La seguridad ciudadana es el medio por el cual se construye, mejora y
protege el orden civil democrático, puesto que, con ella se disminuye las amenazas de violencia en la población, y en consecuencia permite una coexistencia segura y pacífica dentro de cualquier comunidad. Es por ello, que la seguridad ciudadana se considera un bien público que lleva implícito salvaguardar con eficaz los derechos humanos inherentes a la persona, especialmente el derecho a la vida, la integridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de movimiento. Bajo esta premisa, Brotat i Jubert (2012) explica que la seguridad ciudadana debe entenderse como: “el conjunto de acciones democráticas en pro de la seguridad de los habitantes y de sus bienes, y ajustadas al derecho de cada país” (p. 23) es decir, la seguridad ciudadana no trata simplemente de la reducción de los delitos sino de una estrategia exhaustiva y multifacética para mejorar la calidad de vida de la población, de una acción comunitaria para prevenir la criminalidad, del acceso a un sistema de justicia eficaz, y de una educación que esté basada en los valores, el respeto por la ley, la tolerancia, y todas estas acciones fundamentada en la constitución que rige la nación. En este orden de ideas, si bien la seguridad ciudadana es una construcción permanente de la vida cotidiana, pues encierra mucho más que sólo la protección del estado a la ciudadanía mediante políticas de seguridad ciudadana, sino que se extiende a múltiples relaciones existentes entre la noción de "seguridad" con las de libertad, derechos humanos, democracia, criminalidad, orden público, entre otras muchas garantía que tienen los ciudadanos, ya que aunque una de las amenazas más visibles a la seguridad ciudadana es la delincuencia, no es la única. En este panorama, la seguridad ciudadana aparece como una noción difusa y de límites indefinidos, por lo que es necesario profundizar sobre su contenido su esencia, de ahí que se comience por documentar lo significa un estado social, esté de acuerdo con González (2013) es “un sentimiento colectivo, frágil y difuso, pero con fuertes y profundas raíces en el quehacer diario, en la forma en la que se desarrolla la convivencia humana en un determinado hábitat social” (p. 7) por ello, la seguridad ciudadana tiene todas las características de un derecho humano, es decir, es universal, posee un contenido que debe ser definido e identificado con precisión y es exigible frente al Estado, responsable de las medidas de protección en este ámbito. Es importante entender, que la ambigüedad siempre a regido a la seguridad ciudadana siempre ha existido a lo largo de la historia, esto se debe a varias razones, entre las que destacan la complejidad y el dinámico desarrollo de los procesos sociales; en primer lugar están los procesos de transición de regímenes políticos autoritarios a la democracia, y en segundo término la creciente urbanización, en tercer orden, el aumento de los flujos migratorios en todos las zonas geográficas, y otra serías la globalización, el incremento del crimen organizado y el acelerado desarrollo tecnológico. Con vista a lo anterior, es de hacer notar que seguridad ha sido desde siempre una de las funciones principales de los Estados. Aunque es de aclararse que, con la evolución de los Estados autoritarios hacia los Estados democráticos ha progresado también el concepto de seguridad. En función de que, el concepto de seguridad que se manejaba antes en los gobiernos que se rigieron por el autoritarismo, solo se referían a la seguridad ciudadana como una forma de garantizar el orden en una expresión de fuerza y supremacía del poder del Estado, mientras que en los estados democráticos esto va más allá de atender las causas potenciales de los delitos y la violencia, puesto que se esfuerza por prestar un servicio de seguridad que proteja los derechos humanos de cada ciudadano de la nación. En el marco de este escenario, la idea de una seguridad ciudadana en y para la democracia se visualiza desde la perspectiva de la seguridad humana, que significa retomar a la persona, en lo individual y lo colectivo, como el eje principal del objetivo de la seguridad. Esto ayuda a superar la visión que coloca al Estado bajo una doble dimensión, como objetivo en sí mismo y como ejecutor de la misma, simultáneamente. Esto lleva, Es por ello, que hoy día, los Estados democráticos promueven modelos policiales acordes con la participación de los habitantes, bajo el entendimiento de que la protección de las personas por parte de los agentes del orden debe darse en un marco de respeto de la institución, las leyes y los derechos fundamentales. Es más, el Centro de Estudios para la Paz (2018) dice que los agentes de la seguridad ciudadana, tienen como finalidad
