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FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
3 créditos
Profesor Autor:
Ing. Jorge Alpizar Muni, MSc.
Titulaciones Semestre
• Educación Inicial
Primero
• Educación Básica
Tabla de contenido
Introducción …………………………………………………………………………………………….. 2
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Resultado de aprendizaje de la asignatura
Introducción
En la Edad Media un altísimo porcentaje de la población era analfabeta. Las personas que
sabían leer y escribir eran fundamentalmente los clérigos, es decir, los hombres sabios,
letrados, con estudios escolásticos, aunque no fuesen religiosos.
Era una enseñanza fundamentalmente memorística: los alumnos repetían lo que tenían
que aprender hasta que lo memorizaban. Muchos de ellos no sabían ni leer ni escribir,
aun así, aprendían de memoria los conceptos básicos y con ello era suficiente. Los futuros
sacerdotes sí debían aprender a escribir y leer en latín, que, como sabemos, era la lengua
de cultura y de la liturgia católica.
Este monarca, empezó llamando a su lado a personas con prestigio en diferentes materias
para colaborar con él en la renovación de la educación. Creó nuevas escuelas abiertas a
todo el mundo, no solo a los religiosos. Había dos tipos de escuelas: los primeros estudios
y los estudios superiores.
Escuelas monásticas
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Los primeros estudios, más elementales, seguían en los monasterios o abadías, allí
acudían los niños de los alrededores. Eran gratuitas y proporcionaban una educación muy
básica y fundamentalmente oral (verbalista). Los niños más pobres aprendían a través de
la repetición conceptos básicos de la religión y las principales oraciones. Nunca iban a
tener acceso a los libros, así que no se les enseñaba ni a leer ni a escribir. Tampoco iban
a necesitar esas destrezas en su trabajo. Lo que necesitaran para desempeñar su trabajo
lo aprendían fuera en el campo o en la ciudad.
Dentro de estas escuelas estaban también los alumnos que iban a seguir una vida
monástica. Eran los hijos segundos de las familias nobles y algunos niños pobres que
mostraban especiales aptitudes para aprender. Estos alumnos sí aprendían a leer y a
escribir en latín, la lengua de la cultura y de la Iglesia, puesto que su trabajo estaría muy
vinculado a los libros escritos en esa lengua. Estudiaban libros con una selección de
autores clásicos, Padres de la Iglesia, la Biblia, etc. realizada con los libros que se
encontraban en la biblioteca del monasterio.
Escuela Episcopal
▪ Los estudiantes de familias ricas y nobles: tenían que pagar a sus maestros, residían
en la ciudad con las mismas comodidades que en sus casas.
▪ Los estudiantes de familias pobres: eran elegidos porque mostraban especiales
aptitudes para estudiar. Disfrutaban de una especie de beca: la enseñanza era para
ellos gratuita, recibían comida, ropa y alojamiento mientras estudiaban. Sus vidas
estaban orientadas a formar parte de la Iglesia.
▪ Los estudiantes mayores: eran hombres instruidos que querían seguir aprendiendo e
iban a las escuelas donde se impartían las materias de su interés.
De estas escuelas surgirán posteriormente las Universidades en el siglo XII. Las primeras
en Europa serán la de Bolonia y la de París y, en España, el Studium Generale de
Palencia.
Los estudios superiores estaban estructurados en torno a las artes liberales (arte en este
caso significa doctrina), que se mantendrán hasta la llegada de las universidades. Las
artes liberales estaban centradas en la filosofía como eje de todos los saberes y se
consideran imprescindibles para la lectura, la comprensión y el análisis de los textos
sagrados.
Las artes liberales se agrupan en dos grandes bloques: el trívium y el quatrivium a los
que se añadían la medicina, el derecho y la teología. El trívium se traduce como “tres
vías” y se compone, efectivamente, de tres artes o materias: la Gramática, la Dialéctica y
la Retórica; las artes del quatrivium estaban relacionadas con las Matemáticas:
Aritmética, Música, Geometría y Astronomía. A estos estudios se sumaban la medicina,
el derecho y la teología.
