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Florecer en la tormenta   

 
 
 

 
 
 
Curso online   

Lama Rinchen Gyaltsen 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Transcripció n del curso online “Florecer en la tormenta” impartido por Lama Rinchen
Gyaltsen.
Versió n 1.0221 - Febrero 2021

© Paramita Editorial (Fundació n Sakya)


Pedreguer (Alicante, Españ a)
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Este trabajo se proporciona bajo la protecció n de Creative Commons CC BY-NC-ND


(Reconocimiento - No comercial - Sin derivados) 3.0 copyright. Puede copiarse o imprimirse
para un uso justo, pero solo con una atribució n completa, y no para una ventaja comercial o
compensació n personal. Para má s detalles, consulte la licencia Creative Commons. 
 
 
 
 
 

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Florecer en la tormenta
Introducción   

Bienvenidos a este curso “Florecer en la Tormenta”. Vamos a explorar diferentes estrategias


para gestionar mejor los momentos difı́ciles en nuestra vida.

Vamos a empezar hablando un poquito de qué son los eventos difı́ciles. Sabemos que hay tres
elementos en juego. Está la situació n ahı́ fuera –el aspecto objetivo– que puede ser un entorno
amenazante, puede ser una persona agresiva. Por otro lado, está el aspecto subjetivo que es
nuestro estado, có mo nos sentimos, la realidad que habitamos. Y el tercer aspecto es la
relació n entre nosotros –el sujeto– y el evento objetivo ahı́ fuera.

Y tenemos que admitir que nosotros podemos afectar al mundo ahı́ fuera de una forma muy
limitada porque hay muchas condiciones y variables que está n fuera de nuestro control.
Debemos insistir en mejorar el mundo, hacer todo lo posible para que sea má s justo, má s
bondadoso, pero al mismo tiempo tenemos que tener ya una visió n muy clara de que vamos a
tener que afrontar, sı́ o sı́, mú ltiples di icultades en esta vida.

Por tanto, nos quedan dos aspectos con los que trabajar. Uno es nuestro estado interno; y el
otro es có mo nos relacionamos con las di icultades, con la adversidad.

Con estado
interno queremos decir nuestra madurez como persona. Y eso, para simpli icar, lo
podemos ver como cuatro pilares del desarrollo. Es decir, nuestra cordura, nuestro equilibrio,
nuestra madurez, nuestra no reactividad ante una situació n inquietante o amenazadora
depende de cuatro pilares de desarrollo personal.

A uno le podemos llamar el pilar del nivel atencional que tengamos o la habilidad de mantener
un enfoque estable; es decir, en la medida en que hayamos desarrollado mindfulness o un
aspecto má s profundo, la calma mental que combina lucidez y estabilidad, en esa medida
vamos a tener má s autocontrol, má s claridad y vamos a poder elegir qué realidad habitamos,
qué atendemos, qué sentimos, en qué pensamos. Muy valioso, muy importante aumentar
nuestro nivel de atenció n.

El segundo es nuestro nivel anı́mico. Eso quiere decir nuestra habilidad de acogernos a un
có digo é tico; y tambié n nuestra autoestima, cuá nta fortaleza, cuá nta voluntad, cuá nta alegrı́a,
entusiasmo podemos invertir en nuestro dı́a a dı́a.

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El tercero es nuestro nivel cognitivo, es decir, qué nivel de claridad tiene nuestra percepció n.
En la medida que podamos discernir de una manera má s precisa, transparente lo que está
ocurriendo, en esa medida vamos a poder superar los autoengañ os, la confusió n que crean
las emociones. Y vamos a poder discernir con claridad cuá l es la mejor opció n, có mo debemos
actuar y demá s.

Y el cuarto pilar o aspecto del desarrollo personal es nuestro nivel de altruismo, la habilidad
de ser ecuá nime, imparcial que incluye, por supuesto, empatizar con el otro y, desde su
realidad, comprender tambié n sus necesidades, su perspectiva.

Es decir, en la medida en que hemos cultivado, desarrollado conscientemente estos cuatro


pilares del ser, vamos a tener a nuestra disposició n muchos recursos –personales y
espirituales– para afrontar mejor momentos amenazantes o di icultades en nuestra vida y
saber có mo gestionarlos, no solo sobrevivir a ellos, sino aprovecharlos como una
oportunidad má s de desarrollo y crecimiento.

Eso normalmente lleva mucho tiempo. Debemos empezar ya a trabajar el desarrollo personal
de una manera formal en el cojı́n, meditando todos los dı́as… y, en la medida que podamos,
integrarlo en nuestra vida diaria, pero no hay atajos. Es decir, tenemos que desarrollarlo
paulatinamente.

Por tanto, tenemos el mundo ahı́ fuera sobre el que podemos intervenir mı́nimamente;
nuestro desarrollo personal para mejorar nuestro estado subjetivo personal que toma tiempo
y es gradual; y ahora vamos al tercer aspecto que es có mo relacionarnos con la adversidad, es
decir, cuá les son las estrategias para saber gestionar mejor los retos en nuestra vida. Por
supuesto, depende igualmente del nivel objetivo, de la di icultad que estamos afrontando;
igualmente tenemos que considerar nuestro nivel personal subjetivo, de maduració n o
desarrollo, cuá ntas de estas cuatro cualidades o pilares tenemos dentro; pero tambié n, un
poquito independiente, o aparte de la di icultad externa y de nuestra capacidad personal,
está n estas cuatro estrategias que pueden ser muy valiosas… tenerlas en cuenta.

Para darnos una idea, para tener un poco de contexto me gustarı́a compartir las tres fases
que vamos a atravesar en relació n a las di icultades. La primera fase en relació n a la
adversidad es casi como una oració n: “¡Ojalá no experimente adversidad!”. Mi prioridad es no
sufrir, aunque exista la posibilidad de que haya algo de bene icio. Es decir, mi esperanza es
estar libre del sufrimiento en el futuro. La primera fase es evitar, de todos modos, en la

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medida que sea posible, la adversidad o la di icultad en nuestra vida. No queremos ni explorar
la posibilidad de que sea algo tambié n bene icioso para nosotros. Y eso es natural. Eso le pasa
a la mayorı́a de las personas en este planeta, tienen aversió n a la adversidad… sienten un
rechazo automá tico, no ven la manera de lidiar con situaciones difı́ciles y no ven la manera de
recibir bene icios de situaciones difı́ciles. A toda costa quieren evitarlo.

