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La tensión arterial o presión sanguínea es esencial para que la sangre pueda circular por los vasos
sanguíneos y cumpla su función de llevar a todos los tejidos del organismo el oxígeno y los nutrientes que
necesitan para mantener correctamente su actividad. Se puede definir como la fuerza que la sangre ejerce
sobre las paredes de las arterias, que es más alta (presión sistólica) cuando el corazón la bombea hacia las
arterias y más baja (presión diastólica) entre un latido y otro del músculo cardiaco.
Y éstos, el sistólico y el diastólico, son los valores que se utilizan para medir la tensión arterial, lo que es
importante a la hora de evaluar el estado de salud general, ya que el caso de estar por encima de lo normal
(hipertensión) puede significar un importante riesgo de sufrir enfermedades graves (enfermedades
cardiacas, infarto cardiaco, ictus, insuficiencia renal, etc.). Cuando es baja (hipotensión) puede ocasionar
estados de confusión, mareos, vértigo, desmayos, debilidad o somnolencia.
Atendiendo a los valores de la tensión arterial (el primero es la tensión sistólica o alta y el segundo la
diastólica o baja), ésta se clasifica del siguiente modo:
Normal: los valores que determinan la normalidad pueden oscilar entre 90/60 y 130/90 mm de
mercurio.
Hipotensión o tensión baja: cuando se produce una caída de 20 mm de mercurio sobre los
valores que se tienen habitualmente.
Hay que tener en cuenta que los valores de la tensión arterial no se mantienen inalterables a lo largo del
día, sino que sufren oscilaciones en función de diferentes factores. Esta clasificación define la existencia o
no de estados patológicos. Sin embargo, hay situaciones en las que se puede producir una elevación o
disminución puntual de la tensión arterial que no suponen necesariamente la existencia de un problema
de tensión arterial.
Así, el estrés o las situaciones de peligro pueden producir un aumento pasajero aunque significativo como
consecuencia de una secreción elevada de adrenalina y noradrenalina o de la activación del sistema
nervioso parasimpático, factores contribuyen a un incremento del ritmo cardiaco. Por el contrario, la
deshidratación, el consumo de alcohol, el consumo de determinados medicamentos, una hipoglucemia o
situaciones de shock (anafilaxia, infarto, etc.), entre otras causas, pueden inducir un descenso repentino de
la tensión arterial.
Cada año, mueren 10 millones de personas en el mundo por las consecuencias de la presión arterial
elevada. En la Argentina, el 40% de la población general tiene hipertensión arterial (es decir, mayor o
igual a 140/90 mmHg) de acuerdo con los resultados de la III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo
elaborada por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
04 julio, 2019
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3 de cada 10 personas que no se reconocen como hipertensas han registrado presión alta en algún
momento durante los últimos dos años. Es decir que un tercio de la población argentina desconoce que
padece el factor de riesgo número uno que contribuye a la mortalidad mundial. El desconocimiento
en todo el planeta alcanza a la mitad de la población global.
La presión arterial alta es una enfermedad en la que la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de
las arterias es tan elevada que llega a lesionarlas, ocasionando problemas de salud. Está determinada tanto
por la cantidad de sangre que el corazón de una persona bombea, como por el grado de resistencia al flujo
de esa sangre que presenten las arterias: cuanta más sangre bombea el corazón y cuanto más estrechas
sean las arterias, más aumentada estará la presión arterial.
El problema de base es que la enfermedad puede tardar años en dar síntomas visibles y hasta es
factible que una persona esté padeciendo un pico de hipertensión sin que sienta ninguna molestia.
Sin embargo, puede detectarse el daño que las subidas de presión causan en las venas y en el corazón. Ese
daño se acumula a lo largo del tiempo.
Por eso es muy importante realizarse chequeos médicos que incluyan la medición de la presión arterial al
menos cada dos años luego de los 18 años. A partir de los 40, los controles deberían ser más frecuentes y
lo mismo sucede cuando una persona ya ha sido diagnosticada como hipertensa.
Para el control de esta enfermedad cardiovascular, el médico indicará el abordaje terapéutico que
considere más conveniente, que muchas veces incluye cambios en la alimentación y –fundamentalmente-
la combinación de determinados medicamentos antihipertensivos.
Otros factores de riesgo: antecedentes familiares, sobrepeso u obesidad, fumar, no hacer ejercicio físico,
consumir alcohol en exceso y elevados niveles de estrés.
