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Economía y sociedad Weber

Sociología de la dominación

La dominación es uno de los más importantes elementos de la acción comunitaria. Es


la suma de poder (capacidad de ejercer influencia sobre la acción de los otros, ya sea
por imposición, conveniencia, etc.) y de legitimidad (que se halla obediencia,
aceptación, reconocimiento). Es decir que la dominación es la acción de ejercer
influencia y hallar obediencia, que responde a un mandato específico y es el poder
basado en la autoridad. Entendemos por dominación un estado de cosas por el cual
una voluntad que manifiesta (“mandato”) el dominador influye sobre los actos de los
dominados. Se genera una vinculación entre dominantes y dominados.

Dominación y gobierno. Naturaleza y límites del gobierno


democrático

Toda dominación se manifiesta y funciona en forma de gobierno. Todo régimen de


gobierno necesita del dominio en alguna forma, ya que para su desempeño siempre se
deben colocar en manos de alguien poderes imperativos.
Los gobiernos directamente democráticos se basan en la suposición de que todo el
mundo está igualmente calificado para la dirección de asuntos comunes y se reduce a
lo mínimo el alcance del poder de mando. En tal régimen, las funciones de gobierno de
transmiten simplemente mediante un sistema de turnos o se ejercen mediante suertes
o por elección directa durante un breve periodo, reservándose a los miembros de la
comunidad todas las decisiones importantes y correspondiendo a los funcionarios sólo
la preparación y ejecución de las disposiciones, así como la “dirección de asuntos
corrientes” de acuerdo con los decretos establecidos.
Por reducida que sea la esfera de poder, deberán siempre confiarse a algún
funcionario ciertas facultades de mando. Igualmente existen límites democráticos a
sus funciones.

La dominación mediante “organización”. Los fundamentos de su legitimidad

La posición dominante de las personas pertenecientes a la organización frente a las


masas dominadas se basa siempre en la posibilidad que tienen los miembros de la
minoría dominante de ponerse rápidamente de acuerdo y de crear y dirigir
sistemáticamente una acción societaria racionalmente ordenada y encaminada a la
conservación de su posición dirigente. Asi, la situación amenazante de las masas podrá ser
fácilmente reprimida siempre que éstas no adopten precauciones igualmente eficaces.

En todos los contrastes, la persona mejor situada tiende a considerar como legitima su
posición privilegiada, mientras que las capas en situación negativa, tienden a aceptarlo.

Un poder de mando puede expresarse en un sistema de normas racionales estatuidas. No se


obedece a la persona, se obedece a la norma.

Por otro lado, la obediencia puede basarse en la autoridad personal. Tiene su fundamento en
la tradición, en la costumbre.
Finalmente, puede basarse en la consagración de lo extraordinario, en la creencia en un
carisma, es decir en la efectiva revelación o gracia concedida a ciertas personas.

3 tipos puros de dominación legítima

En las relaciones entre dominantes y dominados, la dominación suele apoyarse


interiormente en motivos jurídicos, en su legitimidad. En forma totalmente pura, los
motivos de legitimidad (órdenes legítimos) de la dominación son sólo tres (los cuales
se pueden combinar entre sí), cada uno de los cuales tiene una base sobre la cual
construye su legitimidad.

Dominación legal en virtud del estatuto: Se obedece a la persona no en virtud de su derecho


propio, sino a la regla estatuida. También el que ordena obedece, al emitir una orden, una
regla. El derecho de mando del que ordena está legitimado por una regla estatuida.

Dominación tradicional: en virtud de la creencia de la santidad de los ordenamientos y los


poderes señoriales. Se obedece a la persona en virtud de su dignidad propia, santificada por la
tradición. El contenido de las órdenes está ligado por la tradición, cuya violación por parte del
señor pondría en entredicho su legitimidad.

Dominación carismática: en virtud de devoción afectiva a la persona del señor y a su carisma,


y en particular a facultades mágicas, revelaciones, heroísmo, poder intelectual u oratorio. Lo
extraordinario y la emotividad que provoca constituyen la fuente de devoción personal. Se
obedece exclusivamente a carismático a casusa de sus cualidades excepcionales.

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