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La enseñanza se basaba en la lectura y el comentario de textos. Los maestros glosaban
(comentaban) los textos, buscando nuevos significados. También se planteaban y
resolvían problemas mediante debates entre los estudiantes. Los textos procedían de
autores aprobados por la universidad. Se eliminaba cualquier contenido que pudiera ir
contra los dogmas de la Iglesia. Aristóteles, por ejemplo, cuya obra llegó en el siglo XII a
través de las traducciones del árabe y del griego, fue adaptado por Santo Tomás de
Aquino y los dominicos; sin embargo, con anterioridad a esa fecha no era aceptado.
Esta breve visión acerca de la escuela en la Edad Media puede darnos una idea general
en relación al contexto que deberemos entrar a estudiar ahora.
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2) El papel desarrollado por las nuevas necesidades pastorales e intelectuales de la
Iglesia (IV Concilio Ecuménico de Letrán) el desarrollo de los Estudios Generales.
3) La llegada al mundo latino (a través de las escuelas de traductores) de la totalidad
de la obra de Aristóteles y con ello el cambio del horizonte filosófico-científico y las
herramientas pedagógicas (protagonismo de los instrumentos racionales,
desarrollo del lenguaje lógico y la consolidación del método escolástico).
Este impulso se convertirá crítico en el siglo XIV, suponiendo una ruptura que anuncia el
advenimiento de una nueva era de pensamiento filosófico y político.
El cristianismo aparece a finales de la Edad Antigua. No podemos decir que éste haya
tenido una preocupación filosófica central, porque nunca se presentó como un movimiento
filosófico que pretendiera investigar y demostrar afirmaciones con bases científicas y
razonadas.
Se trata esencialmente de una religión y un sistema de vida que propone a Cristo como
modelo a seguir. A pesar de ello, los contenidos doctrinales del cristianismo influyeron
fuertemente en todos los filósofos occidentales, quienes, a partir del nacimiento de la
nueva religión, trataron de dar forma a un sistema filosófico. Los conceptos más
revolucionarios que el cristianismo aportó desde el punto de vista filosófico son los
relacionados con la creación y la moral del amor.
A diferencia de la filosofía y la escuela en la Edad Antigua; la enseñanza durante la Alta
Edad Media en las escuelas monásticas, el centro de atención radica en la enseñanza
religiosa. Los textos fundamentales estudiados eran basados en la Biblia y narraciones
acerca de temas estrictamente de carácter teológico.
El libre pensamiento y las diferentes cosmovisiones de los antiguos griegos fue relegado,
prevaleciendo fundamentalmente el conocimiento de las sagradas escrituras.
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de pensadores y científicos de la época por el simple hecho de sostener posiciones que
no concordaban con las del orden eclesiástico establecido a través de la conocida Santa
Inquisición; constituyen capítulos reconocidos que dieron pie al seudónimo asociado con
estas realidades.
Más adelante, durante el período denominado como la Baja Edad Media (Siglos XII – XIV)
y más específicamente a partir del siglo XII, se asiste a una nueva realidad secular con
profundas transformaciones políticas, religiosas, sociales y culturales.
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del inicialmente insipiente pero pujante surgimiento del capitalismo, la realidad de la
enseñanza se va transformando aún más y adquiriendo matices diferentes.
Los estudiantes iban de ciudad en ciudad buscando los mejores maestros de cada
disciplina. Junto al estudio, creaban un ambiente de alegría y diversión alrededor de los
espacios para la distracción frecuentados por ellos. Componen su poesía, en latín, con
temas como el amor, la belleza, el vino, la fortuna, el juego y también critican a una
sociedad que empieza a desmoronarse. Hay quienes tienen esta misma actitud ante la
existencia, pero al margen de la vida errante, desarrollan actividades de tipo intelectual
como profesores u otras profesiones.
Durante los primero siglos de esta era como ya habíamos apuntado en la primera Unidad
existió un grupo de pensadores que se dedicaron fundamentalmente a la defensa racional
de las enseñanzas del cristianismo. Esta tendencia denominada Patrística pues eran
reconocidos como los padres de la Iglesia tienen en San Agustín a su figura más
descollante.
Como aspecto de mayor interés aparece en San Agustín su visión acerca de la verdad, la
que por su íntima relación con una visión propia del conocimiento (epistemología); tiene
una relación muy estrecha con las ideas de Platón al respecto, cuando afirma que el
conocimiento acerca de los objetos sensibles refiere solamente como una “opinión”,
destacando que el único conocimiento firme es el referido a los objetos inteligibles, o sea,
las esencias y las ideas.