La segunda etapa, un poco má s madura, empezamos a pensar: “¡Ojalá la adversidad surja
como desarrollo personal o desarrollo espiritual!”, es decir, una postura un poco má s madura,
má s realista. “Ya que hay que afrontar di icultades en la vida –no voy a buscarlas–, pero ya
que inalmente van a llegar, entonces, ¡ojalá , por lo menos, pueda aprovecharlas, pueda sacar
algo de bene icio! Si tiene que surgir adversidad, por lo menos que me ayude al despertar”.

Y si no me ayudan a mı́ personalmente, el segundo nivel es “por lo menos que ayuden a los
demá s, que esta experiencia difı́cil que tengo que vivir, de alguna manera, me capacite para
prevenir malestar en el futuro para otros o tener la experiencia para ayudar a que otros
puedan evitar o superar di icultades en su vida”.

Y ahora la tercera fase que es un tanto controvertida. “¡Ojalá que surja ahora má s
adversidad!”. Esto viene de los grandes yoguis el antiguo Tı́bet pensando: “Bueno, si va a venir
un momento difı́cil en mi vida, que venga ahora que tengo cierta claridad, cierta madurez,
cierto entusiasmo. Si tiene que tocar por karma o por equis razones, entonces… si tiene que
llover, que llueva ahora que tengo paraguas… o ahora que estoy cultivando este jardı́n”. Y ahı́
vemos la adversidad como el karma que se va acumulando, causas y condiciones que vamos
creando nosotros a medida que vamos viviendo. Y tambié n una manera de ayudar a puri icar
el karma de otros.

Es decir, en la primera fase evitamos a toda costa; en la segunda fase estamos en paz con la
adversidad y tratamos de trabajar con ella, aprovechar en lo que podamos las enseñ anzas que
pueda aportar. Y en la ú ltima fase somos un tanto atrevidos. Vamos hasta… no a crear
di icultades a propó sito, por supuesto, pero no nos escondemos, vemos que es el momento
para afrontar todo. “Todo lo que pueda venir que venga ahora, no me escondo de nada, no le
tengo miedo a nada; voy a poder trabajar con todo lo que surja en mi vida”.

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Florecer en la tormenta
Estrategia 1: Crear distancia  

Bienvenidos a la lecció n nú mero dos donde vamos a explorar la evasió n como una de las
estrategias para gestionar la adversidad.

Para introducir el concepto de la evasió n, consiste en crear distancia entre tú y cualquier
objeto o persona que pueda ser un detonante de tus emociones negativas o estados a lictivos.
La distancia, por supuesto, no resuelve el problema, pero sı́ nos permite tener el espacio y el
tiempo para crecer, madurar y fortalecernos para poder afrontar ese reto en el futuro con
má s posibilidad de é xito.

Con evasió n queremos decir evitar ; es una estrategia preventiva donde tratamos de identi icar
las cosas y las personas que pueden causarnos dañ o, no necesariamente porque sean
dañ inas, sino porque son provocativas o nos provocan, y evitar el contacto o alejarnos de esos
factores.

Empezamos. El primer consejo relacionado con esta estrategia de evasió n es “empieza


simpli icando tu vida”. Reduce el nú mero de proyectos a un nú mero má s manejable, reduce el
nú mero de interacciones que no sean signi icativas y reduce la informació n o la estimulació n
que consumes a un nú mero má s razonable. Es decir, antes de identi icar esos aspectos má s
problemá ticos es importante empezar reduciendo el volumen.

Hoy en dı́a la vida está demasiado llena de actividades, de proyectos, de personas, de


comunicaciones, de interacciones. Y eso es difı́cil de gestionar. No estamos acostumbrados, no
hemos evolucionado para este bombardeo informá tico en el que estamos viviendo. Y si
queremos tener má s paz y espacio para aumentar esas cualidades personales tenemos que
simpli icar nuestra vida a todo nivel: reducir actividades, tener menos amigos pero mejores
amigos y tener má s control de la estimulació n –lo que vemos por televisió n, por el telé fono, el
ordenador y demá s–. Un consejo muy prá ctico, pero a la vez muy efectivo, muy valioso.

Ahora sı́. Una vez que hemos simpli icado, reducido el volumen de proyectos, interacciones,
relaciones… pasamos al tercer punto que es identi icar los detonantes y alejarnos de ellos.
Identi ica primero qué actividades o qué patrones son dañ inos, hasta puedes hacerlo como un
ejercicio en un cuaderno al acabar el dı́a para reconocer algunas veces los patrones que no

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detectamos en el dı́a a dı́a, costumbres, há bitos que está n tan arraigados que mandan o
gobiernan en nosotros, por lo que es muy importante detectarlos.

Y tambié n actividades que a lo mejor hacemos con amistades, sin darnos cuenta, pero de ahı́
nos encontramos encauzados en una vı́a que nos lleva a enfadarnos o nos lleva a frustrarnos
o nos lleva a tener ansiedad o estré s. Entonces, hay que tener mucho cuidado.

Por ejemplo, hoy en dı́a, en Españ a está n apareciendo cada vez má s casas de juego. Entonces
inocentemente tú puedes compartir salir con unos amigos, acompañ arlos a esta casa de juego
y ver có mo ellos apuestan. Y sin darte cuenta tú te vas a involucrar en esas apuestas; y eso
crea ansiedad, hasta miedo… y es una adicció n muy, muy peligrosa que cuesta mucho
erradicar.

El segundo punto es identi icar objetos que son provocativos. Sabemos… y el ejemplo es muy
simple de entender, qué es la adicció n quı́mica. Si, por ejemplo, has dejado de fumar es
importante minimizar el contacto con fumadores porque, sin querer, si te sientas en su mesa y
está n fumando y ves los cigarros, el pitillo, sin darte cuenta vas a empezar a fumar. Algo tan
simple como eso.

O algo tan simple como la dieta, que empieza cuando está s en el supermercado, cuando está s
en Mercadona. No empieza cuando abres la nevera, la nevera es muy tarde. Entonces, si tienes
ahı́ a mano, a un metro, algo que puede causar dañ o para tu salud es muy probable que cause
dañ o. Es decir, tienes que tener cuidado de no traer ese alimento, esa comida dañ ina o esa
bebida alcohó lica a tu casa si no la puedes… si no puedes tener una relació n sana con ella.

