltn un pentás()llo' es frien ( iert() (ltle
Primer'atnente reÉordaré in, .ottt que, recib-idas por
p,redo enrcndet'sLr figurr, como ia de trn '-1uiliógon'r' sin rt- los sentidos. tuve antes por verdaderas, y los {utrclauentos
inr*ir ,, la inaginaiión; pero tunbién pucdo inragin'rr1r lrs r^zones
;;;;; r. ulruy.bt mi créencia; luego exanrinnrédt'rda
aplicnndo \a fueiza de mi espíLitu ¿l sus cinco lndos, y r un o,r"',r'r. lrrn oúiieado, más tarde, a poner:las en Y' por
tiempo al espacio .o área qle encierran r\sí conozctl cla- úl,ito, co,lsiJer:iré lo que debct cl'cer ahorn'
ramente que lteceslto, para imaginar' una pecLrlial lensión Así pues, sentí prirnero que te¡ía utla cabezo' manos'
'deiuso p?lra entender o conce-
del ánir¡ro, de la que tio hago pies, y to,lós los demás miembros de qtle está compuesto
bit; y esa peculiai tensíón ánimo rluestra clarnnlente
este cuerpo qlre ,vo consideraba como ttna
parte de rní mis-
l. álí.r.t't.i^ entre la imaginación y la pura intelección cr *á. u háttu--r.uro- como el todo' Ader¡ás' sentí que
;;;¿ ¿.;.p"-"rtnb".olo.^do entre otros muchos' de los
48. qu.e
concepción
Advierto, además, que esta ftetza, imaginativa que ,*iU;, cliversas venrairrs e inconve.nic'tes;.y adverría
hrv en tní, en cuitnto qri" iifí.r. t{e mi fuerza intclectiva' "lJf,
ff;;ñ; pát .i"tto sentirniento dc. placer' v las desven-
,-ro'., ,,n modo rlguno necesaria a mi naturaleza o esencía; ,rjut po.',-,n-sentimiento de dolor' Aclemás de placer y do
pues, aunque yo czrreciese de ella, seguiría sienclo sin duda i"","titrit en mí también h¿mbre, sed- y o.ros apetitos rsi-
!f ;;it;,;1.,"'roy' cle io qr-re parece-clue p^tre.le co'ciuírse ioiíut.t, así como también ciertas inclinaciones corporales
q".-¿"¡.t¿'" d" águn.r .orá dirtit-tto de míle' Y concibo fá- i;;;i;; ^i"gtit, r^ tristeza' la cólera )¡.otras pasiones' Y {""-
.ilnl"nL qne si exíste algúr'r cuerpo al. que mi espíritu esté it á. -r, ,i"n á, d" la extensión, las figuras ycalor'
los movimien-
tan estrecüamente unido tlue puede, digámoslo así, mirarlo tos de lós cuerpos, notaba en ellos duteza, y demas
en su intetior siempre q.t" q,ri.t, (10), es posible qlle por ;td;i;; p.t..'p,iüt t por el tacto Asimismo, se¡tía la luz'
medio de é1 imagine 1as cosas corpóreas' De suerte que esta i;;;l"t.t, olorir, ,obor"s y sonidos, cuya variedad me ser-
;;;;;t á" p;sir difiere de la p,.,ra intelección en que cl u"á;;;iJi"g"ii "t cielo,'la tierra, el mar, v) en general'
espíritu, cr.,a.tdo entiende o concibe, se vtrelve en cierto ""-- los demás cuetPos entre sí'por cierto' cuando' al consi-
todos
ntodn ,obt. sí mismo, y considera alguna de las icleas- que t 11o me faltabu razón,
en sí tiene, mientras qú., .r:undo imágina, se vuelve hacia d"ro, 1u^, ia"^t ¿. todas esas.cualidades
que se ofrecían a
el cuerpo y consiclera-en éste algo que es conforine' o a -ip."t^-i.nto, y que eran ias únicas que,yt tttt:1 q::3:
una idea que el espíritu ha concebido.por sí,mismo' o a Lrna lriÁ.diototenté, óreía sentir cosas completamente distrn-
iü ;;;-'r.." p"t-ti¿" por los scntidós' Digo,qrre concibt¡ ";;;;-;;; ;.nro-i.nto mío, a saber: unoi cllerpos de don-
fácilménte que la imaginación puedl lormrrse dc cste rnodo' ál p-ülit-iul., id.ut. Pues yo experimentaba que(lue éstas
,i ., .i..to'que hay cuerpos; y como no pue<1o. encontrar
-p,rr,r t. tl..*"t"tran sin pedirme permiso, de.tal rn¿ner¿l yo
otro catnirro cxlllic,li' cómo sc, forlntr' conjctull) qllc no
"oodía
sentir obieto alguno, por mtrchoqlre- qulstera' sl
;;;i'üñ;;tá n"y .i,"rpur.; pero -.on cllo.es sóio. pobable'veov' ;;"";;';. hriirb^ p..t.nie al óisano de trno de tnis sc'ti-
q,t. iodo mltci'to cuidaclo' no mi poder
i.. mát .*^rr'rirro ;;:' ;; ti *-it"i^ul presente, tampoco estaba ,en
iJ.o ¡.,l.áo sacar, de esa i'-1ea distinta de 1a naturaleza no sentirlo.
