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En Medicina, la temperatura corporal y la fiebre han tenido, siempre, un gran valor. Valor simbólico, de
una parte, ya que se trata de un signo físico al que tradicionalmente se le ha atribuido capacidad para
marcar el límite entre la salud y la enfermedad (es uno de los cuatro signos vitales tradicionales); y
valor clínico en la práctica diaria, ya que como toda manifestación de enfermedad, constituye una
importante ayuda diagnóstica.
La fiebre en Pediatría. La fiebre constituye uno de los primeros motivos de consulta tanto en Atención
Primaria como en las Urgencias Hospitalarias. Este es un hecho que todos los pediatras comprueban a
diario y numerosos estudios lo avalan.
La fiebre es, también, el síntoma que mas preocupación causa en las familias del niño enfermo. En
muchas ocasiones se puede hablar de verdadera fobia a la fiebre, ya que ocasiona frecuentemente
ansiedad y temor de tal magnitud que lleva a los padres a adoptar conductas poco razonables ante un
niño con fiebre; ya en 1980, B.D. Schmitt describió la proliferación de actitudes de excesiva
preocupación y conductas agresivas en el tratamiento de la fiebre, situación que después de 20 años
no parece haber cambiado sustancialmente, no sólo en lo que a las percepciones y actitudes de las
familias se refiere, sino también, en las actitudes de los médicos hacia los niños febriles.
Las consecuencias de este hecho son variadas e importantes. En general ocasionan un gran
incremento del uso y consumo de recursos sanitarios y el de fármacos antipiréticos (FAP) refleja
fielmente este fenómeno:
Consumo de FAP (fármacos del grupo N02B) en España en los últimos años: cada año se
consumen mediante prescripción en el Sistema Nacional de Salud (SNS) más de 53 millones de
envases, con un costo global de más de 18.000 millones de pesetas, y de todo ello, el paracetamol
supone casi la mitad.
Los fármacos OTC (“over-the-counter”) son aquellos que no precisan prescripción médica y de uso
no restringido destinados a tratar síntomas menores o de enfermedades que no requieran control
médico (algunos financiados por el SNS, aunque la mayoría de ellos no). La fiebre está en el
listado de síntomas menores. La población tiene la percepción de que todos los fármacos
disponibles mediante la modalidad OTC son siempre seguros y los consume sin precauciones y sin
buscar el asesoramiento del médico. Paracetamol es el fármaco más consumido entre todos los
disponibles a la venta sin prescripción; numerosos productos OTC contienen este principio activo
en su composición, tanto como único componente, como formando parte de una combinación de
fármacos. Los jóvenes y adultos son los grupos poblacionales que más consumen fármacos OTC.
Diversos estudios realizados en España ponen de manifiesto que la magnitud del consumo de
fármacos OTC en general y paracetamol en particular discurren aquí también de la misma forma.
Paracetamol es la primera causa de intoxicación accidental por fármacos en la población infantil y
principal referencia en los trabajos sobre uso incorrecto de medicamentos. Los errores de
medicación probablemente son frecuentes, aunque su incidencia real es desconocida y por tanto
su trascendencia desconocida. Los errores de medicación son más frecuentes en niños que en
adultos y aunque probablemente la mayoría de los casos no tenga trascendencia clínica, no debe
desdeñarse su importancia. El caso de los antipiréticos pone de manifiesto de forma especial la
necesidad de una farmacología específica para pediatría.
Los FAP están implicados con frecuencia en reacciones adversas, alergia o intolerancia a
fármacos.
Control de la temperatura corporal
Definición de fiebre. La fiebre es el aumento de la TC por encima de los valores considerados como
normales en cada situación. Este aumento de la TC se produce como consecuencia de un cambio en
el punto de ajuste del centro termorregulador.
