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EL AMPARO CONSTITUCIONAL

1. Conceptualización de la acción de amparo constitucional en la Constitución


Política del Estado vigente

El Amparo Constitucional busca proteger los derechos y garantías fundamentales de las


personas. Asimismo, para fortalecer esta posición se sostuvo que los recursos sólo
proceden contra autoridades, mientras que el amparo constitucional procedía también
contra particulares.

El anterior Tribunal Constitucional boliviano, referente al amparo constitucional, sostuvo


en su oportunidad, en su sentencia constitucional No. 1082/2003–R, que:

En nuestro país, el legislador constituyente ha instituido el recurso de amparo como un


medio de tutela para la eficaz salvaguarda de estos derechos; los cuales, desde un punto
de vista moral y político, se consideran básicos para la convivencia humana, creando a
su fragua las condiciones necesarias para asegurar el desarrollo de la vida del hombre
en libertad, en circunstancias compatibles con la dignidad humana, legitimando y
limitando el poder estatal, creando así un marco de convivencia propicio para el
desarrollo libre de la personalidad.

El nuevo texto constitucional establece la creación de la "acción de amparo" para afrontar


"[...] actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley", configurándose por ende como una
facultad que tiene el ciudadano para acudir al órgano jurisdiccional en resguardo de sus
derechos fundamentales o garantías constitucionales, cuyo respaldo normativo se
encuentra en los artículos 8o. de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 2.3.a)
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; XVIII de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre; 25.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; 128 y 129 de la Constitución Política del Estado, y 73 a 80 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional.

2. Algunos supuestos de procedencia e improcedencia de la acción de amparo


constitucional

A continuación corresponde referir los supuestos de procedencia e improcedencia más


importantes de la acción de amparo constitucional en el marco de la jurisprudencia
constitucional del Tribunal Constitucional durante la vigencia de la Constitución Política
del Estado de febrero de 2009; así tenemos:

— Conforme al artículo 129 de la Constitución Política del Estado vigente, para la


procedencia del amparo deben existir actos ilegales u omisiones indebidas que
restrinjan, supriman o amenacen suprimir o restringir los derechos y garantías,
amenacen los derechos constitucionales y de las leyes, por lo que no procede para
proteger principios constitucionales, derechos hipotéticos, vagos o expectaticios,
aparentes derechos emergentes de actos ilegales, entre otros.
— Debe existir una ilegalidad manifiesta respecto a los actos u omisiones denunciados,
lo que implica que la parte accionante debe ser capaz de demostrar los extremos
alegados en su demanda sin mayor actividad probatoria, de forma que al no contar la
acción de amparo constitucional con una etapa probatoria amplia para demostrar la
existencia de un derecho, cuando se requiera la producción de prueba adicional debe
remitirse a los antecedentes en la jurisdicción ordinaria para su correspondiente
determinación.

— Deben agotarse los recursos, medios o vías idóneos previstos por el legislador
ordinario en uso de su libertad configuradora para la defensa de los derechos y garantías
previamente al planteamiento del amparo constitucional (principio de subsidiariedad),
salvo excepciones establecidas en la jurisprudencia, por ejemplo cuando se trate de una
solicitud de complementación y enmienda, puesto que la misma no tiene la aptitud ni
idoneidad para modificar el fondo de una resolución; el proceso contencioso–
administrativo contra una resolución que en el ámbito administrativo resuelve un recurso
jerárquico, porque nadie está obligado a iniciar dos procesos para el resguardo de sus
derechos; un proceso penal, porque su finalidad de prevención general y especial es
diferente a la del amparo constitucional, que busca proteger derechos y garantías, entre
otros.

— Asimismo, no resulta necesario el agotamiento de instancias previas al planteamiento


de un amparo constitucional cuando el acto o la omisión denunciada requiera mayor
actividad probatoria y a la vez se amenace de forma grave e inminente un derecho cuya
consumación pueda devenir en irreparable (principio de inmediatez), correspondiendo
en dicho caso la tutela inmediata del amparo constitucional, aspecto que sucede, por
ejemplo, en los casos en los que están gravemente comprometidos los derechos de
niños; ante el despido injustificado de una mujer embarazada, o ante la presencia de
medidas o vías de hecho referidas a actos u omisiones palmariamente ilegales, y que no
cuentan con ningún tipo de respaldo legal, realizadas por particulares, por ejemplo
mediante avasallamientos a la propiedad privada o mediante la privación de servicios
básicos por parte de un propietario respecto a sus inquilinos por el no pago de alquileres,
o incluso realizado por autoridades públicas como cuando se procede a la clausura de
puestos de venta a personas que tenían autorización municipal sin previo proceso, el
avasallamiento por parte de funcionarios municipales sobre una propiedad en litigio con
un particular, el ingreso a un domicilio para la apertura de una avenida por parte de
funcionarios públicos sin agotar el proceso expropiatorio, o la demolición de un inmueble
porque supuestamente incumplió normativa urbanística sin proceso previo que
demuestre dicho extremo.

— Por otra parte, con base en el principio de inmediatez también es posible otorgarse la
tutela provisional del amparo constitucional cuando no pueda acreditarse de manera
indubitable la existencia de un derecho constitucional, pero sea evidente el peligro de
que puede consumarse un daño irreparable, en cuyo caso deberá otorgarse la tutela
mientras los recursos o mecanismos ordinarios sean agotados, lo que sucede por
ejemplo ante la concurrencia de vías o medidas de hecho mientras dure un proceso
ordinario que determine el derecho propietario, entre otros.

