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3) COMPARTIR (sharing) : es una sub-etapa, en ella se comienza el cierre de cada sesión. Aquí y antes de los
señalamientos y conceptualizaciones, los integrantes que no participaron comparten con todos, sus propias
vivencias y experiencias. Surgen movilizaciones y re-actualizaciones. Es un momento que permite la
expresión, fundamentalmente afectiva de la caja de resonancia grupal. 1) Aquí se comparte la comprensión
de los aspectos propios movilizados durante la dramatización. 2) el drama del protagonista ha sido
compartido y coprotagonizado por el público. Fortifica el vínculo y amplía la confianza. Surge el Darse-
Cuenta. Tres Momentos: compartir, comentario y elaboración teórico-técnica.
Y tiene 5 elementos:
a) Escenario, b) Protagonista, c) yo-auxiliar, d) Director ó Coordinador, y e) el Público ó
Audiencia.
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b) Protagonista: es el líder de la dramatización, desde su propio drama interno, ofrece la posibilidad de la
investigación de lo íntimo y lo grupal, teniendo a su servicio al director y a sus Y.A.
c) Yo- AUXILIAR: la función de este, es la de un ACTOR, que representa a personas ausentes, tal como
aparecen en el mundo privado del paciente, según sus percepciones. Cuando el Y.A. surge sin ser sugerido
por el protagonista es: Espontáneo. Hay que controlar desde la dirección que el Y.A, no se vuelva
protagonista. Esto podrá trabajarse en otra escena. La de GUIA, como agente terapéutico y la de
INVESTIGADOR, porque no se encuentra implicado en el acto, lo actúa desde el como-si.
En el campo psicoterapéutico, funciona en equipo con el ©, con espontaneidad.
Razones para la inclusión de Y.A.: 1. Económica, incluye en su rol a personas lejanas del ámbito del
Protagonista. 2. Sociológica, las obligaciones sociales de las personas del entorno del protagonista, les
impiden estar presentes. 3. Psicológica, alivia al director y esto le permite mantener objetividad. 4.
Terapéutica, muchas veces es preferible que la persona real (del protagonista) no esté presente y sea
representada por el Y.A. Es un eslabón imprescindible entre el director y el público.
El Y.A. tiene que estar convencido que el paciente tiene subjetivamente razón y así funciona como una
Extensión del Yo primario del paciente (se identifica y lo representa) y además ser el Representante de la
otra persona, la ausente.
Le dará contrapunto al protagonista, representando: una persona cercana, una persona significativa, una
parte del mundo interno (yo, ello, superyó), una figura de fantasía (idealizada ó de catástrofe), animales y
plantas, objetos inanimados (casa, trabajo, cama), rol de abstracción (pasión, orden, solidaridad).
El relato del conflicto lo coloca en el rol. Debe desarrollar sus capacidades histriónicas y su propia lectura
sobre lo corporal. Si se deslizan sus intimidades personales, generalmente se enriquece la escena con
habilidad e intuición. Desvela los procesos inconscientes del paciente.
LOS PROCESOS INTERNOS INCONSCIENTES SON LOS QUE SUSTENTAN EN EL ENFERMO, LOS
PROBLEMAS MANIFIESTOS.
El Yo Auxiliar (Y.A), se escinde; por un lado una vinculación intensa con el protagonista y por el otro, toma
distancia sin olvidar que es un trabajo y debe mantener el control.
El Y.A. trata de darse cuenta en qué se convierte el paciente, la noción de Realidad, las proyecciones (muy
diferente a las percepciones) y el grado de alienación.
A veces cuando el protagonista no está logrando una movilización, él puede hace un ·”giro de rol” con la
finalidad de conectarlo.
Lo que se moviliza es UNA SECUENCIA EMOCIONAL COMPLEJA, que estaba inconsciente. El Y.A.,
guiándose por su contra-transferencia y su factor tele contrapunteará hasta lograr conseguirla, en lo
posible.
CUALIDADES: empatía, sensibilidad, elasticidad, plasticidad, intuición y percepción. La resonancia personal
del Y.A. importa, según la escena y tiene en ese momento mayor compromiso que el público.
