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UNIVERSIDAD MARISTA DE GUADALAJARA

MAESTRÍA EN LIDERAZGO Y GESTIÓN EDUCATIVA

GESTIÓN EDUCATIVA

“INCIDENCIA DEL LIDERAZGO DIRECTIVO EN LA ANIMACIÓN Y

ORGANIZACIÓN DE LA ESCUELA CATÓLICA”

MARIANA FABIOLA ORTIZ MORALES

Octubre 27, 2020


“INCIDENCIA DEL LIDERAZGO DIRECTIVO EN LA ANIMACIÓN Y

ORGANIZACIÓN DE LA ESCUELA CATÓLICA”

PERSPECTIVAS DE MEJORA

La educación tiene como fin la formación integral de los niños y jóvenes,

brindándoles estrategias necesarias para que enfrenten de manera exitosa las

transformaciones y retos que demanda constantemente la sociedad. Adherido a

esas estrategias, la escuela católica busca también aportar estrategias para el

crecimiento personal, espiritual y de encuentro con Dios. Para poder alcanzar ese

fin es importante contar con un liderazgo directivo que implemente acciones y

estrategias que lo persigan.

Este documento se desarrollará en torno a 4 ideas que tienen por objetivo dar

respuestas a la interrogante ¿Cómo incide el liderazgo directivo en la animación y

organización de la escuela católica? Y en este caso situándolo en el liderazgo,

organización y gestión del Liceo Guatemala.

1. Mantener presente la misión marista

La gestión educativa de una escuela católica y en este caso una institución

marista debe mantener presente la clara identificación con los ideales que la

presiden. El asegurar una visión clara y conocimiento de estos ideales tiene por
consecuencia el buscar estrategias que promuevan, generen y actúen en torno a

la misión institucional y al compromiso de contribuir al crecimiento de niños y

jóvenes tanto en la dimensión personal como en la social, con base en la

convivencia y vida en comunidad.

Cada obra e institución marista cuentan con una visión y misión clara y bien

definida. Por su parte el Liceo Guatemala, propone una misión institucional

desarrollada en torno a la formación integral de niños y jóvenes a través de una

pedagogía actualizada e innovadora, esta misión a su vez se ve enriquecida por la

visión de ofrecer esa educación de excelencia.

A lo anterior se suma el proyecto educativo del centro, el cual busca dar respuesta

a las demandas de la sociedad actual, implementando planes y proyectos de

innovación para la mejora continua en todas las áreas. De la mano de este

proyecto educativo y sumándole valor al mismo, está el modelo de evangelización,

el cual gira en torno a la vivencia de experiencias significativas en todos los

niveles a través de actividades implementadas por el equipo de pastoral que

persiguen el encuentro y crecimiento en comunidad de niños y jóvenes.

Sabiendo lo anterior, se considera importante que la gestión educativa siga

apostando por un trabajo integral y colaborativo de todos los miembros, donde la

misión marista se enriquezca con la visión y proyecto educativo-evangelizador,

donde las funciones no se limiten solamente a determinados grupos, sino que

cada uno de ellos reciban capacitación y acompañamiento a través de procesos

estructurados y reflexivos que brinden herramientas para una adecuada gestión en


las aulas, necesitamos de docentes que sean líderes comprometidos y agentes

educativos activos que lleven a cabo acciones que hagan vida la misión marista.

2. Capacitar al líder directivo

El líder directivo debe poseer ciertas características para poder desempeñar un

buen papel y llevar a cabo de manera adecuada las funciones de gestión que se

requieren de su puesto, llevando a su vez a la institución a ofrecer procesos

educativos de calidad. Un líder directivo bien formado logrará conducir de manera

oportuna y con capacidad la institución educativa.

Dado que el liderazgo no siempre es una cualidad innata, sino que muchas meces

se aprende, puede entonces desarrollarse, siempre y cuando la institución

educativa cuente con procesos formativos estructurados y adecuados. La

institución debe tener claro la importancia de la formación y capacitación de sus

líderes, es necesarios una formación inicial donde se provea de información y

herramientas necesarias para asumir el puesto, asimilarlo y adaptarse a los

requerimientos del mismo.

Luego de la formación inicial, se debe ofrecer una formación continua que

garantice que el líder puede continuar dando respuesta a las demandas y

necesidades que la institución enfrenta y que la sociedad cambiante demanda, se

debe actualizar al líder y sus habilidades.


