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INTRODUCCIÓN A LOS TTOS.

PSICODINÁMICOS, EXPERIENCIALES, CONSTRUCCTIVISTAS


SISTÉMICOS E INTEGRADORES

TEMA 10 – UUDD III LOS ROLES: PSICODRAMA

1. INTRODUCCIÓN:

El psicodrama es psicoterapia grupal nacida en 1920 a cargo de Jacob Levy Moreno (1889-1974).
En este, el paciente se sumerge en un teatro terapéutico en el que actúa, representa y dramatiza
situaciones relevantes y conflictivas de su vida (roles).

En este formato teatral el terapeuta se convierte en el director del drama, ofrece al paciente un
contexto protegido en el que exteriorizar conflictos y problemas personales. El paciente juega y
ensaya con situaciones y material psíquico de su propia cosecha.

El escenario constituye el lugar en el que representa sus escenas internas y la sucesión de las mis-
mas forma su biografía. El paciente escribe el argumento del guión: “Deberan elaborar su drama
siguiendo la inspiración del momento. Los problemas presentados, sean sus problemas personales
o problemas ficticios, tienen que ser modelados a medida que surgen espontáneamente” (Moreno)

Es un contexto ad hoc, creado para las necesidades del paciente, orientado al diagnóstico y
tratamiento de las mismas, con el fin de que, ayudado por los medios y técnicas del psicodrama,
pueda encontrar una respuesta a su problema y buscar su verdad. Para Moreno el psicodrama es
la ciencia que explora la verdad. Guarda gran paralelismo con la escena teatral y recibe su
formato pero no tienen objetivos comunes.

Moreno es consciente de la capacidad de la obra teatral para incitar sentimientos y provocar la


liberación de carga emocional, tanto en los espectadores como en el propio actor. Constituye una
“sociedad humana en miniatura”, es el armazón en el que las personas, más allá de actuar se des-
cubren ante sí mismas tomando consciencia y modificando los guiones teatrales en los que se en-
cuentra atrapado. El psicodrama, focalizado en la vida real del paciente, constituye una
importante vía para explorar al ser humano y sus vínculos. La espontaneidad inherente contribuye
determinantemente al alejamiento de este último escenario teatral del teatro no terapéutico. Al
desempeñar los roles se introduce en la actuación elementos privados, constitutivos de la
personalidad, y lo que comienza como una escena ficticia toma matices de realidad [...] dando
paso a la vivenciación intensa que borra las fronteras entre pasado y presente, fantasía y realidad
(Rojas-Bermudez, 1997).

Dos de las figuras más relevantes en este campo:


– Portuondo (1985) señala al respecto la catarsis, la reminiscencia transferencial, que posibilita
revivir situaciones infantiles en un contexto protegido, la objetivación de la situación desde los
ángulos implicados en ella, y la experiencia emocional correctiva.
– Blatner (2003) apunta el valor del psicodrama por su ayuda a los pacientes para ser mas crea-
tivos al afrontar problemas estimulando así su potencialidad creativa abandonándose a la im-
provisación.

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2. LA TEORÍA DE J.A. MORENO Y LOS ANTECEDENTES DEL PSICODRAMA

Moreno desarrolló una teoría, una forma de ver al hombre. Estuvo interesado en el estudio de los
grupos y el psicodrama aborda directamente las relaciones interpersonales. Moreno se aparta de
la visión intrapsíquica de su época por otra que incorpora el concepto de rol en la psicología
contemporánea. Según el autor el término rol, unido a su teoría del desarrollo, se sostiene sobre
ciertos estadios. El desarrollo del yo va ligado al de los roles, siendo el rol anterior a elementos
nucleares de la ontogénesis como la aparición del lenguaje o del propio yo. El bebé entra en la
esfera de las interacciones y establece los primeros vínculos entre acción y reacción
experimentando inconscientemente los primeros roles:
“La forma de funcionamiento que asume un individuo en el momento específico en que reacciona
ante una situación específica en la que están involucrados otras personas y otros objetos”

Otros aspectos del rol lo definen como unidad de experiencia sintética en la que se han fundido
elementos privados, sociales y culturales. Moreno indicaba que este “rol” necesita un “contra-rol”
delimitando ambos el núcleo de relaciones siendo la estructura más pequeña considerada,
denominada por él : átomo social.

