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LOS ACEROS FUERA DEL ESTADO


DE EQUILIBRIO

FORMACIÓN DE INSPECTORES DE CONSTRUCCIONES SOLDADAS


LOS ACEROS FUERA DEL ESTADO DE EQUILIBRIO
La estructura y propiedades de los aceros no dependen únicamente de su contenido en carbono y
otros elementos de aleación. Para una misma composición pueden obtenerse distintas estructuras
mediante aplicación de tratamientos térmicos.

Para conocer las distintas transformaciones que se producen con el aporte térmico en el soldeo se
utiliza el enfriamiento continuo.

OBJETIVOS

Adquirir las competencias necesarias para interpretar las transformaciones de no equilibrio de las
aleaciones hierro-carbono.

CONOCIMIENTOS

• Los Tratamientos Térmicos.


• Las Transformaciones de la Austenita.
• Transformación Isotérmica de la Austenita. Curvas de la S.
• Diagramas Tiempo Temperatura Transformación (TTT).
• La Transformación Isotérmica de los Aceros no Eutectoides.
• Influencia de los Elementos de Aleación sobre la Transformación Isotérmica de la Austenita.
• Influencia del Tamaño del Grano sobre la Transformación Isotérmica de la Austenita.
• Influencia de los Elementos de Aleación sobre la Transformación Martensítica.
• La Transformación de la Austenita en Procesos de Enfriamiento Continuo.

Los Aceros Fuera del Estado de Equilibrio


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LOS TRATAMIENTOS TÉRMICOS

Hasta ahora hemos analizado los fenómenos que se producen en los aceros durante los
enfriamientos muy lentos, cuasi reversibles, y hemos examinado los constituyentes y las fases
que aparecen durante esas transformaciones.

El estado de equilibrio de un acero con un contenido de carbono dado, a una temperatura


también dada, queda perfectamente descrito por el diagrama de equilibrio.

Si los aceros se enfriasen siempre así, tendrían, a la temperatura ambiente, una estructura que
dependería exclusivamente de su porcentaje de carbono y, en definitiva, las características físicas
de un acero serían función, tan solo, de su composición química. Si precisásemos unas
características distintas, deberíamos recurrir a un acero de composición diferente. La gama de
propiedades que podrían ofrecer los aceros sería, en consecuencia, muy reducida.

En la práctica, tenemos la posibilidad de modificar la estructura de los aceros sometiéndolos


a ciclos térmicos irreversibles, que llamamos tratamientos térmicos, en los cuales las
velocidades de enfriamiento pueden variar entre límites muy amplios.

Características Asociadas a los Tratamientos Térmicos


• Consiguen, a la temperatura ambiente, para un mismo acero, estructuras muy
diferentes, a las que corresponden propiedades extremadamente variadas.
• Manteniendo invariable la composición química de un acero, pueden alterar
sus propiedades físicas, que dependen de la estructura, modificando ésta
mediante tratamiento térmico.
• Posibilitan modificar radicalmente las características de los aceros, lo que
permite que estas aleaciones se adapten a los usos más variados y lo que hace de
ellas un material de construcción insustituible.
• Las estructuras que se consiguen en los aceros mediante la mayor parte de los
tratamientos térmicos, que implican transformaciones irreversibles, no son,
naturalmente, estructuras de equilibrio, sino que han de considerarse inestables.
Sin embargo, a la temperatura ambiente, muestran de hecho una gran
estabilidad, lo que hace posible la utilización permanente de los aceros en esos
estados.
• Si se eleva la temperatura de los aceros tratados térmicamente, favoreciéndose
con ello la difusión, se facilitan las transformaciones en estado sólido y se hace
patente la tendencia de los sistemas inestables a evolucionar espontáneamente
hacia formas más próximas al equilibrio, lo que da lugar a modificaciones en la
estructura de la aleación.

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LAS TRANSFORMACIONES DE LA AUSTENITA

Para estudiar las transformaciones que sufre la austenita, se realizan tratamientos térmicos
donde se aplica un calentamiento del acero hasta una temperatura, a la cual, la estructura
de equilibrio es la austenita, manteniéndose el material a esa temperatura el tiempo suficiente
para lograr la austenización completa.

Con ello se hace desaparecer cualquier estructura anterior que deba ser modificada y mediante
enfriamientos adecuados del acero desde el estado austenítico, se pueden conseguir todas las
variadas estructuras en que puede transformarse esa fase.

Se ve, por tanto, que el estudio de los tratamientos térmicos de los aceros se basa
fundamentalmente en el estudio de las transformaciones de la austenita.

La Transformación Isotérmica de la Austenita en Función del Enfriamiento

Como hemos hecho notar anteriormente, las temperaturas de transformación para un acero
dado, sólo son fijas si los calentamientos o enfriamientos son infinitamente lentos.

En enfriamientos a velocidades finitas, los puntos críticos Ar aparecen a temperaturas tanto más
bajas cuanto más deprisa se enfríe la aleación.