Hoy debemos señ alar los mó viles. Los mó viles, hoy en dı́a, no solo a la juventud, sino a las
personas mayores está n creá ndoles una variedad de problemas. No solo ocupa el tiempo,
gasta el tiempo, sino que transforma la manera en que opera nuestro cerebro, la manera en
que buscamos grati icació n inmediata y activa muchı́simo las emociones má s bajas. Por lo
tanto, tenemos que regular nuestro contacto, nuestro acceso al telé fono, a Internet. Ası́ pues,
organiza tu vida para asegurar que un porcentaje del dı́a, a lo mejor 12 horas –desde las 9 de
la noche a las 9 de la mañ ana– no tienes acceso al telé fono, es decir, no está ahı́, al lado de tu
cama, no está en la mesita de noche, enchufado con el wi i puesto porque ahı́, la má s mı́nima
provocació n, solo tienes que mover tu dedo 15 centı́metros y ya está s en una fantası́a, en otra
realidad. Por tanto, tenemos que regularlo.

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Identi ica tambié n las personas que contribuyen a un estado tó xico. Es decir, tenemos que
tener cuidado con quié n nos asociamos. Hasta no estar completamente fortalecidos y tener un
estado de á nimo completamente bajo nuestro control, tenemos que elegir con mucho cuidado
con quié n y por cuá nto tiempo nos asociamos.

Hay personas que, a lo mejor, no son tó xicas para otro, pero para nosotros sı́. Provoca la ira o
provoca el deseo o provoca la envidia o lo que sea… entonces, es mejor crear distancia entre
tú y esa persona, que no es mala en sı́, pero por la relació n, por el contacto contigo provoca
esos estados tó xicos.

El consejo es muy simple: “Alé jate de esas personas que activan las emociones negativas
dentro de ti y alé jate de situaciones y objetos que impulsan esos estados tó xicos, no
eternamente, solo hasta que te fortalezcas”. Y esto es algo muy prá ctico que emplean todos los
meditadores cuando van al retiro –la palabra retiro en castellano coincide perfectamente–; se
retiran fı́sicamente de actividades, se retiran verbalmente de hablar, se retiran mentalmente
de todos los pensamientos y todos los objetos ajenos a esa meditació n, a ese retiro.

Retiro consiste en aislarnos fı́sicamente, verbalmente y mentalmente de todo lo que pueda


competir con el estado que estamos tratando de cultivar, todo lo que pueda distraernos o
diluir nuestra energı́a vital.

Y aunque no estemos en un retiro formal de meditació n –de 10 dı́as, un mes o de lo que sea–
tenemos que empezar a cuidar mejor de nosotros y alejarnos de situaciones, personas,
objetos y há bitos que puedan ser dañ inos o producir dañ o y toxicidad dentro de nosotros.

Y para concluir esta lecció n: dos herramientas muy prá cticas para ayudar a mitigar la
adversidad de esta primera postura de la evasió n. La primera es cortar la mente discursiva
poniendo tu atenció n en la respiració n. Es bueno entrenarlo en el laboratorio de tu prá ctica
diaria, en el cojı́n. Y eso te va a dar la fortaleza y la costumbre para tener esa herramienta a
mano a tu disposició n para implementarla en el dı́a a dı́a… cuando esté s en el trabajo –en la
o icina–, cuando esté s interactuando con los suegros, cuando esté s recibiendo una noticia
amarga de polı́ticos corruptos… sea lo que sea lo que te active emocionalmente, tienes ya en
tu bolsillo esa herramienta que has a inado. Y la puedes sacar. Y de esa manera puedes
regular tu atenció n, en vez de estar saltando, siendo provocada, reaccionando fuera de
control, ahora, nosotros elegimos en qué nos enfocamos.

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Y para empezar ese equilibrio, esa regulació n de la atenció n, elegimos el objeto má s neutral
que es la respiració n. Y al inal, a lo mejor, os acompañ o en una meditació n guiada para dar un
ejemplo de có mo puede ser esa prá ctica formal y eso nos da pistas de có mo introducirla en la
vida diaria.

Entonces, si la situació n es muy grave es mejor caminar, alejarte fı́sicamente de esa o icina, de
esa sala, ir al cuarto de bañ o o al jardı́n y estar un par de minutos contigo mismo respirando;
siempre estamos respirando pero, en este caso, lo hacemos de forma consciente, invertimos
toda nuestra energı́a y atenció n en conectarnos ı́ntimamente con la respiració n, empezando
por la respiració n burda en el cuerpo, sentir el cuerpo moverse con cada respiració n, los
pulmones hincharse, el diafragma extenderse, el lujo del aire… Está toda nuestra energı́a,
toda nuestra atenció n, interé s conectado, presenciando la respiració n.

Eso ayuda a no atender al referente de nuestra emoció n negativa. Porque el problema no es la


emoció n, el problema es el combustible del fuego. El fuego se apaga muy rá pido si no tiene
leñ a. Por tanto, si no estamos pensando en esas palabras, en esa crı́tica, si no estamos
recordando la acció n de esa persona o esa noticia negativa, entonces no hay leñ a para el
fuego, la emoció n se diluye y se evapora. No hay esa mente discursiva que se apodera de
nosotros y nos traslada al pasado o nos proyecta al futuro… Simplemente adueñ á ndonos del
presente a travé s del vehı́culo de la respiració n.

Si surgen pensamientos, si surgen memorias, si surgen imá genes, si surgen incluso ruidos,
sonidos fuera de ti, tu ú nica tarea, tu ú nica misió n es regresar. Haz que tu atenció n, tu energı́a,
tu interé s regrese a percibir la dimensió n tá ctil de la respiració n. Tanto es ası́ que, poco a
poco, a medida que te adiestras, dejas de pensar que está s respirando, de pensar que está s
concentrá ndote en la respiració n y solo habitas esa realidad tá ctil de la respiració n en el
cuerpo.

Hay muchas variantes en esta prá ctica y es muy poderosa. La respiració n está
interrelacionada con la energı́a del cuerpo y tambié n con los pensamientos y la distracció n.
Ası́ que en la medida que podamos recuperar el estado natural de la respiració n en el cuerpo,
tambié n se regulan las energı́as y se regula la mente discursiva.

Y la segunda estrategia es desarrollar la aceptació n hacia la sorpresa del presente incó modo.
Esta primera estrategia de la evasió n incluye tambié n la aceptació n; es decir, acostumbrarnos,
entrenarnos a descubrir cada instante el presente sin la necesidad de estar compará ndolo a lo

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que debe ser. Tener una nueva modalidad donde nos acostumbramos a vivir el cambio para
que el cambio no nos sorprenda, no nos encuentre distraı́dos o no nos encuentre resistentes.
Por tanto, en esta segunda modalidad nos ajustamos a la ley el cambio donde aceptamos que
todo está en movimiento, que todo es transitorio y que en gran parte no depende de nosotros.
Y eso es buena noticia, eso nos dice que la realidad está llena de posibilidades. Todo puede
cambiar, por lo tanto, todo puede mejorar. Muchas gracias.

