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Sociologí Resumen del Texto "Sociología de la Cátedra: Altillo.

co
1º Cuat. de 2012
a Dominación de Sociología" Filmus m

Sociología de la dominación
Max Weber

La dominación es uno de los más importantes elementos de la acción


comunitaria. Es la suma de poder (capacidad de ejercer influencia sobre la
acción de los otros, ya sea por imposición, conveniencia, etc.) y de legitimidad
(que se halla obediencia, aceptación, reconocimiento). Es decir que la
dominación es la acción de ejercer influencia y hallar obediencia, que responde
a un mandato específico y es el poder basado en la autoridad. Entendemos por
dominación un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta (“mandato”)
del dominador influye sobre los actos de los dominados. Se genera una
vinculación entre dominantes y dominados.

Toda dominación se manifiesta y funciona en forma de gobierno. Todo régimen


de gobierno necesita del dominio en alguna forma, ya que para su desempeño
siempre se deben colocar en manos de alguien poderes imperativos.
Los gobiernos directamente democráticos se basan en la suposición de que
todo el mundo está igualmente calificado para la dirección de asuntos comunes
y se reduce a lo mínimo el alcance del poder de mando. En tal régimen, las
funciones de gobierno de transmiten simplemente mediante un sistema de
turnos o se ejercen mediante suertes o por elección directa durante un breve
periodo, reservándose a los miembros de la comunidad todas las decisiones
importantes y correspondiendo a los funcionarios sólo la preparación y
ejecución de las disposiciones, así como la “dirección de asuntos corrientes” de
acuerdo con los decretos establecidos.
Por reducida que sea la esfera de poder, deberán siempre confiarse a algún
funcionario ciertas facultades de mando. Igualmente existen límites
democráticos a sus funciones.

La posición dominante de las personas pertenecientes a la organización frente


a las masas dominadas se basa siempre en la posibilidad que tienen los
miembros de la minoría dominante de ponerse rápidamente de acuerdo y de
crear y dirigir sistemáticamente una acción societaria racionalmente ordenada y
encaminada a la conservación de su posición dirigente.
La subsistencia de toda dominación se manifiesta del modo más preciso
mediante la autojustificación que apela a principios de legitimidad. La autoridad
de un poder de mando puede expresarse en un sistema de normas racionales
estatuidas. Así, este sistema de normas legitima al que dispone del mando, y
su poder es legítimo en tanto que es ejercido de acuerdo con las mismas. Se
obedece a las normas y no a la persona. Por otro lado, la obediencia puede
basarse en a autoridad personal, que puede tener su fundamento en la
santidad de la tradición, y por tanto, de lo acostumbrado, de lo que ha sido
siempre de un modo determinado, lo cual prescribe obediencia en
determinadas personas. Finalmente puede basarse en la consagración de lo
extraordinario, en la creencia de un carisma, es decir, en la efectiva revelación
o gracia concedida a ciertas personas en tanto que redentores, profetas y
héroes de toda clase.
Los tipos puros de dominación legítima
En las relaciones entre dominantes y dominados, la dominación suele apoyarse
interiormente en motivos jurídicos, en su legitimidad. En forma totalmente pura,
los motivos de legitimidad (órdenes legítimos) de la dominación son sólo tres
(los cuales se pueden combinar entre sí), cada uno de los cuales tiene una
base sobre la cual construye su legitimidad.

