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Determinantes de la hipertensión arterial

DEFINICIÓN

La hipertensión arterial se ha definido de diferentes maneras; una definición


simple y clara a tener presente es su relación continua con la enfermedad
cardiovascular y, por tanto, que no existe un valor concreto por encima del cual
comience el riesgo o que por debajo del mismo desaparezca.

Podemos considerar una presión arterial alta (hipertensión) cuando uno o


ambos números de la presión arterial son mayores de 130/80 mm Hg la
mayoría de las veces.

Si el valor del número superior de su presión arterial es entre 120 y 130 mm Hg


y el valor del número inferior es menor a 80 mm Hg, se denomina presión
arterial elevada.

Desde un punto de vista operativo, el nivel umbral de hipertensión lo define el


punto en el que es mejor hacer algo para reducir las cifras presentes de presión
arterial que dejarlas tal como están. No podemos olvidarnos que la presión
arterial se mide, y de la medición se obtienen dos cifras, y es el médico el que,
teniendo en cuenta la edad y la presencia o no de otros factores de riesgo
cardiovascular u otras enfermedades, decide si es necesario o no poner
tratamiento, es decir si la persona es o no hipertensa.

CAUSAS

Sabemos, a través de estudios epidemiológicos, experimentales y clínicos, es


que en estos casos existen factores genéticos y ambientales cuya conjunción
podrían dar lugar a su aparición.

Existe consenso en que el desarrollo de HTA en el ser humano se produce


cuando un individuo genéticamente vulnerable es sometido en forma crónica a
numerosos factores predisponentes sociales y ambientales, la mayoría de los
cuales son inherentes a la forma de vida actual.
1. DETERMINANTES AMBIENTALES

El determinante ambiental de la hipertensión arterial (HTA) se refiere a los


factores externos que influyen en el desarrollo o el agravamiento de esta
enfermedad, es importante tener en cuenta que estos factores pueden actuar
desde el embarazo, a lo largo de la vida o en el entorno del individuo

Los estudios que reflejan la influencia de factores de riesgo ambiental sobre la


HTA son numerosos. Algunos de los factores que más se destacan son:

 Estado nutricional (obesidad, sobrepeso, dislipidemias)

El sobrepeso ocurre cuando el índice de masa corporal es igual o mayor a 25


kg/m2. Por su parte, la obesidad es cuando el índice de masa corporal es igual
o superior a 30 kg/m2. Tanto la obesidad como el sobrepeso se consideran los
factores ambientales desencadenantes más importantes de todos los implicados
en la aparición de la hipertensión. 

Conviene resaltar que, en las personas obesas, parece existir una


hiperactividad simpática a nivel central que da lugar a diferentes
alteraciones entre la que se incluye la HTA.

Se ha comprobado que por cada 10 kilos de peso ganados se produce un


incremento de la tensión arterial de unos 2-3 mm Hg.

La obesidad contribuye a la hipertensión por varios mecanismos. Algunos de


estos mecanismos incluyen resistencia insulínica e hiperinsulinemia, aumento de
la actividad adrenérgica y de las concentraciones de aldosterona, retención de
sodio y agua e incremento del gasto cardíaco, alteración de la función
endotelial, a través de moléculas como leptina y adiponectina y factores
genéticos. El exceso de grasa corporal contribuye a elevar la presión arterial
desde la infancia

El riesgo cardiovascular depende también de dónde se localice la grasa, siendo


la ubicada a nivel abdominal la más peligrosa para la composición corporal.
 Hábitos tóxicos (el tabaquismo)

El tabaquismo es un factor de riesgo para la hipertensión arterial, ya que


estimula la producción de adrenalina, que aumenta la presión arterial, tanto el
tabaquismo como el tabaquismo de segunda mano aumentan el riesgo de
acumulación de sustancias grasas (placa) en las arterias (aterosclerosis), que
dificulta el flujo sanguíneo, un proceso que se sabe que acelera la hipertensión
arterial. Cada vez que fuma, también provoca un aumento temporal de la
presión arterial.

El tabaquismo también dificulta el control de la presión arterial, incluso con


medicación. Por lo tanto, dejar de fumar es una medida importante para
prevenir y tratar la hipertensión arterial.