En la escena actúa desde el proceso primario y en las devoluciones, nuevamente desde el proceso
secundario.
CONCLUSIÓN: es un contrapunto, objeto de proyecciones, continente terapéutico y objeto real percibido
así por el paciente. (Triangulación edípica, también encarna imagos y relaciones objetales: ayudante, modelo
y rival inconsciente). Su presencia Funciona como garantía.
Funciona como prolongación emocional del terapeuta y como díada complementaria que se retroalimenta
recíprocamente en cada encuentro.
d) Director ó Coordinador: no debe confundirse con un rol fuertemente directivo, sino como facilitador del
fenómeno ó proceso psicodramático ó escena. Roles de él: director, terapeuta y analista social.
Él coordina el trabajo grupal durante la sesión con atención y facilitando el establecimiento de redes
sociométricas, percibiendo sus modificaciones y facilitando la libre expresión de los roles grupales. En la
etapa del caldeamiento su función suele ser preponderante. Debe entablar un fuerte vínculo con el
protagonista, revisar que sus propias teles no tengan aspectos transferenciales (puntos oscuros de su
percepción) no trabajados y así, desde ahí, promover una catarsis de integración en el protagonista y de
comprensión en la audiencia. Los aspectos transferenciales en él depositados, serán interpretados en el
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análisis. Del encuadre y la contextuación del director, dependerá el funcionamiento y la pertinencia del
trabajo grupal.
e) Público ó Audiencia: el matiz esencial es Resonar comprometidamente con lo que acontece en el escenario,
este alcanza al Ser y moviliza intuiciones, percepciones, pensamientos y afectos. Todos los roles que surgen
pertenecen al protagonista y además a todos los integrantes, aún estando en el grupo.
Objetivo: ayudar al protagonista y convertirse en protagonista. Aporta reconocimiento y comprensión. En la
etapa del compartir y comentarios surge el compromiso activo de este, y el protagonista se reintegra al
grupo (estaba diferenciado en la escena).
Qué es la sociometría: los individuos cuando forman parte de una estructura humana social total. El psicodrama
mayoritariamente es el estudio más profundo de las relaciones interindividuales y de grupo, y en menor medida
como instrumento que estudia la personalidad, se relaciona con las técnicas proyectivas y tiene que ver con la
psicología.
Educación de la Espontaneidad: el sujeto debe ser capaz de mantener un estado flexible más ó menos
permanente: como si no tuviera pasado, como si no estuviera determinado por una estructura orgánica, llevar a la
acción lo que le ocurre en ese momento, confiar en la evidencia que nuestros ojos ven, y derivar de ellas nuestras
hipótesis.
Sacrificar el viejo perfeccionismo, por un imperfeccionismo de la persona. El Individuo se debe “desconservar” de
vez en cuando. (Residuo de viejos roles), que entorpecen su espontaneidad en acción. Alejarnos de las escuela
formal: ¿de qué se ríe?!, y promover al emocionalismo y la plasticidad de la disciplina. Así el estudiante supera,
paso a paso, aquellos efectos y sus defectos. Proceso de atemperación que facilita su producción, surge una
plenitud exuberante. La vigilancia física y mental que experimentan los sorprende por la riqueza de la producción
lograda.
Conclusión: la educación de la Espontaneidad conduce a una forma de aprendizaje que se propone una mayor unidad
y energía de la personalidad que las conseguidas hasta el presente por otros métodos educacionales.
El director de Espontaneidad, estudiando cuidadosamente el comportamiento del S, escoge los “papales” adecuados
para producir las características que el alumno necesita.
La escuela de la espontaneidad coordina al cuerpo con la mente y a esta con el cuerpo, primer paso: un
adiestramiento en la realidad, (cómo come pan), segundo, reeducación (reestructuración de modelos) y luego
retorna a la tarea, con lo aprendido. La primera y segunda fase es la escuela, la tercera la vida cotidiana.
El alumno cuenta con componentes para inventar y ejecutar y es feliz observando el trabajo de los demás, abierto
al aprendizaje, mientras observa…crea. “yo lo hubiera hecho de tal ó tal modo”.
