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Desarrollo social y emocional en primer

grado.

Materia- Desarrollo socioemocional y aprendizaje

Maestra- Mireya Rubio Moreno

Grupo y grado- 1B

Alumnos- Gabriela Gutiérrez López y Cesar Aréchiga Morales.

20/Mayo/2023
Antes de comenzar con el trabajo empezaremos diciendo que nos toco el grupo de
primer año en las practicas que asistimos, en donde tomamos nota y observamos
el comportamiento de los niños y sus diferentes tipos de aprendizaje. Pusimos
atención en el tipo de desarrollo emocional y social que tenían y que estaban
desarrollando a medida que fuimos conociéndolos, que a pesar de la semana
complicada que tuvimos en las practicas ya que fue en periodo de examen y se
nos dificulto convivir con los niños y así observar más, identificamos algunos
puntos importantes.

Para empezar, ¿Qué es el desarrollo social? Este se centra en la necesidad de


"poner en primer lugar a las personas" en los procesos de desarrollo. La pobreza
no solo se refiere a los bajos ingresos; se trata también de la vulnerabilidad, la
exclusión, las instituciones poco transparentes, la falta de poder y la exposición a
la violencia.
El desarrollo social promueve el crecimiento económico y mejores alianzas
estratégicas para generar una mejor calidad de vida. La pobreza no solo se refiere
a los pocos ingresos que las personas puedan obtener, se trata de la
vulnerabilidad en la viven, la exclusión en la sociedad, el manejo de instituciones
pocos transparentes, la falta de poder y voz propia y la exposición a la violencia en
todos los sentidos. El desarrollo social sin duda es un trabajo de todos y para
todos; las empresas pueden aportar experiencia, recursos e influencia para
abordar desafíos sociales, el gobierno puede implementar políticas y planes para
promover el progreso social y las organizaciones de la sociedad civil entienden
muy de cerca los problemas y las poblaciones que las empresas y el gobierno en
muchos casos desconoce.
El desarrollo emocional es la habilidad que tiene el niño para expresar, reconocer
y manejar sus emociones, así como para responder apropiadamente a las
emociones de los demás. Tanto el desarrollo social como el emocional son
importantes para la salud mental de los niños pequeños. De hecho, la salud
mental en la primera infancia es lo mismo que el desarrollo socioemocional. Es un
proceso complejo que involucra tanto los aspectos conscientes como los
inconscientes.
Los niños difieren en sus características, tales como la facilidad con la que se
distraen o se frustran, cuán tímidos o extrovertidos son, o cómo responden a una
situación nueva. Comprender las diferencias individuales en el temperamento y
abordar estas diferencias en las prácticas de cuidado es fundamental para apoyar
el desarrollo socioemocional en los bebés y niños pequeños.
La importancia del buen desarrollo social al igual que el sueño y el hambre, el
poder interactuar y relacionarse con los demás también forma parte de las
diferentes necesidades básicas de la infancia. El desarrollo
cognitivo, afectivo, social, sexual, físico, se necesitan entre si, para avanzar. Por
ejemplo: el lenguaje se ve reforzado ante la interacción con otras personas, y a su
vez, el lenguaje es una herramienta para socializar, para tratar con otros.

Un adecuado desarrollo social conlleva a potenciar en ellos un progreso apropiado


de la autoestima, mejores habilidades de comunicación, el aprendizaje de nuevas
habilidades y destrezas, el respeto a las diferencias, la asimilación de los límites y
las normas y el sentido de la responsabilidad y la empatía hacia los demás.

Si el desarrollo es inadecuado (dejando fuera ciertos trastornos o necesidades


educativas especiales) primarán conductas negativas, inadaptabilidad al entorno,
dificultades en la relación con sus pares, el no respeto por las normas y posibles
dificultades emocionales, ya que estos aspectos están relacionados entre sí.

Por esto, es importante potenciar y reforzar adecuadamente en la niñez las


habilidades emocionales, tanto en casa como en la escuela, ya que son los
ambientes más próximos e influyentes en su desarrollo integral.

Una de las características más únicas del ser humano es su capacidad para
desarrollar una serie de emociones durante los primeros años de vida, y
la capacidad de empatizar y comprender sus propias emociones y las de las
personas que le rodean. Esa capacidad de compresión y empatización se conoce
con el nombre de inteligencia emocional y es algo que los padres tienen que
trabajar con sus hijos durante sus primeros años de vida para asegurar un
correcto desarrollo afectivo y emocional. Esto les permitirá afrontar mejor las
situaciones de estrés que puedan tener en un futuro, empatizar mejor con las
personas que les rodeen y evitar posibles problemas de conducta.

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