corpóréa qlle tengo en mi
irnaginación,algllmento alguno Y puesto que las ideas que yo recibía por.merlio dc
qrre ne."rorinmenfe conclu,va la existencia de un cllerpo' mucho más vívidai, expfesas' y hasta más
' Ahor¿r bien: me he hallituado a irnaginar otras-mlr-
los senticlós
"ron
c{istintas su manera- que las que yo mismo podía fin-
chas cosas, además de esa naturaleza corpórea que es el ob- -a
6,1 iuEDIrACrc)NES/DESCARTES MEDITACIONES METAFÍSICAS 65

gir meditando, o las que enconffaba impresas en mi memo- ocasiones, he enconttado emóneos los juicios fundados so-
ria, parecía entonces que aquéllas no podían provenir de mi bre los sentidos externos. Y no sólo sobre los e)<ternos,
espíritu: así que era necesario que algunas otras cosas las sino aun sobre ios internos; pues ¿hay cosa más íntima o
callsaran en mí. Y no teniendo de dichas cosas otro conoci- inteina que el dolorl Y, sin embargo, me diieron hace tiem-
miento gue el que me suminisraban esas mismas ídeas, por po algunas peLsonas a quienes hlbían cortad,l brazos o pier-
fuetza tení¿t que dar en pensar que las primeras se aseme- nor, {n" les parecía u.niit t veces dolor en la parte cortada;
iaban a las segundas. efo Áe hizo-pensar que no podía tampoco estar seguro-de
Y como recordaba, asimismo, clue había r_rsado de que algún miembro me doliesé, altnque síntiese dolor en é1
5r.

lcrs sentidos antes que deTa mzón, y reconocía que 1as icieas A estas razones para dtidar añadí más tarde otras
que yo form¿ba por mí mismo no só1o eran menos expresas dos muy generales. La primera: cpre todo Io que he oeído
que les ,recibidas por medio de 1os senridos, sino que las sentir estando despierto, puedo también creet que 1o siento
más de las veces estaban incluso compuestas de partés pro- estando dormido; )i como no creo que 1as cosas que me pa-
cedentes de estas últimas, me persuaclía con faciháad de que rece sentit, cuando duermo, procedan de objetos que estén
no tení¿r en el entendimiento idea alguna que ¿1ntes no h.,- {,-rera de mí, no veía por qué habría de dar más crédito a las
biera tenido en el sentido s. que me parece sentir-crrondo estoy despierto. Y.la segunda:
. Tampoco me faitaba razón pata creer qlre esre clrer- qu" no lonociendo 2i1¡ más bien fingiendo no cono-
po (al que por cierro derecho espécial llamaba <mío>>) me 66¡ -onada me parecia oponerse a que
52- al autor de mi ser,
pertenecía más propia y estrictamente que otro cuerpo cual- yo estuviera por naturaleza constituido de ta1 modo qlre me
quiera. Pues, en efecto, yo no podía iepmurnre n.,nca de lngañase hasta en las cosas qtle me parecían más verda-
él como de los demás cuerpos; án éi y ptr é1 sentía todos deras.
mis apetitos y afecciones; y era en su partes no en las Y en cuanto a las razones que me habían antes per-
de otros cuerpos _de é1 separados- dónde advártía-y yo los suadido de la verdad de las cosas sensibles, no me costó
sentirnientos de placer y de dolor. gran trabzrjo refutarlas. Pues como la naturaleza parecía
Iv{as cuando examinaba por qué a cierta sensación fond.rcir-é a muchas cosas de que la tazón me apa*'aba,
de dolor sigue en el espíritu \a tiistezá, y 7a alegría a la sen- juzgué que no clebía confiat mrrcho en las enseñanzas de
sación de placer, o bien por qué cierra excitación dei estó- Lrn"nntuiol.ta. Y ,runque las ideas que recíbo por los sen-
mago,-que_liamo hambre, nos produce ganas de comer, y la tidos no dependieran de mi voluntad, no pensé que de ello
sequedad_ de gatganta nos da ganas dé b"b"t, no podía'dar debiera conil.,irse que procedían de cosas diferentes de mí
-o.r*
razones de ello, a no ser que la natutaleza así mé 1o ense- mismo, puesto q.," pueda hallarse en. mí cierta {acul-
ñaba; pues no. hay, ciertaménte, afinidad ni relación algunas tad (bien que desconocidr para mí hasta hoy) que sea su
(al menos, a Io que entiendo) entre la excitación del"estó- causa y las produzca.
