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UNIVERSIDAD AUTÓ NOMA DE GUADALAJARA

Esquizofrenia Catató nica


Introducció n Bibliográ fica
Alejandra Díaz Infante Villalpando
2218106
Lic. Psicología
Grupo 7020
Psicosis
MPS. Alejandra Maza Rodríguez
19/11/2013

"Creen que moverse es vivir. Y se mueven, no para vivir. Se mueven para creer
que viven" Antonio Porchia
Índice
I. Breve introducción sobre la esquizofrenia 2

II. Esquizofrenia Catatónica 5

2.1 Subtipos de Catatonia 6

III. Criterios Diagnósticos del CIE-10 8

3.1 Esquizofrenia 8

3. 2 Esquizofrenia Catatónica 10

IV. Criterios Diagnósticos del DSM-IV 11

4.1 Esquizofrenia 11

4.2 Esquizofrenia Catatónica 12

V. Signos 13

VI. Desarrollo Psicodinámico 14

VII. Modelos de Tratamiento 16

7. 1 Psicoterapia 16

7.1.1 Psicoanálisis 16

7.1.2 Psicodrama 17

7.1.3. Psicoterapia Familiar Sistémica 17

7.1.4. Terapia Cognitivo Conductual 19

7.2 Psicofarmacología 21

7.3 Terapia Electro-convulsiva 22

7.4 Psicoeducación 22

7.5 Rehabilitación Cognitiva 24

7.6 Entrenamiento de Habilidades Sociales 25

VIII. Aportación Personal 28

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IX. Bibliografía 30

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Breve Introducción sobre la esquizofrenia
El término “esquizofrenia” fue creado por Eugéne Bleuler, en 1911, para agrupar y
describir los síntomas de una enfermedad conocida hasta entonces como
demencia precoz. Fue el análisis de ciertos síntomas mentales lo que legitimó el
reunir bajo el nombre de esquizofrenia las manifestaciones de una enfermedad y
el seguir siendo los citados síntomas los mismos, independientemente de su
nueva denominación.

Para Bleuler, la esquizofrenia es una enfermedad mental caracterizada por 3


trastornos fundamentales:

a) Incapacidad del pensamiento para orientarse hacia un objetivo preciso


b) Trastornos de la afectividad comparables a los del pensamiento
c) Ambivalencia (simultáneamente, el esquizofrénico afirma y niega, siente
amor y odio hacia una misma persona).

“La esquizofrenia surge de la infancia”, escribía Bleuler. Pero surge a través de


una evolución discontinua, en la que los estados de equilibrio, a veces muy largos,
alternan con los períodos críticos. Esta evolución, por otra parte, está lejos de ser
clínicamente detectable. Típicamente, la enfermedad ataca a los adolescentes de
15 a 25 años. A veces es tardía: de 30 a 35 años, pero puede afectar al niño de 10
a 12 años, en la fase prepuberal. (Heuyer G., 1978)

La sociedad en general tiene todavía estereotipada la imagen del enfermo mental.


En el caso de la esquizofrenia, las creencias de que los pacientes son violentos,
que tienen conducta sexualmente inadecuada y que sufren desdoblamiento de la
enfermedad, todavía prevalecen. La impredictibilidad de la enfermedad complica
más, si cabe, la situación. Puede ser que algunos enfermos recaigan con mayor
frecuencia que otros, por causas que no siempre quedan claras. Algunos
pacientes crónicos pueden estar estigmatizados debido a la manifestación de
síntomas negativos residuales como el auto-abandono, la falta de motivación, el
abandono social y las conductas excéntricas o estrambóticas. La rigidez o el
temblor, efectos secundarios de los tranquilizantes mayores, pueden contribuir aún
más a la estigmatización, que en algunos casos tendría su origen en conductas
socialmente inaceptables del paciente en el pasado. Es más, todavía es habitual la
creencia de que, en cierto modo, son las familias las causantes de la
esquizofrenia.

La herencia genética, aunque ejerce cierta influencia sobre la aparición de la


esquizofrenia, no explica totalmente por qué un individuo concreto desarrolla la
enfermedad. Que una persona sufra de esquizofrenia no quiere decir que

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forzosamente tenga que darse en otros miembros de su familia. Sabemos que
cuantas más cosas tenga que afrontar el paciente, más probable es que tenga una
crisis. Las personas con esquizofrenia son especialmente sensibles; las crisis
también pueden venir desencadenadas por cambios o por conflictos en sus vidas.
Hay que insistir en que la mayoría de los pacientes mejora bajo tratamiento.
Llegan a pensar de manera más clara, y luego desaparecen las ideas extrañas.
Lamentablemente, la recuperación no siempre es completa, con lo que muchos
pacientes siguen teniendo dificultades, pero la respuesta general al tratamiento
suele ser positiva. En crisis posteriores puede que aparezcan nuevas formas de
conducta extravagante, pero en general siempre seguirán una línea más o menos
igual. (Kuipers E., Leff J., Lam D., 2004)

A diferencia de la diabetes tipo 1, la enfermedad de Huntington o el trastorno de


estrés postraumático, no se ha descubierto que la esquizofrenia esté causada por
una sola alteración física, por una perturbación genética o por un factor ambiental.
La esquizofrenia se parece más al síndrome del colon irritable, a la fibromialgia y
al trastorno depresivo mayor por ser un agregado de síntomas que puede acabar
ligándose a una sola enfermedad o a un grupo de enfermedades relacionadas.
Puede tratarse de una categoría concreta de enfermedad que sólo se produce en
los sujetos que poseen los factores necesarios para su aparición, o bien puede
llegar a descubrirse que es el extremo de un amplio espectro de enfermedades
que nos afectan a todos. (Beck A., Rector N., 2010)

Sea como fuere, la esquizofrenia va más allá de todo lo anterior y afecta de


manera distinta a cada individuo, es decir, no todos manifiestan los mismos
síntomas ni tienen un curso similar, es más, ni siquiera reaccionan igual a la
psicofarmacología, aunque tengan el mismo cuadro. Sin embargo, se agrupado
distintos subtipos de la esquizofrenia según características o criterios similares. La
esquizofrenia catatónica es uno de ellos.

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5
Esquizofrenia Catatónica
Kahlbaum, en 1863, describe “una enfermedad de curso cíclico, variable, en el
cual los síntomas psíquicos adquieren carácter de melancolía, de manía, de
estupor, de confusión y, finalmente, el de la demencia; puede faltar una u otra de
tales fases; esta afección comporta, como manifestaciones esenciales, juntamente
con los síntomas psíquicos, fenómenos del sistema nervioso motriz que tienen el
carácter general del calambre (crampe) (Krampf)” De ahí de denominación de
Vesania Katatónica.

