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Contenido médico revisado por Dr. Francesc Duch - Última revisión 21/01/2020
¿Qué es la hipermetropía?
¿Puede corregirse?
Síntomas de la hipermetropía en la infancia
Corrección de la hipermetropía
¿Qué es la hipermetropía?
La hipermetropía en la infancia aparece como un defecto refractivo por el que la imagen
se enfoca por detrás de la retina y hace que la visión sea borrosa. La causa puede estar
en el globo ocular o, más raramente, en que la potencia óptica de la córnea y el
cristalino sea menor de la necesario. En la hipermetropía infantil existe un cierto
componente hereditario.
¿Puede corregirse?
La mayoría de los niños son hipermétropes al nacer (hipermetropía fisiológica), pero
esta situación se va corrigiendo a medida que crecen y se desarrolla el ojo, y disminuye,
hasta desaparecer, hacia la adolescencia.
Corrección de la hipermetropía
No siempre es necesario corregir la hipermetropía. Incluso en algunos casos sólo se
compensa una parte. El tratamiento habitual en niños es la corrección óptica con gafas.
Pueden necesitar corrección si la hipermetropía es alta para su edad o si, aunque no sea
alta, provoca sintomatología. Según la edad del niño y su capacidad de colaboración, se
pueden utilizar lentes de contacto para practicar deportes o en casos de anisometropía
(diferencia importante de graduación entre los ojos)
A la hora de detectar la ambliopía u ojo vago en niños, los padres o profesores deben
estar atentos a ciertas señales de alarma, independientemente de lo que pueda observar
el oftalmólogo en las revisiones preceptivas. Los principales síntomas del ojo vago en
niños son:
Si el niño tuerce uno o los dos ojos, aunque sólo sea en ciertas ocasiones.
Si el niño cierra un ojo para enfocar.
Si tiene dolores de cabeza.
Si inclina la cabeza cuando realiza tareas que requieren esfuerzo visual.
Si guiña los ojos o se los frota a menudo.
Además, existen más posibilidades de que el niño padezca ojo vago si ha sido
prematuro o si existen antecedentes familiares de ambliopía, problemas de retina o altas
graduaciones de problemas refractivos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo).
En conclusión, el ojo vago o ambliopía en niños debe ser detectado y tratado de forma
precoz por el oftalmólogo, ya que a edades tempranas el sistema visual aún no ha
completado su desarrollo y, por lo tanto, es más moldeable. Dependiendo de cuál sea el
origen del problema, el tratamiento del ojo vago en niños puede pasar por el uso de
gafas o lentes de contacto (graduadas para corregir el defecto refractivo, miopía,
hipermetropía y/o astigmatismo) o por la penalización del ojo que funciona
correctamente mediante la utilización de parches oculares, colirios o filtros. En algunos
casos, el especialista en oftalmología pediátrica también se pueden planificar
tratamientos para corregir el estrabismo: desde el uso de bótox a la cirugía.
Qué es
La ambliopía, conocida popularmente como ojo gandul o vago, es una patología común
en los niños. Consiste en la pérdida de visión en un ojo, lo que impide ver
claramente a través de él, sin que haya alguna deficiencia estructural en el globo
ocular. Esto se debe a que la coordinación entre el ojo y el cerebro para interpretar las
señales ópticas no se ha desarrollado lo suficiente.
Causas
Puede originarla cualquier condición que altere el desarrollo de la visión, aunque la más
común es el estrabismo. También puede ser debido a trastornos a la hora de adecuar la
luz y formar la imagen en la retina. O por otras patologías relacionadas, como son la
miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
Síntomas
La ambliopía puede contar con varios síntomas que deben tenerse en cuenta a la hora de
ser diagnosticados:
Mala visión en un ojo o visión deficiente: es el tipo más frecuente, ya que si el niño ve
mal, lo normal es que lo manifieste de alguna forma.
La acción de entrecerrar los ojos, parpadear de forma excesiva o cerrar un ojo para
ver.
Prevención
Las formas de prevenir la ambliopía son escasas. No obstante, se debe realizar una
revisión oftalmológica desde una edad temprana y posteriormente acudir una vez al año
si los resultados de esta han sido de normalidad.
Tipos
Ambliopía estrábica: sucede cuando uno de los ojos tiene un desvío hacía dentro o
hacia afuera y el cerebro, para no afectar a la visión, deja de recibir información óptica,
y posteriormente disminuye la visión en ese ojo.
Ambliopía por privación: ocurre cuando una patología priva al ojo de experiencia
visual, lo que puede degenerar en una pérdida de visión.
Ambliopía refractiva: ocurre cuando hay un defecto refractivo muy grande o desigual
en el ojo. En este caso, el cerebro deja de suministrar información al más dañado. Esta
tipología de ojo vago es la más complicada de encontrar, ya que hay que llevar a cabo
un análisis de visión.
Diagnóstico
El diagnóstico depende de la causa que haya generado esta ambliopía. No obstante, la
detección de esta patología es sencilla, a través de la revisión rutinaria con un
oftalmólogo. En estas pruebas se llevarán a cabo una medición de la graduación
necesitada por el niño, donde quedará claro cuáles son las necesidades de este. Estas
revisiones, similares a las efectuadas por los adultos, consisten en percibir una figura de
un tamaño determinado. Estas figuras suelen ser letras pero se pueden barajar
alternativas, como son distintos dibujos, en el caso de que el paciente aún no tenga un
conocimiento del abecedario.
Tratamientos
Según Gabriel Scalerandi, oftalmólogo de la Sociedad Oftalmológica de la
Comunidad Valenciana (SOCV), primero suele tratarse la causa que produjo esta
ambliopía, que suele ser miopía o astigmatismo, para después recuperar la visión
perdida en el ojo vago. Cuando es debido a un estrabismo se suelen tratar con la ayuda
de una gafa y si no se recupera con la oclusión del ojo, utilizando un parche. El objetivo
de este tratamiento es recuperar la máxima visión posible y después continuar con una
terapia de mantenimiento para recuperar la visión hasta que el paciente tenga mínimo 9
ó 10 años.
Otros datos
El uso de distintos aparatos electrónicos puede acelerar la ambliopía, ya que una
exposición prolongada a la tableta o el teléfono móvil generan fatiga visual, lagrimeo e
incluso visión borrosa, que exacerba la aparición de los síntomas.
No obstante, la calidad de vida del niño no tiene por qué verse mermada, ya que un
diagnóstico rápido evitará futuros problemas de visión en el futuro. Además, es
excepcional la población que ve mermada su visión en la edad adulta por un caso de
ambliopía en la niñez.
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