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PREPARACIÓN PSICOEMOCIONAL

PARA ENFRENTAR DESASTRES Y EMERGENCIAS

Psic. Marianela Gómez Sánchez.


Caracas, Venezuela

I. ¿Porqué PREPARARNOS PSICOLÓGICA y EMOCIONALMENTE PARA


ENFRENTAR DESASTRES Y EMERGENCIAS?

II. ¿Es posible PREPARARSE PSICOLÓGICA y EMOCIONALMENTE PARA


UN DESASTRE O EMERGENCIA COLECTIVA?

III. ¿Qué es la PREPARACIÓN PSICOEMOCIONAL?

IV. ¿Qué es PREPARACIÓN PSICOEMOCIONAL PARA ENFRENTAR


DESASTRES?

V. ¿Cuándo estamos PREPARADOS PSICOEMOCIONALMENTE PARA


ENFRENTAR UN DESASTRE?

VI. ¿CÓMO NOS PREPARAMOS PSICOEMOCIONALMENTE PARA


ENFRENTAR UN DESASTRE?

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I. ¿Porqué PREPARARNOS PSICOLÓGICA y EMOCIONALMENTE PARA
ENFRENTAR DESASTRES O EMERGENCIAS?

En Venezuela no estamos preparados para enfrentar un desastre o una emergencia


colectiva de cualquier magnitud, no sabemos como actuar, y por ello, las
consecuencias son peores y los daños mayores; no existe una cultura de la
emergencia ni del desastre, pues afortunadamente hemos sufrido pocos. Gracias a
ello, tenemos una especie de “confianza” o sensación de seguridad, que
definitivamente no es real o mejor dicho, no se adapta a la realidad, porque como
sabemos existen grandes riesgos en nuestro país: de desastres naturales (por
lluvias, sismos, y etc), por razones tecnológicas (gran cantidad de industrias
petroleras, químicas, etc,) y de origen social (inestabilidad o descontento social en
una cultura latinoamericana de queja, marchas y manifestaciones callejeras, gracias
a Dios más bien pacíficas hasta el momento, etc.). Sin embargo, nuestra
“PERCEPCIÓN DEL PELIGRO” O “CONCIENCIA REAL DEL PELIGRO” es limitada,
es decir, nuestra capacidad de ver ó aceptar las amenazas y los riesgos que nos
rodean es muy baja. Por eso, cuando las cosas nos ocurren, nos toman
desprevenidos, no sabemos que hacer, nos desorganizamos, nos volvemos
esclavos de nuestras emociones negativas y quedamos con “traumas” sin poder
adaptarnos eficiente o productivamente a la nueva situación, resistiéndonos
inútilmente al cambio. Esto ocurre porque no estábamos preparados en ningún
sentido.

Además de este hecho histórico, otros factores contribuyen a esta Negación del
peligro y que para los psicoanalistas explican este tipo de fenómenos que
psicológicamente limitan u obstaculizan la percepción o afrontamiento de la realidad,
son los MECANISMOS DE DEFENSA INTRAPSIQUICOS. La mente,
cotidianamente, en su necesidad o instinto de preservarse y mantener el equilibrio,
conceptualiza inconscientemente y a su conveniencia la información acerca de la
realidad externa y de si mismo, de una manera tal que resulte para ella menos
negativa, atemorizante o dolorosa que si enfrentara la realidad directamente; es
decir, que puede auto engañarse, total o parcialmente, temporal o indefinidamente
El mecanismo de defensa básico es la Negación, que consiste en negar un hecho,
es decir, no creer que es real, por ejemplo: “es imposible que un río crecido tenga la
fuerza suficiente para arrastrar una casa tan grande”. Pero además de esta forma
clara y directa de negación, existe en otras formas más sutiles, por ejemplo, la
Racionalización, que consiste en buscar una explicación que parece lógica o
racional, como “aquí no puede pasar nada porque estamos muy lejos del río” Otro
tipo es la Proyección, que consiste en depositar en otros las ideas, deseos o
emociones propias, por ejemplo ”en peligro están los que viven allá, no nosotros”.
Otro mecanismo es la Formación reactiva, que consiste en transformar algo en su
opuesto, por ejemplo, ya quisiera yo que aquí se inundara para que el gobierno me
de una casa”. Y aparte de la negación, la Represión es otro mecanismo de defensa
importante que consiste en “olvidar” las cosas, ej. “aquí en Venezuela nunca ha
pasado nada”.