Así, para un acero al carbono eutectoide, la relación entre la temperatura Ar1 y la velocidad de
enfriamiento es la siguiente:

En la figura se ve la forma en que se identifican mediante acentos los diversos puntos de


transformación que se producen al ir aumentando la velocidad de enfriamiento. Así, se
llama Ar1 el punto crítico que aparece a alta temperatura, cuando la transformación en él de la
austenita es total. Ar1’ es el mismo punto cuando la transformación de la austenita en él es solo
parcial y se designa por Ar1’’ el punto crítico que aparece a temperatura inferior en el que se
completa la transformación. Finalmente, se representa por Ar1’’’ el punto crítico más bajo,
cuando toda la transformación de la austenita se cumple en él, una vez desaparecido el superior.
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Relación Velocidad de Enfriamiento-Transformaciones de la Austenita

Se sabe desde hace mucho tiempo, que los productos de transformación de la austenita
dependen de la velocidad de enfriamiento de ésta:

La austenita se transforma, casi a la temperatura de 723 ºC, en


Enfriamientos
perlita gruesa, prácticamente como ocurriría en un enfriamiento
muy Lentos
reversible.

La transformación se produce a temperaturas algo más bajas


Enfriamientos
y proporciona perlita media o fina, según cuál sea la velocidad
menos Lentos
de descenso térmico.

Aparecen estructuras laminares, tan finas que, observadas con


pocos aumentos, no muestran este carácter, sino una apariencia
difusa y solo con grandes ampliaciones se resuelven en
Enfriamientos láminas.
Rápidos
Estas estructuras, cuya apariencia depende de la temperatura a
que se forman, se clasificaron como sorbita y troostita,
denominaciones hoy en desuso.

Relación Velocidad de Enfriamiento-Dureza del Producto

La figura muestra que la dureza del producto aumenta con la velocidad de enfriamiento, es
decir, al disminuir la temperatura a que se forma.

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Velocidad Crítica de Temple (VCT)

La VCT es la velocidad de enfriamiento mínima que permite la obtención de una


estructura totalmente martensítica.

Velocidades de Enfriamiento que se Requieren en un Acero Eutectoide para la Producción de


Determinados Constituyentes

La figura revela que cuando se alcanzan determinadas velocidades de enfriamiento:

• La transformación de la austenita a la temperatura Ar1, no es completa, sino tan solo parcial.


• La parte de austenita no transformada a esa temperatura lo hace a otra más baja, dando lugar
a un nuevo constituyente extremadamente duro, que se llama martensita.
• Aparece a velocidades de enfriamiento suficientemente elevadas un nuevo punto crítico.
• Cuando el enfriamiento del acero desde el estado austenítico, se realiza a las velocidades
necesarias para que se presenten los dos puntos críticos, en el primero de ellos la austenita
se transforma en alguna de las estructuras laminares que se identificaban como sorbita o
troostita y en el segundo da lugar a martensita, por lo que la estructura final no es
homogénea sino que aparece mezclada.
• Desde el momento en que aparecen dos puntos críticos, al aumentar la velocidad de
enfriamiento va reduciéndose el porcentaje de austenita transformada a alta temperatura y
aumentando la proporción de la que se transforma en martensita a la temperatura más
baja, hasta que, para determinada velocidad de enfriamiento, desaparece el punto crítico
superior y solo subsiste el inferior.
• Con esa velocidad de enfriamiento y con velocidades superiores, la austenita se transforma
íntegramente en martensita a la temperatura inferior.
• Esa velocidad, a la que desaparece el punto crítico más alto, se llama velocidad crítica de
temple (VCT), pues como veremos, el tratamiento que pretende la obtención de una
estructura martensítica mediante un enfriamiento suficientemente rápido de la
austenita se llama temple.

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TRANSFORMACIÓN ISOTÉRMICA DE LA AUSTENITA: CURVAS DE LA S

Los diagramas vistos anteriormente pueden interpretarse en el sentido de que el producto en que
se transforma la austenita depende de la velocidad de enfriamiento.

Pero puede también pensarse que la naturaleza de ese producto es consecuencia de la


temperatura a que tiene lugar su formación, si bien esa temperatura depende, a su vez, de
la velocidad de enfriamiento.

Los aceristas norteamericanos Bain y Davenport de la United States Steel Co., partiendo del
segundo supuesto, estudiaron la transformación isotérmica de la austenita a diversas
temperaturas, examinando los productos a que da lugar, según cual sea la temperatura a
que se transforma.

Sus conclusiones condujeron al trazado de las famosas curvas de la S de transformación


isotérmica de la austenita o curvas TI, llamadas también curvas TTT (temperatura, tiempo,
transformación) que se publicaron por primera vez en 1930.

El nombre de curvas de la S obedecen a la forma que tienen en el caso de un acero al


carbono eutectoide, que fue el elegido por los investigadores citados para sus primeros trabajos.

En aceros aleados la forma de las curvas llega a diferir por completo de la de una S. Sin
embargo el nombre se conserva.

