El liderazgo es una variable organizativa con gran análisis en la literatura de
gestión humana. Durante décadas se ha centrado en estudiar los
comportamientos de quienes dirigen una organización e influencian su desempeño. Tanta ha sido su importancia que las instituciones en el ámbito militar han decidido realizar estudios para mejorar la gestión de quienes lideran este tipo de organizaciones. Desde las fuerzas militares, el liderazgo se ha convertido en un aspecto central que no puede ir desligado de las actividades que llevan a cabo estas instituciones, puesto que el desarrollo de operaciones militares implica la orientación de un superior que contribuya a obtener resultados favorables para la Armada.
El factor que hemos tomado para valorar a los militares es la capacidad de
mando, el talento de un general para guiar y motivar a sus tropas, para que éstas perciban tanto el liderazgo de su superior como su cercanía humana. El cuarto elemento de valoración es la incidencia histórica, ese afán que poseen casi todos los grandes hombres de dejar su sello en la Historia y cambiar su curso si es posible.
Podemos estar orgullosos de vislumbrar al Gran Capitán, don Fernando González de
Córdoba (1453- 1515), que hizo un magnífico uso de sus dotes militares durante el reinado de los católicos. "Él era la espada y Fernando el político", resume Guerrero. El Gran Capitán es el español más valorado, pero, según los historiadores, nuestro país también ha dado a luz otros excelsos militares como Hernán Cortés o Pizarro, que "al margen de su catadura moral, fueron capaces de dominar imperios con escasos hombres", recuerda Losada. Son los genios de los campos de batalla.