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? En novela, algunos ejemplos son Los juegos del hambre, de Suzanne Collins; El largo
adiós, de Raymond Chandler; El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
? Ejemplos: El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Aura, de Carlos Fuentes; Querido John,
Nicholas Sparks.
3. Narrador testigo
Como su nombre indica, el que cuenta la historia es un narrador testigo. Es un narrador en
primera persona o tercera persona. No se trata del protagonista, sino de un personaje que ha
presenciado lo ocurrido y lo cuenta desde un punto de vista concreto, limitado, con pocas o
ninguna referencia a sí mismo. Como máximo, puede facilitarnos su punto de vista, pero no
hace juicios de valor.
Es un narrador testigo que puede integrarse en la acción u presenciarla desde fuera para contar
los hechos que presenció. De esta forma, debemos otorgarle un lenguaje personalizado según
sus características, no hacer que su narración sea un mero informe.
Según la forma en que este narrador observador nos comunique la información, podemos
dividirla en tres categorías:
o ? Testigo impersonal
Su mirada se asemeja a una cámara de cine, es decir, se limita a narrar lo que está sucediendo.
Por esta razón, lo habitual es que aparezca en tiempo presente.
o ? Narrador testigo presencial
Sirve para contar un acontecimiento o vivencia que se presenció en el pasado.
o ? Narrador informante
Los hechos se presentan a modo de crónica o informe, como si se tratase de un documento
auténtico.
? Ejemplos de tipos de narrador testigo son: La colmena, de Camilo José Cela; las novelas de
Sherlock Holmes, en las que Watson nos narra las peripecias del inmortal detective; o El
capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte.
4. Narrador equisciente
Con frecuencia, este narrador objetivo se confunde con el omnisciente, pero su punto de vista
es distinto. El narrador equisciente sigue los pensamientos y motivaciones de un único
personaje de la historia, exponiendo y revelando lo que le ocurre de una manera objetiva. Está
atado a su visión.
Por lo tanto, su mirada está limitada y no puede saber qué opinan los demás, solo hacer
apreciaciones subjetivas y suposiciones sobre los mismos.
Este narrador nos proporciona múltiples perspectivas sin perder verosimilitud y credibilidad,
ya que, aunque no es un actor de la historia, las opiniones y reflexiones se identifican con las
del personaje al que sigue. Y este hecho, a su vez, acerca al lector haciéndole empatizar. Es
perfecto para introducir el elemento sorpresa en nuestro relato.
? Un claro ejemplo de este tipo de narrador lo encontramos en los relatos detectivescos, como
los de Agatha Christie.
5. Narrador omnisciente
El narrador omnisciente es el que sabe y conoce toda la información sobre los personajes y las
tramas. Tiene el poder de anticiparse a los acontecimientos, de suponer, de juzgar y de
contarnos cómo se sienten los personajes.
Es una voz narrativa en tercera persona, no se trata de un personaje del relato, si no de alguien
externo a la historia. De esta forma, conseguimos posicionar al lector por encima de los
personajes, pues tiene mayor información que ellos.
Como principal desventaja, el narrador omnisciente no puede unir al lector con un punto de
vista único. Su proximidad con el relato se reduce, dejándole menos margen para fantasear y
hacer sus propias conjeturas.
A veces, la limitada y subjetiva visión de un narrador testigo o en primera persona, nos
permite generar espacios de «silencio» o «desinformación» donde el lector debe conjeturar y
de esa forma participar del relato. La excesiva información por parte de un narrador
omnisciente (llamado narrador Dios porque todo lo ve) no siempre está bien empleada.
En cualquier caso, si te has decantado por un narrador omnisciente, asegúrate de que has
seleccionado la información oportuna. Es frecuente cometer el error de mostrar todos los
datos de golpe y no excluir aquello que es irrelevante.
Recuerda siempre dosificar la información, escoger lo que el narrador cuenta y lo que omite, y
decidir cuándo mostrarlo. Estas decisiones son vitales, ya que la tensión, el suspense y el
grado de interés en la historia dependen de ello.