En el transcurso del crecimiento, el individuo aprende nuevos roles necesarios para optimizar la
capacidad de adaptación al mundo social. Las formas de la interacción, se convierten en patrones
particulares de relación que definen al individuo y marcan su idiosincrasia. Los roles expresan y
permiten visualizar las áreas de funcionamiento ajustado del yo y también las desadaptadas. Un
repertorio insuficiente de roles se convierte en una fuente de problemas para el individuo. Por
tanto el psicodrama constituye un espacio privilegiado para el conocimiento del yo y modificación
y/o aprendizaje de nuevos roles en cuanto que la dramatización se nutre de la puesta en escena
de roles.

Hay que mencionar además que el “rol” y las técnicas derivadas del mismo han tenido una gran
repercusión, siendo Moreno el antecesor de la concepción sistémica interaccional de individuos,
parejas, familias y grupos.

La espontaneidad y la creatividad se erigen para Moreno en claves de una buena salud. Rechaza
patrones estereotipados de la sociedad que apenas deja espacio para ello. Aboga por un ser
humano re-creador de la cultura, inconformista con lo “terminado” y más pendiente de procesos
creativos. La espontaneidad es un tipo de energía que se emplea en el “aquí y ahora”, disposición
para actuar con libertad. Siendo necesaria para catalizar la expresión de la creación. Apter la
describe como “combustible que enciende el fuego del acto creativo en el presente”. Posibilita el
encontrarnos nuevas soluciones y adaptación al medio y a uno.

Ambas son el eslabón que permite a uno transformarse, crecer y desarrollarse o auto-actualizarse.
Por tanto una labor del terapeuta es enseñar a los clientes a ser más espontáneos dentro del
contexto protegido del escenario psicodramático. Apter añade que la visión existencialista
moreniana, necesita de otros dos términos claves: acción y la interacción. Asimismo
espontaneidad y creatividad están vinculados a la catarsis como finalidad de esta teoría. Moreno
lo utiliza en el teatro psicodramático adoptado de la influencia de Aristóteles (De Poetica).
Moreno recoge en su obra Psicodrama , la noción aristotélica de catarsis: “La tarea de la tragedia
es producir, mediante el ejercicio de miedo y la piedad, la liberación de esas emociones”. Hay que

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tener claro que para Moreno, la búsqueda de la catarsis no es mediante la dramatización del actor
en una tragedia terminada; la catarsis se persigue mediante la dramatización espontánea del pro-
tagonista, sin guión preestablecido. El compromiso afectivo – emocional que se adquiere facilita el
nacimiento del nuevo rol, y es por ello, por lo que se incita a la expresión de sentimientos y
emociones (consecuencia de vivencia plena de la actuación donde a veces no se distingue realidad
de ficción)

3. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL PSICODRAMA

Con el psicodrama pasan a ocupar en el ámbito de la psicoterapia un primer orden:


