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UNIDAD 9

Duelo y melancolía (1917)


Freud va a estudiar la melancolía a través del duelo. Compara ambos, y da cuenta que
tienen un mismo ocasionamiento, la pérdida de un ser querido, o de una abstracción
que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.

Algunas personas tras una pérdida desarrollaran un duelo, mientras que otras una
melancolía. El duelo conlleva una desviación de la conducta normal de la vida, pero
las personas no considerar patológico este estado en el caso del duelo, ya que en el
duelo, este estado es momentáneo, y luego se vuelve a la normalidad.

Freud menciona algunas de las características de la melancolía:

 Se singulariza por una desazón profundamente dolida.


 Una cancelación del interés por el mundo exterior.
 La pérdida de la capacidad de amar.
 La inhibición de toda productividad.
 Rebaja en el sentimiento de si caracterizado por autorreproches y
denigraciones, hasta el punto de llegar a una delirante expectativa de castigo.

Las características presentes en la melancolía son las mismas que están presentes en el
duelo, excepto la rebaja del sentimiento de sí.

La operación que realiza en el duelo es la siguiente: En el examen de realidad muestra


que el objeto amado ya no existe y exige que se le quite la libido que estaba enlazada
en el objeto, pero ante esto opera una resistencia ya que el hombre no abandona de
buen grado una posición libidinal. Esto es un proceso que se realiza lentamente “pieza
por pieza”, y mientras, el objeto sigue existiendo en el psiquismo. Se puede producir
un extrañamiento de la realidad, y una retención del objeto debido a una
sobreinvestidura del mismo. Una vez cumplido el trabajo del duelo, el yo se vuelve otra
vez libre y desinhibido.

En la melancolía, el objeto perdido es inconsciente, muchas veces el sujeto no sabe lo


que ha perdido. Si bien puede identificar que la enfermedad apareció ante una perdida
específica, lo que va a desconocer, es que perdió de ese objeto. En cambio en el duelo,
no hay nada inconsciente.

En la melancolía se muestra algo que no aparece en el duelo, y es una extraordinaria


rebaja del sentimiento yoico y un enorme empobrecimiento del yo. En el duelo, el
mundo se ha hecho pobre y vació, en la melancolía eso le ocurre al Yo mismo.
El melancólico describe a su yo como indigno, estéril y moralmente despreciable, se
hace reproches, se denigra y espera repulsión y castigo. Freud a esto lo llama “delirio
de insignificancia de carácter moral” Este delirio es acompañado por repulsión hacia
los alimentos, insomnio, y un desfallecimiento de la pulsión que acompaña a todos los
seres vivos de aferrarse a la vida.

Freud contrasta este empobrecimiento Yoico de la melancolía, con el


empobrecimiento del mundo exterior del duelo.

Para Freud es una empresa inútil contradecirle los autorreproches al melancólico.

La melancolía permite echar una mirada a la constitución más íntima del yo, ya que
se puede observar como una parte del yo se contrapone a la otra, la aprecia
críticamente, la toma como objeto. Lo que aquí se nos da a conocer es la instancia que
usualmente se conoce como conciencia moral. Freud retoma esta idea en el yo y el
ello para explicar la constitución del súper yo como instancia de la conciencia moral.

Para Freud, si uno presta atención a los autorreproches del melancólico, estos no se
adecuan a la persona del enfermo, y se ajustan más a una persona que el enfermo
ama, ha amado, o amaría. En realidad estos autorreproches son reproches dirigidos a
un objeto de amor, que desde este han rebotado sobre el yo propio. En realidad lo
que dicen de ellos mismos lo dicen de otros.

Por lo tanto en la melancolía hubo una elección de objeto, una ligadura de libido a
una persona determinada, por obra de una afrenta real o un desengaño de la persona
amada sobrevino un sacudimiento de ese vínculo de objeto. La relación libidinal con
ese objeto se cancela, en vez de utilizar esa libido para investir otro objeto, esa libido
vuelve al yo. Esto lleva al melancólico a identificarse con ese objeto, “la sombra del
objeto cae sobre el yo”. Es decir, el yo se identifica con características del objeto
perdido. Esto podría ser una regresión a la etapa oral, ya que busca incorporar al
objeto, apropiarse de él. De esta manera, al melancólico, se le permite continuar con
el vínculo libidinal de este objeto, pero dentro del yo, debido a la identificación con el
mismo.