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Estrategia 2: Integrar la adversidad  

Bienvenidos a la lecció n nú mero tres donde nos enfocamos en la segunda estrategia.
Integración como estrategia ante la adversidad.

Como introducció n a la integració n queremos decir que la integració n es el arte de encontrar


bene icio en la adversidad. Ahora, en esta segunda estrategia, no evitamos lo inevitable, sino
que tratamos de aprovechar, de rescatar algo de una situació n que, normalmente, solo
consideramos un desastre, solo la consideramos algo negativo, algo que nos perjudica.

Entonces, naturalmente, la primera cosa que tenemos que cambiar en nuestra mente es la
actitud que rechaza la adversidad como algo exclusivamente negativo.

La adversidad simplemente la tenemos que ver como un reto, algo que tenemos que encarar
correctamente para encontrar bene icio. Y si la encaramos bien descubrimos que la
adversidad es una fuente de oportunidades para aprender y crecer. Por tanto, con integració n
queremos decir integrar esa di icultad, esa adversidad en el camino de desarrollo personal. Es
decir, có mo esta di icultad puede favorecerme en mi desarrollo personal, có mo puede
ayudarme a madurar y crecer, qué puedo rescatar de ello.

El primer consejo que se nos da es “desarrolla una actitud positiva hacia la adversidad
descubriendo que es fé rtil”, es decir, que en esencia no es mala.

Y aquı́ pasa algo muy interesante. Si desarrollamos esta actitud correcta, que las cosas no
vienen horneadas, que siguen siendo arcilla y las podemos remodelar a nuestra conveniencia,
entonces aparece mucha creatividad. La imaginació n, la creatividad surge cuando soltamos
esta ú nica, rı́gida manera de ver una situació n, una persona, una di icultad, un reto en nuestra
vida.

Siempre me ha quedado una frase de uno de mis maestros. Es uno de los lemas que empleo. Y
lo dijo de una manera muy simple: “Pase lo que pase, tú tienes que ganar”. Y no lo dijo en el
sentido competitivo de que tienes que vencer o superar a tus compañ eros, que tienes que
conquistar la cima, que tienes que ser exitoso en el mundo. Lo dijo en el sentido de que, pase
lo que pase en tu vida, tú tienes que salir de esa situació n mejorado. Tienes que encontrar

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provecho en todo lo que pasa tu vida, en las cosas buenas, en las cosas malas y en lo demá s,
en lo que es cotidiano, en lo que es normal, en lo que es previsible.

Los grandes maestros, los grandes yoguis o practicantes son las personas que no
desperdician oportunidades. Ellos viven una vida muy rica donde, hasta los má s simples
detalles, son una mina de joyas donde pueden extraer y descubrir enseñ anzas; descubrir
cosas de ellos, descubrir cosas de la vida, descubrir cosas del desarrollo espiritual.

Algo muy simple que nos dijo una vez su santidad el Dalai Lama. Dijo: “De la misma manera
que un mendigo no es un obstá culo a la generosidad –es decir, si hay personas pobres–, eso
posibilita la generosidad”. Puedes ser generoso cuando hay personas necesitadas. Y dijo: “De
la misma manera una persona irritante no es un obstá culo a la paciencia, sino que es alguien
que te permite desarrollar la paciencia”.

La paciencia es una de las seis virtudes vitales, claves de lo que se llama el camino majayana , el
camino al despertar. Es la virtud, en mayú scula, porque supera la mayorı́a de las a licciones o
estados emocionales negativos, particularmente toda la gama de la aversió n, de la ira, del
enfado. Por tanto, es una cualidad que, sı́ o sı́, hay que desarrollar conscientemente, no viene
de fá brica. Tenemos que trabajarla. Y solo se puede trabajar cuando hay algo de fricció n, algo
de resistencia, algo que nos inquieta, que nos incomoda, algo que nos irrita, alguien que nos
pone en jaque. Y en vez de ver a esa persona como un agresor, como el malo de la pelı́cula,
descubrimos que ahı́ fuera hay simplemente una tormenta, simplemente una tormenta que
nos está salpicando, que nos está mojando. Por tanto, no atribuirle tanta intencionalidad
porque si empatizamos con esa persona descubrimos que hay mucho caos, mucho desorden,
mucho autoodio incluso… y nos enfocamos desde nuestra perspectiva ¿qué lecció n podemos
extraer de esto? Es decir, có mo comprender mejor los estados negativos, la ignorancia, el
miedo, el aferramiento. Y có mo desarrollar en nosotros má s fortaleza, má s tolerancia, má s
paz.

Esto no quiere decir, por supuesto, que debemos caer en el extremo de la pasividad, dejar que
las personas se aprovechen de nosotros, tolerar abusos. No queremos eso. Eso no es
paciencia. Tenemos que lidiar con la situació n real y cuando sea necesario, llamar a la policı́a o
llamar al abogado o llamar la atenció n a alguien o ignorar a alguien o lo que sea. Aquı́ no
estamos hablando el aspecto logı́stico –como lidiar ahı́ fuera en el mundo–, aquı́ estamos
hablando de có mo lidiar con nuestra reacció n interna. Por tanto, nada de lo que pase allá

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fuera –por muy inquietante que sea– debe inquietarnos dentro, debe robar nuestra paz.

Cuando decimos paciencia , estamos hablando de desarrollar una cualidad interna, un estado
espiritual, podemos decir, una virtud que es permanecer en paz, en equilibrio,
independientemente de lo que esté aconteciendo ahı́ fuera. Y esa paz y ese equilibrio nace, es
el resultado de la aceptació n. Hay que re lexionar realmente sobre este té rmino. Una cosa es
lo que quieres, y otra cosa es lo que es. Una cosa es lo que esperabas –có mo deberı́a tratarte
la gente–, y otra cosa es có mo te tratan.