EL TELE FACTOR: eje de la teoría moreniana. Un movimiento espontaneo del yo al tu y del tu al yo. Traído del
teatro de la espontaneidad. Relación interpersonal en el encuentro. La más pequeña unidad de sentimiento
transmitida de un individuo a otro. Es el cemento que mantiene unido a los grupos. Tele también es distancia, una
vez desvanecida la transferencia, continua la tele.
A mayor espontaneidad y mayor capacidad télica, mayor salud mental. Lo cierto es que nunca vemos al otro tal cual
es. La tele es un concepto idealizado. Nunca es pura. Es de doble vía. Concepto objetivo. La transferencia es un
fenómeno secundaria, mientras que la tele es primario, desde el momento del nacimiento. Mientras la transferencia
desaparece, el tele – factor es cada vez más omnipresente y además persiste en el tiempo. En el rechazo la tele es
negativa, y viceversa, en la atracción positiva. Si no hay tele hablamos de indiferencia.
Gradación: del puro azar hacia lo estructurado: Tres formas de clasificarla: infratele, más alejada de lo probable,
empática y de transferencia.
La auto-tele, es la imagen mía arrojada al exterior. La relación tele es un factor universal que opera tanto en
situaciones normales como anormales.
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Redes sociométricas, distintos átomos sociales que se relacionan entre sí y forman cadenas y tienen como misión
propagar las opiniones en el grupo. Así se convierten en elemento de afirmación grupal.
Generalmente del tele no se habla, se sospecha. Forma parte de la matriz del grupo, como un inconsciente común
social que funda la subcultura de ese grupo.
PSICODRAMA: está en el medio entre el todo creador y el determinismo psicológico de Freud, es el Determinismo
Operacional Funcional.
Así permite que la persona se lance a un nuevo rol. La categoría del momento solo tiene lugar en un universo abierto
al crecimiento, la espontaneidad y la creatividad. El máximo de novedad da lugar a las actuaciones de “genios
creadores”. El lugar central lo tiene la novedad, deja lo viejo de lado y se abre a lo nuevo, con nuevos roles y
aprendizaje. Es el momento de Ser, Vivir y Crear. El momento no es tiempo y espacio, es el lugar de la novedad,
viviéndola espontáneamente nos permite la creatividad. El cociente diferente de espontaneidad se da entre un polo
de cero hasta un polo de máximo, es un grado de magnitud de lo espontaneo. La conserva cultural es un polo y el
otro el creador espontaneo. Teoría de Nietzsche del post-modernismo, del niño, al camello, al león al súper-hombre.
El hombre tiene que ser el verdadero amo.
El libro asegura la herencia cultural, pero la categoría del momento está diametralmente opuesta.
La elaboración dramática nos permite acceder al conflicto inicial, y comprenderlo en forma global. El efecto desde
lo terapéutico es liberador, sintetizador, nos reúne con la esencia y la totalidad.
ESPONTANEIDAD: es una disposición del S a responder tal como es requerido. Es una condición y una preparación
para una acción libre. Tiene un valor biológico y social, porque lo aleja de las conservas culturales.
En la patología de la espontaneidad la conducta desordenada y los estallidos emotivos que resultan de la acción
impulsiva, son visibles.
Conclusión: la conserva cultural, se ha convertido en la expresión de un Ser que solo tiene a su disposición un monto
limitado de espontaneidad.
LA CONSERVA ABORTA AL GENIO, LA ESPONTANEIDAD LO REALIZA.
Y finalmente roles psicodramáticos: reales e imaginarios. Estilo de ser: madre, docente. Este último expresa la
dimensión psicológica del Yo.
A mayor cantidad de roles, mayor salud mental. Un adulto sano tendrá que poder desarrollar mayor cantidad de
roles. Hay roles que uno asume, y roles adjudicados. A mayor salud mental, mayor cantidad de roles creativos no
adjudicados.
Se entiende por rol a la forma de funcionamiento del individuo, en el momento específico en el que reacciona en una
situación donde están involucrados otros.
Patología del Rol: la conducta regresiva no es una verdadera regresión fisiológica, sino una forma de desempeño
inconsciente de roles, una regresión psicodramática.