Como consejos generales para la comunidad, es importante destacar que es necesario realizarse los
chequeos habituales de salud para conocer el valor de presión arterial. Si uno lo ignora, no puede hacer
nada al respecto para prevenir riesgo cardiovascular. De la misma manera, no debe ‘conocer sus
números’, tanto de peso corporal, como de nivel de azúcar en sangre (lo que se conoce como glucemia) y
de colesterol.
Para seguir conociendo más números, uno puede descargar en su celular alguna de las aplicaciones
gratuitas que cuentan los pasos e intentar caminar 10 mil pasos por día, como una medida concreta para
cuidar la salud y prevenir riesgos.
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Fuentes:
Hipertensión Juvenil: Entre 3 y 5 de cada 100 niños tienen presión arterial elevada.
Se presenta con mayor frecuencia en chicos y chicas con sobrepeso y obesidad. Es imprescindible
controlar los niveles arteriales en el consultorio del pediatra y estimular cambios en el estilo de vida.
06 junio, 2021
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Cada vez aumenta más la prevalencia de la hipertensión arterial en niños y adolescentes, impulsada sobre
todo por factores ambientales como el sobrepeso, la ingesta de sal y alcohol o el sedentarismo.
Tomando como referencia estudios llevados a cabo en los Estados Unidos en 2017 por los Centros de
Prevención y Control de Enfermedades (CDC), alrededor del 4% de los niños de entre 12 y 19 años de
edad tiene hipertensión, mientras que otro 10% posee una presión arterial elevada.
La presión arterial en los niños es menor que en los adultos y aumenta con el crecimiento hasta alcanzar
los niveles del adulto al final de la adolescencia.
En la infancia no existe un valor único para definir hipertensión, tal y como sí sucede en el caso de los
adultos (cuyos valores son de 140/90 mmHg ó 14/9 para la presión sistólica y diastólica,
respectivamente), por lo que se utilizan tablas de presión arterial, similares a las de peso y talla, para
definir si hay hipertensión.
Otro punto importante es que un único registro elevado de presión arterial no implica que la niña o el
niño sean hipertensos, sino que es necesario llevar un registro de los niveles arteriales. Esto es porque
diversas situaciones que pueden afectar los niveles de la presión arterial, por ejemplo:
De ser necesario, el diagnóstico se confirmará con un monitoreo ambulatorio de presión arterial (un
aparato automático que mide la presión durante 24 horas en el domicilio y realizando actividades
habituales).
Los especialistas recomiendan que a los chicos se les tome habitualmente la presión, sobre todo si hay
factores de riesgo, como puede ser la existencia de antecedentes hereditarios de hipertensión, sobrepeso,
obesidad, altos niveles de sedentarismo y problemas con la alimentación.
¿Por qué es tan importante controlar la presión arterial infantil? La hipertensión puede dañar los vasos
sanguíneos, el corazón y el cerebro. Eso aumenta el riesgo de tener un ataque al corazón o un accidente
cerebrovascular cuando el niño llega a su edad adulta.
Además de conocer la presión arterial del niño en cuestión, otras medidas para prevenir y controlar los
valores de la presión arterial son mantener una dieta equilibrada, aumentando el consumo de verduras,
frutas y fibras, y disminuyendo la ingesta de grasas, en particular a través de snacks, embutidos,
panificados, dulces y golosinas. También es preciso reducir el consumo de jugos y bebidas
azucaradas y moderar el consumo de sal. A estos hábitos alimenticios se le suman la práctica
rutinaria de ejercicio y mantener un peso corporal adecuado.
Cuando los niveles de presión arterial siguen siendo altos aun con cambios en el estilo de vida, los
médicos pueden indicar la administración de fármacos antihipertensivos.
i
Fuentes:
Fuentes: Centers for Disease Control and Prevention, CDC, Estados Unidos. Sociedad Argentina de
Hipertensión Arterial, SAHA. Hipertensión arterial en niños y adolescentes, Francisco de la Cerda Ojeda
y Carlos Herrero Hernando, Protoc diagn ter pediatr. 2014;1:171-89
Conozca su condición
La presión arterial alta afecta a los adultos de todas las edades, pero principalmente a los
mayores de 65 años.
En Estados Unidos, cerca de 76.4 millones de personas tienen la presión arterial alta.
Cuando disminuye la presión arterial, también se reduce el riesgo de que ocurra un ataque al corazón,
insuficiencia cardiaca, derrames u otros problemas de salud. Cada año, cerca de 7 millones de personas
mueren en Estados Unidos debido a enfermedades causadas por la presión arterial alta.