Debemos tener expectativas. Estamos aquı́ reunidos hoy por expectativas. Debemos tener
metas a corto y a largo plazo, hacer planes… ningú n problema. Pero hacerlo de tal manera
que nuestra felicidad no dependa de esos resultados. Es decir, estamos encaminados, dirigidos
en una direcció n, estamos tratando de estructurar nuestra vida y gestionarla lo mejor posible,
pero no vamos a esperar a ser felices. No vamos a apostar nuestra felicidad en ese logro, en
esa conquista, en ese resultado, en ese objetivo… ya la estamos viviendo hoy, ya estamos
disfrutando de nuestra vida hoy. Y todo lo que pueda surgir es simplemente un plus, nuestra
felicidad no depende de ello. No estamos aferrados, no hemos cosi icado, no nos hemos
identi icado cosi icando ese resultado.

Si hay una expectativa cristalizada, cosi icada donde nuestra felicidad está apostada en ello,
entonces puede pasar una de dos cosas. Nos enfadamos cuando alguien corta nuestro acceso
a ese resultado, lo impide; o cuando alguien introduce otro resultado, otra realidad. El enfado,
la irritació n, la ira viene cuando alguien interrumpe eso que nosotros queremos conquistar; o
desarrolla lo opuesto. Quiere decir que hay una dependencia dentro de nosotros.

Y aceptació n quiere decir vivir de una manera má s luida, de una manera má s libre donde no
solo reconocemos el cambio –que todo está en transició n–, sino que reconocemos que cada
instante es má gico. Y es bello en lo que es.

Por tanto, debemos apuntar la lecha hacia la diana –elegir el futuro que queremos–, pero una
vez que soltamos esa lecha, tenemos que soltar tambié n nuestra esperanza, nuestro
aferramiento y simplemente ser optimistas, sin esperar que algo concreto suceda. Y eso nos
permite tolerar la sorpresa, ver que cuando alguien pone en jaque nuestros planes, choca con
nuestros planes, no hace lo justo, lo correcto, lo debido, no se sabe situar… no nos inquieta
dentro. Simplemente es una cuestió n logı́stica. Está lloviendo, abro el paraguas; esta persona

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vino tarde a la reunió n, la extendemos un poco má s o la cambiamos a otro dı́a. Es
simplemente algo logı́stico, algo prá ctico. Nuestro valor, nuestra dignidad, nuestra felicidad no
está dañ ada, no se encuentra en jaque.

Por favor, re lexionad sobre la aceptació n, qué signi ica realmente y tratad de ponerlo en
prá ctica estos pró ximos dı́as. Cuando algo inesperado surja, cuando algo contrario a lo que
esperabas surja, observa có mo reaccionas, esa leve irritació n, un cosquilleo que va surgiendo
dentro y nuestra insistencia en continuar con nuestra perspectiva: “¡No!, ¡debe ser ası́!, ¡hoy
no puede haber trá ico!”, “¡no, no me debe tratar ası́!!, “¡esto no debe pasar ası́!”. Nota que
cuando percibimos el cambio no lo reconocemos, no lo aceptamos e insistimos en nuestra
versió n y có mo eso crea frustració n. Y en ese campo de frustració n cualquier chispa crea un
fuego, cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier crı́tica, hasta una mirada torcida puede
provocarnos y enojarnos, enfadarnos.

Por supuesto, cada una de estas estrategias, la evasió n, en este caso integració n, tiene muchas
diferentes prá cticas asociadas; aquı́ estamos simplemente introduciendo, dando una pista de
una de ellas. Muchas gracias.

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Florecer en la tormenta
Estrategia 3: Transmutación   

Bienvenidos a la lecció n nú mero cuatro donde desarrollamos la estrategia de la


transmutació n para gestionar mejor la adversidad, la tercera estrategia.

Para introducirlo, con transmutación queremos decir darle la vuelta a la tortilla. Lo que
normalmente consideramos algo desagradable, amargo, algo negativo, ahora lo vamos a ver
como algo favorable. En la lecció n anterior tratamos de rescatar algo positivo para nuestro
entrenamiento; a este nivel no hay que rescatar nada, todo es favorable, todo es positivo.
Vamos a verlo de una manera muy sucinta, y si está is interesados lo podré is explorar con má s
detalle en otros cursos.

A este nivel tenemos que reconocer que, sı́ o sı́, nada está horneado, esta taza no está
horneada, sigue siendo arcilla. Tenemos que reconocer que todo es remoldeable, que todo se
puede construir desde su estado base a nuestra necesidad, es decir, para mejorarnos y
favorecernos.

Vamos a hablar de un ejemplo muy, muy simple. Cuando alguien, de repente, nos critica
pú blicamente; o desarrolla un rumor de nosotros que es completamente erró neo, comparte
un rumor; o alguien que está exagerando un error que tuvimos, alguien que a lo mejor está
compitiendo con nosotros en la empresa, quiere nuestro puesto o está compitiendo para el
nuevo puesto y quiere hacernos quedar mal, y entonces exagera o hace pú blico un error, una
falta que nosotros hemos cometido… y eso nos hace naturalmente pasar mucha vergü enza,
vergü enza personal, vergü enza tambié n con los conocidos, a lo mejor con la familia o
compañ eros de trabajo, segú n sea el caso.

Ahora, si lo vemos de una manera plenamente positiva, esto es una bendició n –dicen los
maestros– porque el problema principal en nuestra vida es el orgullo. Casi toda la negatividad
y el sufrimiento en nuestra vida vienen de una exagerada importancia al yo, cuando nosotros
creemos que somos má s importantes, má s merecedores que los demá s. A lo mejor no lo
verbalizamos, pero nuestro enfoque es tal que estamos obsesionados con nuestro bienestar.
Vemos el mundo como si nosotros fué ramos su ombligo y estuvié ramos en el centro del
universo; todo tiene que ver con nosotros y nosotros somos la referencia de todo lo que
acontece.

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Y esa obsesió n con nuestro bienestar, con nuestra visió n, con nuestro punto de vista, con
nuestra perspectiva nos hace descuidar las necesidades legı́timas de otros seres, que ellos al
igual que nosotros merecen y necesitan ser felices; y eso nos hace actuar de una manera poco
respetuosa hacia los demá s: hablamos muchas veces de personas que no está n presentes; no
les damos toda la atenció n y cariñ o cuando hablan con nosotros; no hacemos todo lo posible
por compartir, incluso con las personas que má s queremos, los amigos, familiares, pareja y
demá s.

Por tanto, estamos muy lejos de vivir nuestra plenitud, de ser nuestra mejor versió n. Y el
obstá culo es el orgullo que causa el egocentrismo, esta energı́a nerviosa, el miedo –podemos
decir– del ego. Y eso nos hace ser muy reactivos; todo lo que surge nos provoca
emocionalmente.