En nuestras instituciones muchas veces estos procesos se dan por sentado y los

líderes educativos son lanzados al agua sin mayor preparación y capacitación, es

un proceso de ensayo y error que muchas veces puede generar más desaciertos

que aciertos. Por ello lo importante de estructurar políticas de capacitación, no

solo inicial sino continua y permanente.

Nuestras instituciones necesitan ser conducidas por líderes capaces de planificar,

organizar, coordinar, y desarrollar cada tarea con eficiencia. Es necesarios crear

planes de formación y capacitación que incluyan todas las áreas para desempeñar

un liderazgo efectivo.

Formar también a líderes humanistas, que sean capaces de prestar especial

importancia a las relaciones humanas, que motive espacios de compartir y crecer

en comunidad, que logre animar y propiciar oportunidades para el desarrollo y

crecimiento de los miembros de la institución.

Todo lo anterior proyecta un liderazgo integral y holístico. Para generar educación

de calidad. El desarrollar un liderazgo directivo significa que la persona se dirige y

lidera una organización contando con las herramientas e insumos necesarios para

poder ofrecer una gestión de calidad. Debemos seguir evaluando si en nuestras

instituciones hay crisis de liderazgo, y verlo como una oportunidad de cambio y

mejoramiento continuo de la organización.


3. Autonomía en el liderazgo directivo para una gestión oportuna y

calidad educativa

Tomar las decisiones acertadas para poder ofrecer calidad educativa implica un

proceso importante de gestión. Se requiere de buenas condiciones pedagógicas

apoyadas por los líderes directivos, que reconocen el valor de las mismas, tiene

una visión clara de su funcionamiento y de cuáles serán los resultados que se

pueden alcanzar a través de su implementación.

Para que una institución educativa implemente acciones que generen cambios

significativos, el líder directivo debe tener las herramientas necesarias y capacidad

de gestionar los cambios de manera oportuna y en ocasiones inmediata.

Nuestras instituciones educativas han dado grandes pasos al respecto, es

evidente que en la actualidad los líderes directivos cuentan con mayor autonomía

para llevar a cabo proyectos de manera oportuna y en ocasiones sin necesidad de

trámites burocráticos que pueden ralentizar el proceso y por lo tanto los resultados

y acciones de mejora.

Desde luego este proceso no siempre es así de sencillo y en ocasiones los

proyectos o planes se ven detenidos. Al respecto Stolly Temperlye (2009)

manifiesta que “…los líderes educativos solo pueden influir en los resultados de

los estudiantes si cuentan con autonomía suficiente para tomar decisiones

importantes acerca del currículum y la selección y formación de maestros;


además, sus principales áreas de responsabilidad deberán concentrarse en

mejorar el aprendizaje de los estudiantes.

Es importante seguir trabajando en esta autonomía y confianza en el trabajo que

realizan los líderes directivos, que exista esa apertura para que puedan

implementar los proyectos y planes de mejora de la institución. Al contar con esa

independencia en la gestión, el líder educativo puede ser capaz de llevar a cabo

acciones para ofrecer calidad educativa ante de las nuevas demandas.

Esa calidad educativa requiere de parte del líder trabajar en procesos de

capacitación del personal docente brindándole herramientas para que los

profesores puedan implementar estrategias y metodologías efectivas como

consecuencia de contar con una adecuada formación profesional, recibir

capacitación para la actualización constante y tener el acompañamiento adecuado

en su proceso de crecimiento y mejora continua de las practicas educativas.

El líder directivo debe también tener una visión de educador para poder contribuir

de mejor manera en la búsqueda de metodologías efectivas que respondan a

través de acciones para el adecuado funcionamiento de la organización y de sus

miembros.

Para conseguir calidad en la educación se debe potenciar la integración y

participación de los actores en dicho proceso con iniciativa, implicación y

condiciones y contextos para que el cambio tenga lugar. Promover a los docentes
como actores y autores de los procesos de aprendizaje en el aula. Siendo agentes

que incentivan, despiertan y suscitan el aprendizaje.

En esta propuesta el rol del líder directivo es indispensable porque se convierte en

un gestor educativo capaz de garantizar la enseñanza y el aprendizaje de los

estudiantes, apoyar al personal y hacer que la institución sea reconocida por

calidad y desarrollo en beneficio de la sociedad.