Las Experiencias de Bain y Davenport

Las primeras experiencias de Bain y Davenport se realizaron sobre un acero eutectoide que
permanece en el enfriamiento, en estado totalmente austenítico, hasta la temperatura A1
eliminándose así la complicación que podría introducir, en la observación de los fenómenos, la
separación de un constituyente proeutectoide del seno de la austenita.

Consistencia de las Pruebas

Las pruebas se llevaron a cabo mediante el tratamiento de pequeñas muestras en forma de disco,
de 1/2" de diámetro por 1/8" de espesor, que adquieren muy rápidamente la temperatura del
medio que las rodea.

Las muestras se introducen inicialmente en un horno a temperatura algo superior a A1 para


asegurar su austenización.

Cada muestra se saca luego de él y se introduce muy rápidamente en un baño de sales que se
encuentra a la temperatura a la que se quiere estudiar la transformación.

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Al cabo de cierto tiempo de permanencia en el baño de sales, que se mide cuidadosamente, la
muestra se extrae del baño y se enfría inmediatamente en agua fría.

Seguidamente se examina en el microscopio. Los ciclos


térmicos de las diferentes muestras se representan en la
figura y difieren solamente, para cada temperatura, en el
tiempo de permanencia en el baño de sales.

Para la muestra 1 este tiempo es muy corto y no permite


que en el baño de sales se inicie la transformación de la
austenita.

Por tanto, cuando esta muestra se introduce finalmente


en el agua fría, como lo que se enfría en ella es todavía
100 % de austenita y se hace a velocidad superior a la
VCT, se transforma totalmente en martensita.

El examen microscópico de la muestra revela, por tanto,


una estructura 100 % martensítica.

Cuando el tiempo de permanencia de una muestra en el baño de sales, es suficientemente largo


como para que se inicie en él la transformación de la austenita en otro producto y esta
transformación afecte, por ejemplo, al 5 % de la muestra, al sacarla de ese baño e introducirla en
el agua, solo quedará disponible un 95 % de austenita para transformarse en martensita.

El examen microscópico evidenciará la presencia de un 95 % de martensita y permitirá deducir


que, en el tiempo que la muestra permaneció en el baño de sales se transformó un 5 % de la
austenita en el producto que aparezca en la micrografía acompañando a la martensita.

Conclusiones

Con suficiente número de muestras pueden determinarse


los tiempos necesarios para que se transforme, por
ejemplo, un 1, 25, 50, 75 y 99 % de la austenita, a la
temperatura del baño de sales.

Se observa que la curva tiempo-porcentaje de


transformación, a esa temperatura, tiene la forma de la
figura y si se extrapola por ambos extremos, permite
determinar con gran aproximación el tiempo necesario
para que se inicie la transformación de la austenita o
tiempo de incubación y el preciso para que la
transformación sea completa.

Como se ve, al principio la austenita se transforma


lentamente, luego a mayor velocidad y al final la
velocidad de transformación vuelve a decrecer.

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DIAGRAMAS TIEMPO TEMPERATURA TRANSFORMACIÓN (TTT)

Si se realiza la experiencia anterior a diversas temperaturas y para cada una de ellas se señalan,
en un diagrama que tenga por ordenadas temperaturas y por abscisas los logaritmos del
tiempo, los puntos de iniciación y fin de transformación y se unen los primeros entre sí y luego
los segundos, se obtienen curvas como las representadas en la figura, que justifican el nombre
de curva de la S.

Pueden también dibujarse, entre ellas, las que corresponden a la transformación de un 25, 50 y
75 % de la austenita.

A continuación se puede ver un diagrama de transformación isotérmica de la austenita para


un acero de C = 0,80 y Mn = 0,76 austenizado a 900 ºC y tamaño de grano 6. Donde Ps y Pf
corresponden al principio y fin de la transformación perlita, Bs y Bf corresponden al principio y
fin de la transformación bainitica y Ms y Mf corresponden al principio y fin de la transformación
martensítica.

El diagrama así obtenido puede dividirse en tres zonas bien diferenciadas:

• Zona de formación de la perlita: de A1 a 550 ºC.


• Zona de formación de la bainita: de 550 a 230 ºC.
• Zona de formación de la martensita: por debajo de 230 ºC.

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Zona de Formación de la Perlita

A temperaturas solo ligeramente inferiores a A1, tanto el tiempo de incubación como el de


transformación son largos.

A medida que la temperatura baja, la transformación se inicia antes y dura menos. La


explicación para este hecho puede ser que, cuanto más baja es la temperatura a que se lleva la
austenita, más alejada se encuentra ésta de las condiciones de equilibrio y más fuerte es su
tendencia a transformarse.

Claro que, al bajar la temperatura, la transformación se hace más difícil, pero entre A1 y 550o
predomina el primer efecto.

A temperaturas próximas a A1 la austenita se transforma en perlita gruesa y, por tanto, muy


blanda.

El mecanismo de formación de la perlita gruesa es conocido en parte. Se inicia con la


precipitación de carburos, que empobrece en carbono la austenita próxima.

Con ellos esta austenita se hace más inestable, como indica el curso de la curva A1 en el
diagrama Fe-C, y se produce su transformación en ferrita.

