El autismo es un trastorno del desarrollo neurológico que se caracteriza por dificultades
en la comunicación social, la interacción social y la presencia de comportamientos repetitivos o estereotipados. Si bien se han realizado muchos estudios sobre el autismo, aún se está investigando para comprender completamente cómo funciona el cerebro de las personas con autismo. Sin embargo, se han identificado algunas características en el cerebro de las personas con autismo que pueden contribuir a sus síntomas. Por ejemplo, se ha encontrado que las personas con autismo tienen diferencias en la conectividad entre las diferentes áreas del cerebro, lo que puede afectar la forma en que procesan la información. También se ha observado que algunas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal y el sistema de espejo, pueden estar subdesarrolladas o funcionar de manera diferente en las personas con autismo. Además, se ha demostrado que la cantidad y el tipo de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, pueden estar desregulados en el cerebro de las personas con autismo, lo que puede influir en su comportamiento y estado de ánimo. En resumen, aunque aún hay mucho por aprender sobre el cerebro de las personas con autismo, la investigación ha demostrado que pueden haber diferencias en la conectividad, el desarrollo y la función de algunas áreas cerebrales y en la regulación de los neurotransmisores. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y que juegan un papel importante en la comunicación entre las células nerviosas. En las personas con autismo, la cantidad y la función de algunos neurotransmisores pueden estar desreguladas, lo que puede contribuir a sus síntomas. Por ejemplo, la serotonina es un neurotransmisor que está involucrado en la regulación del estado de ánimo, el sueño y la regulación emocional. Algunas investigaciones pueden demostrar que las personas con autismo tienen niveles bajos de serotonina, lo que podría explicar por qué algunas personas con autismo tienen problemas para regular sus emociones y pueden presentar ansiedad o depresión. La dopamina es otro neurotransmisor que se ha estudiado en relación con el autismo. La dopamina está involucrada en la motivación, el aprendizaje y la atención, y se ha demostrado que puede estar desregulada en algunas personas con autismo. Esto podría contribuir a algunos de los comportamientos repetitivos o estereotipados que a menudo se asocian con el autismo. En general, aunque aún se están realizando investigaciones para comprender completamente cómo los neurotransmisores se deterioran el cerebro de las personas con autismo, se cree que pueden contribuir a algunos de los síntomas que se asocian con el trastorno. Es importante tener en cuenta que cada persona con autismo es única y puede presentar diferentes niveles de desregulación de los neurotransmisores. Hay varias áreas del cerebro que pueden verse afectadas en las personas con autismo. Aunque cada persona con autismo es única y puede presentar diferentes características cerebrales, se han identificado algunas áreas que se ven afectadas con mayor frecuencia en las personas con autismo:
Corteza prefrontal: Esta área del cerebro es responsable de la planificación, la
toma de decisiones y la regulación emocional. En las personas con autismo, la corteza prefrontal puede estar subdesarrollada o funcionar de manera diferente, lo que puede contribuir a dificultades para la toma de decisiones y la regulación emocional. Sistema de espejo: El sistema de espejo es un conjunto de neuronas en el cerebro que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otra persona realizando la misma acción. El sistema de espejo es un conjunto de neuronas en el cerebro que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otra persona realizando la misma acción. Este sistema es importante para la imitación, la empatía y la comprensión de las intenciones de los demás. En las personas con autismo, se ha observado que el sistema de espejo puede estar menos activo o funcionar de manera diferente en comparación con las personas sin autismo. Esto puede afectar su capacidad para imitar las acciones de los demás, comprender las intenciones de los demás y sentir empatía. La disfunción del sistema de espejo en el cerebro de las personas con autismo también puede contribuir a las dificultades en la comunicación social y la interacción social. Por ejemplo, las personas con autismo pueden tener problemas para leer las expresiones faciales o las emociones de los demás, y pueden tener dificultades para comprender las sutilezas del lenguaje no verbal. Es importante tener en cuenta que el sistema de espejo no es la única área afectada en el cerebro de las personas con autismo y que cada persona con autismo es única y puede presentar diferentes características cerebrales. La corteza prefrontal es una región del cerebro que se encuentra en la parte delantera del lóbulo frontal y está involucrada en una variedad de funciones cognitivas, como la planificación, la toma de decisiones, el control de impulsos, la memoria de trabajo y la regulación emocional . En las personas con autismo, se ha observado que la corteza prefrontal puede estar subdesarrollada o funcionar de manera diferente en comparación con las personas sin autismo. Esto puede contribuir a las dificultades en la toma de decisiones y la regulación emocional que a