Actualmente se designa bajo el nombre de catatonia “un conjunto de trastornos


psicomotrices caracterizados, en su forma más típica, por la pérdida de la
iniciación motriz, cierto grado de tensión muscular, fenómenos paraquinéticos y
trastornos mentales en los que predominan, generalmente, el estupor y el
negativismo” (H. Ey.)

La catatonia no es una enfermedad autónoma; es un síndrome, caracterizado, a


su vez, por otros tres síntomas: la catalepsia o conservación de actitudes, las
estereotipias, la repetición automática, casi mecánica de los mismos gestos, de los
mismos propósitos, la sugestibilidad y la oposición, dos síntomas concomitantes y
contradictorios, a los que Bleuler concede un significado de ambivalencia.

Este síndrome catatónico expresa la disociación del psiquismo en el pensamiento


y la motricidad. (Heuyer G., 1978)

En la excitación catatónica puede haber el mismo grado de actividad incesante


que en las manías, junto con la misma incapacidad de dormir, el mismo desánimo
para comer o para beber. Sin embargo, y a diferencia de las manías, lo catatónico
es grotesco, poco realista e incoherente. En el estupor catatónico la conducta
parece restringida; a veces es negativa y a veces excesivamente sumisa. Tal vez
el paciente yazca rígido, con los ojos cerrados y la cara como una máscara, como
si estuviera representando su muerte. O por horas, sin parar, estará sentado o de
pie mirando fijamente al frente o al piso.

Es una forma clínica relativamente infrecuente e incluso por algunos autores se ha


señalado una progresiva disminución a lo largo de estas últimas décadas, que
tiene como principal característica la desorganización de la conducta, cayendo el
paciente en un estado de inhibición cada vez más profundo. A veces, este estado
se entrelaza con brotes de excitación insensata y de hiperactividad. (Vallejo
Ruiloba J., Ballus Pasual C., 1996)

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Según Guggenheim y Babigian, el tipo catatónico de esquizofrenia sigue siendo
muye frecuente. En un estudio de siete años en un solo condado de Estados
Unidos, mostró un caso por cada 1,000 habitantes. Esto equivalía a 5% de todos
los casos en que primero se diagnosticó esquizofrenia. El tipo catatónico es
mucho más frecuente en los niveles socioeconómicos bajos (de 2 a 8 veces más
que en los altos). La frecuencia de muerte en este tipo de esquizofrenia es, junto
con otras alteraciones psiquiátricas, de 2.6 a 3.6 veces mayor que la frecuencia de
muerte en la población normal. Un número significativamente mayor de mujeres
padecen de esquizofrenia catatónica. (Kolb, L., 1992)

Tanto en el paciente catatónico excitado como en el inmóvil hay delirios, de


carácter persecutorio o místico y milagroso. También se presentan casi siempre
alucinaciones, que suelen consistir en visiones aterrorizantes, en apariciones
ininteligibles, en experiencias religiosas, en voces y otros sonidos misteriosos o
espantosos. A veces se aprende algo sobre el carácter de esos delirios y
alucinaciones durante las fases relativamente claras de la enfermedad; pero la
principal fuente de información está en las explicaciones retrospectivas que
muchos pacientes pueden y están de acuerdo en dar, tras una recuperación
parcial. En mayor medida que los otros tipos de esquizofrenia, la catatónica surge
de súbito y también de súbito desaparece. Sin embargo, es necesario atemperar
tal afirmación diciendo que en esta enfermedad rara vez se presentan tipos puros.
(Cameron N., 2007)

Subtipos de catatonia
Catatonia Estuporosa: El catatónico estuporoso puede hallarse en estado de
completo estupor o puede mostrar una notable disminución de los movimientos de
la actividad espontánea. Puede estar mudo o prácticamente mudo, y puede
manifestar negativismo, estereotipias, ecopraxia, y obediencia automática.
Ocasionalmente, los esquizofrénicos catatónicos presentan el fenómeno de la
catalepsia o la flexibilidad cérea.

Catatonia excitada: La catatonia excitada es un estado de agitación psicomotora


extrema. El enfermo habla y grita casi continuamente. Sus producciones verbales
son a menudo incoherentes y su conducta parece hallarse influida más por
estímulos interiores que por las respuestas a su ambiente. Los pacientes en
excitación catatónica requieren urgentemente control físico y médico, puesto que a
menudo son destructivos y violentos para los demás, y esta excitación peligrosa
puede causarles tendencia a lesionarse ellos mismos o a caer en un colapso
debido a un agotamiento completo.

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En la actualidad, la mayoría de los pacientes pueden ser manejados con
seguridad durante el período crítico de excitación aguda con la moderna
farmacoterapia y el tratamiento electro convulsivo.

Catatonia periódica: Una forma de catatonia rara, pero intrigante, es la catatonia


periódica, conocida como enfermedad de Gjessing. Los pacientes afectos a esta
enfermedad presentan recurrencias periódicas de estados de catatonia estuporosa
o excitada.

La mayoría de los casos raros de catatonia periódica observados los últimos años
han respondido muy bien a la terapia neuroléptica, y las recaídas se han impedido
de manera general, mediante el mantenimiento de esta terapia neuroléptica.

Catatonia como síndrome no específico: En los últimos años, varios


investigadores han llamado la atención sobre el hecho de que la catatonia no es
una entidad patológica o exclusivamente un subtipo de esquizofrenia, sino, más
bien, un síndrome no específico que se produce con bastante frecuencia en otras
condiciones psiquiátricas. (Kaplan H., Sadock B., 1993)

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Criterios diagnósticos del CIE-10
Esquizofrenia
Este trastorno se caracteriza por distorsiones fundamentales y típicas de la
percepción, del pensamiento y de las emociones, estas últimas en forma de
embotamiento o falta de adecuación de las mismas. En general, se conservan
tanto la claridad de la conciencia como la capacidad intelectual, aunque con el
paso del tiempo pueden presentarse déficits cognoscitivos. El trastorno
compromete las funciones esenciales que dan a la persona normal la vivencia de
su individualidad, singularidad y dominio de sí misma. El enfermo cree que sus
pensamientos, sentimientos y actos más íntimos son conocidos o compartidos por
otros y pueden presentarse ideas delirantes en torno a la existencia de fuerzas
naturales o sobrenaturales capaces de influir, de forma a menudo bizarra, en los
actos y pensamientos del individuo afectado. Este se siente el centro de todo lo
que sucede.