Como la solubilidad de esta fase por el carbono es casi nula, la formación de la ferrita va
acompañada de la difusión del carbono hacia la austenita próxima, que llega a estar
sobresaturada, con lo que de nuevo precipita de ella carburo de hierro y el proceso se repite.

Influencia de la Difusión del Carbono en la Formación de la Perlita

La formación de la perlita precisa de la difusión del carbono.

A temperaturas elevadas el subenfriamiento de la austenita es pequeño, su transformación lenta


y el carbono puede difundirse a grandes distancias. Se forman, por tanto, gruesas bandas de
carburo y de ferrita, o sea, perlita gruesa.

Al bajar la temperatura de transformación de la austenita, el cambio de estructura se acelera y,


al ser más corto el tiempo durante el cual puede producirse la difusión del carbono, las
laminillas de cementita y ferrita se hace más finas y la perlita más dura.

Diferencias entre la Perlita Gruesa y la Perlita Fina

Si bien la perlita gruesa parece desarrollarse en la forma que se ha descrito, mediante la


formación alternativa de capas de cementita y ferrita, el desarrollo de la perlita fina
aparenta tener lugar por crecimiento simultáneo de las laminillas de ambas fases en sentido
longitudinal, en su frente de contacto con la austenita.

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Entre la perlita gruesa y la fina se producen también otras diferencias:

• La perlita gruesa mantiene una cierta relación de posición con respecto a la red
cristalográfica de la austenita de que procede y sus láminas son más bien rectas.
• Por el contrario, las laminillas de la perlita fina se curvan con frecuencia en forma
caprichosa y obviamente, no mantienen relación de posición con la austenita.

Troostita

En los aceros eutectoides en los que no se presenta fase proeutectoide en los límites de grano,
los nódulos de perlita crecen a partir de los límites de grano de la austenita cuyo rastro se pierde,
y a veces los nódulos alcanzan tamaño mayor que el de los primitivos granos de austenita.

En enfriamientos más rápidos, cuando la transformación de la austenita se produce a


temperaturas comprendidas entre 625 y 550 oC se desarrollan, a partir de los límites de grano,
estructuras laminares muy finas que crecen en forma de nódulos aproximadamente esféricos
y que a causa del gran número de gérmenes en que se inician, tienen un tamaño mucho
menor que los granos de austenita.

Estos nódulos de contornos redondeados, que deben ser observados con grandes aumentos
para reconocer en ellos su estructura laminar, se designaron en su día como troostita.

Zona de Formación de la Bainita

A partir de los 550 oC el descenso de la temperatura de transformación de la austenita acarrea


un aumento del tiempo de incubación y una mayor duración del cambio de estructura.

La mayor lentitud en la difusión del carbono a esas temperaturas tiende a retrasar la


transformación de la austenita y prevalece sobre el mayor subenfriamiento de ese
constituyente que tendería a acelerarla.

A temperaturas de transformación comprendidas entre los 550o y los 230o


aproximadamente, aparece una serie de estructuras, que varían de una manera continua,
compuestas todas ellas por agregados muy finos de carburos y ferrita. Se aplica a todas ellas
la denominación general de bainita, aún cuando su apariencia se modifica sustancialmente con
la temperatura de formación.

A temperaturas del orden de los 500-450 oC, la bainita presenta un aspecto que recuerda el de
las plumas de ave, en tanto que la formada entre 400 y 250 oC muestra una clara estructura
acicular que se distingue difícilmente de la martensita.

La primera suele designarse como bainita superior y la segunda como bainita inferior. Existen
naturalmente bainitas de temperaturas intermedias que pueden incluirse en uno u otro grupo
según el criterio subjetivo del observador.
Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio
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Ejemplos de Muestras de Bainitas

Austenizado a 875 ºC durante


15 minutos y transformado
isotérmicamente a 400 ºC
Acero Cromo-
durante 15 minutos. 50 % de
Molibdeno F-222
bainita superior y 50 % de
martensita (x500) ataque con
NITAL 1.

Sobre fondo claro de martensita


Bainita Superior
sin revenir

Sobre fondo de martensita sin


Bainita Inferior
revenir

Formación de la Perlita y la Bainita

A medida que la temperatura de formación de la bainita es más baja, las partículas de


carburos son más finas y la dureza del constituyente es mayor.

Las bainitas difieren sensiblemente de la perlita, no solo en apariencia, sino incluso en el


mecanismo de formación.

Así como la perlita crece en torno a un cristal inicial de carburo, la bainita parece
desarrollarse sobre un cristal de ferrita. Al crecer este cristal, rechaza carbono que enriquece
la austenita próxima.

Cuando se alcanza una cierta sobresaturación, precipitan pequeños cristales de carburo y se


precisa un posterior desarrollo de la ferrita con su inherente rechazo de carbono, hasta que,
alcanzada una concentración crítica, tenga lugar una nueva precipitación de carburo.

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Crecimiento de la Perlita a partir de un Núcleo Inicial de Cementita

Crecimiento de la Bainita a partir de un Núcleo Inicial de Ferrita

Zona de Formación de la Martensita

Si la austenita se hace pasar bruscamente desde una temperatura de equilibrio,


ligeramente superior a A1, a una temperatura inferior a 230o, se transforma en un nuevo
constituyente que llamamos martensita.