“Las ideas, como esencias paradigmáticas de todas las cosas, en realidad no existen
en un mundo inteligible, si no en la mente de Dios. Dios es la única realidad necesaria
y, por esto mismo, es la perfección. El ser auténticamente real es lo verdadero, es
decir, la verdad es lo que es. Siendo Dios el ser real, inmutable y perfecto, él es la
verdad”.
Casi al final de la Edad Media durante los siglos XII y XIII; la escolástica como tendencia
filosófica adquiere una determinante presencia que se destaca sobre todo en el seno de
las primeras universidades de la época.
El carácter aun eminentemente religioso de la formación va tomando un camino
desarrollador en el contexto de estas instituciones; esta situación tiene como importante
factor desencadenante la apertura que se produce durante el período en relación al
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estudio de la obra del filósofo griego Aristóteles. Como se conoce este filósofo griego,
aunque reconoce la determinación religiosa del pensamiento de Dios como verdad
absoluta y última, a diferencia de su maestro Platón insiste en la experiencia sensible
como elemento primario del conocimiento (empirismo) y de la razón como vía para el
entendimiento y comprensión (racionalismo).
Esta realidad impacta de manera marcada en la filosofía de la época, pero también en las
artes y la ciencia que se van despojando de manera paulatina de la tendencia patrística
aferrada a la hasta entonces preponderante relación de la fe sobre la razón.
Entre los filósofos más avanzados de la época surge la figura de Santo Tomás de
Aquino, joven clérigo italiano quien a pesar de su corta vida fue considerado como uno
de los más grandes pensadores de la Iglesia católica.
Su obra no solo abarcó temas filosóficos; si no también cuestiones políticas e incluso
temas relacionados con las ciencias de la naturaleza. A lo largo de los siglos, su influencia
sería muy importante, particularmente para la visión filosófica en la que se basa la religión
católica. Perteneció a la orden de los dominicos y ejerció cátedra como profesor
universitario en las más importantes instituciones educativas de la época tanto en Italia
como en Francia.
Sin lugar a dudas uno de sus principales aportes en el plano filosófico fue el de sustentar
la idea básica acerca del conocimiento que ha centrado las más enconadas disputas en
materia de epistemología y la determinación entre fe y razón. Su labor alrededor del
pensamiento y las ideas de Aristóteles, hasta el momento proscritas por la iglesia, llegan
a que sea reconocido como aquel pensador que logró “cristianizar al aristotelismo”.
Santo Tomas sintetiza cristianismo y aristotelismo, a partir de la siguiente postura:
Define al hombre como un compuesto de materia y forma. Acepta que el
conocimiento comienza con la experiencia sensible Define al hombre como
unidad de cuerpo y alma. Sin embargo, y a diferencia de Aristóteles, afirma
que cuando el cuerpo muere y se descompone el alma subsiste, ya que esta
es inmortal.
No obstante, continuaba pensando que la filosofía debía estar al servicio de la teología.
Esta, a su juicio, era una ciencia por derecho propio, tanto a nivel teórico basada en la
reflexión sobre la naturaleza de Dios; como práctico, en todo lo referente a las virtudes y
los pecados en las acciones humanas.
Esta concepción epistemológica aportada por Santo Tomás de Aquino perdura en las
bases de la Teología y el Ecumenismo actuales.
Otra de las figuras significativas en el contexto de la filosofía y la educación escolásticas
fue Guillermo de Ockham, teólogo escolástico inglés que como fraile franciscano estudió
en la Universidad de Oxford, en la que comenzó además a enseñar como bachiller y
debido al carácter innovador de sus enseñanzas hizo provocó que nunca se le diera el
grado de doctor, entrando en conflicto con la Iglesia.
El papa Juan XXII le condenó como heréticas muchas de sus doctrinas, incluida su
defensa de la pobreza como exponente del espiritualismo franciscano; fray Guillermo de
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Ockham reaccionó abandonando la orden, lo que le costó la excomunión. Su filosofía
denominada como nominalista; parte de la crítica al racionalismo y a los conceptos
universales:
Todo conocimiento está basado en la lógica, operando sobre la percepción
sensorial de objetos individuales concretos; y no deben multiplicarse
inútilmente los entes creando conceptos abstractos que no procedan de la
experiencia” (Sentencia denominada como: la Navaja de Ockham).