Y que alguien nos pinche el globo, nos haga hacer el ridı́culo o pasar vergü enza pú blicamente
es lo mejor que pudiera estar pasando. Es decir, en ese momento es trá gico, pero si podemos
pensar, si tenemos la madurez y pensamos un poquito a largo plazo, es una gran ventaja.
Nosotros solos no podrı́amos darle al ego en la cabeza, tuvo que venir el martillo de fuera. Y
gracias a ello, ahora vamos a ser menos arrogantes, vamos a ser menos emocionales, vamos a
cuidar má s y a atender má s a los demá s, vamos a saber medirnos mejor, vamos a tener má s
conciencia de lo que decimos pú blicamente y saber situarnos mejor. Por tanto, es una gran
ventaja. Ese momento de vergü enza que, a lo mejor, solo tomó unos segundos, ha prevenido
añ os de peleas, de lucha, de ansiedad, de falta de sueñ o, de estré s, incluso enfermedades
fı́sicas… entonces, es muy valioso.

Aunque os parezca un poco extrañ o, los grandes lamas tibetanos dicen que no hay mejor cura
para el karma negativo que la vergü enza, pasar un poco de vergü enza es algo muy sanador
porque desin la el orgullo.

No vamos a buscarlo a propó sito, pero cuando una persona torpe, que incluso puede ser un
niñ o, no es nuestro enemigo en el trabajo, simplemente un niñ o travieso de cinco añ os que
dice una barbaridad en esa reunió n familiar que te hace pasar mucha vergü enza… ¡eso es
fantá stico! Lo vemos como un regalo del cielo que nos ajusta y nos pone los pies irmes en el
suelo.

Por tanto, tenemos que tener un poco de valentı́a para trabajar con esta tercera estrategia o
familia de estrategias de la transmutació n, donde apenas surja algo inquietante, algo

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incó modo tenemos que instantá neamente verlo como un premio. “Este es el re lejo de mi
estado ká rmico, de mi conciencia; esto es medicina dosi icada a mis necesidades. Tiene un
sabor un tanto amargo porque no estoy acostumbrado, pero esto es medicina, esto me va a
sanar. Y lo recibo con mucho aprecio, como si fuera un regalo”. Esa es la tercera estrategia.
Muchas gracias.

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Florecer en la tormenta
Estrategia 4: Percepción de la realidad  

Bienvenidos a la lecció n nú mero cinco donde exploramos la percepció n –de la realidad– como
estrategia para la adversidad.

Para introducir el tema, primero tenemos que aclarar que hay dos niveles. A nivel relativo, la
adversidad se trabaja recontextualizando, cambiando el marco de lo que estamos percibiendo;
y a nivel absoluto, tratamos de trascender las formas y los conceptos para llegar a una
realidad que está má s allá de todo referente, de todo nombre, de toda historia, de toda
persona… y tratamos de vivir su esencia atemporal.

Ahora, a ese nivel se requiere desarrollo de una prá ctica profunda de vipassana donde
tenemos –por lo menos a nivel teó rico– acceso a esa verdad ú ltima. Y para darnos una idea,
tener una herramienta prá ctica con la que trabajar, vamos a hablar del primer aspecto que es
la percepció n relativa.

Vamos a describirlo como el arte del reencuadre, es decir, vamos a desarrollar un nuevo
cuadro que pueda permitirnos apreciar la realidad desde otra perspectiva má s ventajosa.
Primero aclarar, si tú no eliges el cuadro para tu vida, el pasado elige por ti. Es decir, si tú no
está s activamente tratando de encuadrar la realidad para verla de la manera má s ventajosa,
tus patrones, tu condicionamiento, tus antepasados, tu tribu va a aportar ese cuadro antiguo,
que muchas veces no coincide con tus necesidades, con lo que es ventajoso para ti; muchas
veces ya ha caducado.

El reencuadre consiste en cambiar el marco de la experiencia para acentuar el aspecto má s


positivo y ventajoso… una manera de hacerlo. Ahora mismo, a lo mejor, en el peor momento
de tu vida, cuando tu pareja fracasa, cuando tu negocio va en bancarrota, cuando descubres
una enfermedad, tienes un diagnó stico… desde otra perspectiva, desde otro marco, tu vida es
un milagro. Y hay millones y millones de personas, hoy en dı́a, orando dı́a y noche para tener
tus problemas. Tus problemas para ellas es el milagro, es el paraı́so porque ellas está n
sobreviviendo, no saben qué van a comer el pró ximo dı́a, no saben qué le va a pasar a su
familia el pró ximo dı́a, está n viviendo de un dı́a al otro un estado de supervivencia. Por tanto,
eso es muy importante.

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Hoy en dı́a estuve escuchando a una amiga que está a punto de perder un apartamento que
tenı́a alquilado. Tiene un apartamento alquilado por 2000 €. Y vive de esos 2000 € alquilando
una vivienda mucho má s econó mica y esos 2000 € le da para todo: para esa vivienda, para
comer, para viajar, para pagar el coche, incluso tener algo de ahorros. Pero, por un tema legal,
de repente, ese alquiler ahora se va a reducir a la mitad. Y desde su perspectiva, desde su
marco, su vida se viene abajo porque ahora no tiene el dinero con el que contaba. Pero, desde
otro marco, sigue siendo muy afortunada teniendo 1000 € gratis, que vienen en un sobre
todos los meses sin tener que mover una pluma.

Algunas veces nos acostumbramos a algo, asumimos que algo es y debe ser siempre, que es
nuestro derecho absoluto, y cuando cambia ligeramente, lo sufrimos como desgracia, aunque
las cosas sigan siendo buenas.