El fenómeno difiere por completo de los que se producen a temperaturas más elevadas. La
transformación martensítica es instantánea y no progresa, por tanto, con el tiempo. El
porcentaje de austenita que, a cada temperatura, se transforma en martensita, depende,
exclusivamente, de esa temperatura.

Así, como indica la curva de la S, si enfriamos la austenita por ejemplo a 180 oC, se
transformará una cierta proporción de ella en martensita y si se mantiene el acero a esa
temperatura, al cabo de un tiempo de unos 4 minutos la austenita residual comenzará a
transformarse en bainita, sin que progrese la formación de martensita.

Si se desea obtener mayor proporción de martensita, deberá enfriarse el acero a una


temperatura más baja y, en particular, si se quiere obtener un 100 % de martensita deberá
alcanzarse como mínimo en el enfriamiento la temperatura de 120o.

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Formación de la Martensita
La formación de martensita se inicia si enfriamos la austenita a una
temperatura inferior a 230o y es total si lo hacemos bajo 120o.
Las temperaturas a que comienza y se completa la transformación de la austenita
en martensita, se designan en general como Ms y Mf respectivamente.

Formación de Martensita sin que se Produzca Difusión de Carbono

Puesto que la formación de martensita es instantánea, tendrá lugar sin difusión del carbono y,
por tanto sin que se produzca la precipitación de carburos.

Esta es la característica fundamental de la transformación martensítica. En consecuencia,


los carburos, visibles al microscopio óptico en la perlita, o bien, observables con el
microscopio electrónico en la bainita, no se encuentran presentes en la martensita recién
formada.

Este constituyente, que se colorea de blanco con los reactivos ácidos, forma placas que guardan
determinadas relaciones de posición con los cristales de austenita.

Estas placas, al ser seccionadas por el plano pulido de la muestra, aparecen al observador en
forma de agujas.

Generalmente el “plano de hábito” de las placas de martensita es paralelo a un plano {225} de la


austenita.

Como existen doce orientaciones equivalentes de esos planos, las placas de martensita pueden
adoptar otras tantas orientaciones en cada cristal de austenita y, en consecuencia, al examinar una
micrografía, se observarán agujas de martensita en muchas direcciones.

Agujas de Martensita Revenida sobre Fondo de Austenita (x500). NITAL 1


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Características de la Martensita

La martensita es, en realidad, una solución sólida intersticial sobresaturada de carbono en


hierro α. Las posiciones que pueden ser ocupadas por los átomos de carbono, son los centros de
las bases y los puntos medios de las aristas normales a esas bases.

Como la solubilidad del hierro α por el


carbono es muy reducida, la martensita, que,
al formarse sin difusión, contiene en solución
el mismo carbono que la austenita de que
procede, está muy sobresaturada en carbono y
la red cúbica del hierro α se deforma
convirtiéndose en tetragonal.

La diferencia entre los parámetros a y c depende, como es natural, del contenido de


carbono y puede apreciarse en el gráfico de la figura.

La transformación de la austenita en martensita se produce con un aumento en el volumen


específico del acero de aproximadamente un 4 % y una dilatación lineal de 1,3 %.

La martensita es el constituyente más duro de los aceros después de la cementita. Su dureza


depende de su contenido de carbono y apenas se ve afectada por los elementos de aleación.

Esta martensita tiene una elevada fragilidad por lo que precisa un tratamiento térmico posterior,
conocido como revenido, que permite una re-acomodación de la estructura, sin
transformación alotrópica, resultando una martensita revenida, más blanda que la inicial
pero con mayor ductilidad.

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LA TRANSFORMACIÓN ISOTÉRMICA DE LOS ACEROS NO EUTECTOIDES

En la figura se representan, superpuestas las curvas de transformación isotérmica de un acero


hipoeutectoide, que se dibujan con líneas de trazos y las de un acero hipereutectoide que se
representa con trazo continuo.

Se observará que, sobre la línea correspondiente a la temperatura A1, figuran las que señalan las
temperaturas A3 y Acm, por debajo de las cuales tiene lugar, en uno y otro acero, la separación
del constituyente proeutectoide.

Se han dibujado también las curvas que se identifican con las letras Fs y Cs, que proporcionan
para el acero hipo e hipereutectoide respectivamente, el comienzo de la aparición de ferrita
o cementita.

El diagrama debería contener también las curvas Ff y Cf que señalan el tiempo requerido para
que la separación del constituyente proeutectoide sea completo.

No se han trazado para no complicar más la figura.

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La comparación de las curvas de la S correspondientes a un acero hipoeutectoide y otro
hipereutectoide, indica que el contenido de carbono afecta poco al tiempo de incubación a
temperaturas claramente superiores a la del codo de las curvas.

