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En el año 1898 Freud le envía una carta a Fliess donde le comentaba un caso de olvido
de nombre propio. No fue solo un olvido, sino un recuerdo falso. Debido a un
desplazamiento en el proceso de reproducción de tal que accede un nombre
sustitutivo en su lugar.
Predisposición al olvido.
Proceso de sofocación ocurrido antes.
Chance de establecer una conexión entre el nombre en cuestión y el elemento
sofocado con anterioridad.
Freud charla con un joven que estaba familiarizado con algunas cuestiones del
psicoanálisis, El y Freud pertenecían al mismo pueblo. El lamenta que la presente
generación de su pueblo vea perdidos sus derechos y espera que una nueva
generación se vengue de los opresores. Concluye citando una frase: “Exorarie ex
mostris ossibus ulton..” Falta un término que Freud lo completa “Aliquis”
Al joven se le ocurren términos tales como: Reliquias, liquidación, fluidez, flujo. Luego
nombra algunos santos tales como San Simón, San salvador, San Veredicto, San Jenaro.
Freud explica la relación entre los santos nombrados y da cuenta que coinciden con el
calendario.
Esta contradicción se hace valer al igual que en el caso Signorelli, una asociación
extrínseca entre algunos elementos de la representación y un elemento del deseo
objetado. La contradicción proviene en ambos casos de lo reprimido.
En todos los casos siempre habrá “casualidades muy extrañas”. Claramente para Freud
no son casualidades, sino más bien manifestaciones del Icc.
Freud da ejemplos de algunas partes de una poesía y citando a Jung expone otro caso
de olvido de varias palabras de una poesía conocida.
El olvido del nombre puede deberse también a algo que nos resulta molesto. “Las
cosas se olvidan cuando nos remiten a algo que nos molesta”
>Que se conecte con otro nombre que tiene ese efecto. Ejemplo: No me acuerdo el
nombre de un conocido Alberto, esto es debido a que una persona llamada Roberto
una vez me estafo.
Los recuerdos infantiles indiferentes se recuerdan no por el contenido sino por una
relación asociativa con otro contenido reprimido. Debido a esto se llaman recuerdos
encubridores.
El Los recuerdos encubridores son algo que tenemos por largo tiempo, sin
perturbación alguna, diferente es en el caso de los nombres y su olvido que se da una
perturbación momentánea.
Para Freud es posible que el olvido de nuestra niñez nos pueda dar la clave para
comprender que aquellas amnesias sean la base para la formación de todos los
síntomas neuróticos.
>Acciones casuales con alianzas matrimoniales: Tienen que ver con el casamiento, y
tienen el más serio de los significados. Son tomados como presagios en personas que
no consideran el psicoanálisis. Es el olvido de algunos elementos vitales del
matrimonio. Ejemplo: Firmar con el nombre de soltera, olvidar el anillo, perderlo,
sacarlo y volverlo a poner.
Toda una serie de chistes obscenos permite inferir la existencia en sus autores de una
escondida inclinación exhibicionista. Las personas que mejor hacen los chistes
tendenciosos agresivos son aquellas en cuya sexualidad hay un componente sádico
más o menos inhibido en su vida.
Condiciones subjetivas de quién realiza el chiste: debe superar sus inhibiciones, sus
conflictos reprimidos. Debe poseer suficientes rasgos sádicos y exhibicionistas en su
psiquismo.
El emisor del chiste es activo (vence sus inhibiciones y elabora el chiste) y el receptor
es pasivo (porque no formula el chiste) y activo (porque levanta sus inhibiciones y se
ríe).
Concepción económica de la risa: en la risa están dadas las condiciones para que
experimente libre descarga de suma energía psíquica hasta ese momento empleada
como investidura, esto da placer.
1. Tiene que ser segura que la tercera persona realiza ese gasto de investidura.
2. Debe impedirse que este, una vez liberado, encuentre otro empleo psíquico en
vez a la descarga motriz (risa). O sea, debe quedarse en la sorpresa. En el chiste
el tercer es sorprendido porque oye algo inesperado del orden del deseo
inconsciente.
3. Es ventajoso que la investidura por liberar se refuerce antes en la tercera
persona.
La sutileza de un acto fallido 1935
Freud, había mandado a hacer un regalo de cumpleaños para una amiga suya (una
gema grabada que debía ser incorporada a un anillo). Estaba adherida al centro de una
cartulina sobre la cual escribió las siguientes palabras: «Vale para el joyero L., por un
anillo de oro a confeccionar… para la piedra adjunta, que lleva grabado un barco con
velas y remos.»
Freud dio cuenta de que entre las palabras «confeccionar» y «para», había una palabra
que tuvo que tachar por ser totalmente ajena al contexto.
Era la palabra bis [«hasta» en alemán]. ¿Por qué la escribió? Freud también dio cuenta
que escribió dos veces la palabra für [«para»] en rápida sucesión: «Vale para el joyero…
para la piedra adjunta». Eso no quedaba bien y debía ser corregido. Luego se le ocurrió
que al insertar el bis en lugar del für trataba de evitar esa torpeza estilística.
Pero La preposición bis no guardaba la menor relación con este contexto y no podía
sustituir el inevitable für. ¿entonces porque escribió bis? La palabra latina bis («por
segunda vez»), tiene un significado que conserva aún el francés. Ne bis in idem [«No
efectuar dos veces el mismo procedimiento», es decir, “no repetir”].
Antes del segundo für percibió la advertencia de no repetir la misma palabra, o sea,
de poner alguna otra en su lugar. Pero esta equivocación no logró su propósito al ser
efectuada, sino sólo una vez que fue corregida. Tuvo que volver a tachar el bis, y al
hacerlo elimino la repetición que le molestaba.
Freud se sentía muy satisfecho con esta solución, pero en los autoanálisis es
particularmente grande el peligro de detenerse en algo incompleto. La conformidad con
una explicación parcial es tentadora. Cuando Freud le narro el análisis a su hija, ella
encontró al punto su continuación:
«Pero si tú ya le regalaste antes a esa persona una gema semejante para un anillo.
Probablemente sea ésa la repetición que quieres evitar. A nadie le gusta hacer siempre
el mismo regalo.» Esta argumentación le convenció, y advirtió que se trata de una
objeción contra la repetición del mismo regalo y no de la misma palabra.
Freud Buscaba un motivo para no regalar esa piedra, y el motivo es que ya lo regalo una
vez. Sumado a que a él mismo le me gusta demasiado la gema. La explicación de este
acto fallido no ha ofrecido grandes dificultades.
A modo de conclusión, Freud comenta que al anotar algo; puso un bis donde sólo cabía
un für; lo advirtió y lo corrigió; un pequeño error -en realidad sólo el intento de un error-
y, sin embargo, cuántas condiciones previas, cuántos determinantes dinámicos.