La fiebre es el resultado de interacciones biológicas complejas. El proceso puede tener distintos
orígenes; pirógenos exógenos (productos y toxinas microbianas, complejos antígeno-anticuerpo,
fármacos, etc.), o endógenos (polipéptidos producidos por determinadas células del huésped,
especialmente monocitos y macrófagos en respuesta a diversos estímulos, infección, inflamación, etc.)
inician una cascada de acontecimientos metabólicos que llevan a cambios en la vía del ácido
araquidónico, que a su vez, mediante la acción de la ciclooxigenasa, conducen finalmente a la
producción de prostaglandina E2 (PGE2) en las células del endotelio vascular del hipotálamo. Los
pirógenos exógenos no tienen acciones directas sino que actúan activando los pirógenos endógenos o
citoquinas. La PGE2 así sintetizada actúa directamente sobre el centro termorregulador elevando el
punto de ajuste térmico. Este es el proceso común en la producción de fiebre en las infecciones,
enfermedades de base inflamatoria y neoplasias y es un mecanismo sensible a la acción de los FAP.
La elevación del umbral térmico hipotalámico actúa modulando múltiples procesos metabólicos y
genera una serie de fenómenos periféricos que actúan sobre la producción de calor y el tono vascular.
La fiebre supone un gasto energético importante, por cada grado de elevación de temperatura el
consumo de oxígeno se incrementa hasta en un 13%, y también se produce un incremento en las
necesidades de líquidos como consecuencia del aumento de las pérdidas insensibles.
Valores normales de la TC
Los valores normales de la TC pueden variar dentro de un rango de 1 a 2 ºC. Se han documentado no
sólo variaciones interindividuales, sino que también se han descrito ritmos circadianos propios de cada
individuo, con variaciones de la TC a lo largo del día (valores inferiores en la segunda mitad de la
madrugada y valores máximos a media tarde). Por otro lado los valores de la TC dependen también del
instrumento de medida y el lugar anatómico donde se tome la temperatura.
Influencia del lugar anatómico y del instrumento de medición en los valores de la temperatura
corporal. La medición de la temperatura no siempre es un procedimiento fácil y exacto; la temperatura
axilar es la técnica más usada, por segura y accesible, pero menos precisa; la temperatura rectal es
probablemente la más parecida a la temperatura central, pero no siempre es aceptable. Ésta es la
considerada más fiable y la referencia estándar para otros lugares de medición, aunque la temperatura
axilar suele ser la preferida por los padres. En la Tabla 1 se muestran las ventajas e inconvenientes de
cada lugar de medición posible.
Tradicionalmente se acepta que la temperatura rectal puede ser de 0,5 a 1 grado mayor que la axilar,
aunque éste es un aspecto poco contrastado. C.V. Craig en una revisión sistemática encuentra unas
diferencias entre la temperatura rectal y axilar entre 0,15 y 1,98º C dependiendo de la edad del niño y
del instrumento de medida; las diferencias son mayores con los termómetros electrónicos y en los
niños mayores (Tabla 2). La concordancia entre las temperaturas axilar y rectal aumenta en neonatos,
con el uso de termómetro de mercurio y tras un tiempo de permanencia del termómetro de mercurio
mayor de 3 minutos o al menos tras la estabilización completa.
Tabla 2 – Diferencias entre la temperatura rectal y axilar según la edad del niño y según el instrumento
de medida.
Diferencia media entre la temperatura rectal y axilar según el instrumento de medida:
¾ 0,25 ºC con termómetros de mercurio (rango 0,15 a 0,65 ºC)
¾ 0,85 ºC con termómetros digitales (rango 0,19 a 1,9 ºC)
Diferencia media entre la temperatura rectal y axilar según la edad del niño:
¾ En neonatos 0,17 ºC (rango 0,15 a 0,5 ºC)
¾ En lactantes y niños 0,92 ºC (rango 0,15 a 1,98 ºC)
Craig JV et al. Revisión sistemática de 37 estudios y metanálisis de 20 de ellos donde se comparan las
diferencias entre las temperaturas axilar y rectal en distintas condiciones. BMJ 2000; 320: 1174-1178.
En la Tabla 3 se exponen las ventajas e inconvenientes de los distintos instrumentos disponibles para
la medición de la TC. El termómetro de mercurio ha sido considerado como el instrumento estándar
tanto en la práctica clínica como en la mayoría de los estudios de investigación. La elección del método
de medición puede hacerse en función de criterios como las costumbres locales y aceptabilidad del
método, si va a ser destinado para uso doméstico o profesional, tipo de paciente y patología, lugar de
uso (consulta o urgencias), etc. El riesgo de contaminación ambiental por mercurio relacionado con el
uso de estos termómetros está haciendo reconsiderar la adopción de instrumentos alternativos en la
medición rutinaria de la TC.