– Importancia del cuerpo y la acción: hasta su llegada la psicoterapia se basaba en métodos
verbales, la acción era perjudicial para el proceso. Moreno introduce el cuerpo en acción,
constituyendose como elemento nuclear. Y es esta acción, medio legítimo y necesario de la
intervención terapéutica. No se desprecia la palabra pero se relega a otro elemento del
discurso transmitido con el cuerpo en acción. El paciente “habla” con los medios disponibles:
movimientos, gestos, expresiones... y la palabra. Estaría supeditada a la acción. También Rojas-
Bermudez indica que “por más rica que sea la descripción, los elementos visuales y espaciales
no pueden ser sustituidos por la palabra”.
1. De cara a la comprensión holística y diagnóstico: la dramatización permite contextualizar
coordenadas espacio-temporales (aquí y ahora) de una determinada situación pasado o futura,
real o imaginada. De cara al diagnóstico la escena recoge cantidad de elementos y detalles de
los que se extraerá los significados importantes para el paciente. Se añade además de la acción
del “actor”, la red social implicada, sus interrelaciones y vínculos multipersonales.
2. El significante y el significado se acercan tanto que abre una perspectiva para el abordaje
terapéutico, no lineal ni sucesiva (verbal) , sino simultánea. Al pasar de narrador a actor, el
relato “in vivo” adquiere matiz tridimensional, y ello dirige hacia lo denominado como
“sintaxis de la acción”. Ello implicará en el terapeuta gran esfuerzo al tener que modificar
pensamientos de tipo verbal y lineal a otros más estructurales y simultáneos. Por tanto, la
focalización del aquí y ahora es relevante pues en el presente descansa la historia pasada y las
anticipaciones y proyectos hechos hoy acerca del futuro próximo o lejano. Se interviene en la
problemática que incide en la dinámica actual de la persona.
Cuando el pasado se trae al presente, el individuo tiene la posibilidad de deshacer las ataduras,
siendo restituida la libertad creadora, se abren vías de solución de problemas y posibilita a dar
otros significados a la situación. Según Apter, “la persona puede explorar e intentar reconciliar
varias partes de su vida”.

– La participación activa del paciente y en relación con ella, la atribución interna que éste hace
de sus logros en el proceso de cambio, son esenciales como elementos psicodramáticos. El
paciente actúa pudiendo llegar a comprender claves, tomar conciencia de contenidos y hechos
olvidados, y percibir nuevas formas de organizar diferentes contenidos. El paciente decide qué
camino seguir arropado y guiado por el director con los recursos humanos y técnicos que este
considera.
Se espera alto grado de implicación y relación por parte del paciente con la realidad. El
psicodrama enfrenta a este con sus temores, invitándole a que los aborde de frente,
encarándose con ellos de un modo decidido, objetivo y fructífero. Además se es independiente
del director o terapeuta.

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– Naturaleza grupal. El hombre es indisociable de los grupos a los que pertenece. Es necesario
contemplar el psiquismo del individuo en referencia a su medio social, la conducta individual
se contextualiza y cobra significado en referencia a otros. “El enfoque centrado en el individuo
inevitablemente lleva, al reconstruir la escena, al contexto social en que se desenvolvió; el
enfoque en el grupo social inevitablemente lleva, al juzgar la escena, a individualizar los
personajes que lo constituyen y a caracterizarlos” (Rojas-Bermudez)
A su vez hablar de grupo y de factores sociales lleva a hablar de rol. La escena se puede definir
como “entramado de relaciones interroles”. Los roles pueden dar vida a aspectos de la esfera
psicológica, del mundo intrapsíquico del paciente referidos a deseos, miedos, acontecimientos
imaginarios o futuros, etc La dramatización puede revivir un diálogo externo como interno,
donde se den dos roles interactuando. Moreno enfatiza en el drama, el que se de como
“extensión de la vida y la acción, más que como su imitación”, así como que la catarsis es fruto
de la red de interrelaciones que se desarrollo a lo largo de las sesión. Del grupo nacen los
contenidos que, aunque dramatizados por un protagonista, reflejan inquietudes grupales,
añadiendo que el mismo grupo se convierte en público que observa la dramatización del pro-
tagonista, sintiendo y padeciendo con éste. Al final el grupo vuelca el material psíquico surgido
de la obra en un acto compartido que puede o no generar nuevas dramatizaciones pero que
en cualquier caso, ayuda al progreso en el proceso de cambio.

4. LOS INSTRUMENTOS DEL PSICODRAMA


4.1. El director

Es el rol del terapeuta. Su grado de dirección cambia según nos situemos en el modelo de Moreno
o bien de versiones anteriores a este. En el de Moreno existe mayor directividad, entrena en esce-
na cuando lo considera para rebatir, atacar, presionar, bromear,... incita a que se vivencie el rol y
venza sus inhibiciones y llegue a escenificar los cambios para la superación. Aún así considera las
ventajas de que este se mantenga un tanto a distancia, para evitar relaciones de transferencia, y
observar y corregir las que se establecen entre el actor y los yo-auxiliares. Ha de hacer una
intervención indirecta (delega en los yo-auxiliares, da órdenes, pone luces y música – Prepara la
dramatización que resalte la problemática) Este no emite juicios ni interpretaciones, emite
comentarios solo para promover reflexiones y estimular el intercambio de vivencias internas: “...
Cada individuo, a traavés de la actuación, puede reevaluar aquello que le parece bueno o no, lo
que es un error o es apropiado...”.