Sin embargo, el incremento del porcentaje de carbono desplaza el codo de la curva hacia la
derecha en forma muy acusada y estabiliza notablemente la austenita a temperaturas inferiores a
la del codo, por cuanto hace aumentar el tiempo de incubación y el necesario para que la
transformación termine y, además, permite retener austenita a temperaturas mucho más
bajas que en un acero hipoeutectoide, pues como se ve en la figura, el aumento en el contenido
de C hace bajar muy notablemente las temperaturas Ms y Mf.

Consideraciones sobre los Aceros No Eutectoides

En los aceros hipoeutectoides a temperaturas superiores a 700o, la precipitación de ferrita


termina antes de que comience la descomposición de la austenita; por tanto, la curva Ff estará
sobre la Ps.

Por el contrario a temperaturas próximas al codo de la curva de la S, la ferrita termina de


precipitar cuando ya se ha transformado parte de la austenita, y la línea Ff debe estar bajo la Ps: la
separación de la ferrita y la transformación de la austenita, a temperaturas entre 650o y 600o
tienen, así lugar, durante cierto tiempo, simultáneamente, en distintas zonas del grano
austenítico.

A temperaturas comprendidas entre A3 y A1 la proporción de ferrita proeutectoide obtenida en


la transformación isotérmica, a una temperatura dada, coincide prácticamente con la que muestra
el diagrama de equilibrio para esa temperatura.

La austenita residual no se transforma con el tiempo. A temperaturas inferiores a A1 la


separación de la ferrita no es completa y la proporción de ella que se obtiene es tanto menor
cuanto más baja la temperatura de transformación, hasta que a temperaturas suficientemente
reducidas, deja de separarse ferrita en absoluto.

Naturalmente, a medida que se separa menos ferrita proeutectoide se concentra menos el


carbono en la austenita restante y, en consecuencia la perlita que se forma a partir de ella tiene un
carbono inferior al eutectoide.

En el caso de los aceros hipereutectoides se verifican, para transformaciones entre Acm y A1,
fenómenos análogos a los examinados en el caso de los hipoeutectoides cuando la austenita se
transforma entre A3 y A1.

Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio


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INFLUENCIA DE LOS ELEMENTOS DE ALEACIÓN SOBRE LA
TRANSFORMACIÓN ISOTÉRMICA DE LA AUSTENITA

Con carácter general, el carbono y los elementos de aleación disueltos en la austenita


estabilizan este constituyente, haciendo aumentar los tiempos de incubación y de
transformación. Es decir, la transformación isotérmica de la austenita se inicia más tarde y
procede a velocidad más baja.

Las curvas TI se desplazan así hacia la derecha del diagrama con lo que, en los aceros aleados,
disminuye la VCT. El cobalto constituye una notable excepción, pues este elemento produce
efectos contrarios a los descritos.

Aumentando el porcentaje de carbono hasta el valor eutectoide se retrasa la transformación


perlítica pero excediendo ese valor, se acortan los tiempos de incubación y se acelera la
transformación.

Este efecto ha sido atribuido por Davenport a la nucleación producida por partículas de
carburos rechazadas por la austenita antes de que comience la transformación perlítica.

Sin embargo, la transformación bainítica se retrasa siempre al aumentar la concentración


de carbono.

Acción de distintos Elementos de Aleación sobre la Transformación


Isotérmica de la Austenita

La acción combinada de dos o más elementos de aleación sobre la transformación isotérmica de


la austenita es difícil de esclarecer y se precisa todavía un gran esfuerzo de investigación
sistemática para poder obtener conclusiones sobre la forma en que la acción de un elemento se ve
reforzada o debilitada por la presencia de otro.

Existe, sin embargo la certidumbre de que ciertas asociaciones son particularmente efectivas para
aumentar los tiempos de incubación en las zonas perlíticas y bainíticas.

Se sabe así, que, el níquel en presencia de manganeso, cromo o molibdeno, retrasa el


comienzo de la transformación isotérmica en mucha mayor medida que si se encuentra
solo.

Análogamente la acción de esos elementos se refuerza notablemente si el acero contiene


níquel.

Existe la evidencia de que la adición de un 0,3 % de molibdeno es dos veces más eficaz para
retrasar la transformación de la austenita cuando el acero contiene un 3 % de níquel que si el
acero contiene 1 % de cromo.

Los Aceros Fuera del Estado de Equilibrio


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Debe insistirse sobre el hecho de que, la influencia de los elementos de aleación contenidos en el
acero sobre la transformación de la austenita, solo se deja sentir si se encuentran disueltos en
ella.

Si, por el contrario, están presentes en forma de carburos dispersos, no afectan para nada al
comportamiento de la austenita, cuya concentración en esos elementos será muy baja, en mucha
mayor medida que si se encuentra solo.

Los distintos elementos de aleación tienen efectos diferentes sobre la transformación isotérmica
de la austenita.

Efecto de los Elementos de Aleación


Níquel y Retrasan tanto la transformación perlítica como la bainítica de manera
Manganeso relativamente uniforme a todas las temperaturas.

Producen efectos análogos al níquel y al manganeso, aún cuando mucho


Cobre y Silicio
más débiles.

Cobalto Acelera las transformaciones a todas las temperaturas.

