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1. Introducción
La Comisión integrada por los doctores Ricardo L. Lorenzetti (pre-
sidente), Elena Highton de Nolasco y Aída Kemelmajer de Carlucci,
al presentar el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación
detalla tanto el método como los principios que inspiraron el profundo
y destacado trabajo.
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Luis Lorenzetti, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2012, y en la misma obra, ver Funda-
mentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación a cargo del Sr.
presidente de la Comisión de Reformas, Dr. Ricardo L. Lorenzetti. Ver asimismo
comentario del profesor Dr. MÜLLER, Enrique Carlos, en Corte Suprema de Justicia
de la Nación. Máximos precedentes. Responsabilidad civil. Parte general, dir. por
Ricardo L. Lorenzetti, La Ley, Buenos Aires, 2014, t. I; KEMELMAJER DE CAR-
LUCCI, Aída, La cláusula penal, Depalma, Buenos Aires, 1981.
2 DE LORENZO, Miguel Federico, El daño injusto en la responsabilidad civil,
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2. La reparación
Nuestra Constitución Nacional establece el derecho a la reparación
en los artículos 14 a 17 y 19, consagrando el principio alterum non
lædere que autoriza a fijar un resarcimiento adecuado.
La Comisión Nº 5 de las Jornadas de Responsabilidad por Daños
en Homenaje al Profesor Jorge H. Bustamante Alsina, efectuadas en
Buenos Aires en 1990, recomendó la necesidad de organizar el sistema
de responsabilidad de modo tal que se privilegie la tutela de la per-
sona humana. En esa dirección evolucionó el concepto de daño a la
persona, sostenido intachablemente por el profesor Carlos Fernández
Sessarego que logró su incorporación al texto del Código Civil de
Perú de 19845.
Y en la protección a la persona tiene vigencia el principio de la
reparación integral, como bien lo establece el Código Civil y Comercial
de la Nación en el artículo 1740 (Sección 4ª), que consiste en “la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La víctima puede
optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe
fijar en dinero...”
Pizarro y Vallespinos6 se preguntan: ¿Qué debemos entender por
reparación plena o integral y cuál es su utilidad y alcance? Y afirman
que el tema suele ser conectado con dos cuestiones de relevancia en
materia de indemnización: “la determinación del contenido del daño
y la medida de ese contenido...”
4 ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, Resarcimiento de daños, t. 4, Presupuestos
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5. Antecedentes
Se remonta a la stipulatio penæ que fuera concebida en el Derecho
Romano a fin de compulsar a los deudores a cumplir la prestación
debida en obligaciones que no eran susceptibles de ejecución forzada.
Por otro lado, sirvió para suplir el criterio que impedía que el iudex
estableciese un monto indemnizatorio ante una conducta diversa a la
de dar sumas de dinero.
Se tornaba posible que operase de forma independiente. Es decir,
sólo el acreedor podía reclamar el cumplimiento de la pena ante la
imposibilidad de requerir compulsivamente el cumplimento de la pres-
tación debida. Y se la formulaba así: si fundum non dederis, centum
exegético, dir. por Jorge Horacio Alterini, La Ley, Buenos Aires, 2016, t. IV.
11 Ejemplo citado por CORRAL TALCIANI, Hernán, Cláusula penal y conven-
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6. Funciones
Subsiste en el Derecho moderno la doble finalidad que sin perder
la esencia de los matices se remonta al Derecho Romano y tiene dos
funciones principales12.
A. Función compulsiva
La mencionada función está destinada a compulsar al deudor a
cumplir con el deber jurídico asumido, y por consiguiente, debe pagar
en tiempo y forma.
De Ruggiero ha pretendido ver en esta función el único fin carac-
terístico de la cláusula penal13. Tal tesitura resulta cierta en muy pocas
hipótesis, tal como establecer una pena que acceda a una cláusula
penal.
En ciertos países de Latinoamérica los propios ordenamientos es-
tablecen que el valor de la pena no puede superar el valor de la
obligación a la cual accede: Brasil14 y México en su Distrito Federal15,
Suñer y J. Santa Cruz Teijeiro, Madrid, 1944, t. II, vol. I, ps. 158-159.
14 Art. 412 del Código Civil brasileño de 2002: “El valor de la conminación
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B. Función indemnizatoria
16El art. 1544 del Código Civil de Chile regla que “Cuando por el pacto principal
una de las partes se obligó a pagar una cantidad determinada, como equivalente a lo
que por la otra parte debe prestarse, y la pena consiste asimismo en el pago de una
cantidad determinada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda todo lo que exceda
de la primera, incluyéndose ésta en él”.
17 El art. 712 del Código Civil de Costa Rica dispone: “Cuando sólo se reclame
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7. Clases
A. Cláusula penal indemnizatoria
Se celebra teniendo en mira el caso de inejecución absoluta. Se
torna un sucedáneo de la pretensión resarcitoria. Recae en cabeza del
acreedor, salvo convención en contrario, requerir la realización de la
prestación debida o exigir la pena (art. 797 del Código Civil y Co-
mercial de la Nación).