El hombre es un intérprete de roles. El yo experiencial se construye a través de los roles, por esto el rol es el
aspecto tangible de lo que llamamos Yo. El yo psicológico, concencial y experimental se origina a partir de los roles.
La edad cultural de una persona se mide a través de los años + la diversidad de roles. Los roles se toman por
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identificación y le dan conciencia de quién es. Así el yo se entrena tempranamente, desde los distintos roles para la
formación de la personalidad.
TÉCNICAS PSICODRAMATICAS: La información trasciende el relato (es todo el cuerpo) que muestra al personaje
INTERNO.
1) Espejo: teniendo en cuenta la posición y la actitud del protagonista, intentando captar la emoción de este,
alguien hace de “espejo” mostrando lo que está pasando para que se vea.
2) Soliloquio: el protagonista muestra/expresa en voz alta, lo que está sintiendo para luego poder pensar
sobre eso. Así aporta para poder registrar el sentimiento de ese momento que dramatiza. Esta técnica es
una de la más utilizadas porque ayuda a percibirse/lo. También puede usarse al final: ¿qué estás sintiendo
ahora?. Puede ser el protagonista ó el yo auxiliar también.
3) Doble ó doblaje: en la posición del protagonista ó del yo auxiliar, se ubica mostrando lo que este no está
diciendo. Muestra más lo latente, lo que percibe desde su resonancia pero que no está surgiendo. Luego la
escena incluye también eso. Esto puede lograr una transformación de la escena. Aquí hay que tener en
cuenta la diferencia entre Proyección (mecanismos inconsciente) y percepción (lo que se está captando en el
momento). También es importante solicitarle la autorización al director, para no obstaculizar la escena.
Surge de la percepción y la resonancia y se usa más en grupos terapéuticos. Lo hace cualquiera y así se
enriquece la escena.
4) Inversión ó rotación de rol : el protagonista hace la inversión al yo auxiliar, poniéndose en ese lugar para que
tenga más datos. También puede ser otro, el que se ponga en ese lugar. Se usa para la construcción de la
escena ó durante el transcurrir de la misma. Esta es una técnica muy utilizada dado que posibilita ver con
los ojos del otro y sentir desde el otro involucrado en esa escena. Por ejemplo en clase, en la escena de
Amelia, se podría haberle dicho: “Vos ahora Amelia, sos tu papá”. Cuando se cambia de lugar luego hay que
volver siempre al mismo.
5) Interpolación de resistencias: la lleva a cabo el yo auxiliar, consiste en la irrupción de la escena con algo
que se le ocurre y que cree que suma a la dramatización.
6) Maximización: se le sugiere al protagonista, desde el director de la escena, que intensifique el énfasis que
está poniendo en determinado momento: “decilo con más fuerza”, “grítalo”, “agrándalo”, “exagéralo”. Esto
posibilita traspasar la censura y arribar al verdadero sentimiento que originó la escena que ahora quiere
mostrarse.
7) Sin palabras: “no hables, hacelo”. “Mostrámelo”. Esta técnica se utiliza cuando las palabras no logran
expresar lo vivencial. También puede ocurrir que el director le solicite, reemplazar las palabras con sonido,
canalizando así la verdadera emoción del momento vivido.
8) Concretización: “¿qué está diciendo la angustia?, sos ahora la angustia”. También puede ser un objeto
significativo ó libidinazado, como un pañuelo ó cualquier otra cosa. Se habla desde ahí, desde la emoción ó el
objeto. Si por ejemplo, te duele la cabeza, se habla como si ese dolor se estuviera expresando con palabras.
Este recurso se usa mucho para posibilitarle al protagonista que logre hablar en primera persona, así se
indaga el personaje interno. “estoy acá por esto…”. También se utiliza con enfermedades corporales.
Ejemplo: “¡hablá úlcera!”.
9) Entrevista ó interviú: se hace como si fueras un periodista. Son preguntas que a través de ellas, se
posibilita centrarse en el momento originario de la escena. Generalmente se utilizan al principio, pero
también en el devenir de la escena para que con esos datos, esta vaya completándose.