Su teoría inductiva del conocimiento, cercana al empirismo, le llevó a una visión del
mundo, en la que abrió amplios espacios para la libertad. De ella resultaba el carácter
meramente probable de las afirmaciones científicas y la imposibilidad de una
demostración rigurosa de la ley moral e incluso de la existencia de Dios. De manera que
su concepción teológica se fundamentaba en la fe en un Dios omnipotente inasequible
por la razón (dando comienzo con ella la separación entre Teología y Filosofía).
Más inaceptables aún para la Iglesia fueron sus propuestas de separación entre la Iglesia
y los poderes temporales; con ellas se inició la evolución hacia un Estado laico separado
de la Iglesia. Guillermo de Ockham refutó la supuesta infalibilidad de los papas y defendió
que el poder de éstos debía estar limitado por el derecho natural y por la libertad de los
cristianos. Estas posiciones filosóficas en aquella época dieron pie a que se le reconociese
como fundador de la denominada escuela filosófica nominalista.
La educación religiosa: Los valores y la moral.
En todo este período de más de 10 siglos de la historia las concepciones relacionadas
con la moral y los valores, tiene expresiones diferentes, aunque continúan primado las
definidas a través de la moral religiosa cristiana.
La ética, o filosofía moral, es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana, lo
correcto y lo incorrecto, la moral la virtud, la felicidad y el deber. Al hablar de los valores,
nos estamos refiriendo a uno de los niveles de estudio de la ética que se conoce como
normativa, o sea aquella que se ocupa de buscar los estándares o normas para regular la
conducta humana.
Al final de la Edad Media, en Europa estaban en circulación dos morales diferentes: la
moral religiosa cristiana, revelada por Dios, y la moral natural aristotélica, refundida y
ampliada por Santo Tomás de Aquino. La argumentación de la moral natural la basa
Aristóteles en el concepto de finalidad natural: el hombre es un proyecto de la naturaleza;
para que ese proyecto se realice sin frustrarse, debe vivir las virtudes. El imperativo moral
es exigido por la naturaleza humana.
Es evidente que durante todo este período la vigencia de la moral y los valores religiosos
fueron determinantes, en el contexto de la educación de la época y por momentos como
en la Alta Edad Media; casi exclusivos.
Ya a partir de la Baja Edad Media y más significativamente a partir del Renacimiento, la
cuestión de la Ética va adquiriendo matices diferentes a tenor de la visión moral natural.
En tal sentido se advierte que su expresión en la actividad propia del hombre, está muy
determinada por la educación recibida y muy especialmente por aquella que transcurre
durante los primeros años de existencia de un ser humano.
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Sobre este tema volveremos a insistir en la próxima Unidad.
Material complementario Tema 2.2
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autor está signada por numerosas interpretaciones, ya que trata el tema político desde la
visión de los gobernantes y confiere al hombre en general una génesis de egoísmo y
perversidad, muy ajena a las tendencias imperantes en la época basadas en las ideas del
bien común, el amor al prójimo, la moral y los valores, promovidos por la fe cristiana.
En cualquier caso, el pensamiento de Maquiavelo resulta importante para comprender la
realidad política imperante en la época en la que los nacientes estados occidentales deben
enfrentar continuas batallas en el plano exterior y hacia lo interno lidiar con la pujante
fuerza de un pueblo que va logrando librarse de las ataduras de un sistema feudal en
franco deterioro.
Su principal obra conocida “El príncipe” trata las peripecias y argucias que ha de pasar y
utilizar un gobernante para liderar a su pueblo y mantener su poder.
No pretende explicar cómo alcanzar el “bien social” o “la justicia” sino como alcanzar y
mantener el poder dejando entrever una clara división entre ética y política, pero sin
enfrentamiento; en tal sentido manifiesta que… “en la medida que el fin del Estado es
garantizar la seguridad y el bienestar de su pueblo, el gobernante tiene derecho a valerse
de medios inmorales para la consolidación y conservación del poder”.