Se convierte en productor, terapeuta y analista. Cualidades del director según Ramirez, 1997
- Espontaneidad, iniciativa y creatividad - Sensibilidad para no herir y menos ridiculizar ideas,
- Respeto y confianza en el protagonista propósitos, ideales y hasta prejuicios del protagonista
- Atención a las señales verbales y no - Disposición a ver y palpar nuevas pautas, principios e
verbales ideales distintos a los suyos.
- Empatía con el protagonista - Integración personal y reconocimiento de su po-
- Sinceridad y autenticidad en su relación tencialidad y de sus limitaciones.

4.2. Los YO- auxiliares

Constituye junto con el director, el equipo terapéutico. Profesionales en psicodrama con


capacidad para desplegar las técnias. Labor en el escenario desempeñando roles en interacción
con el paciente. A este se le instruye con consignas sobre aspectos a tratar. El yo-auxiliar

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materializa en formato escénico las hipótesis del director. Tiene por tanto, doble función,
investigador y terapeuta, además de su función como actor, pues representa en el escenario roles
que se acomodan a las necesidades y exigencias del paciente (roles reales o ficticios) o bien
dramatizar aspectos intrapsíquicos del paciente. Ello implica un esfuerzo en sintonizar y crear un
vínculo efectivo con el protagonista. Se le exige capacidad constante de acomodación a las
necesidades del paciente.

También otros miembros del auditorio pueden actuar como yo-auxiliares. Estos actores
espontaneos carecen de conocimientos técnicos y existe el riesgo de que su actuación no esté
totalmente al servicio del protagonista.Aún con el riesgo de que pudieran darse en un momento
puntual “dos” actores protagonistas en el escenario, Moreno percibía en ello enormes ventajas
puesto que estas personas eran elegidas por el paciente para la dramatización. Cualidades del yo-
auxiliar (Ramirez-1997):
– Integración personal que le capacite a reconocer su problemática personal y familiar a fin de
no confundirla con la del protagonista.
– Sensibilidad para captar el carácter de la persona que representa por las indicaciones del
protagonista.
– Intuición clínica para ver y comprender que debajo de los síntomas y dificultades externas
entre dos o más personas hay, las más de las veces, necesidades insatisfechas que no se
reconocen porque se han reprimido.
– Fe firme y una concisión profunda de la tendencia del protagonista hacia la salud mental e
integración personal.
– Valor y arrojo al representar fielmente las obsesiones, proyecciones e ilusiones del
protagonista.

4.3 El protagonista

Su implicación activa en la dramatización de sus propios dramas contribuye a la comprensión de


sus dificultades y al desarrollo de soluciones a las mismas, convirtiéndose así en el auténtico
protagonista de sus mejoras. Este no expresa únicamente preocupación individual con el resto de
pacientes, sino que representa sobre el escenario un foco problemático común que inquieta al
grupo asistente.

4.4 El escenario

Entorno físico donde se desempeñan los roles de la obra. Podría ser en cualquier sitio donde estu-
viera el paciente, aunque es aconsejable un escenario circular. Se recrea en función de las necesi-
dades del paciente, y su significado psicológico se mantiene al margen de los retoques físicos.

4.5. El público

Auditorio o público está formado por el grupo. Presencia la escena representada. Dado que el
protagonista y el tema a dramatizar emergen del grupo, y a la vez el grupo se ve a sí mismo, el
auditorio lo vive con intensidad, con repercusión emocional que varía en función de cada
individuo desembocando en comentarios, risas o protestas durante la obra.

Es importante que el director atienda a la repercusión de la obra en el público para comprobar

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que no está indiferente o aburrido. Si repercute favorablemente, tras la dramatización emergerán
aportaciones grupales relevantes para le proceso.

