Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
- Esta es una imagen que nos es sumamente difícil captar. La figura del
abogado es universal, porque todo el mundo tiene experiencia de un
amigo que viene en su ayuda; pero la figura de la propiciación procede
del sacrificio, y era más natural para los judíos que para nosotros. Para
entenderla tenemos que captar las ideas básicas que subyacen en ella.
Cuando Juan dice que Jesús es el hilasmós por nuestros pecados está
reuniendo en uno todos estos significados diferentes.
- Jesús es la persona por medio de Quien se eliminan la culpa por los
pecados pasados y la infección del pecado presente. La gran verdad
básica tras esta palabra es que por medio de Jesucristo se restaura y
mantiene la relación con Dios.
Notemos todavía otra cosa. Según Juan lo ve, esta obra de Jesús fue
realizada, no solamente por nosotros, sino por todo el mundo. Hay en el
Nuevo Testamento una línea constante de pensamiento en la que se subraya
la universalidad de la Salvación de Dios. De tal manera amó Dios al
mundo que envió a Su Hijo (Juan 3:16).
- Jesús está seguro de que, cuando sea elevado en la Cruz, atraerá a Sí a
todos los hombres (Juan 12:32).
- Dios quiere que todos los hombres sean salvos (1 Timoteo 2:4).
- Sería una osadía ponerle límites a la gracia y al amor de Dios o a la
eficacia de la obra y el sacrificio de Jesucristo. Es verdad que el amor
de Dios es más amplio que nuestras ideas, y en el mismo Nuevo
Testamento se intuye una Salvación cuyos brazos abarcan a todo el
mundo.
Querido amigo que me escuchaste, regálame 2 minutos para decirte algo muy
importante: La Biblia nos enseña que Dios NOS ama y tiene un plan
maravilloso para TODA la humanidad; sin embargo, TODOS somos
pecadores y, ese pecado nos separa de Dios. Ante esta situación, Dios proveyó
a su Hijo Jesucristo quien estuvo en esta tierra y caminó entre nosotros, siendo
sacrificado en una cruz por nuestros pecados y los de todo el mundo, para
garantizar nuestro perdón y otorgarnos salvación. Pero esa Salvación sólo se
hace efectiva cuando invitas a Jesús a entrar en tu corazón. No te estoy
hablando de una religión sino de establecer una RELACIÓN PERSONAL con
el Dios vivo. Por ello, si quieres recibir a Jesucristo como Salvador y como
Señor de tu vida, repite conmigo esta oración: Padre celestial, gracias por
tu amor, gracias porque enviaste a tu hijo Jesús a morir por mi en una cruz;
HOY me arrepiento de todos mis pecados y quiero que me perdones; deseo
recibir a tu hijo Jesucristo en mi corazón como Señor y Salvador. Yo creo que
él murió pero resucitó de entre los muertos y viene otra vez. Hoy te recibo por
padre, recíbeme tú por hijo. En el nombre de Jesucristo, tu hijo amado…
Amén!