El conflicto con el ser amado, pasa a ser un conflicto entre la parte crítica del yo, y la
parte del yo alterada por la identificación. Para que esto sea posible debe haber una
fijación con el objeto de amor, y una escasa resistencia de la investidura de objeto.

Para explicar esto, Freud aclara que la elección de objeto de la melancolía, está hecha
sobre una base narcisista. La identificación narcisista con el objeto se convierte en el
sustituto de la investidura de amor.

La pérdida de objeto es una situación privilegiada para que salga a la luz la


ambivalencia de los vínculos de amor, es decir, amor y odio. Siempre que haya una
predisposición a la ambivalencia, por ejemplo, en la neurosis obsesiva, se va
exteriorizar en forma de autorreproches, es decir, la persona se va a comportar como
si fuera su culpa la pérdida de objeto, como si la hubiera querido.

El amor se refugia en la identificación con el objeto, mientras que el odio, se ensaña


con este objeto sustituto, denigrándola insultándola (a la parte del yo alterada por
identificación), dirigiendo su agresión, que sería dirigida al objeto, pero en lugar de
esto, la agresión vuelve hacia el propio yo. De esta forma explica lo enigmático del
suicidio.

Las tres premisas que plantea Freud respecto a la melancolía son:

 La pérdida del objeto.


 La ambivalencia.
 La regresión de la libido al yo.

Lo ominoso (1919)
I:

Hay un tema que ha sido marginado por los expertos en estética, y esto es el tema de
lo siniestro u ominoso. Esto pertenece al orden de lo terrorífico, causa angustia y
horror. Freud se pregunta por los mecanismos psíquicos que entran en juego para que
esta sensación se produzca.

Hay dos caminos para investigar este tema:

 Uno es por el camino de la palabra, del significado de <ominoso>.


 El otro camino va a ser de las vivencias, las experiencias y sensaciones que
despiertan en nosotros la sensación de lo siniestro.

Para Freud, ambos caminos llevan al mismo resultado. Comienza por estudiar lo
siniestra por el camino de la palabra.

Lo ominoso en alemán, se traduce como <<unheimlich>>, esta palabra es lo contrario a


<<Heimlich>>. Esta palabra refiere a lo familiar, agradable, confiable, etc. Pero también
encuentra en la misma palabra, el significado de ajeno, clandestino, oculto. La palabra
<<unheimlich>> coincide con la segunda acepción de <<heimlich>>.

Freud le agrada más la definición de Schelling, que refiere a aquello que está
destinado a permanecer oculto, pero que ha salido a la luz.
II:

Aquí Freud se pregunta qué es lo que despierta el particular sentimiento de lo


ominoso.

Toma un ejemplo de Jentsch: “Lo siniestro tiene que ver con la duda si es realmente
animado un ser en apariencia vivo, y, a la inversa, sino puede tener alma cierta cosa
en apariencia inerte” Esto puede ser provocado, por ejemplo por las muñecas de cera
que tienen apariencia de estar vivas. Cosas de aspecto humanoide. Freud también
menciona lo siniestro que puede provocar un ataque epiléptico o la locura.

Esta incertidumbre intelectual va a decir Jentsch con respecto a si es humano, está vivo
o no lo está, esto puede despertar una sensación de siniestro.

Esta observación, vale sobre todo para el cuento <El hombre de arena> de Hoffman.

En este cuento Hoffman produce la incertidumbre de si existe el hombre de arena o


no, si es una fantasía del niño o no. El no saber si este personaje terrorífico era un
delirio del personaje principal o no.

En el cuento Freud llega a la conclusión que el hombre de arena existe, y que este, se
encarnaba bajo la figura de Copelius que era el abogado del padre.

En el cuento también se menciona de forma secundaria a una muñeca llamada Olivia,


que el niño observaba con binoculares, y este dudaba si estaba viva o no, produciendo
un efecto ominoso.

Freud pone el foco en algo muy angustiante, y es la pérdida de los ojos que es lo que
hace el hombre de arena (Sandman). Esta angustia por la pérdida de ojos, Freud la
relaciona con la angustia de castración. Esto tiene sentido si reemplazamos el hombre
de arena por la figura del padre temido, de quien se espera la castración por portarse
mal.