mago_y el deseo de comer, como tampoco entre la sensa- Ahora, empero, como ya empiezo a conocerme me-
ción de la cosa que origina dolor y el pénsamiento de triste- jor, y a descubrir con más claridad al auror de mi origen,
za qt:.e dicha sensación produce. Y, del mismo modo, me ciertámente sigo sin pensar que deba admitir, temeraria-
parecía haber aprendido de 7a naturaleza rodas las demás mente, todas las cosas que 1os sentidos parecen enseñafnos,
cosas que juzgaba tocante a los objetos de mis sentidos, pero tampoco creo que tenga que dudar de todas e1las en
pu.es
.advertía que los juicios que acerca de esos objetos general.
solía hacer se formaban en mí anter de tener yo tiemp'o de En primer lugar, puesto que ya sé q-ue todas las co-
I
' ,n, q'.i.
considerar y sopesar las razones que pudieran obligaime a concibo cl,ri.u distintamente puedcn ser prodrlcí-
hacerlos. d^r pot l)ios tal y como las concibo, me basta con poder
_ _
Más tarde, diversas experiencias han ido demoliendo concebir clara y distintamente una cosa sin otra, para -estar
ei crédito que había otorgado a mis sentidos. Pues muchas seguro de que iu ,tnn es diferente de. 1a otra, ya. que., al me-
veces. he ol¡servedo que una torre, que de lejos me hebía nol .n virtid de la omnipotencia de Dios, pueden darse se-
parecido paradamente, y entonces ya no importa cuál sea la -poten-
"edonda, de cerca apatecia cuadrada, y que estatuas
enormes, levantadas en 1o más alto de esas torres, me pare- .i" q,ta produzca esa separación-, para que me sea forzoso
cían pequeñas, vistas desde abajo. Y así, en otras müchas estimatlÁ como diferentes.{Por 1o tanto, como sé de cietto
66 rúEDrrAcroNEs/oescanles ÑIF,DI'f¡\CIONES METAFíSICAs 67

que e.<ísto, y, sin embargo, no advierto que convenga ne- cual esté contenida fc,rmal o eminentemente (como he ob-
cesariamente a r¡i naturaleza o esencia offa cosa que ser servado más arriba) toda 1¿ realidad que está objetivamente
cosa pensante, conclu'yo rectamente que mi esenci¿r cor-lsiste en las ideas que clicha facultad produce. Y esa substancia
sólo en ser una cosa que piensa, o una substancia cuva será, o bien ,-rn cuerpo (es decir, una-naturaleza corpórea'
esenci¿r o naturaleza toda consiste sólo en pensar. Y aunclue i,, q". está conténido formal v efectivamente todo lo
acaso (o mejor, con toda seguridad, corno diré en seguida) "l
que está en las ideas objetivamente o por representación),
.Dios
tengo un cllerpo al que estoy estrechamente unido, con todo, ,l lri"n mismo. o ,rlguna ora criatura más noble que
pllesto que, por una partc, tengo un¿ idea clrrrr v clistilrta el cuerpo, en donde esté contenído eminentemente eso
de mí mismo, en clranto que yo soV sólo unrl cos¡ que mismo,
piensa no extensa-, y, por otfa párte, rengo un.l icleLr Pues bien: n.r iiendo Dios falaz, es del todo mani-
distinta-y
del cuerpo, en cuanto que é1 es sólo una cosa ex- fiesto qr.re no me envía esas ideas inmediatamente por sí
tensa no pensante-, es cierto entonces qlle ese vo mismo, ni tampoco por ia mediación de alguna criatura, en
-y mi alma, por ia cual soy 1o que soy) (12), es ente-
(es decir, l,i cual la realiüad dé dich.t ideas no esté contenida formal-
ramenre distínto de mí cuerpo, y qrle puede existir sin é1. 53. Pues, no habiéndome
mente, sino sólo eminentemente
Además, encuentro en mí ciertas facultades de pen- dado ninguna facultad para conocer que eso es así (sino, por
sar especiales, y distintas de mí (11), como las de irnaginar el conraiio, una fottísima inclinación a c¡eer que ias ideas
y sentir, sin las cuales puedo muy bien concebirme por me son .n,ríudas pot las cosas corpóleas), mal se entendería
completo, clara y distintamente, pero, en cambio, ellas no cómo puede no ser falaz, si en efecto esas ideas fuesen pro,-
pueden concebirse sin mí, es decir, sin una substancia inte- ducidas por otras causas divetsas de las cosas colpóreas' Y,
ligente en la que están ínsitas. Pues la noción que tenemos por 1o ianto, debe reconocerse que existen cosas corpó-
de dichas facultades, o sea (para hablar en términos de la rens - '.
