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Oliva, M. (2011). La entrevista. En Fernández-Ballesteros, R. (Ed.

), Evaluación
psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos. (2ª ed.) (pp.167-191).
Pirámide. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=872609

La entrevista es un procedimiento que se puede utilizar con variados objetivos,


tales como recabar información para el proceso psicoterapéutico, el mismo hecho
de transmitir la información a la persona en el proceso de devolución o averiguar
información relevante a la hora de realizar una entrevista de trabajo. El hecho de
que la entrevista sea un tipo de auto-informe la ha puesto en una posición
vulnerable hacia la crítica de los diversos enfoques que se encuentran en terapia,
siendo descartada por quienes considerasen irrelevante la información entregada
por la misma persona o altamente valorados por enfoques que tuvieran en cuenta
la valoración que hace la persona sobre sí misma.

La entrevista, en primer lugar, es usada al principio del proceso psicológico,


sometiendo su contenido al doble ajuste, es decir, a las características de la
demanda en primer lugar (por ejemplo, un motivo de consulta) y, en segundo
lugar, a las características del sujeto. Es vital manejar los contenidos previos a la
realización de la entrevista como tal. A la hora de realizar la entrevista, es
necesario decidir el grado de estructuración y el tipo de información que se
buscará; a mayor estructuración se conseguirá información más precisa, pero se
perderá la riqueza de esta misma, así como la posibilidad de identificar problemas
emergentes. Al final del proceso de diagnóstico se debe realizar el proceso de
devolución de información, teniendo en cuenta el motivo de consulta, exponer
como se ha evaluado y, por último, atender a cualquier duda de la persona. En
este proceso prima la claridad de la comunicación.

Hay una parte crucial de cualquier entrevista que no se puede ignorar: comprende
una interacción entre 2 personas. Quizá puede sonar como una afirmación vacua,
pero lo que en realidad se busca exponer es que una interacción de este tipo
resulta tremendamente complicada a la hora de analizar, pues los 2 actores,
entrevistador y entrevistado, tienen objetivos que no necesariamente van a
coincidir. Muchas veces el entrevistador incomodará al entrevistado, y otras tantas
el entrevistado será quien oculte información debido a protección de datos o miedo
al juicio. El trabajo del psicólogo es acceder a esta información, pero sin pensar
que es un agente ajeno a este proceso de interacción, ambas partes se ven
afectadas.

Sería imposible reunir información que la propia persona desconoce, o de una


perspectiva que le es ajena. Es importante remarcar que se debe indagar sobre la
perspectiva propia de la persona a quien se entrevista, y solamente combinando
eso con las muestras visibles y audibles del comportamiento de la persona, se
puede obtener la información buscada.

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