— El planteamiento de la demanda de amparo constitucional debe efectuarse en el


término de seis meses desde la "[...] comisión de la vulneración alegada o de notificada
la última decisión administrativa o judicial",cómputo que debe efectuarse desde actos
inclusive extraoficiales o fuera de la instancia que demuestren el conocimiento del acto
o la omisión por la parte presuntamente afectada en sus derechos y garantías, y se
computa desde que el accionante reconoce con cualquier documento o memorial el
conocimiento del acto u omisión impugnada; sin embargo, el agotamiento de recursos
notoriamente inidóneos no interrumpe o suspende el cómputo del término de seis
meses; por ejemplo, si contra un auto de vista que resuelve una apelación incidental se
plantea casación que resulta improcedente por disposición del Código de Procedimiento
Penal provocando que se sobrepase el término de seis meses, el cómputo debe
efectuarse desde la notificación con el auto de vista.

— Resulta improcedente la acción de amparo constitucional cuando concurren actos


libremente consentidos, porque se entiende que: "el consentimiento libre y expreso
supone la acción voluntaria de la persona de someterse al acto considerado lesivo, sin
objetarlo, tomando una actitud pasiva frente al mismo, o en su caso realizando acciones
que no tienden a restablecer el acto considerado lesivo [...]";es decir que en estos casos
el titular del derecho o de la garantía, de forma expresa o tácita, llega a convalidar el
acto o la omisión que luego demanda, debiendo entenderse sin embargo que: "[...] la
manifestación de la voluntad debe demostrar, de manera indubitable, el consentimiento
a la amenaza o lesión a algún derecho fundamental [...]"; de forma que la manifestación
de la voluntad debe ser inequívoca y no el resultado de meras suposiciones o
presunciones. Se presentan actos libremente consentidos cuando por ejemplo en un
proceso judicial o administrativo se presenta un memorial pidiendo el cumplimiento de
una resolución, cuando se cumple una sanción y se la impugna luego de haberla
cumplido, cuando se hace una propuesta de pago de una obligación que luego se
impugna o cuando se participa en una convocatoria luego observada mediante el amparo
constitucional.

— También resulta inviable una demanda de amparo constitucional cuando los supuestos
actos u omisiones ilegales o indebidos cesaron antes de notificarse a la parte accionada
con la demanda de amparo constitucional, en cuyo caso:

[...] la cesación del acto ilegal en el sentido del citado precepto radica básicamente en
el hecho de que la resolución o acto de la autoridad o particular denunciado de ilegal,
por su voluntad o por mandato de otra autoridad superior, hubiere quedado sin efecto
antes de la notificación con el amparo al que hubiere dado lugar, vale decir, que si bien
se produjo la lesión, ésta se reparó de motu proprio del legitimado pasivo [...].

— En Bolivia el amparo constitucional procede contra resoluciones judiciales que incluso


hayan alcanzado la aparente calidad de cosa juzgada. Así, se sostuvo y se sostiene por
parte del órgano de control de constitucionalidad desde el inicio de sus actividades que:
"[...] cuando una resolución ilegal y arbitraria afecta al contenido normal de un derecho
fundamental, no se puede sustentar su ilegalidad bajo una supuesta <<cosa juzgada>>;
en cuyo caso inexcusablemente se abre el ámbito de protección del amparo
constitucional"; pero de ninguna manera puede pretenderse que el amparo
constitucional se convierta en una tercera instancia que considere aspectos de fondo
como la valoración de la prueba, la determinación de derechos, el cumplimiento de
contratos o se busque revisar de nuevo la revisión de la interpretación de la legalidad,
pues en los referidos casos únicamente deberá circunscribirse al análisis de la
vulneración de derechos y garantías supuestamente afectados durante la tramitación de
los procesos judiciales.

— Mediante el amparo constitucional no es posible pretender el juzgamiento de normas


genéricas, Abstractas e impersonales en razón de su constitucionalidad o
inconstitucionalidad, por la naturaleza subsidiaria del amparo constitucional y al existir
acciones específicas con características y procedimientos propios (acción concreta e
incidental de inconstitucionalidad), aunque excepcionalmente en una acción de amparo
constitucional se puede establecer la errónea aplicación de una norma.

—Respecto a los errores de procedimiento en procesos judiciales o administrativos


únicamente pueden impugnarse ante la jurisdicción constitucional cuando los mismos
"[...] provocan una disminución material de las posibilidades de las partes para que
hagan valer sus pretensiones [...]",para lo cual es necesario que: a) el error o defecto
procedimental provoque una lesión al derecho al debido proceso en alguno de sus
elementos; b) los errores o defectos procedimentales ocasionen una indefensión
material, impidiendo que alguna de las partes haga valer sus pretensiones, alegando,
contrastando o probando, y c) dichas lesiones deben tener relevancia constitucional, de
forma que la infracción procedimental dé lugar a que la decisión impugnada tenga
diferente resultado al que se hubiera dado de no haberse incurrido en los errores o
defectos denunciados.

— Tampoco es posible solicitar el cumplimiento de una sentencia constitucional mediante


una acción de amparo constitucional, pues implicaría desconocer la efectividad de la cosa
juzgada constitucional referida por el artículo 203 de la Constitución Política del Estado,
que establece que "las decisiones y sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional
son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso
ordinario ulterior alguno".

— Finalmente, no procede el planteamiento de dos demandas de amparo constitucional


con identidad de sujetos (partes procesales), de causa, en relación con el motivo (acto
o resolución) que origina el amparo constitucional, y de objeto, referido al propósito que
buscan ambas demandas de amparo constitucional.

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