escueia), su concepto formal, incluye de algún modo la in- Sin embargo, acaso no sean tal y como las percihimos
telección: por donde concibo qr-re lrrs tales son distintas de por medio de los sentidos, pues este.modo de percibir es
rní; así como las figuras, los movimientos, y demás modos
o accidentes de los cuerpos. son distintos de los cuerpos
| *.nndo oscuro y confuso;-empero, hay que reconocer, al
-"nor, qne todas i^, .oro, que entiendo con claridad y dis-
mismos que ios soportan (14). en general-, toclas las cosas
tinción, es decir
También reconozco haber en mí otras facnltades, -habiando
geometría especulativa, están realmer¡'
orle son obieto de la
como cambiar de sitio, de postura, y ot¡as semejantes,
te en los .rr.rpou tt. Y por 1o que ataie a las demás cosas
que, como las precedentes, tampoco pueden concebirse sin
alguna substancia en la que estén ínsitas,ni,por consiguiente, qu., o bien sán sólo particulares (por ejemplo, que- el sol
pueden existir sin ella; pero es evidente que taLes facultades, t.nj, t^l tamaño y tai fig.rra), o b,ie1 son.concebidas con
si en verdad exisren, cleben estar ínsitas en una subslancia meíor claridad y áistinción (como la 1uz, el sonido' el do-
corpórea, o sea, extensa, y no en una substancia inteligente, 1o., y otrm seméjontes), es verdad que' aun- siendo muy du-
puesto que en su concepto claro y distinto está contenida dnras inciertas, con todo eso' creo poder concluír que
de algún modo 1a extensión, pero no la inr:lección. H^y,
"
poseo los medios para conocerlas con cetteza, supuesto -que
además, en mí cierta facultad pasiva de sentir, esto es, de ilio, no es fa\az, y que, por consiguiente' no ha podido
recibir v reconocer las ideas de las cosas sensibles; pero esa ocurrit (i5) que exista alguna falsedad en mis opiniones sin
facultacl me sería inútil y ningún uso podría hacer de ella, que me haya sido ototgtdo a la vez alguna facultad para
si no hubiese, en mí o en algún otro, una facultad activa) comegirla.
capaz de formar v p¡odtlcir dichas ideas. Ahora bien: esta "
Y, .n primer lugar, no es dudoso que algo de verdad
facultad activa no puede estar en mí en tanto que yo no soy hav en todo 1o que la naturaleza me enseña, pues por <na-
más que Llna cosa que piensÍr, pues no presupone rni pen- tuíalezar>, considerada en genetal, no entiendo ahora oüa
samiento, v aclemás rquellas ideas se me representan a me- .ár, q". Dios mismo, o el"orden-dispuesto por Dios en las
nudo sin que vo cont¡ibuya en modo alglrnó a el1o, y hasta co.asl.reador, y por <mi> naturalez en particular, no en-
'
a despecho de mi voluntad; por 1o tanio, debe esr¿lr nece-
sariamente en una -*ubsrancia distinta de mí mismo, en la " En G. Morente (p. 141) {alta esta última frase. (N del T')
68 MEDIT;\ciotrtEsT oescanres NÍEDITiICIONES METAFÍSICAS /-q

¡iendo,ora cosn que lr ordenaCrr ttbazón que en mí guarcl,in mismo gusto o salor, y así sucesivamente; o que los asüos,
ro,las lrrs cosns que Dios me h,r .,torqrr'io in. las tore-s y, en ge¡efal, todos los cuerpos iejanos, tienen lá
Pues bien: io clue es¿l natllralóza me enseña más e:<_ rnisma figura y el mismo t¡imaño .1ué aparentan de lejos,
p¡esarnentr: cs que teJrgo Lln cuerpo. que se hzrlla indispues, etcéle¡a.
to cuan(lo siento r1o1or, y que neóesita comer. o b"b". iuan_ Así pues, a fín cle que en todo esto no hava nada
do siento halnbre o r"á, ercéter¿r. y. por tanto, no dcbo qLre no esté concebido con distinción, debo definir con roclo
ducltrr .{c qrre h,iv cn ello ,rigo tic u.r,j*j. cuidado 1o que propiamenre enriendo cuando digo clue la na-
&{e enseña t¡rmbién ia naturalezc, arediante esas sen_ tur¿rlez¿r <<me enseña> algo. Pues lomo aqtií onri,,rnJ"r"o .n
saciones de dolor, hambre, sed, ercétera. que yo no sólo un senticlo más estricto qlle clrando digo que es la r.etrnión
estoy en mi cuerpo como. Lrn i:iloro en ,., nnuíó, sino clue de. todas las cosas que Dios me ha dido,'va qne es¿l reu-
estov tan íntir-namente uniclo y como mezclado con é1. qr:e nión abarca muchas cosas qlr.e pertenecen sólo al espíritu (así
es conro si formásemos una soia cose. pties si ello no Íuera por ejemplo, la noción verdadera de que io ya lieclro no pue-
así, no sentiría yo dolor. cuando mi cuelpo est,í heliclo, pues de no haler sido hecho, y mr-rchas otias semejanres, qlle co-
n_o soy sino una cos¿1 qrre piensa, y percibilía esa nozco pof la 1uz natu¡al sin ayucla del cuerpo), y offas que
hericia'con
r:i solo ententJimiento, .n-o .rr., piiotn p.r.ib", ;Ji; sólo.pertenecen al cuerpo, y clue tampoco c:ren'íquí bajo'el
;.r;
de la vistn, <¡ue elgo se tompe en su nave; y' .r.,ondo Ái nombre de <<naruraleza> (comó l¿ cuaüdad que de;e éu.r-
cuerpr-\ necesita bebelo comer, lo entendería po de ser pesado, y ot¡as tales, a las que tampoco me "l refie_
vó sin más, no
avísánclor¡e de eilo sensaciones conÍusas .t" ir.rnb." ,.J. ro,rhora). Hablo aquí sólo dc las cósas qu. Diu, .. hu
Pues, en efecto, tales sentimienros de hambre, ,.J, fiolá.,
.en cuanto que estoy compuesto Je espít.itr.r y citct.po.
