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Escuelas rurales: El concepto

educativo de José Vasconcelos


para unificar culturalmente al
país
A 58 años del fallecimiento del escritor, político,
intelectual, educador y primer Secretario de Educación
Pública de México, Don José Vasconcelos,
recordamos sus aportes en materia educativa.

Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal | 30 de junio de


2017

Escuelas rurales
Con la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921, durante
la presidencia del General Álvaro Obregón, y su designación como titular
de la nueva dependencia federal, el Lic. José Vasconcelos expresó su
preocupación fundamental de cómo planificar y estructurar la educación
en nuestro país, integrando en ella a las comunidades rurales.

Así, estableció las escuelas rurales con el fin de unificar al país


culturalmente; destacan las Casas del Pueblo, que convocaron a las
comunidades a un esfuerzo de alfabetización, instrucción de diversas
habilidades y conocimientos así como del desarrollo de la vida social. En
ellas se buscó mejorar las técnicas de producción y formar con sus
propios medios a los maestros rurales, quienes dieron vida a las
Misiones Culturales instituidas en 1923, a fin de fomentar la educación en
las comunidades rurales indígenas.

Llevar la educación al medio rural implicaba establecer un nuevo


concepto educativo capaz de ir más allá de la acción tradicional de la
escuela, concebida como un espacio donde el niño asiste determinado
número de horas al día, aislado o distante de la realidad socioeconómica,
laboral y cultural de su entorno inmediato. En otras palabras, desde un
principio se marcó una distinción entre la escuela urbana y la escuela
rural. Aquélla respondía a requerimientos de atención a la población en
edad escolar, de acuerdo al medio citadino, es decir, programas,
metodología, actividades escolares y hasta el maestro mismo en su
formación profesional, respondían a determinadas exigencias impuestas
por el contexto urbano. La escuela rural, por su parte, debía ser capaz de
responder a las características propias del lugar en donde se
estableciera.
De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE), la distribución de la población en edad escolar por tamaño de
localidad, y el número de éstas, parece no ser la misma que la de las
escuelas de educación básica y media superior.

En localidades de alta y muy alta marginación se encuentran 56.9% de


las escuelas de nivel básico y 39.9% de los planteles de educación
media superior. En tanto, en localidades rurales, es decir, menores a
2500 habitantes, 57% de las escuelas son de educación básica y
30.4% de educación media superior. Son los preescolares indígenas y
los comunitarios son los de mayor presencia en este tipo de localidades
(87.3 y 97.4%, respectivamente).

La distribución de los alumnos según el grado de marginación es


parecida a la de las escuelas; en particular, los tipos de servicio con
mayor presencia en áreas de marginación alta y muy alta son el indígena
y el comunitario, pero la diferencia radica en que este tipo de escuelas
son las que tienen en promedio el menor número de alumnos.

En general, las escuelas multigrado se concentran en localidades rurales


de alta o muy alta marginación. Entre las características de las escuelas
multigrado indígenas destaca que un gran porcentaje de los docentes
habla la lengua de la comunidad donde prestan sus servicios (90%,
aproximadamente), mientras que en las escuelas de cursos comunitarios
asisten pocos alumnos con alguna discapacidad o con necesidad de una
atención especializada.
Es obligación del Estado (la Federación, los estados, la Ciudad de
México y los municipios) garantizar el derecho a la educación
básica de todos los ciudadanos mexicanos, de acuerdo al artículo 3°
Constitucional. Por su parte, la Ley General de Educación reconoce a
los municipios la facultad de prestar servicios educativos de
cualquier tipo, sin perjuicio de la concurrencia con la federación y
los estados, así como prestar servicios bibliotecarios, promover la
innovación educativa, la divulgación de la ciencia y la tecnología,
editar materiales didácticos, y organizar la participación social en
los consejos municipales de la materia.

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