En las concentraciones habituales en los aceros de temple, eleva


Vanadio ligeramente los tiempos de incubación en las zonas perlítica y bainítica
pero extiende marcadamente los de transformación.

Pequeñas cantidades de boro, de orden del 0,003 % afectan


notablemente la transformación de la austenita.
Boro
Si bien este elemento alarga los tiempos de incubación en las zonas
perlítica y bainítica, el tiempo total necesario para que se complete la
transformación perlítica no se ve alterado apreciablemente.

Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio


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Retrasan muy notablemente la transformación perlítica y, en medida mucho
menor, la bainítica con lo que aparecen dos codos o narices en las curvas de
la S, tal y como vemos en la figura.

Temperatura de Austenización
800 ºC

Acero: C 0,57; Mn 0,70; Si


0,20; Cr 0,70; Ni 1,70; Mo
0,30; V 0,10.

Además, estos elementos elevan la zona de temperaturas en que se


produce la transformación perlítica y rebajan la correspondiente a la
bainítica, de forma que en aceros con contenidos apreciables de Mo y Cr se
produce muchas veces una verdadera banda de estabilidad de la austenita
entre las zonas superior y media del diagrama, que queda dividido por ella en
dos curvas en forma de C, según indican las figuras siguientes.
Molibdeno y
Cromo
Temperatura de Austenización
1100 ºC

Acero: C 1,00; Mn 0,30; Si


2,00;Cr 4,20; V 1,15; Mo 2,50;
W 0,30.

Temperatura de Austenización
970 ºC

Acero: C 1,00; Mn 0,60; Si


0,30;Cr 5,00; Mo 1,00; V 0,25

Los Aceros Fuera del Estado de Equilibrio


20
INFLUENCIA DEL TAMAÑO DEL GRANO SOBRE LA TRANSFORMACIÓN
ISOTÉRMICA DE LA AUSTENITA

Se ha comprobado que el aumento del tamaño del grano austenítico hace aumentar los
tiempos de incubación en la zona perlítica, así como los tiempos de transformación al reducir el
área total de las superficies límite de grano en que se inicia la nucleación de carburos para la
formación de la perlita.

A mayor tamaño de grano corresponden pues velocidades críticas de temple menores.

Sin embargo, el tamaño del grano austenítico tiene, si acaso, un efecto muy reducido sobre la
formación de las bainitas.

La influencia del tamaño del grano sobre la transformación de la austenita debe ser tenida
en consideración para explicar a veces el comportamiento del acero en el tratamiento térmico,
pero no es un factor con el que se cuente en la práctica para influir sobre ese comportamiento.

En todo caso son preferibles los aceros de grano fino, dadas las mejores características
mecánicas que ofrecen sobre los de grano grueso, cuya única ventaja podría ser una
templabilidad mejorada.

Esta importante cualidad se ajusta, no obstante, buscando una composición adecuada del
material y no un grano grueso.

Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio


21
INFLUENCIA DE LOS ELEMENTOS DE ALEACIÓN SOBRE LA
TRANSFORMACIÓN MARTENSÍTICA

El efecto estabilizador de la austenita producido por los elementos de aleación disueltos en


ella se manifiesta también en una depresión de las temperaturas MS y Mf que ocasiona una
tensión del dominio de estabilidad de la solución sólida γ en el diagrama de la S.

Se han propuesto diversas fórmulas empíricas que permiten calcular Ms cuando se conoce la
composición del acero.

Sin perjuicio del tratamiento más amplio que se da a esta cuestión, proponemos a continuación
una expresión de uso frecuente que da Ms con un error no superior a 30 oC para los aceros de
baja aleación y recoge la influencia de los elementos más importantes. Es la siguiente:

Ms (oC) = 500 - 322 (%C) - 33 (%Mn) - 22 (%Cr) - 16,7 (%Ni) - 11 (%Si) - 11 (%Mo)

Y la traemos aquí para resaltar el papel preponderante que sobre Ms juega el contenido de
carbono, que es el elemento que en mayor medida modifica la curva de la S.

Sin embargo, pese al extraordinario interés práctico que reviste, como veremos, la posibilidad de
influir sobre la posición de esas curvas, se recurre para ello a los elementos de aleación en vez de
actuar sobre la dosificación del carbono que se rige por otras consideraciones.

El establecimiento de una fórmula aproximada que proporciona los valores de Mf en


función de la composición, reviste mayor dificultad que para la temperatura Ms, dada la
incertidumbre con que puede determinarse Mf.

La figura da la relación entre el porcentaje


de austenita transformada en martensita y
el valor de la temperatura alcanzada en el
enfriamiento, para un acero de C = 0,75 %
austenizado a 954 ºC.

Se observa que el curso de la curva a bajas


temperaturas no permite una extrapolación
aproximada y en consecuencia la
determinación de Mf no es muy exacta.

Los Aceros Fuera del Estado de Equilibrio


22
La figura proporciona información
sobre el efecto del porcentaje de C, en
aceros sin aleación, sobre el valor de Ms
y sobre el valor aproximado de Mf.