d.ndo,
etcétera. nc) son sino ciertos modos confusos d" p"nror, nri Pues bien: esa naiuralezr me enseñe o
cidos d_e. esa unión v especie de rlezcla clel espíiitu con el lo'.1,,. *"
ceusn sensación dc clolor, y n procurar lo "uitr,qrre me conrunicn
crler?o s7, .v dependiéntes de e1la. algunr sensación de placer; p.ro no vco qLre, rdem¿ís cle
Adem¿ís cle esio, ia naturaleza me enseña que exis_ ello,_ nrc en_señc qrrc de r¿rles cl.ifu.entes percepcioncs clc lo:;
fen offos cueLpos en torno al mío, de los que debo perse_ sentidos debamos nunca inferir algo tocante n lo, .oro, qu"
v evitar otros. Y, .í..tn-.nt., en virtucl cle
gr-rir. algunos_, -el
est¿ín fuera de nosotros, sin que entendimiento 1as e"a_
sentir yo_difetentes especies de colores, nlorér, ,obna.r, *- mine cuidadosamente antes. Pues, en mi parecer) pertenece
nidos, c,rlor.,
los cuerpos dc ,drrrcz,i, ctcétcra.. concluyo con razón qu., al solo. espíriru, y no al
_compuest; de espiritu y cuerpo, co_
donde proceden rales diversas p"r.ep.ián", "n noccr [a verdad acerca de eses cosxs.
de los senridos, exisrei las correspondi""t", ái".úd;á;;, Y_ así, aunque una estrella no impresione mi vista
au.nque acaso no hava semejanza entie éstas y aquéllass8. más que la luz de una vela, no ha¡r en mí inclinación natural
Asi-
mrsmo, por' -serme,ngrndnbles algunas de eias pe rcepciones, alguna a cre_er que la estrelia .ro ., ,nryo, que esa llrrma,
)/ otrns.desagradebles, jnfiero con certeza qu. ,rri ..rárpo (o, aunque _así 1o haya juzgtdo desde mis primÉros años, sin
por mcjor decir, vo mtsmo, en_ cuanto que estoy compuesto ningún fundamento racional. Y aunque al aproximarme al
de
.cuerpo. ), alma) puede recibir u.ntoiu. . in.on,renient". fuego siento calor, e incluso doior si -" up.ori*o algo más,
varios cle los demás cllerpos que lo circúndan. no hay con todo ruzón aTguna q,r. prl.dn persuadiime de
.Empero, hay otras muchas cosas qrle parece haberme qr-re hnv en el fuego algo sémeiante r ese caior, ni rampoco
enseñado la naturaTeza, y que no he recibiclo'en realidad de a, ese dolor; sólo tengo razones para creer q.r. .n él'hay
ella,.sino.que se han inrroducido en mi espíritu por obra algo, sea Io que sea, que excita en mí tales sensaciones de
de cierto hábito que me licvr r juzgar d"r.oirid.r"il-.*., calor o dolor.
y rrsí puede muy bien suceder q,," .or,t"ngun alguna false_ Igualmente, aunqrle haya espacios en los que no
oad ''. (-omo ocurre, por ejemplo, con la opinión de que está encuentro. nada que excite y mueva mis sentidos, nó d.bo
vrcio todo espacio en el.que nrda hay q,i"," mueva e im_ conciuir de ello que esos espacios no contengan cuerpo al-
presione mis sentidos;. o Ia cle qLre cn un .u".1ro caliente hay guno, sino que veo que, en ésta como en muchas otras co-
aigo semeiante a ia idea de calor que yo tengo; o q,," hoy sas semejantes, me he acostumbredo a pervertir y confunclir
en un cuerpo blanco o negro la mlsmá blancura o negrura el orden de 1a naturaleza. Porque esas sensacion., q,r. no
que yo percibo: o que en un cuerpo ama¡go o dulce
#;.1 me han sido ciadas sino para signifícar a mi espíritu qué
70 jv{EDr-rAcroNEs/oescrrnres MEDITACIONES METAFÍSICAS 71

cosas con'¡ienen o ciañan al compuesto de que forma parte, partes del modo requerido para beber, y, de esa suerte, au-
y que en esa medida son 1o bastante clarai y distinta.s, las mentar su padecimiento y dañarse a sí mismo, como le es
uso, sin.emlrargo, como si luesen reglas muy ciertas para natural, no sufriendo indisposición alguna, que una seqr,redad
conocer inmediaramente la esencia y naturaTeza de los cuer- de galganta semejante 1e impulse rr beber por pLlra conve-
pos c}re esrán fuera de mí, siendo así que acerca de esto nada niencia. Y aunque, pensando en el nso a que el reloj está
pueden enseñarme que no sea mu]r oscuto y confnso. destinado, pueda yo decir que se aparta de sn naturaleza
Fero ya he examinado a.ntes suficientemente ctimo cuando no señala bien 1a hora, y asimismo, considerando la
puede ocurrir que, pese a la suprema bondad cle Dios, haya máquina del cuerpo humano por respecto de sus movimien-
falsed¿d en mis jr-ricios. Queda aquí, empero, un¿ dific,-r1tád tos h¿bituales, tengll vo urotivo cle creer rlue se ,rpalta de
tocante.a ias cosas que la naturaleza me enseña que debo t su naturaleza cuando sll garganta está seca y el beber per-
perseguir o evitar, ¡rsl como a los sentimientos interiores .iudica su conservación, con todo ello, reconozco que esta
que ha pLiesto en mí, pues me parece haber adver.tido a ve- acepción de unaturaleza)> es muy diferente de la anterior.