La perplejidad es frecuente ya desde el comienzo, la cual suele acompañarse de


la creencia de que las situaciones cotidianas tienen un significado especial, por lo
general siniestro y dirigido contra el propio enfermo. En el trastorno del
pensamiento característico de la esquizofrenia los aspectos periféricos e
irrelevantes de un concepto, que en la actividad mental normal están soterrados,
afloran a la superficie y son utilizados en lugar de los elementos pertinentes y
adecuados para la situación. Así el pensamiento se vuelve vago, elíptico y oscuro
y su expresión verbal es a veces incomprensible. Son frecuentes los bloqueos e
interpolaciones en el curso del pensamiento y el enfermo puede estar convencido
de que un agente extraño está grabando sus pensamientos. Las características
más importantes de la afectividad son la superficialidad, su carácter caprichoso y
la incongruencia. La ambivalencia y el trastorno de la voluntad se manifiestan
como inercia, negativismo o estupor. Pueden presentarse también síntomas
catatónicos.

Aunque en sentido estricto no se han identificado síntomas patognomónicos,


ciertos fenómenos psicopatológicos tienen una significación especial para el
diagnóstico de esquizofrenia, los cuales suelen presentarse asociados entre sí.
Estos son:

a) Eco, robo, inserción del pensamiento o difusión del mismo.


b) Ideas delirantes de ser controlado, de influencia o de pasividad, claramente
referidas al cuerpo, a los movimientos de los miembros o a pensamientos o
acciones o sensaciones concretas y percepción delirante.

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c) Voces alucinatorias que comentan la propia actividad, que discuten entre
ellas sobre el enfermo u otros tipos de voces alucinatorias que proceden de
otra parte del cuerpo.
d) Ideas delirantes persistentes de otro tipo que no son adecuadas a la cultura
del individuo o que son completamente imposibles, tales como las de
identidad religiosa o política, capacidad y poderes sobrehumanos (por
ejemplo, de ser capaz de controlar el clima, de estar en comunicación con
seres de otros mundos).
e) Alucinaciones persistentes de cualquier modalidad, cuando se acompañan
de ideas delirantes no estructuradas y fugaces sin contenido afectivo claro,
o ideas sobrevaloradas persistentes, o cuando se presentan a diario
durante semanas, meses o permanentemente.
f) Interpolaciones o bloqueos en el curso del pensamiento, que dan lugar a un
lenguaje divagatorio, disgregado, incoherente o lleno de neologismos.
g) Manifestaciones catatónicas, tales como excitación, posturas características
o flexibilidad cérea, negativismo, mutismo, estupor.
h) Síntomas "negativos" tales como apatía marcada, empobrecimiento del
lenguaje, bloqueo o incongruencia de la respuesta emocional (estas últimas
habitualmente conducen a retraimiento social y disminución de la
competencia social). Debe quedar claro que estos síntomas no se deban a
depresión o a medicación neuroléptica.
i) Un cambio consistente y significativo de la cualidad general de algunos
aspectos de la conducta personal, que se manifiestan como pérdida de
interés, falta objetivos, ociosidad, estar absorto y aislamiento social.

Pautas para el diagnóstico


Presencia como mínimo de un síntoma muy evidente o dos o más si son menos
evidentes, de cualquiera de los grupos uno a cuatro, o síntomas de por lo menos
dos de los grupos referidos entre el cinco y el ocho, que hayan estado claramente
presentes la mayor parte del tiempo durante un período de un mes o más.

El diagnóstico de esquizofrenia no deberá hacerse en presencia de síntomas


depresivos o maníacos relevantes, a no ser que los síntomas esquizofrénicos
antecedieran claramente al trastorno del humor (afectivo). Si los síntomas de
trastorno del humor y los esquizofrénicos se presentan juntos y con la misma
intensidad, debe recurrirse al diagnóstico de trastorno esquizoafectivo, aun cuando
los síntomas esquizofrénicos justificaran por sí solos el diagnóstico de
esquizofrenia. Tampoco deberá diagnosticarse una esquizofrenia en presencia de
una enfermedad cerebral manifiesta o durante una intoxicación por sustancias
psicotropas o una abstinencia a las mismas. Los trastornos similares que se
presentan en el curso de una epilepsia o de otra enfermedad cerebral deberán

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codificarse de acuerdo con la categoría F06.2 y aquellos inducidos por sustancias
psicotropas como F1x.5.

Esquizofrenia catatónica
Presencia de trastornos psicomotores graves, que varían desde la hipercinesia al
estupor o de la obediencia automática al negativismo. Durante largos períodos de
tiempo pueden mantenerse posturas y actitudes rígidas y encorsetadas. Otra
característica llamativa de este trastorno es la excitación intensa.

Pautas para el diagnóstico


Deben satisfacerse las pautas generales para el diagnóstico de esquizofrenia.
Pueden aparecer síntomas catatónicos aislados y transitorios en el contexto de
cualquier otro tipo de esquizofrenia. Para el diagnóstico de esquizofrenia
catatónica deben predominar en el cuadro clínico uno o más de los siguientes
tipos de comportamiento:

a) Estupor (marcada disminución de la capacidad de reacción al entorno y


reducción de la actividad y de los movimientos espontáneos) o mutismo.
b) Excitación (actividad motriz aparentemente sin sentido, insensible a los
estímulos externos).
c) Catalepsia (adoptar y mantener voluntariamente posturas extravagantes e
inadecuadas).
d) Negativismo (resistencia aparentemente sin motivación a cualquier
instrucción o intento de desplazamiento o presencia de movimientos de
resistencia).
e) Rigidez (mantenimiento de una postura rígida contra los intentos de ser
desplazado).
f) Flexibilidad cérea (mantenimiento de los miembros y del cuerpo en posturas
impuestas desde el exterior).
g) Obediencia automática (se cumplen de un modo automático las
instrucciones que se le dan) y perseveración del lenguaje.

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Incluye:

 Estupor catatónico.
 Catalepsía esquizofrénica.
 Catatonía esquizofrénica.
 Flexibilidad cérea esquizofrénica.

Criterios diagnósticos del DSM-IV


Esquizofrenia
A Síntomas característicos: Dos (o más) de los siguientes, cada uno de ellos
presente durante una parte significativa de un período de 1 mes (o menos si ha
sido tratado con éxito):

(1) Ideas delirantes


(2) Alucinaciones
(3) Lenguaje desorganizado (p. ej., descarrilamiento frecuente o
incoherencia)
(4) Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado
(5) Síntomas negativos, por ejemplo, aplanamiento afectivo, alogia o
abulia

Nota: Sólo se requiere un síntoma del Criterio A si las ideas delirantes son
extrañas, o si las ideas delirantes consisten en una voz que comenta
continuamente los pensamientos o el comportamiento del sujeto, o si dos o más
voces conversan entre ellas.

B. Disfunción social/laboral: Durante una parte significativa del tiempo desde el


inicio de la alteración, una o más áreas importantes de actividad, como son el

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trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están
claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno (o, cuando el inicio es
en la infancia o adolescencia, fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de
rendimiento interpersonal, académico o laboral).