Tener presión arterial alta durante mucho tiempo puede dañar el corazón y ocasionar
insuficiencia cardiaca.
Si la presión arterial alta no se trata, puede causar un ataque al corazón, derrames, falla del riñón
(insuficiencia renal) u otros problemas de salud graves.
Cuando se tiene la presión arterial alta, lo más peligroso es no saberlo o buscar tratamiento. Cuando usted
sabe que tiene la presión arterial alta y busca un tratamiento, puede disminuir el riesgo de tener algunos
de los problemas que ésta causa.
Go to:
La presión sistólica es la presión arterial cuando el corazón late y bombea la sangre a través de
las arterias. La presión es más alta cuando el corazón está bombeando; por eso el número
sistólico siempre es más alto.
La presión diastólica es la presión arterial entre latidos cardiacos, cuando el corazón no está
bombeando. La presión arterial es más baja cuando el corazón no está bombeando; por eso el
número diastólico es más bajo.
Los números de su presión arterial se presentan uno arriba del otro, con la presión sistólica “arriba” de la
presión diastólica.
La presión arterial normal es menor de “120 sobre 80”, o sea 120/80. Eso significa que la presión
sistólica es de 120 y la diastólica de 80.
Una presión arterial entre 120/80 y 139/89 se llama “prehipertensión”. Esto significa que su
presión arterial es más alta de lo normal y que corre el riesgo de padecer de presión arterial alta.
Si su presión arterial es de 140/90 o más, la mayoría de las veces que se la mide, entonces usted
padece de presión arterial alta.
El medirse la presión arterial en casa ayudó a algunas personas a bajar un poco su presión; entre
dos y tres puntos, tanto para el número de arriba (o primero) como para el de abajo (segundo).
No existen investigaciones suficientes para saber si los cambios duraron más de 6 meses.
Las personas que recibían algún tipo de apoyo, de su médico o clínica, para medirse la presión
arterial también mejoraron el control de su presión. No existen suficientes investigaciones para
saber si los cambios duraron más de 1 año.
No existe suficiente investigación para saber si el medirse la presión arterial en casa, con o sin
apoyo adicional (como cursos o recordatorios telefónicos) ha ayudado a las personas a reducir el
número de medicamentos que tenían que tomar, la cantidad de cada medicamento que tenían que
tomar, o el número de veces que necesitaron acudir a un médico. Los investigadores no han
establecido qué tipo de apoyo adicional, de un médico o clínica, sería mejor para ayudar a las
personas a medirse la presión arterial en casa.
El medirse la presión arterial no es un tratamiento para la presión alta. Para ayudar a tratar la presión alta,
tal vez necesite llevar una alimentación sana, mantener un peso saludable, hacer suficiente ejercicio y no
fumar. Su médico puede también recomendarle medicamentos para ayudarle a bajar la presión arterial. El
medirse la presión arterial regularmente es sólo una parte del plan para que reduzca la presión arterial
alta.
Un brazalete inflable que se pone alrededor del brazo. Algunos aparatos inflan el brazalete
automáticamente, mientras que otros necesitan que se les bombee aire manualmente.
Un indicador con números y manecilla, o una pantalla digital, que muestran la lectura de su
presión arterial.
Algunos monitores de presión arterial tienen un “estetoscopio” (el instrumento que usa el médico para
escuchar el corazón). No todos los monitores necesitan estetoscopio para medir la presión arterial.
Monitores automáticos
Monitores semiautomáticos
Con el monitor semiautomático, uno mismo infla y desinfla el brazalete que se coloca en el
brazo. La presión arterial se muestra con una lectura digital.
Monitores manuales
Infle el brazalete bombeando aire con la pera de goma que está conectada al tubo.
Use después un estetoscopio para escuchar el sonido de la sangre que fluye por la arteria,
mientras deja que la presión del brazalete vaya bajando lentamente.
Go to:
Selección de un monitor de presión arterial casero
El monitor debe tener instrucciones claras y ser fácil de usar. El brazalete debe ajustarse bien en
su brazo. Si el brazalete no ajusta bien, no dará una lectura correcta. Antes de comprar el
monitor, tal vez quiera verificar que el brazalete no sea demasiado grande o pequeño para su
brazo. El indicador con manecilla o la pantalla del monitor deben ser lo suficientemente grandes
para que usted pueda ver con claridad.
Si el monitor viene con un estetoscopio, éste debe caberle bien en los oídos, para que usted
pueda oír claramente. Necesitará saber lo que significan los sonidos. Pregunte a su médico o
enfermera cómo se usa el estetoscopio.