8. Características
Corresponde señalar las siguientes, teniendo en cuenta su esencia.
A. Accesoriedad
La subsistencia de una cláusula penal depende de la validez de
una obligación principal. En consecuencia:
1. El acreedor, como principio, podrá optar por el cumplimiento
de la prestación debida o la pena (art. 797 del Código Civil y
Comercial), a menos que el deudor se haya reservado la facultad
de liberarse realizando esta última (art. 796 del Código Civil
y Comercial).
2. Si acontece la extinción de la prestación debida, lo mismo ocurre
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B. Condicional
La operatividad de la cláusula penal se encuentra sujeta al hecho
futuro e incierto del incumplimiento de la prestación pactada.
Debe destacarse, a fin de evitar equívocos doctrinales, que nada
impide que la obligación principal se haya constituido bajo la modalidad
de una condición.
C. Subsidiaria
La razón de ser de esta figura radica en su modalidad compensatoria
en tornarse un substituto de la prestación debida en atención a que no
ha sido ejecutada.
Se observan dos consecuencias:
1. El deudor no podrá pretender no llevar a cabo el plan pres-
tacional acordado so pretexto de pretender cumplir la pena
(art. 796 del Código Civil y Comercial), a menos que se haya
reservado la indicada facultad.
2. El acreedor no podrá aspirar a exigir el cumplimiento de la
pena en una etapa previa al incumplimiento (art. 797 del Código
Civil y Comercial).
D. Interpretación restricta
Tal criterio hermenéutico obedece al principio favor debitoris ya
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E. Inmutabilidad relativa
Amerita que se le dedique un acápite por separado más adelante
por su importancia, como consta usualmente en la mayoría de libros
de doctrina.
9. Beneficiario
Se trata del propio sujeto activo de la obligación, supuesto muy
común, como un tercero.
¿Cómo debe comportarse con respecto a exigir el cumplimiento
de la pena? Debe atenerse a la resolución que adopte el acreedor,
excepto que se hubiere estipulado a favor de un tercero.
11. Objeto
Con lenguaje claro y sencillo, el artículo 791 del Código Civil y
Comercial de la Nación establece que consiste en cualquier “...pres-
tación que pueda ser objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio
del acreedor o de un tercero”.
El ejemplo típico lo constituye el dinero. Se torna posible acordar
comportamientos que importen obligaciones de dar, hacer y no hacer.
También cabe pactar como pena una desventaja: por ejemplo, reducción
del precio de venta de un inmueble por cada día de retraso en su
entrega.
En otro orden de ideas, cabe aplicar el artículo 279 del Código
Civil y Comercial que versa sobre el objeto de los actos jurídicos: no
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C. Factor de atribución
Ha sido propuesta la postura de la innecesariedad de este requisito
por parte del recordado jurista Roberto M. López Cabana19. Sin em-
bargo corresponde tener en cuenta aquellos casos en que el sujeto
pasivo actúa dolosamente, circunstancia que deberá ser materia de prue-
ba por quien lo invoca.
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15. Tiempo
Cabe concertar la cláusula penal simultánea o posteriormente a la
constitución de la obligación a la cual accede. Se torna más frecuente
el primer caso señalado.
16. Forma
La manera más segura de acordar una pena es a través de la ex-
presión escrita. No requiere ninguna fórmula sacramental.
Sin embargo, se ha admitido en ciertos supuestos excepcionales la
forma tácita. No obstante, hay que tener en cuenta que no es conveniente
tal interpretación a fin de no vulnerar o pretender vulnerar el principio
de autonomía de la voluntad.
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A. Cumplimiento defectuoso
Si el pago no cumple con los principios de identidad, integridad,
localización y puntualidad y resulta aceptado por el acreedor, el ar-
tículo 797 del Código Civil y Comercial determina la disminución de
la pena, imponiendo en realidad una solución de equidad.
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E. Penas excesivas
Constituye el tema más delicado pues un adecuado lineamiento
permite brindar soluciones justas. Antes de la reforma de la ley 17.711
al Código Civil velezano, la doctrina reconoció que no se podía acatar
los términos literales del artículo 656 en orden a que podría conducir
a iniquidades.
No debe extrañar, entonces, que la adición al mentado artículo
acerca de la potestad judicial de morigeración de la pena que se hiciera
en el año 1968 obtuvo el beneplácito de los autores. Tales antecedentes
justifican que el artículo 794 del Código Civil y Comercial establezca:
“...Los jueces pueden reducir las penas cuando su monto despropor-
cionado con la gravedad de la falta que sancionan, habida cuenta del
valor de las prestaciones y demás circunstancias del caso, configuran
un abusivo aprovechamiento de la situación del deudor”.
¿Cuáles son las pautas a ponderar?
1. Gravedad de la falta: Se refiere tanto al resultado que arroja el
incumplimiento como a la mensura del reproche que motiva.