C. Duración: Persisten signos continuos de la alteración durante al menos 6


meses. Este período de 6 meses debe incluir al menos 1 mes de síntomas que
cumplan el Criterio A (o menos si se ha tratado con éxito) y puede incluir los
períodos de síntomas prodrómicos y residuales. Durante estos períodos
prodrómicos o residuales, los signos de la alteración pueden manifestarse sólo por
síntomas negativos o por dos o más síntomas de la lista del Criterio A, presentes
de forma atenuada (p. ej., creencias raras, experiencias perceptivas no
habituales).

D. Exclusión de los trastornos esquizoafectivo y del estado de ánimo: El


trastorno esquizoafectivo y el trastorno del estado de ánimo con síntomas
psicóticos se han descartado debido a: 1) no ha habido ningún episodio depresivo
mayor, maníaco o mixto concurrente con los síntomas de la fase activa; o 2) si los
episodios de alteración anímica han aparecido durante los síntomas de la fase
activa, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos
activo y residual.

E. Exclusión de consumo de sustancias y de enfermedad médica: El trastorno


no es debido a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una
droga de abuso, un medicamento) o de una enfermedad médica.

F. Relación con un trastorno generalizado del desarrollo: Si hay historia de


trastorno autista o de otro trastorno generalizado del desarrollo, el diagnóstico
adicional de esquizofrenia sólo se realizará si las ideas delirantes o las
alucinaciones también se mantienen durante al menos 1 mes (o menos si se han
tratado con éxito).

Esquizofrenia Catatónica
La característica principal del tipo catatónico de esquizofrenia es una marcada
alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad, actividad motora excesiva,
negativismo extremo, mutismo, peculiaridades del movimiento voluntario, ecolalia
o ecopraxia. La inmovilidad puede manifestarse por catalepsia (flexibilidad cérea)
o estupor. Aparentemente, la actividad motora excesiva carece de propósito y no
está influida por estímulos externos. Puede haber un negativismo extremo que se
manifiesta por el mantenimiento de una postura rígida en contra de cualquier
intento de ser movido o por la resistencia a todas las órdenes que se den. Las
peculiaridades del movimiento voluntario se manifiestan por la adopción voluntaria

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de posturas raras o inapropiadas, o por realizar muecas llamativas. La ecolalia es
la repetición patológica, como lo haría un loro o aparentemente sin sentido, de una
palabra o frase que acaba de decir otra persona. La ecopraxia consiste en la
imitación repetitiva de los movimientos de otra persona. Otras características
serían las estereotipias, manierismos y la obediencia automática o la imitación
burlona. Durante el estupor o la agitación catatónica graves, el sujeto puede
requerir una cuidadosa supervisión para evitar que se cause daño a sí mismo o a
otras personas. Hay riesgo potencial de malnutrición, agotamiento, hiperpirexia o
autolesiones. Para diagnosticar este subtipo, el cuadro debe cumplir en primer
lugar todos los criterios para la esquizofrenia y no ser más explicable por otras
presuntas etiologías: inducción por sustancias (p. ej., parkinsonismo inducido por
neurolépticos), enfermedad médica, o episodio maníaco o depresivo mayor.

Un tipo de esquizofrenia en el que el cuadro clínico está dominado por al menos


dos de los siguientes síntomas:

(1) Inmovilidad motora manifestada por catalepsia (incluida la flexibilidad cérea)


o estupor
(2) Actividad motora excesiva (que aparentemente carece de propósito y no
está influida por estímulos externos)
(3) Negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a todas las
órdenes o mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de
ser movido) o mutismo
(4) Peculiaridades del movimiento voluntario manifestadas por la adopción de
posturas extrañas (adopción voluntaria de posturas raras o inapropiadas),
movimientos estereotipados, manierismos marcados o muecas llamativas
(5) Ecolalia o ecopraxia

Codificación del curso de la esquizofrenia en el quinto dígito:


 .x2 Episódico con síntomas residuales interepisódicos
 .x3 Episódico con síntomas residuales no interepisódicos
 .x0 Continuo
 .x4 Episodio único en remisión parcial
 .x5 Episodio único en remisión total
 .x8 Otro patrón o no especificado
 .x9 Menos de 1 año desde el inicio de los primeros síntomas de fase activa

Signos
En determinados momentos el esquizofrénico en general, dice cosas inesperadas
o aparentemente carentes de sentido, y es que el paciente ha perdido la
capacidad de pensar con claridad y de forma ordenada. Puede oír, y a veces
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incluso ver, cosas que no existen como ruidos o voces. Es posible que le digan
cosas desagradables y que él les conteste. En ocasiones le pueden dar
instrucciones para que haga cosas que se sentirá obligado a obedecer. El
paciente puede perder la capacidad de sentir las emociones adecuadas en cada
momento, riéndose de una mala noticia o llorando cuando los demás ríen. Es
posible que tenga períodos de gran agitación e hiperactividad y que no admita
tener ningún problema. Puede preferir estar solo y no mostrar interés por ninguna
actividad. Puede dormir mucho y negarse a levantarse por la mañana. Y es
probable que surjan peleas sobre el tema de su aseo personal; quizá no se bañe,
no se peine ni se lave los dientes. Pero, cada individuo es distinto y también lo
será el modo en que le afecte la enfermedad. (Kuipers E., Leff J., Lam D., 2004)

Desarrollo psicodinámico
Desde una perspectiva psicodinámica, puede afirmarse que en la psicosis
esquizofrénica hay un Yo débil y frágil, déficit originado en una escisión profunda y
temprana. Ante situaciones de estrés, ante una situación imposible de afrontar
este yo puede sucumbir y fragmentarse.

Entonces, cuando el marco contenedor se quiebra, ese Yo, armado sobre una
escisión, se fragmenta. Como defensa para salvarse de esa situación de
alienación total, la percepción se divide en múltiples partes.

Ante esa fragmentación también se fragmenta el cuerpo y aparecen los delirios:


“Ese farol me mira”, “Mi vecina me va a matar con un cuchillo”, “Hay cámaras
escondidas en toda la clínica”, etc. Esta fragmentación del Yo se da como
mecanismo de defensa. Se necesita el uso de defensas muy primitivas:
idealización, denigración, negación masiva (repudio según Freud), negación
desmentida, identificación proyectiva masiva (no hay diferenciación, hay un
vínculo inidentificado, se proyecta en el otro lo no aceptable).

El psicótico se mantiene alejado de la realidad, porque su déficit simbólico hace


que no pueda aceptarla. Su superyó le demanda de manera imposible de
conformar, es agresivo y fuerte por ser primitivo. Las pulsiones del Ello son

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indiferenciadas y primitivas, masivas, sin límites, sin modulación. 1 (Millon, T.,
1998).

