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“Misericordia, perdón y justicia en la fórmula de la gracia (Éx 34, 6-7)”

La experiencia del exilio supone para el pueblo de Israel una crisis de identidad que le conduce a repensar sus
propios principios teológicos, encontrando una posibilidad de recomenzar y reformular su fe exclusivamente desde la
misericordia de Dios, que emerge precisamente en el momento de mayor fragilidad y limitación del pueblo. Este tema
aparece en muchos textos del Pentateuco que retoman la llamada “fórmula de la gracia” (Éx 34, 6-7), donde desvela su
manera de actuar en la historia: con un misericordia abundante que redimensiona su justicia.
1. Dios es misericordia sobreabundante y gratuita
El contexto en que se proclama la fórmula es la renovación de la Alianza del Sinaí, después del la ruptura de la previa,
con la adoración del becerro de oro. Dios renueva aquí su alianza, pero sólo Él es el garante de la misma, revelando en
ella su “naturaleza divina” y su “conducta compasiva”. Es la tercera vez que se revela: La primera vez en la zarza “Yo soy
el que soy” y la segunda, respondiendo a Moisés “porque yo me compadezco de quien me compadezco y tengo
misericordia de quien tengo misericordia”. Con esta tercera vez, a través“fórmula de la gracia”, reafirma su manera de
actuar en la historia: con un misericordia abundante que redimensiona su justicia.
2. Huella de la fórmula de la gracia en las tradiciones teológicas de Israel
La fórmula aparece también en otros textos:
a) Num 14,18: Cuando el pueblo tiene miedo al regreso de los enviados a explorar la tierra prometida y desconfía.
Yahvé está cansado de sus murmuraciones y Moisés intercede por el pueblo, para que no les castigue, apelando a su
misericordia, y sugiriendo que muestre su “poder” como antes lo había hecho.
b) En le segundo mandamiento del Decálogo (Ex 20, 5-6 // Dt 5, 9-10). Aquí hay diferencias claras, pues empieza por
la justicia y son más breves las alusiones a la misericordia, sin hacer referencia al perdón; además la misericordia está
condicionadla a los que le aman y la justicia se aplica como castigo a los que no.
c) En Dt 7,9-10, en el contexto de la prohibición de no pactar ni emparentar con otras naciones afirma la fidelidad de
Dios. Aquí la misericordia precede a la justicia y resalta que es Yahvé quien guarda la alianza -no Israel-. Y como en Ex
20, 5-6 su misericordia exige respuesta de fidelidad y si esta no se da, vendrá el castigo.
3. Dios compasivo, clemente, paciente, rico en bondad y lealtad
a) Dios es compasivo: el amor de Dios es como el de una madre que se conmueve ante Israel, el hijo de su entrañas.
Se produce un cambio en la situación de Dios que se compadece. Puede ser porque Dios es garante de la Alianza o
bien porque el pueblo se convierte y ésta puede renovarse. Reconvierte su ira en compasión. Acciones resultado de
la compasión son: elegir de nuevo a Israel, renovar la Alianza, perdonar, consolar, reunir a los dispersos, afincar la
tierra, reconstruir Sión, fortalecer, multiplicar, bendecir. La compasión divina es garantía de que el amor permanecerá
siempre.
b) Dios es clemente: disposición de Dios para otorgar su gracia y su favor al pueblo. Dios tiene los ojos claros y
limpios, por ello encuentra la gracia inscrita en el fondo del pueblo, aunque éste ni se haya convertido ni deje de
pecar.
c) Dios es paciente (de amplias narices): esto, puesto en relación con la desobediencia reiterada del pueblo se
comprende mejor. La paciencia es la oportunidad que Dios da al pueblo para que se convierta.
d) Dios es rico en bondad y lealtad: Permanece aunque Israel se rebele, transgreda la ley y sea infiel. Yahvé siempre
espera la conversión. Es una actitud que beneficia a quien está en situación de necesidad y no puede ayudarse a sí
mismo. El amor se enfatiza en calidad y en cantidad.
4. Justicia, perdón y misericordia
4.1.Misericordia eterna y perdón
a) Perdón: el perdón de Dios tiene que salir al paso de la testarudez de Israel, que seguirá pecando. Carácter gratuito
del perdón. Dios carga con el pecado de Israel y libera así al pueblo del peso que todo supone. Pero no excluye que
quien ha pecado asuma la responsabilidad de lo que ha hecho, padeciendo las consecuencias de sus hechos.
Aunque su misericordia llega a quienes son pecadores y merecerían ser destruidos. Moisés no quiere exculpar al
pueblo del pecado cometido, sino garantizar que Dios los acompañará en el camino.
b) Renovación de la alianza: La singularidad de esta renovación del pacto está en la “maravilla” que supone la
restauración de Israel, siendo, como es, pecador. Se trata de una alianza con un pueblo pecador e infiel.
c) El perdón en la teología Dt: en ella, el perdón llega porque porque Dios recuerda su alianza, pero supone la
conversión del pueblo. Dios perdona a Israel, pero al mismo tiempo, el pueblo lleva las consecuencias del pecado
(murmuración, rebelión, desconfianza y desprecio, infidelidad y no escucha).