• Dominación racional legal


El tipo más puro de la dominación racional legal es la dominación burocrática,
cuya idea básica es que cualquier derecho puede crearse y modificarse por
medio de un estatuto sancionado correctamente en cuanto a la forma.
La base de legitimidad es la ley escrita impersonal, que regula las acciones de
todos, a la cual deben someterse todos, contiene todo tipo de comportamientos
(para garantizar previsibilidad) y establece limitaciones a las acciones de
gobierno. Es decir que se obedece no a la persona en virtud de su derecho
propio sino a la regla estatuida, la cual establece un propio tiempo a quién y en
qué medida se deba obedecer. También el que ordena obedece, al emitir una
orden, a una regla.
El equipo administrativo consta de funcionarios nombrados por el señor, y los
subordinados son miembros de la asociación. Los funcionarios tienen una
formación profesional, y actúan sin la menor influencia de motivos personales
ni sentimentales de ninguna clase, libre de arbitrariedad y capricho, y en
particular, “sin consideración de la personalidad”.
Este tipo de dominación se puede dar en estructuras como: Estado y municipio,
empresa capitalista privada, asociación de finalidad utilitaria, unión de cualquier
tipo que disponga de un equipo numeroso y jerárquicamente articulado.
La burocracia es el tipo más puro de la dominación legal, constituyendo el
aparato administrativo (gobierno y empresas). Se caracteriza por los cargos
administrativos asignados por capacitación, que a cambio de su trabajo
obtienen un salario e incentivos, cuyo trabajo está reglamentado por la ley, y
para garantizar orden y cumplimiento hay que seguir un manual de pasos. El
cuerpo administrativo (aparato burocrático) se transforma en un poder en sí
mismo, ya que permite el funcionamiento y la puesta en práctica de la legalidad
del Estado o de las empresas, es decir, de las normas.

La legalidad es el conjunto de normas, y la legitimidad es la elección del


pueblo.

• Dominación tradicional
La dominación tradicional tiene su base de legitimidad en la creencia en lo
establecido por los usos y costumbres (en la santidad de las tradiciones). Su
tipo más puro es el dominio patriarcal. El tipo del que ordena es el “señor” y los
que obedecen son sus “súbditos”, en tanto que el cuerpo administrativo lo
forman los “servidores”. Se obedece a la persona en virtud de su dignidad
propia, santificado por la tradición, por la fidelidad. Es decir que el señor actúa
en base a sus sentimientos de equidad, es decir de manera muy elástica: una
parte tiene que ver con la tradición, y otra con su placer, simpatía o antipatía en
cada caso.
El cuerpo administrativo no está claramente construido, pero consta de
elementos que dependen directamente del señor (familiares o funcionarios
domésticos), o de parientes o de amigos personales (favoritos), o de elementos
que le estén ligados por un vínculo de fidelidad (vasallos, príncipes tributarios).
La tradicional es el tipo de dominación más débil, y los servidores se reclutan
en completa dependencia personal del señor. La sucesión se da por herencia,
costumbres y usos, y la historia y la tradición son sumamente importantes.
Existen diferentes tipos de dominación tradicional: patrimionialismo (tipo de
órden político basado en que aquellos que dominan lo hacen por su relación
con el patrimonio); patriarcalismo (ejercicio de dominación por el jefe de un
clan, un patriarca); gerontocracia (gobierno de los mayores, cuya sabiduría es
máxima); monarquía (el monarca responde a un mandate específico, hay un
constante “reforzar” del mandato determinado por el apoyo del pueblo
(legitimidad)).

• Dominación carismática
La base de legitimidad está en la creencia en alguien con cualidades
extraordinarias, dotes sobrenaturales (carisma), un “salvador” con facultades
mágicas, relacionadas al heroísmo, poder intelectual u oratorio. El carisma de
este profeta o héroe se basa en lo siempre nuevo, lo nunca visto y la entrega
emotiva.
La asociación de dominio es la comunicación en la comunidad o en el séquito.
El tipo del que manda es el caudillo. El tipo del que obedece es el apóstol.
El aparato administrativo es designado por el líder carismático.
Sin duda, la autoridad carismática es uno de los grandes poderes
revolucionarios de la historia, pero, en su forma absolutamente pura, es por
completo autoritaria y dominadora.
La dominación carismática tiene como problema la manera en que resuelve la
sucesión, ya que puede decidirse por la búsqueda de signos de la calificación
carismática, por medio del oráculo, de la suerte o de otras técnicas de
designación, por designación del calificado carismáticamente. O también la
sucesión puede estar en manos del portador del carisma (o de un séquito de
personas portadoras de cierto carisma), una manera de expresar el “carisma
hereditario”, lo que hace que la dominación carismática se convierta en una
dominación tradicional, y a la vez se deriva en un tipo de dominación racional-
legal.

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