Freud dijo que en la esquizofrenia, la regresión llegaba a la etapa oral primaria y


que la mayoría de los síntomas se debían al esfuerzo de la libido por retornar a los
objetos, es decir, a una tentativa de curación pero que este retorno de la libido se
debía a una falla de la represión, lo que ocasionaba ansiedad creciente yoíca. O
sea, que el curso de la enfermedad depende del balance entre las fuerzas que
luchan por retirar la energía libidinosa de los objetos y las que luchan por retornar
la energía libidinosa a ellos. Por tanto, se dice que el esquizofrénico ha regresado
al narcisismo, ha perdido la relación con sus objetos, se ha desprendido de la
realidad, su yo se ha fragmentado y hoy podemos decir que su self ha perdido la
cohesión. El Yo ha recibido toda la energía psíquica retirada de los objetos, lo que
explica también el narcisismo patológico, su extrema grandiosidad y egocentrismo.

Él también señaló que la diferencia entre la conducta normal y la patológica era


más cuantitativa que cualitativa y él nunca dejó de lado los factores
constitucionales en la conducta, como puede verse cuando describió las llamadas
series complementarias, o sea que la separación entre lo normal y lo patológico no
es tan tajante como antes se decía, y las manifestaciones anormales de la mente,
constituyen solo una exageración de las normales pero sin diferir en su esencia.
Como lo expresa el dicho popular “de músico, poeta y loco, todos tenemos un
poco”. Para corroborar lo anterior, Laverde-Rubio habla del núcleo psicótico en
personas clínicamente no psicóticas y describe este núcleo como “primitivo,
originario, disociado, excluido, de cierre perceptual, que ataca el vínculo y
destruye las relaciones, no simbólico y a-verbal” y que para alcanzarlo es
necesario usar otros tipos de relación terapéutica diferente de los hasta ahora
empleados. Habría que valerse del núcleo psicótico del terapeuta para
comunicarse con el del paciente y poder efectuar los cambios que se buscan.

Lo opuesto a este momento de apertura narcisística que tiende a crear un mundo


propio, sería la introversión patológica. Según Bleuler (autor del término
esquizofrenia) citado por Resnik, éste es un replegamiento autístico del Yo frente
a una situación de peligro, lo cual debe respetarse, ya que exigirle u obligar a un
paciente autista a abrirse a la comunicación significa para él exponerlo a graves
riesgos, ya que su conducta es una manera de protegerse mediante esta coraza.
Resnik da el ejemplo de un paciente autista a quien se le dice “hable, lo escucho”
él paciente después de un largo rato se levanta y abre una ventana con la
intención de arrojarse al vacío. Acá el hablar, indiferenciado del actuar
(pensamiento concreto, evocación simbólica) es sinónimo de lanzarse al mundo.
Emitir sonidos, pronunciar palabras, es salir, asumir el peligro de caer, perderse en
1
Millon, T. (1998). Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV. Barcelona: Masson

16
el espacio abierto, simbólicamente. La posición existencial de cierre así como el
repliegue y retracción del yo frente al mundo exterior, constituiría una defensa
ineludible en cierto momento de nuestra evolución personal. El concepto de vacío
interior proyectado al exterior se traduce como un mundo desprovisto de sentido o
concepción nihilista del mundo. La oposición negativista sería una forma
patológica, compleja, elaborada, de agregar a la posición autista una demostración
en negación (negativismo catatónico) a no expresarse a través del cuerpo, ya que
en la esquizofrenia el lenguaje del cuerpo, de las posiciones del mismo, de los
gestos, se convierte en un modo de lenguaje plástico. (Álvarez, A. 2007)

Modelos de Tratamiento

Psicoterapia
En principio, todo enfermo, orgánico, psicosomático, mental, ligero o grave,
requiere una psicoterapia. Como enfermo, es ansioso por definición. La ansiedad
se halla en el corazón del hombre y trata de imponerse con motivo de cualquier
trastorno de la salud. Hay que devolver al enfermo la confianza en sí mismo y en
su curación. La psicoterapia debería adaptarse a cada caso, ser individual;
concierne a la enfermedad en curso y a las causas de la ansiedad. (Heuyer G.,
1978)

Psicoanálisis
A partir de Freud, la psicoterapia ha adquirido otro aspecto. El psicoanálisis
plantea un principio previo: el origen psicogenético de la esquizofrenia. Se trata de
una psicoterapia profunda, ya esbozada por Pierre Janet y que ha llegado a ser
todo un sistema cuya ortodoxia se ha modificado según las tendencias de cada
psicoanalista, pero que representa un sistema teórico general, con múltiples
aplicaciones específicas.

En conjunto, la psicoterapia profunda se propone descubrir los conflictos afectivos


antiguos, los cuales se hallan ligados a síntomas mórbidos, que han sido
reprimidos en el inconsciente. Lo esencial es permitir al enfermo que se exprese
libremente y descubra por sí mismo una solución a sus problemas. El papel del
analista no es el de aconsejar, ni el de ordenar, todo lo más puede intervenir para
dirigir la exposición del enfermo y recoger algún pasaje significativo, ante el cual
podrá solicitar una explicación.

El tratamiento psicoanalítico puede articularse con el tratamiento farmacológico, a


condición de que éste no comporte trastornos motrices extrapiramidales. La
liberación de las ideas delirantes, de las alucinaciones y de las manifestaciones
catatónicas hace más fácil el contacto efectivo entre médico y enfermo, entre

17
“cuidador y cuidado”. La práctica demuestra que esta transferencia o transposición
efectiva puede tener graves consecuencias. En cambio, es de desear, si se
preocupa, promover en el enfermo mayor confianza hacia su médico. (Heuyer G.,
1978)

Psicodrama
El psicodrama es el tratamiento por excelencia con pacientes mentales en
hospitales psiquiátricos. La base de todo psicodrama es el calentamiento, o sea, la
integración del director con los pacientes y de los pacientes entre sí.

Ya sea que se integre el terapeuta a las actividades programas y ejercicios físicos


todos los días, o que hable con cada uno por lo menos 15 o 20 minutos al día y
luego los junte en la sesión psicodramática. El calentamiento inmediato en una
sesión puede consistir en pedir a un paciente que dirija un canto o inicie un baile o
cualquier otra actividad para la que sea capaz como brincar o gritar. Es decir, en
palabras sencillas, hay que meter al paciente en el centro de acción y actuar una
situación, ya sea que impele a sus delirios o a situaciones pasadas, tienen en
cuenta la colaboración de todos los que están en la sesión para realizar este
psicodrama a fin de realizar un cambio o mejora en la actitud de quien está en el
centro de acción. Y al final una retroalimentación.