Síntesis 1

d) En la teología Dt la ira de Dios causada por el pecado no se entiende si no se pone en relación con otros títulos: Dios
es celoso y reclama ser obedecido, y no admite ningún rival frente a él. Y ahí, esta soberanía es inseparable de la
relación de fidelidad que tiene con Israel: le ama entrañablemente, es misericordioso y fiel, clemente y justo.
4.2.Justicia como castigo al mal cometido
Aparece a simple vista un Dios justo que no deja impune y castiga la culpa hasta en generaciones posteriores, cuya
forma de actuar parece opuesta a la del Dios misericordioso. La misma transgresión que se perdonaba antes, ahora se
castiga. Muy interesante la afirmación de Brueggemann: “alerta del hecho de que no toda la personalidad de Yahvé
queda incluida en el compromiso solidario de éste con Israel. Hay algo en el gobierno soberano de Yahvé - la propia
seriedad de Yahvé- con la que no se juega, ni siquiera en la práctica del a solidaridad”. Otros ejemplos de relaciones
entre misericordia y justicia:
a) Después de la construcción del becerro, dice a Moisés “Déjame sólo”, y quiero que intervenga Moisés y l pare, pues
al mismo tiempo que Dios no pretende rebajar ni dejar impune la transgresión, quiere dejar una puerta abierta.
b) Al hablar Moisés al pueblo de la reacción de Yahvé ante el becerro, el mensaje que da es que el perdón de Dios no
es automático, que Dios es libre de otorgarlo, y si lo hace, será por gracia y misericordia.
c) En los Capítulos 32-34:
- Si Dios dejara al pueblo sin castigo, iría en contra de su justicia y amor, de su plan salvífico. Si dejara que Israel
permaneciera en el pecado, en realidad lo condenaría a la infidelidad. El castigo, como padre, es signo de su amor, de
su deseo de recapacite y de búsqueda de un detonante se produzca la conversión.
- La visita de Dios. Dios cuida, se interesa por su pueblo y también se vincula a su “pedir cuentas”. Pero la
intervención ante el pecado no es inmediata, porque es paciente. Lo que realmente quiere es perdonar.
- Asumir la responsabilidad: El perdón es gratuito, pero la reconciliación supone que se asuma la
responsabilidad del mal cometido.
- La misericordia no está al mismo nivel que el castigo. Es eterna. El castigo, sólo alcanza algunas generaciones.
Dios apuesta por Israel.
5. El pecado del becerro de oro
La magnitud del pecado de idolatría se entiende desde la perspectiva de que es el pueblo el que prefiere otro Dios, uno
que se toca y se ve (a medida humana, al que pueden instrumentalizar, del que no se pueden esperar sorpresas) antes
que a una que se revela por medio de su Palabra. El hombre hace a Dios a su imagen y semejanza, en lo que se
denomina el “Pecado Original de Israel”. Por otro lado, con el becerro, niega que Dios sea su liberador y salvador. Se ha
olvidado de lo que hizo por él. Se ha corrompido, pervertido, desviado. Está cerrado, apegado a sus propios intereses.
Su corazón se ha endurecido como el del faraón. Contraposición entre la fidelidad de dios y la infidelidad del pueblo.
6. Consecuencias de la transgresión
La alianza se ha roto. Ya no trata a Israel como su pueblo, sino que le dice a Moisés “Tu pueblo, al que saqué de Egipto”.
Dios no camina con ellos, le sustituirá un ángel. Hay una distancia. Ya no habitará en el santuario, que será sustituido por
la “tienda del encuentro”, donde Dios y Moisés se encontrarán, fuera y a distancia del campamento. A pesar de todo,
Dios no abandona a su pueblo: La columna de nueve que bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda es la presencia
de Dios del Sinaí, pero lo hará a través de un intermediario: Moisés.
7. Misericordia que arraiga y se despliega desde Dios
La alianza se ha roto. Pero Moisés apela al Dios de la promesa hecha a los padres, pidiéndole que recuerde su alianza. El
éxodo, según Oseas, podría ser la historia de un padre que enseña a caminar a su hijo y que permanece siempre con él,
aunque falle, porque Israel es su hijo. Moisés intenta suavizar el rostro de Dios y conseguir su favor.
8. Dios, libre, para ser eternamente misericordioso
La misericordia de Dios no está condicionada por nada ni por nadie:
a) Dios deja que sus entrañas se conmuevan, sin que el Publio haga nada por lograrlo, pero no dejará de pedir
responsabilidad a Israel por el pecado cometido.
b) Dios sabe que es un pueblo de dura cerviz y seguirá pecando. La gracia de Dios es la única garantía de la alianza. Es
un Dios cuya fuerza y omnipotencia es su misericordia, que en la debilidad se hace fuerte.
c) Dios derrama su gracia sobre el pueblo, que descubre su identidad filial, porque tienes los ojos claros y limpios. Dios
es totalmente libre para actuar y el ser humano nunca logrará comprender a Dios, siempre se le escapará su misterio.
“Él no concuerda más que consigo mismo y con el nombre revelado a Moisés”.

Síntesis 2




9. Conclusión y valoración personal


Israel, a lo largo de su historia ha sido testigo de la bondad y la misericordia de Dios, pero su mejor comprensión se
produje cuando experimentó su pecado y ante él, la mirada compasiva y misericordiosa de Dios. Durante el exilio y pos-
exilio el recuerdo de su vida con Yahvé les estimulará a la conversión y a volver a escuchar al Señor. Desde el pecado,
conscientes de su incapacidad y su limitación, es desde donde se produce la apertura de la comprensión del pueblo al
ser de Dios. Sin embargo, Dios, que aunque deseoso de la conversión de su pueblo, no le ahorra el asumir las
consecuencias de sus actos a través de la justicia. El perdón es totalmente gratuito, pero la justicia evita la
instrumentalización de ese Dios, que en el ejercicio de su libertad más absoluta es -porque así lo es- compasivo,
clemente, paciente y rico en bondad y lealtad, sin dejar de lado a sus hijos, a los que, de no verse instados a la
conversión con sus reacciones justas, habrían perdido para siempre los caminos que les conducen a la verdadera
felicidad: aquellos en los que Dios camina con ellos.

Ana Aparicio Colino


21 de noviembre de 2021

Síntesis 3

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