Numerosos estudios han tratado de establecer el grado de concordancia de las mediciones realizadas
con termómetros electrónicos para axila, cavidad oral o recto, termómetros de cristal líquido
¿Es necesaria la eutermia? ¿Cuándo tratar la fiebre? La fiebre es un síntoma, pero no sólo un
síntoma. No deben menospreciarse los posibles efectos fisiológicos favorables de la fiebre moderada,
modulando procesos metabólicos y optimizando la respuesta inmune así como su valor diagnóstico,
por lo que no siempre es necesario tratar la fiebre, o al menos no siempre es necesario hacerlo de
forma inmediata y agresiva.
¿Cuándo está indicado el tratamiento con antitérmicos? En general puede aceptarse que está
indicado prescribir un tratamiento antitérmico cuando la fiebre causa un significativo malestar subjetivo
al paciente y/o constituya por sí misma un riesgo cierto o posible y cuando el beneficio del uso de los
FAP sea mayor que sus potenciales riesgos (Tabla 4). El uso de los FAP está extraordinariamente
Malestar subjetivo
Afectación del estado general.
Taquicardia y/o taquipnea importante
Afectación del nivel de conciencia
Antecedentes de convulsiones febriles
Necesidad de controlar las pérdidas de agua y sal (deshidratación)
Necesidad de disminuir el consumo de oxígeno y la producción elevada de CO2 (desnutrición, deterioro
función cardiaca)
Y Sepsis/shock
Tratamientos contra la fiebre. La base de todo tratamiento antitérmico la constituyen los fármacos
antipiréticos (FAP), particularmente paracetamol e ibuprofeno. En algunos casos pueden considerarse
también las medidas físicas como coadyuvantes. En todo niño febril se deberá considerar también la
influencia del aumento de la TC en sus necesidades de agua, electrolitos y energía.
Se exponen a continuación los FAP más importantes, ordenados por orden cronológico en su
incorporación al arsenal terapeútico.
Fármacos antipiréticos
Historia. Los usos terapeúticos de los salicilatos son muy antiguos. La referencia más antigua data de
alrededor de 1550 años a.C., encontrada en un papiro en Luxor. Las plantas que contienen salicilatos
son el sauce, mirto, álamo e hierbas como Spiraea ulmaria. En el siglo XVIII se llevó a cabo la primera
investigación científica de los salicilatos (Stone, 1763: “El éxito de la corteza de sauce blanco en la
curación de las fiebres”, documento de la Royal Society of London). En 1853 se realizó la primera
producción de AAS sintético. En 1876 T. McLagan escribió en The Lancet un trabajo sobre el uso de
salicina en pacientes con fiebre reumática. El 1899 Bayer patentó el nombre Aspirina. En 1915
comenzó la comercialización en América. En la década de 1940-49 se descubrieron los efectos
antitrombóticos de AAS. A principios de los años 1970, la investigación que mereció un premio Nóbel
llevada a cabo por John Vane demostró que AAS bloquea la síntesis de PG proporcionando la base
científica de su utilización como agente antitérmico, antiinflamatorio y analgésico.
Pautas de dosificación
Una probable relación entre este fármaco y ciertos virus como los de la varicela y gripe en la patogenia
del Síndrome de Reye limita su uso en Pediatría. No debe, por ello, ser el fármaco de elección en el
tratamiento de la fiebre en niños.
Paracetamol
Paracetamol es un fármaco del grupo de los paraaminofenoles, derivados de la anilina. Tiene efecto
antipirético y analgésico. OTC en USA desde 1955. Eficacia antitérmica similar al ácido acetilsalicílico.
Fármaco antipirético de referencia en niños.
Mecanismo de acción. El efecto antipirético se obtiene por la acción del fármaco sobre el centro
termorregulador hipotalámico mediante la inhibición de la síntesis de PGE2 como consecuencia de la
inhibición de COX-1 y COX-2. Quizás estén involucrados también otras acciones centrales no bien
conocidas. El efecto analgésico se obtiene mediante ciertas acciones centrales y periféricas. No tiene
efecto anti-inflamatorio.