Una técnica usada con pacientes catatónicos es la de hacer el doble


psicodramático, imitando sus gestos y además añadiendo algunas expresiones
verbales interpretando lo que ellos pudieran estar imaginando. Cuando se da en el
clavo, los pacientes dejan su estupor catatónico y se comunican con el terapeuta a
través de la vista y de algunas palabras como si este fuera otro paciente que
estaba viendo o ilusionando lo mismo que ellos o lo aceptan como el ser
imaginario con quien estaban platicando. 2 (Ramírez A., 1987).

El psicodrama de Moreno es un método interesante, más desde el punto de vista


del diagnóstico que del tratamiento. El comportamiento de cada sujeto, en su
papel psicodramático, caracteriza sus posibilidades de intercambio interpersonal y
permite realizar un diagnóstico con rapidez, ya sea de esquizofrenia, de manía, de
depresión o de estado obsesional. En cuanto al tratamiento, es un juego; interesa,
pero carece de acción curativa. (Heuyer G., 1978)

Terapia Familiar Sistémica


El “cómo” vivir, se manifiesta a través de una herencia familiar, a la formulación,
elaboración y ejecución de normas que generalmente no tienen nada de
flexibilidad, y son repetitivas, al mismo tiempo que enfermizas.

2
Ramírez A., (1987) Psicodrama; Teoría y práctica. DIANA TECNICO. México. Pgs 243-247

18
En la familia se requiere por naturaleza de la aceptación, del reconocimiento, pero
por desgracia, no se obtiene por parte de los integrantes, por una simple razón: el
miedo a la vulnerabilidad, a sentirse menos que el otro, a mostrar los verdaderos
sentimientos, etc. Entonces esto lo llevamos arrastrando con la nueva pareja, y es
en donde surge el juego del miedo al rechazo, del crecimiento del ego, de los
clásicos problemas familiares.

Generalmente se escoge a un compañero de vida “difícil”, y se dice difícil, porque


es como se ha acostumbrado a vivir, a repetir los patrones, a querer recibir la
descalificación, para luego reforzar la conducta y generar el círculo vicioso de
demostrar lo mejor.

Como seres humanos, y como terapeutas caemos en el error del prejuicio, de la


comunicación solamente lingüística, pasando muchas veces por alto la meta-
comunicación, se sugiere entonces sustituir durante las discusiones el verbo
“parecer” por el verbo” mostrar”. Por ejemplo: “el señor Rossi padre nos muestra
en sesión un sutil interés erótico por su hija”.

El juego esquizofrénico y homeostasis son sinónimos dentro de la interacción de la


pareja, hay cierta tendencia a la lucha por el poder de cada integrante, el poder
conquistar el control algún día, una parte importante de este juego de pareja, es
lograr que no haya vencidos ni vencedores.

El modelo con más ventajas de crecimiento es la comunicación complementaria,


esta nos da la pauta de retroalimentación, de igualdad, a diferencia de la simétrica.

Sólo una posición bien definida permite ya la meta-comunicación, ya el abandono


del campo, o sea la redefinición de la relación. Sólo es posible redefinir una
relación luego que tal relación se haya definido claramente.

Debe tenerse en cuenta la primera interacción con la familia, esta constituye la


llamada telefónica, en la cual debe hacerse la ficha del mismo nombre para leerla
y obtener datos relevantes si así se requiere después.

El punto importarte a tratar después es la manera en cómo está divida la sesión


terapéutica, esta está formada por cinco partes, las cuales son:

1. La precesión: En esta etapa los terapeutas se reúnen en equipo para leer


la ficha, o acta de sesiones precedentes.
2. La sesión: Los terapeutas conducen el diálogo con la familia, se observa la
fenomenología y se pide más información de la familia. Aquí los terapeutas
se abstienen tanto de revelar a la familia los fenómenos observados, como
de emitir valoraciones y juicios. Retienen todo, como guía para la
intervención final.
19
3. La discusión de la sesión: en esta tercera parte los terapeutas y los
observadores discuten la sesión y deciden como concluirla.
4. La conclusión de la sesión: Los terapeutas vuelven para la conclusión de
la sesión, que consiste generalmente en un breve comentario o en una
prescripción. Se sugiere un número de diez sesiones con un intervalo de
cerca de un mes, posteriormente repetir el ciclo a otras diez sesiones más,
no excediendo este número.
5. El acta de la sesión: Después de despedirse de la familia, el equipo se
reúne nuevamente para discutir las reacciones observadas al cierre de la
sesión, formular previsiones y redactar finalmente un acta de la sesión,
donde sintetizan sus elementos esenciales. (Selvini M., 1991)

Terapia Cognitivo Conductual


Es una intervención psicológica específica que estimula al paciente a establecer
relaciones entre sus pensamientos, sentimientos o acciones en relación a
síntomas actuales o pasados.

Permite a los destinatarios reevaluar sus percepciones, creencias o razonamientos


ligados al objetivo diana. Implica, al menos, una de los siguientes acciones: a)
monitorización de los pensamientos, sentimientos o conductas en relación a los
síntomas; b) promoción de vías alternativas de afrontamiento de los síntomas; c)
reducción del estrés.

Existe evidencia científica sobre cómo la duración y/o el número de sesiones de la


TCC pueden influir en la eficacia del tratamiento. Así, algunos estudios sugieren
que en el tratamiento de personas con esquizofrenia la TCC que consta de menos
de diez sesiones o tiene una duración inferior a tres meses produce una leve
mejoría en síntomas depresivos comparada con el tratamiento estándar, pero no
se produce una mejoría en los síntomas psicóticos. En este sentido, hay cierta
evidencia científica que sugiere que la TCC de más de seis meses de duración y
que incluye más de diez sesiones, consigue mejorar el estado mental, comparada
con otras intervenciones.

Diversas intervenciones TCC, tanto a nivel familiar para mejorar la comunicación,


resolución de problemas y afrontamiento de las crisis en el domicilio, como a nivel
individual para el manejo de los síntomas residuales y la discapacidad, integradas
en un abordaje que además incluya tratamiento farmacológico y gestión de casos,
proporcionan mejores resultados.

Los psiquiatras pueden aplicar los principios de la terapia cognitiva en el


tratamiento de la esquizofrenia aun cuando estén proporcionando únicamente

20
gestión de la medicación. Dentro de la gestión de la medicación, la terapia
cognitiva puede mejorar el tratamiento de diversas maneras. Puede

1. Facilitar la comunicación entre el paciente y el psiquiatra


2. Mejorar la introspección del paciente
3. Mejorar el cumplimiento de la medicación
4. Reducir la severidad de los síntomas psicóticos

La terapia cognitiva se ha recomendado como forma de tratamiento, sobre todo


para los pacientes resistentes al tratamiento.

