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Los centros nerviosos que regulan tu hambre y alimentación

Apoyados en la solidez de recursos de Guyton y Hall. Tratado de fisiología médica hoy


trataremos los centros nerviosos que regulan la ingestión de alimentos. Comencemos
por explicar que la sensación de hambre se asocia con un deseo imperioso de
alimentos y otros efectos fisiológicos, como contracciones rítmicas del estómago y
agitación que impulsan la búsqueda del alimento. El apetito es el deseo de alimento, a
menudo muy concreto, y ayuda a determinar la calidad de la alimentación. Si la
búsqueda del alimento surte efecto, aparece una sensación de saciedad. Todas estas
sensaciones dependen de factores ambientales y culturales y también de elementos
fisiológicos que regulan centros concretos del encéfalo, en particular, el hipotálamo.

¿Qué controla nuestra hambre?


El hipotálamo aloja los centros del hambre y de la saciedad. Varios centros neuronales
del hipotálamo participan en el control de la ingestión de alimentos. Los núcleos
laterales del hipotálamo actúan como centro de la alimentación, porque cuando se
estimulan excitan un apetito voraz (hiperfagia). Por el contrario, la destrucción del
hipotálamo lateral anula el deseo de alimento y propicia una inanición
progresiva,estado caracterizado por un adelgazamiento notable, debilidad muscular y
metabolismo reducido. El centro hipotalámico lateral de la alimentación emite los
impulsos motores para la búsqueda de alimento. Los núcleos ventromediales del
hipotálamo sirven, en cambio, como un importante centro de la saciedad y se cree que
confieren una sensación de placer nutricional que inhibe el centro de la alimentación.
La estimulación eléctrica de esta región puede inducir una saciedad completa y, de
hecho, cuando se ofrecen alimentos muy apetitosos, el animal los rechaza (afagia). Al
contrario, la destrucción de los núcleos ventromediales motiva una alimentación voraz y
continua hasta que el animal alcanza una obesidad extrema, cuadruplicando en
ocasiones su peso.

Se cree, asimismo, que los núcleos paraventriculares, dorsomediales y arqueados del


hipotálamo también contribuyen decisivamente a regular la ingestión de los alimentos.
Por ejemplo, las lesiones de los núcleos paraventriculares suelen determinar una
alimentación exagerada, mientras que las de los núcleos dorsomediales merman, por lo
general, la conducta alimentaria. Como se menciona más adelante, los núcleos
arqueados son los centros del hipotálamo donde convergen numerosas hormonas
liberadas desde el tubo digestivo y el tejido adiposo para regular la ingestión de
alimentos y el consumo energético. Existe una gran comunicación química entre las
neuronas del hipotálamo; estos centros coordinan, en conjunto, los procesos que
regulan el comportamiento alimentario y la percepción de la saciedad. Estos núcleos
del hipotálamo también influyen en la secreción de algunas hormonas, de importancia
para el equilibrio y el metabolismo energéticos, entre otras las hormonas tiroideas y
suprarrenales, así como las de las células de los islotes pancreáticos.

El hipotálamo recibe:
● Señales nerviosas del tubo digestivo que portan información sensitiva acerca del
llenado gástrico;
● Señales químicas de los nutrientes de la sangre (glucosa, aminoácidos y ácidos
grasos) que indican la saciedad;
● Señales de las hormonas gastrointestinales;
● Señales de las hormonas liberadas por el tejido adiposo,
● Señales de la corteza cerebral (visión, olfato y gusto) que modifican la conducta
alimentaria.

Los centros hipotalámicos de la alimentación y de la saciedad contienen muchos


receptores para los neurotransmisores y las hormonas que modulan la conducta
alimentaria. Mientras que la tabla enumera algunas de las numerosas sustancias que
modificaron el apetito y la conducta alimentaria en los estudios de experimentación y
que suelen catalogarse como: 1) orexígenas, si estimulan el apetito, o 2) anorexígenas, si
lo inhiben.

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