Las temperaturas de fin de la


transformación martensítica tienen, como
veremos, gran interés en el estudio del
temple.

Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio


23
LA TRANSFORMACIÓN DE LA AUSTENITA EN PROCESOS DE
ENFRIAMIENTO CONTINUO O ANISOTÉRMICOS

En la mayor parte de los tratamientos térmicos que se aplican en la práctica, las piezas se
enfrían en forma continua y no mediante un proceso escalonado en el que la austenita se
transforma isotérmicamente.

Para el estudio de los tratamientos térmicos, tienen pues, sumo interés el conocimiento de los
diagramas de transformación de la austenita durante los enfriamientos continuos, es decir, en
condiciones anisotérmicas.

Es obvio que, este conocimiento, no puede obtenerse superponiendo curvas de enfriamientos


continuos sobre la curva de la S de transformación isotérmica, puesto que las indicaciones de
esas curvas corresponden a procesos distintos.

Trazado de Diagramas

El trazado de diagramas se realiza mediante la


observación microscópica de muestras, que se han
templado después de enfriarlas a velocidades de
enfriamiento determinadas durante tiempos
crecientes, como indica la figura.

Así, por ejemplo, el ciclo térmico de una de las muestras


será el PQR. Si después del temple se ve que contiene,
por ejemplo, el 95 % de martensita, será que en el trozo
PQ se transformó el 5 % de la austenita.

Por este procedimiento pueden determinarse, para cada


curva de enfriamiento, las temperaturas de principio y
fin de la transformación de la austenita y de la
aparición del constituyente proeutectoide.

Curvas de la S de Enfriamiento Continuo

Se obtienen, para los distintos aceros, diagramas cuya forma recuerda grandemente a las curvas
de transformación isotérmica de la austenita y que se conocen por ello como curvas de la S
de enfriamiento continuo.

Los Aceros Fuera del Estado de Equilibrio


24
Las dificultades experimentales para su trazado son considerablemente mayores que las que
supone el de las curvas TTT, lo que justifica que solamente se disponga todavía de un limitado
número de curvas de la S en enfriamiento continuo, correspondientes a ciertos tipos de
aceros.

Aún cuando se ha intentado poner a punto métodos geométricos que permitan deducirlas de las
correspondientes a las transformaciones isotérmicas, los resultados que proporcionan difieren
muy sensiblemente de la realidad.

La Transformación de la Austenita en el Enfriamiento Continuo

En el enfriamiento continuo la transformación de la austenita se inicia y termina a


temperaturas determinadas para cada curva de enfriamiento.

Con carácter general, el tiempo ti’ que se


requiere para el comienzo de la
transformación, es superior al de incubación
ti en la transformación isotérmica a la
temperatura correspondiente θ.

El tiempo de transformación, tr’ a la


temperatura de fin de transformación θ’, es,
además, en el enfriamiento continuo, más
largo que el tr en el proceso isotérmico.

Las curvas de la S en condiciones anisotérmicas se encuentran así desplazadas hacia la derecha


y hacia abajo con respecto a las TI, pero las variaciones en los tiempos de principio y fin de
transformación, son distintas para las diferentes temperaturas, por lo que las curvas de la S en
enfriamiento continuo no son obtenibles por simple traslación de las de transformación
isotérmica.

Las diferencias entre unas y otras no son, sin embargo, tan grandes como para que, a falta de las
de enfriamiento continuo, no puedan deducirse consecuencias orientativas superponiendo las
curvas reales de enfriamiento sobre el diagrama de la S de transformación isotérmica del acero
en cuestión.

Los Estados Fuera del Estado de Equilibrio


25
Diagrama S de Enfriamiento Continuo de un Acero Eutectoide

Supongamos representado en la siguiente figura el diagrama de la S de enfriamiento continuo de


un acero eutectoide.

Se observa como en enfriamientos lentos,


como el de la curva 1, no aparece más que una
zona de transformación a alta temperatura.

A medida que el enfriamiento es mas


rápido, curva 2, las temperaturas de
transformación bajan y llega un momento,
curva 3, en que la transformación a alta
temperatura no es completa y afecta tan solo,
por ejemplo, al 50 % de la austenita,
apareciendo otra zona de transformación a
temperatura más baja.

Si en enfriamiento es todavía mas rápido la


proporción de austenita transformada a alta
temperatura es menor y la que se transforma a
baja temperatura es mayor (curva 4).

Por último, cuando se alcanza le velocidad de enfriamiento de la curva 5 o velocidad crítica de


temple (VCT), desaparece la transformación a la temperatura más elevada y toda la
austenita se transforma en martensita a baja temperatura.

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NOTAS

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Formación teórica impartida a través de eLearning.
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marcan: DE SOLDADURA DE SOLDADURA

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CALIDAD CERTIFICACIÓN:
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES Soldadores y Operadores de Soldeo con el
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reconocimiento de la EWF, y del GSI/SLV,
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COMERCIAL, VENTAS Y ADMINISTRACIÓN Supervisión de Fabricación.
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SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN
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fabricaciones soldadas.
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