menudo se observan en las personas con autismo. Por ejemplo, algunas personas con autismo pueden tener dificultades para cambiar de una tarea a otra o para adaptarse a los cambios en su entorno, lo que podría estar relacionado con un funcionamiento reducido de la corteza prefrontal. Además, algunas personas con autismo pueden tener dificultades para regular sus emociones y controlar sus impulsos, lo que también podría estar relacionado con un funcionamiento reducido de la corteza prefrontal. Es importante tener en cuenta que cada persona con autismo es única y puede presentar diferentes características cerebrales, y que la disfunción de la corteza prefrontal no es la única área afectada en el cerebro de las personas con autismo. El sistema nervioso de una persona con autismo es similar al de cualquier otra persona en términos de estructura y función. Sin embargo, hay diferencias en cómo funciona el sistema nervioso en las personas con autismo. Se cree que las personas con autismo tienen un desequilibrio en la actividad del sistema nervioso, con una mayor activación del sistema nervioso simpático y una menor activación del sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso simpático es responsable de la respuesta de "lucha o huida" del cuerpo, mientras que el sistema nervioso parasimpático está involucrado en la relajación y la recuperación del cuerpo. Esta diferencia en la actividad del sistema nervioso puede contribuir a los problemas de ansiedad y la hipersensibilidad sensorial que a menudo se observan en las personas con autismo. Además, se ha demostrado que la respuesta al estrés en las personas con autismo es diferente a la de las personas sin autismo. Además, se cree que las personas con autismo tienen una mayor conectividad funcional en ciertas áreas del cerebro y una menor conectividad funcional en otras áreas. Por ejemplo, se ha demostrado que las personas con autismo tienen una mayor conectividad funcional en el cerebro en las áreas involucradas en el procesamiento visual y una menor conectividad funcional en las áreas involucradas en el procesamiento social. Es importante tener en cuenta que cada persona con autismo es única y puede presentar diferentes características en su sistema nervioso, y que la investigación en esta área aún está en desarrollo. La biologia de una persona con autismo se caracteriza por una variedad de diferencias estructurales, funcionales y bioquimicas en el cerebro y en otros sistemas del cuerpo. Algunas de estas diferencias incluyen: Diferencias en la estructura y conectividad del cerebro: Las personas con autismo a menudo tienen una estructura cerebral diferente y una conectividad neuronal alterada. Por ejemplo, se ha observado que algunas personas con autismo tienen un cerebro más grande y un mayor volumen de materia gris en ciertas áreas del cerebro. También se ha encontrado una mayor conectividad funcional entre ciertas áreas del cerebro y una menor conectividad entre otras. Diferencias en los neurotransmisores: Se cree que los niveles y la actividad de los neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, pueden ser diferentes en las personas con autismo. Estos neurotransmisores son importantes para la comunicación entre las células cerebrales y pueden afectar la cognición, el comportamiento y la regulación emocional. Diferencias en el sistema inmunológico: Algunas investigaciones han sugerido que el sistema inmunológico de las personas con autismo puede estar alterado, lo que puede contribuir a la inflamación y otros procesos que fallan la función cerebral.
Diferencias en el sistema gastrointestinal: También se ha observado que las
personas con autismo tienen diferencias en su microbioma intestinal, que es el conjunto de bacterias y otros microorganismos que habitan en el tracto gastrointestinal. Se cree que estas diferencias pueden contribuir a los síntomas gastrointestinales comunes en las personas con autismo. La estructura cerebral de una persona con autismo puede ser diferente a la de una persona sin autismo. Se han encontrado varias diferencias en la estructura cerebral en las personas con autismo a través de diferentes estudios de neuroimagen. Algunas de las diferencias comunes incluyen: Tamaño y volumen del cerebro: Algunos estudios han demostrado que las personas con autismo pueden tener un cerebro más grande en comparación con las personas sin autismo. Esto se debe principalmente a un aumento en el tamaño de la materia gris, que es la capa superficial del cerebro que contiene las células cerebrales. Grosor cortical: El grosor cortical se refiere a la distancia entre la superficie del cerebro y la materia blanca subyacente. Algunos estudios han encontrado que las personas con autismo tienen un grosor cortical mayor en ciertas áreas del cerebro, como la corteza temporal y la corteza parietal. Conectividad neuronal: La conectividad neuronal se refiere a cómo las diferentes áreas del cerebro se comunican entre sí. Algunos estudios han encontrado que las personas con autismo tienen una mayor conectividad neuronal en algunas áreas del cerebro, mientras que tienen una conectividad reducida en otras áreas, especialmente en las áreas que se sabe que están involucradas en la teoría de la mente y el procesamiento social . Variaciones en la estructura de la materia blanca: La materia blanca es la parte del cerebro que conecta diferentes áreas del cerebro.