5. EL PROCESO DE UNA SESIÓN PSICODRAMÁTICA

Fases que conforman la sesión del psicodrama en grupo: Calentamiento, dramatización y


comentario. Indicar que antes de este momento, el terapeuta ha conocido al paciente y su
problemática en sesiones individuales. Hay entrevistas en las que se realiza un diagnóstico, y se
elabora historia biopatográfica así como historia psicodramática, donde el paciente habla con su
cuerpo de escenas relevantes de su biografía. El terapeuta transmite conclusiones, haciéndole
llegar lo idóneo de someterse a un tratamiento psicodramático (individual o grupal) o bien a otra
terapia.

5.1. Calentamiento
Orientado al desarrollo de la dramatización, fase de preparación donde los miembros del grupo
establecen interacción y se crea clima apto para la expresión de los temas preocupantes. El
director atiende a la cohesión del grupo examinando la red inicial de relaciones y detectando la
existencia de subgrupos, individuos con dificultades para integrarse, o bien situaciones que
requieran reajustes. Se ha de generar clima de confianza que redunde en acción comprometida.

El terapeuta puede comenzar una comunicación bidireccional con los miembros del grupo, pronto
incitará a intervenciones sobre lo que se manifieste de forma individual. Los contenidos significa-
tivos individuales se expandirán al grupo. A esto se le llama calentamiento inespecífico. Varios
participantes pueden ser candidatos para protagonizar la dramatización posterior. Se elegirá al
participante que recoge problemática común y se identifique en alto grado con el grupo. A de
haber consenso en la persona elegida tanto por el grupo como por el director.

El siguiente paso es el calentamiento específico,donde se prepara junto al protagonista las esce-


nas concretas a dramatizar. Se ha de evitar que el paciente vague entre explicaciones indiferentes
y descontextualizadas sobre su problema. Ha de focalizarse sobre ello.

Se solicita la ayuda de los yo-auxiliares, que desarrollarán los roles necesarios. Se les da pauta para
adoptar el rol oportuno,y una vez preparado dará comienzo la obra.

5.2. Dramatización
Se espera la espontaneidad y vivencia del protagonista en su papel desde una actitud de compro-
miso afectivo. La dramatización busca una integración de las experiencias vitales surgidas durante
el desempeño de la obra. Se ha de conseguir la comprensión o insight y además la adquisición de
nuevos roles y la mejora de aquellos deficientes. Del auditorio se espera implicación emocional
que enriquezca la etapa última. Se debe controlar tiempo de escenas y diálogos para que el
público no pierda interés.

5.3. Comentarios
Etapa de enorme relevancia puesto que en esta etapa el protagonismo vuelve al grupo en su con-
junto. Espacio flexible para manifestar la “resonancia” de la obra en ellos. Expresión de vivencias.
Se exige que las expresiones verbales y no verbales sean muestras empáticas y sinceras, en
paralelo con la confianza y apertura depositadas por el protagonista en el escenario. Cada cual

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puede desvelar episodios intrapsíquicos relevantes rescatados durante la observación de la dra-
matización. Este compartir del material personal favorece la dinámica y permite trascender la obra
dramatizadas, así como lograr una visión coordinada del grupo sobre el tema que se ha tratado.

Lo vivido puede ser “semilla” de otra dramatización con nuevos protagonistas. Quien haya vivido
con intensidad la obra, identificado con el protagonista o con el antagonista puede necesitar pasar
a la acción y representar roles sobre el escenario. El énfasis descrito en el intercambio de
experiencias se justifica en buena parte por la búsqueda de la catarsis grupal, uno de los
principales objetivos de la fase de comentarios.

Se restituirá al protagonista al grupo, lo que hace que se sienta comprendido recibiendo muestras
de empatía e identificación. Se ha de evitar el juzgarle o critique, pues no se trata de discurso mo-
ralista sobre la actuación sino de que destape contenidos individuales relevantes surgidos a partir
de las escenas desarrolladas. A la vez conocerá explícitamente qué impacto genera en los demás
su comportamiento, contrastando su autoimagen con la que el grupo le ofrece.

