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La suspensión del acto reclamado es una medida cautelar, tramitada ante el juez de amparo en
el caso del amparo indirecto, o ante la autoridad responsable en el caso del directo, cuya
finalidad tiene dos propósitos principales: el primero es mantener la materia del amparo en el
estado en que se encuentra, para en el caso de ser concedido el amparo evitar al quejoso
daños de imposible reparación que afecten el interés jurídico o legítimo del quejoso.
Con la suspensiòn se impide que el juicio de amparo quede sin materia como consecuencia de
la ejecución del acto reclamado y se evita que el quejoso sufra molestias mientras se resuelve
en definitiva el juicio de garantías.
De igual forma, la suspensión en el juicio de amparo debe entenderse como la detención del
acto reclamado, de manera que si éste no se ha producido, no nazca y, si ya se inició, no
prosiga, con la finalidad de que se detenga temporalmente, que se paralicen sus consecuencias
o resultados y que se evite su realización.
La suspensión del Acto Reclamado tiene su fundamento Constitucional en los artículos 28,
fracción VII, y 107, fracciones IV, X, XI y XVII.
Por regla general, las pruebas ofrecidas en el procedimiento de suspensiñon no podrán ser
tomadas en cuenta en el principal y viceversa.
Cuando el quejoso alega la afectación a su interés jurídico, para que proceda la suspensión
contra el acto que actualiza aquel se requiere acreditar un elemento negativo: la no afectación
del orden público y el interés social.
Cuando el quejoso alega la afectación a un interés legítimo, para que proceda la suspensión
contra el acto que actualiza aquel se necesitan acreditar dos elementos positivos: el daño
presumiblemente inminente e irreparable, así como el interés social de que esto último no
ocurra.
Toda persona, incluidos los particulares, tienen la obligación legal de acatar, en sus justos
términos, la suspensión.
La suspensión, cualquiera que sea su naturaleza, surtirá sus efectos desde el momento en que
se pronuncie el acuerdo relativo, aun y cuando sea recurrido.
Es por la impotancia de contar con este recurso tan importante para la protecciòn de los
derechos del quejoso, toda vez que su finciòn más importante es no dejar sin material el juicio
de amparo.