ces algrin error en ello, de mánera qrie mi n¿turaleza re- Pues aquí no es sino una mera denominación que depende
sulta.en_gañarme directamente. Así, por ejemplo: cuando el por completo de mi pensamiento, el cual compara tin hom-
agraclabie sabor de algún manjar emponzoñaáo me incita a bre enfenno y un reloj mal hecho con la idea que tengo
tomer ei veneno oculro, y, por coÁsiguiente, me engaña. cle tin hombre sano y un teloj bien hecho, cuya denomina-
Cielto es. con todo, que en fal caso ñ naturalez^ p.rái"rn ción es extínseca por tespecto de la cosa a la que se aplica,
ser disculpada, pues me lleva sólo a desear el manjar de y no mienta nada que se halie en dicha cosa; mientras qr-re.
agradable sabor, y no el veneno, que le es desconociáo; de muy al conffario, la otra acepción de <<naturaleza> se refie-
suerte que nada puedo inferír de esto, sino que mi natura- I re a algo que se encuentra realmente en las cosas, y que,
leza uo conoce universalmente todas las ccrsas, ¡, no hay en por tanto, no deja de tener algo de verdad n.
ello motivo de extrañeza, pues, siendo finita la natur;leza i Y es cierto que, ¿unque por respecto dei cuerpo hi-
dcl honrbre, su conocimienró no.puede dejar de ser limitado. : drópico digamos que sti nattú^7ez^ está corrompida sólo en
i
Pero también nos engañamos a menudo en cosas a I
virtud de una denominación extrínseca (cuando decimos eso
que nos compele dírectamente la naturaleza, como sucede porque tiene la garg nt.. seca y, sin embargo, no necesita
con los enfermos qtre desenn bcber o comer Io que puede
I
!
beber), con todo, atendiendo al compuesto entero, o sea,
serles dañoso. Se dirá, acaso, que la causa d. quÉ los tales I al espíritu unido al ürerpo, no se nata de una mera deno-
se engañen es la comupción de su naturaleza, mas ello no i minación, sino de un verdadero eror de la nattrraleza, pues
!
quita la dificultad, pues no es menos realmente criatura de I tiene sed cuando ie es muy nocivo beber; y, por io tanto,
Dios un hombre enfermo que uno del todo sano, y, por lo ! {alta pot examinar cómo ia bondad de Dios no impide que
tanto) no menos. repugna a la bondad de Dios que sea en- I la naturaleza, así entendida. sea {a7az.
I
gañosa.7a naturaTeza del enfermo, de 1o que le repugna que !