6. TÉCNICAS PSICODRAMÁTICAS

Existe amplio abanico de técnicas y es Portuondo quien recoge las más usuales. La utilización de
una técnica no se circunscribe necesariamente a una fase concreta. Es el terapeuta el que elegirá:

Autopresentación
El paciente se presenta con sus datos y motivación por estar presente, y además representación
de sus situaciones cotidianas sobre todo de las conflictivas. Son como secuencias rápidas
(fotografías) Para la puesta en escena, puede requerir la participación de diversos miembros fami-
liares y otros significativos. Si están ausentes elegirá a otros que le sustituyan con ese contra-rol. Y
aún así que sea él mismo el que represente rol de interlocutor.

Cambio de roles
Técnica creada por Moreno, donde el protagonista adopta un rol distinto al representado en la
cotidianidad. Adopta comúnmente la forma de Inversión de Roles puesto se ocupa del rol contra-
rio o complementario. Y la otra persona sería representado por un yo-auxiliar si estuviera ausente
el real. Han de ponerse en el lugar del otro y percibir la situación desde su óptica. Se aprende su
punto de vista así como los sentimientos en sí mismo cuando el protagonista se comporta según
su rol habitual.

La inversión de roles provoca mayor objetividad, percibiendo al otro de modo diferente, con lo
que se abren posibles soluciones al conflicto. Es un proceso cíclico, en el que se evalúa la
capacidad del protagonista para desvincularse de su propia perspectiva e introducirse en la ajena.

Hay que cuidar que no se den situaciones insultantes hacia los miembros implicados en la
situación problemática. Si se aprovecha para ridiculizar, o exagerar al otro, fortaleciendo así la
defensa de su propia postura indicará falta de diferenciación yo-tú. Por ello, es una técnica que no
resulta apta en todos los casos. Si el nivel de madurez impide adoptar perspectiva del otro o posee
componente emocional extremadamente negativo, no debe emplearse.

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El doble
Aportación de Moreno, en donde se hace evidente la exigencia hacia el doble, un yo-auxiliar, de
abandonar su mundo para subsumirse en el relato experienciado del paciente. El doble imita las
conductas del protagonista durante la dramatización y a modo de extensión, añade otras
conductas verbales o no, a la actuación. Esta encierra un sentido simbólico, puesto que el paciente
que no se expresa espontáneamente está relegando un elemento constitutivo interno y esencial.
Pretende la técnica, mediante el recurso del doble “externo”, estimular la expresión del doble
interno de todo ser humano.

Persigue el diálogo y reconciliación con su doble interno, su parte espontánea y su parte


identificada, a través del yo – auxiliar, quien le imita y añade omisiones del protagonista. De esta
manera se reconoce el protagonista a sí mismo (previamente el doble ha mimetizado
psicológicamente y físicamente con él).

Las actuaciones se plasman en múltiples formatos comunicativos, desde verbalizaciones sobre


pensamientos o sentimientos no manifestados, hasta un conjunto de conductas no verbales omi-
tidas por él. Las ampliaciones que realiza el doble respecto a la conducta del protagonista no son
sino hipótesis sobre contenidos internos relevantes y no expresados, y será el protagonista quien
confirme o refute. El yo – auxiliar como doble psicodramático es únicamente efectivo como lo es
su propio nivel de sensibilidad y su madurez terapéutica y personal.

El espejo
Guarda similitud con la técnica del doble en cuanto que el yo-auxiliar imita la actuación del prota-
gonista, pero solo la reproduce. El paciente se ve a sí mismo y contrasta el comportamiento que
los demás perciben de él. Es un contraste que puede evidenciar el desajuste entre lo percibido por
uno mismo y lo que perciben los otros. En esta técnica también ha de mimetizarse el yo-auxiliar
con el protagonista para desempeñar su papel correctamente, con sensibilidad adecuada para no
ridiculizarle con exageraciones o caricaturas.

