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Capítulo 1: Generalidades
Estructura y función de la piel:
Epidermis: la epidermis es un epitelio estratificado de origen ectodérmico. Se divide en diferentes estratos:
- Basal o germinativo: contiene queratinocitos basales, melanocitos y células de Merkel.
- Espinoso: queratinocitos unidos por puentes intercelulares.
- Granuloso: queratinocitos que contienen gránulos de queratohialina.
- Lúcido: sólo presente en palmas y plantas.
- Córneo: células muertas, queratinizadas, sin núcleo (corneocitos).
Los tipos de células que constituyen las distintas capas de la piel son:
a. Queratinocitos (90%): son las células mayoritarias de la epidermis. Contienen gránulos de queratohialina (contienen
filagrina, un precursor de la queratina) y queratinosomas (contienen lípidos y proteínas que forman una barrera para
impedir la pérdida de agua).
b. Melanocitos (5-10%): se encuentran en el estrato basal. Derivan de la cresta neural. Se relacionan con otras células
mediante dendritas, por las cuales traspasan la melanina de los melanosomas a los queratinocitos. El color de la piel
depende del tamaño y de la distribución de los melanosomas.
c. Células de Langerhans (2-5%): son células dendríticas que se ubican en el estrato espinoso. Pertenecen al sistema
mononuclear fagocítico y se originan en la médula ósea. Son células presentadoras de antígenos.
d. Células de Merkel (<1%): son de origen neuroectodérmico. Se localizan en la capa basal y se cree que son receptores
táctiles.
Dermis: se encuentra debajo de la epidermis, separada por la membrana basal. Procede del mesodermo y se divide en
dermis papilar o superficial y dermis reticular o profunda. Su mayor componente es el colágeno tipo I. Contiene además
fibras elásticas, fibroblastos, mastocitos, histiocitos, vasos y terminaciones nerviosas (corpúsculos de Meissner para el
tacto y Vater-Paccini para la presión).
En la dermis se encuentran los anexos cutáneos que son:
a. Folículos pilosos: se localizan en toda la superficie corporal, excepto palmas y plantas. El pelo tiene tres fases en su
crecimiento: anágena (2-5 años, crecimiento), catágena (2-5 semanas de involución) y telógena (2-5 meses, caída).
En condiciones normales 90% de los folículos pilosos están en fase anágena.
El folículo piloso tiene tres porciones anatómicas: el infundíbulo, un istmo y una base.
b. Glándulas sudoríparas ecrinas: localizadas en todo el cuerpo, en especial en las palmas, plantas y las axilas. Su
secreción es merocrina (exocitosis sin pérdida celular) y es regulada por el SNA (fibras colinérgicas).
c. Glándula sudorípara apocrina: abundan en la región anogenital, las axilas, las areolas y el vestíbulo nasal. Su
secreción es por decapitación o apócrina. Su desarrollo es hormonal y comienzan a funcionar en la pubertad.
d. Glándula sebácea: desemboca en el infundíbulo del folículo piloso. Se distribuyen en toda la superficie corporal
excepto palmas y plantas.
Lesiones cutáneas elementales:
Primarias:
Las de contenido líquido son:
a. Vesícula: formación elevada, menor de 0.5 cm.
b. Ampolla: lesión igual o mayor de 0.5 cm.
c. Flictena: ampolla de gran tamaño.
d. Pústula: vesícula de contenido purulento.
e. Quiste: lesión encapsulada de contenido líquido o semisólido.
Las de contenido sólido son:
a. Mácula: cambio de coloración de la piel sin relieve. Cuando es de color rojo se denomina eritematosa, y si no
desaparece a la digitopresión se denomina purpúrica.
b. Pápula: elevación sólida pequeña, menor de 1 cm y circunscrita, que resuelve sin dejar cicatriz. Si es igual o mayor a
1 cm se denomina placa. Es palpable.
c. Habón: placa eritematoedematosa de origen dérmico y de evolución fugaz. Característica de la urticaria.
d. Nódulo: lesión hipodérmica circunscrita, identificada por palpación y que puede o no hacer relieve.
e. Tubérculo: nódulo elevado, circunscrito, infiltrado, que cuando resuelve deja cicatriz.
f. Goma: inflamación granulomatosa que tiende a reblandecerse y abrirse al exterior.