Uno de los principios de la terapia cognitiva para el tratamiento de la esquizofrenia


es que las alucinaciones y delirios del paciente pueden reflejar pensamientos
automáticos y/o basarse en ellos; es decir, pueden reflejar las ideas del paciente.
En algunos casos pueden existir modos en los que una paciente comunica sus
necesidades y sus deseos, pero sólo si la comunicación se interpreta como tal.

Merece la pena explorar el contenido de las voces, en parte preguntando a los


pacientes si creen lo que dicen las voces y en qué medida lo creen.

Uno de los objetivos del empleo de la TCC en el tratamiento de la esquizofrenia es


mejorar la introspección. Este objetivo se puede alcanzar, en parte, educando al
paciente acerca de la esquizofrenia como enfermedad psiquiátrica. Al principio
debe procurarse determinar qué visión tiene el paciente de los síntomas psicóticos
y de la esquizofrenia, para poder desarrollar después un plan de trabajo con el
paciente de manera colaborativa para construir modelos alternativos de cómo se
pueden conceptualizar los síntomas y la enfermedad. (Ministerio de Sanidad y
Consumo 2009)

21
Psicofarmacología

Las benzodiacepinas.
Esta es una clase de fármacos que actúan como tranquilizantes. Estos se utilizan
regularmente para tratar la ansiedad, por lo que también se les nombra
medicamentos contra la ansiedad. Las benzodiacepinas son generalmente el
medicamento de elección para la esquizofrenia catatónica. El medicamento es de
acción rápida y se puede administrar por vía intravenosa, esta se inyecta en una
vena, esta tal vez sea la única manera de que el paciente salga del estado
catatónico. La benzodiacepina ayuda a aliviar los síntomas catatónicos
rápidamente. Existe un riesgo de dependencia si se usan durante un largo tiempo.

Los barbitúricos.
Estas drogas actúan como depresores, sus efectos pueden variar desde leve
sedación a la anestesia total. En pocas palabras, son sedantes y tienen un efecto
similar a las benzodiacepinas. Los barbitúricos pueden aliviar rápidamente los
síntomas de catatonia. Si se utiliza durante mucho tiempo existe el riesgo de
dependencia. Este medicamento no se utiliza rutinariamente para el tratamiento de
la esquizofrenia catatónica.

Los antidepresivos y los medicamentos estabilizadores del estado de ánimo.


Las personas con esquizofrenia catatónica a menudo tienen otros problemas de
salud mental, como la depresión y agresividad.

Los medicamentos antipsicóticos.


Estos se utilizan generalmente para la esquizofrenia. Como los antipsicóticos
pueden empeorar los síntomas catatónicos, no se utilizan generalmente para los
pacientes con esquizofrenia catatónica.

22
Terapia electro convulsiva
La terapia electro-convulsiva (TEC) es siempre un tratamiento de segunda
elección en la esquizofrenia, indicado tras el fracaso de los antipsicóticos; las
indicaciones más frecuentes son: esquizofrenia catatónica, casos graves que
cursan con intensa agitación y/o desorientación, contraindicación de antipsicóticos
(por la posibilidad de causar síndrome neuroléptico maligno), depresión
secundaria y trastornos esquizoafectivos resistentes.

La TEC unilateral se ha mostrado tan eficaz como la bilateral, y parece causar un


deterioro cognitivo menor.

Por su parte, no se ha estudiado adecuadamente la eficacia de la TEC como


tratamiento de mantenimiento. Sin embargo, cabe considerar este empleo en el
caso de un paciente que responda a la TEC y en el que la profilaxis farmacológica
sola haya resultado ineficaz o no sea bien tolerada.

Tres revisiones sistemáticas sobre la efectividad de la TEC sugieren que puede


ser considerada una opción terapéutica combinada con fármacos antipsicóticos,
particularmente cuando se desea una reducción sintomática rápida y una mejoría
global. Sin embargo, en opinión de Thayran, dicha mejoría podría serlo tan sólo a
corto plazo no siendo clara la evidencia para refutar su utilización. Después de
más de cinco décadas de utilización clínica se mantienen muchas preguntas sin
respuesta sobre su papel en el manejo de personas con esquizofrenia. (Ministerio
de Sanidad y Consumo 2009)

Psicoeducación
Es una aproximación terapéutica que no se identifica con un único modelo teórico.
Proporciona a pacientes y familiares información específica acerca de la
enfermedad y entrenamiento en técnicas para afrontar los problemas que de ella
se derivan. Su objetivo es mejorar la calidad de vida del paciente y de los

23
cuidadores creando ambientes con muy bajo nivel de estrés, disminuyendo la
probabilidad de recaída y carga familiar, y proporcionando información sobre el
trastorno.

La psicoeducación ha demostrado su eficacia en la mejora del cumplimiento tera-


péutico. A pesar del desarrollo de fármacos efectivos en el tratamiento de los
síntomas de la esquizofrenia, la no adherencia al tratamiento se da en más del
50% de los casos. La psicoeducación puede mejorar el conocimiento del trastorno
pero hay hallazgos ambiguos en relación con que aumente la adherencia al
tratamiento si no se acompaña también del desarrollo de estrategias
motivacionales y conductuales para seguir la prescripción correctamente.

El diagnóstico de esquizofrenia a menudo es difícil de aceptar por el paciente y


sus familiares, especialmente en el inicio de la enfermedad, cuando el diagnóstico
puede ser incierto. Aportar información sobre las causas y efectos de la dolencia
así como sobre sus posibilidades de recuperación, facilita el rol activo del paciente
y su entorno favoreciendo la alianza terapéutica y la implicación en el proceso
terapéutico.

Aunque la información es un derecho del paciente y sus familiares, hay que


proporcionarla de acuerdo con las necesidades de los mismos, y del momento
evolutivo del trastorno.

En los últimos años se han desarrollado cada vez más programas de grupo
sistemáticos, con el fin de hacer que el conocimiento sea más asequible para los
pacientes y sus familiares. (Ministerio de Sanidad y Consumo 2009)

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Rehabilitación Cognitiva
Las personas con esquizofrenia sufren, en diferentes grados, dificultades
cognitivas que afectan a sus capacidades de procesamiento de información,
atención, memoria, funcionamiento ejecutivo y planificación. Los déficits
cognitivos, a menudo, están relacionados con la sintomatología negativa y
parecen tener implicaciones en su funcionamiento cotidiano, además de reducir el
aprovechamiento de los recursos terapéuticos psicosociales.