Datos sobre seguridad. Paracetamol es un fármaco muy ampliamente usado ya desde hace muchos
años, y la experiencia acumulada dice que usado a dosis terapeúticas tiene un excelente perfil de
seguridad, tanto en adultos como en niños. No obstante, no carece de riesgos de efectos adversos y
toxicidad. En los últimos años se observa un incremento de los riesgos de toxicidad asociados al
consumo repetido del fármaco a dosis terapeúticas o solo ligeramente superiores a las recomendadas
en niños y sobre todo jóvenes y adultos.
→ Absorción rápida y completa por tracto gastrointestinal. No influyen las variaciones del pH de distintos tramos
gastrointestinales.
→ Por vía rectal, la absorción es más lenta, irregular y alcanza niveles plasmáticos inferiores
→ Escasa unión a proteínas (10%) y buena difusión a tejidos. Biodisponibilidad del 75 al 85%.
→ Su acción se inicia en 30 a 60 minutos y la vida media es de 1½ a 3 horas (salvo en neonatos y lactantes muy
pequeños que puede tener una vida media claramente mayor)
→ Los niveles séricos terapeúticos oscilan entre 4 y 18 µg/ml. Los niveles séricos máximos se alcanzan a los 30-90
minutos pero el efecto clínico máximo puede tardar, lo que indica la presencia de mecanismos de acción diversos.
→ Metabolismo principalmente hepático (sólo el 2-5% de la dosis ingerida se recoge de forma inalterada en la orina).
Pautas de dosificación
→ Por vía oral: de 10 a 15 mg/kg/dosis cada 4 a 6 horas. Dosis diaria máxima de 60 a 75 mg/kg/dia. El efecto
antipirético es dosis-dependiente. Dosis recomendada 15 mg/kg/6h.
→ Por vía rectal: dosis inicial de 40 mg/kg seguida de 20 mg/kg cada 6 horas.
→ Debe evitarse en las 6 primeras semanas de vida.
→ Existe un profármaco (proparacetamol), hidrosoluble y apto para su administración parenteral. Se hidroliza
rápidamente, liberando paracetamol en una proporción del 50%, y con efecto antipirético/analgésico en 10 a 15
minutos. Dosis 20 a 30 mg/kg/6 horas.
Es el fármaco mas ampliamente usado por los niños en todo el mundo. La experiencia acumulada ha
hecho que la población perciba a paracetamol como una droga segura sin lugar a la duda, y la
consuma ampliamente. En muchos países paracetamol está presente en múltiples productos OTC
tanto solo como junto con otros en multicombinaciones. Posiblemente los casos de toxicidad por
paracetamol publicados sean sólo “la punta del iceberg” y sean muchos los casos leves no registrados.
Kearns GL propone una guía de uso de este fármaco en niños con el propósito de minimizar el riesgo
de toxicidad: 1) No administrar este fármaco mas que para tratar la fiebre y el dolor leve-moderado. 2)
No exceder las dosis y la duración recomendada. 3) No usar presentaciones de adultos en niños. 4) No
Ibuprofeno
AINE derivado del ácido propiónico con efecto antipirético, antiinflamatorio y analgésico.
Mecanismo de acción. Mecanismo de acción similar al ácido acetilsalicílico. Acción central sobre el
centro termorregulador hipotalámico. Inhibición de las ciclooxigenasas, con disminución de la síntesis
de PGE2.
→ Administración solo por vía oral. Buena absorción gastrointestinal (95%) tomándolo antes de los alimentos.
→ Alta unión a proteínas plasmáticas. Vida media de unas 2 horas, aunque su acción antipirética llega a las 6 a 8 horas.
→ Metabolismo hepático. Eliminación en orina menos del 1%. La alcalinización de la orina disminuye los niveles plasmáticos
de los AINEs. La acidificación de la orina tiene el efecto contrario.
Pautas de dosificación
→ Por vía oral: de 5 a 10 mg/kg/dosis cada 6 a 8 horas. En niños de 25 a 40 kg pueden darse dosis fijas de 200 mg y en
niños de mas de 40 kg dosis de 400 mg, utilizando sobres monodosis. Dosis recomendadas (sobre la base de 7,5
mg/kg/dosis, dosis máxima 30 mg/kg/dia): Dalsy® y Junifén® 1,5 ml/kg/dia dividido en 4 dosis y Babypiril® 1gota/kg/6h.