Tengo otro ejemplo de una señ ora que estaba encamada, una señ ora muy mayor –en Nueva
York– que estaba muy enfermita y tenı́a que estar en cama todo el dı́a. De una familia bastante
adinerada y tenı́a… no solo la cuidaba su familia –que era muy atenta–, sino que tambié n tenı́a
enfermeras en casa cuidá ndole. Pero tenı́a un apartamento con un ventanal muy grande que
daba hacia el Parque Central –Central Park–, ese parque grande que hay en Manhattan. Y
coincidı́a que su ventana daba hacia uno de los parques de niñ os, con juegos de niñ os que hay
allı́. Y veı́a a menudo a los niñ os jugar, los padres los traı́an para andar en las hamacas, para
correr, dar saltos… Y yo fui un dı́a a visitarla –cuando era muy joven– con uno de mis lamas, y
ella nos contó su tristeza de que al ver a esos niñ os saltar y correr, al verlos gritar y reı́r le
recordaban lo enferma que estaba, lo incapacitada que estaba, lo encamada que estaba, que
ella nunca iba a poder caminar otra vez. Y cuanto má s veı́a a los niñ os disfrutar, má s triste
estaba ella de no poder caminar, no poder saltar. Y en ese momento, en ese instante, el lama
con quien estaba dijo algo, ası́, muy valiente, de repente. Le dijo: “Pues tienes que pensar al
revé s; cada vez que veas a los niñ os jugar y saltar, piensa '¡qué bueno que ellos no está n
enfermos como yo!, ¡qué maravilloso que ellos puedan caminar, que puedan correr y jugar!,
¡qué bello es ver la juventud en el mundo, los niñ os disfrutar con su inocencia!'”. Eso es muy
importante porque la depresió n, muchas veces, es una forma de egocentrismo donde
estamos, de una manera obsesionada, enfocá ndonos en nuestro fracaso, en lo que no
conseguimos, en lo que nos falta, en lo trá gica y miserable que es nuestra existencia.

Pero si lo encuadramos de otra manera, vemos que el mundo sigue siendo bello, lleno de
oportunidades y que hay muchas personas con felicidad, disfrutando de todos los aspectos de

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la vida. Y si lo hacemos bien descubrimos que la felicidad no tiene dueñ o; de la misma manera
que el dolor no tiene dueñ o, la alegrı́a tampoco. Si nosotros nos regocijamos, festejamos el
é xito de los demá s, festejamos la salud de los demá s, festejamos la felicidad de los demá s…
nosotros podemos disfrutar de esa felicidad tambié n, podemos compartir tambié n su alegrı́a.
Es vá lido, no es solo positivismo; no tiene dueñ o.

Por tanto, tenemos que cuestionar el marco, el prisma por el cual estamos viendo la realidad y
replantearlo, reencuadrar nuestra perspectiva de tal manera que veamos el lado de la
realidad que nos empodera a caminar hacia delante, a disfrutar de la vida y a crecer y
madurar.

Queridos amigos, para concluir os recuerdo que en este pequeñ o curso hemos visto una
introducció n a cuatro estrategias para lidiar con la adversidad. La adversidad son esos
momentos difı́ciles, esos retos que afrontamos en nuestra vida, que dependen, por supuesto,
de una situació n exigente allá fuera en el mundo, tambié n depende de nuestro estado, pero
tambié n depende de có mo lo gestionamos, có mo nos relacionamos con esa situació n, esa
di icultad, ese reto.

Aquı́ compartimos simplemente una pista, una introducció n muy breve a cuatro estrategias. Y
cada una de ellas tiene asociadas muchas prá cticas, muchas maneras de encarar la adversidad
que podé is explorar en el futuro.

A continuació n, tenemos una meditació n que, aunque es una meditació n formal para hacer en
el cojı́n todos los dı́as –empezar a entrenar nuestra atenció n plena–, vamos a ver que esa
prá ctica –que podemos hacer todos los dı́as media hora– nos va a ayudar a desarrollar má s
consciencia y má s mindfulness, má s atenció n plena durante todo el dı́a, en todas nuestras
interacciones, para poder poner en prá ctica, de una manera má s realista, estas cuatro
estrategias. Muchas gracias.

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Florecer en la tormenta
Calma y lucidez  

Ahora, entre todas esas enseñ anzas, lo má s importante es lo que los tibetanos llaman Menak ,
que son instrucciones esenciales, que por una parte es el Dharma destilado. Si tuvieras que
concentrar todos esos volú menes, esas escrituras en una frase, en una fó rmula, serı́a el
Menak; pero no solo es la concentració n de la esencia de lo que es la espiritualidad o la
transformació n personal, sino que atiende los puntos vitales de la prá ctica, lo que, sı́ o sı́, hay
que desarrollar para dar un salto evolutivo, para realmente transformar quié nes somos. Muy
importante.

En el budismo tibetano se hace esa distinció n. Esta es la tradició n de las escrituras, la tradició n
de la ilosofı́a, la tradició n del Abhidharma o de la metafı́sica, esta es la tradició n moná stica de
la conducta… Y despué s, aparte de todo eso, está la tradició n oral del Menak o las
instrucciones esenciales, las instrucciones vitales.

Entonces, EMI –entrenamiento mental integral–, su fuente es esta enseñ anza oral de los
grandes meditadores, de los grandes yoguis que han destilado, de alguna manera, cristalizado
los puntos vitales de la transformació n, del desarrollo personal, de la prá ctica espiritual.

Y si no tienes lo demá s, si no tienes ilosofı́a, si no tienes psicologı́a, si no tienes las enseñ anzas
de conducta, si no sabes de las té cnicas esoté ricas, si no… pero tienes esto, si tienes estas
instrucciones esenciales, este Menak, los puntos claves del desarrollo espiritual, tienes el
noventa y cinco por ciento del camino. A nivel de cambio, de ser efectivo en nosotros, tienes
todo lo que necesitas para trabajar una vida y transformar quié n eres. Por eso los maestros
tibetanos le dan tanta importancia a esta tradició n de Menak, esta tradició n oral donde se
tiene que dar de una persona a otra. Esto no se puede leer porque caduca muy pronto. Se
tiene que actualizar en cada generació n porque no se trata de una fó rmula má gica como un
mantra, aquı́ tenemos que transmitir la esencia, las claves del desarrollo personal o el
desarrollo espiritual.

Y de esta tradició n oral del Menak, o las instrucciones vitales, esenciales, las claves, la que se
destacó en el Tı́bet fue el Loyong , que traducido de una manera breve es transformación
mental o entrenamiento mental –como tenemos aquı́–, entrenamiento mental integral.

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Y de todas esas enseñ anzas, manuales de meditació n, instrucciones vitales, la má s importante,
la má s famosa por su efectividad a travé s de los siglos, se conoce como Loyong Donduma,
Adiestramiento Mental en Siete Puntos , que es la fuente principal de este programa de
transformació n, de EMI integral.

Por lo tanto, si solo tuvieras la oportunidad de elegir una enseñ anza, si solo pudieras… por tu
karma, por tu mé rito, o lo que sea, la oportunidad de elegir, de recibir una enseñ anza… esta es
la má s provechosa porque todo lo que recibas lo vas a poder aplicar. Hay poco que se quede
coleccionando polvo en la biblioteca, hay poco que se quede ahı́ coleccionando polvo en el
estante. Todo se puede implementar en tu vida, todo se puede utilizar para crecer, madurar y
transformar tu ser.