4. Apostar por un liderazgo distribuido

Nuestras instituciones deben seguir trabajando y apostando por líderes directivos

que promuevan las transformaciones de la escuela. Muchas veces estar

transformaciones se dan de manera más oportuna y efectiva cuando se trabaja

con un grupo de colaboradores aportan ideas en la consecución de los objetivos

propuestos y apostando por la mejora continua de la institución y los procesos de

aprendizaje-enseñanza para ofrecer calidad educativa y educación integral.

El líder directivo debe ser quien impulse, motive y promueva el interés por un

liderazgo distribuido, apostando por el reconocimiento de diferentes personas

como agentes y fuentes de influencia en diferentes ámbitos y ocasiones, y sobre

todo con efectos positivos en la educación.


El apostar por un liderazgo distribuido, implica tener claro que el liderazgo no es

una cadena de mando, sino más bien es una organización que se mueve de

manera que todos los implicados al trabajar conjuntamente logran desarrollar

competencias, aprendizajes y ejercer influencia mutua.

En la propia experiencia en el Liceo Guatemala he encontrado mayor

enriquecimiento a través del compartir con otros docentes, las experiencias y el

compartir nos hacen crecer, aprendemos de otros, tanto de sus aciertos como de

sus errores y eso nos motiva a generar y desarrollar nuevas destrezas y

capacidades.

Considero necesario que nuestras instituciones sigan apostando por el liderazgo

distribuido, que tengan la visión de un nuevo modo de ejercer el liderazgo y sobre

todo el aporte que este puede brindar a la mejora interna.

Leithwood (2009) menciona al respecto de este nuevo liderazgo: “El liderazgo

distribuido también aumenta las oportunidades de la organización de beneficiarse

de las capacidades de un mayor número de sus integrantes; permite a los

miembros capitalizar sus fortalezas individuales, y promueve, entre los miembros

de la organización, un mayor sentimiento de interdependencia y un sentido de

como el propio actuar tiene un efecto sobre la organización en su conjunto.

Mediante una mayor participación en la toma de decisiones, puede desarrollarse

un mayor compromiso con las metas y las estrategias de la organización.”


El objetivo del líder directivo en esta línea, debiera entonces estar enfocado en

brindar a la organización una visión más amplia para el desarrollo de los procesos

educativos, visión enriquecida por el aporte y colaboración de todos los miembros

implicados, que a su vez desencadenará mayor compromiso y sentimientos de

crecimiento en comunidad.

A modo de conclusión, resaltaré algunas ideas importantes tratando de dar una

perspectiva de cómo el liderazgo directivo puede incidir en la animación y

organización de la institución educativa:

 El liderazgo directivo tiene una influencia directa en los procesos de gestión

educativa que buscan ofrecer una educación de calidad y una formación

integral de los alumnos. Este liderazgo debe ser efectivo, asertivo y

promover espacios de participación en donde se involucre de manera activa

y sobre todo protagónica, a todos los docentes y personas implicadas en la

formación de los alumnos.

 Un liderazgo directivo bien encaminado buscará crear o mantener una

comunidad de aprendizaje. El líder directivo buscará formarse y desarrollar

una serie de destrezas para desempeñar un buen papel, promoverá el

trabajo en equipo y el aprendizaje colaborativo de todos los miembros,

haciéndolos partícipes de los procesos y generando sentimientos de

pertenencia y sobre todo compromiso e identificación con los ideales de la

institución.

 Un líder directivo necesitará de una formación oportuna para convertirse en

un líder motivador, guía y mediador, que busca dar respuesta de manera


asertiva a las necesidades emergentes y situaciones que surjan en la

institución. Una adecuada formación logrará un desempeño que

desencadene en calidad de los procesos desarrollados dentro de la

institución. La calidad en la gestión de los procesos educativos puede

determinar el nivel de desempeño de la institución, esa será generada

como resultado de una gestión directiva que promueva el progreso de la

organización en su contexto general.

 Finalmente, según los planteamientos expuestos el objetivo de toda

institución educativa católica y marista debiera ser diseñar, dar seguimiento

y mejorar los procesos de formación de sus líderes para añadir valor a la

organización y permitir conseguir resultados de calidad y una educación

integral que de respuesta clara a la misión de marista encomendada.

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