Freud cree que lo siniestro en este cuento, se da porque la obra literaria menciona
algunos puntos relacionados con complejos infantiles.

Freud analiza otro cuento de Hoffman titulada “Los elixires del diablo”. En esta obra
literaria los elementos siniestros que encuentran van a estar en:

 Presencias de dobles.
 El acrecentamiento de esto por el salto de procesos anímicos de uno al otro (Es
decir, telepatía)
 La identificación total con una persona al punta tal de equivocarse y no poder
distinguir cual es yo y cual no es yo.
 El permanente retorno de lo igual. Freud lo relaciona con la repetición de los
mismos rasgos faciales, caracteres, destinos, hechos criminales.

Freud en el análisis se va a preocupar sobre todo por la función de doble, donde


engloba las dos características que le suceden, y el permanente retorno de lo igual.

El motivo del <Doble> fue estudiado a fondo por O. Rank. En un trabajo que lleva ese
nombre. En el indaga los vínculos del doble con la propia imagen vista en el espejo, y
con la sombra, y lo vincula con el miedo a la muerte.

Para Freud, la función del doble es <<Una enérgica desmentida del poder de la
muerte>>. Un aseguramiento narcisista frente a la muerte, que aparece en el
narcisismo primario, donde ante la posibilidad de la propia muerte, lo que se hace es
generar un doble, una réplica de sí mismo que pudiese sobrevivir a la muerte.

Para Freud es probable que el alma inmortal fuera el primer doble del cuerpo, que
sobrevive a la muerte. Pasado el narcisismo primario, el hecho de que el ser humano
sea capaz de observación de si, posibilita la antigua representación del doble con un
nuevo contenido y atribuirle diversas cosas, y en lugar de que el doble cumpla la
función de un aseguramiento contra la muerte, puede transformarse en un ominoso
anunciador de la muerte.

Freud menciona la conciencia moral, y la observación de si, con esto se refiere a que
cuando se ha formado el súper yo dentro del psiquismo. El individuo ante la
observación del súper yo hacia el yo, que lo critica, el yo se defiende de aquello
negando las acusaciones, y proyectando hacia la figura del doble. Coloca en el doble
aquello relacionado con el narcisismo primario (supuestamente ya superado). Esto
proyectado pueden ser deseos incumplidos o deseos que uno mismo sofoco.

Para Freud, lo que vuelve al doble algo siniestro es una formación psíquica que
pertenece a la prehistoria del desarrollo del yo. Es una formación primitiva, y es por
ello que produce un efecto ominoso.

El carácter ominoso del doble, es que el doble es una formación oriunda de las épocas
primordiales del alma ya superadas. El doble ha devenido una figura terrorífica del
mismo modo como los dioses, que tras la rutina de su religión se convierten en
demonios.

Lo ominoso de Hoffman se da debido a una regresión a la etapa primordial del yo


donde no estaba completamente separado de lo otro. Esto se ve por ejemplo en la
omnipotencia del pensamiento o el animismo.
Volviendo al permanente retorno de lo igual, para Freud, el efecto siniestro que
produce esto queda explicado con un ejemplo de un suceso que el mismo Freud
vivencio. Freud estaba en un pueblo vacío en Italia, y entra en un barrio donde había
mujeres que se asomaban por la ventana (Para Freud eran prostitutas), Freud se
avergüenza por esto y dobla en la primera esquina para irse, sigue caminando, y da
cuenta que entro nuevamente en la misma calle, Freud apurado se vuelve a ir y por
tercera vez vuelva a retornar a esa calle. Esta situación a Freud le produjo esta
sensación de lo siniestro. Freud lo relaciona con la sensación de lo fatal, lo inevitable,
el desvalimiento infantil con respecto a las fuerzas del mundo.

El retorno de lo idéntico lo relaciona con lo infantil a través de la compulsión a la


repetición. Esto es mediante la naturaleza más íntima de las pulsiones; que tiene el
poder suficiente de doblegar al principio de placer, esta pulsión es la llamada pulsión
de muerte. Eso es una tendencia a repetir cierto trauma. Pero porque se repetiría
cierto trauma, puesto que esto no es placentero bajo ningún punto de vista, debido a
esto lo llama “más allá del principio de placer”, porque logra vencer a aquel
principio. La pulsión de muerte es lo que le da el carácter demoniaco a la compulsión
de repetición.