Secundarias:
Las que se van a eliminar son:
a. Escama: láminas del estrato córneo que se desprenden.
b. Costra: secreción, exudado o hemorragia seca superpuesta a la piel.
c. Escara: placa de tejido necrótico, negra y con límites netos.
Las soluciones de continuidad son:
a. Erosión: pérdida de sustancia epidérmica, que cura sin dejar cicatriz.
b. Úlcera: pérdida de sustancia epidérmica y dérmica que deja cicatriz al curar.
c. Excoriación: erosión secundaria al rascado.
d. Fisura: hendidura que llega a dermis alta, como producto de la hiperqueratosis.
Otras:
a. Esclerosis: induración de la piel con pérdida de su elasticidad, por fibrosis y colagenización.
b. Cicatriz: tejido fibroso que reemplaza la piel normal.
c. Liquenificación: engrosamiento de la epidermis con acentuación de los pliegues de la piel secundaria a rascado
crónico.
d. Telangiectasia: mácula arboriforme eritematosa secundaria a dilatación permanente de un vaso cutáneo.
e. Poiquilodermia: áreas hipo e hiper pigmentadas con atrofia y telangiectasias.
Histológicas:
a. Hiperqueratosis: aumento de la capa córnea (verrugas, psoriasis).
b. Hipergranulosis: crecimiento de la granulosa.
c. Acantosis: aumento del estrato espinoso.
d. Acantólisis: ruptura de los puentes intercelulares del estrato espinoso (típica de los pénfigos).
e. Espongiosis: edema intercelular intraepidérmico (propio del eccema).
f. Balonización: edema intracelular (herpes).
g. Paraqueratosis: presencia de núcleos en los corneocitos (típico en la psoriasis).
h. Disqueratosis: queratinización anómala de células individuales del estrato espinoso.
i. Papilomatosis: aumento de longitud de las papilas dérmicas.
Signos útiles en el diagnóstico dermatológico:
a. Fenómeno de Köebner: consiste en la aparición de lesiones propias de una dermatosis en zonas de presión o
traumatismos. Es típica de enfermedades eritematodescamativas, infecciosas, vitíligo, vasculitis, entre otras.
b. Signo de Darier: aparición de un habón tras el rascado de una lesión, por degranulación de mastocitos.
c. Fenómeno de Patergia: una disrupción dermo-epidérmica traumática produce una pústula en el lugar agredido. Es
típico de pioderma, síndrome de Sweet y enfermedad de Behcet.
d. Signo de Nikolsky: la presión tangencial sobre la piel provoca un despegamiento cutáneo.
e. Dermatosis fotosensibles: brotan o se agravan con el sol.
Terapéutica dermatológica:
a. Bases para la formulación de tratamientos tópicos: los vehículos se diferencian por la proporción entre agua y grasa.
Las lesiones crónicas suelen ser secas por lo que conviene tratarlas con productos abundantes en grasa y poca agua
(pomadas y ungüentos). En las lesiones agudas, que son exudativas y húmedas se emplean fórmulas con gran
proporción de agua y poca grasa (fomentos, lociones, pastas al agua).
b. Corticoesteroides tópicos: producen efecto antiinflamatorio, inmunodepresor y vasoconstrictor. En zonas de piel
delgada se usan de baja potencia y en piel gruesa de alta potencia. El principal efecto secundario es la atrofia
cutánea.
c. Retinoides: derivados de la vitamina A. Son queratolíticos, regulan la diferenciación de los queratinocitos y producen
atrofia de las glándulas sebáceas. Se pueden emplear en acné leve-moderado y en la psoriasis. Entre sus efectos
secundarios destacan la xerosis, la queilitis descamativa y pueden causar fotosensibilidad.
d. Antihistamínicos: pueden emplearse por vía oral. Se dividen en clásicos (hidroxicina, difenhidramina y clorfenamina)
y en de segunda generación (loratadina, cetiricina, fexofenadina, etc.).
e. Terapéutica física: 1) Láser: luz con longitud de onda determinada que se usa en tratamiento de lesiones vasculares,
cirugía y algunas lesiones epidérmicas. 2) Cirugía de Mohs: microcirugía de lesiones tumorales en la que se pretende
extirpar la mínima cantidad de tejido sano. Se realizan biopsias intraoperatorias hasta confirmar los márgenes libres
de tumor. 3) Radioterapia: indicada en epiteliomas de difícil abordaje, sarcoma de Kaposi y micosis fungoide. 4)
Fototerapia: se realiza con radiaciones UVA y UVB con o sin ingesta previa de psoralenos.