Cuando una persona niega el peligro, y por tanto, no cree que pueda perjudicarse,
asume un comportamiento inseguro, pues como no se siente en peligro, no se
prepara. Estas personas encuentran siempre razones y motivos para justificar su

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modo de pensar y de actuar. A esta reacción se le llama SÍNDROME O REACCION
DE INVULNERABILIDAD.

Pregúntese: ¿Cuál mecanismo puede estar utilizando su mente para defenderse?

Hay que entender que estos mecanismos son totalmente inconscientes, por lo tanto
resulta difícil para uno reconocerlos, por ello se recomienda buscar la manera de
analizar las situaciones lo más objetivamente posible, por ejemplo, para identificar
las amenazas o peligros que le rodean ayúdese con la opinión de personas expertas
(en este caso, bomberos, Defensa Civil, ingenieros, otros) y de personas ajenas a su
misma situación.

Estos mecanismos se les llama de defensa porque sirven al ser humano para
ayudarlos a enfrentar situaciones, pero se tornan en si mismo en un peligro cuando
no permiten adaptarnos o funcionar bien en la realidad, por ejemplo, no prepararnos
para un peligro que nos amenaza.

¿CÓMO NOS PREPARAMOS PARA ALGO?

Preparar es disponer las cosas y/o personas para que sirvan a un fin determinado,
es decir para obtener algo deseado, y/o evitar lo no deseado, por eso, Preparar es
Prevenir.

Nos preparamos para algo anticipando el futuro, definiendo el objetivo deseado y


actuando según un plan elaborado el cual debe incluir las acciones a desarrollar
antes del evento, durante y después del mismo.

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II. ¿Es posible PREPARARSE PSICOLÓGICA y EMOCIONALMENTE PARA UN
DESASTRE O EMERGENCIA COLECTIVA?

Claro que si, aunque no podamos saber cuando van a ocurrir los eventos, por
ejemplo un terremoto, podemos saber que amenazas o peligros tenemos y que
riesgos corremos, y conociendo esto podemos saber como prepararnos para cuando
ocurra.

Prepararnos para un desastre entonces implica obtener información ajustada a la


realidad sobre todos los sucesos que nos puedan afectar (identificar amenazas),
analizar nuestros recursos o debilidades para enfrentarlo (vulnerabilidades), predecir
en lo posible lo malo que podría suceder (identificar riesgos), definir las metas o los
objetivos en relación a esa situación,- es decir, que consecuencias debemos evitar o
que cosa preferimos que ocurra-, y hacer un plan y llevarlo a cabo.

Prevenimos:

a- diseñando (planificando) y ejecutando acciones PREVIAS para desarrollar


las condiciones adecuadas (conocimientos, experiencia y recursos) para
enfrentar el hecho lo mejor posible si se presenta,

b- diseñando (planificando) y ejecutando acciones INMEDIATAS (llamadas


“Planes de Contingencia”) para actuar lo más eficientemente posible,
eliminado el factor de “error por sorpresa” o “error por desconocimiento o
inexperiencia” o “descontrol por confusión, miedos o emociones paralizantes”,
y

c- diseñando (planificando) y ejecutando acciones POSTERIORES para


superar o corregir los cambios o daños que produjo el fenómeno.

PREPARARSE ES: hacer lo necesario para estar y sentirse seguro de que las
cosas ocurran lo más parecido a lo deseado y posible.