→ Dosis diaria máxima de 30 a 40 mg/kg/dia.
→ Debe evitarse en los 6 primeros meses de edad.
Datos sobre seguridad. A las dosis pediátricas recomendadas y en tratamientos cortos es un fármaco
eficaz y seguro.
Los efectos adversos son los propios de todos los AINES (ver AAS). La deshidratación importante
puede aumentar los riesgos de nefrotoxicidad. No parece estar relacionado con el Síndrome de Reye.
Se duda sobre su relación con ciertas complicaciones (infecciones invasivas por estreptococo grupo
A) en pacientes con varicela. No sirve para la profilaxis de las convulsiones febriles recurrentes.
Dosis superiores a 150 mg/kg pueden tener efectos tóxicos.
Van Stuijvenberg M et al., 1998 Comparación de ibuprofeno a En el grupo de Ibuprofeno se logró una mayor
5 mg/kg/6h y placebo reducción inicial de la fiebre, pero no se consiguió una
Estudio controlado con placebo, doble disminución en las recurrencias de convulsiones
ciego febriles.
230 niños a 1 a 4 años de edad (555 En el grupo de episodios febriles en los que ocurrió
episodios febriles) con riesgo de una recurrencia de la convulsión, el ibuprofeno no
recurrencias de convulsiones febriles. logró reducir la fiebre mas que el placebo.
Un año de seguimiento.
Díez Domingo J y cols, 2000 Comparan la eficacia de 7 Los niños que recibieron gránulos recibieron una
mg/kg o una dosis de gránulos dosis de 7 a 10 mg/kg.
103 niños de mas de 25 kg de peso con efervescentes de 200 mg si
fiebre peso entre 25 y 33 kg o una Encuentran que ambas formulaciones son igual de
dosis de 200 ó 400 mg si peso eficaces.
entre 34 y 39 kg (según
temperatura menor o mayor de
39º C) o 400 mg si mas de 40
kg
Martinon Sanchez F y cols, 2000 Dosis de 7 mg/kg El 93,5% redujeron la temperatura hasta 37,5º C,
lográndose este objetivo entre 1 y 2 horas después
384 niños con fiebre alta del tratamiento en el 80,2%.
Autor y año
Objetivos Resultados y Conclusiones
Participantes y metodología
Lesko SM y Mitchell AA, 1999 Efectos adversos de paracetamol e Riesgo de hospitalización global por cualquier causa en las
ibuprofeno en tratamientos menores 4 semanas posteriores al tratamiento de 1,4% y un riesgo
27.065 niños febriles menores de 3 días de duración. de hemorragia gastrointestinal de 11 por 100.000.
de 12 años de edad (incluye
menores de 6 meses) Se estima que ambos fármacos muestran perfiles
suficientes de seguridad.
Vauzelle-Kervroedän F, 1997 Comparación de la eficacia de una Tiempo medio transcurrido entre la administración del FAT
dosis única de paracetamol (9,8 ± y máximo descenso temperatura (horas): 3.61 ± 1.34 para
Ensayo clínico multicéntrico, 1.9 mg/kg) o ibuprofeno (10,3 ± 1,9 ibuprofeno y 3.65 ± 1.47 para paracetamol (NS) (media
randomizado y a doble ciego. mg/kg). 3.63 ± 1.4) (95% confidence interval [CI] of the difference: -
0.48; +0.56)
116 niños de 2 a 10 años de
edad con fiebre alta de causa Descenso máximo de temperatura (º C): 1.65 ± 0.8 para
infecciosa. ibuprofeno y 1.5 ± 0.61 paracetamol (NS) (media 1.58 ±
0.71) (95% CI of the difference: -0.41; +0.11)
McIntyre J, 1996 Comparación de la eficacia de Descenso medio de la temperatura a las 4 horas (º C): 1,8
ibuprofeno a 20 mg/kg/dia (5 con ibuprofeno y 1,6 con paracetamol
Ensayo clínico randomizado, mg/kg/dosis media ) y paracetamol
doble ciego, prospectivo. a 50 mg/kg/dia (12,5 mg/kg/dosis Máximo descenso de la temperatura: 2º C a las 3 horas
media). con ibuprofeno y 1.7º C a las 2, 3 y 4 horas con
150 niños de 2 meses a 12 años paracetamol.
