Los antecedentes a la guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan
a la�rivalidad franco-brit�nica�en Norteam�rica y a las consecuencias de la�guerra
de los Siete A�os, que termin� en 1763. El 10 de febrero de ese a�o, el�Tratado de Par�s�puso fin al�imperio colonial franc�s�en Am�rica del Norte y consolid� a Gran Breta�a como la potencia hegem�nica. En oposici�n solo ten�a a Espa�a, que controlaba�Nueva Orleans, la ciudad m�s importante, con unos 10�000 habitantes. Respecto a Francia, la p�rdida territorial no fue sentida como algo catastr�fico. Se conservaban los derechos pesqueros en�Terranova�y la poblaci�n cat�lica franc�fona recibir�a un trato de respeto. Por otro lado, en la zona del Caribe las p�rdidas pod�an ser compensadas, pues la colonia principal francesa�Saint-Domingue�(La Espa�ola) con capital en�Puerto Pr�ncipe, produc�a la mitad del az�car consumido en todo el mundo y su comercio con �frica y las Antillas estaba en pleno apogeo. Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modific� radicalmente el panorama anterior. Los franc�fonos cat�licos de�Quebec, tradicionales enemigos de los colonos ingleses de las trece colonias, recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades brit�nicas, que se confirm� en 1774 cuando se dot� a Canad� de un estatuto particular dentro de las colonias brit�nicas en Norteam�rica, llev�ndose sus fronteras hasta la confluencia del�Ohio�y el�Misisipi. Asimismo su poblaci�n conserv� un derecho civil propio y la Iglesia cat�lica fue reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por la poblaci�n de las Trece colonias. La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Breta�a inflig�a a los colonos, pues estos aportaban riquezas e impuestos a la metr�poli pero no ten�an los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sent�an marginados y no representados.