Advierto, al principio de dicho examen, que hay
1o sea la del sano. Y así como un reloj, compuesto'dJt,r.áu, I
gran diferencia entre el espíritu y el cuerpo; pues el cuerpo
y pesas, observa igualmente las leyes de la naturaleza clran-
'l
:
es siempre divisible por naturaleza, y e1 espíritu es entera-
do está mal hecho y no señala bien la hora, y cuando satis- mente indivisible. En efecto: cuanclo consiclero mi espíritu,
face por entero el designio del artífice, así también, si con-
I

¡
o sea, a mí mismo en cuanto que soy sólo una cosa pensan-
sidero el cu.erpo humano como una máquina labticada y j te, nc puedo distinguir en mí partes, sino que me eniiendo
compuesta de huesos, nervios, músculos, venas, sangre y como una cosa sola y enteriza. Y aunque e1 espíritu todo
piel, y ello de modo tal que, aun cuando no hubiera -en él ¡
I
parece estar unido zri cuerpo tcdo, sin embargo, cuando se
espíritu aiguno, se movería igual que ahora 1o hace cuando '1
I separa c1e mi cr-rerpo un pie, un bfazo, o algLrna oüa parte, sé
su movimiento no procede de la voluntad, ni por ende del t qlre no por ello se le quita algo a mi espíritu. Y no pueden
I
espíritu, y sí sólo de la disposición de sus órganos, enron- llamarse <(partes>> de1 esplritu las facultades de querer,sentír,
¡
ces, así considerado, conozco muy bien que tan naturai le concebir, etc., pues un solo ¡z rrismo espírítu es quien quie-
sería a ese cuerpo por ejemplo, sufre de hidropesía- re, siente, corrcibe, etc. Mas ocurre 1o contraÍío en las cosas
padecer 1a sequedad -si,
de garyanta que suele transmitii al es- corpóreas o extensas, pues.no hav ninguna que mi espíritu
píritu la sensación de sed, y dispóner sus nervios y demás no pueda dividir fácilmente en varias partes, y, por con-
9
12 MEDITACIONES¡ onsc,rRiE,s M,EDITACIONES METAFÍSICAS 7]

siguiente, no hav linguna oue pueda enteirderse como indi- causar, aquella que see más propia y ordinariamente útil
visible. Lo cuai bastaría para enseñarme Llue e1 espíriru es par¡ Ia.ó.rt"tut.iótt del cuerpo humano en perfecta salud'
por c.:muiero di{erente clel cuerpo, si no 1o supiera ¡ra de Áhora bien: 1a experiencia atestigua que todas 1as sensa-
rin ies. ciones que la natttralezz nos ha dado son tal y como--acabo
Ad.¡ierto ¡ambién que el espíriiu no recibe inmedia- de decir:; ¡r, por 1o lanto, que todo cuanto hay en eilos da
iamente ia irnpr:esión cle todas las parte:; dci cuerpo, sino -Asl, y la bondad de Dios.
fe del poder
sólo del cerebro, o acaso meior, de una de sns ptrrtes más por ejemplo, cuando los nervios del pie son
oequeñas, rr saber, de,rquelia en qlre se ejet:cita esa frcui- movidos con rnás fuerza de la ordinaria, su movimiento' pa-
lad i¡re lirman sentid(-) común. l,i ,:ual, sieurprc c1r-re estaí sando por la méduia espinal hasta el cerebro, produce en el
c'iispuesta de Lrn rnismo modo, hace sentir l1 espíritu una espíritu una impresión que le hace sentir a,lgo, a saber-: -un
mismr cosa. ¡lunque las dem¿ís partes de1 cuerpo, enuelanto, .iolor experimentado como si estuviera en el pie, cuyo dolor
puedan estar dispr-restas de maneras clistintas, comc. 1o prue- advierte-al espíritu, y le excita a hacer 1o posible por supri-
ban innr-rmembles experiencias,,¡ue no es preciso refe- rnir su caus¿r, muy peligrosa y nociva par:r el pie.
rir aquí. Cierto es qu. Díot pudo instítuir 1a naturaieza l'tu'
Advierto, además, que la natu¡alezn dei cuerpo es mana de tal suerté que ese mismo movimiento del cerebro
tal, que, si aiguna de sus partes puede ser movicla por otra hiciera senth al espíritu otra cosa enteiamente distinta; por
parte un poco ele,iada, podrá serlo también por las partes ejemplo, que se hici.ta sentir a sí mismo como estando
qne hay entre las dos, aun crando aquella parte más alejaáa aiternativamente, ora en el cerebro, ora en el pie, o bien
no actíle. Así, por ejemplo, dada una cuerda tensa A B C D, como produciéndose en algún lugar intetmedio o, o de
si se tira, desplazzíndola. de la úlrima palte D, Ia pr:imera. A, cualquler otro modo posible; pero nada de eso habría con-
se moverá dei mismo modo que 1o haúa si se tirase de una ribuido tanto a ia conservación dei cuerpo como 10 que en
de 1as partes intermedias, B o C,
'¡ la última, D, perma-
neciese inmóvil. De manera semejante, cuancio siento dolor
efecto ocurre
Asl también, cuando necesiramos beber, nace de ahl
en un pie, la física me enseña que esa sensación se comu- cierta sequetlad de garganta que mueve sus nervjos, Y, fr€-
nice mediante ios nervios esparcidos por el pie, que son diante elios, las paites interiores del cerebro, y e,se movi-
iomo cuerdas tirantes que van de allí al cerebro, de modo miento hace sentii' al espíritu la sensación de la sed, porque
qr,re cuando se tira de eilos en ei pie, tiran ellos a su vez de en tal ocasión nada noi .t más útil que saber que necesi-
la parte del cerebro de donde salen ,/ a la que vuelven. e;<cí- tamos beber para conseryar mrestra salud. Y así sucede
tando en ella cierto movímiento, establecido por 1a natura- con las demás cosas.
leza pate que el espíritn sienta el dolor como si éste estu- Es del todo evidente, por ello, que' pese, a la su-
viera en el pie, Pero corno dichos nervios tienen que pasar prema bondad de Dios, 7a natutaleza humana, en cuanto
por la píerna, el muslo, los riñones, la espaida y el cuello, io*pu.rto de espíritu y cuerpo, no puede dejar de ser falaz
hasta llegar ai cerebro, puede suceder que, no moviéndose a veces.