Mantener el orden y evitar el caos, pero igualmente, están al
corriente que su función es macro conservar las condiciones en que los individuos que interactúan en una sociedad se encuentren libres de riesgo y daño; proveer respeto y resguardo de los derechos y garantías individuales(s/p)
Así, desde la perspectiva de los derechos humanos, cuando en la
actualidad se habla de seguridad ciudadana, y sobre todo de las funciones de los agente que están al servicio del pueblo seguridad no pueden limitarse solo a la lucha contra la delincuencia, sino que ellos son la garantía para crear un ambiente propicio y adecuado para la convivencia pacífica de las personas que viven en comunidad. Por ello, el concepto de seguridad ciudadana debe poner mayor énfasis en la instrucción de los agentes encargados de mantener la seguridad para ofrecerles herramienta que les ayude a realizar labores de prevención y control de los factores que generan violencia e inseguridad, para así evitar recurrir a acciones represivas o reactivas cuando deban dar respuesta a situaciones de riesgos, amenazas y vulnerabilidades. Es de hacer notar, que en Venezuela muchas veces se utiliza, el término seguridad ciudadana vinculada al control del orden público y esto no puede estar más lejos de la realidad orden público no es un concepto pacífico, ya que de acuerdo con Sanjuán, (2020): La idea de orden lleva implícita la de desorden, lo cual fortalece la noción de un estado permanente de búsqueda de una tranquilidad o paz social, que en la realidad no se corresponde con la dinámica de los procesos sociales, pues, el sujetos siempre a una evolución compleja y cambiante, de acuerdo con los contextos y períodos históricos en que éstos se encuentren. (s/p)
Con vista de lo anterior, no es ideal que se confunda tan a menudo la
seguridad ciudadana con el orden público, pues no es ideal pensar que en una sociedad todo debe estar en orden pues como cambiante que el desarrollo y progreso de los pueblos en estos necesariamente surgen conflictos, y vincular el control del orden público con la seguridad ciudadana es restringir, libertades de algún modo y trae como consecuencia más caos y descontrol; mientras que la seguridad ciudadana sin vincularla al control del orden público favorece la cultura de la solución consensuada de los problemas de seguridad social y por tanto contribuye enormemente a fortalecer las percepciones que acompañan a la seguridad ciudadana donde los entes encargados de garantizarla son los primeros en promover la paz aun donde hay desconcierto social, como es el caso de hoy día en Venezuela. En virtud de lo anterior, El Nacional (29-6-2019): dice que en
Venezuela se encuentra hoy día sumido en una crisis política que
ha llevado a un aumento del desorden público, pues cada ciudadano sin importar color político, considera que debe salvaguardar sus derechos con protestas de calles, asumiendo acciones muchas veces fuera de las leyes que rige el país (p. 25)
En este escenario, es importante que sobre todo los agentes policiales
que son los que tienen contacto directo con los ciudadanos tengan claro que estos criterios orden público y seguridad ciudadana son diferentes de no estar al tanto puede traer consecuencias graves y ocasionar más problemas de los que ellos pretenden resolver. Es de aclarar, que la conflictividad en escenarios de seguridad ciudadana se da entre civiles, cuya máxima expresión estaría en la comisión de delitos, en esos casos el delincuente tiene derechos y debe ser sometido a un proceso legal con resguardo de todas las garantías, sin menoscabar los derechos universales más básicos como el derecho a la vida. Es de destacarse, que la historia nacional reciente el ejemplo emblemático de las fusiones entre los mencionados términos está los acontecimiento del 2014, cuando el muchos de los órganos de