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INCORPORADO N° 9.024
“INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA ADORATRICES”
Nivel Terciario
Luna, Florencia.
-2022-
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
HIPÓTESIS:
CAPÍTULO 1
ESCUELA RURAL
Lo rural ha ido viéndose modificado con los cambios que han afectado a nuestra
sociedad dando lugar a una ruralidad diversa. Siguiendo a Santos (2014) se puede
decir que “actualmente no hay una ruralidad sino múltiples ruralidades” (p.47).
Dadas estas características del medio rural, es necesaria una reflexión sobre el
concepto de escuela rural como se hace a continuación.
Desde el concepto más primitivo acerca del espacio rural se puede entender la
escuela rural como aquella institución educativa ubicada en zonas donde la principal
actividad es la agricultura y la ganadería. Sin embargo, esta definición resulta simple
y se hace necesario nuevamente profundizar en el concepto de escuela rural.
Para Roser Boix (2004) la escuela rural es “una institución educativa que tiene
como soporte el medio y la cultura rurales, con una estructura organizativa
heterogénea y singular (en función de la tipología de la escuela) y con una
configuración pedagógico-didáctica multidimensional” (p.13).
Por otra parte podemos decir que la escuela rural es aquella institución educativa
que responde a una de las modalidades del sistema educativo argentino: Educación
Rural. De esta manera, la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 (2006) establece
que:
Art. Nº49.- La educación rural es la modalidad del sistema educativo de los
niveles de Educación Inicial, Primaria y Secundaria destinada a garantizar el
cumplimiento de la escolaridad obligatoria a través de formas adecuadas a las
necesidades y particularidades de la población que habita en zonas
rurales.(p.9)
A modo de síntesis es necesario comprender que así como no hay una ruralidad
sino múltiples ruralidades, tampoco hay una escuela rural sino múltiples escuelas
rurales. Cada una con sus particularidades dependiendo de los fenómenos que la
atraviesen. Lo más importante es que en estos establecimientos escolares trabajan
maestros que posibilitan que la educación obligatoria esté disponible para todas y
todos los niños, niñas y jóvenes, que habitan los territorios más diversos de nuestro
país, cuyo derecho es acceder a una educación de calidad como cualquier otro
habitante de cualquier lugar. A continuación se darán a conocer los aspectos
característicos más generales de la escuela rural.
Siguiendo las ideas del autor, la educación en el contexto rural, es una realidad que
posee características geográficas, históricas, culturales, paisajísticas y ecológicas
propias; ritmos que acompañan su dinámica cotidiana, y que no son ajenos a las
transformaciones y el impacto de un mundo globalizado, junto al avance de las
nuevas tecnologías que han transformado los modos de vida y vínculos, tiempos y
espacios, en el campo y la ciudad.
A pesar de ello, también es importante destacar que las escuelas primarias rurales
de la actualidad comparten algunas características con aquellas que tuvieron su
origen en los tiempos de organización del Sistema Educativo Nacional. Con aquellas
escuelas que la política educativa instaló donde estuvieran las comunidades para
garantizar la educación común, conforme los lineamientos de la Ley 1420.
De esta manera las escuelas rurales, comúnmente son vistas como instituciones
que dan respuesta a la demanda educativa de comunidades pequeñas,
generalmente aisladas, con población dispersa y mayoritariamente caracterizadas
por bajos niveles socioeconómicos. Esta situación lleva, a su vez, al reconocimiento
de otras características como la baja densidad de población que resulta en un
número reducido de niños en edad escolar, y como consecuencia de la escasa
matrícula, muchas veces no es posible conformar en cada escuela un grupo por año
de escolaridad.
En tanto espacio público, las escuelas rurales son identificadas como centro
de las actividades de la comunidad y se constituyen como lugar de encuentro
para múltiples fines y como consecuencia de la tradición de obligatoriedad de
la escuela primaria, en muchas comunidades es la única oferta educativa y
por lo tanto es tratada a menudo como una realidad indiferenciada, como
realidad homogénea, identificada tácitamente con la escuela urbana
graduada. (p.11)
Las escuelas rurales, como cualquier otra escuela, cuentan con una serie de
agentes implicados (profesores, estudiantes y familia-comunidad) en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, indispensables para el desarrollo educativo.
● Profesorado:
Para los maestros de las escuelas rurales se configura una forma particular de
situación laboral: la soledad en la que se encuentran para tomar las decisiones
cotidianas que requiere su trabajo. Se suma a esto, por un lado, el aislamiento de
algunas comunidades que trasciende las dificultades que imprimen la distancia y la
incomunicación. Por otro lado, tampoco cuentan con suficientes instancias de
encuentro con colegas de otras escuelas dado que estas oportunidades de
capacitación implican alejarse de la escuela y, en muchos casos, de su lugar de
residencia. Puede significar que el/la docente se ausente de la escuela por varios
días con la consecuente interrupción de la asistencia de los alumnos. También hay
que tener en cuenta que es relativamente reciente la disponibilidad de jornadas de
capacitación con contenidos específicamente previstos para las problemáticas de la
educación rural.