Y hace mucho tiempo que estoy deseando compartir esta enseñ anza con vosotros. Es la
enseñ anza que má s aprecian –no solo los tibetanos– mis maestros particulares, en los que
má s con ianza tengo, es en la que má s me han animado a invertir mi energı́a vital. Y, por lo
tanto, es lo má s importante que puedo compartir con vosotros.

Todo lo demá s ayuda. Realmente hay que tener una educació n muy amplia del Dharma, cuanta
má s, mejor… ilosofı́a, lo que llamamos el Abhidharma, la metafı́sica, la psicologı́a interna, hay
que saber historia, hay que saber todas las normas y los có digos é ticos, los rituales… todo eso
tiene su valor y su importancia. Pero entre todo ello no hay manera de destacar, no hay
manera de comparar el impacto que puede tener EMI, el entrenamiento mental dentro de ti,
dentro de tu corazó n, dentro de tu mente, dentro de tu desarrollo personal.

Estoy muy contento de poder ofrecerlo despué s de tanto tiempo. Creo que llegamos a un
momento donde somos buenos candidatos para EMI. Hay cierto despertar de conciencia,
nuestra mente es fé rtil y esta semilla puede germinar en nosotros.

Ese es el primer punto, la fuente, o sea, el contenido, la esencia de EMI, de dó nde viene.

Y el segundo, el poder que tiene esta fó rmula de formació n o entrenamiento, es la estrategia
que usa. La estrategia es incluir simultá neamente siete aspectos. Y eso crea una sinergia muy
importante que multiplica nuestro empeñ o, nuestro trabajo.

No vamos a meditar de una manera aislada, vamos a integrar la meditació n con re lexiones,
con una cosmovisió n para cada semana, con una manera de integrarlo en nuestra vida diaria,
una manera de afrontar di icultades y adversidad, una manera de evaluar nuestro progreso y

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una conducta para que nuestro comportamiento esté en armonı́a con los estudios, con las
re lexiones, con las meditaciones y con nuestra vida.

Todo eso junto es mucho má s poderoso que aislado. Cuando todos los aspectos de nuestra
vida está n en armonı́a y todos reman en la misma direcció n se crea una sinergia, se multiplica
el poder de nuestro estudio y nuestra prá ctica.

Ese es el segundo aspecto que hace este manual de meditació n o esta fó rmula de
entrenamiento y desarrollo espiritual mucho má s e icaz que otras porque no nos entrenamos
en aislamiento, sino que incorporamos todo nuestro ser.

El ú ltimo es el escenario. EMI abarca diferentes aspectos de tu vida de una manera inclusiva.
Es decir, no estamos entrenando nuestra mente en el cojı́n, estamos tratando de aprovechar
toda nuestra vida: interacciones personales, nuestra vida familiar, nuestra vida laboral, lo que
hacemos cuando comemos… todo, de alguna manera, tiene que formar parte de este
entrenamiento. Y eso hace que tambié n nuestras labores se multipliquen. Una cosa es tratar
de cambiar tu mentalidad, cambiar tu actitud, cambiar tus emociones media hora al dı́a en el
cojı́n; y otra es cuando toda tu vida está de alguna manera participando, cuando cada
momento de tu vida está s participando en ese entrenamiento. Entonces, la prá ctica formal se
introduce en tu vida cotidiana y en tu vida diaria tambié n aumenta la prá ctica formal; y
cuando te sientas a meditar al dı́a siguiente ya tienes la mitad del trabajo hecho.

Estas tres razones son las que hacen que EMI sea muy poderoso. Tanto es ası́ que, de todas las
propuestas que habı́a en el antiguo Tı́bet, esta es la que ganó , la que ganó en el sentido de la
que fue má s popular, la que los maestros transmitı́an a sus estudiantes má s queridos, de má s
con ianza.

Aquı́ vamos a desarrollar EMI en cuatro mó dulos, ası́ cada uno tiene su enfoque.

El primer mó dulo –como estamos viendo en esta pá gina nú mero uno– se enfoca en la calma y
la lucidez, en lograr estabilidad y equilibrio en nuestra vida.

El segundo mó dulo se enfoca en abrir nuestro corazó n, desarrollar bondad y amor en
nuestra vida.

El tercero va a ser a lo mejor el má s exigente; en el tercero tenemos que superar nuestro
egocentrismo, nuestro miedo, desarrollar una compasió n totalmente incondicional y

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transformar toda nuestra vida en terreno fé rtil para cultivar lo que llamamos la
puri icación
del ser .

Y el cuarto es la culminació n de la prá ctica, que es la vividez de la cognició n, desarrollar una


percepció n pura de la realidad, una percepció n pura de nosotros mismos, desarrollar
nuestras facultades cognitivas, nuestra sabidurı́a.

Y como sabé is –como habé is leı́do–, cada mó dulo tiene ocho lecciones y cada una de ellas va a
incluir estos siete elementos. Por lo tanto, vamos a tener muchas herramientas con las que
trabajar. Cada mó dulo va a tener por lo menos cincuenta y seis herramientas para trabajar.

Y despué s, al concluir cada lecció n va a haber un retiro de integració n, voluntario pero


aconsejable. Porque el enfoque de EMI es menos teorı́a y má s prá ctica; o, por lo menos, todo
lo que sabes lo tienes que aplicar. Nada debe quedar en el tintero, todo tiene que ser
integrado en nuestra vida.

Es muy lindo lo que estamos haciendo hoy recibiendo estas enseñ anzas. Y despué s las vamos
a implementar, una lecció n por semana. Y al concluir todo ese proceso de ocho semanas
vamos a aprender, vamos a descubrir algo de nosotros. Y va a haber la necesidad de
enfocarnos solo en la prá ctica, un retiro que solo enfatice la prá ctica, despué s de esa
integració n.

Y despué s, para los que quieran y esté n dispuestos a compartirlo con los demá s, el añ o que
viene habrá tambié n una formació n para instructores.

El entrenamiento mental integral tiene como enfoque transformar quié nes somos de una
manera muy directa, de una manera interna. A lo mejor, nuestra vida externa no se va a
transformar inmediatamente, pero sı́ vamos a transformar nuestra mente y nuestro corazó n.
Y eso cambia todo. Si tu mente cambia, tu vida cambia; si tu mente cambia, tu mundo cambia.

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