seguridad ciudadana salió a la calle a controlar las manifestaciones que salieron a protestar con razón o sin razón en las principales ciudades del país. En estas protestas se desarrolló confrontación de grupos opositores y grupos del gobierno nacional en las calles con saldo de decenas de muertes, televisadas en vivo, así como movilizaciones multitudinarias y ocupación estable de espacios urbanos por grupos antagónicos, como símbolo de dominio territorial. Pero sin duda algunas, quienes fueron señalados por malas prácticas ciudadana fueron los órganos encargados de la seguridad nacional. El panorama anterior, permite entrever que, es conveniente que los agentes policiales tenga correcta y claramente los conceptos de seguridad ciudadana pues confundir los conceptos de seguridad ciudadana y control del orden público puede llevar a que se fusione ámbitos civiles y militares, política democrática con política criminal, fenómenos delictivos con amenazas internas a la seguridad de la nación, participación ciudadana en la elaboración de la política pública con acciones policiales y militares ejercidas por la propia comunidad. Confundir estos dos términos trae como consecuencia que algunos ciudadanos se hayan convertido en policías en vez de hacer lo contrario: convertir a los policías en ciudadanos. Desde esta concepción, el abuso de autoridad policial que muchos agentes policiales han realizado en el ámbito de seguridad ciudadana es sin duda falta de información clara y concisa de cómo asegurar la protección de los derechos humanos, como ciudadano común o como agentes de cambio, pues si cada personas sin importar el rol que ejerza en la sociedad se coloca límites al ejercicio arbitrario de imponer ideas, sin acatar las leyes se comenzaría así con el resguardo esencial para la seguridad ciudadana de los pueblos. En correspondencia con este hecho es importante que todo el agente civil y policial conozca la herramienta útil y efectiva con que cuentan para defender la seguridad de todos, pero también que conozcan como utilizarla sin avasallar derechos de quienes sirven. Por tanto, el respeto y la adecuada interpretación y aplicación de las garantías establecidas en la Constitución de la republica Bolivariana de Venezuela deben servir a las instituciones encargadas de salvaguardar la seguridad ciudadana como guía para encauzar la actividad de la fuerza pública en el respeto de los derechos humanos de todos los ciudadanos. Aun sin embargo, el desarrollo de la noción de seguridad ciudadana o de sus componentes es incipiente, debido a que en la nueva Constitución, no se delimita específicamente, el tema o sus aproximaciones pues son y ha sido siempre definido dentro del ámbito del orden público. En efecto, la Constitución de 1999 hace referencia al "orden público" como límite al derecho de las personas al libre desenvolvimiento de su personalidad tal cual como lo dice el Artículo 20. “Toda persona tiene derecho al libre limitaciones que las que derivan del derecho de las demás y del orden público y social”. Todo ello, significa que la libertad de las personas encuentra sus limitaciones en la noción de orden público, social y el derecho de otros, como lo establece el artículo señalado. A la luz de estos elementos, se fortalece las percepciones que las instituciones policiales y civiles encargadas de garantizar y acompañar la seguridad ciudadana tenga un punto claro que la seguridad ciudadana hace énfasis principalmente a la concepción del ser humano con conciencia y voluntad que puede y debe incidir en su entorno social y político. Es decir, que la seguridad ciudadana tienen que ver con permitir de manera cívica la protección de tipo de espacios de expresión y participación en torno a sus necesidades compartidas sin que sean estos espacios criminalizados Por lo anterior, y concreto con el caso que se trata en este discurso examinador con el que se quiere hacer un análisis crítico de lo que significa seguridad ciudadana, se invita a transforma una visión simple de protección del ciudadano de delitos diversos e ir más allá, es decir hacia visión profundamente humana, donde cada uno de los pobladores de este país sea responsable de sus acciones y enfrente de acuerdo a la ley con sus consecuencia sin importar el rol que cumpla en la sociedad en otras palabras