Capítulo 2: VIH y dermatología.
Dermatosis asociadas al VIH: la mayoría de los pacientes con VIH tienen alguna dermatosis en su evolución.
Dermatosis infecciosas:
a. Candidiasis orofaríngea (muguet): es la más frecuente. Casi el 100% la padecen en su evolución.
b. Exantema de la infección aguda: aparece a las pocas semanas de la infección. Es macular, parecido a la mono.
c. Infecciones por herpes virus: se producen lesiones múltiples o incluso diseminadas que responden muy mal al
tratamiento. Son frecuentes las formas necrótico-hemorrágicas.
d. Lecuoplasia oral vellosa: son placas blanquecinas que asientan en los bordes laterales de la lengua y no se
desprenden con el raspado mecánico. Las produce VEB.
e. Angiomatosis bacilar: cuadro infeccioso sistémico que cursa con la aparición de pápulas rojizas diseminadas y afecta
múltiples órganos. Se debe a Bartonella henselae. Se trata con eritromicina.
Dermatitis no infecciosas:
a. Dermatitis seborreica: es la dermatosis no infecciosa más frecuente. Suele ser más extensa e intensa.
b. Foliculitis eosinofílica: destaca el prurito.
c. Aftosis oral recidivante: formación de aftas rebeldes al tratamiento.
Tumores cutáneos en el SIDA: el cáncer más frecuente en el SIDA es el sarcoma de Kaposi. Cursa con máculas fusiformes
violáceas que con el tiempo pueden evolucionar a nódulos indurados, con aspecto de mora. Se ha relacionado con la
infección del herpes virus humano tipo 8. El tratamiento del sarcoma localizado puede ser la extirpación, la radioterapia
o la vinblastina intralesional. Si está diseminado, se recurre al interferón o a la quimioterapia.
Tuberculosis cutánea: la forma más frecuente de tuberculosis cutánea es el lupus vulgar: placa amarillenta con color de
jalea de manzana a la digitopresión, crónica y progresiva, normalmente situada en la cara (preauricular).
Lepra: la lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad crónica causada por Mycobacterium leprae.
Histológicamente, es característico encontrarlo en el interior de los macrófagos, agrupados en formaciones llamadas
globi. Afecta sobre todo a la piel y al SNP. Para su transmisión se precisa contacto íntimo y duradero.
Dependiendo de la inmunidad celular, se distinguen dos formas clínicas principales:
a. Lepra tuberculoide: se traduce en una buena respuesta inmune al bacilo. Aparecen placas hipocrómicas con bordes
muy bien definidos, elevados y de morfología arrosariada. Es característica la pérdida precoz de la sensibilidad de
dichas zonas. En la microscopía se aprecian granulomas dérmicos perineurales.
b. Lepra lepromatosa: se presenta en pacientes con mala respuesta inmune celular y por ello abundantes bacilos. Es
típica el leproma (placa infiltrada mal definida que aparece en la cara y zonas distales de las extremidades). La
alteración de la sensibilidad es más tardía. La madarosis (pérdida de pelo en las cejas) y las facies leoninas (lepromas
faciales) son lesiones típicas.
c. Lepra borderline o dimorfa: formas clínicas inestables que combinan características de las otras dos.
El diagnóstico de lepra se hace mediante baciloscopía de una muestra de tejido ya que el bacilo de Hansen no se puede
cultivar. La intradermorreación con lepromina mide la respuesta inmune celular contra bacilos muertos. No es
diagnóstica, solo etiqueta la forma clínica, siendo positiva en la tuberculoide y negativa en la lepromatosa. La lectura es
a los 21 días (reacción de Mitsuda).
El tratamiento es prolongado:
- Lepra paucibacilar: consiste en sulfona + rifampicina durante sesis meses.
- Lepra multibacilar: sulfona + rifampicina + clofazimina durante dos años.