 Falta de actividad física (sedentarismo)

El sedentarismo presenta una tendencia significativa de aumento, trayendo


consigo un peor perfil lipídico, valores más elevados de proteína C reactiva,
cociente triglicéridos/colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad e insulina

 Patrón de alimentación (dieta rica en sal o grasas saturadas)

Sal:

Los estudios de intervención han dado lugar a resultados contradictorios con un


efecto antihipertensivo de la dieta sosa inferior al esperado. Ello puede ser
debido a que es necesario bajar la ingesta por debajo de un dintel difícil de
conseguir; por otro lado, existe evidencia científica de una susceptibilidad
individual al efecto presor de la sal, que se conoce como sensibilidad a la sal
que, por otra parte, también es un factor pronóstico de desarrollar
complicaciones y ejemplo claro de interacción entre medio y genética.

Normalmente nuestros riñones hacen un buen trabajo regulando los niveles de


sodio y agua de nuestra sangre. Sin embargo, para muchos de nosotros, comer
demasiada sal puede alterar este equilibrio, causando un aumento de los
niveles de sodio en la sangre. Esto lleva a nuestro cuerpo a aferrarse a más
agua e incrementa tanto el líquido que rodea nuestras células como el volumen
de sangre en nuestro torrente sanguíneo. A medida que aumenta el volumen
de sangre, comienza a aumentar la presión sobre nuestros vasos sanguíneos y
nuestro corazón necesita trabajar más duro para mover la sangre alrededor de
nuestro cuerpo. Con el tiempo, este estrés adicional puede llevar al
endurecimiento de vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de hipertensión
arterial, cardiopatía y accidente cerebral.

Grasas:

Comer demasiada grasa saturada es uno de los mayores factores de riesgo


para la cardiopatía. Cuando las grasas de los alimentos entran en el torrente
sanguíneo, pueden acumularse en las arterias dañadas. Con el tiempo, las
paredes se vuelven menos elásticas, lo cual limita el flujo sanguíneo que circula
por todo el organismo

Los alimentos ricos en este tipo de grasa incluyen: las yemas del huevo, los
quesos duros, la leche entera, la crema de leche, el helado, la mantequilla y las
carnes grasosas.

Es importante limitar el consumo de sal y alimentos con alto contenido de


grasas saturadas, como la carne con grasa y los productos lácteos enteros.

 Estrés.

Cuando está bajo estrés, el cuerpo libera una oleada de hormonas. Estas hacen
que el corazón lata más rápido y que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que
aumenta temporalmente la presión arterial.

 Durante el embarazo (alimentación)

Hay que destacar que una nutrición deficiente de la embarazada puede dar
lugar a un recién nacido con bajo peso al nacer con trastornos del desarrollo y
con un número insuficiente de nefronas.
2. DETERMINANTES GENÉTICOS

La hipertensión arterial se considera como una enfermedad con patrón


hereditario de rasgos complejos (herencia no mendeliana), multifactorial y
poligénica.

La presión arterial alta suele afectar a varios miembros de una familia. Gran


parte de lo que sabemos acerca de la presión arterial alta proviene de estudios
genéticos. Muchos genes diferentes están relacionados con un pequeño
aumento del riesgo de presión arterial alta. Algunas investigaciones sugieren
que ciertos cambios en el ADN del feto mientras está creciendo en el útero
pueden conducir a tener presión arterial alta más adelante.

La probabilidad de desarrollar hipertensión a lo largo de la vida es muy superior


en personas con padre y madre hipertensos que en aquéllos cuyos dos
progenitores son normotensos. Se ha demostrado además la asociación entre
algunos marcadores genéticos y diversas formas de hipertensión. En la HTA
tiene relevancia una serie de mecanismos como el incremento de la actividad
de sistemas presores (sistema renina angiotensina); reducción de la liberación
de sustancias vaso depresoras (bradiquinina); alteración del endotelio para
inducir vasodilatación a través del óxido nítrico; alteraciones de la función de
proteínas de la membrana celular que determinan el contenido en calcio etc...
Todos estos hechos hacen pensar que la HTA tiene una base genética de
carácter poligénico. La afectación de órganos dianas y la respuesta a ciertas
medidas no farmacológicas y farmacológicas podrían tener también su base
genética.