de edad con fiebre baja/alta con En ambos casos un máximo de
patologías diversas entre las cuatro dosis al día y un máximo de % de niños en los que la temperatura descendió hasta
cuales se incluyen 12 dosis en total. 37,5º C: 96% con ibuprofeno y 89% con paracetamol.
broncoespasmo y asma
Comparación de los efectos Nº (%) de pacientes con un descenso 1º C a las 4 horas:
Van Esch A, 1995 Ibuprofen syrup (5 mg/kg per Ibuprofen lowered the initial temperature from 39.1 degrees
dose) vs paracetamol syrup (10 C to a mean temperature of 37.7 degrees C during
Ensayo prospectivo, doble mg/kg per dose) treatment; acetaminophen lowered the initial temperature
ciego. from 39.2 degrees C to 38.0 degrees C. Ibuprofen reduced
fever 0.50 degree C more than did acetaminophen at 4
70 niños hours (95% confidence interval [CI], -0.98 to -0.02). The
mean temperature was 0.26 degree C lower during
ibuprofen treatment (95% CI, -0.59 to 0.07); the highest
temperature was 0.30 degree C lower (95% CI, -0.73 to
0.13). In 22 patients, a second fever was treated with the
opposite medication than the first. In the cross-over
analysis, the respective differences were 0.66 degree C
(95% CI, -1.29 to -0.06), 0.40 degree C (95% CI, -0.83 to
0.03), and 0.36 degree C (95% CI, -0.81 to 0.08) in favor of
ibuprofen.
Autret E, 1994 7.5 mg/kg ibuprofen syrup vs. 10 Temperature evolution over time was not significantly
mg.kg-1 paracetamol syrup different between the two groups. Nevertheless, the
Ensayo prospectivo, doble temperature reduction over the first 4 h of treatment (H0-
ciego. H4) was significantly higher after ibuprofen (60%) than
paracetamol (45%).
Walson PD, 1992 2.5 mg/kg ibuprofen vs. 5 mg/kg Ibuprofen liquid (10 mg/kg) and paracetamol elixir (15
ibuprofen vs 10-mg/kg ibuprofen mg/kg) administered every 6 hours for 24 to 48 hours
Ensayo prospectivo, doble therapy (all via a liquid) vs. appeared to be most effective in reducing fever. These
ciego. 15mg/kg paracetamol therapy via two regimens were equally effective and equally tolerated
an elixir every 6 hours for 24 to 48 in febrile children. Lower ibuprofen doses (2.5 and 5
64 niños hours mg/kg) were less effective than paracetamol and 10-
mg/kg ibuprofen therapy after the initial dose but were at
least equally effective as these two higher-dose regimens
thereafter
Kauffman RE, 1992 Single dose of paracetamol (10 All three active treatments produced significant
mg/kg) vs. ibuprofen (7.5 or 10 antipyresis compared with placebo. Ibuprofen provided
Ensayo prospectivo, doble mg/kg) vs. placebo greater temperature decrement and longer duration of
ciego. antipyresis than paracetamol when the two drugs were
administered in approximately equal doses. No adverse
37 niños effects were observed in any treatment group.
Wilson JT, 1991 5mg/kg ibuprofen vs. 10 mg/kg Ibuprofen 5 mg/kg was minimally effective in children less
ibuprofen vs. paracetamol than 6 years of age who had an initial temperature of at
Ensayo prospectivo, doble (unspecified dose) vs. placebo least 38.8 degrees C (101.9 degrees F). Ibuprofen 10
ciego. mg/kg was more effective for febrile children. The area
under the curve for temperature (or change in
178 niños temperature) captured the net effect of each drug and
provided the best estimate for efficacy comparison during
a defined period. A linear correlation between initial
temperature and measures of efficacy was observed. A
twofold increase in efficacy was observed for children
with an initial temperature less than 38.8 degrees C. A
similar effect was noted for each treatment group. Age
was also found to have confounding effects on antipyretic
response. A complex interaction between antipyretic
response, initial temperature, and age raises questions
about the pharmacodynamics of the antipyretic response.