Soliloquio
Expresión de sentimientos y pensamientos del protagonista cuando éste lo considera oportuno o
se lo indica el equipo terapéutico. Se produce paréntesis y él comienza a verbalizar contenidos
profundos y ocultos que tienen sentido en la dramatización. La verbalización supone una
ampliación del yo al explicitar toda una serie de procesos de pensamiento que son rescatados en
el escenario y “fluyen hacia la persona a quien debieron haber sido comunicados originalmente”.
No siempre son de carácter oculto y restrospectivos puesto puede surgir material psíquico que
emerge en situaciones no autobiográficas.

El fin de esta técnica es la catarsis y es el director quien puede redefinir la situación y pedir soli-
loquio cuando observa indicadores no verbales que son incongruentes con el discurso verbal.
Habrá de profundicar en el verdadero flujo ideacional y emocional del protagonista. Asimismo los
soliloquios influyen en el desarroollo de la dramatización, y hace eco en el conjunto de actores y
en los roles y su desempeño siguiente.

Interpolación de resistencias
Introducción en escena de elementos inesperados para el paciente (reacciones del yo-auxiliar que
rompen expectativas) que hacen que actúe de la forma más espontánea posible.

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Improvisación espontánea
El paciente representa actos en papeles ficticios, imaginados. Ello deja entrever aspectos de la per-
sonalidad del paciente.

Silla vacía
Útil para solucionar conflictos con personas fallecidas o con las que difícilmente se retome
contacto. Silla en el escenario y se imagina que en ella anda sentado alguien significativo con quien
no ha podido solucionar conflicto.

Se utilizan soportes técnicos para apoyar la situación vg. la iluminación. Se comienza


seguidamente un diálogo con su interlocutor,donde puede ser el paciente el que represente el rol
de la persona ausente y se responda a sí mismo; o bien lo haga otra persona del auditorio.

La escultura
Técnica desarrollada por López y Población, siendo “la expresión plástica simbólica de la
estructura vincular de un sistema, obtenida mediante la instrumentalización de los cuerpos de
dichos sistema”. Técnica corporal que busca una obra creativa del escultor o protagonista y cuya
materia prima no es otra que los cuerpos de los participantes intervinientes. Adquiere significado
sin necesidad de la palabra, considera el lenguaje corporal. Se consigue con esta técnica el
recoger el mensaje que transmiten las piezas intrapsíquicas relevantes. El prrotagonista esculpe
todos los detalles dando explicaciones e indicaciones a los otros, y estos deberán adoptar las
posiciones y cambios corporales que dictamine el escultor. Una vez finalizada (escultura de
carácter estático) debe mirarla detenidamente para vivenciarla y sentirla y posteriormente pasar a
la fase de comentarla dando paso al procesamiento racional.

7. CRÍTICAS AL PSICODRAMA, EVOLUCIÓN Y DIÁLOGO CON OTRAS FORMAS DE TERAPIA

Actualmente no se duda que la teoría de Moreno haya hecho impacto en laa psicoterapia
individual y grupal además de en contextos de formación y pedagógicos. No obstante se ha
cuestionado y surgen cambios en la misma. Estos cambios innovadores fueron resistidos por
algunos que no quisieron modificaciones a los conceptos y método originales, por lo que fueron
muy superficiales y es en la década de los 80 cuando se dan los intercambios y diálogo con otras
corrientes terapéuticas.

Una de las críticas apunta a la carencia de un cuerpo teórico consistente. A estas López y
Población indican que no es sino falta de incapacidad para captar la complejidad e innovación de
las construcciones de Moreno.

Por otro lado tanto Portuondo como Rojas-Bermudez coinciden en la importancia desmedida de
Moreno a la vivencia catártica, puesto a veces algo muy vívido no va emparejado a progresos te-
rapéuticos.

Kipper 1997, señala las críticas:


– La teoría de Moreno no se caracteriza por una capacidad para generar muchas predicciones
específicas y clínicamente relevantes.
– La literatura ha enfatizado la estructura de una sesión psicodramática, sin embargo se ha

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descuidado la perspectiva temporal más amplia que otorga sentido al curso del tratamiento
considerando la vinculación entre las distintas sesiones. Y en referencia, indicar que tampoco
se recogen los cambios en las interacciones entre participantes.
– Los modelos psicodramáticos recogen sobradamente la perspectiva existencial del aquí y
ahora, no necesariamente vinculadas con el momento presente y es el presente el que quizás
quede relegado a un segundo plano.