Todo ello nos lleva a pensar que la genética pueda revolucionar ciertos
conceptos sobre la HTA y la forma de tratamiento, incluida la terapia génica.

En relación a la etnia, la hipertensión arterial es dos veces más predominante


en individuos negros.
Existen identidades raciales que predominan en el desarrollo de la HTA, los
afroamericanos presentan una mayor propensión y frecuencia, así como
padecen con mayor gravedad que otras personas de otro origen racial en
Estados Unidos.

3. DETERMINANTES DE EDAD

Mayor es el riesgo de desarrollar hipertensión arterial con la edad, esto se


explica porque se pierde la tonicidad elástica de los vasos sanguíneos, sin
embargo, los niños también pueden desarrollar HTA. Cuando esto sucede, la
presión arterial se eleva. La hipertensión arterial aumenta la probabilidad de
sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca,
enfermedad renal o muerte prematura.

Investigaciones nos dicen que la ocurrencia de hipertensión arterial en relación


a la edad, se observa un aumento progresivo de hipertensión en relación a la
edad, llegando hasta el 70% entre los individuos con más de 70 años, siendo
que el promedio estudiado fue de 25,3% con edad entre 18 y 93 años.

4. DETERMINANTES DE SEXO

La prevalencia de la hipertensión arterial es semejante entre hombres y


mujeres, pero más elevada en los hombres hasta los 50 años, cambiando a
partir de la quinta década.

Existe una fuerte evidencia de que los cromosomas sexuales y las hormonas
sexuales influyen en la regulación de la presión arterial (PA), la distribución de
los factores de riesgo cardiovascular (CV) y las comorbilidades de manera
diferencial en mujeres y hombres con hipertensión arterial esencial. El riesgo de
enfermedad cardiovascular aumenta a un nivel de PA más bajo en mujeres que
en hombres, lo que sugiere que los umbrales específicos del sexo para el
diagnóstico de hipertensión pueden ser razonables.
5. DETERMINANTES PATOLÓGICOS

Enfermedades que causan hipertensión

La hipertensión causada por otra afección o por un medicamento que esté


tomando se denomina hipertensión secundaria. Esta puede deberse a:

 Enfermedad renal crónica (ERC) La tensión arterial se eleva como


consecuencia de una enfermedad renal y también una HTA puede agravar
el daño renal.

* Trastornos de las glándulas suprarrenales (como feocromocitoma o


síndrome de Cushing)

* Hiperparatiroidismo

* Embarazo o pre-eclampsia

* Medicamentos como las píldoras anticonceptivas, pastillas para


adelgazar, algunos medicamentos para el resfriado, medicamentos para
la migraña, corticosteroides, algunos antipsicóticos y ciertos
medicamentos utilizados para tratar el cáncer

* Estrechamiento de la arteria que irriga sangre al riñón (estenosis de la


arteria renal)

* Apnea obstructiva del sueño (AOS)

 Diabetes: La mayoría de los diabéticos también desarrollan HTA.


La hipertensión arterial es una patología crónica, como la diabetes, en la que
la tensión excesivamente alta de los vasos sanguíneos hace que estos
puedan sufrir daños. Cuando el corazón bombea sangre, esta ejerce fuerza
sobre la pared de las arterias. A mayor tensión, mayor es el esfuerzo que ha
de hacer el corazón.
La hipertensión en personas con diabetes puede suponer un riesgo añadido a
la hora de desarrollar problemas cardiovasculares, que a día de hoy son la
principal complicación de la diabetes y los causantes de gran
parte de las muertes.
Probablemente la hiperinsulinemia, exógena en los DM1 y endógena en los
DM2 sea la causa de la HTA ya que el exceso de insulina la produce por
variados mecanismos, entre ellos, aumento del tono simpático y retención de
sodio, ambos inducidos por insulina.

FÁRMACOS

Algunos medicamentos recetados y de venta libre pueden hacer que al cuerpo


le cueste más controlar la presión arterial. 

Los antidepresivos, los descongestivos (medicamentos para aliviar la congestión


nasal), las píldoras anticonceptivas hormonales y los fármacos antiinflamatorios
no esteroideos (AINE), como la aspirina o el ibuprofeno, pueden aumentar la
presión arterial.

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