sus partes extremas están en e1 pie-, sino sólo al- Pues si alguna causa excita, no en.el pie,-sino en
-queello provoque en el cerebro 1os
guna cie ias intermedias, alguna parte del nervio q,re une pie y cerebro, o hasta en
mismos movimientos que excitaría en él una helicia del pie; el'cer"bro mismo, igual movimiento que ei que ordinaria-
y, gor 1o tanto, el espíritu sentirá necesariamente en el pie mente se produce cuando el pie está indispuesro, sentiremos
el mismo dolor que si hubiera recibido una herida. Y io dolor en Ll pi., y el sentidó será engañado naturalmente;
mismo cabe decir de las demás percepciones de nuesuos porque .rtr *it.t o movimiento del cerebro no puede causar
sentidos. iino'rrno misma sensacién en el espíritu, y siendo provocada
Por rlltimo, advierto también qile, puesto que cada esa sensación mucho más a menudo por una causa que daña
uno de 1os r¡ovimientos ocurridos en ia parte del cerebro al pie que por otra que esté en otro lugar, es mucho más
de la qr:e recibe 1a impresión el espíritu de un modo inme-
diato, causa una sola sensación. nada mejor puede entonces o En G. Morente (p. 147) hay aquí una errata que hace incom-
imaginatse ni desearse sino que tai movímiento haga sentir prensibleel texto: dice sóit ocomo .srando en el cetebro>, sin añadir
ai espíritu, de entre iodas las sensaciones que es capaz áe lo del pie o el lugar i¡termedio. (N. del T.)
METAFÍSICAS 7'
7 4 MEDrrAcroNEs/or,scenms ¡4EDITACIONES

razonable que ransrnita al espíritu el dolor de1 pie que e1 demás. Pues no ,iendo óios falaz, se sigue necesariamente
de ningr,rna otra pa-rte ó1. Y aunque la sequedad de garganta que no me engaña en esto.
' Emperó, como la necesidad de obrar con. premura
no provenga a veces, como suele, dc que la bebida es nece-
saria para la salud del cuetpo, sino de alguna causa ton- nos t¡blisa'a men.tdo a deciditnos sin haber tenido tiempo
traria ocurre con 1os hidrópicos-, con todo, es rrt"-."¿?.nes cuidadosos, hay que reconocer que la vida
mucho -como
mejor que nos engañe en dicha circunstancia, que si, irr*un" está frecuentemente sujeta al error en las cosas par-
por el conmario, nos engañara siempre, cuancio el cuelpo estlr **iot.t; en suma, hay que confesar la endeblez de nuestra
bien dispuesto. Y así sucesivamente. nattttalezaa.
Y esta consideración me es muy útii *, no só1o para
teconocer todos los errores a que está sometida mi natura-
leza, sino también para evitarlos, o para corregirlos más Íá- FIN
cilmente. Pues sabiendo que todos los sentidos me indican
con más frecuencia 1o verdadero que lo falso, tocante a las
cosas que atañen a io que es útil o dañoso para ei clletpo, y
pudiendo casi siempre hacer uso de varios para examinar
una sola y misma cosa, y, además, contando con mi memoria
pata enlazar y juntar los conocimientos pasados a los pre-
sentes, y con mi entendimiento, que ha descubierto ya to-
das las causas de mis errofes, no debo temer en adelante
que sean falsas las cosas que mis sentidos ordinariamente
me reDresentan, y debo rechazar, por hiperbólicas y ridícu-
las, todas las dtidas de estos días pasadosi y, €r particular,
aquella tan general acerca del sueño, que no podía yo distin-
guir de la vigilia. Pues ahora advierto entre ellos una muy
notable diferencia: y es que nuestra memoria no puede nun-
ca enTazar y juntar nuestros sueños unos con otros, ni con
el curso de la vida, como sl acostumbra a unir ias cosas que
nos acaecen estando despiertos. En efecto: si estando des-
pierto, se me apareciese alguien de súbito, y desapareciese
de igual modo, como 1o hacen las imágenes que veo en stle-
ños, sin que yo pudíera saber de dónde venía ni adónde iba,
no me faltaría t^zén para juzgarlo como un espectro o fan-
tasma formado en mi cerebro, más bien que como un hom-
bre, y en todo semejante a los que imagino,cuando duermo.
Pero cr¡ando percibo cosas, sabiendo distintamente el lugar
dei que vienen y aquél en que están, asl como el tiempo en
ei que se me aparecen, y pudiendo eniazar sin interrupción
la sensación que de e11as tengo con el restante curso de mi
vida, éntonces estoy seguro de que las percibo despierto, y
no dormido. Y no debo en modo alguno dudar acerca de
la verdad de esas cosas, si, tras tecürrir a todos mis senti-
dos, a mi memoria y a mi entendimiento para exaroinatlas,
ninguna de esas facultades me dice nada que repugne a las

* En G. Morente (p. 147) hay errata: <es de poca utilidad>,


en vez de <<zo es de poca utilidad>>.(N. del T.)

r/

También podría gustarte