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El lector lo percibe como alguien real y cercano. Es una magnífica oportunidad para lograr que
el lector establezca una conexión con nuestro libro, de forma que no quiera abandonar la
lectura y acabe leyendo nuestro relato entero.
Además de esto último, si usamos el narrador en primera persona, esto nos permitirá añadir
mucha más información del personaje sobre al que estamos convirtiendo en narrador. Al final,
lo más importante será que, además que nos transporte por la historia, genere un sentimiento
en el lector. Una empatía, un odio, rechazo… En este tipo de narrador, también distinguimos
dos subgéneros, el narrador testigo y el narrador protagonista.
El narrador testigo
En este tipo, el narrador consiste en una figura que, sin ser el protagonista de nuestra historia,
sí contará los sucesos y el transcurso de esta. Será una figura muy cercana al personaje
principal, que estará en el transcurso de los principales sucesos de nuestro libro. Narra en
primera y en tercera persona las acciones de otros personajes, además siempre se incluye
dentro de la narración, pero solo como un observador. Se trata de un punto de vista de esta
figura, que se limitará a contar las acciones que se realizan, sin emitir juicios de valor alguno.
Es un tipo de narrador muy útil cuando se quiere mostrar la personalidad del protagonista.
Se trata del segundo tipo dentro de esta narración en primera persona. Es el más habitual a la
hora de escribir un libro, puesto que es uno de los recursos más utilizados. Consiste en que el
protagonista principal de nuestro relato cumpla la función de narrador, siendo él quien nos
ofrezca sus puntos de vistas, las vivencias, cómo actúa en la historia y cómo la siente, su
relación con los demás personajes… Como si estuviésemos manteniendo una conversación con
el lector. En las novelas, libros de ficción, aventuras, etc. es muy frecuente la utilización de este
tipo de narrador.
Esta categoría comprende a los tipos de narradores que emplean la redacción en segunda
persona. Se caracteriza por ser una explicación de la historia a una persona en concreto. Su
empleo se resume a hacer partícipe de la historia al lector y convertirlo en protagonista . Como
si fuese un diálogo que establecemos con nuestro público, en el que uno habla y otro escucha.
Para que este tipo de redacción resulte efectiva, tendremos que escribir con toda perfección
de detalles tanto los hechos, como nuestras localizaciones, el ambiente… Crearle al lector la
imagen de eso que le estamos ofreciendo.
Dentro de los tipos de narradores, encontramos a aquellos que cuentan la historia en tercera
persona. O lo que es lo mismo, aquellos narradores que relatan nuestro libro y está
caracterizado por no participar nada, o lo menos posible, en el transcurso de la historia. Es un
narrador extradiegético. Aquí la voz narrativa se dirige a uno o a varios personajes de forma
directa. Para este tipo de narrador, vamos a distinguir a dos tipos. Puede ser
un narrador omnisciente, es decir, un narrador que sabe absolutamente todo lo acontecido. O
bien, un narrador observador, que será una figura neutral que contará la historia de forma
objetiva.
Conoce todos los aspectos del relato. Es otro de los tipos de narradores más utilizados en los
libros. Se trata de un tipo que, siendo ajeno a la historia, conoce todo de ellas. Las
características principales del narrador omnisciente son que expone y comenta las actuaciones
de los personajes y los acontecimientos que se van desarrollando en la narración. Sabe todos
los detalles de la historia y tiene acceso a toda la información del libro, incluso a qué piensan
todos los personajes.
Hay que tener cuidado con la redacción y la composición en este tipo de narradores. No
podemos ir saltando de una mente a otra de los diferentes personajes, porque produciría una
gran confusión en la comprensión de los lectores. Hay que centrarse en elaborar un desarrollo
lógico, se interna en los personajes y les cuenta a los lectores los pensamientos más íntimos
que cruzan por sus mentes, sus estados de ánimo y sentimientos. Esta composición del texto
ha de hacerse de forma directa.
Un narrador objetivo
El narrador observador es el último tipo de narrador. Se trata de una tipología que presenta
características similares con el narrador omnisciente. Sin embargo, hay una diferencia que es
clave para distinguir a estos dos tipos de narrador en tercera persona. El observador no tiene
acceso directo a toda la información de lo que acontece el texto. Hace una redacción lo más
neutral y objetiva posible, intentando involucrarse lo más mínimo en el desarrollo de los
hechos, desde el punto de vista tanto psicológico como físico.
Como has podido comprobar, hay varios tipos de narradores que puedes elegir para construir
tu historia. Dependerá de qué quieras contar y el tipo de libros que elijas para escribir tu
relato. Una vez que tengas tu historia, deberás tomar otra difícil decisión, elegir una editorial
con la que publicarla. Hoy en día, el tener acceso a una editorial es una tarea sencilla. Con una
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