Respecto a las formas de gobierno, Maquiavelo considera la República como la mejor
forma de gobierno posible, lo que parece difícilmente conciliable con su doctrina del
despotismo político anteriormente expuesta. No obstante, el despotismo estaría justificado
sólo como paso previo a la ordenación del Estado sobre el que se establecería la
República. El despotismo político sería entonces un mal menor que conllevaría la
posibilidad de establecer un gobierno republicano, es decir, un gobierno de la mayoría.
Otra de las figuras memorables de la época del Renacimiento filosófico, sin dudas fue
Giordano Bruno. Filósofo italiano ordenado como sacerdote dominico y doctorado en
filosofía posteriormente entró en franca contradicción con los cánones establecidos por la
iglesia al dedicar estudios críticos en relación con las interpretaciones de la Biblia y
posteriormente en materia de estudios científicos de astronomía y naturaleza aceptar y
defender las posiciones helio centristas de avanzados pensadores de la época.
… “Ni el hombre ni la Tierra ocupan puestos de privilegio en el Universo” …; así invoca la
trascendencia de su pensamiento.
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Valgan los enunciados relacionados con ambos filósofos para poder captar el alcance de
este movimiento; que tuvo como ejes fundamentales desde el punto de vista geográfico
la Italia de aquellos tiempos.
La Educación en el Renacimiento.
La realidad educativa en el Renacimiento, no puede verse de manera fragmentada.
Diversas ideas y prácticas propias de la Edad Media, siguieron vigentes en el campo
educativo y se modificaron lentamente, conforme al desarrollo y evolución de los procesos
de transformación social, política, económica y cultural. Por ello es que la cultura
conformada en el Renacimiento, hay que entenderla en términos de los resultados de
diversos fenómenos en esos órdenes a lo largo de los siglos XV y XVI.
La educación en esta época coincidió con la difusión de los nuevos valores surgidos de la
vuelta a la tradición grecolatina. La nueva visión del rol del ser humano, orientado a
cumplir sus fines no solo en el más allá, sino también en el mundo terrenal impulsaron al
conocimiento matemático, filosófico, histórico, geográfico, científico y artístico, sin
descuidar la educación física. Mente y cuerpo en desarrollo, fueron el objetivo de esta
concepción racional, libre y humanística de la enseñanza-aprendizaje, que se facilitó con
la invención de la imprenta.
Sin embargo, la estructura seguía siendo la del sistema medieval, predominando la
enseñanza del latín y la necesidad de formar sacerdotes, aunque en la enseñanza
superior comenzó a estudiarse el griego. Siguió la clásica división del Trivium (que incluía
retórica, gramática, y dialéctica) y el Quadrivium (aritmética, astronomía. geometría, y
música).
La educación durante el período renacentista en sus inicios tuvo características algo
peculiares de acuerdo con los estados y naciones de la época, más en general se oponían
a la enseñanza escolástica y a la severidad en la disciplina.
Aspiraban a desarrollar en los niños la curiosidad y el interés por los conocimientos.
En las escuelas que dirigían pedagogos apegados a las posiciones humanistas la
influencia de la iglesia era menor; sin embargo, la religión seguía manteniendo un lugar
importante.
Las concepciones de los humanistas encontraban aplicación práctica plena únicamente
en algunas escuelas aisladas donde estudiaban hijos de personas acomodadas. Al mismo
tiempo se continuaban desarrollando las escuelas en las ciudades donde cursaban la
primera enseñanza los hijos de los artesanos y comerciantes. Surgieron escuelas para
niños (por lo general, privadas). En la mayoría de las escuelas de las ciudades la
enseñanza se desarrollaba en el idioma natal de los alumnos.
Por ejemplo, en Italia, Victorino de Feltre (1378-1446) humanista famoso, muy versado en
filosofía antigua, organizó una escuela que él llamó la “Casa de la Alegría”, fundamentada
en los principios de la pedagogía humanista. La escuela fue establecida en un bello
palacio en medio de la naturaleza. El edificio fue equipado especialmente para cubrir todas
las necesidades de una escuela según los señalamientos de su creador.
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A diferencia de las escuelas medievales, en esta escuela había abundancia de luz y aire
y se concedía especial atención al desarrollo físico de los niños. Las asignaturas
principales eran las lenguas y la literatura clásicas. Se estudiaba Matemática, Astronomía
y se realizaban excursiones al campo. Se concedía una gran importancia a los juegos y
al desarrollo de las fuerzas físicas y espirituales del hombre.