PREPARARSE PARA ENFRENTAR UN DESASTRE O EMERGENCIA COLECTIVA


ES: aprender a identificar amenazas, enfrentarse al peligro lo mejor posible antes,
durante y después de que ocurra, de manera tal que se minimicen los daños,
humanos, sociales, institucionales, económicos, materiales y ambientales.

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Entonces,

III. ¿Qué es la PREPARACIÓN PSICOEMOCIONAL?

Es: el desarrollo de conocimientos, actitudes, estado emocional y conductas para


enfrentar una situación y solucionar los problemas prioritarios, sin perjudicar el
equilibrio de su paz mental, su mundo de sentimientos y emociones, su relación con
los demás y sin crear mayores problemas o daños inmediatos o a futuro. Para todo
ello debemos saber reconocer y aprovechar lo que haya de positivo en el momento.
Es decir, es el desarrollo de recursos favorables para un fin determinado, lo cual
incluye: los conocimientos y creencias acerca de la situación, los sentimientos y
emociones hacia el mismo, las relaciones con las personas involucradas o que le
rodean, y las tendencias a actuar en función de él.

El principio de la preparación psicoemocional se basa en el hecho de que los


pensamientos, afectos, emociones y conductas de una persona antes de que ocurra
un evento cualquiera, afecta lo que la persona piensa, siente y hace cuando ocurre
ese evento; lo que a su vez, es capaz de afectar, de una u otra manera, dicho
evento, sus características y sus consecuencias, así como también lo que
posteriormente esa persona pensará, sentir y hará.

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IV, ¿Qué es PREPARACIÓN PSICOEMOCIONAL PARA ENFRENTAR
DESASTRES?

Es desarrollar un conjunto de pensamientos, afectos y comportamientos para actuar


ante un desastre, de manera tal de mantener la calma para que sea posible un
comportamiento eficiente ante la situación y sus consecuencias, y una adaptación a
los cambios con el menor sufrimiento y daño psicológico posible.

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V. ¿Cuándo ESTAMOS PREPARADOS PSICOEMOCIONALMENTE
PARA ENFRENTAR UN DESASTRE?

Cando aceptamos lo que puede pasar y aun lo imprevisto, y nos sentimos seguros
de lo que vamos a hacer para enfrentarlo y de que podemos adaptarnos a los
cambios poniendo nuestro mejor esfuerzo convencidos de que todo va a salir lo
mejor posible.

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VI. ¿CÓMO NOS PREPARARNOS PSICOEMOCIONALMENTE PARA
ENFRENTAR UN DESASTRE?

El ABC para prepararse Psicológica y Emocionalmente es:

A Asuma Conciencia real del Peligro


¿Qué puede ocurrir a mi alrededor? ¿Un terremoto, bomba, disturbio civil?

B Busque Información y diseñe Planes de acción


¿Cómo son los terremotos? ¿Cuales consecuencias puede traer? ¿Que puedo
hacer?

C Conozca y acepte las reacciones naturales propias y de los otros y aprenda a


enfrentarlas.
¿Cómo vamos a reaccionar?¿Cómo mantener la calma? Como evitar
problemas con los demás?

Todo evento desagradable produce malestar, reacciones emocionales, cambios en


nuestros pensamientos, cambios en nuestra manera de comportarnos, e incluso en
nuestras funciones corporales (sueño, alimentación, etc.), esto es normal y tiende a
desaparecer espontáneamente con el tiempo. Para que estos cambios sean más
leves y pasen más rápido, se recomienda tomar las siguientes medidas:

ANTES DEL DESASTRE:

 Conozca y acepte los peligros potenciales reales de su Comunidad, y estimule a


los demás a hacerlo.
 Acepte la vulnerabilidad real de daño físico, psicológico y emocional, pérdida de
seres queridos, bienes y otros.
 Acepte que las emergencias y los desastres no son castigos de Dios, sino
fenómenos difícil de explicar.
 Acepte que aunque a veces no podemos evitar que las cosas pasen, en sus
manos está controlar las consecuencias. Este preparado para ellas (ej. adquiera
un seguro).
 Manténgase alerta de lo que pueda pasar, pero no exagere. Acepte solo
información veraz, que venga de expertos y personas autorizadas, no estimule ni
repita rumores.
 Entérese que hacer antes, durante y después de dichas emergencias, e informe
a los demás lo que aprenda. Enseñe y prepare a los niños. Lea, asista a cursos y
talleres, y realice simulacros.
 Estimule y participe con sus familiares, comunidad, compañeros de trabajo, y en
las escuelas de sus hijos, Planes de Acción para enfrentar las emergencias, y
practíquenlos. Conozca como los organismos de atención pública de su
comunidad les pueden apoyar y háganlos participe de esos planes.
 Mantenga los teléfonos de emergencia a la mano, así como de las personas más
cercanas.
 Decida un lugar de reunión para sus seres más cercanos una vez que pase la
emergencia, y uno o más números de teléfonos donde todos puedan avisar como
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y donde están.
 Mantenga la Fe en que todo va a salir bien.
 Aprenda a aceptar y/o enfrentar los imprevistos.
 Haga lo necesario para sentirse preparado y seguro de usted, los demás y del
plan previsto.
 Anticipe su propia reacción y la manera de enfrentarla.
 Recuerde que el miedo y la ansiedad disminuyen cuando aumenta su seguridad
conociendo y controlando los peligros para disminuir el poder dañino de los
mismos. Y manteniendo la esperanza de que lo que no puede controlar va a salir
bien. Por otro lado, un poco de miedo es importante y necesario para actuar y ser
cauteloso.
 Si sigue usted estas recomendaciones y su miedo no disminuye o es muy alto,
puede tratarse de un miedo patológico o una fobia que se está desarrollando,
visite a un profesional apenas pueda.

DURANTE EL DESASTRE:
 Protéjase.
 Mantenga la calma y la fe en que todo va a salir bien.
 Actúe según lo previsto en el Plan si las condiciones son similares a las
previstas.
 Actúe en grupo preferiblemente.
 Preste apoyo a quien lo necesite, especialmente niños, ancianos y personas con
alguna limitación.

DESPUÉS DEL DESASTRE:

 Mantenga la calma y la fe en que todo va a salir bien.


 Asegúrese de que sus familiares y personas cercanas estén bien, reúnase con
ellos si es posible.
 Actúe según lo previsto en el Plan.
 Preste apoyo a quien lo necesite, especialmente niños, ancianos y
discapacitados.
 Acepte y desahogue sus emociones. Espere sufrir cambios y experimentar
reacciones quizás no comunes para Ud. Acéptelas, ellas desaparecerán en algún
momento, lenta o bruscamente, dele tiempo. La rabia, la frustración y el dolor son
comunes y normales.
 No se recrimine por lo que pasó, ni por lo que hizo o dejó de hacer, antes o
durante el desastre. Haga una evaluación realista y perdónese sus errores.
 Acepte las reacciones de los otros y ayúdelos a desahogar sus emociones,
especialmente a los niños.
 Acepte los cambios lo mejor posible, concéntrese en el presente y saque
provecho de lo que pueda.
 Reúnanse para hablar de lo que vivió cada uno y como se siente.
 Recupere su rutina cotidiana lo más pronto posible.
 Si es el caso, inicie lo antes posible, y junto con sus familiares, vecinos y demás
personas afectadas, las tareas de recuperación, incluyendo en ellas a los niños.
 Combata el estrés. Descanse suficiente. Haga actividades que lo distraigan y
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relajen. Si se siente muy sobresaltado es recomendable realizar ejercicios físicos.
 Evite los medicamentos para la depresión y la ansiedad.
 Atienda sus reacciones físicas. Trate de conservar o recuperar sus hábitos de
alimentación, sueño, etc.
 Si al pasar los días, alguien o Ud. mismo parece no sobreponerse, busque ayuda
profesional.

Estas recomendaciones le resultaran muy útiles si las pone en práctica, dedique


tiempo en el presente para garantizar resultados favorables de situaciones
desfavorables.

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