● Estudiantes:
Hay algunos rasgos singulares de este tipo de estudiantado, sobre todo porque el
entorno en el que se desarrollan es muy particular. El o la niño/a del mundo rural
colabora en la huerta, preparan espantapájaros con el abuelo, dan de comer a los
animales, corretean por las calles de la localidad, observan cómo trabajan los
adultos, se suben a los árboles, etc., acercándose a los quehaceres y costumbres
de la sociedad adulta. Estas vivencias y formas de vida del estudiante rural, influyen
en las actitudes desempeñadas en el aula o salón: los pequeños imitan a los
mayores, predominan la cooperación y el entendimiento, el trabajo en equipo
difumina los conflictos entre los y las escolares, etc.
De acuerdo con Escobar (2017) en el contexto rural “es frecuente que los niños
ingresen tardíamente al sistema educativo, entre otros aspectos, por la escasa
oferta educativa para el nivel inicial, por las condiciones de vida particulares de las
familias y por las distancias a recorrer para llegar a la escuela” (p. 3).
En segundo término, en diferentes momentos del año muchos niños y jóvenes se
ausentan de la escuela por períodos prolongados, tanto sea por razones climáticas,
como por la incorporación de sus familias a trabajos temporarios o por tener que
cuidar a sus hermanos menores en ausencia de sus padres.
Estas situaciones tienen incidencia en repitencias reiteradas, con consecuentes
altas tasas de sobre-edad poniendo en evidencia las serias dificultades para
sostener la escolaridad que tienen los niños y niñas de zonas rurales. (Instituto
Nacional de Formación Docente, 2008, p.11)
● Familia:
La familia rural da mucha importancia a la escuela ya que es considerada como el
medio para dar oportunidades de futuro a sus hijos. Siguiendo a Villarroel y
Sánchez (2002)
Dado que los modelos organizacionales de las escuelas rurales están en relación
con las características de la zona y la población que en cada una de ellas reside, es
posible categorizar las formas de escolaridad que se desarrollan actualmente, según
diferentes criterios.
ESCUELA PLURIGRADO
En otras palabras, dado que en las zonas rurales el número de niños y niñas en
edad escolar suele ser escaso, esto llevó a la administración escolar a no abrir una
sección por cada grado escolar. A pesar de esa ausencia, en esos agrupamientos
que resultan extraños, fuera de la norma, los maestros y maestras enseñan.
El plurigrado constituye una práctica pedagógica compleja dado que el proceso que
implica, incluye diversos aspectos (agrupamientos de los estudiantes, estrategias de
enseñanza, tratamiento del contenido, actividades, intervenciones del docente,
participación del alumno/a, recursos didácticos, actividades de evaluación) que se
entrecruzan en un mismo tiempo y espacio común dirigidos hacia alumnos de
diferentes edades evolutivas y de diferentes grados o años según la escolaridad. De
esta manera, durante el despliegue realizado por el/la docente puede haber ciertos
espacios y tiempos de convergencia de los momentos de la clase (inicio, desarrollo
y cierre), sin olvidar que dicha práctica pedagógica suele estar enmarcada en un
contexto de aislamiento y soledad, pero que también supone amplios márgenes de
libertad.
“Para los más pequeños supone una estimulación temprana, pues aprenden con
anterioridad ciertos conocimientos, ya que al encontrarse en el mismo salón que los
compañeros/as de grados superiores, escuchan las explicaciones que la maestra
les ofrece. A su vez los alumnos de mayor edad actúan como “maestros” frente a los
más pequeños, enseñándoles conocimientos que ellos ya han adquirido. Esto
permite por un lado afianzar dichos conocimientos y por otro desarrollar un elevado
grado de autonomía a la hora de trabajar en el aula.
En segundo lugar, este tipo de agrupamientos fomenta el aprendizaje cooperativo:
unos y otros se necesitan, y esa necesidad hace fomentar la responsabilidad
individual de todos los integrantes del grupo, así como las relaciones de intercambio
positivas en el proceso de aprendizaje. Esto a su vez conlleva un menor número de
conflictos interpersonales con el consecuente descenso de desacuerdos y peleas.
Uno de los problemas que enfrentan los maestros/as para organizar el trabajo en las
secciones múltiples se da a la hora de encontrar la manera de seleccionar los
contenidos, adecuarlos y organizar secuencias didácticas en la estructura del
plurigrado.
11. Villarroel Rosende, G., & Sánchez Segura, X. (2002). Relación, Familia y
Escuela: Un Estudio Comparativo en la Ruralidad. Estudios pedagógicos
(28), 123-141. Recuperado de
http://revistas.uach.cl/pdf/estped/n28/art07_.pdf.