El problema del método científico en la Educación.
El impacto del movimiento generado por el Renacimiento tiene entre sus elementos más
importantes los referido al avance de las ciencias en general. Muchos de los aportes y
descubrimientos que surgen en este período, están relacionados con la apertura y el
“hallazgo” de las obras de Aristóteles las que, traducidas del latín y el griego, aparecen en
este período y a las que acceden sobre todo grandes pensadores y sabios de aquella
época, no solo dedicados a los afanes filosóficos sino al estudio de ciencias de la
naturaleza, la mecánica y las matemáticas.
Entre los más prominentes de la época es indispensable mencionar a Leonardo da Vinci
(1452-1519) sabio italiano, considerado como pionero de la modernidad y a quien se le
debe importantes obras de la plástica, pero también de la naturaleza, física y las
matemáticas.
Nicolas Copérnico (1473 – 1543), astrónomo polaco. Primer formulador de una teoría
heliocéntrica coherente, se le reconoce como, el iniciador de la revolución científica que
acompañó al Renacimiento europeo.
Galileo Galilei; (1564 - 1642) Físico y astrónomo italiano, con independencia de sus
importantes aportes en estas ramas de la ciencia; su obra está marcada al considerársele
como un eslabón fundamental en la revolución científica europea de los siglos XVI y XVII,
con la introducción del método científico experimental.
Aunque el listado de figuras prominentes de los avances científicos de la época pudiera
ser mucho más amplio, las señaladas marcan el derrotero fundamental que tuvo el
impacto de un pensamiento filosófico desarraigado de las ataduras religiosas de la Alta
Edad Antigua y renovado por la influencia de las obras de Aristóteles que, unido a la
pujanza de las recientes universidades de la época, pudieron dar cauce conveniente a las
necesidades del desarrollo intelectual y científico de la época.
En materia de desarrollo científico los aportes de Galileo en relación a la introducción del
método científico provocan, como se ha mencionado, una verdadera revolución en
materia de la epistemología en la época; que va dejando atrás los lastres de una total
sumisión de la ciencia a los dogmas religiosos, de ahí explicables las duras experiencias
que tuvo que enfrentar el ilustre científico frente a la Santa Inquisición.
El método científico, visto desde el enfoque renacentista rebasa también la visión
aristotélica, contemplativa y centrada en la búsqueda de verdades únicas, proponiendo
propósitos más específicos acerca de las leyes en las que se basan las variaciones de los
fenómenos, particularmente los físicos de manera que además puedan ser explicadas y
comprobadas matemáticamente a partir de hipótesis previamente pensadas.
En este andar evolutivo de la epistemología, surge más adelante la figura de otro célebre
filósofo y político en este caso inglés Francis Bacon (1561 – 1626); quien aportara nuevas
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visiones en relación al método científico basada en la visión crítica del método aristotélico;
en la que se destaca particularmente su obra “Novom Organum Scientiarum”.
Su visión transformadora de la ciencia a despecho de la simple contemplación de la
realidad, queda bien definida en una célebre frase de este pensador cuando afirma que:
… “A la naturaleza se le domina, obedeciéndola”
A partir de esta evolución queda marcada la impronta que han de tener en el contexto
filosófico y de la educación de la época, los giros determinados por las visiones
epistemológicas que van imponiéndose en el quehacer de los pensadores de este tiempo,
al influjo del papel protagónico de los avances científicos en la práctica social.
Material complementario Tema 2.3
Bibliografía
• Chávez Calderón, Pedro. (2008) Historia de las doctrinas filosóficas. Cuarta edición.
Pearson Educación, México. Págs. 99 – 152. Disponible en:
https://www.academia.edu/35126046/Ch%C3%A1vez_Calder%C3%B3n_Pedro_-
_Historia_de_las_Doctrinas_Filos%C3%B3ficas.pdf
• Alonso Salas, J. (2012) Historia General de la Educación. Red Tercer Milenio. 1ed.
México. Págs. 56 - 86 Disponible en:
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/economico_administrativo/Historia_gener
al_de_la_educacion.pdf
Webgrafía Complementaria
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