Profesionales de distintas corrientes terapéuticas incluyen elementos del psicodrama en su


quehacer clínico. Es utilizado en la gestalt, análisis transaccional, modelos sistémicos, o la
modificación de conducta.

Con el psicoanálisis difiere en la infravaloración que hace este de la acción, pero se incita en que
haya diálogo entre ambas corrientes pues el integrar los principios psicodinámicos al psicodrama y
al revés sería darle riqueza terapéutica. Más sencilla esta integración en la escuela de Las
Relaciones Objetales, la Psicología del YO o concepciones neofreudianas. Tauvon 2001 señala:

“La teoría de las relaciones objetales (...) explica cómo las experiencias y relaciones infantiles
afectan a las relaciones en el presente (...) Muchas sesiones de psicodrama se mueven desde esce-
nas del presente hacia dramas de la niñez. Esta habilidad para integrar la perspectiva del encuen-
tro (horizontal) con la regresiva (vertical) de la función psíquica, es una de las fuerzas
terapéuticas de la técnica del psicodrama”.

Apter en 2003, y Tauvon 2001, nos indican que se debe actuar con cautela pues aunque muchos
enfoques implementes técnicas extraídas del psicodrama, la visión de estos puede que no coincida
con la visión de Moreno, y no parece apropiado integrar enfoques con visiones del ser humano
incompatibles.

Cuadro 3. Técnicas psicodramáticas más usuales (Portuondo)


- Presentación personal: > contar algún aspecto importante de su vida y revivirla con la persona que
realmente forman parte de la situación conflictiva. De no poder hacerlo, elegirá entre
el público a quien le represente.

- Presentación de papeles > es cuando el propio sujeto improvisa los distintos personajes conflictivos para él.
múltiples:
> al dramatizar con un compañero una escena de su vida real, expresa a media voz
- Soliloquio: los pensamientos y sentimientos que secretamente experimenta hacia ese
compañero y que mantiene ocultos en la vida real.

- La inversión de roles: > el paciente repite la escena escenificada pero en el rol del compañero.
- Técnica del espejo: > el paciente es representado en la escena psicodramática por un Yo auxiliar,
pudiendo ver tal cual es y tal cual lo ven los demás. Los restantes pacientes
reaccionarán hacia el Yo auxiliar, lo cual moverá emocionalmente al paciente y se
comprenderá mejor. Esto se hace principalmente con los pacientes que no son
capaces de actuar en escena. Se ven como en un espejo.

- La escenificación de sueños: > consiste en que el sueño es interpretado psicodramáticamente por varios yo-
auxiliares.
- Las alucinaciones y delirios: > desarrollados en escena por los yo – auxiliares.

- El hipnodrama: > psicodrama bajo hipnosis ayudado por los yo-auxiliares

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- Las fantasías: > el enfermo se acuesta, cierra los ojos, y crea una fantasía cualquiera (o su favorita),
luego se levanta para escenificarla con la ayuda de los Yo- auxiliares.

- El mundo auxiliar : > los Yo-auxiliares representan en el escenario todo el mundo que rodea al paciente
en su vida real.
- La proyección futura: > el paciente ayudado por sus yo-auxiliares representa cómo piensa que será su
futuro

- Diagnóstico: > consistente en utilizar las situaciones psicodramáticas para llegar al diagnóstico de
uno o varios pacientes.
- Didáctica: > utilizada para entrenar a futuros yo-auxiliares y a futuors psicodramáticos

- El doble: (expuesto en el texto)


- El dople múltiple: > varios Yo – auxiliares junto al paciente que los observa van representando uno a
uno, o al mismo tiempo, varios aspectos de la personalidad del enfermo. El paciente
hace la crítica.

- Las clases: > los miembros del grupo explican (cada uno una parte o aspecto) los diferentes
tópicos o temas de una clase o conferencia, etc

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