Es siniestro todo aquello que recuerda a la compulsión de repetición.

Para finalizar Freud hace dos señalamientos:

 La angustia proviene luego del proceso represivo, y es el afecto que se


encontraba asociado a la representación. Ante el proceso de represión, el
afecto queda libre y es trasmudado en angustia (Primer teoría de la angustia)
O quizás, esta angustia es producida y generada ante el retorno de lo
reprimido, y lo siniestro tiene que ver con esta segunda variedad de angustia
(Segunda teoría de la angustia)
 El sentimiento de lo siniestro, no tiene que ver con algo ajeno y nuevo para
uno, sino que tiene que ver con algo familiar, pero antiguo y ajenado
mediante la represión. Esto se puede relacionar con el concepto de siniestro
que toma de Schelling, que es aquello que estaba destinado a permanecer
oculto (Reprimido), ha salido a la luz, por esto, es el retorno de lo reprimido.
A muchos seres humanos les resulta muy ominoso lo relacionado de manera
íntima con los cadáveres, y el retorno de los mismos (Zombies o espíritus).

La palabra <<Unheimlich>>, el prefijo <<Un>> que negaba la palabra <<Heimlich>>,


es la marca de la represión. Es decir, una negación de lo que era familiar. Lo que era
familiar se le agrega el <<Un>> para decir que no es familiar, y la debida permanencia a
lo oculto ajeno.
Más allá del principio de placer (1920).
Aquí se da el llamado giro del 20, ya que toda la concepción que tenía en cuanto lo
anímico y lo pulsional lo revierte.

Freud al comienzo de tu teoría cree que todos los procesos anímicos están regidos
por el principio de placer, pero si esto fuera universalmente cierto, todos los
resultados de los procesos anímicos serian placenteros, cosa que no es cierta.

Objeciones al principio de placer:

 Principio de realidad: Busca un placer mediato mediante un rodeo en la


realidad, tolerando cuotas de displacer. En parte contradice el principio de
placer.
 Esta objeción se relaciona con las pulsiones parciales reprimidas, estas son
escindidas del yo. A lo largo del desarrollo, estas pulsiones parciales entran en
contradicción con el yo, por lo tanto sucumben a la represión. Estas pulsiones
van a buscar placer por otra vía, causándole displacer al yo. Esta no es una
objeción total, debido a que el placer se va a experimentar en otra instancia,
por ejemplo el Icc.
 Los sueños de las neurosis de guerra (TEPT), son una verdadera objeción al
principio de placer. Luego de la primera guerra mundial, se hacen conocidos
muchos casos, de personas que fueron a esa guerra. Estas personas sueñan
siempre con la misma escena, esa escena es muy traumática, y desprende un
gran displacer su recuerdo, irrumpiendo el estado de sueño, y despertando con
un gran terror. Esto contradice la hipótesis de Freud de que el sueño es un
cumplimiento de deseo.
 Otra objeción es el análisis del juego del niño. Freud parte de la observación
del juego de un niño de un año y medio. Este juego es el fort (Se fue) da (Acá
esta). Lo que juega el niño, es a desaparecer y a reaparecer un objeto (Que es
la madre). El niño, en este juego, según Freud, lo que intenta hacer es
desaparecer al objeto. Pero el hecho de que el niño desaparezca a la madre
provoca un desprendimiento de displacer. Esto contradice al principio de
placer. El niño busca hacer activo, lo vivido pasivamente. En la vivencia era
pasivo, era afectado por ella; ahora se pone en un papel activo repitiéndola en
el juego, a pesar de que fue displacentera. Otra interpretación de Freud de este
juego, es que desaparece el objeto como una forma de vengarse de la madre.
 Otra objeción se relaciona con la repetición en la transferencia, lo que se
repite en la transferencia, es una parte de la sexualidad infantil proveniente
del complejo de Edipo, que mediante a la compulsión a la repetición
exterioriza forzosamente lo reprimido. Si se exterioriza lo reprimido, esto es
displacentero para el yo, pero esto no contradice al principio de placer, porque
quizás lo que es displacentero para el yo, es placentero para el Icc. Pero, la
objeción está en que en la repetición en la transferencia también retornan
ciertas vivencias totalmente displacenteras provenientes del complejo de
Edipo. Estas vivencias son displacenteras tanto para lo reprimido (Icc) como
para lo que no. Por ejemplo, desengaños, fracasos, resignaciones. Por lo tanto
parece ser que hay algo que va más allá del principio del placer.
 Otra objeción es el destino fatal de algunas personas. Algunas personas
repiten ciertas situaciones totalmente penosas en su vida, por ejemplo fracasos
amorosos. Esto no es placentero para ninguno de los dos sistemas (Icc y Cc)