Las disfunciones cognitivas están presentes desde el inicio de la enfermedad. Con


base en la evidencia científica disponible se ha sugerido que los déficits cognitivos
constituyen una característica fundamental de la esquizofrenia, hecho que
justificaría su inclusión en los criterios diagnósticos de esta enfermedad.

El tratamiento de rehabilitación cognitiva se define como una intervención


focalizada en los niveles más básicos de las funciones cognitivas (atención,
memoria y funciones ejecutivas), que tiene como objetivo mejorar el rendimiento
de dichas funciones específicas. Es un instrumento que posibilita una mejoría del
funcionamiento cognitivo deficitario, una reducción del hipofuncionalismo cerebral,
un aumento de la autonomía personal y una mejoría del funcionamiento
psicosocial de los pacientes con esquizofrenia con mejor pronóstico.

Existen diferentes tipos de intervenciones para la rehabilitación cognitiva, que


pueden llevarse a cabo de manera individual y/o grupal y que implican,
generalmente, una o varias de las tres estrategias siguientes:

- Estrategias de restauración, en la que el objetivo es reducir el déficit cognitivo


subyacente.

- Estrategias de compensación, que apunta a ayudar al paciente a compensar el


déficit cognitivo.

- Estrategias ambientales, que consiste en utilizar estrategias en el entorno social


del paciente, como por ejemplo recordatorios externos (etiquetas, objetos o
instrumentos electrónicos), que avisen o recuerden las conductas requeridas en
una determinada actividad social de la vida diaria20 con el fin de disminuir el
impacto del déficit cognitivo. (Ministerio de Sanidad y Consumo 2009).

25
Entrenamiento de habilidades Sociales
Las habilidades sociales se definen como aquellas conductas que resultan
eficaces en la interacción social. Incluyen diversos aspectos, como la
comunicación verbal y no verbal, la autoconciencia de sentimientos internos y de
las actitudes, la percepción del contexto, la capacidad de respuestas adaptadas y
el refuerzo social.

La intervención, que requiere una evaluación conductual de las habilidades


interpersonales, puede ser grupal o individual y tiene como objetivos reducir el
estrés y las dificultades en las relaciones sociales e incrementar las capacidades
de afrontamiento de situaciones de interacción social. Para llevar a cabo este
conjunto de intervenciones, se emplean técnicas conductuales o técnicas de
aprendizaje que permiten a los pacientes adquirir unas habilidades instrumentales
necesarias para las relaciones con los demás y el afrontamiento de los problemas
en la vida comunitaria.

Se han descrito diferentes efectos asociados al entrenamiento en habilidades


sociales: mejora las habilidades para una vida independiente; asociada con una
psicoterapia grupal de mayor duración reduce los síntomas; mejora las habilidades
para el manejo de la medicación y los síntomas.

De acuerdo con el esquema descrito por Bellack y Mueser, y referenciado por


Bustillo y colaboradores, existen tres modalidades diferentes de entrenamiento en
habilidades sociales:

26
 Modelo básico− (Motor Skills Model), en el que las conductas sociales
complejas son fraccionadas en pasos mucho más sencillos susceptibles de
ser recogidos a través del aprendizaje mediante la escenificación (role
playing).
 Modelo de resolución de problemas sociales− que se centra en las
áreas que deben cambiar, incluyendo el manejo de la medicación, los
síntomas, el tiempo libre, los niveles básicos de conversación y el cuidado
personal. Cada área es abordada pedagógicamente como parte de un
módulo con la finalidad de corregir los déficits de las capacidades receptiva,
de procesamiento y emisora.
 Modelo de resolución cognitiva− que consiste en una intervención grupal
donde el proceso de aprendizaje corrector se centra, de entrada, en las
alteraciones cognitivas más básicas, como la atención y la planificación.

Se ha podido determinar que el entrenamiento en habilidades sociales comporta


mejores resultados en la interacción social y también en la sintomatología, el
funcionamiento social y la calidad de vida, comparado con los cuidados
estándares o con la terapia ocupacional. (Ministerio de Sanidad y Consumo 2009).

27
Aportació n Personal
Estaría de más parafrasear todo lo que ya se ha dicho en este trabajo. Pero sí hay
que decir que se aprendió mucho. Por principio de cuentas, jamás creí que tantos
tratamientos sirvieran y de manera tan efectiva a la esquizofrenia catatónica, y
mucho menos creí que la psicodinamia en realidad hiciera menos que las demás,
yo de verdad la consideraba la mejor. Tampoco sabía que hubiera subtipos de
esta esquizofrenia catatónica, y hasta me sugirieron una idea, pero antes de
hablar de ella, vale la pena preguntarse primero “¿Si todos describen tan bien la
esquizofrenia catatónica y sus síntomas, por qué nadie explica por qué se dan
estos?” Es decir, siempre se habla del origen de la esquizofrenia y de muchos de
sus síntomas, pero nunca de este subtipo. Sin embargo, cuando se habla de
síntomas como el mutismo, lo explican como un embotamiento, como si todo el
pensamiento se agolpara y de repente el paciente ya no quisiera ni producir un
simple sonido. Creo que lo mismo pasa con respecto al movimiento. Es como si
echaran todo su pensamiento, su afectividad, sus delirios, su ansiedad, todo a un
embudo, y entonces se atorara. Como si no hubiera modo de salir de ese embudo,
y entonces el paciente se quedara atorado en sus movimientos.

Pensamiento
Problemas
afectivos

Delirios

Estupor
Sería casi como un mecanismo de defensa o como una reacción por default a toda
esta conglomeración de factores estresantes. Pero es sólo una teoría mía, y dada
la poca capacidad e insight que hay en los pacientes con esquizofrenia, es difícil
que nos lo confirmen ellos mismos. Quizá se trate de algún cambio químico

28
produzca diferentes conexiones que envíen la señal de que en “cierta posición” se
está cómodo, quizá no.

Pero creo que, más que todo esto, es importante denotar lo que nos recuerdan
cada uno de los modelos de tratamiento; no estamos tratando una enfermedad o
un subtipo de un síndrome, estamos tratando seres humanos, y por lo mismo,
debemos adaptar cada modelo de tratamiento y cada objetivo a cada individuo en
particular.

Siempre es bello descubrir cuán diferente pueden afectar los mismos síndromes a
diferentes personas, y no es que me guste que sufran, al contrario, creo que es
una forma natural de darle a entender al mundo que todos somos muy diferentes.

29
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Tecnologia i Recerca Médiques. España.

Apellido del autor, primera inicial. Segunda inicial. (Fecha de publicación). Título
de página/Documento (en itálicas). Obtenido en URL.

30
Janssen-Cilag S.A (2013) Esquizofrenia 24x7. Obtenido en
http://www.esquizofrenia24x7.com/tratamiento-esquizofrenia

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