2. Valor de las prestaciones: Debe compararse el provecho para
el interés del acreedor, ya sea de índole patrimonial o extrapatrimonial,
de la prestación convenida y la cuantificación de la indemnización
que denota la pena. La relación apuntada debe meritarse al momento
de pretender que se aplique la cláusula penal. Requiere un análisis en
concreto, nunca en abstracto. Si la desproporción desaparece al tiempo
de instarse la demanda, la pretensión de morigeración carece de base
para su prosecución. Se trata, realmente, de ver en el valor de la pres-
tación un quid, no un quantum.
Se torna digno de encomio que el legislador no haya consignado
criterios cuantitativos; por el contrario, el magistrado, como director del
proceso, debe estudiar los hechos particulares de cada caso en cuestión.
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F. Pena ínfima
Compete aquí analizar la situación contraria: ¿Qué ocurre cuando
se ha acordado una cláusula penal exigua? En la doctrina, en general,
hay acuerdo por la tesitura afirmativa, pues de lo contrario se abriría
una puerta de acceso al dolo del deudor, a quien le bastaría con adoptar
un comportamiento intencional deliberado.
También, en muchos casos, una pena de esas características tra-
suntaría una cláusula de irresponsabilidad, especialmente prohibida con
respecto a ciertos derechos y bienes indisponibles a través del artícu-
lo 1743 del Código Civil y Comercial.
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A. Acreedor
Si hay pago eficaz, se extingue la cláusula penal. Tal como asevera
el artículo 1537 del Código Civil de Chile, en su primera parte: “Antes
de constituirse el deudor en mora, no puede el acreedor demandar a
su arbitrio la obligación principal o la pena, sino sólo la obligación
principal...”
El sujeto pasivo goza de la facultad de elección en la cláusula
penal compensatoria: debe optar a su arbitrio entre la ejecución de la
prestación debida o la pena. Así consigna el artículo 797 del Código
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B. Deudor
Como la facultad de opción entre la prestación debida y la pena
recae sobre el sujeto activo, el deudor no puede pretender sustituir la
primera por la segunda. Sin embargo, el propio Código Civil y Co-
mercial en su artículo 796 contempla una excepción: la reserva de la
referida elección por parte del sujeto pasivo.
¿Qué ocurre cuando hay pluralidad de sujetos obligados a cumplir
la cláusula penal?
Si bien la lectura de los artículos 799 y 800 del Código Civil y
Comercial puede presentarse como un tema complejo, la solución al
referido planteo es bastante sencilla.
La regla radica en que debe procederse al análisis de la naturaleza
de la obligación pactada como pena para determinar si es divisible e
indivisible. Cabe prescindir en la hipótesis de obligaciones simplemente
mancomunadas de estudiar estas características en la prestación debida.
La circunstancia apuntada señala la razón de ser del artículo 799: “Sea
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22. Extinción
Como corolario del carácter accesorio, si se cumple la prestación
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A. Obligación alternativa
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B. Obligaciones facultativas
Si bien en sendos supuestos el Código Civil y Comercial emplea
los vocablos de accesoriedad, en el caso de la figura del acápite se
suele indicar que más bien debe usarse un concepto distinto: in facul-
tatione.
Sin perjuicio de ello, la nota distintiva más evidente radica en que
el sujeto pasivo de la obligación in facultatione goza de la facultad
de cumplir la prestación subsidiaria (art. 786).
C. Obligación condicional
Si bien el funcionamiento de la cláusula penal se encuentra sujeto
al incumplimiento de la prestación debida, no constituye propiamente
dicha una obligación condicional.
En efecto, esta modalidad del acto jurídico subordina la eficacia o
la resolución de ellos a un evento futuro e incierto (art. 344). La pena
en sí misma goza de perfección sustancial y operativa. Su accionar se
encuentra sujeto al incumplimiento de la prestación debida.
D. Seña
Estriba en la entrega de una cosa, usualmente una suma de dinero,
como comienzo de ejecución de un contrato, para darle firmeza, o en
aras de asegurar el cumplimiento de la obligación, y también para
funcionar como una indemnización de los daños ocasionados.
La primera modalidad recibe el nombre de seña confirmatoria y
se conoce a la segunda como seña penitencial. Nos interesa destacar
esta última a fin de compararla con la cláusula penal.
Cabe destacar que:
1. El objeto de la seña penitencial resulta en ser entregada a la
otra parte, principalmente, como garantía de cumplimiento.
2. La primigenia finalidad de la mentada seña radica en poder
expresar el arrepentimiento de una de las partes. Tal conducta
no se configura en la pena: el sujeto pasivo no puede desobli-
garse mediante su cumplimiento, a menos que se haya reservado
esa facultad (art. 796).
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E. Seguro
Si bien ambas comparten el origen convencional, proyectan con-
secuencias disímiles.
Mientras el seguro asume el costo de un daño o parte de él a
consecuencia de la existencia de una franquicia, la cláusula penal se
desatiende de este concepto.
F. Intereses punitorios
El Código Civil y Comercial ordena aplicar las reglas de la cláusula
penal a esta figura (art. 769). Pero no conducen al mismo resultado.
En primer lugar, los intereses punitorios presentan una proporción
cuantitativa en atención a que no se debe una suma fija.
En segundo lugar, como a través de cierto intervalo de tiempo
acrecientan el capital, ocurre una proporción temporal.
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