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El estrabismo es un problema que afecta a la coordinación de los
movimientos de los ojos, de modo que cada uno de ellos mira en una
dirección diferente. La desviación puede ser permanente o puede
aparecer y desaparecer, aparentando normalidad en algunas
ocasiones. En el recién nacido es normal que los ojos puedan
desviarse hasta los 3 o 4 meses sin que exista ninguna enfermedad.
Según la causa:
Causas ópticas. Debido a hipermetropía, miopía y/o astigmatismo.
Causas orgánicas. Debido a leucomas corneales (manchas blancas en
la córnea), cataratas, etc.
Causas anatómicas. Debido a malformaciones, causas neurológicas,
etc.
Hereditario.
En adultos se puede presentar un estrabismo por:
Traumatismos: fractura orbitaria, lesión craneal, cirugía.
Procesos inflamatorios: celulitis orbitaria, meningitis tuberculosa.
Tumores: meningioma, neurinoma acústico, tumores orbitarios o
metástasis.
Otras enfermedades: esclerosis múltiple, aneurismas, diabetes
mellitus, hipertensión arterial, ictus, arteritis de células gigantes,
miastenia gravis, miositis orbitaria y enfermedad de Graves.
La detección precoz es la mejor garantía de un diagnóstico y
tratamiento adecuados. Además, con independencia de la edad,
cualquier movimiento o gesto que nos haga sospechar la existencia de
estrabismo debe ser valorado de forma inmediata. Todos los niños que
desvíen un ojo de forma intermitente deben ser valorados a los 4-6
meses de edad. Los niños que tengan una desviación permanente
deben ser valorados antes de esa edad.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del estrabismo se realiza mediante un examen
oftalmológico. Cualquier niño mayor de 4 meses cuyos ojos no estén
alineados durante todo el tiempo debe ser examinado por el
oftalmólogo. Si el problema es muy evidente, debe ser examinado
antes de los 4 meses. Además, los pediatras deben revisar la visión en
todos los niños en torno a los 3 años. Ante cualquier anomalía deben
ser remitidos al oftalmólogo.
Tratamiento del Estrabismo
El objetivo del tratamiento del estrabismo es fortalecer los músculos de
los ojos y restablecer la visión binocular (por los dos ojos). El
tratamiento varía en función del origen del estrabismo, de la edad del
paciente y de la evolución. En ocasiones se corrige con gafas que,
además corrigen la ambliopía o la hipermetropía subyacentes. Los
ejercicios oculares pueden ser útiles.
Los estrabismos convergentes suelen asociarse con hipermetropía
(hipermetropía estrábica). Por este motivo, lo primero que se debe
hacer con un niño con sospecha de estrabismo es graduarle para
saber si es hipermétrope. Si se confirma la hipermetropía se deben
prescribir unas gafas y observar si la desviación se corrige con las
mismas. Si el niño no desvía el ojo con las gafas puestas, no debe ser
operado y debe ser tratado únicamente con las gafas, Sin embargo, la
hipermetropía tiende a disminuir con la edad y, si llega a desaparecer,
el niño podrá estar sin gafas y sin desviar el ojo ya que su estrabismo
era totalmente dependiente de la hipermetropía. Si estos niños son
operados tienen mayor tendencia a desarrollar un estrabismo
divergente la edad.
Cuando como consecuencia del estrabismo se produce un ojo vago o,
lo que es lo mismo, ambliopía (ambliopía estrábica), el tratamiento
consiste en ocluir, es decir tapar con parches, el ojo bueno para
fortalecer y mejorar la visión del ojo desviado. La oclusión solo corrige
el problema visual y no disminuye la desviación estética. En general,
cuanto antes se trate le ambliopía, mejor será la visión posterior.
La corrección estética de la desviación puede tratarse mediante la
inyección de toxina botulínica o mediante cirugía para reforzar y/o
debilitar los músculos encargados de la movilidad del ojo. En general
se utiliza la toxina botulínica en estrabismos convergentes por debajo
de los 4 años, con desviaciones no muy grandes y sin componente
vertical asociado. En el resto de los casos la opción es la cirugía. La
gran mayoría de los estrabismos de adultos se operan con fines
estéticos. En la cirugía del estrabismo, el cirujano despega y recoloca
los músculos dependiendo de la dirección de desviación.
La recuperación es rápida y los niños pueden retomar su actividad
habitual en pocos días. Tras la cirugía se pueden seguir necesitando
las gafas. En ocasiones puede necesitarse más de una cirugía para
fortalecer los ojos.