si el agente o ciudadano común, en función de que la seguridad ciudadana debe considerar que todos los individuos han de encontrarse en un estado permanente de corresponsabilidad entre ellos y el Estado (representado en nación en general). Sin embargo, se hace vital destacar, que la novel Constitución venezolana trata en su texto la idea de seguridad ciudadana y con ello, reabre a lo interno de la Política legislativa local, la tensión entre libertad y seguridad y el giro que en tal sentido pueda adoptarse para auspiciar el equilibrio dentro del contexto del Estado constitucional o generar mayores contradicciones. Pues, parte de este devenir constitucional es el advenimiento de la legislación sobre seguridad ciudadana, lo cual se enlaza con necesidades postergadas de regulación de la función policial de tal modo que el modelo de seguridad que se vaya gestando, va orientado en el sentido expresado por Baratta( 2016) ";el derecho a la seguridad"; o ";la seguridad de los derechos"; con lo cual se realizará o negará los postulados de un Estado declarado Constitucional, con relación al Estado de los derechos humanos. En consideración a lo anterior, en cuanto, a la seguridad ciudadana la Constitución de la republica Bolivariana de Venezuela invita a todos los ciudadanos a actuar para prevenir, atender y controlar las infracciones y violaciones a la seguridad de la población general sin discriminaciones de ningún tipo, en los diferentes ámbitos y ciclos de su vida y tomando en cuenta sus diversas identidades y pertinencias, y valorando los aspectos de género que las explican así se visualiza en Artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a
través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de emergencias será regulada por una ley especial. Los cuerpos de seguridad del Estado respetarán la dignidad y los derechos humanos de todas las personas. El uso de armas o sustancias tóxicas por parte del funcionariado policial y de seguridad estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, conforme a la ley.
En vista de lo que refiere el anterior artículo del ordenamiento jurídico
venezolano vigente, muestra a la seguridad ciudadana con delimitación restrictiva, ya que hace referencia a la protección de los órganos de seguridad cuando las personas se vean envueltas en situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes con lo cual no se garantiza el ejercicio de los derechos sino en determinadas circunstancias. Igualmente este artículo hace referencia cuando hace referencia a los órganos de la seguridad ciudadana y abre la posibilidad de la participación comunitaria en tareas de seguridad reguladas por la ley. Asimismo, contempla una futura normatividad en el uso de armas o sustancias tóxicas en eventos de movilización social. También se refiere a las competencias concurrentes en la organización y funcionamiento del servicio de policía. En síntesis en este artículo se respalda la necesidad que tiene los órganos de seguridad ciudadana en estar bien claros hacia donde ir para lograr que la mayoría de la ciudadanía de la nación sienta que cuentan con una verdadera seguridad ciudadana. En conclusión, la seguridad ciudadana es una modalidad específica de la seguridad humana, que puede ser definida inicialmente como la protección universal contra el delito violento o predatorio. Seguridad ciudadana es la protección de ciertas opciones u oportunidades de todas las personas su vida, su integridad, su patrimonio contra un tipo específico de riesgo (el delito) que altera en forma "súbita y dolorosa" la vida cotidiana de las víctimas. Y son los órganos de seguridad ciudadana quienes deben estar atentos para su garantía.
Referencias Bibliográficas
Brotat i Jubert, R. (2012). Un concepto de seguridad ciudadana. Ediciones
Nueva Sociedad.
Centro de Estudios para la Paz (2018):”Cifras de criminalidad y violencia
en Venezuela”. Caracas. Universidad Central de Venezuela, Ediciones Mimeo.
Constitución De La Republica Bolivariana De Venezuela Gaceta Oficial
Extraordinaria N° 36.860 de fecha 30 de diciembre de 1.999
El Nacional (29-6-2019). “Protesta en Venezuela 2014”, p. B. /.21.
González, P. (2013). Seguridad ciudadana: Cuadernos de seguridad y
defensa Ediciones Mimeo
Sanjuán, A. (2020):”Cuadros de Criminalidad en Venezuela, 2010-2020”.