Está en la página 1de 3

SEFER BERESHIT

LA PERLA DE LA PARASHÁ NÓAJ (Gn 6:8-11:32)


SOLO SE NECESITA UN TZADDIK PARA SALVAR AL MUNDO
Rabbí Dr. Williams Pitter
www.luz.academia.edu/WilliamsPitter
torainternacional.blogspot.com
www.youtube.com/ToraInternacional
wpitter@gmail.com

Se dice que la antigua Grecia había un hombre llamado Diógenes, quien en pleno
día llevaba una lámpara prendida, y cuando la gente le preguntaba por tan extraña
conducta él les respondía: “busco a un hombre justo”. Y no lo encontró. Cuando el
Eterno decretó destruir el mundo por medio de un diluvio, también buscaba a
hombre justo, a un tzadik.

La Torá menciona cuatro características notables en la vida de Nóaj en sólo dos


pesukim o versículos bíblicos. Cada una de ellas describe un aspecto espiritual de la
vida de Nóaj. La primera característica la encontramos en Bereshit 6:8, y dice así:
“Pero Nóaj encontró gracia (jen) a los ojos del Eterno”. Las otras tres se encuentran
en el siguiente pasuk: “Noáj era un hombre justo (tzadik), íntegro (tam) en todas
sus generaciones. Nóaj caminó con Di_s” (6:9).

Por ejemplo, una de las preguntas que uno podría hacerse es, ¿qué quiere decir
Moshé cuando escribe que Nóaj encontró gracia (jen) a los ojos del Eterno? Es
decir, ¿qué significa la palabra “jen” que generalmente se traduce como “favor” o
“gracia”? Por favor, siga este collar: (1) “Y el Eterno dio gracia (jen) al pueblo a los
ojos de los egipcios” (Shemot 12:36). (2) “Y sucedió que, cuando el rey (Asuero) vio
a la reina Ester, que estaba en pie en el patio, ella halló gracia (jen) ante sus ojos”
(Ester 5:2). (3) En el texto griego del NT encontramos una expresión similar que
tiene este mismo fondo hebreo: “Y Yeshua crecía en sabiduría, en estatura, y en
gracia para con Di_s y con los hombres” (Lucas 2:52).

La clave la encontramos en otro pasuk de la Tanak, pero cuya interpretación


inspirada la ofrece un tanna (maestro de Torá del segundo siglo) de nombre Rabbí
Eliézer Ben Yaacob, quien es citado por la Mejilta de Rabbí Yishmael, un famoso
tanna contemporáneo de Rabbí Akiva: “…(jen) gracia no quieres decir más que
Ruaj ha-Kodesh, porque se dice: “y derramaré sobre la casa de David y sobre el
habitante de Jerusalén espíritu de gracia (jen)..(Zac 12:10).
En otras palabras, Moshé nos quiere decir que, Nóaj, aquel hombre tzadik, era el
único de aquella generación que tenía la presencia de la Ruaj ha-Kodesh en su
vida!!!. Y por ello el Eterno lo toma en cuenta y lo escoge para el plan que desea
llevar a cabo. Apelando a la revelación del NT podemos decir que Nóaj era el único
hombre convertido y nacido de nuevo de aquella generación, todos los demás eran
unos malvados o indiferentes al Eterno. De aquí podemos sacar varias
conclusiones: cuando la Escritura dice que un hombre es justo podemos estar
seguro que tiene la presencia de Di_s en su vida por medio de la Ruaj haKodesh,
presencia sobrenatural que pueden reconocer los paganos al ver algo distinto en
personas justas; como en el caso de Ester y de Yeshua, el Mesías.

Es bueno, por causa de la enseñanza, añadir un par de asuntos. Primero, ya


conocemos que la palabra tzadik que se ha traducido generalmente como “justo”
viene de la idea hebrea “uno que mantiene el rumbo a lo largo del camino”. Por
ello dice la Escritura que: “aunque un tzadik caiga siete veces, se levantará” (Pr
24:16); es decir, es posible que falle, que caiga, pero cae en el camino, no se desvía
del camino.

Un tzadik no es hombre perfecto (nadie lo es!), pero es un hombre convertido,


cuya vida está orientada hacia el Eterno y en ese sentido ya tiene su rumbo fijado,
y por tanto tiene fuerzas para levantarse, porque si bien es cierto ha caído en el
camino, no se ha desviado del camino, siguiendo a otros dioses. Esta es la gran
diferencia entre Salomón y David, y por eso el Eterno llama a David un varón
conforme al corazón del Eterno, a pesar de la grave falta que cometió, pero se
arrepintió de todo corazón. En resumen, nos enseña el libro de Proverbios: “el
justo es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”
(4:18); y he aquí la idea de progreso o crecimiento espiritual.

Segundo, en cuanto a los hebreos, la Torá dice que “Di_s dio jen al pueblo a los
ojos de los egipcios” (Shemot 12:36), no queriendo decir que todos ellos que eran
justos sino que el Eterno hizo una obra especial en ellos, pues cambió la expresión
de sus rostros con la alegría de la salvación a fin de impresionar a los egipcios y
estos, ya humillados por los prodigios del Eterno, miraron a los israelitas con
simpatía y así los pudieron ofrendarles generosamente.

Noaj, un tzaddik, lleno de Ruaj Ha-Kodesh y “pregonero de justicia” (2 Pedro 2:5)


amonestó por revelación del Eterno a aquella generación. Pero ninguno de ellos se
salvó, sólo su familia, la cual tampoco tenía mérito alguno. De esta manera, Noaj
salvó al mundo.

Una de las lecciones, entre tantas, que podemos sacar de acá, es que si en un
hogar hay un hombre justo y lleno de la Ruaj HaKodesh, éste hombre puede
salvar a su familia! Es decir, por medio de su unción, él puede propiciar la salvación

2
de los suyos. De allí la promesa, “Cree en el Señor Yeshua el Mesías, y serás salvo
tú y tu casa” (Hechos 16:31). Esta promesa es para ti y para mí! ¡Ajá! Y si sucede
que haya un miembro de la familia de un tzaddik quien no crea, y decide hacer su
propia vida, ¿podemos decir que falló la promesa divina? De ninguna manera, falló
la persona quien se le ofreció la bendición de la salvación en su propia casa y, por
su necedad (porque no hay otra palabra), la rechazó.

Y, a través de Yehsua ha-Tzaddik (1 Jn 2:1), varón lleno de la Ruaj haKodesh, quien


salvó a toda la familia humana, tenemos la esperanza de ver un mundo nuevo
donde reine la justicia y la paz, lo que esperamos ocurra cuando el Mesías venga, y
que sea pronto y en nuestros días, y digan: ¡Amén!

También podría gustarte