The authors concluded that the most important variable in
antipyretic study design is initial temperature.
Walson PD, 1989 5 mg/kg ibuprofen vs. 10 mg/kg All agents were well tolerated and more effective than
ibuprofen suspension, 10 mg/kg placebo (p less than 0.05) for fever control. Ibuprofen, 10
Ensayo prospectivo, doble paracetamol elixir vs. placebo mg/kg, was favored over 10 mg/kg paracetamol (p less
than 0.05). For temperatures greater than 102.5 degrees
Mientras que en el tratamiento de la fiebre de causa infecciosa, las medidas físicas tienen un papel
secundario, complementario y de escaso alcance, por el contrario, constituyen el tratamiento básico de
la hipertermia que acompaña a diversas entidades.
Entre las distintas medidas físicas para el tratamiento de la fiebre en niños, la única que ha sido objeto
de estudios ha sido la utilización de “paños/baños húmedos y templados”. E. Purssell ha revisado los
estudios donde se compara la eficacia antipirética de paracetamol solo y paracetamol además de
“paños/baños templados”, con la conclusión de que éstos últimos en el mejor de los casos sólo añaden
una disminución adicional de la temperatura corporal de 0,4º C al final de la primera hora de
tratamiento. P. Axelrod revisa la literatura sobre el uso del enfriamiento corporal en el tratamiento de la
fiebre y la hipertermia; en ésta el tratamiento de elección lo constituyen las medidas físicas agresivas
junto con otras medidas para mejorar el disconfort (sedantes) y evitar los escalofríos; en el caso del
tratamiento de la fiebre en niños destaca que los estudios disponibles documentan que las medidas
físicas sólo contribuyen a bajar la fiebre mas rápidamente en los primeros 30 minutos de tratamiento,
que ocasionan un importante malestar subjetivo a los niños, que los estudios donde han documentado
mejores resultados, éstos se limitan a una disminución adicional de la temperatura de 0,4º C a la hora
de tratamiento y que no se ha documentado su eficacia en la prevención de convulsiones febriles.
Otros estudios mencionados por P. Axelrod refieren que las medidas físicas simples pueden ser algo
mas eficaces en el tratamiento de la fiebre en regiones con clima tropical (humedad y temperatura
elevadas) y, por último, que pueden jugar algún papel complementario en el tratamiento de niños
febriles severamente enfermos junto con otras medidas para evitar los escalofríos y disconfor (fiebre
extremadamente elevada, dificultad del control de la temperatura en pacientes neurológicos, shock
endotóxico, deshidratación, disfunción cardiovascular, etc.).
En general, en el tratamiento rutinario de la fiebre sólo resultan aconsejables medidas simples como
desabrigar al niño febril, refrescar el aire ambiental y si se trata de lactantes o niños pequeños los
baños/paños con agua templada (30 a 33 ºC). Éstos pacientes suelen tolerar mas o menos bien este
último procedimiento y resulta más eficaz por su mayor superficie corporal relativa.
Actitudes de los padres ante el síntoma fiebre. La fiebre es sólo un síntoma, pero para las familias
de los niños es en sí misma un gran problema y como tal dedican desmedidos esfuerzos para
combatirla, resultando de todo ello, actitudes y acciones incorrectas en cuanto al manejo terapeútico
de la fiebre en los niños en sus casas. En los últimos años, estas actitudes son cada vez mas
frecuentes, no sin pasividad y a veces también cierta colaboración por parte de los profesionales.
Utilización de fármacos incluso cuando el niño tiene apenas unas décimas y se encuentra bien.
Utilización sistemática, aún en niños con sólo febrícula, de dos fármacos antitérmicos de forma
sucesiva/simultánea.
Dosificación incorrecta de los fármacos (la mayoría de las veces por infradosificación).
Utilización profiláctica de los fármacos antipiréticos (sobre todo de paracetamol y a pesar de su
reconocido mal sabor); a veces los padres usan este fármaco como “remedio para todo” (riesgo de
intoxicación crónica por paracetamol)
Esta situación es debida a múltiples causas, pero una de ellas sin duda es la carencia de información
sobre la naturaleza y causas de la fiebre y este punto es abordable desde las consultas de Pediatría.