Freud va intentar de incorporar los nuevos elementos, con la teoría ya existente.

Freud entiende a la Cc como que se encuentra al límite del mundo exterior y el


mundo interior, percibe las excitaciones provenientes del mundo exterior
(percepciones) y del interior llegan las sensaciones de placer y displacer. Este sistema
percepción consciencia no tiene huellas mnémicas. Freud entiende a dichas huellas
como la resistencia del paso de energía de un elemento a otro.

La energía del mundo caracterizada por los estímulos, es hipertrófica (Es mucha). En
ciertas situaciones, esta cantidad hipertrófica, entra y penetra la membrana de
protección anti estimulo, y la rompe. Así irrumpe el psiquismo, y esto se lo vivencia
como traumático. Esta gran cantidad de energía que ingresa al psiquismo es lo que
Freud denomina trauma. El psiquismo intenta manejar esta energía (Que es libre y
desenfrenada) contraponiendo una energía para frenarla (Que es ligada, quita,
manejada).

La expectativa angustiada es la última frontera contra el trauma ya que es una


energía expectante de algo, que se prepara para enfrentar la energía que puede
llegar a irrumpir, y así evitar un posible trauma.

Respecto a la neurosis de guerra, Freud hace la distinción entre:

 Miedo: Que es frente a un objeto.


 Angustia: Es expectativa sin ningún objeto.
 Terror: Se relaciona con el efecto sorpresa. El hecho de no estar preparado y que
acontezca algo traumático.

Los sueños típicos de la neurosis de guerra, están lejos de obedecer el principio de


placer, o ser cumplimientos de deseos, sino más bien, buscan mediante la angustia
recuperar el dominio que se perdió por la omisión de la angustia en la vivencia
traumática, debido a que el hecho tomo por completa sorpresa al psiquismo. Por lo
tanto, la compulsión a la repetición de este soñar, lo que busca el ligar la energía libre
de ese trauma para prepararla para descargarla.

El sistema percepción conciencia no tiene una membrana anti estímulo para las
excitaciones internas. Por lo tanto, las pulsiones pueden dar perturbaciones
económicas equiparables a las neurosis traumáticas. Esta energía pulsional, es
energía libre que busca la descarga. Por lo tanto los estratos superiores van a buscar
ligar esta energía para su posterior descarga (Proceso secundario).

Una pulsión seria entonces un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de


reproducción de un estado anterior que lo vivo debió resignar bajo el influjo de
fuerzas perturbadoras externas.

Las pulsiones yoicas provienen de la animación de la materia inanimada y quieren


establecer la condición de inanimado, estas pulsiones yoicas o de autoconservación
van a buscar conservar la vida del sujeto, pero para su posterior muerte. En cambio,
las pulsiones sexuales es claro que reproducen estados primitivos del ser vivo, pero
la meta que se empeñan por todos los medios es la fusión de dos células germinales
diferenciadas de una manera determinada, es decir, la reproducción y la
conservación de la especie. Así Freud estable la oposición entre las pulsiones yoicas
(de muerte) y las pulsiones sexuales (de vida). La meta de toda vida es la muerte, pero
morir de la forma en la que está programado el organismo (morir a determinada
edad).

Freud para concluir establece la distinción entre la vida (Eros), que son las pulsiones
libidinosas (Yoicas y sexuales) y Las Muerte (Tánatos), pulsión destructiva (Agresión).

A modo de cierre, Freud menciona a la compulsión a repetición, como la función del


organismo mediante la cual va a buscar procesar ciertos traumas, toma elegida no
ligada, y mediante la repetición la va ligando para su tramitación, es decir, para que
ingrese dentro del dominio del principio de placer, y para que pueda de esta manera
ser descargada posteriormente.

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